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JOSÉ LUIS SICRE S.J.

APUNTES PARA EL CURSO

“BRANI SCELTI DEL LIBRO DEI GIUDICI”

PONTIFICIO ISTITUTO BIBLICO

ROMA 2010
1

CAPÍTULO 1

CONTEXTO REMOTO: LOS PRIMEROS PROFETAS

Puede parecer innecesario tratarlo, pero es fundamental para comprender muchos de los
detalles que saldrán durante el curso.

1. Opinión antigua: libros independientes de diversos autores

La tradición judía divide la Biblia en tres grandes bloques: TaNaK.


Los Neviim, en Primeros (Jos-Jue-Sam-Re) y Posteriores (Is-Jr-Ez, Doce).
Jos, Jue, Sam, Re eran considerados libros independientes, escritos por diversos
profetas: Jos por Josué, Jue y Sam por Samuel, Re por Jeremías.

2. Pero existen elementos comunes

Sin embargo, estos libros no son compartimentos estancos, sino que ofrecen
bastantes puntos de contacto entre ellos. Esos puntos de contacto podemos agruparlos en
dos apartados:

2.1. Referencias cruzadas.

Castigo del que reconstruya Jericó

Jos 6,26: «En aquella ocasión juró Josué: ¡Maldito de Dios el que reedifique esta
ciudad! La vida del primogénito le cuesten los cimientos y la vida del último las
puertas.
1 Re 16,34: «En su tiempo, Jiel, de Betel, reconstruyó Jericó: los cimientos le
costaron la vida de Abirán, su primogénito, y las puertas, la de Segub, su benjamín,
como lo había dicho el Señor por medio de Josué, hijo de Nun.

Muerte de Josué y Jue 1,1

Castigo de la familia sacerdotal de Elí

1 Sam 2,31 «Mira, llegará un día en que arrancaré tus brotes y los de la familia
de tu padre, y nadie llegará a viejo en tu familia.
1 Re 2,26-27: «Al sacerdote Abiatar el rey le dijo: “Vete a Anatot, a tus tierras.
Mereces la muerte (…)”. 27 Así destituyó Salomón a Abiatar de su cargo sacerdotal,
cumpliendo la profecía del Señor contra la familia de Elí, en Siló».

Maldición del altar construido por Jeroboán I

1 Re 13,2: «Y gritó contra el altar, por orden del Señor: ¡Altar, altar! Así dice el
Señor: Nacerá un descendiente de David llamado Josías que sacrificará sobre ti a los
sacerdotes de los altozanos que queman incienso sobre ti y quemará sobre ti huesos
humanos.
2 Re 23,16: «Al darse la vuelta, Josías vio los sepulcros que había allí en el
monte; entonces envió a recoger los huesos de aquellos sepulcros, los quemó sobre el
2

altar y los profanó, según la Palabra del Señor anunciada por el profeta, cuando
Jeroboán, en la fiesta, estaba en pie ante el altar.»

2.2. Lenguaje y teología

La teología y el lenguaje dtr están estrechamente relacionados. Quien los ha


estudiado de manera más profunda ha sido M. Weinfeld 1, que agrupa la fraseología dtr en
los siguientes temas:

1) lucha contra la idolatría;


2) centralización del culto;
3) éxodo, alianza y elección;
4) credo monoteísta;
5) observancia de la ley y fidelidad a la alianza;
6) herencia de la tierra,
7) retribución y motivación material;
8) cumplimiento de las profecías;
9) dinastía davídica;
10) fraseología retórica y parenética.

Cada uno de estos apartados abarca un número relativamente grande de


expresiones típicas. Naturalmente, esta temática varía según los libros y sus distintas
partes. Por ejemplo, en Josué falta por completo el tema de la dinastía davídica, como es
lógico, y ocupa un lugar muy reducido el tema del cumplimiento de las profecías y de la
centralización del culto.

3. La historia de la investigación

3.1. El descubrimiento progresivo de los elementos comunes

1. Finales siglo XVI: los libros tienen algo en común. Masius (1574) presenta a
Esdras como el compilador final de Josué-Reyes.
2. Finales siglo XVII: Spinoza (1670) afirma que el Dt sirve como criterio
teológico para interpretar la historia posterior (Jos-Re). Es la primera afirmación del
carácter dtr de estos libros.
3. Los libros de Jos-Re han tenido una o varias redacciones dtr. A comienzos del
siglo XIX (1805) M. de Wette habla de una redacción dtr. En 1843 Ewald distingue dos:
una del tiempo de Josías, con visión optimista, y otra de la época del exilio, que actualiza y
completa la anterior. A finales del XIX Wellhausen hablaba de varias redacciones dtr,
desde tiempos de Josías hasta el exilio babilónico.

3.2. El entusiasmo por las fuentes

Durante el siglo XIX, la ciencia bíblica está centrada en gran parte en la


investigación sobre el Pentateuco, distinguiendo las cuatro famosas fuentes (J E P D). Este

1
M. Weinfeld, Deuteronomy and the Deuteronomic School, Oxford 1972, 320-59. Véase también H. D.
Hoffmann, Reform und Reformen. Untersuchungen zu einem Grundthema der deuteronomistischen
Geschichtsschreibung. ATANT 66 (Zurich 1980); M. Alvarez, Terminología deuteronomística en los
libros históricos (Jueces – Reyes). Pontificio Ateneo Antoniano (Roma 1994).
3

mismo criterio comienza a aplicarse también a los libros de Jos-Re. No es puro capricho.
Así se explica, por ejemplo:
 En Jos: el paso del Jordán y los dos discursos de despedida.
 En Jue: los duplicados en la historia de Gedeón (dos nombres, dos altares,
dos campañas contra los madianitas).
 En Sam: dos visiones de los orígenes de la monarquía; dos relatos del
perdón de David a Saúl.

Si las fuentes llegan hasta Josué se habla de Hexateuco. Hasta Jueces: Heptateuco.
Hasta Rut: Octateuco. Hasta Samuel y Reyes (sin Rut): Eneateuco.

3.3. La teoría de Martin Noth (1943)

Frente a los puntos de vista anteriores, Noth propone en 1943 una visión
completamente nueva sobre los libros de Josué-Reyes 2. No son libros independientes sino
una obra histórica unitaria y bien estructurada.

La unidad de la obra

La demuestra con los siguientes argumentos:


1) El lenguaje y las ideas. Este aspecto Noth lo da por sabido y no lo desarrolla.
2) El uso de discursos en momentos culminantes. Esas ideas dtr se encuentran a
menudo en boca de personajes importantes, en discursos que interpretan el pasado o el
futuro, y sacan las consecuencias prácticas. Así, en Jos 1 Josué habla de la tarea inminente
de la conquista; en Jos 23, el mismo Josué cierra una época con un discurso solemne sobre
la actitud que se debe tener en la tierra conquistada. El paso de la época de los Jueces a la
de la monarquía lo subraya el Dtr con un largo discurso de Samuel (1 Sm 12), que saca las
enseñanzas del pasado y exhorta a un recto comportamiento en el futuro. Por último,
cuando se termina de construir el templo, Salomón tiene un largo discurso en forma de
oración (1 Re 8,14ss). Autores posteriores, siguiendo esta pista de Noth, han situado en
esta misma línea el oráculo de Natán a David (2 Sm 7).
3) Las reflexiones histórico-teológicas. Cuando un discurso no parece lo más
apropiado, o cuando no dispone de un personaje, el Dtr introduce reflexiones históricas.
Así ocurre en Jos 12, cuando termina la conquista; en la introducción programática del
libro de los Jueces (Jue 2,11ss) y en la reflexión sobre el final del Reino Norte (2 Re 17,7-
20). Según Noth, este procedimiento de introducir discursos y reflexiones carece de
paralelos estrictos en la literatura bíblica. Es una peculiaridad que dice mucho en favor de
la unidad de la obra dtr.
4) La cronología. Basta leer los libros de los Reyes para advertir la importancia que
el Dtr concede a la cronología. Pero este mismo interés se observa en aquellas partes de la
obra que tratan la etapa premonárquica. Este interés permanente en la cronología es un
argumento más en favor de la unidad de autor y del carácter compacto de la historia dtr.
El Dtr ha compendiado toda la cronología premonárquica en una cita, cuando dice en 1 Re
6,1 que el año cuarto de Salomón es el 480 desde la salida de Egipto. ¿Qué ha movido al
autor a indicar este dato sólo en esta ocasión? Sin duda, la importancia que tiene la
fundación del templo para su forma de ver la historia. Más difícil es decir por qué elige la

2
M. Noth, Überlieferungsgeschichtliche Studien (Halle 1943) = The Deuteronomistic History, JSOT Sup.
Ser. 15 (Sheffield 1981).
4

cifra de 480 años. Quizá porque sumando los datos dispersos de que disponía en sus
fuentes surgía más o menos este bello número redondo.
Tras un largo estudio del tema, Noth resume la cronología dtr del modo siguiente:

Moisés y conquista: 45 años


Jueces: 390 años
De Saúl al templo 46 años
TOTAL 481 años

Contenido y división de la Historia

El final de la obra lo tenemos claro en 2 Re 25,27-30, donde se cuenta la liberación


de Joaquín (Jeconías) en el año 37 de su deportación (562 a.C.); por consiguiente, la
Historia se escribió después de esa fecha, no mucho después, hacia mediados del siglo VI.
Pero no comienza con el libro de Josué, sino con el Dt, que sirve de prólogo
teológico a toda la obra.
La Historia se halla dividida en cinco períodos:
1) la época de Moisés, tratada en el Dt;
2) la conquista de Cisjordania;
3) la época de los Jueces: distinguiendo entre la época anterior a Samuel (Jue) y la
de Samuel (1 Sm 1-7);
4) la monarquía unida: Saúl, David y Salomón;
5) la época de los reyes de Israel y de Judá, tras la división del reino.

El método de trabajo del Dtr

a) recoge tradiciones sin reelaborarlas;


b) reelabora fragmentos o versos;
c) redacta pasajes originales suyos.

Una vez terminada su obra, más tarde se añadieron algunos fragmentos.

Las ideas capitales de Noth

1. La historia dtr es obra de un solo autor, no de una escuela.


2. Este autor vivió y trabajó en tiempos del exilio, redactando su obra en la
provincia de Samaria, cerca de Mispá y Betel, no en Babilonia, como pensaban otros
comentaristas.
3. La historia dtr representa el primer intento serio de historiografía dentro de
Israel.
4. ¿Qué pretendió este judío del siglo VI con su enorme trabajo? La respuesta de
Noth es terriblemente pesimista: «El Dtr no ha escrito su obra para aliviar el tedio o
satisfacer el interés por la historia nacional, sino para adoctrinar sobre el sentido genuino
de la historia de Israel, desde la conquista de la tierra hasta la desaparición del antiguo
estado; y este sentido se resume para él en el reconocimiento de que Dios ha actuado
palpablemente en esta historia, al responder con exhortaciones y castigos a las deficiencias
constantes y crecientes; y, finalmente, cuando aquellas se revelaron inútiles, con la
destrucción total» (O.c., pág. 100). Desde la perspectiva del exilio, cuando Judá lo ha
perdido todo (tierra, templo, rey, libertad), la palabra del dtr es escueta y tajante: todo esto
5

es consecuencia de nuestros pecados y sólo cabe aceptar el castigo de Dios. No queda


esperanza para el futuro.

Posibles objeciones contra Noth

1) La desproporción entre las partes.


2) Problemas literarios.
 La existencia de duplicados
 Paso del Jordán (Jos 3-4)
 Dos discursos de despedida de Josué (Jos 23 y 24)
 La historia de Gedeón
 La instauración de la monarquía (1 Sm 8-12)
 La subida de David al trono (1 Sm 16 – 2 Sm 7)
 Respuesta de Noth
 Los duplicados los encontró el Dtr y prefirió respetarlos
 A veces los creó el Dtr ofreciendo su propia versión
 Otros se explican por añadidos tardíos
3) Problemas teológicos
 Jueces usa un esquema cíclico de la historia (pecado – castigo – conversión –
salvación) que no se encuentra en Samuel y Reyes.
 En Jueces, el responsable de la apostasía es el pueblo, en Reyes son los monarcas.
 Los libros de Samuel no ofrecen el marcado influjo dtr de Josué, Jueces y Reyes.

3.4. La situación después de Noth

3.4.1. Rechazo de la teoría. Tendencia creciente.

Hölscher, Eissfeldt, von Rad, Westermann, Würtwein, Eynikel, Knauf, Rösel, entre
otros, la rechazan o discuten.

Argumentos de Westermann 3:
1. Diversos textos de Josué-Jueces-Samuel-Reyes hacen referencia al éxodo. Es ahí
donde comienza el relato pre-dtr.
2. Los libros no constituyen una historia conexa.
3. Ningún historiador uniría fuentes contradictorias.

Conclusiones de Westermann:

1. Cada libro fue compuesto independientemente y sólo existen conexiones muy débiles
entre ellos.
2. Un editor dtr ofreció una interpretación teológica de ciertos acontecimientos narrados
en esos libros. Pero no se puede hablar de un autor ni de un historiador dtr.

Knauf 4 es más radical que Westermann: Los libros son resultado de diversas
ediciones exílicas y posexílicas sin gran relación entre ellas. No se puede hablar de una
historia ni de un deuteronomista.

3
C. Westermann, Die Geschichtsbücher des Alten Testament: gab es ein deuteronomistisches
Geschichtswerk? (Gütersloh 1994).
4
E. A. Knauf, «L"Historiographie Deutéronomiste' (DtrG) existe-t-elle?», en A. de Pury y otros (eds.),
Israël construit son histoire (Ginebra 1996), 409-418 = Israel Constructs its History, 388-398.
6

3.4.2. Modificaciones de la teoría

Podríamos distinguir cuatro apartados: con respecto a la unidad de autor, los


elementos previos, el lugar de composición y la finalidad de la obra. Nos limitaremos a la
unidad de autor y finalidad de la obra.

a) Con respecto a la unidad de autor

Cross 5 y su escuela: dos redacciones, preexílica y exílica

Defiende dos ediciones: una del tiempo de Josías, optimista, que promueve la
reforma religiosa y política, invitando a la conversión; otra del exilio, pesimista, que
completa la anterior y pretende justificar el castigo divino.

Smend 6 y su escuela: tres redacciones, todas del exilio

DtrH, basándose en diversas fuentes, escribió una historia que empezaba en Dt 1,1
y terminaba en 2 Re 25,30. Esta obra presupone la liberación de Jeconías, y no pudo surgir
antes del 550.
DtrP introdujo en los libros de Samuel y Reyes una serie de narraciones proféticas
y estructuró el curso de la historia de acuerdo con el esquema de “vaticinio -
cumplimiento”.
DtrN comentó ambas redacciones aplicando su criterio, inspirado en las leyes
deuteronómicas. Este resultado final es el que podemos llamar “Obra histórica dtr”.

R. F. Person 7

Ha estudiado la historia, ámbito social y la literatura de la escuela dtr. Entre sus


puntos de vista más novedosos indico:
1) En contra de Noth y otros muchos, la redacción de la historia dtr no terminó en
el exilio sino que continuó durante la época persa.
2) Person no pone el énfasis en el “autor” (como hacía Noth y siguieron haciendo
otros) sino en la escuela. Esta escuela dtr fue semejante a otras existentes en el Antiguo
Oriente, desde Egipto hasta Persia.
3) La escuela dtr surgió entre los escribas desterrados a Babilonia. Allí fue donde
produjo la primera redacción de la Historia dtr, contando la historia de Israel desde Moisés
hasta el exilio. Para ello utilizó fuentes escritas procedentes de la burocracia administrativa
de la monarquía desaparecida.

5
F. M. Cross, «The Themes of the Book of Kings and the Structure of the Deuteronomistic History»
(1973). Entre sus principales discípulos: R. D. Nelson, The Double Redaction of the Deuteronomistic
History. JSOT Suppl. Ser. 18 (Sheffield 1981); Íd., «The double redaction of the Deuteronomistic
History; the case is still compelling»: JSOT 29 (2005) 319-337; R. E. Friedman, The Exile and Biblical
Narrative. The Formation of the Deuteronomistic and Priestly Works. HSM 22 (Chico 1981).
6
R. Smend, «Das Gesetz und die Völker: Ein Beitrag zur deuteronomistischen Redaktionsgeschichte»
(1971). Entre sus discípulos: W. Dietrich, Prophetie und Geschichte. Eine redaktionsgeschichtliche
Untersuchung zum dtr. Geschichtswerk. FRLANT 108 (Göttingen 1972); T. Veijola, Die ewige Dynastie.
David und die Entstehung seiner Dynastie nach der deuteronomistischen Darstellung (Helsinki 1975);
Íd., «Deuteronomismusforschung zwischen Tradition und Innovation» : ThRu 67 (2002) 273-327.391-
424; 68 (2003) 1-44.
7
R. F. Person, The Deuteronomic School. History, Social Setting, and Literature (Atlanta 2002).
7

4) Volvió del destierro con Zorobabel y estuvo al servicio de la administración


persa. Su trabajo consistió sobre todo en la revisión de los textos antiguos y la creación de
otros nuevos. Dentro de ellos habría que distinguir: a) los meros copistas; b) los escribas
con capacidad de alterar los textos; c) los que podían crear otros nuevos. Pero todos ellos
vivieron y trabajaron en una sociedad oral, e incluso su trabajo literario de copiar y revisar
textos lo realizaron con una mentalidad oral.
5) Ideológicamente, favorecían la reconstrucción del templo y la reinstauración del
culto, y probablemente alentaban la esperanza de que Zorobabel llegase a rey. Al no
realizarse esta esperanza, la escuela dtr se refugió en la escatología, hasta que la misión de
Esdras (hacia el 458 a.C.) que trajo «La Ley del Dios del cielo» le hizo perder el favor de
la autoridad persa y terminó desapareciendo.

T. C. Römer 8

Su obra es una introducción sociológica, histórica y literaria a la Historia dtr. Su


deseo es lanzar un puente entre distintas tendencias, aceptando una redacción de la Historia
dtr en tres etapas.
1) En tiempos de Josías (finales del s.VII) debemos admitir una actividad literaria
relacionada con los intereses de la corte. El producto, más que una historia sofisticada, es
literatura de propaganda. Es posible que así surgiesen dos documentos:
a) una primera edición de Samuel-Reyes*, que subraya la legitimidad de
Josías, presentándolo como verdadero sucesor de David;
b) un documento escrito con el estilo de los relatos asirios de conquista
(Deuteronomio-Josué*), que justificaba la política de Josías con respecto al
dominio de la tierra.
2) La unión de las dos obras anteriores en una verdadera historia desde Moisés
hasta la caída de Judá tuvo lugar en el exilio, como un intento de los escribas de justificar
la crisis teológica y nacional de los años 597-587.
3) Hay indicios de que la obra sufrió revisiones durante la época persa.
Se advierte que la obra de Römer intenta unir las teorías de Cross, Smend y Person,
sin aceptar plenamente ninguna de ellas. Como datos de interés, subrayo que Römer no
habla de autor, sino de escuela (igual que Person).

b) Con respecto a la finalidad de la obra

G. von Rad 9

El Dtr parte de la doble catástrofe experimentada por Israel en el 720 y por Judá en
el 586. Lo importante es explicarla, y para el autor la clave radica en la falta de obediencia,
que provoca el castigo. Es lo que advertimos en el destino del Reino Norte (Israel), a causa
de unas culpas que comienzan con el primer rey, Jeroboán.
Pero en el Sur no ocurre lo mismo. Dios se muestra muy indulgente con Judá. ¿A
qué se debe esto? La respuesta es clara: «en consideración a David» (cf. 1 Re 11,13.32.36;

8
T.C. Römer, The So-Called Deuteronomistic History. A Sociological, Historical and Literary Introduction.
T & T Clark (Londres 2005).
9
G. von Rad, «Die deuteronomistische Geschichtstheologie in den Königsbüchern», en Deuteronomium-
Studien. FRLAT 40 (1947) 52-64 [trad. castellana, «La teología deuteronomista de la historia en los libros de
los Reyes», en Estudios sobre el AT (Sígueme, Salamanca 1975) 177-189.]
8

15,4; 2 Re 8,19), idea que se basa en la promesa de Natán (2 Sam 7; ver también 1 Re 2,4;
8,20.25; 9,5) y que impulsa al dtr a convertir a este rey en un personaje modelo.
De este modo, en la historia dtr la palabra de Dios actúa de dos formas: a) como
ley, juzgando y aniquilando; b) como evangelio, salvando y perdonando. ¿Cuál de estas
dos palabras se impuso al final? La respuesta la tenemos en la liberación de Jeconías (2 Re
25,27-30). “Este pasaje debe ser entendido por cualquier lector como una indicación de
que los descendientes de David no habían llegado a un final irrevocable” (p. 189).
10
Hans Walter Wolff

El esquema de toda la obra es el mismo que aparece con frecuencia en el libro de


los Jueces, con sus ciclos de pecado - castigo - conversión - salvación (cf. Jue 3,7-9 etc.).
Aparentemente, este esquema no vuelve a utilizarse en el resto de la obra. Pero esta
impresión es falsa. Toda la época monárquica, desde Saúl hasta Sedecías, constituye el
primer paso (pecado) de un nuevo ciclo; la destrucción de Jerusalén y el destierro es el
segundo (castigo). El autor pretende que sus contemporáneos den ahora el tercero
(conversión), para que Dios realice el cuarto (salvación). Wolff demuestra que el verbo
“convertirse” (bwv) aparece en pasajes decisivos como 1 Sam 7,3; 2 Re 17,13; 23,25 y,
sobre todo, en el momento capital de la oración de Salomón al dedicar el templo (1 Re
8,46-53). Otros pasajes importantísimos son Dt 4,29-31 y 30,1-10, pero Wolff los
considera posteriores al Dtr.

Frank Moore Cross.

La primera edición exhorta a la conversión religiosa y a la unidad política del norte


y del sur, favoreciendo la reforma de Josías. En esto coincidiría con Wolff.
La segunda edición no espera nada, se contenta con constatar la catástrofe, como
decía Noth.

Römer

La edición del exilio pretende justificar la crisis teológica y nacional de los años
597-587.

Bibliografia (en orden cronológico, sólo sobre la historia de la investigación)

J. L. Sicre, «La investigación sobre la historia deuteronomista. Desde Martin Noth a


nuestros días»: Estudios Bíblicos 54 (1996) 361-415.
A. de Pury, T. Römer, J.-D. Macchi (ed.), Israël construit son histoire. L’historiogra-phie
deutéronomiste à la lumière des recherches récentes. Le monde de la Bible, 34 (Geneve
1996) = Israel Constructs its History. Deuteronomistic Historiography in Recent
Research. JSOTSS 306 (Sheffield 2000)]
G. N. Knopperes e J. G. McConville (eds.), Reconsidering Israel and Judah: Recent
Studies on the Deuteronomistic History (Winona Lake 2000).

10
H. W. Wolff, «Das Kerygma des deuteronomistischen Geschichtswerk»: ZAW 73 (1961) 171-186 =
Gesammelte Studien zum AT (München 1964) 308-324.

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