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ROMA 2010
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CAPÍTULO 1
Puede parecer innecesario tratarlo, pero es fundamental para comprender muchos de los
detalles que saldrán durante el curso.
Sin embargo, estos libros no son compartimentos estancos, sino que ofrecen
bastantes puntos de contacto entre ellos. Esos puntos de contacto podemos agruparlos en
dos apartados:
Jos 6,26: «En aquella ocasión juró Josué: ¡Maldito de Dios el que reedifique esta
ciudad! La vida del primogénito le cuesten los cimientos y la vida del último las
puertas.
1 Re 16,34: «En su tiempo, Jiel, de Betel, reconstruyó Jericó: los cimientos le
costaron la vida de Abirán, su primogénito, y las puertas, la de Segub, su benjamín,
como lo había dicho el Señor por medio de Josué, hijo de Nun.
1 Sam 2,31 «Mira, llegará un día en que arrancaré tus brotes y los de la familia
de tu padre, y nadie llegará a viejo en tu familia.
1 Re 2,26-27: «Al sacerdote Abiatar el rey le dijo: “Vete a Anatot, a tus tierras.
Mereces la muerte (…)”. 27 Así destituyó Salomón a Abiatar de su cargo sacerdotal,
cumpliendo la profecía del Señor contra la familia de Elí, en Siló».
1 Re 13,2: «Y gritó contra el altar, por orden del Señor: ¡Altar, altar! Así dice el
Señor: Nacerá un descendiente de David llamado Josías que sacrificará sobre ti a los
sacerdotes de los altozanos que queman incienso sobre ti y quemará sobre ti huesos
humanos.
2 Re 23,16: «Al darse la vuelta, Josías vio los sepulcros que había allí en el
monte; entonces envió a recoger los huesos de aquellos sepulcros, los quemó sobre el
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altar y los profanó, según la Palabra del Señor anunciada por el profeta, cuando
Jeroboán, en la fiesta, estaba en pie ante el altar.»
3. La historia de la investigación
1. Finales siglo XVI: los libros tienen algo en común. Masius (1574) presenta a
Esdras como el compilador final de Josué-Reyes.
2. Finales siglo XVII: Spinoza (1670) afirma que el Dt sirve como criterio
teológico para interpretar la historia posterior (Jos-Re). Es la primera afirmación del
carácter dtr de estos libros.
3. Los libros de Jos-Re han tenido una o varias redacciones dtr. A comienzos del
siglo XIX (1805) M. de Wette habla de una redacción dtr. En 1843 Ewald distingue dos:
una del tiempo de Josías, con visión optimista, y otra de la época del exilio, que actualiza y
completa la anterior. A finales del XIX Wellhausen hablaba de varias redacciones dtr,
desde tiempos de Josías hasta el exilio babilónico.
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M. Weinfeld, Deuteronomy and the Deuteronomic School, Oxford 1972, 320-59. Véase también H. D.
Hoffmann, Reform und Reformen. Untersuchungen zu einem Grundthema der deuteronomistischen
Geschichtsschreibung. ATANT 66 (Zurich 1980); M. Alvarez, Terminología deuteronomística en los
libros históricos (Jueces – Reyes). Pontificio Ateneo Antoniano (Roma 1994).
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mismo criterio comienza a aplicarse también a los libros de Jos-Re. No es puro capricho.
Así se explica, por ejemplo:
En Jos: el paso del Jordán y los dos discursos de despedida.
En Jue: los duplicados en la historia de Gedeón (dos nombres, dos altares,
dos campañas contra los madianitas).
En Sam: dos visiones de los orígenes de la monarquía; dos relatos del
perdón de David a Saúl.
Si las fuentes llegan hasta Josué se habla de Hexateuco. Hasta Jueces: Heptateuco.
Hasta Rut: Octateuco. Hasta Samuel y Reyes (sin Rut): Eneateuco.
Frente a los puntos de vista anteriores, Noth propone en 1943 una visión
completamente nueva sobre los libros de Josué-Reyes 2. No son libros independientes sino
una obra histórica unitaria y bien estructurada.
La unidad de la obra
2
M. Noth, Überlieferungsgeschichtliche Studien (Halle 1943) = The Deuteronomistic History, JSOT Sup.
Ser. 15 (Sheffield 1981).
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cifra de 480 años. Quizá porque sumando los datos dispersos de que disponía en sus
fuentes surgía más o menos este bello número redondo.
Tras un largo estudio del tema, Noth resume la cronología dtr del modo siguiente:
Hölscher, Eissfeldt, von Rad, Westermann, Würtwein, Eynikel, Knauf, Rösel, entre
otros, la rechazan o discuten.
Argumentos de Westermann 3:
1. Diversos textos de Josué-Jueces-Samuel-Reyes hacen referencia al éxodo. Es ahí
donde comienza el relato pre-dtr.
2. Los libros no constituyen una historia conexa.
3. Ningún historiador uniría fuentes contradictorias.
Conclusiones de Westermann:
1. Cada libro fue compuesto independientemente y sólo existen conexiones muy débiles
entre ellos.
2. Un editor dtr ofreció una interpretación teológica de ciertos acontecimientos narrados
en esos libros. Pero no se puede hablar de un autor ni de un historiador dtr.
Knauf 4 es más radical que Westermann: Los libros son resultado de diversas
ediciones exílicas y posexílicas sin gran relación entre ellas. No se puede hablar de una
historia ni de un deuteronomista.
3
C. Westermann, Die Geschichtsbücher des Alten Testament: gab es ein deuteronomistisches
Geschichtswerk? (Gütersloh 1994).
4
E. A. Knauf, «L"Historiographie Deutéronomiste' (DtrG) existe-t-elle?», en A. de Pury y otros (eds.),
Israël construit son histoire (Ginebra 1996), 409-418 = Israel Constructs its History, 388-398.
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Defiende dos ediciones: una del tiempo de Josías, optimista, que promueve la
reforma religiosa y política, invitando a la conversión; otra del exilio, pesimista, que
completa la anterior y pretende justificar el castigo divino.
DtrH, basándose en diversas fuentes, escribió una historia que empezaba en Dt 1,1
y terminaba en 2 Re 25,30. Esta obra presupone la liberación de Jeconías, y no pudo surgir
antes del 550.
DtrP introdujo en los libros de Samuel y Reyes una serie de narraciones proféticas
y estructuró el curso de la historia de acuerdo con el esquema de “vaticinio -
cumplimiento”.
DtrN comentó ambas redacciones aplicando su criterio, inspirado en las leyes
deuteronómicas. Este resultado final es el que podemos llamar “Obra histórica dtr”.
R. F. Person 7
5
F. M. Cross, «The Themes of the Book of Kings and the Structure of the Deuteronomistic History»
(1973). Entre sus principales discípulos: R. D. Nelson, The Double Redaction of the Deuteronomistic
History. JSOT Suppl. Ser. 18 (Sheffield 1981); Íd., «The double redaction of the Deuteronomistic
History; the case is still compelling»: JSOT 29 (2005) 319-337; R. E. Friedman, The Exile and Biblical
Narrative. The Formation of the Deuteronomistic and Priestly Works. HSM 22 (Chico 1981).
6
R. Smend, «Das Gesetz und die Völker: Ein Beitrag zur deuteronomistischen Redaktionsgeschichte»
(1971). Entre sus discípulos: W. Dietrich, Prophetie und Geschichte. Eine redaktionsgeschichtliche
Untersuchung zum dtr. Geschichtswerk. FRLANT 108 (Göttingen 1972); T. Veijola, Die ewige Dynastie.
David und die Entstehung seiner Dynastie nach der deuteronomistischen Darstellung (Helsinki 1975);
Íd., «Deuteronomismusforschung zwischen Tradition und Innovation» : ThRu 67 (2002) 273-327.391-
424; 68 (2003) 1-44.
7
R. F. Person, The Deuteronomic School. History, Social Setting, and Literature (Atlanta 2002).
7
T. C. Römer 8
G. von Rad 9
El Dtr parte de la doble catástrofe experimentada por Israel en el 720 y por Judá en
el 586. Lo importante es explicarla, y para el autor la clave radica en la falta de obediencia,
que provoca el castigo. Es lo que advertimos en el destino del Reino Norte (Israel), a causa
de unas culpas que comienzan con el primer rey, Jeroboán.
Pero en el Sur no ocurre lo mismo. Dios se muestra muy indulgente con Judá. ¿A
qué se debe esto? La respuesta es clara: «en consideración a David» (cf. 1 Re 11,13.32.36;
8
T.C. Römer, The So-Called Deuteronomistic History. A Sociological, Historical and Literary Introduction.
T & T Clark (Londres 2005).
9
G. von Rad, «Die deuteronomistische Geschichtstheologie in den Königsbüchern», en Deuteronomium-
Studien. FRLAT 40 (1947) 52-64 [trad. castellana, «La teología deuteronomista de la historia en los libros de
los Reyes», en Estudios sobre el AT (Sígueme, Salamanca 1975) 177-189.]
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15,4; 2 Re 8,19), idea que se basa en la promesa de Natán (2 Sam 7; ver también 1 Re 2,4;
8,20.25; 9,5) y que impulsa al dtr a convertir a este rey en un personaje modelo.
De este modo, en la historia dtr la palabra de Dios actúa de dos formas: a) como
ley, juzgando y aniquilando; b) como evangelio, salvando y perdonando. ¿Cuál de estas
dos palabras se impuso al final? La respuesta la tenemos en la liberación de Jeconías (2 Re
25,27-30). “Este pasaje debe ser entendido por cualquier lector como una indicación de
que los descendientes de David no habían llegado a un final irrevocable” (p. 189).
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Hans Walter Wolff
Römer
La edición del exilio pretende justificar la crisis teológica y nacional de los años
597-587.
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H. W. Wolff, «Das Kerygma des deuteronomistischen Geschichtswerk»: ZAW 73 (1961) 171-186 =
Gesammelte Studien zum AT (München 1964) 308-324.