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El documento discute la importancia del aspecto íntimo en el pensamiento de Agustín de Hipona. Explica que para Agustín, la búsqueda de la verdad divina ocurre a través de un examen silencioso de la propia intimidad, como se describe en sus Confesiones. También destaca que para Agustín, las expresiones de lo eterno resuenan en los aspectos más íntimos de la humanidad, y que su fe usa el conocimiento para purificar el ardor del alma y convertirlo en sustancia poética.
Descrizione originale:
Una exploración al concepto de trascendencia implícito en la obra de Agustín de Hipona.
El documento discute la importancia del aspecto íntimo en el pensamiento de Agustín de Hipona. Explica que para Agustín, la búsqueda de la verdad divina ocurre a través de un examen silencioso de la propia intimidad, como se describe en sus Confesiones. También destaca que para Agustín, las expresiones de lo eterno resuenan en los aspectos más íntimos de la humanidad, y que su fe usa el conocimiento para purificar el ardor del alma y convertirlo en sustancia poética.
El documento discute la importancia del aspecto íntimo en el pensamiento de Agustín de Hipona. Explica que para Agustín, la búsqueda de la verdad divina ocurre a través de un examen silencioso de la propia intimidad, como se describe en sus Confesiones. También destaca que para Agustín, las expresiones de lo eterno resuenan en los aspectos más íntimos de la humanidad, y que su fe usa el conocimiento para purificar el ardor del alma y convertirlo en sustancia poética.
Este 17 de julio, por una iniciativa de la carrera de Filosofa y Letras de la Universidad Catlica Boliviana, se llevar a cabo una conferencia que, estando a cargo del Dr. Hans van den Berg, tendr la compleja misin de abordar de modo satisfactorio diferentes esferas del pensamiento de Agustn de Hipona, quien, junto con Tomas de Aquino, es probablemente la figura ms rutilante de la no poco extensa constelacin filosfica de la edad media. En este sentido, y con motivo de lograr un acercamiento amable y feliz al sentir tan humano - y por ello tan divino - de Agustn, me parece de fundamental importancia subrayar un aspecto central que no solo hace a la forma de su filosofar sino que constituye, adems, un elemento decisivo que impregna y confiere sustancia a las ideas del ms grande de los Padres Latinos. Tal aspecto es, indudablemente, el carcter profundamente intimista de los caminos que, con Agustn, transita la fe que quiere comprenderse. Este itinerario, por el cual se busca las seales de la trascendencia divina a travs de un adentramiento silencioso en lo ms significativo de la intimidad propia, es referido hermosamente por Agustn en el Libro III de sus Confesiones cuando, casi de un modo sbito, pronuncia, respecto de - y hacia su - creador, las siguientes palabras: porque t estabas dentro de m, ms interior que lo ms ntimo mo y ms elevado que lo ms sumo mo. Tal nocin de la correspondencia entre el signo de lo ntimo y el de lo eterno no es una ms en el universo del pensamiento agustiniano sino que puede considerarse afortunadamente como la actitud que define el fondo y la forma de la Verdad en la fe del Doctor de la Gracia.
La economa sagrada en la que las expresiones de lo eterno son
percibidas como resonantes en los hechos interiores de la humanidad ms ntima de Agustn y del Agustn que somos todos es percibida plenamente por Jorge Luis Borges, quien en su Borges Oral, apunta lo siguiente sobre la consideracin del tiempo en las Confesiones de Agustn: nadie ha sentido con mayor intensidad que San Agustn el problema del tiempo, esa duda del tiempo. Agustn dice que su alma arde, que est ardiendo porque quiere saber qu es el tiempo. l le pide a Dios que le revele qu es esto. No por vana curiosidad sino porque l no puede vivir sin saber aquello En Agustn, el problema del arrojarse hacia la verdad (en el que la fe busca conocer) no se sustenta en algo parecido a la curiosidad, se apoya, ms bien, en la condicin creada del hombre, condicin que, por el modo en que Dios nos constituye, hace que todas las Verdades sumas del cielo sean a la vez verdades inmediatas que arden, que aprietan el alma. Agustn, ese Agustn tan nuestro, siente el llamado de lo celeste en la medida en que l se ha convertido en una duda para s mismo, en la medida en que su dilogo silencioso le ha impuesto la necesidad del conocer no para fundamentar sino para avivar su fe. Ah donde se inquieta el pecho se emplaza un itinerario del hombre hacia lo eterno. La fe de Agustn es una fe que emplea el conocimiento para depurar el ardor del alma y convertirlo en sustancia potica, en habitar potico, en aquello que Heidegger entendera, con Holderlin,
como el medir
fundamental de la poesa. Por supuesto que este tono potico del
trabajo que en Agustn define el Pensar, la Fe y aquella sustancia con la que el hombre expresa el ocultamiento de Dios, no debe hacernos tomar de un modo ligero las palabras del Santo. Se trata, en todo caso, de un modo no vertical de mirar hacia la verdad de arriba, se trata de suscitar
poticamente las riquezas del mundo diario como si fuesen, en efecto,
cifras de lo sagrado. Rainer Mara Rilke, desde la pura poesa, se aproxima, en este sentido, a recabar una imagen de aquello que hemos destacado en este artculo como uno de los aspectos fundamentales del trabajo y el fruto agustiniano: la coincidencia profunda y definitiva entre lo celeste y lo cordial.
Resummonos
su
pensamiento
para
ir
cerrando
la
comprensin de este elemento de la doctrina agustiniana:
Las montaas descansan bajo el esplendor de los astros; pero tambin brilla en ellas el tiempo. Al raso de mi corazn salvaje, duerme la inmortalidad.
No olvidemos, tarde o temprano, dejar que, de una u otra forma, el alma
se acerque en algn(os) momento(s) a ese dilogo silencioso consigo misma del que Agustn es un recordatorio poderosamente potico.