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Se La busqueda . de Verdecita por Wanda I. De Jesis Arvelo ilustrado por TANE Are y Disefio. cerdecita era una saltamontes muy curiosa y, por lo tanto, estaba simpre lista para El propésito de un autor o de una autora de un escrito es la razén que tuvo para crear su texto, Algunos de los propésitos més comunes que tienen los autores son: informar embarcarse en una nueva aventura de convencer centretener en que daba su paseo matinal por la Sn objeto que nunea habla visto. Al principio le pareié una gran cj, pero al acecine no be Por lo comin, los autores no explican Selo ea a cei de a ao | Teese ilgnoaeee Verdecia se fue acereando cautclosamente viens ales el extra animal dejaban de confadsparaaproximare mis, Nervio, enlenla Sus anfenas para dentin? de qué estaba hecho agel objeto. Su core ea familiar Pareea madera, pero ea imposible compartir una experiencia expresar lo que sienten Un autor puede tener més de un ppropésito al escribir. Por ejemplo, puede hacerlo para ofrecer una fensefianza y, al mismo tiempo, para entretener, Lee La biisqueda de Verdecita, por ‘Wanda I. De Jests Arvelo. - Piensa 1, {Sobre qué trata el cuento? 2. {Cull crees que fue el propésito de Ja autora al escribirla? 3. {Podria tener mas de un propésito? (Cues serian? 56 MIRA LO QUE VIENE Al igual que Verdecita, el protagonista de la siguiente leyenda busca algo que necesita para due alguien hubiera aplanado un tronco hasta dejario tan ser feliz. Léola y delgado. Entonces se atrevi6 a dar un pequetio mordisco a una descubre qué es. de las alas blanguisimas. ;Sabia delicioso! Verdecita siguid Después, piensa cual ‘comiendo, pero sintié de pronto un sabor amargo, y nots que fue el propésito de su sus labios se habfan cubierto de un color negro muy autor para esefibirla, ddesagradable. Espantada, escupié el bocado y se acercé a cxaminarlo con més detalle. Aquello era un circulo, semejante «110s pistilos de algunas flores, pero tan negro como la noche. Al verlo, Verdecita exclamé: ;Oooh! Ansiosa por saber qué se habia llevado a la boca, Verdecita ‘ep6 a la caja con alas. AI mirar mas de cerca, pudo ver que aquellas alas no eran tan blancas como habia imaginado. En realidad estaban llenas de caminillos negros, uno debajo del otro, y éstos se formaban por cientos de aquellos circulos negros, aungue algunos tenfan patas, brazos y hasta cabezas. Pero no, no eran insectos como ella y sus amigos, Porque no se mov Desilusionada, Verdecita decidi6 que no habia ningin mal en seguir comiendo la caja, siempre y cuando evitara cl sabor dcido de los extras cfrculos. Complacida, lamé sus amigos para compartir con ellos ef manjar. Mientras disfrutaban del festin, Verdecita y sus amigos aleanzaron a escuchar, alléa lo lejos, aun nif gritando: ‘hora vuelvo, mam, Voy a buscar mi libro; lo dejé esta, ‘mafiana al lado de la fuent

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