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Investigación de UnoAmérica

Asesinatos de Manuel Moya y Graciano Blandón


Resumen del Caso Moya-Blandón
Manuel Moya y Graciano Blandón fueron asesinados el 17 de diciembre de 2009 a manos del frente 34 de
las FARC.

Moya Lara y Blandón, formaron parte del grupo de afrodescendientes que denunció ante la Fiscalía 14 de
DDHH (Proceso No 2022) los vínculos existentes entre las FARC y la ONG Comisión Intereclesial de Justicia
y Paz, liderada por el sacerdote marxista Javier Giraldo. Además, denunciaron el desplazamiento forzado y
sangriento del que ha sido víctima la población afrodescendiente de las cuencas del río Atrato en 1997 a
manos de las FARC.

El 4 de febrero de 2008, Moya Lara y Blandón en representación de 231 familias negras, viajaron a Costa
Rica, dentro del marco de las medidas provisionales otorgadas a 515 familias afrodescendientes de
Curvaradó y Jiguamiandó, para denunciar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos la acción de
las FARC y de la mencionada ONG Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, por sus acciones criminales en
contra de las comunidades afrodescendiente de Curvaradó y Jiguamiandó.

En la misma audiencia, Manuel Moya y Graciano Blandón reiteraron la condición de beneficiarios de medidas
provisionales y su decisión de auto representarse, solicitando medidas provisionales para lograr la protección
del Estado de Colombia frente a las múltiples amenazas que desde mucho tiempo atrás se cernían sobre sus
vidas, la de sus familias, y las de sus representados en Bocas de Curvaradó, Puerto Lleras y Pueblo Nuevo.
Irónicamente, al día siguientes de ser torturados y asesinados Moya y Blandón, llegó la resolución la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, proferida el día 17 de Nov. de 2009, negando las medidas
provisionales solicitadas 22 meses antes por los defensores de derechos humanos.
¿Por qué UnoAmérica decide tomar el caso?

1. Irregularidades en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, puesto que las


víctimas habían pedido medidas cautelares de protección en la CIDH y les fueron
negadas.

2. Papel de Víctor Abramovich, quien ya había actuado tendenciosamente en el caso


de Honduras.

3. Los asesinatos fueron planificados desde una “Comunidad de Paz” (Jiguamiandó)

4. Similitud entre estas comunidades de paz y zonas liberadas en otros países

5. Zona selvática parecida a otras donde el Foro de Sao Paulo ha organizado


masacres: Pando (Bolivia) y Bagua (Perú).

En resumen, UnoAmérica consideró que este caso revestía connotaciones


internacionales, más que un caso exclusivamente colombiano.
Quienes conformaron la delegación

• Miguel Fierro Pinto (Colombia)

•Jaime Arturo Restrepo Restrepo (Colombia)

•Jorge Mones Ruiz (Argentina)

•Alejandro Peña Esclusa (Venezuela)

En representación de 200 ONGs de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,


Honduras, Perú, Venezuela y Uruguay.
Fechas y lugares visitados

• Desde el domingo 7 de febrero hasta el


miércoles 10 de febrero

•Apartadó
•Carepa
•San José de Apartadó
•Curvaradó
Método utilizado

La información recabada fue producto de entrevistas y testimonios de

-Habitantes de la zona
-Funcionarios de la Alcaldía de Apartadó
-Funcionarios de la 17ma Brigada
-Funcionarios de Acción Social
-Dirigentes sociales de San José de Apartadó
-Familiares de Moya y Blandón
-Dirigentes sociales de Curvaradó
-Desmovilizados de las FARC
Limitantes

• La mayoría de los entrevistados no quieren que se les identifique

•Temen ser asesinados por las FARC

•Alegan que lo que se informa a las autoridades (Fiscalía, Defensoría) llega a manos de
las FARC, vía la Comisión Intereclesial Justicia y Paz.

•Ex habitantes de La Holandita se niegan rotundamente a hablar

Nota adicional: En caso de que las autoridades colombianas deseen judicializar la


información existente, deberán asegurar protección a los testigos
Información proveniente de los
testimonios recabados

-Antecedentes: las comunidades de paz (CP) y zonas humanitarias (ZH) fueron creadas con base en un
engaño:

En 1997, el Estado colombiano decide intervenir activamente para liberar al Urabá de la presencia
masiva de las FARC, para lo cual organiza la llamada “Operación Génesis”, que consistía en una
ofensiva militar muy bien orquestada.

Al darse cuenta que estaban en peligro, las FARC deciden forzar un desplazamiento masivo (éxodo) de
la población afro descendiente, obligando a la población de la zona -fusil en mano- a irse de sus pueblos
originarios, para concentrarlos en dos localidades de Urabá.

La llegada de 15.000 campesinos sin vivienda, ni comida, crea una crisis humanitaria. El aparato
propagandístico de las FARC hace ver que dichos desplazamientos se deben a las acciones militares de
la Operación Génesis, ocultando deliberadamente su propio rol en dicho éxodo.
Información proveniente de los
testimonios recabados

La propaganda, junto a la presión de ONGs de derechos humanos, forzan al gobierno colombiano a


negociar para encontrar una solución. En conclusión, se suspenden las acciones militares, se crean
“comunidades de paz” y “zonas humanitarias”, regentadas por ONGs, con medidas cautelares
dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En dichas comunidades y zonas se
prohíbe la acción de cualquier grupo armado, incluso las fuerzas del orden público.

Se anula la titularidad de las tierras en las zonas humanitarias, y se crea el concepto de “titularidad
colectiva”. Posteriormente, entran nuevos actores económicos, los productores de palma, quienes
compran tierras cuya propiedad está indefinida, generándose así un nuevo problema.

-Supuestamente ningún “actor” del conflicto debe entrar en las CD y ZH. Sin embargo, las FARC si
entran, y las usan como centros de aprovisionamiento y acopio; con la complicidad de la Comisión
Intereclesial Justicia y Paz, más específicamente de Eduard Lancheros, mano derecha del cura
Giraldo en el Urabá.
Declaraciones de alias Samir

•Eduard Lancheros pide a milicianos de las FARC que produzcan información para enjuiciar a
integrantes de las Fuerzas Militares
•Detención del miliciano de las FARC José Andrés Torres Restrepo, alias “el mono”, integrante
del quinto frente de las FARC, quien vivía en la comunidad de paz “La Holandita”, ubicada en
San José de Apartadó, y fue capturado al salir de la comunidad, explosivos en mano, cuando
se dirigía a cometer un atentado.

-Las CD y ZH se han convertido en fuente de corrupción o desvío de fondos

La Comunidad Intereclesial Justicia y Paz engañó a la Corte Interamericana de Derechos


Humanos, alegando que representaba 515 familias de la zona, cuando en realidad
representaba a menos de 200. Esto fue denunciado por Moya y Blandón en la propia Corte.

Desde enero de 2007 hasta marzo de 2008, las comunidades de paz y zonas humanitarias
recibieron 17 millones de dólares de apoyo Estado a Estado (sin contabilizar los apoyos de
ONG a ONG), y no se notan obras, ni mejoras. Al contrario, son las zonas mas pauperizadas.

Según testimonios recogidos en Apartadó, se erogaron aportes millonarios para la comunidad


de paz de Cacarica, a fin de construir 400 viviendas. Sin embargo, solo se han construido 40,
de pésima calidad. Igual ocurre con los aportes para construir viviendas y alcantarillados para
San José de Apartadó; los recursos no se materializaron en obras.
-En las CD y ZH se violan flagrantemente los derechos humanos

Se niega el apoyo que ofrece el Estado. Acción Social organizó un apoyo de varias toneladas de
comida y ayuda médica a la comunidad de paz de Jiguamiandó. Pese a que los habitantes deseaban
el apoyo, las ONGs les negaron la entrada. Días después murieron dos niños por desnutrición y falta
de apoyo médico.

En la comunidad de paz de La Holandita se niega a sus habitantes la posibilidad de salir libremente.


Las familias deben hacerlo por partes.
Conclusiones preliminares

•Las comunidades de paz y las zonas humanitarias no tienen razón de existir

•Es oportuno tomar medidas para anular el régimen jurídico que las rige

•Urge investigar el papel de la Comisión Intereclesial Justicia y Paz

•Se requiere de un gran acuerdo para reestablecer la verdadera titularidad de las tierras en el
Urabá

•Existe el riesgo de que estalle la violencia en esa zona si no se aborda el tema con firmeza y
decisión

•La Corte Interamericana de Derechos Humanos actuó de manera negligente.

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