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Ya
que al crear la idea de un genio maligno que nos perturbe en nuestra
percepción sensorial, y debe de sostener la existencia de Dios para que
pueda eliminar el problema que presentaba. De caso contrario, el genio
maligno estaría constantemente confundiéndonos y no se relacionaría nada
de lo que percibimos con la realidad. También demostrando que Dios existe
despeja las dudas sobre el conocimiento racional, ya que lo utiliza como
garante.
Comienza distinguiendo dos aspectos de las ideas: las ideas que son actos
mentales y las que poseen contenido objetivo.
Las ideas según su contenido, es decir según lo que representan, tienen una
realidad diversa, la realidad objetiva. Todas las ideas son en un sentido
semejantes y en otro distintas. La idea de mesa es semejante y distinta a la
idea de color, es semejante porque ambas son ideas, pero es distinta
porque una representa una mesa con cuatro patas, es decir, una sustancia y
otra representa un color, es decir un accidente; la realidad objetiva de cada
idea es distinta.
Podemos hablar de ideas más perfectas que otras. La perfección les viene
dada de la que cabe atribuir a lo representado en ellas. Por ejemplo, la idea
de ángel es más perfecta que la de libro, porque un ángel es más perfecto
que los libros. La idea de sustancia es más perfecta que la de atributo,
porque las sustancias son más perfectas que los atributos.
La idea de dios reúne todas las perfecciones en las que podemos pensar, la
idea de Dios en un ser sumamente perfecto. Así Descartes introduce el
principio metafísico de que la realidad que se encuentra en el efecto no
puede ser superior a la de la causa:
Toda idea con una realidad objetiva dada le debe de corresponder una
causa cuya perfección real debe de ser igual o mayor. La causa de una idea
tiene una perfección real proporcional a la de la idea propia. A mayor
realidad de la idea, mayor debe de ser la realidad de la causa. Después de
muchos razonamientos Descartes concluye que si él fuera la causa de todas
sus ideas, él mismo podría encontrar el fundamento y la perfección
adecuada para dar cuenta de casi todas las ideas.
Planteó la idea de que tal vez yo no dependiera de Dios sino de algo menos
perfecto que Dios. Pero se basó en dos principios para desecharla: La idea
de Dios como ser perfecto y la imposibilidad de una serie infinita.
Argumento ontológico
El ateo tiene en su espíritu la idea de Dios como el ser mayor que el cual
nada puede pensarse porque al oír el enunciado lo comprende y todo lo que
se comprende está en el espíritu. Llegando a un caso extremo para reducir
al absurdo: Si Dios no existiese no sería el ser mayor del cual nada puede
pensarse porque la existencia hace a algo más perfecto y el ser que existe
realmente es más perfecto que el meramente pensado, por lo tanto sería
una incongruencia.
Si el ateo dice que Dios no existe estaría diciendo que Dios no es un ser
perfecto, ya que aún podríamos pensar en otro ser que además de existir en
la mente, existiría en la realidad y este nuevo ser sería más perfecto por lo
tanto es en realidad Dios.