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COLAPSO MUNDIAL Y

La economía ha desbordado la capacidad del eco-


sistema mundial y de la biosfera. Los peligros de des- GUERRA

Eduardo E. Saxe Fernández COLAPSO MUNDIAL Y GUERRA


trucción social y ecológica alcanzan dimensiones de
colapso (por ejemplo, escasez de petróleo a corto pla-
zo), que inducen entre los dueños del capital, res-
puestas y soluciones de guerra, militarización y fascis-
tización universales. La guerra de agresión es el últi-
mo recurso de EE.UU. y sus asociados, para intentar
sobrevivir en las catástrofes que azotan al planeta,
provocadas por sus afanes egoístas, posesivos e into-
lerantes.
La actual aspiración hegemonista de EE.UU. nue-
vamente se torna imposible, por sus debilidades, por
la magnitud de los colapsos ecosociales, y por los in-
mensos costos que tal aspiración significa para los
otros actores internacionales.

Eduardo E. Saxe Fernández enseña e investiga los


estudios internacionales en la Universidad Nacional
de Costa Rica (UNA). Colabora con universidades de
España, Estados Unidos y Brasil. Ha publicado exten-
samente, incluyendo dos libros sobre el neoliberalis-
mo y las nuevas oligarquÍas latinoamericanas. Duran-
te 2003-2004 coordinó el proyecto Militarización de la
crisis mundial, del que surge el presente libro.

Eduardo E. Saxe Fernández


Colapso Mundial y Guerra
Eduardo E. Saxe Fernández

COLAPSO
MUNDIAL Y
GUERRA

Segunda Edición

San José, Costa Rica


2006
AMO AL SUR Editorial

© Eduardo E. Saxe Fernández


Colapso mundial y guerra
Segunda edición 2006

355.028
S272c
Saxe Fernández Eduardo
Colapso Mundial y Guerra/ Eduardo Saxe Fernández
- 1era ed.-San José, CR: AMO AL SUR, 2005.
383 p.; 20cm

1. POLÍTICA INTERNACIONAL 2. GUERRA


3. COLAPSOS ECOSOCIALES

Edición a cargo de
Juan Gómez Meza y
Ernesto Ribero

Hecho el depósito de ley

Se permite reproducir parcialmente cualquier parte de este


libro, citando la fuente original. Se prohíbe cualquier uso,
contra la humanidad, la paz o la naturaleza, de cualquier
parte de este libro

AMO AL SUR Editorial es un proyecto auspiciado por


Global Academy (www.gacademy.com). Está adscrita al
Foro Social Mundial: (www.forosocialmundial.org.ve)

Escríbanos: a m o a l s u r @ g a c a d e my . c o m
Índice
Prólogo………………………………………… 1

Capítulo I:
Un mundo que se hunde: Los colapsos
sociales y ecológicos……………………...…... 25
1. Introducción………………………………... 25
2. Los colapsos ontológicos ecosociales……… 35
2.1. La noción de colapso…………………. 35
2.2. La dimensión ontológica……………... 37
2.3. Evolución del concepto………………. 42
3. El colapso social mundial…………………... 48
3.1. Socialmente…………………………... 50
3.2. Económicamente……………………... 60
4. El colapso ecológico mundial……………… 72
5. Conclusiones……………………………….. 91
ANEXO I: El Banco Mundial…………………... 99
ANEXO II: La sexta extinción………………….. 102

Capítulo II:
Aspiración imperial-ista de Estados
Unidos, debilidades estratégicas, guerra y
colapso mundial……………………………… 103
1. Aspiración hegemonista, guerra y colapsos
ecosociales mundiales……………………….. 103
2. EE.UU. de Clinton a Bush II……….............. 108
3. Destruir el derecho internacional e instaurar
el crimen mundial…………………………… 120
4. Ilusiones de imperio eterno y rapacidad
imperialista...................................................... 133
5. La estrategia del terror: el caso de las nuevas
doctrinas de EE.UU. para el empleo de armas
termonucleares y bioquímicas………………. 148
6. Resistencias, costos y limitaciones a la
aspiración hegemónica de EE.UU.………….. 152
7. El sistema Galileo………..………………….. 155
8. Debilidades estratégicas de EE.UU…………. 158
8.1. Debilidades internas………………….. 159
8.2. Debilidades internacionales…………... 166
8.3. Incapacidad frente a los colapsos
ecosociales mundiales………………... 172
9. En lugar de una conclusión: América Latina y
el Imperialismo de EE.UU…………………... 174

Capítulo III:
Petróleo, militarización y
guerra.................................................................. 181
1. La importancia estratégica del
petróleo............................................................ 181
2. El petróleo antes de la Segunda Guerra
Mundial............................................................ 188
3. Política petrolera después de la Segunda
Guerra Mundial................................................ 195
4. Las guerras de Israel, el surgimiento de la
OPEP y la crisis del régimen petrolero……… 203
5. La doctrina Carter y la política Bush I-
Reagan………………………………………. 213
6. Petróleo y estrategia de Clinton a Bush II....... 231
7. Conclusiones.................................................... 248

Capítulo IV:
Religión y guerra en la política exterior de
EE.UU………………………………………….. 255
1. Introducción...................................................... 255
2. Nación y religión…….………………………. 258
3. Guerra y religión de EE.UU.………………… 262
4. Base ontológica e ideológica de la
fanatización militar de EE.UU. (modelo
israelita)… …………………………………... 267
5. Las dimensiones religiosas de las nuevas
doctrinas militares de EE.UU….…………….. 271
6. Los colapsos ontológicos inducen a recurrir a
la guerra y a la religión………………………. 274
7. Bush II y Juan Pablo II, Blair y las iglesias de
Gran Bretaña…................................................. 277
8. Bush II y Blair como líderes políticos,
militares y religiosos del “imperio final”
(juicio final)...................................................... 285
9. Movilizaciones y acciones para evitar más
guerras.............................................................. 297

Capítulo V:
Costa Rica y la “guerra antiterrorista” de
EE.UU.................................................................. 303
1. Introducción..................................................... 303
2. Aproximación al proceso político y a la
política internacional de Costa Rica………… 303
3. Posturas “metropolitana” y “propia” en la
política internacional de Costa Rica………… 321
4. Costa Rica participa en la guerra de EE.UU.
contra Irak……………………….................... 330
5. Costa Rica se involucra en la guerra de
Colombia......................................................... 347

Bibliografía........................................................ 361
Prólogo
I.
Las destrucciones social y ecológica
adquieren características de colapso mundial, a
partir de la guerra lanzada por EE.UU para
mantener sus privilegios tanto como al capitalismo.
La guerra es utilizada como último recurso
“administrativo” para el planeta, provocando
mayor y más amplia destrucción. Estamos en una
nueva polarización político ideológica, azuzada y
agudizada desde el poder por la extrema derecha
(también) terrorista1, junto con el capital
oligopólico internacional2 y, por supuesto, los
mismos aparatos militares y de “seguridad”3. Esta
guerra es la única forma que conocen las actuales

1
Con el fundamentalismo evangélico aportando “las masas”,
la ciudadanía que “elige” a Bush II.
2
Sobre todo el especulativo financiero y el asociado con la
guerra.
3
En la academia de los estudios internacionales, las voces
oficialistas van desde guerreros estilo familia Kagan o Carlos
Escudé, hasta ideólogos de nociones “totalizantes” o
“integradoras”, no ya de la guerra (“fea palabra”), sino de la
“seguridad”. (Pero “la verdad” es que la guerra es el centro de
los procesos internacionales -otra vez-). La noción de
“seguridad” normaliza, naturaliza, cotidianiza, positiviza y
justifica la guerra; -invierte los valores y se la emplea para
suprimir la repulsión que sentimos por el asesinato como
fundamento ontológico. Así caen ahora los escrúpulos morales
que pudieran quedarles a “los científicos oficiales” de los
estudios internacionales.
Eduardo E. Saxe Fernández

oligarquías para enfrentar esos colapsos. Los


pocos, armados hasta los dientes y protegidos por
fanáticos asesinos, tratan de defender “su” planeta
(riquezas, poder), atacando a quienes no estén
“incluído/as en el bote salvavidas”, es decir, la
inmensa mayoría de la humanidad.
La literatura crítica sobre la situación y las
tendencias internacionales hoy día aumenta, a
contrapelo de las crecientes limitaciones impuestas
para divulgar opiniones alternativas. Por eso, la
actual situación de guerra mundial obliga a una
parsimonia vehemente -pero no positivista- para el
análisis. Se cumplen las condiciones empíricas que
requieren o evocan (según se prefiera):
1. renovadas visiones totalizantes,
2. concepciones alternativas y
3. explicitación de supuestos y posturas
éticas.
La nuestra (mía aquí) es una labor “científica”
que se realiza desde y para contratendencias
sociales y políticas, novedosas y constructivas:
alternativas, pacifistas, humanistas, incluyentes y
no excluyentes ni dominantes. Se trata de
tendencias sociales y teóricas, que rompen el
círculo vicioso y pernicioso implicado en cualquier
dicotomía excluyente y en la perpetuación del
orden cotidiano del capital. Indagamos y
desnudamos, en este esfuerzo analítico, las
implicaciones profundas y devastadoras generadas
con el renovado predominio de la guerra y la
agresión para enfrentar y resolver los “últimos”
problemas del tiempo histórico del capital y de la
especie humana.

-2-
Colapso Mundial y Guerra

Hoy más que nunca, las primeras víctimas y


casi todas las víctimas de esta guerra son inocentes
(“daños colaterales”). Y son muchas víctimas,
demasiadas víctimas. Demasiado genocidio
universal de miles que a diario mueren de hambre,
enfermedades curables y guerra.4
El capital y particularmente el grupo al frente
de la administración Bush II, se basan en un
supuesto “derecho de guerra de agresión y rapiña”,
apoyado en su superioridad tecnológica militar y
en un sistema internacional que ahora se ha
centrado en los derechos de las mercancías. Por
eso se han preocupado poco de que caigan abatidos
el derecho y los derechos humanos, la solidaridad,
la hermandad. La principal, y cada vez más única,
forma para que sobrevivan ese capitalismo y ese y
otros grupos neo oligárquicos, es la imposición
violenta de sus intereses, ahora eliminando los
intereses de lo/as demás -cuando es necesario
también eliminando a lo/as demás. Casi todo el
resto de la humanidad es mejor que perezca, según
los creyentes de tales ideologías.
En nuestra argumentación, ese y otros dilemas
éticos y políticos surgidos de las supuestas
“amenazas y atentados inminentes”, tienen una
base “estructural” o incluso “real”, en la situación
y tendencias actuales de colapso de las sociedades
humanas y de la naturaleza cuaternaria de la Tierra
–Capítulo Primero. Desde esta situación de
colapsos ecosociales, en el resto del libro discuto
aspectos de cómo se militariza su “gestión”,

4
Ahora EE.UU. hacen la guerra atacando la infraestructura
civilizacional y la naturaleza, incluyendo la población civil
enemiga diferente (alien).

-3-
Eduardo E. Saxe Fernández

discutiendo el carácter despótico en la renovada e


intensificada militarización mundial.
El pensamiento y la expresión de opiniones
hoy se hacen bajo amenaza del límite del
“terrorismo”, según lo definen espías, policías y
militares, en condiciones de guerra de agresión
permanente e hipervigilancia individualizada
universal: bajo amenaza de terminar en
Guantánamo o envenenado/as o con cáncer, por
ejemplo. Con el fin de la Guerra Fría, el
pensamiento oficial ya se había tornado
ahistoricista e “irracional” (“fin de la historia”
propuesto por un neohegeliano funcionario del
ministerio de exteriores de EE.UU.), y dogmático
exclusivista: dominan el catolicismo y
fundamentalismos carismatistas y por tanto
fanatizados, junto con neoliberalismo en el que el
Mercado “perfecto” y su “natural éxito”, es base y
“constituyente” de la democracia totalitaria.5 Hoy
el pensamiento es recortado y retorcido por el
estado, por los medios de comunicación, por los
funcionarios intelectuales, por quienes pueden
pagar los medios de comunicación, por el
fanatismo religioso; así como por la fuerza de la
tempestad ecosocial mundial:
¿La humanidad empieza su postrer momento;
vamos a sucumbir, enloquecido/as, en la avidez
ansiosa e insaciable de magnates financieros, y por
el autoritarismo de los militares prepotentes y
asesinos, fieles de Ares “viviendo” hiper realidades

5
La teoría política viene quedando reducida a estudiar la
democracia como único sistema político posible y pensable
–incluyendo variantes desde formales hasta participativas y
radicales.

-4-
Colapso Mundial y Guerra

como Alejandros o Césares con sus ejércitos, todos


embriagados de sangre humana?6
Si tuviéramos que hacer una comparación
histórica para ejemplificar la situación respecto a
las libertades políticas y civiles, que emerge en
EE.UU. a principios de agosto de 2004, cuando se
nombra un Director para dirigir la guerra contra el
terrorismo, que centralizará a todas las agencias de
espionaje, y cuando en noviembre de ese año Bush
II es reelecto con el apoyo organizado de la
derecha cristiana, la analogía inmediata es una
significativa referencia del diccionario escolar:
“El establecimiento de la Inquisición en los
diferentes reinos hispánicos y luego en
América se debió a la iniciativa de los Reyes
Católicos, tras una serie de negociaciones con
Sixto IV, entre 1478 y 1483. A diferencia de la
institución medieval, el nuevo tribunal o Santo
Oficio se organizó con independencia de la
Santa Sede, bajo la jurisdicción de la corona.
Su actuación se centró en la represión del
judaísmo, y, después de la expulsión de los
judíos (1492), en la persecución de los falsos

6
Los “paradigmas” heleno romanos caracterizan al “poder” en
“Occidente”. Así, ya en 1815 el Congreso de Representantes
de Carolina del Norte encargó al escultor italiano Antonio
Canova una estatua de George Washington. Canova le
representó como emperador romano que, “…a pesar de su
noble postura parece, sobre todo, un héroe militar…”,
supuestamente traicionándole porque la estatua, “encarna
valores extraños al primer presidente…” de EE.UU. (Reyero,
1993: 122). La opinión de Reyero es discutible, ya que
Washington, junto con Bonaparte y Bolívar, representó el tipo
de caudillo militar de las clases burguesas y criollas que
entonces accedian al poder -revoluciones y procesos de
independencias nacionales.

-5-
Eduardo E. Saxe Fernández

conversos, la bigamia, la blasfemia, la


brujería, los libros prohibidos, etc. El órgano
rector era el Consejo Supremo de la
Inquisición... Las sentencias eran hechas
públicas en los autos de fé y las condenas a
muerte, ejecutadas por la justicia secular”.
(Cursiva y énfasis, ESF)7.
La analogía puede hacerse con regímenes más
recientes en España o Alemania. Estas
comparaciones no son ni casuales ni estereotípicas
de mi parte, si consideramos que la administración
Bush II aprovecha el 11 de septiembre, para
redefinir al “enemigo terrorista” como ubicado
“fuera de la humanidad”, y para definir como
“humanidad” al grupo detentador de riqueza y
poder. Ese gobierno ha sido autorizado mediante
las leyes antiterroristas que se aprobaron en medio
del pánico inmediatamente posterior al 11-09-01,
para realizar crecientes violaciones a los derechos
humanos, y separarse o no cumplir tratados y
convenios internacionales. EE.UU. se ha colocado
“fuera de la ley”, como señalaba Chomsky (2003).
La posición de forajidos internacionales es
justificada con “razonamientos” o “argumentos”
desarrollados desde, por y para organizaciones e
instituciones policiaco militares, empresariales y
religiosas de la más extrema derecha8. Estos

7
Diccionario Gran Espasa Ilustrado 2000, 1999: 915.
8
La reelección de Bush II a finales de 2004, dependió, de
forma crucial, del apoyo y movilización de la “derecha
religiosa”: cristianismo evangélico junto con la derecha
católica; ambas movilizadas por motivos psicosexuales,
incluyendo temas comunes a ambas tendencias religiosas
como el aborto y la clonación, además del matrimonio gay
lésbico, a lo que se sumaba, en caso de la iglesia romana, la

-6-
Colapso Mundial y Guerra

grupos social políticos, frenéticos y fanáticos, se


beneficiaron directamente del fervor/pánico
resultado del “terror” impuesto por la misma
administración Bush II, en una confrontación que
define como guerra mundial, comparable con la
Guerra Fría (discurso del 5 de octubre de 2005).
Continuando con las tendencias de la Guerra
Fría (1945-1990), la sociedad mundial, cada vez
más desgarrada entre una inmensa mayoría pobre
(desposeída) y una ínfima minoría rica
(poseedora), se polariza nuevamente en los
extremos de la disyuntiva Paz-participación versus
Guerra-dominación. La crux de hoy y mañana,
todavía sigue siendo la de ayer: superar las
disyuntivas pobreza-riqueza, paz-guerra. La
diferencia específica es que las interacciones entre
esas dimensiones, ahora muestran dinámicas
colapsantes, que se precipitan aún más por la
pretensión de EE.UU. de “hegemonía” o “imperio”
mundial, empleando la violencia y ampliando la
destrucción general.
Una tal “hegemonía” o “imperio”9, sin
embargo, es inalcanzable en las condiciones de
colapsos ecosociales mundiales –y por
consiguiente, su búsqueda solamente sirve para
empeorar y acelerar esos colapsos.
En este libro argumentaré “como si rigieran”
condiciones psicosociales de expresión –en este

exposición y represión de la pedofilia medievalesco victoriana


de sus sacerdotes.
9
Dos nociones que, junto con “globalización”, se emplean en
la jerga político académica y periodística oficial, para definir y
connotar de legitimación (y mal explicar), la actual fase
“despótica” del capital, como anticipatoriamente prefería
denominarla Marx. Más sobre esto en el Capítulo Tercero.

-7-
Eduardo E. Saxe Fernández

caso analítica y heurística- muy amplias y


profundas. Es decir, me ubicaré críticamente frente
al discurso y la política de la hiperposesividad, la
guerra, el genocidio y la destrucción del planeta.
Por ejemplo, es “como si” discutiera sobre la
doctrina Monroe en América Latina desde Europa
o Asia, en 1914; o “como si” discutiera sobre el
régimen germano de las décadas de 1930 y 1940
desde EE.UU. o la U.R.S.S. en esos mismos años.
Por no hablar de las analogías cercanas con los
regímenes dictatoriales y fascistoides
latinoamericanos.
Ubico la problemática en el análisis del
imperialismo capitalista, pero enfatizando que el
poder “metropolitano”, y EE.UU. en particular,
muestran flancos y dimensiones de importantes
debilidades estratégicas.10 Es decir, aquí
argumento que, con poco éxito, pese a sus
propagandistas y pese a la influencia ideológica de
un supuesto nuevo “imperio” todopoderoso,
EE.UU. con Bush II al frente se ha lanzado en un
aventurerismo muy peligroso que poco rédito le va
dando, y que no logra frenar, ni la pérdida de
capacidad estratégica de todos los actores
individualmente (incluyendo los mismos EE.UU.),
ni la imposibilidad de mantener o profundizar un
dominio militar jurídico –y económico- universal.

10
Esto, independientemente que consideremos a EE.UU.
como un “imperio”, un “hegemón” o un “aspirante a
hegemón”, o que se trata de “potencias imperiales” (Petras),
ya no solamente EE.UU. sino también la UE. Aquí concibo
una aspiración hegemónica de EE.UU., en creciente rivalidad
con la UE pese a su alianza tradicional (herencia de la II
Guerra Mundial), y cada vez más enfrentada con otras grandes
potencias sobre todo euroasiáticas.

-8-
Colapso Mundial y Guerra

Con la militarización mundial, EE.UU. y el


capital financiero oligopólico internacional, buscan
desesperadamente mantener y ampliar sus
privilegios. Se trata de un país y de grupos social
económicos minoritarios, que tienen ingresos muy
por encima de sus necesidades reales, y que solo
pueden mantener su “estilo” económico
psicosocial empleando cada vez más recursos “de
los demás” países y sectores sociales.
EE.UU. ha dejado de ser el “mercado central”
mundial (de mercancías no financieras), que ahora
está constituido bipartidamente por,
1. La UE ampliada hasta Rusia y,
2. El conjunto de países del Asia del Pacífico.
(Es decir, el conjunto de grandes potencias
euroasiáticas, si les sumamos la India).
Por eso la dirigencia en EE.UU. se siente
compelida a buscar “imperio”, característicamente
por medios militares, actuando contra la dinámica
interestatal y contra las instituciones del sistema
internacional moderno originado a partir de la Paz
de Westfalia (1648) y asentado en los principios de
la ONU y la Declaración Universal de Derechos
Humanos (1948).
El “sistema internacional institucional” que
emergiera con la Sociedad de las Naciones y las
Naciones Unidas durante el siglo XX, no
solamente fue conformado por el hegemonismo
elitesco de las potencias, sino también por el
aprendizaje histórico de los pueblos y países
“subordinados”. Se orienta en la concreción cada
vez mayor de una agenda alternativa, conciliadora
y pacifista, pese a la contrafuerza que ejerce o
pueda ejercer uno o dos actores (y pese a que esos

-9-
Eduardo E. Saxe Fernández

actores también “construyan” objetos o


subsistemas internacionales). Las instituciones
internacionales y las reivindicaciones sociales,
nacionales y psicosociales continúan
extendiéndose y profundizándose, casi “por
inercia”, en los notables avances en derecho
internacional, en regímenes internacionales de
protección, en la proliferación de movimientos
sociales “nuevos”, y hasta en teoría social.11
Las contratendencias sociales y económicas al
capitalismo militarista actual de EE.UU., si
empleamos, traduciéndola, la teoría del equilibrio
de poder, surgen por contrapeso, como
“resistencias” y “alternativas”. Vivimos una
proliferación sin precedentes de movimientos
sociales, de propuestas y pensamientos, de
instituciones, de dinámicas y de formas de
organización social y psicosocial, que buscan
detener y luego revertir la destrucción provocada
durante la historia moderna de ese sistema
internacional mundial –hoy escindido y disgregado
en núcleos autofágicos-, particularmente durante el
ya prolongado período de aspiración hegemónica
de EE.UU., y específicamente con la forma
religioso extremista y neo-fascista que adopta
durante las dos administraciones Bush II (2000-
2004; 2005-… ).
También, pero aplicando de forma clásica la
teoría del equilibrio de poder internacional, hay
que tener en cuenta que surgen contrapesos por
parte de todas las demás potencias y actores del

11
Que revitaliza raíces y se renueva frente a la presente y
futura condición terminal…

- 10 -
Colapso Mundial y Guerra

sistema internacional (acercamiento entre todas las


otras grandes potencias, salvo Inglaterra y Japón).
Incluso Brasil y Argentina, pese a la doctrina
(menemista) de “abdicación periférica realista”, de
la década de 199012, ahora se han sumado a estas
posiciones.
La militarización y la nueva guerra mundial
que organizan y articulan EE.UU., no logran ni
contener ni mucho menos administrar el colapso
ecosocial mundial. Ni tampoco le posibilita o
garantiza a esa dirigencia y a ese país, la soñada
hegemonía mundial, el todopoderoso “imperio” de
sus propagandistas. Y pese del terror que puedan
infundir sus armas y amenazas.
Más bien, las tremendas dificultades que
tiene EE.UU. para dominar y controlar policiaco
militarmente a dos países “medianos y atrasados”,
previamente devastados durante décadas
(Afganistán e Irak), han desenmascarado el poco
músculo real de EE.UU., tanto como el carácter
criminal de la política de la administración Bush II.
Guerra contra el terrorismo es guerra contra la
sociedad; en el caso de Irak se trata de la
develación, con claridad, de la incapacidad
estratégica militar de EE.UU. La maquinaria
militar más mortífera de la historia es impotente
para ni siquiera “imponer el orden público”, pese a
sus soldados narcotizados, al uso de armas
prohibidas, a la violación flagrante de las normas
del derecho humanitario internacional y del
derecho de guerra.
No parece que pueda EE.UU. hoy en día,
enfrentarse y sobre todo dominar, policíaco
12
Véase por ejemplo C.Escudé, 2004.

- 11 -
Eduardo E. Saxe Fernández

militarmente, a potencias más significativas, a


menos que emplee “armas de destrucción masiva”,
termonucleares, físicas (radiaciones y otras) y
bioquímicas. O amenazas y sabotajes secretos o
terroristas. Mas tales acciones cuasi mafiosas
(recordemos que el Acta Patriótica vuelve a
autorizar los vínculos entre las agencias policiales
y de espionaje de EE.UU. y el crimen organizado),
no le garantizan no sufrir ataques similarmente
devastadores. Más bien, todas las potencias
(incluso sus propios aliados –de los que también
dice desconfiar) y prácticamente todos los países
del mundo13, se ven impelidos a tomar medidas
adicionales para detener la principal amenaza que
perciben cada vez más claramente, y que son las
políticas de EE.UU.
En EE.UU., el carácter criminal de las
acciones de las fuerzas armadas y los servicios de
inteligencia, y en específico, las responsabilidades
del presidente, sus ministros y asesores, así como
del estado mayor conjunto de sus fuerzas armadas,
se hicieron del conocimiento del gran público,
cuando aparecieron algunas evidencias de los
crímenes de guerra (asesinatos, torturas,
violaciones) que las fuerzas de ocupación cometen
contra prisionero/as y contra el conjunto de la
población iraquí, así como en Afganistán, en el
campo de concentración de Guantánamo, (nuevo
Auschwitz del nuevo terror), o simplemente
entregando ciertos prisioneros a países que
practican la tortura, como Pakistán o Turquía. Hay
un afán en ese gobierno, de siempre tratar de

13
Incluso aquellos que, como México y los centroamericanos,
supuestamente están bajo el control más directo de EE.UU.

- 12 -
Colapso Mundial y Guerra

ubicarse contra o fuera de las leyes. Por eso se trata


de acciones flagrantes: El rey (Estado) marcha en
paños menores, el pueblo ha abierto los ojos y sabe
que se trata del Leviatán Criminal que destruye la
posibilidad de paz, porque debe imponer su
voluntad siempre empleando la represión abierta y
arbitraria –nunca llega a legislar.
Así desenmascarados, el ejecutivo y las fuerzas
armadas de EE.UU. prefieren como instrumento de
proyección de poder, el terror que sus actos anti
humanos puedan suscitar en la población, la
mundial en general e incluyendo los (reales o
imaginarios) enemigos, pero en primer término
incluyendo la propia población, a la que se le
reducen sus derechos políticos y civiles, y que
aparece muy escindida, como no lo estaba desde la
Guerra Civil de principios de la segunda mitad del
siglo XIX y desde la guerra contra Vietnam de
mediados del XX. La impunidad del gobierno (que
miente para justificar una guerra, o que maltrata
ilegalmente a los prisioneros de guerra), puede
emplearse como indicador del grado de tiranía y
hundimiento ético que sufren EE.UU. y el mundo.
La tendencia a actuar “irracionalmente” en
política es mayor cuando se trata de movimientos
fanático excluyentes que buscan alcanzar y afirmar
su poder. O bien, o paralelamente, cuando se dan
condiciones de “descomposición” psicosocial,
social institucional y ecológica: en situación de
colapso. En el caso de la administración Bush II,
significa continuar la postura política, ya adoptada
por Nixon y Kissinger, de suscitar la percepción en
otros y de actuar, como “loco” (la famosa “teoría
del loco”), con el objetivo de provocar temor. Por

- 13 -
Eduardo E. Saxe Fernández

eso, los cuatro años adicionales de gobierno de


Bush II en EE.UU. serán aprovechados por ese
extremismo, para promover su agenda oligárquica.
Ese gobierno, primero, agudiza los conflictos y
problemas de su país y del planeta. La
administración Bush II trata de “manejar” los
colapsos ecosociales, militarizando los organismos
financieros internacionales, en primer lugar el
Banco Mundial con Wolfowitz al frente14. Es allí
donde quieren implantar las ideas de “seguridad
integral”, que no son sino renovados velos para
encubrir las guerras económicas, sociales y
ambientales. En segundo lugar, propicia la
exacerbación de la creciente polarización política
en la ya citada nueva crux que divide a la
humanidad y a EE.UU., en dos dilemas
íntimamente entreverados.15
Entonces, el “ejercicio intelectual sobre y en la
guerra” tiene, o enfrenta, la ferocidad autoritaria,
fanática y violenta a partir de la univocidad; es
decir, el autoritarismo del discurso oficial. El
pensamiento se entorpece, se torna laborioso y
penosísimo por el sufrimiento, la angustia, el
miedo y, sobre todo, el venenoso odio. Y por tanto
14
Es uno de los más fanáticos propulsores de la doctrina de
guerra de agresión y unilateralismo imperialista del grupo
Bush. Fue viceministro de guerra durante la primera
administración Bush II.
15
Por lo demás, Kerry también habría continuado en lo
fundamental (con “matices y énfasis”), las políticas del grupo
Bush, como ya lo hiciera Clinton. Acertadamente me señala
Rodolfo Meoño, la tendencia a la guerra y la aspiración
hegemonista de EE.UU., “no son situaciones coyunturales que
desaparecerían si Kerry hubiese resultado electo, sino que se
trata de una tendencia estructural”.

- 14 -
Colapso Mundial y Guerra

es peligroso incluso pensar, decir o escribir ciertas


cosas y, pronto, como en los años dorados de la
Inquisición, del Generalísimo Franco, o de
Pinochet, se prohibirá simplemente pensar, decir y
escribir casi cualquier cosa... Son situaciones cada
vez más similares a las vividas por quienes hacían
teoría crítica en Alemania, durante las décadas de
1920-1940, o teoría social en Argentina o Chile
durante las décadas de 1970 y 1980.
En este libro he buscado plantear y hacer
inferencias significativas, sobre dimensiones
cruciales de la tesis que exploro. Esas inferencias
se basan en el análisis de la literatura y la
información públicas, sobre las prácticas, las
políticas, las doctrinas y estrategias, de estados y
otros actores, sobre todo de EE.UU., con el
propósito de articular, sintetizar y facilitar, la
comprensión del conjunto de la situación, sus
tendencias, características e implicaciones.
La hipótesis general es que: las destrucciones
social y ecológica ya alcanzan dimensiones de
“colapsos” (“hundimientos” –zusammenbrück),
pero la solución que buscan imponer quienes
provocan esos colapsos, que son los ricos y
poderosos, es hacer permanente la guerra,
militarizando el planeta y organizando su
administración con un sistema policiaco totalitario
(Leviatán). Esta estrategia corresponde a un actor
desesperado, que infructuosamente busca
“hegemonía” como forma para sobrevivir, en un
contexto de hundimiento generalizado, incluso si
todos los demás tuviesen que morir (Dilema del
Titanic). Al buscar esa elusiva hegemonía
militarmente, EE.UU. agrava la situación mundial

- 15 -
Eduardo E. Saxe Fernández

(ontológicamente signada por el terror de policías,


soldados, torturadores y asesinos) y precipita aún
más los colapsos ecosociales.
La mentalidad hacia la hegemonía o incluso un
imperio mundial, consiste en preferir creer
ilusoriamente, claro, que más bien se produciría
una pax derivada de la imposición de la ley de
EE.UU. por medio de las fuerzas armadas de
EE.UU. Tal pax tendría lugar en los marcos
políticos, institucionales, y psicosociales,
determinados para el planeta por EE.UU., es decir,
después de eliminar/reducir y/o dominar, los
correspondientes marcos históricos de otras
economías y sociedades, civilizaciones, naciones,
regiones, pueblos, etnias, grupos, personas. Mas
del dicho al hecho hay distancias que conviene
explorar, sobre todo en los discursos o políticas
“neo imperiales” de EE.UU. Es decir, la
enunciación de una hegemonía no necesariamente
nos debe llevar a asumir, inferir, presumir, o
“explicar”, un carácter incontestable de tal intento
hacia ese tipo de hegemonía.16 Más bien, lo
predecible y lo que se observa es la creciente
capacidad de resistencia a la estrategia de diktat –
el recurso que escoge Bush II-, por parte de la gran
mayoría de los demás actores internacionales y por
al menos la mitad de la propia población de
EE.UU.

16
En el esquema de Kaplan (Morton), se trataría de un sistema
internacional universalista: legislación y control y ejercicio de
la fuerza mundiales en manos de EE.UU.; el gobierno de
EE.UU. funcionaría como gobierno mundial.

- 16 -
Colapso Mundial y Guerra

Nuestra hipótesis implica que, considerando la


situación internacional actual con teorías político
económicas estructuralistas, político militares
realistas e idealistas, y del equilibrio, junto con
teorias geopolíticas de alianza de las potencias
“terrestres” de Eurasia, y creciente aislamiento de
EE.UU. en la “Isla Norte” de América17, entonces
es posible discutir la hipótesis general, incluyendo
las hipótesis específicas sobre las debilidades de
EE.UU. y sobre las tendencias contra
hegemónicas.
En las teorías clásicas de los estudios
internacionales18, se privilegia la tendencia al
equilibrio. Para esto, una regla de operación en la
política internacional es, oponerse a cualquier
coalición o a cualquier actor individual, que
busque asumir el predominio en el sistema. Esta
tendencia a oponerse a las pretensiones de EE.UU.
será mayor por parte de los actores esenciales
internacionales, las grandes potencias como la UE
(individual, y cada vez más colectivamente a largo
plazo). A la “gran alianza” de EE.UU. (Israel,
Inglaterra y parte de la UE, Japón, Corea del Sur y
Australia, sobre todo), se opone una tendencia
similarmente mundial, basada en recientes
acuerdos estratégicos entre las otras grandes
potencias, UE, Rusia, R.P. China, India y Brasil,
junto con la inmensa mayoría de los estados y la

17
La “Isla Sur” americana (en parla mackinderiana) ahora
tendería a unirse y a tratar de liberarse (“al menos un poco
más”) de la del Norte.
18
Referidos a un orden internacional donde los estados
nacionales siguen siendo los principales actores.

- 17 -
Eduardo E. Saxe Fernández

población mundiales, que rechazan la “cruzada”


del grupo Bush.
Por otra parte, los avances de EE.UU. tomando
Afganistán e Irak, y haciéndose presente
militarmente en toda el Asia Central, por una parte
amenazan directamente a Rusia y a la R.P. China.
EE.UU. intenta neutralizar las acciones desde el
área pivote o “Heartland” de las potencias
terrestres euroasiáticas. Pero, a la vez, por otra
parte esa avanzadilla también ha resultado en una
mayor reactivación militar de Rusia y su
acercamiento estratégico tanto con Europa como
sobre todo con China e India, constituyendo cada
vez más un formidable frente. La misma debilidad
rusa, así como las crecientes capacidades propias y
las necesidades derivadas de la carrera
armamentista de EE.UU., impulsan a esas otras
potencias euroasiáticas a vincularse entre sí, tanto
porque la debilidad rusa ya no les impide hacerlo,
como porque esa débil Rusia ahora actúa como
agente vinculante (incluso y sobre todo en los
aspectos militares) entre las potencias euroasiáticas
–Japón es la única gran potencia asiática del
Pacífico que sigue en la coalición de EE.UU.
Por consiguiente, se acelera la carrera
armamentista derivada de la guerra preventiva
propugnada por EE.UU., agudizándose al límite el
dilema de la seguridad (entre más seguridad busco,
menos seguridad obtengo), por la naturaleza
misma de la guerra civilsocial (terrorista
antiterrorista) mundial.
La forma en que puede precipitarse una guerra
mundial con empleo de todo tipo de armas a gran
escala, queda ejemplificada en el caso

- 18 -
Colapso Mundial y Guerra

paradigmático de la relación petróleo guerra, que


exploro en el tercer capítulo.
Los colapsos ecosociales confluyen con la
tendencia hacia la militarización y la guerra,
concentrándose y precipitándose alrededor de los
recursos necesarios para sobrevivir, en primer
lugar la principal materia prima estratégica, el
petróleo. El grupo Bush busca el control militar de
todos los hidrocarburos del planeta. Esto provoca
una tendencia alcista en el precio del petróleo, por
la incertidumbre e inseguridad que conlleva. Al
mismo tiempo, las empresas petroleras mantienen
restringido el procesamiento del crudo, en
particular la producción de gasolinas. Estas
restricciones también empujan al alza los precios
petroleros. Existen también grupos de
especuladores, que obtienen ganancias de los
sobreprecios al petróleo y que operan exagerando
los aspectos anteriores y agregando otros. La
tendencia alcista en los precios del petróleo, a su
vez, aumenta la importancia estratégica y militar
de sus yacimientos, induciendo en la dirigencia de
EE.UU., una creciente inclinación a desarrollar
nuevas aventuras militares (ocupaciones), como en
el caso de Arabia Saudita en 1990 e Irak en 2003.
Estos factores confluyen hacia un enfrentamiento
con Irán y con Venezuela, y/o a procesos de guerra
en torno a Siria y Líbano, o Colombia. El aumento
del precio del petróleo puede ser muy significativo,
si hubiera un ataque de EE.UU. a Irán (incluyendo
guerra económica), a la que inmediatamente se
verían arrastrados prácticamente todos los países

- 19 -
Eduardo E. Saxe Fernández

de la región, e incluyendo a Pakistán, India y


Rusia19.
La elevación del precio del petróleo agudiza
las contradicciones y tendencias económicas de los
mercados hoy oligopolizados, también
coadyuvando con la “necesidad” de la guerra
permanente para mantener los privilegios y
ganancias del capital.
La argumentación del libro es como sigue. La
estrategia pro imperialista de EE.UU. y el capital,
encuentra razones profundas, “estructurales”, en la
situación de colapsos sociales y de colapsos
ecológicos mundiales. A la vez que (con) “causa”
de la militarización y degradación de la vida
planetaria y civilizacional, los colapsos ecosociales
tienden a provocar el fracaso de la aspiración
hegemónica de EE.UU. y de la rearticulación del
capital. Estos colapsos son estudiados en el primer
capítulo. En el capítulo segundo discuto las
posturas político militares de “nuevo”
imperialismo y las debilidades de la aspiración
hegemónica de EE.UU. En el tercer capítulo,
analizo históricamente la imbricación estratégica
entre petróleo y aparato militar en la política de
EE.UU. y del mundo, mientras que en el cuarto
incursiono en el análisis de dimensiones
ideológicas, considerando el papel de la religión
cristiana en esta guerra. Acabo con un capítulo
sobre el involucramiento de Costa Rica en las
guerras de EE.UU. en Irak y en Colombia: el

19
El premio Nobel de la paz de 2005, otorgado a la Agencia
Internacional de Energía Atómica, buscaría fortalecerla para
que actúe contra Irán, en la próxima guerra (y escalada de
precios del petróleo) del grupo Bush.

- 20 -
Colapso Mundial y Guerra

capítulo es una ilustración del neocoloniaje que


padece esta pequeña república centroamericana.

II.
Este libro surge de la preocupación que siente
hoy la humanidad por el agravamiento de la
situación mundial, en todas las dimensiones,
inquietud que hemos concretado en el proyecto de
investigación sobre “La militarización de la crisis
mundial”, en la Escuela de Relaciones
Internacionales (ERI) de la Universidad Nacional
de Costa Rica (UNA), que he coordinado durante
2003 y 2004.20
Agradezco sinceramente a varias personas que
han ayudado en la difícil tarea de explorar un tema
tan áspero y terrible como es la guerra, la agresión,
la destrucción. En especial a Roberto de la Ossa y
a Adolfo Ruiz, director y subdirector de ERI
respectivamente, por creer en nuestra propuesta y
ofrecer su apoyo, y junto con ellos agradezco al
personal administrativo. Con similar confianza
pero acaso con mayores expectativas han
colaborado lo/as estudiantes asociados al proyecto,
especialmente Bryan González e Ivannia Morera.
También nos han apoyado la Vicedecanatura de la
Facultad de Ciencias Sociales y la Vicerrectoría de

20
Junto con este libro, y también como resultado del proyecto
de investigación, he coordinado y escrito parcialmente otro,
colectivo, con investigadore/as (colegas y estudiantes)
asociado/as al proyecto y denominado, Militarización de la
Crisis Mundial. Adicionalmente, en el número 69-70 de la
Revista de Relaciones Internacionales, 2005, dedicada a los
derechos humanos, aparecen varios artículos coordinados
desde el citado proyecto de investigación.

- 21 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Investigación, en particular Guillermo Aguilar. La


inclusión de Costa Rica en el temario se hace,
sobre todo, por solicitud expresa de la
Vicedecanatura de Ciencias Sociales.
Conjuntamente con la Escuela Ecuménica de
Ciencias de la Religión, por iniciativa y apoyo de
su director Francisco Mena y del profesor
Francisco Avendaño, llevamos a cabo una
concentración de análisis y protesta, la noche
previa al ataque de EE.UU. contra Irak.
La discusión y exposición de los argumentos
ha implicado a amigos y colegas, incluyendo a J.
Olivier Gómez Meza y a Rodolfo Meoño Soto,
quienes hicieron importantes comentarios y
sugerencias a todo el texto, mientras que Joaquín
Herrrera Flores me ayudó con el capítulo primero.
David Sánchez Rubio comentó una versión
preliminar del capítulo segundo, y junto con
François Houtart y John Saxe-Fernández, cada uno
por diferentes motivos, fueron interlocutores
(explícitos o implícitos) en la discusión del
capítulo sobre la religión y la política exterior de
EE.UU. Alcindo José de Sá me ayudó a
profundizar en los aspectos geopolíticos, mientras
que Arthur N. Gilbert discutió conmigo
características y tendencias de la política
internacional y de la situación interna de EE.UU.
Partes y avances de la investigación fueron
presentados en foros de la UNA, así como en la
Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla
dentro del marco del Doctorado en Derechos
Humanos y Desarrollo dirigido por Joaquín
Herrera Flores. También en la Universidade
Estadual de Amazonas (UEA), en Manaos, dentro

- 22 -
Colapso Mundial y Guerra

del marco del postgrado en Derecho Ambiental


dirigido por Fernando A. Carvalho Dantas.
Igualmente, ofrecí una conferencia sobre la
temática del libro, con motivo de la creación de la
Asociación Gestora de la Universidad Alternativa
del Sur (UNIALSUR), en la Finca Longomai y con
representantes de la comunidad indígena de Salitre,
en el Valle del General al sur de Costa Rica. El
capítulo sobre el petróleo y la guerra apareció
publicado en la serie Documentos de Estudio de
ERI-UNA, N. 25, Noviembre de 2004. También
agradezco el interés de AMO AL SUR Editorial
por la publicación de esta obra (incluyendo edición
digital), dándome la oportunidad de divulgar
pensamiento alternativo.

- 23 -
Eduardo E. Saxe Fernández

- 24 -
Colapso Mundial y Guerra

Capítulo Primero

Un mundo que se hunde:


Los colapsos ecosociales,
ontológicos y globales

I. Introducción
Durante la mayor parte de su historia, las
diferentes ramas de la humanidad han sobrevivido
o sucumbido en conflictos y destrucciones sociales
y ambientales. Muchos grupos, pueblos, naciones,
regiones y continentes se autodestruyeron, o fueron
destruidos, en guerras (muerte y esclavitud) o
sufriendo o provocando cataclismos naturales; o
ambos. La humanidad sobrevivió, creció y se
extendió por casi todos los continentes durante los
últimos cuatro millones de años, pese a esas
destrucciones ecológicas y sociales21. Las grandes
civilizaciones históricas antiguas florecieron hace
no mucho tiempo, por ejemplo los sumerios
vivieron apenas hace unos cinco mil años22, los
romanos algo más de mil quinientos años atrás.
Con ellas creció la capacidad humana para alterar
la naturaleza y para matar (animales y, sobre todo,
otros seres humanos). Pero ha sido con la

21
Cf. Nota 27, p. 59.
22
Véase el clásico de S.N.Kramer (1962), sobre los grandes
aportes sumerios, incluyendo la escritura.

- 25 -
Eduardo E. Saxe Fernández

expansión europea (cristianismo capitalista) a todo


el planeta desde hace apenas unos seiscientos años
(y sobre todo a partir del siglo XIX), cuando las
dimensiones de los procesos destructivos sociales
(militares, económicos, políticos, culturales), y
ambientales, no han cesado de magnificarse.
Crecer indefinida y permanentemente, eliminando
la oposición social o natural, es regla básica de
supervivencia de esa civilización. Una civilización
cristiana –excluyente de toda otra religión- y que
se organiza en una economía política capitalista –
excluyente de toda otra economía política. En el
siglo XXI, el capitalismo equivale para el planeta y
la humanidad a un cáncer en metástasis, que por su
necesidad de crecimiento ataca y destruye al ser
que le da origen -pero que no constituye su sentido,
aunque su ideología postule que la humanidad y la
naturaleza “están al cuidado suyo” (Heidegger).
Desde la séptima década del siglo XX, esa
capacidad de muerte mundial llegó a significar,
disponer de armas capaces de matar al menos 500
veces a cada persona viva en el plantea. En el siglo
XXI, el capitalismo del patriarcado tardío
profundiza la destructividad y autodestructividad
humanas, centrando la “humanidad” en el
hiperegoísmo posesivo, agresivo y excluyente. Ese
ultra individualismo de soledades (masculinas o
masculinizadas), se expresa en violencia universal,
hacia y desde cada persona (sujeto de pro-terror y
contra-terror), conforme la naturaleza holocénica y
la sociedad humana se descomponen, se rompen y
colapsan.
Hoy día, militarmente, EE.UU. y Rusia y
estados sucesores de la U.R.S.S. mantienen

- 26 -
Colapso Mundial y Guerra

capacidades para destruir unas 300 veces a cada ser


humano vivo en el planeta, solamente empleando
armas termonucleares de conocimiento público, y
sin contar convencionales, bioquímicas y otras.
Francia, Inglaterra, Israel, la R.P. China, India, y
Pakistán, también poseen capacidades militares
termonucleares para infligir graves daños al mundo
y la humanidad.
Social y económicamente, a principios del
siglo XXI, unos 600 millones de personas
controlan más del 75% de la riqueza mundial,
mientras que otros 5.400 millones de personas
deben compartir el 25% restante; y 1.200 millones
de las personas sobreviven pocos años, con algo
más del 2% de la riqueza mundial. Al mismo
tiempo, los aparatos militares del mundo cuestan
casi 1 billón de euros (un millón de millones) al
año; se gastan decenas de millardos (miles de
millones) de euros en el consumo superfluo
(incluyendo decenas de millardos de euros para
mascotas domésticas, por ejemplo), o para realizar
exploraciones espaciales. El derrumbe moral de
esta contradicción ya señalada por Marcuse, lanza
a la humanidad por la senda de la violencia. Para
que no nos hastiemos de la violencia (Kant preveía
que nos educaríamos y hartaríamos de ella), se la
hace el centro del individuo que, a su vez, es centro
ideológico, político. Se la entrevera con mucha
sexualidad también agresiva, excluyente y
estereotipada, desarrollando patologías
psicosociales que se expresan en éticas nihilistas y
tanásicas.
Si los recursos no fueran desperdiciados de esa
manera, en menos de un lustro los centenares de

- 27 -
Eduardo E. Saxe Fernández

millones de pobres podrían solucionar sus


carencias de poder, a partir de disponer de
vivienda, salud, educación y fuentes de bienestar
psicosocial y económico. Esos recursos serían
también suficientes para implementar nuevas
formas de organización del espacio y la vida,
energéticas y productivas, de las que ya tenemos
suficiente conocimiento científico y concreción
tecnológica. Con la reconstrucción social mundial,
además, la muy vapuleada y devastada naturaleza
podría empezar a reconstituirse. Un resultado
similar se podría obtener, en cinco años,
estableciendo un impuesto del uno por ciento (1%)
a las primeras 500 Corporaciones Transnacionales
Metropolitanas (CTM).
Ecológicamente, observamos que los procesos
destructivos tienden a encadenarse, provocando
sinergias devastadoras entre diferentes ecosistemas
o componentes de los mismos. Las características
de cruciales procesos ecológicos mundiales se van
extremando, agudizándose sus rasgos
23
configurativos . No sabemos cuándo esas
sinergias provocarán un salto, un colapso, un
cataclismo, como por ejemplo nuevas y mayores
rupturas o desagregaciones de la atmósfera
mundial; o huracanes con vientos superiores a 350
Km/hora y acompañados por fuertes y muy
prolongadas lluvias.

23
Más frío y más calor, más lluvia y más sequía, más
desertificación y pérdida de suelo fértil, más pérdida de capa
vegetal; “rupturas” repentinas de la atmósfera o de montañas y
laderas, derretimiento de los casquetes polares, o la creciente
extensión de zonas desoxigenadas en el mar –donde sucumbe
la vida, etc.

- 28 -
Colapso Mundial y Guerra

El obstinado centramiento en el petróleo como


fuente estratégica energética y la articulación del
aparato militar de EE.UU. y las otras grandes
potencias alrededor de este régimen internacional,
son el principal foco de problemas ambientales y
político militares del planeta ahora. Continuar
basando el régimen energético en el consumo de
petróleo, es la apuesta irresponsable de quienes
dirigen a EE.UU. (dueños de empresas petroleras,
e institucionalmente ubicados en el sector de
seguridad y militar). Para garantizarse el control
mundial de este recurso estratégico que escasea
cada vez más, y como componente central de su
aspiración hegemónica, EE.UU. primeramente se
apoderó de Afganistán y más recientemente de
Irak.24. EE.UU. tiene que retirar tropas de Europa y
del Asia del Pacífico, para concentrarse en las
zonas petrolíferas meso orientales25.
La “política de los hechos cumplidos” que
aplicaba la dirigencia nazi alemana es ahora
también utilizada por Washington,
característicamente en una guerrra civilsocial
mundial que cada día más opone a EE.UU. al resto
del mundo, y a quienes poseen riqueza y poder, en

24
Por ejemplo, la rápida expansión de los talibanes afganos y
la toma de Kabul el 26 de septiembre de 1996, “...no pueden
comprenderse sin el apoyo directo de los servicios
paquistaníes, con el acuerdo de Estados Unidos y Arabia
Saudita, en el marco de un gran proyecto que apunta a la
exportación de los hidrocarburos de Asia central por
Afganistán y Pakistán, en detrimento de Irán y Rusia.”( Oliver
Roy, 1999: 221).
25
Lo cual ofrece más margen de maniobra a la UE, Rusia, la
R.P.China e India.

- 29 -
Eduardo E. Saxe Fernández

general, frente a quienes cada vez están más


excluidos de una vida humana digna.
Similarmente, la guerra civilsocial mundial (guerra
contra el terrorismo) implica la instauración de la
violencia y guerra como primera institución
nacional e internacional para enfrentar y resolver
problemas y conflictos. Implica también la
profundización y aceleración de la destrucción de
la naturaleza. Así, los peligros de destrucción
masiva, social y ecológica, que notábamos durante
la década de 1990, ahora alcanzan dimensiones de
colapsos mundiales.
Las guerras por los recursos, y el recurso a la
guerra que caracterizaron el imperialismo clásico
decimonónico y que fueran esgrimidos por el
régimen nazi alemán (con mayor propiedad
jurídica que hoy EE.UU. -Cf. González, 2005),
reaparecen con el intento de hegemonía
emprendido por el gobierno de Washington.
El instrumento más a mano y aparentemente
cada vez más necesario, para la oligarquía de
EE.UU. y mundial es el militar. Apuestan por la
guerra de agresión, eufemísticamente llamada
“guerra preventiva”. EE.UU. solo vislumbra una
salida de crisis exitosa, mediante la guerra, esto es,
mediante la generación de anarquía sistémica para,
en esas turbulentas aguas (guerra mundial contra el
terrorismo), aprovechar el diferencial de poder
militar (que es el decisivo en tales coyunturas –
obviamente creen en el Pentágono y la Casa
Blanca), y así recuperar/reafirmar el control del
planeta.
Se trata, hoy, de un capitalismo rapaz como
nunca antes (porque se acaban los recursos; porque

- 30 -
Colapso Mundial y Guerra

la gente puede ser tratada peor que animales; como


enemigos), inestable y cada vez más apoyado en
las fuerzas armadas y de seguridad (que
discriminan entre “humanos” y “no humanos”:
comunistas, judíos, homosexuales para Hitler; hoy
terroristas y “no cristianos” para Bush II). Tales
aventuras, históricamente tienden a terminar en
tragedias y genocidios de grandes proporciones.
Esta vez, se trata de la destrucción del mundo y
de la humanidad.
Consecuentemente, no solo avanza el planeta
de manera irreversible en los procesos de
destrucción ambiental y social, sino que para los
estrategas del grupo en el poder en EE.UU., esa
destrucción e inseguridad ontológica,
necesariamente (!por dicha y suerte! –pensarían
lo/as así interesado/as) van acompañadas por una
creciente (e “imparable”) demanda por
seguridad, lo cual resultará en un buen negocio
para ello/as (como abanderado/as del aparato
militar industrial universitario), además de
garantizarles la continuidad al frente del estado
washingtoniano. Esta es la dimensión placentera
del dilema de la seguridad. El aspecto doloroso es
que la amenaza no cesa de crecer y
consecuentemente el pánico de los tiranos –por no
mencionar el dolor de la vida humana y la
naturaleza destruidas, que no incumben a esos
personajes. Mientras continúe la guerra mundial
contra el terrorismo, el grupo Bush espera allegar
recursos tales, que los coloquen como uno de los
más ricos, y el más poderoso, en el planeta. A su
vez, tal riqueza se acumula recibiendo contratos
del Pentágono en Irak y muchos otros lugares y

- 31 -
Eduardo E. Saxe Fernández

aprovechándose de los elevados precios del


petróleo. Se centra en los sistemas militares y de
seguridad. Y, con estos dos instrumentos, petróleo
y poder militar, pretenden mantenerse en el poder
indefinidamente o ser parte y voz líderes, de él.
Esto que quieren hacer o que están tratando de
hacer, se lo imaginan como si fuera la guerra
emprendida por Julio César contra las Galias,
cuando mató millones de galos para apoderarse de
sus riquezas y posesiones, y vendió como esclavos
a otros millones. Con esas bases financieras pudo
sostener sus ejércitos y, con ellos, se lanzó a buscar
la dictadura en la Roma aún republicana. Ahora a
principios del siglo XXI, ese grupo en EE.UU. (y
otros en otros lados –Berlusconi o Putin vienen a la
mente), busca un primer momento de “principado”,
dentro de esquemas oligárquicos.
La tendencia generalizada de este capitalismo
de guerra final y permanente, apunta a la
corporatización de las principales instituciones
sociales, destruyéndose o tergiversándose el Estado
en sentido hegeliano, en tanto espacio que lograba
escapar a la dura tenaza corporativa –la jerarquía
de la dominación/explotación económico social-.
Ese Estado era “la” instancia en la que las personas
no sufrían las jerarquías autoritarias extra
estatales: la familia, la empresa o la corporación
mercantil o artesanal, y la iglesia. (los ejércitos
pueden ubicarse parcialmente dentro y
parcialmente fuera del estado). En el siglo XXI,
aquellas corporaciones se recrean en nuevas
jerarquías: recapturan, “reforman”, adaptan y
achican al Estado, para que las proteja y las
establezca como los espacios de algo equivalente a

- 32 -
Colapso Mundial y Guerra

las personas humanas, eliminando el espacio de la


libertad (individual, grupal o social) que el Estado
hasta entonces hacía posible. Renacen las
oligarquías y las dictaduras (por ejemplo en Rusia
o Indonesia). La democracia se decide mediante
carísimas campañas publicitarias lavacerebros. Los
grupos ricos y poderosos que acaparan el poder,
también son dueños de los medios de información
y llevan a cabo la conducción política mediante
sucesivos referendos y procesos electorales que
“venden figuras” (Reagan o Swarzenegger en
California, Menen y “Fujicolor” –Fujimori y
Collor de Melo- en América del Sur, Arias en
Costa Rica). La “democracia vacía” se hace
posible por la situación de terror o pánico a la que
se induce a la población, sea por violencia
económica (mega paro estructural y eliminación de
garantías laborales), por violencia social
(criminalidad y destrucción de redes de solidaridad
y seguridad social) o por violencia política (guerra
civil, terrorismo oficial y opositor). Así se
consolida el gobierno del aparato de seguridad y
los medios de comunicación tanásicos.
La apuesta (literalmente) que hace EE.UU.
busca una hegemonía imposible (por el impacto de
las destrucciones social ecológicas), y el esfuerzo
que dedica a ella precipita al mundo (incluyendo a
EE.UU. mismos) en colapsos militares,
económicos, sociales y ecológicos, en la locura del
frenesí asesino (el asesinato es el centro de la
estética actual), para pretender, ilusamente, que
los ricos sobrevivan un poco más que los demás
(morituri), entre ruinas que crecen y en una orgía
de sangre inocente.

- 33 -
Eduardo E. Saxe Fernández

En síntesis, el mercado capitalista es un


componente del ecosistema mundial que viene
creciendo incesantemente, engullendo cada vez
más recursos del planeta y sujetando a sus leyes de
hierro a la humanidad entera, más de la mitad de la
cual sobrevive mala e indignamente. Ese mercado
es el mercado de los ricos que participan y se
benefician, los demás sirven en él para apenas
sobrevivir, o son marginados funcionales
(megaparo estructural). Ese (mítico) “mercado” ha
desbordado la capacidad y los límites del
ecosistema mundial y de la biosfera, los “peligros”
de destrucción social y ecológica (“ecosocial”)
alcanzan dimensiones (por ejemplo, escasez de
petróleo a corto plazo) de colapso, que inducen,
entre los mismos dueños del capital, respuestas y
soluciones de guerra, militarización y
fascistización universales (Véase el Anexo II). Este
extremismo se tiñe de fundamentalismo cristiano,
y representa el último recurso de EE.UU. y sus
asociados, para intentar ser quienes sobrevivan de
las grandes catástrofes sociales y ecológicas que
azotarán el planeta en los próximos lustros,
provocadas por ellos mismos en sus afanes
egoístas posesivos.
En el resto del presente capítulo, discuto la
noción de “colapsos ontológicos ecosociales”, en
sus dos dimensiones, la social y la ecológica.
Busco mostrar justamente el carácter terminal y de
derrumbe que adquieren cada vez más estos
procesos a escala mundial.
El paralelo colapso mundial resultante de las
tendencias que enfatizan y centran la política y la
sociedad en la guerra (el colapso militar), es el

- 34 -
Colapso Mundial y Guerra

tema indirecto de este capítulo (los ataques


terroristas son respuestas, inhumanas, a los ataques
y políticas imperialistas, también inhumanos), y es
el tema de los otros capítulos del libro.

2. Los colapsos ontológicos ecosociales


2.1. La noción de “colapso”. Para alguien o
alguno/as, una “amenaza” significa la existencia de
muchas o crecientes probabilidades de que a cierto
plazo (no muy lejano) se padezca humillación,
injuria, enfermedad, daño, destrucción, muerte.
Generalmente se reconocen dos acepciones: una
social personal, cuando alguien o alguno/as dan a
entender con actos o palabras que se quiere hacer
algún mal a otro/a u otro/as; y la otra acepción, que
es “impersonal” o referida a lo no humano en
general, incluyendo lo natural, tiene tres fases: (1)
anunciar, (2) presagiar o (3) ser inminente algún
daño. La inminencia es la última fase de la
amenaza, y se confunde casi con el “peligro”. Pues
la amenaza puede aumentar, con lo que las
probabilidades de daño también crecen, mientras
que los plazos para que eso suceda tienden a
reducirse. Correspondientemente, un “peligro”
aparece cuando la amenaza deja de ser inminente y
empieza a cumplirse y realizarse. La destrucción
que trae ese creciente peligro puede ampliarse
hasta afectar los componentes y relaciones básicos
de las personas o entidades perjudicadas, dañadas.
En el siguiente momento, la destrucción continúa
aumentando y alcanza una magnitud y/o intensidad
tales que producen el “colapso” (agonía y muerte;
descomposición, desintegración, derrumbe,

- 35 -
Eduardo E. Saxe Fernández

destrucción) de esa o esas personas, seres o


entidades.
Tanto el peligro como el colapso implican
“destrucción”, pero en el caso del colapso se trata
de encadenamientos de destrucciones locales o
singulares, que alcanzan dimensiones cada vez más
extendidas, amplias y generales. En los colapsos,
tiende además a reducirse el gradualismo de los
procesos, y aumentan “caídas”, “desplomes”,
“derrumbes”, “extinciones en masa”,
“bombardeos, hambrunas o genocidios en cada vez
más países”, etc., de carácter repentino, súbito. El
colapso significa la última fase de vida de esos
seres vivos, o de la existencia –en determinadas
condiciones y formas-, de objetos, instituciones o
cosas.
No resulta problemático emplear la noción de
“colapso” para comprender los procesos
internacionales y mundiales. Por ejemplo, es
fácilmente comprensible para referirse a una parte
cada vez más significativa de especies animales,
incluyendo no solamente mamíferos sino muchos
reptiles, aves, peces e insectos, que desaparecen
para siempre cada día. Tampoco es difícil aplicar
la noción a la sociedad humana: cada vez más
hemos sufrido, o hemos venido contemplando con
horror, “en directo o en los imaginarios”, el
asesinato de humanos como base de la vida
cotidiana; hemos visto sociedades devastadas,
hundidas en la miseria y la violencia, o
simplemente desaparecidas (eliminadas).
Aparte de nosotro/as mismo/as, podemos
observar cómo otros seres vivos, y también
inanimados (paisajes y comarcas), padecen

- 36 -
Colapso Mundial y Guerra

amenazas o peligros, o colapsan. En particular, es


posible señalar niveles de amenazas, peligros y
colapsos, en sociedades y en ecosistemas o
componentes de ellos.
2.2. La dimensión ontológica. La ontología es una
rama de la filosofìa que estudia lo que es y lo que
no es, en cuanto tales, y por consiguiente es
considerada como la dimensión fundante de lo que
se piense sea “real” e “irreal”. “Ser” y “no ser”
constituyen el predicado más general que se puede
dar a (o que “puede tener”) cualquier ser o cosa.
Un equivalente del ámbito “vital” es “vida” y
“muerte”. La ontología estudia las formas y
características de lo que es y/o no es, de lo “vivo”
y de lo “muerto”, “en general”26.
La dimensión ontológica puede considerarse
análoga a predicar, respecto de la humanidad
(plural e individual): “su existencia y sentido,
implicando la posibilidad de expresar al máximo
las mismas capacidades humanas” (Cf. Herrera
Flores, 2001; Sánchez Rubio, 1999; 2003).
En el caso de la dimensión social, el “punto de
referencia” para realizar la comparación que
permita determinar ese “ser humano” como “ser
social”, por definición se da y no se da
históricamente, aunque en la historia podamos
encontrar ejemplos de aspectos y tendencias. Se ha
ubicado en un desideratum para nuestras vidas hoy

26
Si dentro de la ontología destacamos alguna entidad
específica de la totalidad de lo que es, o bien destacamos a la
totalidad misma, como “creadora”, “ordenadora”, “productora
de sentido”, o “copresente”, entonces abandonamos la
ontología y nos ubicamos en otra rama de la filosofía, la
metafísica.

- 37 -
Eduardo E. Saxe Fernández

y mañana, y para las vidas de quienes vivirán


después que nosotros ya no lo hagamos. Los
genocidios, las masacres, los asesinatos, las
torturas, las enfermedades, el hambre, los
secuestros, los encarcelamientos, las
persecuciones, el odio y la venganza, la
prepotencia y el exclusivismo, el amor a la
violencia (cultura del asesinato), la extinción del
grupo social, la desaparición de costumbres, de
lenguajes, de imaginarios, la represión psicosocial
y particularmente sexual, y la agresión contra seres
vivos e inanimados, todo acompañado de un culto
a la Violencia, alcanzan niveles delirantes a
principios del siglo XXI, y son los “constituyentes”
de ese “punto de referencia” de definición de “lo
humano”, en los pensamientos y los discursos
oficiales.
Para al menos un tercio de la humanidad, hoy
su situación es de colapso total, mientras un grupo
cada vez más pequeño concentra riquezas
inenarrables y poderes dictatoriales, y el conjunto
enloquece en la ansiedad insaciable de conciencias
engolosinadas con el adrenalinazo orgásmico de la
muerte del/a “otro/a”
De manera que a partir de 2001, cuando la
administración Bush II emprende una nueva
Guerra Mundial y el planeta se recentra alrededor
de la violencia institucionalizada (militar, policial)
para garantizar a los ricos la posesión de la
“propiedad-mundo”, entonces esos peligros
ecológicos se transforman en colapsos.
Respecto de la naturaleza del planeta (incluye
humanos, pero se refiere sobre todo a animales,
plantas y minerales), la “dimensión ontológica”, en

- 38 -
Colapso Mundial y Guerra

tanto desideratum se refiere a las características


que mostraba este planeta a finales del Pleistoceno
y a principios del Holoceno (hace unos
13.000/8.000 años)27. Es decir, tomamos al
Holoceno como punto de referencia o comparación
en la historia de la naturaleza de la Tierra (Cf.
Leakey & Lewin, 1997). La comparación se hace,
entre esa época y las situaciones y las tendencias
históricas y actuales, de creciente impacto
negativo (destrucción) que la humanidad inflinge a
(contra) la naturaleza.
Es decir, establecemos una especie de
“definición” o “medida” de lo humano (social,
grupal, individual), y también de lo natural, que
exprese esas dimensiones, no necesariamente en su
plenitud ideal, pero sí en plenitud de posibilidad
real de existencia, justicia e igualdad, así como en
la expresión no represiva destructiva de nuestra
humanidad y de la naturaleza del planeta. Lo
“social” en tanto “humanidad”, y la “humanidad”
en cuanto bondad-belleza-justicia (por ejemplo),
tienden a colapsar y desaparecer en un desenfreno
imparable, ideológico y práxico, de sangre y
violencia. Por su parte, la destrucción de la
naturaleza del Holoceno, es una especie de “daño
colateral” que resulta de esa tendencia social
ontocida. Podemos establecer entonces

27
En América, la megafauna del Pleistoceno fue destruida no
solo por los cambios climáticos que conducían al Holoceno,
sino por la acción de los pueblos inmigrantes, ante los que
esos grandes animales no tenían defensas. (El Pleistoceno
empezó hace unos 2 millones de años y duró hasta más o
menos el 8 mil adne; el Holoceno empieza alrededor del 7 mil
adne. –hace unos 9 mil años).

- 39 -
Eduardo E. Saxe Fernández

“parámetros” o “paradigmas heurísticos” de


humanidad y de naturaleza, e intentar “medir” la
distancia que se establezca entre la “situación” (no
la “realidad”) de la humanidad y la naturaleza en
determinado momento, respecto de esos
parámetros o paradigmas.
Notamos así un proceso histórico de expansión
de la civilización, primero cristiana y luego
capitalista (siempre patriarcal), euro-americana, a
escala mundial. También notamos que desde del
siglo XIX hasta hoy (2006), esa civilización entra
en una etapa de economía industrial fundada en
energías altamente contaminantes como el carbón,
el petróleo y la fisión nuclear, y que implica
utilizar todos los recursos sociales y naturales del
planeta, a una escala cada vez mayor. Se trata de
un sistema socio económico y político ideológico
que tiene por bandera “el progreso”, “el
crecimiento del capital” como condición de
supervivencia del capital, es decir, el crecimiento
ilimitado de “la producción y la productividad”. El
capitalismo cristiano, sin embargo, es excluyente
en tanto la riqueza y el poder se concentran cada
vez más en menos personas, y en tanto se
autodefinen como el único “sistema” (económico,
político y religioso) posible. Notamos que a partir
del siglo XVIII, la situación del resto de las
civilizaciones y regiones del planeta se ha venido
deteriorando, mientras que la civilización del
capitalismo cristiano ha aumentado sin cesar su
participación y dominio de la cultura y la economía
mundiales.
La diversidad social se ha deteriorado y
muchas naciones desaparecen en el anonimato

- 40 -
Colapso Mundial y Guerra

empobrecido o bombardeado de los suburbios o los


campos desolados de África, América Latina y
Asia, en países devastados como Angola, Ruanda,
Nicaragua, Haití, Afganistán, Irak (para solamente
citar dos de cada continente). Los otros países de
estas regiones muestran “islas de desarrollo”, pero
que se ven rodeadas por crecientes devastaciones
sociales y ecológicas y, por tanto, las sociedades y
en particular los ricos, se esconden y parapetan
cada vez más, tras fuertes barreras protectoras de
carácter militar y policíaco. Mientras tanto,
decenas de millones mueren de hambre, en
desastres naturales y de enfermedades curables. Al
menos un tercio de la humanidad vive en
condiciones de “pobreza absoluta”, según la
definía el mismo Robert MacNamara (uno de sus
responsables al frente del FMI), como:
“condiciones de vida tan limitadas por la
desnutrición, el analfabetismo, la enfermedad, la
miseria ambiental, el alto índice de mortalidad
infantil y la reducida esperanza de vida, que están
muy por debajo de cualquier definición razonable
de decencia humana”.
Similarmente, la diversidad biológica se
reduce sin tregua: día a día se agregan muchos
nombres a la inmensa lista de especies vegetales
y animales que desaparecen para siempre. El
clima está alterándose, calentándose por el llamado
efecto invernadero que provocan nuestros “gases”,
haciendo a la atmósfera más lluviosa y tormentosa
conforme el calor derrite los hielos y el agua
agregada se distribuye en los océanos y la
atmósfera. Empeoran todas las condiciones
ambientales para que continuemos viviendo;

- 41 -
Eduardo E. Saxe Fernández

estamos en medio de una gran extinción de vida de


la que somos responsables y culpables.
2.3. Evolución del concepto. He desarrollado el
concepto de “colapsos ontológicos ecosociales”
(E.Saxe Fernández, 1996, 1999, 2003), a partir de
la noción de “peligros” ontológicos ecosociales,
que conviene precisar.
La noción de “peligro ontológico” fue
planteada originalmente, aunque de forma parcial,
por el filósofo alemán Günther Anders en su
ensayo “Tesis para la Era Atómica” (Anders,
1975). Llamaba la atención sobre la existencia de
una amenaza real, a cargo de un arma con un
potencial destructor inimaginable, capaz
ciertamente de provocar la muerte de la inmensa
mayoría de la población humana, y de causar
daños ambientales (elevados niveles de radiación a
escala mundial durante muchos años), acaso fatales
para el resto de los organismos vertebrados, de
muchos invertebrados y de la mayoría de las
plantas. El peligro termonuclear es ontológico, en
el sentido de significar “prácticamente” la
destrucción de la especie humana y gran parte de la
naturaleza, en una Hiroshima Universal. Según
Anders, ese “peligro termonuclear” (la capacidad
de EE.UU. y la URSS a partir de la década de
1970, de destruirse recíprocamente cientos de
veces con bombas termonucleares), se nos torna
invisible, aunque siga siendo constitutivo, pues
resulta “supraliminal”. Se trata de algo tan grande
que no lo podemos “ver”, y es el opuesto
correspondiente de la dimension “subliminal”, la
cual se refiere a estímulos visuales (por ejemplo),
tan pequeños que escapan a la conciencia de quien

- 42 -
Colapso Mundial y Guerra

“ve” (anuncios minúsculos en pantallas de cine;


contenidos ideológicos –como una bandera- en el
trasfondo esfuminado de una escena fílmica o
televisiva). El peligro termonuclear es tan
gigantesco, que escapa a la percepción, el
razonamiento y el juicio, por las dificultades que
tenemos para procesarlo en nuestro cerebro:
“No solamente la imaginación ha dejado de
estar al lado de la producción, sino que
también el sentimiento ha dejado de estar a la
par de la responsabilidad. Todavía podría ser
posible imaginar o arrepentirse por el asesinato
de un semejante, o aun de compartir la
responsabilidad por ello. Pero figurarse la
eliminación de cien mil semejantes
definitivamente sobrepasa nuestro poder
imaginativo. Entre más grande sea el efecto
posible de nuestras acciones, tanto menos
capaces somos de representárnoslo, de
arrepentirnos o de sentir responsabilidad por
él. Entre más ancho es el abismo, tanto más
débil es el mecanismo de frenado. Eliminar
cien mil personas apretando un botón es algo
incomparablemente más fácil que destazar a un
individuo. Lo “subliminal”, el estímulo
demasiado pequeño como para generar una
reacción, ya ha sido reconocido en la
psicología. Más significativo, sin embargo,
aunque no haya sido visto ni mucho menos
analizado, es lo “supraliminal”, el estímulo
demasiado grande como para generar una
reacción, o para activar algún mecanismo de
frenaje” (1975: 94).

- 43 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Hacia mediados de la década de 1990, junto


con C. Brugger, propusimos entender por
“peligro”: “...algo que efectivamente tiene la
capacidad y la tendencia a amenazar la existencia
de determinado ente... para poner en jaque mate la
continuidad de nuestra especie y la misma
organización de la naturaleza en su forma
cuaternaria” (E.Saxe-Fernández & C. Brugger,
1996: 52).
Este peligro termonuclear de Anders, entonces,
lo he definido en primer lugar como peligro
“ontológico”, por su significación (alcance): se
refiere a la destrucción de la sociedad humana y
de la naturaleza (del Holoceno). Además, se trata
de un peligro ontológico “metafísico”, pero en un
sentido particular, en tanto algo que ha sido
inminente desde 1945 y sobre todo desde la década
de 1970, pero que no ha tenido lugar. El peligro
termonuclear es una amenaza total permanente
para los humanos desde Hiroshima y Nagasaki, y
sobre todo a partir del empleo del espacio
circundante como nuevo “océano” mundial en el
que operan los sistemas militares. Pero es invisible
porque está más allá del azul del cielo y oculto
bajo las olas del mar o en silos y túneles... Es
invisible porque no hemos tenido una guerra total
termonuclear (y con todas las demás armas) entre
EE.UU. y la URSS, lo cual facilitaba el
ocultamiento y la invisibilización del peligro,
como señala Anders, convirtiéndolo entonces en
algo “meta-físico”.
En segundo lugar, a partir de la noción de
“peligro ontológico termonuclear” es posible
concebir un “peligro ontológico militar” en

- 44 -
Colapso Mundial y Guerra

general, que incluya tanto las armas


termonucleares como las convencionales, las
bioquímicas y otras. En este caso, el carácter
“metafísico” o invisibilización se diluye
(relativamente). Sin embargo, permanece oculto a
la inmensa mayoría de la población e incluso a los
políticos, el carácter central que adquiere el aparato
militar y de seguridad durante todo el siglo XX y
hoy con mayor intensidad y tamaño.
En tercer lugar, a partir de las nociones de
“peligro ontológico termonuclear” y de “peligro
ontológico militar”, es posible construir las
nociones de “peligro ontológico social” y de
“peligro ontológico ecológico”. Con ellas
hacemos referencia a procesos destructivos
terminales, en los ámbitos psicosociales y
naturales, y que durante las últimas dos décadas
del siglo XX alcanzan una dimensión de
“inminencia”, señalada por esa calificación como
“peligros”. Al final del siglo XX y especialmente a
partir del 11 de septiembre de 2001, esos
“peligros” tienden a convertirse en colapsos.
Es que la noción de “peligro” o “inminencia”
de catástrofe parecía adecuada aún en 1992, y
muchos en esa década de los años 1990 se
entusiasmaban creyendo que el neoliberalismo
institucionalista globalista, y la ausencia de “guerra
mundial” (fin de la Guerra Fría), servirían para
enfrentar y superar esos peligros ontológicos.
Ahora se podrían dedicar los esfuerzos a detener la
destrucción social y natural, la guerra finalmente
ya no haría falta y poco a poco desaparecería, en
un sueño post histórico de eternidad globalista
comercial. Sin embargo, el mismo globalismo

- 45 -
Eduardo E. Saxe Fernández

neoliberal ha sido violento, fraudulento, mafioso,


rapaz, tiende a recurrir al engaño, al fraude y a las
acciones violentas (golpes de Pinochet o Videla,
por ejemplo).
La situación actual es de “degradación
ontológica”, por el tipo de guerra que tiene lugar.
Se trata de una “guerra interna mundial”, civil y
social (civilsocial), que adquiere prioridad sobre
cualquier otra actividad, y que resulta un fardo
adicional demasiado pesado para la persona
humana, la sociedad y la economía. Los gastos de
guerra son además improcedentes, es decir, no
solamente resultan “improductivos” sino sobre
todo “agravantes” o “dañinos” para enfrentar los
actuales colapsos ontológicos ecosociales (y por
supuesto incluyendo la misma amenaza
termonuclear-militar). Sin embargo, la salida de
crisis propuesta por el grupo Bush se basa en
fortalecer y establecer a la muerte como eje central
de la vida.
Las predicciones pesimistas de observadores
como Robert Heilbroner adquieren entonces nuevo
significado. En 1991 se preguntaba si había
esperanza para el “hombre” (Sic), y respondía:
“La perspectiva para el hombre es dolorosa,
desesperada, y la esperanza que se pueda tener
por su futuro parece ciertamente muy escasa”
(1991: 20).
Agregaba que:
“Cuando los hombres pueden aceptar, e
incluso deleitarse, con la destrucción de sus
contemporáneos vivos, cuando pueden mirar
con indiferencia o irritación el destino de
quienes viven en tugurios, se pudren en

- 46 -
Colapso Mundial y Guerra

prisión, o mueren de hambre en tierras que


solamente tienen sentido en tanto lugares de
vacaciones, ¿por qué habría que esperar que
realizaran acciones dolorosas, requeridas para
prevenir la destrucción de generaciones futuras
cuyos rostros nunca vivirán ellos para
contemplar? Pero aún más, ¿No maldecirán a
esas generaciones futuras, cuyos derechos a la
vida solamente pueden honrarse sacrificando el
disfrute presente; y, si se llegara a tener que
escoger, no las condenarán a la no existencia,
al escoger el presente antes que el
futuro?”(1991: 169).
Advierte sobre el surgimiento de “gobiernos de
hierro” que practicarán “coerción gubernamental”.
Hoy se hace evidente que la “salida de la
crisis” que lleva adelante el gobierno de EE.UU.
agrava dramáticamente la crisis mundial, pues
ahora la situación es otra vez una guerra mundial.
De manera que, a partir del 11 de septiembre
de 2001, oficialmente, las originales “amenazas”
ontológicos pasan, de estar en una situación de
peligro, a una nueva situación de tendencias
crecientes a los colapsos.
La precipitación de colapsos tiende a darse
cuando un subsistema (por ejemplo un país como
Afganistán) se derrumba, y en poco tiempo estos
colapsos particulares se encadenan y provocan
colapsos regionales o mundiales, como
señalaremos en la siguiente sección.

- 47 -
Eduardo E. Saxe Fernández

3. El colapso social mundial


“La paradoja del desarrollo es que el
tremendo éxito de la civilización industrial
moderna será la causa de su colapso y
ruina” (Lewis: 1998: 45-46; énfasis ESF).
La economía política del capitalismo mundial
implica que “el mercado” tiende a crecer
indefinidamente, como característica derivada de la
competencia y como estrategia para aumentar las
ganancias. Como se representa en el Anexo II de
este Capítulo, el subsistema económico es un
componente del ecosistema mundial, que crece
hasta llegar a sustituir, absorber y destruir todo
el ecosistema del planeta. Ya la economía domina
en cada vez más ámbitos de la vida social humana
(hasta la educación es articulada ahora desde
perspectivas mercantilistas). Los grupos y sectores
dominantes en los mercados oligopólicos
internacionales, se disponen a adueñarse de la
naturaleza “virgen”, es decir, prácticamente de
todas las plantas y los animales, y de paso acabar
con las últimas sociedades articuladas en torno a la
agricultura. Y en alianza con políticos, sacerdotes
y muchos militares, quieren “reinar” sobre sus
posesiones “globales”.
El determinismo tecnológico es un supuesto
ideológico que ha tendido a reemplazar a la noción
de “progreso”, otrora dominante en el sistema de
supuestos sociales del capitalismo cristiano.
Representa el “mecanismo” mental y social,
justificador y significativo de que la “actual” o
pasada distribución y organización del poder y la
riqueza, podrán perpetuarse ad aeternum, gracias a
los “milagros tecnológicos”. Pues tanto los

- 48 -
Colapso Mundial y Guerra

etnocidios y masacres, como los ecocidios para


“evitar que los pobres se apoderen de todo”, así
como el necesario “aislamiento” y “privacidad” de
lo/as dueño/as del planeta, solamente pueden
garantizarse por medio de la fuerza más brutal
posible –en lo que conocemos de la historia de la
vida. Entonces, los conocimientos y tecnologías
militares o “de seguridad”, tienden a convertirse en
el centro de las actividades de investigación
científica y desarrollo tecnológico. Representan
una creciente carga para la sociedad y el fisco,
sobre todo de EE.UU., lo cual también es limitante
y aberrante –respecto a las necesidades humanas.
La historia de la vida en el planeta y la de la
humanidad durante el siglo XX ha venido
avanzando y sobrepasando umbrales de
destrucción, inéditos desde hace unos 65 millones
de años; pues parece que “los dueños del mundo”
creen que destruyendo la vida planetaria lograrán
alcanzar su felicidad y libertad supremas. Mas los
mayores riesgos los corren esos “dueños” y la
misma humanidad. Pero, ciertamente, muchas
personas consideran que su situación personal y
social es especial o excepcional, por riqueza o
poder, o por ubicación en el planeta –
supuestamente lejos de crisis económicas, sociales,
ecológicas, políticas o militares. Esta creencia es
muy errada, pues las magnitudes de la intervención
contra la naturaleza son de alcance planetario, y la
exclusión social alcanza límites intolerables y
características degradantes y degradadas,
explosivas social, política y éticamente.
Pero sobre todo es muy errado creerse inmune
a las dimensiones sociales del colapso ontológico

- 49 -
Eduardo E. Saxe Fernández

mundial (crisis, desastres y catástrofes), porque


tales creencias tienen como base una ética nihilista
que se nutre del cinismo, el engaño y la
indiferencia. La “salvación” o el “bienestar”
individual o grupal a corto plazo, garantizadas por
riqueza y poder, facilitan “no ver” o “no darle
importancia” o “significado” al sufrimiento de la
“humanidad” que no vive “humanamente” y que
más bien malmuere en vida. El cinismo nihilista
entonces facilita considerar esa inhumanidad
“compatible” con la abundancia violenta,
prepotente, glotona y tacaña. La actual “ética” de
quienes tienen poder y riqueza, que se practica en
las instituciones sociales y culturales dominantes, y
que se sustenta tanto en el neoliberalismo como en
el ethos de la guerra, considera culpable y por tanto
inmoral o no ético, al/a pobre y excluido/a. Su
supuesta “falta de iniciativa” sería la única o
principal causa de sus males. Para la ética oficial,
nadie más que esas mismas personas son
responsables de su “condición”. Pero, como se
trata de la mayoría de la población del mundo,
entonces es necesario invertir el argumento,
señalando que la minoría posesiva y violenta es
la responsable de los problemas de todo/as.
3.1 Socialmente, desde el fin de la Segunda
Guerra Mundial (1939-1945), disponemos de
información más exacta o completa, sobre cómo la
mayoría de la humanidad viene sufriendo un
proceso de creciente empobrecimiento económico,
marginación social y exclusión política e
ideológica. Al mismo tiempo, una minoría ha
venido aumentando sostenidamente su
participación en el control del poder y la riqueza

- 50 -
Colapso Mundial y Guerra

del planeta. A partir del neoliberalismo globalista


institucionalista del último tercio del siglo XX, se
magnifican sin embargo las tendencias sociales
parasitarias y corruptas, incluyendo la mafización
y oligarquización de la política y la economía, por
la concentración de la dirección económica en la
especulación financiera y la sobreexplotación o
ganancia extraordinaria que se obtenga en
coyunturas internacionales creadas ad hoc,
incluyendo el saqueo, desmantelamiento y
destrucción de los bienes públicos (empleo,
transporte, energía, comunicación, finanzas),
mediante la privatización, en numerosos países de
América Latina, África y Asia, pero también en el
mismo corazón metropolitano, donde los
escándalos financieros han arrastrado por los
suelos las reputaciones de las firmas bancarias y
financieras más importantes del mundo, y donde
también avanzan el desempleo, la pobreza y la
violencia.
Las nuevas oligarquías (son las “clases
globalistas” de Petras y Veltmeyer, 2002) que
toman el poder en el mundo a partir de la década
de 1970, se sustentan en dos pilares, el control de
los medios de comunicación y el uso cada vez más
intenso y extenso de los medios de control y
represión jurídicos, policíacos y militares.28
Adicionalmente, los grupos en el poder, como en el
caso de EE.UU., también son grupos relativamente
interconectados de empresas, que prosperan
rápidamente gracias a las concesiones y contratos

28
El caso de Berlusconi en Italia es paradigmático en este
sentido, ya que personalmente controla toda la televisión
privada y, desde el gobierno, también la televisión pública.

- 51 -
Eduardo E. Saxe Fernández

adjudicados por funcionarios públicos que no se


sonrojan por los conflictos de intereses, y
aceptados por rivales y público mediante campañas
y engaños propagandísticos, o violencia jurídica,
policíaca y militar.
Las nuevas oligarquías metropolitanas ejercen
su poder económico al frente de conglomerados
transnacionales financieros, industriales y
comerciales. Un puñado de mega corporaciones y
un puñado de áreas metropolitanas controlan y
utilizan la inmensa mayoría de la riqueza del
mundo. Según Escobar (1995: 212), las naciones
industrializadas (o centros metropolitanos) del
mundo representan el 26 por ciento de la
población, pero producen el 78 por ciento del PNB
mundial, y significan el 81 por ciento del consumo
de energía, el 70 por ciento de los fertilizantes
químicos, y el 87 por ciento de los armamentos
mundiales. De acuerdo con los informes del
Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD, ediciones de 1996 y 1997):
- Entre 1970 y 1985 el número de pobres
creció un 17 por ciento, pese a que la
producción aumentó un 40 por ciento.
- En 1996, 800 millones de personas pasaban
hambre y 500 millones sufrían de
malnutrición crónica.
- Cada año morían alrededor de 17 millones de
personas, a causa de enfermedades tratables
como la diarrea, el paludismo o la
tuberculosis.
- Entre 1987 y 1993 (8 años), el número de
personas con ingresos diarios inferiores a un
dólar de EE.UU., aumentó en 100 millones.

- 52 -
Colapso Mundial y Guerra

- En más de cien países, el ingreso por


habitante en 1996 era inferior al de 15 años
antes. Es decir, en 1996 casi 1.600 millones
de personas vivían peor que al inicio de la
década de 1980.
- Ciento treinta millones de niño/as no asistían
a la escuela primaria, y 275 millones a la
secundaria. (En Costa Rica, la matrícula de
secundaria excluye a más del 30 por ciento
de la población en edad todavía en 2006).
- En los países más desarrollados la población
casi no crece, pero el número de
desempleados llegó a casi 40 millones antes
de la crisis de 2001, más de tres veces el
número de desempleados de principios de la
década de 1970. Adicionalmente, 100
millones de personas en estos países ricos,
tienen ingresos que son la mitad o menos de
los ingresos individuales medios del país
correspondiente. En EE.UU., casi 50
millones de personas no tienen seguridad
social, y en Londres, una de las grandes
megalópolis del capital, 400.000 personas no
tienen hogar.
- En los países de la antigua URSS, el número
de pobres pasó, del 4 por ciento en 1988, al
32 por ciento en 1994.
Más recientemente, en su Informe 2005, el
Programa para el Desarrollo de la ONU (PNUD)
señala que, de los 73 países sobre los cuales se
dispone información, 53 de ellos (que en conjunto
reúnen a más del 80% de la población mundial)
han visto crecer la desigualdad, mientras que sólo

- 53 -
Eduardo E. Saxe Fernández

en 9 países, con el 4 % de la población del mundo,


ha disminuido la desigualdad.
La desigualdad social ocurre también en los
países ricos. Así por ejemplo, según la citada
fuente, en EE.UU. un bebé de sexo masculino
proveniente del 5% superior de la escala de
ingresos vivirá 25% más que un niño que nace en
un hogar perteneciente al 5% inferior de la escala
de ingresos. En este país, el promedio de
analfabetos funcionales entre 1994-2003 fue del 20
% de la población (PNUD, 2005, Tabla 4, p.254).
Por su parte, los economistas españoles
Berzosa, Bustello y De la Iglesia (2001), señalan
que:
“La diferencia entre el ingreso de los países
ricos y el de los países más pobres era de
alrededor 3 a 1 en 1820, de 35 a 1 en 1950, de
44 a 1 en 1973, y de 72 a 1 en 1992... (En
2000, ESF)… la distancia entre las personas
ricas y pobres se eleva a 140 a 1. El 20 por
ciento más rico supone el 81.2 por ciento del
comercio mundial, el 94.6 por ciento de los
préstamos, el 80.6 por ciento del ahorro
interno, y el 80.5 por ciento de la inversión
interna. Mientras, el 20 por ciento más pobre
sólo participa con el 1.0 por ciento en el
comercio mundial, con el 0.2 por ciento de los
préstamos comerciales, con el 1.0 por ciento en
el ahorro interno, y el 1.3 por ciento de la
inversión interna” (pp.27-28).
“Según las últimas estimaciones del Banco
Mundial, nuestro mundo se caracteriza por una
gran pobreza en medio de la abundancia. De
un total de 6.000 millones de habitantes, 2.800

- 54 -
Colapso Mundial y Guerra

–casi la mitad- viven con menos de dos dólares


diarios, y 1.200 –una quinta parte- con menos
de un dólar al día” (Idem, p.35).
Adicionalmente, las Corporaciones
Transnacionales Metropolitanas (CTMs), la
inmensa mayoría de las cuales tiene su base
nacional jurídico territorial en EE.UU., la UE y
Japón, “llevan a cabo el 70 por ciento del comercio
internacional y el 80 por ciento de la inversión
extranjera”. Además, las CTMs controlan el 80 por
ciento de la tierra sembrada con productos de
exportación, y 20 CTMs controlan el 90 por ciento
de las ventas de pesticidas (Chatterjee & Finger,
1994: 112, 106).
La división mundial entre ricos y pobres no
disminuye. Hacia 2003, según el antes citado
Informe 2005 del PNUD, los países ricos
(desarrollo humano alto) tenían una población de
948 millones de personas, con una esperanza de
vida al nacer de 78 años, e ingresos promedio per
cápita de 25.665 dólares, mientras que los países
pobres (desarrollo humano bajo), con una
población de 2,614 millones de personas, tenían
una esperanza de vida al nacer de 46 años, y un
ingreso promedio per cápita de apenas 1.046
dólares anuales (Tablas 1 y 5, pp.246 y 259). La
población de esos países ricos aumentará en 57
millones hasta 2015, mientras que la de los países
pobres aumentará en 568 millones hasta ese año
(Tabla 5, p.259).
Las diferencias sociales se magnifican por la
desigualdad en la provisión de mecanismos
intermediantes con la naturaleza y la sociedad
(ciencia y tecnología). Así, mientras que en los

- 55 -
Eduardo E. Saxe Fernández

países ricos, hacia 2003, 495 de cada 1.000


personas disponía de lineas telefónicas básicas, en
los países pobres ese número era de apenas 8
teléfonos por cada 1.000 habitantes. Similarmente
en términos de abonados a teléfonos móviles, en
los países ricos alcanzaba los 652 teléfonos por
cada 1.000 habitantes en ese año, mientras que los
países pobres solo tenían 25 teléfonos por cada
1.000 habitantes (PNUD, 2005, tabla 13, p.289).
El mundo tiene una profunda grieta divisoria
socialmente, que adquiere expresiones
políticas en aberrantes vallados que separan a
México de EE.UU., a Palestina de Israel., o a
las ciudades españolas de Melilla y Ceuta del
territorio marroquí.
El poderío político de las oligarquías incluye
un importante nivel de influencia y control sobre
los gobiernos de las grandes potencias, las
Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) y
hasta la misma ONU.
Ya no es posible dejar sin considerar el
carácter cada vez más rapaz de las nuevas
oligarquías que controlan las CTMs y los
gobiernos. No solamente es el caso en América
Latina, como hemos señalado antes (1999), sino
también en EE.UU. Un ejemplo de esto ha salido a
la luz pública, aunque muchísimos otros, y la
tendencia, siguen tan campantes:
“Enron, cuya quiebra en 2001 fue la mayor de
la historia mundial, ha sido un ejemplo de
cómo los sistemas económico y político de
Estados Unidos favorecen tendenciosamente a
los ricos en detrimento de los pobres. Cuando
Enron se desplomó, se estima que tanto sus

- 56 -
Colapso Mundial y Guerra

trabajadores como el accionista medio


perdieron entre 25.000 y 50.000 millones de
dólares en la cotización de sus fondos de
pensiones y de sus acciones, porque ni la
compañía ni sus auditores, la firma Arthur
Andersen, dijeron la verdad acerca de la
peligrosa situación de la compañía. Los
ejecutivos de la empresa, sin embargo,
cobraron sus beneficios por adelantado y
huyeron con cientos de millones de dólares.
Enron robó otros 50.000 millones de dólares
manipulando el mercado de energía eléctrica
de California: provocó una escasez artificial de
electricidad e hizo subir los precios. También
estafó a los contribuyentes de todo el país:
como la desregulación de la era Clinton hizo
posible la transferencia de fondos a paraísos
fiscales en el extranjero, Enron no pagó ningún
impuesto federal sobre la renta en cuatro de los
cinco años previos a su bancarrota...”
(Hertsgaard, 2003: 158-159).
Más abajo, este autor agrega que:
“...la desigualdad tiene todos los visos de
hacerse más profunda en los años venideros,
porque la administración Bush y el Congreso
continúan favoreciendo a los más ricos en sus
políticas fiscal y de gasto, y porque la
economía de Estados Unidos ya no genera
suficientes empleos bien pagados como para
sostener a una clase media estable” (165).
Los colapsos sociales tienden a generalizarse
sobre todo en América Latina, África y Asia. Entre
la guerra de EE.UU. contra Vietnam (a partir de
1960) y su guerra contra Irak (desde1990 hasta

- 57 -
Eduardo E. Saxe Fernández

hoy), muchos países y regiones han acabado


devastados por hambrunas, sequías o inundaciones,
y guerras. Según O´Connor (1994: 17), a mediados
de la década de 1990, estos subcontinentes ya
podían considerarse “una zona de desastre
económico, social, y ecológico”. En ellos, como
indicador, cada día mueren más de 35.000 (treinta
y cinco mil) niños, víctimas de enfermedades
surgidas de no comer y por vivir constantemente
hambrientos (FAO, 2001).
Y el desempleo, la pobreza y la exclusión
también crecen en los centros metropolitanos.
Frank (2000), destaca que, durante el boom
especulativo de la década de 1990, el 89 por ciento
del capital transado en esos medios estaba en
manos del 10 por ciento de los hogares más ricos.
Bill Gates, por ejemplo, posee más riqueza que el
40 por ciento más pobre de la población total de
EE.UU. (más de 100 millones de personas). El
número de personas sin seguro social, o pobres, en
EE.UU., ha aumentado desde que tomó posesión la
administración Bush II, según informaciones dadas
a conocer por la oficina de censos del gobierno a
finales de septiembre de 2003. Y, entre 2003 y
2004, otro millón y medio de personas pasó a
situación de pobreza.
El capitalismo ya no puede pretender ser bueno
“para todo/as”, abiertamente reconoce que hay
“perdedores”, aunque no es capaz de comprender
el significado político, social, ético y ontológico de
que esos morituri sean la inmensa mayoría de la
humanidad. Pues a ese “reconocimiento” de
fracaso universal no le pueden ofrecer más
explicación que “la falta de iniciativa individual”.

- 58 -
Colapso Mundial y Guerra

Las consecuencias destructivas y genocidas del


capitalismo, son consideradas como una
“limitación inevitable” de la sociedad humana
frente a algo más allá de nuestro “control” (en el
siglo XIX construían un “ídolo” de la “Naturaleza
hostil o indomable”; a principios del siglo XXI se
trata de los inexplicables designios del ídolo del
“Mercado”).
Los tejidos y entretejidos sociales (para
emplear la conocida metáfora) de todas la
sociedades, durante la Guerra Fría crecieron y se
tensaron desmesuradamente y empezaron a
mostrar fracturas, conforme crecían los peligros
ontológicos militares y ecosociales, característicos
de aquella “carrera sin fin de militarización”.
Durante la actual fase de “colapso”, es cada día
más evidente como las fibras sociales sobrepasan
la tensión y se deshilachan, se sueltan, se separan,
se rasgan, se rompen, se deshacen, se pudren. Las
formas de operación de quienes tienen poder y
riqueza, se fundamentan en la rapiña, el robo, el
engaño, y se articulan en estructuras mafiosas. Se
trata de nuevas oligarquías mafiosas, muy
violentas y ávidas de poder, obtusas, dogmáticas e
intolerantes, sin capacidad de liderazgo social o
político. Quienes tienen poder y riqueza se
parapetan detrás de tecnologías y cegueras, cada
vez más prepotentes y también cada vez más
impotentes para “detener” –o al menos “no ver”-
los derrumbes sociales, el hundimiento de los
grupos, sectores, clases, contendientes, de ambos o
de todos los bandos: “ganadore/as y perdedore/as”
pierden. Se trata de una situación en la que nadie

- 59 -
Eduardo E. Saxe Fernández

gana, aunque esos expertos en “hacer dinero”, no


lo lleguen a entender.
3 .2 Económicamente. La expansión mundial
del capitalismo, y sus repetidos reacomodos
imperialistas desde que se industrializaran y
desarrollaran los mercados metropolitanos, no
solamente vienen causando devastaciones y
crecientes colapsos ecológicos. También han
tenido como consecuencia un proceso de
concentración de la riqueza, que prácticamente
empieza con las sucesivas expansiones europeas
(Griega, Romana, Cristiana) y de EE.UU., y que
hoy alcanza dimensiones extremas.
En estos primeros años del siglo XXI, al
ampliar el número de “excluidos” del mercado
capitalista globalizado, por extraordinarios
incrementos en la composición orgánica del
capital, la economía entra en una serie de
recesiones que dan paso a crisis deflacionarias en
las que resulta imposible vender la grandísima y
variadísima producción de mercaderías, porque sus
precios resultan inaccesibles para la inmensa
mayoría de la población, gran parte de la cual está
desempleada y sobrevive en las economías
informales, marginales, o de beneficencia.
La teoría marxista de la crisis del régimen del
capital sostiene que:
“... la economía capitalista no tiene como
finalidad la satisfacción de necesidades, sino la
obtención de ganancias. Y la ganancia es tanto
más alta cuanto más alta es la tasa de plusvalor
y cuanto más grande es el capital, en igualdad
de circunstancias. Además, solo las empresas
que cuentan con una alta concentración de

- 60 -
Colapso Mundial y Guerra

capital son capaces de racionalizar la


producción, de aplicar técnicas modernas, de
reducir al mínimo los costos, de alcanzar un
alto rendimiento. Por estas razones, el capital
trata de comprimir el salario y de acumular la
parte más grande posible de ganancia. A través
de este mecanismo, se reduce la capacidad de
consumo y se fuerza la capacidad productiva.
El consumo de la población, cuyos miembros
son en su mayor parte asalariados y
trabajadores a sueldo, no crece al mismo
tiempo que la producción social. La
divergencia entre la producción y el consumo
efectivo de la sociedad, aumenta con el
progreso técnico” (Moszkoskowa, 1978: 21-
22).
Claudio Katz sintetiza el argumento señalando
que:
“El cambio tecnológico y los parámetros de
comercialización se desenvuelven siguiendo
tendencias contrapuestas, lo que la economía
capitalista incorpora es apenas la fracción
mínima de la capacidad científico-tecnológica
existente que logra atravesar el filtro
mercantil… Cuando la concurrencia obliga a la
introducción de cambios que no contemplan la
solvencia del consumo aparece además la
superproducción. El cambio tecnológico es el
principal factor desequilibrante del
capitalismo, incentiva mayores producciones
que las digeribles por los mercados, crea
expectativas de ganancias extraordinarias que
se desvanecen con la generalización de la
novedad, induce un nivel de consumo que no

- 61 -
Eduardo E. Saxe Fernández

puede sostenerse sin elevar los salarios y


afectar contradictoriamente el beneficio
esperado… El impulso ilimitado a la
producción de bienes que surge con la
renovación tecnológica desborda
permanentemente a las restricciones que
caracterizan el proceso de valorización” (1994:
137).
Los estancamientos o crecimientos lentos en
las economías, así como simplemente la necesidad
de aumentar las ganancias, multiplican las
presiones para reducir las plantillas de obrero/as y
empleado/as, sustituyendo personal con nuevos
equipos y tecnologías. Esto además permite
negociar desde posiciones de fuerza con los
representantes laborales, amenazándoles con
mayores despidos y exigiendo reducciones de
salarios, de feriados, de prestaciones sociales y
sanitarias, etc. Adicionalmente, las instituciones
nacionales e internacionales también asumen la
misión de reducir la porción de renta que reciben
las clases trabajadoras. Tales procedimientos
aumentan efectivamente las ganancias al corto
plazo, pero las desinflan al plazo largo o tiempo
estructural. Pues sus acciones reducen la capacidad
de compra de los mercados, y de ahí que las ventas
crezcan poco de año en año.
Dos breves descripciones de la crisis (que se
pueden considerar como de subconsumo o como
de sobreproducción) que afectara al capitalismo
mundial a finales de la década de 1920 y principios
de la de 1930, pueden ilustrar una serie de
similitudes entre aquella coyuntura y las tendencias
actuales:

- 62 -
Colapso Mundial y Guerra

1. El análisis del Institut für


Konjunkturforschung de Berlín, realizado en
1931, que enfatiza el aspecto del subconsumo:
“La observación empírica señala, con toda
precisión, una doble circunstancia que
precedió la actual crisis económica mundial en
el campo de las mercancías y que la provocó.
Por una parte está la sobreproducción agrícola
y por otra la industrial... La crisis del año 1929
aparece como la consecuencia lógica de una
desproporción entre la producción y la
capacidad de consumo. El ingreso monetario
de las grandes masas no basta para alcanzar el
ritmo de la producción... En todas las etapas
del capitalismo avanzado... podían observarse
ya desde 1929 tensiones entre la esfera del
ingreso y la del capital... Tensiones que en esta
ocasión constituyen la “causa principal” de la
crisis. Con esto, la teoría del subconsumo se
ha llevado la palma, en esta ocasión”
(Wagemann, 1931: pp.333-341).
2. El análisis de la crisis mundial de 1929 por
Bahamonte Magro, catedrático de economía
en Madrid, realizado en 1998, que enfatiza el
aspecto de la sobreproducción: “La
producción, globalmente considerada, ha
superado... las necesidades reales,
condicionadas por una distribución
sumamente desigual de la renta. El contexto se
agrava por el mantenimiento de precios de
monopolio gracias a los acuerdos
internacionales tipo cartel –que unifican
precios y reparten mercados-, provocando una
acumulación de stocks sin vender. Sobre este

- 63 -
Eduardo E. Saxe Fernández

esquema actúa la crisis financiera que, al


dislocar los acuerdos, provoca desajustes que
desembocan en una brusca afluencia de stocks
al mercado, y la consiguiente caída inmediata
de los precios... (L)as tensiones de la
sobreproducción arrancan del desfase
pronunciado entre unos precios agrícolas cuyo
aumento es menos rápido que el de los
productos manufacturados, disminuyendo la
capacidad de compra del sector agrario.
Por otra parte, la existencia de elevadas tasas
de paro... también restringe la capacidad de
consumo... (La producción mundial se
disparó) por encima de los niveles sociales de
absorción” (1998: 11-12).
En el debate que siguió a la gran crisis
económica de finales de la década de 1920 y
principios de la de 1930 se pueden distinguir entre,
explicaciones “endogenistas” que consideraban
que la estructura económica interna de la economía
genera fluctuaciones que alteran los equilibrios, y
las explicaciones “exogenistas”, que consideraban
que fuerzas externas a la estructura económica eran
responsables de tales fluctuaciones. Natalie
Moszkowska, ubicada en la corriente endogenista,
en un estudio publicado en 1936 (Ed. en español de
1978), parte de considerar que las empresas típicas
del capitalismo tardío son grandes monopolios o
carteles y elevada concentración del capital, en
condiciones de racionalizar la producción, de
aplicar técnicas avanzadas, de reducir los costos al
mínimo y de lograr elevadas tasas de rentabilidad.
Es así que el capitalismo del siglo XX ha llegado a
desarrollar fenómenos teóricamente ajenos a él y

- 64 -
Colapso Mundial y Guerra

más bien propios de otro sistema económico. Lo


cual no quiere decir que los fenómenos que
aparecen sean “socialistas”, sino, como los
denomina Moszkowska, son fenómenos
económicos del “capitalismo tardío”
(Spätkapitalismus). Este capitalismo tardío se
caracteriza por breves períodos de prosperidad y
largos períodos de depresión: el empobrecimiento
relativo se torna absoluto.
La autora concentra el análisis en la relación
que se da entre innovación técnica y disminución
del salario real, porque el progreso técnico
desvaloriza la fuerza de trabajo. Todo aumento de
la productividad por introducción de nuevos
medios productivos, hace que los salarios
nominales disminuyan. Se da entonces una
desproporción entre producción y consumo, y entre
ahorro e ingresos, generándose una crisis de
subconsumo que se agudiza conforme aumenta el
crecimiento desproporcionado de la composición
técnica del capital. La postura de la autora es
relevante hoy, en tanto discute a partir del
desencanto generado por la derrota de la
revolución en Alemania a finales de la Primera
Guerra Mundial. Por eso afirma que hay una
desproporción “total” entre el poder contractual
obrero y el patronal, por lo cual es imposible una
confrontación favorable a los obreros. Esta no es
solamente la condición general en el sistema
capitalista, sino que se ve profundizada en el
capitalismo tardío: la condición de debilidad
permanente de cada trabajador hacia el patrón. Por
eso la autora considera a la fuerza de trabajo como
una variable dependiente (y no independiente

- 65 -
Eduardo E. Saxe Fernández

como corresponde más con el marxismo), con lo


que enfatiza los impactos depresivos de un
capitalismo ampliamente dominado por las CTMs,
que realizan gran parte de sus negocios entre ellas
y con grandes consumidores públicos o estatales, y
que supuestamente no pierden mucho con la
ausencia de los sectores trabajadores en los
mercados de consumo.
La limitación del trabajo de la referida autora,
reside en que no considera las dimensiones
políticas y militares que enmarcan las actividades
económicas, y que pueden agravar o aliviar las
tensiones derivadas de las crisis, mediante algún
tipo de intervención –tanto liberales como
estatistas (por ejemplo Keynesianos) asignan tareas
(regulatorias, directivas, etc.) a los sistemas
políticos. En el capitalismo tardío, además, un
rasgo peculiar es el relativamente importante papel
que cumplen los sistemas militares en las
economías de las potencias capitalistas, de forma
sistemática (o integrada) a partir de la Segunda
Guerra Mundial, con el desarrollo de “complejos
militares industriales universitarios”,
especialmente en EE.UU., Inglaterra, Francia y la
URSS.
El capitalismo del siglo XXI padece una crisis
de sobreproducción. Es el abismo cada vez más
ancho que existe, entre las capacidades y
necesidades productivas, que se ahonda gracias a
nuevos conocimientos científicos y tecnologías,
por una parte, y la reducción cada vez mayor del
consumo de la población, sobre todo por el
crecimiento del desempleo estructural, incluyendo
los sectores “informalizados”, los

- 66 -
Colapso Mundial y Guerra

“marginalizados” y los “excluidos”, en primer


lugar quienes no tienen cómo trabajar. Susan
George (2001) plantea esto lúcidamente:
“El futuro del libre mercado depende... de
quién recibe los beneficios del crecimiento. Si
la recompensa va a parar a la mitad inferior de
la población, la inmensa mayoría de estas
personas relativamente pobres utilizarán su
dinero para el consumo y mantendrán la
demanda boyante. Si, por el contrario, la
recompensa va destinada al tramo superior de
la escala social, los receptores colocarán sumas
aún mayores en los mercados financieros en
lugar de adquirir bienes y servicios. Como
consecuencia, la demanda caerá, trayendo
consigo el aumento de las existencias, la
superproducción y el estancamiento” (p.20).
“Cada empresa gigante intenta ganar una
ventaja temporal realizando inversiones en
tecnología de vanguardia con una aportación
mínima de mano de obra. Como consecuencia,
hay demasiadas fábricas notablemente
eficientes que producen demasiados bienes
para demasiados pocos compradores solventes.
Las empresas, al mismo tiempo que despiden a
sus trabajadores, reducen la plantilla de sus
clientes. No se ha encontrado nada que
sustituya la sabiduría de Henry Ford: paga a
tus trabajadores lo suficiente como para que
puedan comprar tus coches. Dado que es
matemáticamente imposible vender todos los
automóviles (y muchos otros productos) que se
producen actualmente, es obligado que se
produzcan reorganizaciones importantes, pese

- 67 -
Eduardo E. Saxe Fernández

a lo cual las empresas siguen cerrando


modernas fábricas para construir otras aún más
modernas en otro lugar, generalmente
contratando a menos trabajadores a los que
pagan también menos... La saturación
crónica fue uno de los factores que
provocaron la Gran Depresión de los años
treinta; ahora se dan la mayoría de
elementos necesarios para que se produzca
otra” (pp.46-47; Énfasis ESF).
Los citados Berzosa, Bustello y De la Iglesia
(2001: 167), opinan justamente que el desempleo
tecnológico de principios del siglo XXI se debe a
la presencia de tres tendencias:
1. Crecimiento de la oferta de trabajo;
2. Mejoras en la productividad; y
3. Débil crecimiento de la demanda real.
El ataque neoliberal contra los salarios, le ha
permitido al capital transnacional apoderarse de la
política y la ideología. Esto ha reducido la
capacidad política no solamente de quienes
trabajan, sino sobre todo también de quienes no
trabajan “oficialmente”, ya que realizan
actividades en economías informales o domésticas.
Las nuevas “libertades” del capital conducen a la
rápida concentración de los recursos, por la
capacidad para comprimir los salarios y en general
los ingresos de quienes no son dueños del capital.
El ataque neoliberal contra los salarios es entonces
decisivo para explicar la debilidad estructural de la
demanda mundial. La actual crisis de
sobreproducción y/o subconsumo tiende a
profundizarse y a no encontrar solución, por tres
motivos al menos:

- 68 -
Colapso Mundial y Guerra

Primero. Precipita el agotamiento y la


devastación de los recursos y los entornos
naturales planetarios, y por tanto dispone cada vez
menos de los recursos adicionales o nuevos,
necesarios para relanzar la producción y/o para
mantener el status quo ambiental. A principios del
siglo XXI, señalaba S.George (2001):
“... la escala de la actividad económica ejercerá
una presión extrema sobre los límites de la
biosfera e incluso sobre la capacidad del
planeta para sostener la vida... Varias señales
indican que el competitivo sistema de mercado
ya está haciendo que se sobrepasen ciertos
umbrales naturales, incluidos algunos que
quizá no reconozcan las autoridades políticas
hasta que sea demasiado tarde... Las tensiones
ecológicas... se traducirán en una mayor
inestabilidad política y en el aumento de los
conflictos armados” (p.26). “Ni las empresas
gigantes ni las comunidades ni las personas
acaudaladas pueden, con independencia de los
bienes que posean, librarse de las
consecuencias de la degradación ecológica.
Incluso ellas parecen impotentes para detener
el proceso, y son un ejemplo de la paradoja de
unos beneficiarios que son incapaces de
proteger el sistema que les beneficia” (p. 27).
Segundo. La crisis general se enmarca en una
dinámica centrada en el sector financiero
especulativo, como señalan diversos autores, por
ejemplo Sader:
“A pesar de los avances tecnológicos del
período (especialmente los vinculados a la
informática), la mayoría de los capitales

- 69 -
Eduardo E. Saxe Fernández

circula en el mundo dentro del circuito


financiero, gran parte de los cuales están
directamente vinculados con la especulación.
El propio financiamiento del “boom” de las
empresas informáticas se dio a través de
capitales volátiles que, una vez en regresión,
arrastran con ellos también a ese sector que,
según los ideólogos de la “nueva economía”,
estarían exentos de crisis” (2001: 93).
La crisis económica recurrente y con
tendencias a convertirse en permanente, tiene
como expresión significativa el colapso del
régimen financiero internacional que Duncan
(2003) denomina “el patrón dólar” (“the dollar
standard”). Desde que la administración Nixon-
Kissinger desligara el valor de la moneda nacional
de EE.UU. del valor del oro a principios de la
década de 1970, este país ha podido endeudarse y
mantener grandes déficit de cuenta corriente,
vendiendo (sobre todo a extranjeros y socios
comerciales) instrumentos de la deuda nacional
del banco central. El valor del dólar ha colapsado
ya varias veces antes (administraciones Nixon y
Carter), y ha estado perdiendo terreno
recientemente, ahora frente a un competidor capaz
de convertirse en moneda de reserva por el
volumen de su producción y de su comercio. (Cf.
también Arnold, 2002).
Las oligarquías mafiosas del capital financiero
internacional encuentran un apoyo valiosísimo en
las Instituciones Financieras Internacionales
“multilaterales” o “públicas” (FMI, Banco
Mundial, BID, por ejemplo). De consuno,
corporaciones transnacionales, bancos privados, e

- 70 -
Colapso Mundial y Guerra

instituciones financieras internacionales, actúan


para que esos agentes privados se hagan dueños de
los principales activos de muchos países, o para
realizar grandes robos mediante la especulación
con las monedas. Así, por ejemplo J.Saxe-
Fernández y G.C.Delgado Ramos (2004), han
mostrado cómo el Banco Mundial viene siendo un
agente crucial en la privatización o destrucción de
las principales empresas y servicios de México. M.
Chossudovsky (1999), por su parte, ha mostrado
cómo capitales especulativos, conjuntamente con
el Banco Mundial, saquearon Brasil entre finales
de 1998 y primeros meses de 1999, apoderándose
de unos 40.000 millones de dólares, especulando
con papeles estatales de Brasilia y con los valores
del Real y de la moneda de EE.UU. y haciendo, al
mismo tiempo, que el estado brasileño aumentara
su deuda externa en un monto similar. Es decir, el
dinero empleado por el banco central de Brasil
para “sostener” el Real y pagar a quienes poseían
papeles estatales, pasó, del Banco Mundial
(articulador de un conjunto de agentes estatales y
privados), a través del Banco Central de Brasil, a
manos de los especuladores (incluyendo agentes
privados que habían aportado parte del dinero
“prestado” a Brasil).
El carácter financiero especulativo de la crisis
tiende a ser compatible con climas de guerras,
subiendo y bajando las acciones bursátiles según la
marcha de las confrontaciones por apoderarse de
recursos económicos claves; guerras entre las
grandes potencias y también de las grandes
potencias contra países pobres hasta hace poco

- 71 -
Eduardo E. Saxe Fernández

“independientes” y hasta aliados de EE.UU. o la


UE
Tercero. La actual crisis de subconsumo o
sobreproducción afecta negativamente la
incorporación de nuevos conocimientos y
tecnologías, excepto en las esferas militar y
policíaca. Lo cual resulta en que la ampliación de
los mercados, necesaria para una eventual
recuperación, se dirige a submercados
especializados: elites y oligarquías metropolitanas
y dependientes, y sistemas militar policíacos.

4. El colapso ecológico mundial


Dos procesos estrechamente vinculados vienen
precipitando el planeta hacia una “sexta extinción”
(Leakey & Lewin, 1997): la destrucción cada vez
mayor de los ecosistemas del planeta, y la
privatización violenta de todos los ecosistemas y
recursos naturales por parte de los ejércitos
(locales y de las potencias) y las corporaciones
transnacionales de las grandes potencias. Primero
consideraré los procesos de destrucción de la
naturaleza, y luego los de su apropiación. Este
capítulo se complementa con el siguiente, en el que
se discute la imbricación del petróleo como recurso
energético principal, con la crisis mundial y con su
actual militarización.
La ecología adquiere cada vez mayor
relevancia como área interdisciplinaria de estudios
a partir de la década de 1970, cuando cambia su
perfil epistemológico, reorganizando la discusión
sobre las relaciones de los organismos vivos
respecto del ambiente que los rodea, para

- 72 -
Colapso Mundial y Guerra

considerarla desde y para sus dimensiones


políticas.
En 1972 se celebró en Estocolmo una primera
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente. Para ese momento, el llamado
Club de Roma ya había presentado su conocido
informe Los límites del crecimiento, que se publica
en medio de la crisis petrolera de mediados de esa
década (1973). El informe sostenía que el
“desarrollo” tal como se llevaba a cabo conducía a
la catástrofe ecológica, y la crisis energética venía
a confirmar esta aseveración. En las potencias
capitalistas de entonces se generó un movimiento
“ecologista”, que significaba un estadio superior de
las preocupaciones y la organización política sobre
la naturaleza, y que planteaba la necesidad de
transformar la mentalidad, y los estilos de vida y
de “desarrollo” de la humanidad (sobre todo de los
ricos), como única forma para evitar un colapso
ecológico generalizado.
Durante la década de 1960 empieza a emerger
una conciencia social sobre la destrucción de la
naturaleza, haciéndose eco de anteriores voces que
advertían sobre la destrucción de especies animales
y vegetales, sobre los impactos nocivos de las
contaminaciones atmosféricas, terrestres y
acuáticas por productos o desechos industriales o
militares (químicos o radioactivos, por ejemplo).
En los siguientes diez años, esa preocupación daría
paso al surgimiento de iniciativas y explicaciones
donde se planteaba que la relación humanidad
naturaleza era contradictoria o dualista en las
consecuencias de la civilización “occidental-

- 73 -
Eduardo E. Saxe Fernández

capitalista-cristiana”, pero que no necesariamente


debía de ser así (Cf. Margarit, 2003).
Hacia la década de 1980 la conciencia del
peligro de destrucción generalizada (ontológica) de
la naturaleza ya lo planteaba como gravísimo y
evidente, pero el pensamiento ambientalista fue
parcialmente cooptado mediante categorías que
vinculan conceptos invinculantes como
“desarrollo sostenible” (o como “gobernabilidad”)
(Cf. Carmen, 1996).
Durante la década de 1990 se hicieron buenos
propósitos que no se cumplieron y continuó la
destrucción ecológica (Fracaso de la conferencia
de Río de Janeiro sobre el medio ambiente, y la no
ratificación del Protocolo de Kyoto, por ejemplo);
En algo más de 30 años el “movimiento
ecologista” ha crecido impetuosamente por todo el
planeta, en cada persona cada día hay más
conciencia de la destrucción ambiental. Durante la
década de 1980, el movimiento ecologista creció
mucho, pero al mismo tiempo su agenda se vio
cooptada por las instituciones financieras
internacionales (IFIs) (el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo, y otros). En esa
década, los países pobres o del “Sur” perdieron
muchas conquistas políticas y económicas (tanto
internas como internacionales) frente a un
emergente neo imperialismo del “Norte”, que ha
utilizado el control financiero y la deuda externa de
los países pobres, para obligarles a realizar
procesos en los que sus economías son forzadas a
“ajustarse” para contribuir con el bienestar de

- 74 -
Colapso Mundial y Guerra

gobiernos y empresas de las grandes potencias


(acreedores)29.
Con el ascenso de la derecha neoliberal al
poder, se reducen las preocupaciones
ambientalistas. Hay un retroceso en las políticas
energéticas, sobre todo en EE.UU., que
desestimulan la exploración de alternativas y que
enfatizan el petróleo, el gas, el carbón y la energía
nuclear.
A nivel epistemológico, es de destacar cómo el
movimiento ambientalista se ve penetrado por los
paradigmas economicistas neoliberales. Estos
paradigmas adquirieron carácter oficial cuando la
Academia de Ciencias de Suecia ofrece el Premio
Nobel a Milton Friedman, arquitecto del
experimento chileno e inspiración del
neoliberalismo.
La ecología introduce el paradigma
economicista neoliberal inintencionadamente y
más bien como una paradoja cruel. Pues lo que
buscaba el movimiento ecologista (Informe de la
Comisión Brutland, por ejemplo) era cuestionar las
ideas, las políticas y las prácticas económicas y de
desarrollo, responsables por la creciente
destrucción social y ecológica. El resultado, sin
embargo, conduce a postular y a tomar como
supuesto para el análisis, que no debería existir
incompatibilidad entre desarrollo económico y

29
Para autores oficialistas como Roett & Candall (1999),
América Latina se encuentra bajo “condiciones confinantes”
por su “vínculo financiero inextricable con el mundo externo.
No importa qué tipo de régimen político esté en el poder, no
puede ignorar la voluntad de los mercados financieros
internacionales”(p-65). En la p.67 califica esas condiciones
confinantes de despiadadas (“Ruthless”).

- 75 -
Eduardo E. Saxe Fernández

salud ecológica. De aquí obtenemos una


“conciliación entre mercado y naturaleza”, que se
va a articular conceptualmente en la noción de
“desarrollo sostenible” o “sustentable”. Las IFIs,
los gobiernos de las potencias y sus empresas
transnacionales, así como las ONGs que se
financian en gran medida por subsidios de esos
estados y empresas, y finalmente también
gobiernos, empresarios, académicos y activistas
ecologistas del “Sur”, acabaron por aceptar, y
asumir en sus discusiones y análisis, esa noción de
“desarrollo sostenible”. Y, sobre esta base, durante
la década de 1990 y durante los primeros años del
siglo XXI, se han organizado nuevas instituciones
y programas, que conforman un marco ideológico,
jurídico, e institucional, el cual sirve para que las
grandes potencias y sus empresas se apropien de
todos los ecosistemas y recursos naturales del
planeta.
Del 3 al 14 de junio de 1992 se celebró en Río
de Janeiro la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD),
conocida como “Cumbre de la Tierra”, en la que se
plantearon importantes aspiraciones y metas para
la década de 1990, que se consideraba “crucial”
para estabilizar y empezar a regenerar el
deteriorado planeta. Al mismo tiempo, en la
Declaración correspondiente encontramos
elementos del “desarrollo sostenible” que abren las
puertas a las corporaciones transnacionales:
“Principio 12: Los Estados deberían cooperar
en la promoción de un sistema económico
internacional favorable y abierto que
conduzca al crecimiento económico y al

- 76 -
Colapso Mundial y Guerra

desarrollo sostenible de todos los países, a


fin de abordar en mejor forma los problemas
de la degradación ambiental. Las medidas de
política comercial con fines ambientales no
deberían constituir un medio de
discriminación arbitraria o injustificable, ni
una restricción velada al comercio
internacional. Se deberían evitar medidas
unilaterales para solucionar problemas
ambientales que se producen fuera de la
jurisdicción del país importador. Las medidas
destinadas a tratar los problemas ambientales
transfronterizos o mundiales deberían, en la
medida de lo posible, basarse en un consenso
internacional” (Consejo de la Tierra, 2002: 58)
(Énfasis ESF).
“Principio 16: Las autoridades nacionales
deberían procurar fomentar la internalización
de los costos ambientales y el uso de
instrumentos económicos, teniendo en cuenta
el criterio de que, el que contamina debe, en
principio, cargar con los costos de la
contaminación, teniendo debidamente en
cuenta el interés público y sin distorsionar el
comercio ni las inversiones internacionales.
(Ibid, p.59).(Énfasis ESF).
Por su parte, la llamada Agenda 21 es más
clara y explícita respecto del papel que jugarán las
corporaciones transnacionales, aunque sin
mencionarlas en cuanto tales. El primer apartado
de esa Agenda, sobre cooperación internacional,
empieza con el “comercio y desarrollo sostenible”,
que busca “detener el proteccionismo y expandir el
comercio mundial”, y que exige de los países que

- 77 -
Eduardo E. Saxe Fernández

se dediquen a “Facilitar la integración de todos los


países en la economía mundial y en el sistema
comercial internacional” (2002: 69).
Adicionalmente, se indica que:
“Los gobiernos deberán alentar al GATT, a la
UNCTAD y otras instituciones para realizar
las siguientes actividades: -Tratar que las
normas y reglamentaciones ambientales no
constituyan restricciones al comercio... Ubicar
las políticas ambientales dentro de un marco
jurídico-institucional que responda
adecuadamente a los cambios productivos y
comerciales” (Idem, p.70).
La última de las tres principales políticas
económicas que recomienda esta Agenda pide:
“Aumentar la capacidad de ajustes de las
economías mediante la aplicación de políticas
macroeconómicas y estructurales” (Loc. Cit.).
Igualmente, se recomienda que los “países en
desarrollo” procedan a “Estimular el sector
privado, fomentar la actividad empresarial y
eliminar obstáculos institucionales” (Idem.).
Sin embargo, otros documentos de la Cumbre
de la Tierra, como el Tratado de las ONGs,
Declaraciones sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
son más críticos de las corporaciones
transnacionales de las potencias. Por esto y por la
agenda política de los sectores conservadores en
EE.UU., el compromiso de este país, crucial para
hacer avanzar la agenda, al final quedó estancado
por la división entre el ejecutivo a favor del tratado
y la oposición conservadora del congreso -que
anteponía a cualquier consideración ambientalista
o humanista, el beneficio económico de las

- 78 -
Colapso Mundial y Guerra

empresas de EE.UU. y la ventaja político militar de


ese estado.
Así como en la doctrina económica vigente
durante esa década de 1990, también en las
dimensiones ambientales, el “internacionalismo
neoliberal globalista” miraba con optimismo un
futuro sin guerras ni confrontaciones. Así por
ejemplo, el Worldwatch Institute indicaba en su
propuesta para tal Conferencia, que, en 1992:
“... el mundo se encuentra en mejor situación
para adoptar medidas eficaces... la guerra fría
ha concluido y, por primera vez en varios
decenios, Este y Oeste colaboran. Por otra
parte, los debates ideológicos entre el Norte y
el Sur son ya mucho menos destemplados, al
aceptar varias naciones ricas la responsabilidad
de aplicarse a la solución de los problemas
medioambientales de la Tierra, y comprender
los países pobres que la degradación del medio
ambienta amenaza su bienestar. En Río, se
encontrarán en un terreno común: el de la
necesidad de acometer un esfuerzo mundial
para salvar el planeta” (Brown, 1992)
El problema del internacionalismo neoliberal
globalista, en este caso como en otros (sus “costos
sociales”, por ejemplo), fue que la doctrina y la
política más bien estimularon, protegieron y
organizaron, una profundización sin precedentes en
el crecimiento de las disparidades sociales a nivel
mundial, y de destrucción natural. Por eso no es de
extrañar que, según esa ONG citada, entre 1972 y
1992, los esfuerzos por detener la destrucción de la
naturaleza, “sólo han visto alguno que otro éxito

- 79 -
Eduardo E. Saxe Fernández

suelto... A escala planetaria, casi todos los indicios


son negativos.”(1992:17).
A continuación advierte que:
“...la salud del mundo se ha menoscabado a
un ritmo inaudito” (Idem., p.18) (Énfasis
ESF).
Doscientos millones de hectáreas de bosques
se cortaron en ese lapso de 20 años, una superficie
equivalente a casi la mitad del territorio de EE.UU.
En 1980 se talaban 11 millones de hectáreas de
bosques vírgenes, y en 1989 se talaron 17 millones
de hectáreas. En otro estudio, Myers estima que
hace unos 8.000 años aproximadamente, al
comienzo de la actual época del holoceno, el
planeta disponía de unas 6.000.000.000 (seis mil
millones) de hectáreas de bosques, equivalentes al
40% de todos los territorios mundiales. Al año
1988, unos 2.400.000.000 ha de bosques ya habían
sido talados (Myers, 1988). Entre 1972 y 1992, los
desiertos aumentaron en el mundo en unos 120
millones de hectáreas; y se perdieron unas 480
millones de toneladas de la capa de suelo superior,
que sirve para la agricultura. Para este autor, “La
contaminación atmosférica es un problema
persistente en cientos de grandes urbes y en
infinidad de zonas rurales de todo el mundo”
(p.23). Después de presentar casos de destrucción
ecológica atmosférica y del recurso hídrico, señala
que: “A escala planetaria, los síntomas de deterioro
son incluso más inquietantes, y los procesos en
curso, más difíciles de cambiar” (p.25).
Respecto de la acelerada destrucción de la capa
de ozono por emisiones de cloro fluro carbonos
(CFC), Worldwatch Institute señalaba que:

- 80 -
Colapso Mundial y Guerra

“...aunque la producción de CFC se


interrumpiera inmediatamente, el desgaste de
la capa de ozono continuará durante dos o tres
décadas y es muy probable que las capas
superiores de la atmósfera tardasen varios
decenios en recuperarse” (Loc. Cit).
Adicionalmente, la cantidad de carbono que
entra en la atmósfera como resultado de quemar
combustibles (sobre todo petróleo y carbón),
representaba 6.000.000.000 (seis mil millones) de
toneladas en 1990, es decir, casi una tonelada per
cápita. Kluger estima que, entre 1950 y 2001, la
atmósfera terrestre recibió cerca de
500.000.000.000 (quinientos mil millones) de
toneladas métricas de bióxido de carbono (Kluger,
2001).
Por estos motivos, en el movimiento mundial
ecologista que se articuló para la reunión de Río de
Janeiro en 1992, pese a grandes y a veces
insalvables diferencias, una gran mayoría de
participantes consideraba que la década de 1990
iba a ser decisiva para salvar o perder gran parte de
la naturaleza, e incluso arriesgar inminentemente
graves colapsos generales (planetarios).
Las expectativas no se han cumplido, pues el
neoliberalismo institucionalista globalista ha tenido
mucho éxito en profundizar, agravar y precipitar
crisis económicas, sociales y ambientales. Así, por
ejemplo, en el Informe Anual del World Watch
Institute para 1995, se señala que “El consumo de
granos excedió nuevamente a la producción en
1994, reduciendo los acopios mundiales de grano
por segundo año consecutivo...” (1995: 18). “Si la
elevación en las temperaturas que prevaleciera

- 81 -
Eduardo E. Saxe Fernández

desde finales de la década de 1970 hasta 1990


continúa, se escalará el riesgo de reducción
climática de las cosechas, a causa de intenso calor
y sequías...” (Idem.). “Conforme la década de 1990
se desarrolla, los asuntos ambientales adquieren
centralidad. Los gobiernos que no estabilicen las
poblaciones de sus países antes que de las
demandas superen la producción sostenible de sus
sistemas locales de apoyo-a-la-vida, corren el
riesgo de verse sobrepasados y abrumados por las
consecuencias de sus fallos” (Idem.: 20).
En el Informe Anual del Worldwatch Institute
sobre Medio Ambiente y Desarrollo, La situación
del mundo 2000, ya se plantean claramente las
situaciones de colapso ecológico. Su director,
L.R.Brown observa siete tendencias destructoras
de la naturaleza: “el crecimiento de la población, la
subida de las temperaturas, el descenso de la capa
freática, la disminución de la tierra cultivable per
cápita, el colapso de las pesquerías, la disminución
de los bosques y la pérdida de especies animales y
vegetales”(Brown, 2001). De entre estas siete
tendencias destructoras, destaquemos dos.
Durante las primeras fases de la Revolución
Industrial, en el siglo XVIII, la concentración de
CO2 en la atmósfera se estimaba en 280 partículas
por millón (ppm). En 1959, ya con instrumental
moderno se midieron 316 ppm, y en 1998,
367ppm, un incremento del 39 por ciento en esos
40 años. Otra estimación, del Hadley Centre for
Climate Prediction and Research, estima que en el
año 2.020 habrán 441 ppm de CO2 en la
atmósfera, y para 2.080 llegaría a 731ppm. (Citado
en Delgado, 2002: 82).

- 82 -
Colapso Mundial y Guerra

Por otra parte, el porcentaje de mamíferos,


aves y peces “vulnerables o en inminente peligro
de extinción”, al año 2.000 se estimaba en: “...el 11
por ciento de las 8.615 especies de aves, el 25 por
ciento de las 4.355 especies de mamíferos, y se
estima que un 34 por ciento de todas las especies
de peces” (Idem, p.31). En los océanos han
empezado a desarrollarse crecientes “zonas
muertas” en las que la falta de oxígeno
simplemente impide la vida. En otra publicación,
L.R. Brown (1999) estima que, sumando plantas y
animales, hacia 1999 desaparecían unas 10.000
(diez mil) especies cada año. El resultado
sinergístico de estas tendencias destructoras es que:
“... el número de especies con las que
compartimos el planeta disminuye. Según van
desapareciendo cada vez más especies, los
ecosistemas locales comienzan a colapsar; y
llegará un momento en que nos enfrentemos
a un colapso total de los ecosistemas”
(2000:32) (énfasis ESF).
Los referidos Leakey & Lewin (1997) han
sintetizado el deslizamiento de la crisis ontológica
ecológica, desde un nivel de “peligro” hasta el de
“colapso”. Señalan que, estudiando la historia
natural desde perspectivas neo evolucionistas,
nuestro planeta ha vivido cinco grandes
extinciones de vida, desde el Cámbrico hasta hoy;
que grandes cambios en la historia natural han
sucedido abruptamente y no gradualmente como
creía Darwin; y que las especies que sobreviven lo
hacen no por selección natural sino en importante
medida por la suerte. Autores como Bright (2000)
señalan cómo los colapsos particulares de algún

- 83 -
Eduardo E. Saxe Fernández

segmento de algún sistema ecológico, tienden y


pueden precipitarse en cascadas de efectos
destructores. Destaca tres tipos de “sorpresas
ambientales” y cuatro de “causas importantes de
discontinuidades y sinergismos”. Los tipos de
sorpresa son:
1) “Una discontinuidad... un cambio abrupto en
una tendencia o en un estado previamente
estable. La discontinuidad no es
necesariamente evidente en una escala
humana; lo que cuenta es la escala temporal de
los procesos involucrados”;
2) “Un sinergismo es un cambio en el cual varios
fenómenos se combinan para producir un
efecto mucho mayor del que cabría esperar de
la suma de los efectos tomados
separadamente”; y
3) “Una tendencia inadvertida, aun cuando no
produzca ninguna discontinuidad o
sinergismos, puede producir un importante
daño antes de ser descubierta” (2000: 56).
Las cuatro causas importantes de
discontinuidades y sinergismos que señala este
autor son:
1) “Un sinergismo puede producir una
discontinuidad”;
2) “Una discontinuidad puede producir un
sinergismo”;
3) “Una reacción positiva puede producir una
discontinuidad (una reacción positiva es un
ciclo de cambios que se amplifican)”;y
4) “Una cascada de efectos puede llevar a
múltiples discontinuidades y sinergismos.
(Una cascada de efectos se produce cuando un

- 84 -
Colapso Mundial y Guerra

cambio en uno de los componentes de un


sistema produce cambios en otro componente,
que a su vez provoca el cambio de otro, y así
sucesivamente” (2000: 58).
Por su parte, Gowdy (1998) destaca que:
“Desde muchas perspectivas es claro que
estamos llevando los límites de la habilidad
del mundo biofísico para sostener la
continua expansión del empleo de los
recursos naturales y de la capacidad
asimiladora del medio ambiente.”(p.66).
Según Leakey y Lewin, los humanos somos
una casualidad de la historia de la vida, pero
ciertamente somos la especie dominante hoy.
Estamos equipados con la capacidad de devastar la
diversidad dondequiera que vayamos. Nuestra
racionalidad y nuestro conocimiento han servido
para explotar colectivamente los recursos de la
Tierra en proporciones incomparables:
“El homo sapiens está maduro para ser el
destructor más colosal de la historia, sólo
superado por el asteroide gigante que chocó
contra la Tierra hace sesenta y cinco millones
de años, barriendo en un instante geológico la
mitad de las especies de entonces” (p-260);
“Dominante como ninguna otra especie en la
historia de la vida en la Tierra, el Homo
sapiens está a punto de causar una gran crisis
biológica, una extinción en masa, el sexto
acontecimiento de estas características que
habrá ocurrido en los últimos quinientos
millones de años. Y nosotros, el Homo
sapiens, podríamos estar también entre los
muertos en vida” (p.264-265).

- 85 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Lamentablemente, más que “estar a punto de


causar” el colapso ecosocial generalizado, el ser
humano ya lo está causando. Como señala el
citado Brown: “Los ecosistema locales empiezan
a colapsar; y llegará un momento en que nos
enfrentemos a un colapso total de los
ecosistemas”(Brown, 2000: 32)(Énfasis ESF).
Concurrentemente con la destrucción
ambiental se viene intensificando la privatización
de los ecosistemas y los recursos naturales de todo
el planeta. Este proceso es conducido ideológica,
política y financieramente por el Banco Mundial,
con el apoyo de su principal dueño, los EE.UU.
(Cf. Anexo I). El programa de privatizaciones
auspiciado por el BM respecto de los ecosistemas y
los recursos naturales se articula en una alianza con
la Global Environmental Facility (GEF) (llamada
en español Fondo Mundial para la Naturaleza), y la
International Finance Corporation (IFC). La IFC
ha estado involucrada en los procesos de
privatización que han llevado adelante los OFIs
por ejemplo en América Latina y, para este caso,
también participa el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID). La IFC “... busca
financiar proyectos del sector privado en países en
desarrollo, ayudar a multinacionales del primer
mundo a movilizar capital en los mercados
internacionales y proveer asesoría y asistencia
técnica a empresas y gobiernos” (Cf. www.ifc.org).
“El Banco Mundial, en su papel como agencia
ejecutora de la GEF, debería jugar el papel
primordial para asegurarse el desarrollo y
administración de proyectos de inversión... El
Banco Mundial recurre a la experiencia

- 86 -
Colapso Mundial y Guerra

inversionista de su afiliada, la International


Finance Corporation (IFC)... para promover
las oportunidades de inversión y para
movilizar los recursos del sector privado”
(Idem).
Mencionemos dos casos: primero, el Plan
Puebla Panamá (PPP), el Corredor Biológico
Mesoamericano (CBM) y el Corredor Coralino
Mesoamericano (CCM); y segundo, los programas
para privatizar el agua en favor de las CTMs.
El PPP pretende “desarrollar” la vertiente
caribeña de Mesoamérica, históricamente menos
“desarrollada” y poblada que la vertiente del
Pacífico, por razones climáticas sobre todo. Se
trata de “abrir” y de “intercomunicar” regiones y
países, en ejes que se dirigen básicamente de sur a
norte, en una especie de reproducción a la inversa
de los procesos de construcción de ferrocarriles en
México durante el siglo XIX, todos ellos dirigidos
desde el centro de México hacia diferentes puntos
de la frontera con EE.UU. La red vial y de
comunicaciones del PPP similarmente, permitirá la
integración territorial directa de Mesoamérica con
México y con EE.UU. Con esto, la región
centroamericana será objeto de compra por parte
de intereses privados sobre todo de EE.UU., que
explotarán sus recursos y poblaciones. El PPP
promueve la bioprospección para que las CTMs se
apropien los abundantes recursos naturales
biogenéticos de la región.
Simultáneamente con el PPP, las IFIs plantean
desarrollar los corredores mesoamericanos,
biológico y coralino (CBM, CCM). La GEF aportó
67 de los 90 millones iniciales necesarios. El BM y

- 87 -
Eduardo E. Saxe Fernández

la GEF prevén invertir de sus recursos casi 900


millones de dólares en estos proyectos, y otros
4.500 provendrían de CTMs –algunas a través de
ONGs como INBIO en Costa Rica.
La bioprospección está presente desde las
primeras etapas de estos proyectos. La
bioprospección incluye la investigación sobre
plantas medicinales y demás biodiversidad con
potencial comercial, incluyendo actividades de
clasificación y definición de especies, inventarios,
descripción de componentes de sustancias activas,
establecimiento de métodos para su extracción,
procesamiento, certificación y acceso al mercado.
En tanto exploración de la biodiversidad para
encontrar recursos comercialmente valiosos para la
genética y la bioquímica, como reconoce el BM,
esta actividad es calificada correctamente como
biopiratería por algunos autores (Money, 2000;
Delgado, 2003).
A partir de la bioprospección, otras
posibilidades comerciales se visualizan para los
ecosistemas y los recursos mesoamericanos. La
“armonización” del PPP y de la CBM y CCM,
implica la subordinación del ambiente a su
apropiación por las CTMs. El BM señala al
respecto que,
“...será necesario cuantificar el valor
económico de todos los bienes y servicios que
suministrarán las áreas silvestres de la región,
como el agua, ecoturismo, plantas medicinales,
etc.”30

30
Véase el Anexo I, y J.Saxe-Fernández 2003 y 2004.

- 88 -
Colapso Mundial y Guerra

Respecto al agua, ya en 1998 la CEPAL


anunciaba la privatización del recurso en América
Latina:
“...casi todos los gobiernos de América Latina
y el Caribe han anunciado una política de
aumento de la participación privada en los
servicios públicos relacionados con el agua...
solamente en algunos países se ha traspasado
al sector privado la función de administrar los
servicios de abastecimiento de agua y
saneamiento, si bien otras funciones dentro de
esos servicios, de carácter más técnico,
efectivamente se han traspasado en muchos
países... (E)n América Latina son únicamente
cuatro los países en que las principales
atribuciones de gestión de los servicios
públicos relacionados con el agua se han
transferido al sector privado. Sólo en uno de
los cuatro, a saber en la Argentina, se ha
encomendado a empresas privadas la gestión
de importantes sistemas de abastecimiento de
agua y saneamiento” (CEPAL, 1998).
Esta tendencia ha creado muchas
“oportunidades de inversión”, de las cuales,
“...la más interesante quizá sea la posibilidad
de hacerse cargo del servicio, ya sea mediante
una compra directa o un arreglo de concesión,
pero las oportunidades no se paran ahí. Los
contratos de gestión también pueden brindar
oportunidades apreciables...” (CEPAL, 1998).
En el diseño del PPP también encontramos
claramente una propuesta para privatizar el agua
mesoamericana. El Banco Mundial prevée la
preparación de planes estratégicos para el

- 89 -
Eduardo E. Saxe Fernández

desarrollo de los servicios hidrometeorológicos


nacionales (incluyendo evaluaciones del marco
institucional y legal, financieramente, recursos
humanos y comercialización de sus servicios); y la
creación de marcos legales y administrativos para
comercializar servicios y “productos
meteorológicos con valor agregado”. Los
Gobiernos se comprometen a presentar un plan
estratégico para el desarrollo de los servicios
meteorológicos e hídricos nacionales, basado en un
diagnóstico de los marcos legal e institucional de
los servicios nacionales y un estudio del mercado
para productos hidrometeorológicos comerciales.
Delgado (2003) nos ofrece un último ejemplo
de la privatización del recurso, describiendo el
proyecto del Acuífero Guaraní, una de las
megareservas de agua dulce del mundo, que cubre
una superficie de 1.2 millones de kilómetros
cuadrados entre Brasil, Argentina, Uruguay y
Paraguay, más de dos veces el área de
Centroamérica. El desarrollo del proyecto del
acuífero Guaraní nos muestra cómo procede
típicamente el Banco Mundial, que,
“...en este tipo de proyectos, devela su interés,
primero, por reconfigurar el manejo de cuencas
y, segundo, por la transferencia de recursos
hídricos hacia el sector privado. Es decir, por
un lado, impulsa una concentración del manejo
de cuencas hídricas en manos de “selectos
actores”; y, una vez consolidados, busca, por el
otro lado, colocar a las multinacionales de los
acreedores en el centro de la gestión y
usufructo del agua dulce (es decir, en los
negocios de servicios hídricos de almacenaje,

- 90 -
Colapso Mundial y Guerra

distribución, potabilización, generación de


termo e hidroelectricidad, etc.)”.(Delgado
2003).
Entre las empresas que se aprestan a operar,
tanto en Mesoamérica como en la cuenca del
Guaraní, encontramos a Monsanto y Bechtel, esta
última muy vinculada con varios miembros del
poder ejecutivo de EE.UU. y que recientemente ha
recibido jugosos contratos en Irak.
La combinación sinergística de devastación y
privatización-comercialización de la naturaleza
aceleran el colapso ecológico mundial.

5. Conclusiones
La sociedad humana organizada en el
patriarcado tardío capitalista (Cf. E.Saxe
Fernández, 1997), ha desarrollado una determinada
“intervención” o “manipulación” sobre la
naturaleza y sobre sí misma, que reduce o elimina
la forma natural y busca reemplazarla por una
forma “patriarcal”31. La diversidad de formas
materiales y mentales (máquinas o mentalidades),
se conciben, diseñan y emplean para posibilitar la
mayor apropiación posible (por parte de pequeños
grupos en la sociedad humana), de riquezas
materiales y de poder político (con aspectos
sociales e ideológicos incluidos). Esos pequeños
grupos están compuestos por un total de personas
que podría oscilar entre 50 y 100 millones.
Acumulan la mayor parte de la riqueza y el poder
mundiales, regionales, nacionales, locales y

31
Según algunas teóricas feministas, se trata del deseo
patriarcal de tener la capacidad de las mujeres, para gestar
hijo/as.

- 91 -
Eduardo E. Saxe Fernández

familiares. Por eso, esta forma de apropiación y de


intervención sobre la naturaleza y la misma
sociedad, necesariamente debe excluir del poder y
la riqueza al “resto”, es decir, a la mayor parte
(esa “inmensa mayoría” excluida) de lo/as
miembro/as de la sociedad mundial.
También debe intervenir en la naturaleza de
forma excluyente, es decir violenta, con la
utilización de procedimientos que acaban por
destruir el recurso natural, tanto el renovable como
el no renovable. Este proceso se ha venido
repitiendo ya por lo menos desde el cataclismo
ecológico provocado por el imperio romano en la
cuenca del Mediterráneo, pero se acentuó con el
fanatismo político, religioso y racista que
emplearon las potencias europeas y luego EE.UU.,
Japón y Rusia para “conquistar” y apropiarse del
planeta, entre los siglos XV y XIX. Durante los
siglos XIX y XX el proceso se va acelerando,
adquiriendo una intensidad inusitada a partir de la
llamada Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y
durante todo el resto del siglo XX. A partir de la
década de 1980 y sobre todo en la de 1990, la
devastación ecosocial adquiere proporciones
incontrolables y cada vez más amplias. No hay
“reconstrucción” de los países que EE.UU. o la
OTAN o la ONU “devastan” para “garantizar la
libertad” política y económica; no hay
“humanidad” para los excluidos pues las guerras
“humanitarias” matan a esos mismos excluidos –de
la misma manera que la “lucha contra la pobreza”
tiende a convertirse en una “guerra contra los
pobres”(Cf. Techer, 2001).

- 92 -
Colapso Mundial y Guerra

Sin embargo, a partir de los atentados contra el


Pentágono y el Centro Mundial de Comercio en
septiembre de 2001, los señores de la guerra ya no
necesitan pretextos pseudo humanitaristas, porque
la “guerra contra el terror” necesariamente es una
guerra entre contendientes que deben y tienden a
sustentar ideologías y políticas “extremistas”,
como corresponde a la necesidad de acciones y
pensamientos que promueven espirales donde se
van magnificando el terror y el similarmente
terrorista contra terror.
La precipitación hacia abismos apocalípticos
es entonces necesidad y urgencia del patriarcado
tardío capitalista. Los colapsos ecosociales
constituyen el ácido y explosivo fundamento de la
locura característica de los grupos minoritarios que
concentran el poder y la riqueza mundiales.
“Locura” porque las acciones y pensamientos que
emprenden para mantener sus prerrogativas,
incrementan las amenazas y la crisis de esas
prerrogativas, y solamente pueden responder con
nuevas acciones y pensamientos que “solucionan”
algunos de los problemas, pero con el resultado de
crear otros nuevos y más difíciles y grandes
problemas; los cuales, al final de cuentas en
realidad no son entonces dos tipos de problemas,
sino la profundización (incluso “profundización
desviada”) de la devastación social y ecológica
universal.
En una guerra contra el “terrorismo”, el dilema
de la seguridad llega a su clímax. La guerra contra
el terrorismo lanza las naciones al caos, la
degradación moral, el despotismo sanguinario, el
fanatismo (de carácter notablemente religioso por

- 93 -
Eduardo E. Saxe Fernández

la percatación, consciente o no, de la inminencia y


la vivencia de cataclismos social ecológicos), la
miseria y el cinismo máximos. Toda la sociedad,
los bandos contendientes así como los
espectadores, los opositores y las víctimas, tienden
a ser presa de ese fatal círculo de vertiginosa
vorágine de decadencia en la que entran
determinadas estructuras sociales, políticas,
económicas y militares. El modelo de modelos de
estado terrorista que libra una guerra anti terrorista
es Israel, particularmente bajo el gobierno de
Sharon, que define y trata a los palestinos como
terroristas. Del ejemplo israelí se nutre la
administración Bush II, asesorada por el ejército
israelí para enfrentar la guerra de guerrillas de la
resistencia a la ocupación en Irak, por ejemplo. La
universalización de esta tendencia se orienta a
presentar, a los ciudadanos y a los estados de
EE.UU. y otros 27 países “de primera categoría”,
como el centro anti-terrorista, y al resto de la
población del mundo y de países, como al menos
implícita o potencialmente terroristas, como el
“centro terrorista”. El centro anti-terrorista sería
EE.UU., que en el símil es Israel; y el centro
terrorista serían los países del “sur” y los pueblos
“no blancos”, que en el símil son los palestinos.
Algunos autores hablan de “guerras por los
recursos”, emprendidas por EE.UU. y otras
potencias para acaparar o apoderarse de las fuentes
de “recursos vitales” para sus economías,
sociedades y aparatos militares (Klare, 2001;
Heinberg, 2003). Esta orientación es característica
del período posterior al fin de la Guerra Fría,
aparece notoriamente ya durante la administración

- 94 -
Colapso Mundial y Guerra

Clinton. Por supuesto, el primer recurso estratégico


por el que EE.UU. y otras potencias están
dispuestas a guerrear es el petróleo, como
observaremos en el siguiente capítulo. Este tipo de
estrategia tampoco es nuevo, sino más bien
característico de la misma expansión capitalista
desde al menos el siglo XV: el control de materias
primas y los “recursos” humanos, provocó
enfrentamientos entre las principales potencias.
Actualmente, sin embargo, su intensidad y
características son mucho más acentuadas, por las
condiciones que imponen los colapsos ecológicos y
sociales. Así, el mismo Klare, para explicar las
causas de este nuevo tipo de guerras recurre a
planteamientos neo o cuasi malthusianos, que
establecen una relación directamente proporcional
entre el tamaño de la población y el consumo de
recursos naturales. Según este autor, las guerras
por los recursos tienen su origen en las demandas
planteadas por una población que crece
rápidamente, por recursos cada vez más escasos.
La noción de escasez es nuevamente central, en
torno a ella ha girado un debate sobre las
existencias de reservas petroleras, por ejemplo, en
la que las empresas, los gobiernos y la misma
Agencia Internacional de Energía no prevén
ningún problema, mientras que numerosos críticos
sostienen lo contrario, que el petróleo está pronto a
su agotamiento. Otro motivo de estas guerras de
recursos, sostiene Klare, es que esos recursos se
encuentran en países “inestables” –o más bien que
se resisten a ser controlados por EE.UU.,
agreguemos nosotros. Aparte del petróleo y el gas
natural, el otro recurso que Klare y muchos otros

- 95 -
Eduardo E. Saxe Fernández

señalan como de máxima prioridad estratégica es


el agua –tema crucial para todas las regiones que
tienen mucha cantidad de ella. Esa escasez
creciente de recursos estratégicos pone a soñar a
los asesores de Bush II, quienes esperan encontrar
en Marte (of all places), abundante petróleo
producto del pasado orgánico de ese planeta, así
como suficiente agua como para obtener oxígeno
para respirar, e hidrógeno para propulsar los navíos
de transporte y otros. Mientras tanto, las
prioridades están en controlar las áreas principales
de petróleo, entre las que Klare cita el Medio
Oriente y el Asia Central. Sobre el agua se refiere a
los casos ya conocidos del Cercano y Medio
Oriente, así como al Nilo, y a otros ríos
multinacionales de interés estratégico para las
potencias –incluyendo el Amazonas, por ejemplo
y, como señalan otros autores (Delgado 2002),
también hasta las cuencas de los fronterizos
mesoamericanos como el Usumacinta o el San
Juan.
A principios de 2004 nos hemos enterado que
el gobierno de EE.UU. ha estado ocultando
información disponible, que señala el rápido
agravamiento del deterioro atmosférico planetario.
La noticia ha causado honda preocupación y
molestia entre “el público extranjero”, por ejemplo
en Francia, donde las temperaturas veraniegas del
2003 llegaron a los 50 grados Celsius, provocando
la muerte de al menos 15.000 anciano/as. En
febrero de 2004, sesenta distinguidos científicos de
EE.UU., incluyendo 20 que recibieran premios
Nobel, denunciaron públicamente la campaña
desinformativa del ejecutivo gubernamental. La

- 96 -
Colapso Mundial y Guerra

acelerada militarización de la crisis mundial que


lleva adelante y que desata la administración Bush
II, constituye su política para hacer frente al
colapso ecosocial en marcha.
El colapso ontológico social incluye
componentes múltiples: colapsos económicos
(crisis, concentración, dilapidación de riqueza);
colapsos antropológicos, psicológicos,
sociológicos y políticos (guerras, hambrunas,
pestes, mafización, descomposición étnico
nacional,); colapsos ideo culturales (hiper egoísmo,
nihilismo, cinismo, autoritarismo, agresivismo
genocida y ontocida). Encontramos cada vez más
“roces” y “choques” entre elementos, partes y
procesos sociales, de todo tipo y características. Se
coordinan dimensiones individuales, grupales,
sectoriales, locales, regionales, nacionales,
internacionales, institucionales, ideacionales,
lógicas, imaginarias, lúdicas y eróticas. Pero se
trata de coordinaciones cada vez más difíciles,
cada vez más entorpecidas por sí mismas y por
todas las demás. Así como el trabajador no
propietario tiene que intensificar el número de
horas laborales y su rendimiento durante ese
tiempo, para apenas sostener un puesto con un
salario nominal que sin embargo cada vez tiene
menos capacidad de compra, así también en el
conjunto de instituciones sociales, se requiere cada
vez más esfuerzo para “mantener” los “status quo”;
aunque no pueda evitarse que en los bordes tanto
como en los centros ocurran también
descomposiciones, derrumbes, desapariciones,
exterminios. Se mantiene todo aquello que se
puede sostener, hasta donde sea posible. Pero la

- 97 -
Eduardo E. Saxe Fernández

degradación social general continúa, y tiende a


explotar en “cadenas sinergísticas” que pueden
conducir a mayores colapsos del status quo, o a
tendencias reorganizativas alternativas.
El proceso social histórico ha tenido resultados
devastadores sobre el entorno planetario de la
naturaleza holocénica. Se ha acelerado con y desde
la expansión y dominación de la civilización
cristiana y el sistema socio económico capitalista.
Alcanza dimensiones inmanejables para los
ecosistemas tanto como por las mismas
instituciones sociales en las que surgieron y se
desarrollaron. Se dan así otras sinergias entre los
colapsos sociales y los naturales, que a su vez
alimentan o subtienen el “marco ontológico” en el
que operan los diferentes actores.
La prueba de esta tendencia reside claramente
en que las potencias hegemónicas, EE.UU. en
primer lugar, definen la situación político militar
mundial como “guerra contra el terrorismo” (que
enmarcaran o acompañan las) “guerras de
recursos”. Es decir, la civilización mundial
cristiana capitalista actual se caracteriza por:
desarrollar procesos de militarización definidos
en función de un creciente dilema de seguridad
–generado por los colapsos ontológicos
ecosociales. La militarización y el creciente
dilema de seguridad inciden a su vez muy
fuertemente, en sentido destructivo,
amplificando esos colapsos.

- 98 -
Colapso Mundial y Guerra

ANEXO 1: El Banco Mundial

Se trata de un eslabón muy importante en el


régimen financiero internacional, desde la segunda
mitad del siglo XX. EE.UU. lo diseñó como
instrumento para su control financiero planetario,
multilateral pero manteniendo EE.UU. el poder de
veto -así como que su presidente habría de ser un
nacional de ese país, y otros rasgos tipificantes del
dominio del gobierno de Washington. Este Banco
se organizó por el principio corporativo financiero
de: “un dólar un voto”. Teóricamente, aunque se
trata de una entidad de las Naciones Unidas, sin
embargo, de derecho y de hecho se trata de un
esquema en el que participan, ciertamente Estados,
pero a título de: “capitales privados, con votos
proporcionales a los aportes financieros de cada
socio”. En este Banco Mundial, EE.UU. posee más
del 17 por ciento de los votos; los países de la
Unión Europea son dueños de más del 21.5 por
ciento de las acciones, pero tienen dificultades para
actuar concertadamente, en importante medida por
políticas de EE.UU. Por su parte, Brasil, México y
Venezuela poseen en conjunto el 3.85 por ciento
de las acciones del Banco; incluso la región
latinoamericana en su conjunto no supera el 5 por
ciento. Es más que evidente la asimetría
fundamental del régimen –para favorecer al
llamado “Grupo K” (grupo de potencias

- 99 -
Eduardo E. Saxe Fernández

dominantes, incluyendo o no “hegemones”).


Cualquier medida, según la normativa del BM, ha
de contar con al menos el 85 por ciento de los
votos, dándole poder de veto efectivo a EE.UU., y
potencial a la UE. Adicionalmente conviene
señalar que los funcionarios del BM, “exigen”
rendición de cuentas a los gobiernos que someten a
“programas de ajuste estructural”, a la vez que
ellos gozan de inmunidad jurídica total. (Cf.
J.Saxe-Fernández & J-C.Delgado, 2003; y M.
Chossudovsky, 2001). Aquí destaco el carácter
privado corporativo –asimétrico- de la institución.
El nombramiento de Paul Wolfowitz como
presidente del BM a principios de la
administración Bush II es “normal” en la
institución en la que EE.UU. tiene “derecho” a ese
puesto. Que se trate de un miembro del grupo de
gobierno de EE.UU. tampoco debe extrañarnos. Su
proveniencia del área político militar nos indica
que el grupo Bush II quiere una administración
militar en la banca internacional, sobre todo para
precaverse –o disponer de un salvavidas
internacional- si la economía mundial, sobre todo
la de EE.UU., sufriera mayores “dificultades”
(graves crisis, generales y específicas), incluyendo
devastaciones ambientales como la provocada en
Louisianna por el huracán Katrina. Con Wolfowitz
al frente, el BM pierde aún más credibilidad y
tenderá a ser sustituido por otros arreglos
institucionales, por parte de la gran mayoría de
países que no tienen disposición o capacidad para
aportar recursos, a través de ese Banco, para
apuntalar una economía de EE.UU. en crisis. El
BM será empleado aún más descaradamente por el

- 100 -
Colapso Mundial y Guerra

gobierno de EE.UU. en sus chantajes, amenazas y


guerras económicas –incluyendo guerra
bioquímica. Esto tiende a minar ambas
instituciones, ya muy desprestigiadas.

- 101 -
Eduardo E. Saxe Fernández

ANEXO 2:
La sexta extinción: los colapsos
ecosociales mundiales
1750-2100

Ecosistema

Población

Economía

1750

1960 1985

2005 2100

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Colapso Mundial y Guerra

Capítulo Segundo

Aspiración imperial-ista de
Estados Unidos:
debilidades estratégicas, guerra
y colapso mundial
1. Aspiración hegemonista, guerra y colapsos
ecosociales mundiales
Con el fin de la Guerra Fría en 1990, EE.UU.
esperaba convertirse en el hegemón o potencia
dominante del planeta. Desde las administraciones
Bush I-Reagan se promovía el unilateralismo y el
excepcionalismo. Clinton desarrolla un
unilateralismo que empleaba subsidiariamente al
multilateralismo (EE.UU. era “primero entre
iguales” dentro de la OTAN y el Consejo de
Seguridad de la ONU). Se apoyaba en un
constructo ideológico político, el neoliberalismo
globalista institucionalista, que implicaba la
instauración de una paz mercantil, democrática,
universal y perpetua. Ese esfuerzo se apoyaba en
una burbuja financiera y en la introducción de
nuevas tecnologías de información. El derrumbe de
finales de la década de 1990 destrozó las
predicciones de “economía sin crisis” que
predicaban las fuentes oficiales y del capital. Más
bien, las instituciones internacionales fueron
empleadas por los especuladores financieros,

- 103 -
Eduardo E. Saxe Fernández

apoyados por sus gobiernos, para saquear, por


ejemplo, las cajas de ahorro propias y de otros
países.
A la crisis económica del fin del mandato de
Clinton ha seguido una nueva guerra mundial. El
instrumento militar es ahora el privilegiado para
buscar esa hegemonía. La estrategia principal de la
administración Bush II, para el futuro de la
humanidad, consiste en una guerra permanente
que tiene dos dimensiones: por un lado se trata de
una “guerra preventiva”, por otro lado es una
guerra “contra el terrorismo” o “guerra civilsocial
mundial”.
Los atentados contra el Pentágono y las Torres
del Centro Mundial de Comercio, en 2001, fueron
el pretexto para la emisión y aprobación de leyes
de excepción, y la militarización adicional de
EE.UU.32

32
Las sospechas alrededor de estos ataques crecen cuando nos
enteramos que varios años antes ya se había delineado la
política que adoptaría la administración Bush II, después de
esos ataques y supuestamente como respuesta a ellos. Ya se
preveían, entonces, ataques de este tipo. La fundación
ultraconservadora de EE.UU., Project for a New American
Century (www.newamericancentury.org) en 1997 y 2000
publicó dos documentos “elaborados por una falange de
neoconservadores y de representantes del complejo militar
industrial” (Rouleau, 2003: 29), incluyendo a Cheney,
Rumsfeld, Wolfowitz, Jeb Bush, Elliot Abrams, Richard Perle.
Allí se recomienda una política exterior unilateralista y
adoptar la doctrina de guerra preventiva, para inhibir el
surgimiento de posibles retadores a la hegemonía, así como
recurrir a las organizaciones y regímenes internacionales
solamente cuando y si conviene a los (supuestos) intereses de
EE.UU.

- 104 -
Colapso Mundial y Guerra

El ataque terrorista facilitó las cosas para


quienes buscaban militarizar el proceso histórico
mundial y nacional. El ataque del 11 de setiembre
les facilita caracterizar la nueva amenaza como
“universal”. Aquí se hace evidente la ilegalidad de
cualquier “guerra antiterrorista”, pues
necesariamente se libra dentro de los espacios y
tiempos de las personas que no son combatientes.
Cada quien, y todo/as somos posibles terroristas, o
sujetos de ataques terroristas, o sujetos de ataques
antiterroristas. Es una guerra civilsocial mundial.
Plantear como defensiva la guerra preventiva o
de agresión, incluyendo la postura estratégica de
“yo ataco primero si creo que alguien podría
pretender atacarme en el futuro no inmediato”, es
una burla y tergiversación del pensamiento, el
derecho y el lenguaje; una declaración de
agresividad unilateral y un crimen contra la
humanidad.
La guerra preventiva atenta contra el derecho
internacional, se basa en justificar agresiones ex
post. Y en tanto “guerra preventiva contra el
terrorismo”, la ilegalidad agresiva se convierte en
crimen de lesa humanidad, puesto que debe
librarse al interior de los sistemas social políticos y
afecta a la población no combatiente.
En fin, también se trata de una “guerra
preventiva contra el terrorismo, no convencional y
clandestina”. Es decir, que se libra al margen de
toda legalidad y en máximo secretismo, sin
restricciones para el tratamiento de los enemigos, a
quienes se despoja de su condición humana. Y esta
ilegalidad también significa que, en un tiempo
como el actual, EE.UU. retorna a los tiempos

- 105 -
Eduardo E. Saxe Fernández

cuando su gobierno libraba guerras ilegales y


clandestinas (en Guatemala, Vietnam o
Nicaragua), incluyendo contratar miembros del
mundo del crimen para realizar operaciones de y
con las agencias de espionaje gubernamentales.
Esto se prohibió a partir de los escándalos
Watergate y la renuncia de Nixon, pero ahora ha
sido restituido desde 2002, junto con otra serie de
medidas y leyes que amplían considerablemente
las prerrogativas de los cuerpos de seguridad e
inteligencia, policiales y judiciales. Movimientos
similares se emprenden en otros países de la
OTAN (España o Inglaterra después de “sus”
atentados, por ejemplo). La consecuencia directa es
la regresión ontológica, la reducción o eliminación
de libertades y posibilidades de expresión y vida;
de derechos civiles, políticos y sobre todo
humanos.
En la hipótesis que exploro en este libro, sin
embargo, en el sistema internacional tendería a
resultar cada vez más imposible buscar una
hegemonía capitalista para salvar o perpetuar ese
sistema, en tanto el capital tiende a profundizar la
acumulación concentradora y excluyente (por
medios militares preferentemente), que a su vez
produce los colapsos ecosociales. Mantener a la
fuerza la fuente de los problemas universales
redunda en su profundización, y hasta en
abandonar la pretensión de solucionarlos. El
gobierno de EE.UU. se desentiende del destino de
las poblaciones que ataca o “protege”, e incluso de
su propia población pobre.
Conforme se desencadenan los colapsos
generados históricamente por esa acumulación

- 106 -
Colapso Mundial y Guerra

capitalista, las soluciones alternativas se tornan


estratégicamente “realistas” (urgentes), pues la
continuidad del capital militarizado solo logra
acelerar el hundimiento civilizatorio y la catástrofe
universal.
La crisis del capitalismo tardío, a partir del 11
de setiembre de 2001, se articula en crecientes
colapsos ecosociales mundiales. El recurso de
EE.UU. a la guerra, a la militarización de su propia
crisis y de la crisis ecosocial mundial, debe
entenderse entonces como un esfuerzo
desesperado y prácticamente agónico para
buscar mantenerse como principal y excluyente
usufructuario del planeta (¡después del huracán
Katrina, incluso como receptor de ayuda
humanitaria, quitándosela a países como Níger!).
La respuesta belicista ante los colapsos
ecosociales mundiales encuentra y encontrará
crecientes dificultades. En primer lugar por los
mismos colapsos. En segundo, por la resistencia a
un orden ontológico (histórico social)
deshumanizante y violento. Requiere restablecer a
la guerra como principal instrumento de política
internacional. Más aún, implica separarse incluso
de las nociones de “guerra justa”, porque en una
guerra civilsocial se incumple el principio de
proporcionalidad al emplearse las actuales armas
disponibles –incluso las miniaturizadas-, que no
distinguen entre combatientes y no combatientes.
Los ricos y poderosos pretenden, entonces,
solucionar los problemas para beneficio propio, y
solamente les va quedando, para hacerlo, el empleo
abierto de la máxima violencia. Degradan la vida
humana a una situación de terror, y quieren

- 107 -
Eduardo E. Saxe Fernández

instaurar un régimen político totalitario y


autoritario, en manos de militares, policías y
espías, aliados con banqueros, especuladores y
mafiosos.

2. EE.UU. de Clinton a Bush II


Podemos aproximarnos a las características y
consecuencias estratégicas de los colapsos
mundiales, considerando las estrategias y políticas
seguidas por los gobiernos de EE.UU. para
promover su aspiración hegemónica internacional.
La actual fase de aspiración hegemónica de
EE.UU. data desde su derrota en Vietnam, aumenta
con las administraciones Bush I-Reagan, y se
intensifica con el derrumbe de la URSS. Durante la
década de 1990 fue triunfalista, como efecto del
súbito colapso soviético, e implicó un auge
económico nunca antes visto en EE.UU. Sus
beneficiarios fueron apenas pequeños grupos, pero
quienes lo promovían presentaron al capitalismo
con los rasgos ideales que buscaba el socialismo
burocrático: una economía perfecta, que siempre
crezca y que nunca tenga crisis.
Durante la década de 1990, se trató sin
embargo de un auge coyuntural y especulativo
sobre todo. Estaba basado en las ganancias
extraordinarias derivadas de la caída del rival
estratégico y, particularmente, se fundaba en una
“burbuja” de los sectores financiero mismo, de
bienes raíces, de la microelectrónica aplicada, la
biotecnología y los nuevos materiales, pero
especialmente apoyándose en la expansión del
capital privado, a sectores económicos

- 108 -
Colapso Mundial y Guerra

anteriormente encomendados al Estado33, que


sufren desmantelamientos y saqueos. A finales de
esa década de 1990, la burbuja especulativa y de
“alta” tecnología, empezó a estallar. Pues la crisis
estructural de sobreproducción se agravó con el
predominio del capital financiero especulativo y la
conformación de sistemas de producción
mundiales de las CTMs, que impusieron
nuevamente, y de una forma violentísima, la ley de
hierro al trabajo; pero que, al hacerlo, se privaron
de consumidores para sus mercancías.
Adicionalmente, el auge se apoyó en los saqueos
financieros realizados por el nuevo principal actor
internacional, el sector de “inversionistas”, aupado
y subsidiado por las IFIs, contra Rusia, contra el
Sud-Este de Asia, contra Argentina y contra Brasil,
para citar solo grandes potencias así golpeadas.
Ese triunfalismo predador había empezado
“internamente” en el sistema capitalista mundial,
durante la década de 1980, con el hundimiento de
la resistencia estatal-nacional y el restablecimiento
de regímenes con formas oligárquicas en América
Latina34. Esa fase prosiguió con la reanudación de

33
Por ineficiencia o desinterés de los empresarios (“baja
rentabilidad”) en sectores como salud o educación; y/o por la
vigencia de derechos colectivos de propiedad (prioridades
públicas sobre prioridades privadas) en algunas esferas
definidas como “estratégicas para la nación”.
34
Cf. E.Saxe Fernández, 1999. América Latina es utilizada
por EE.UU. como laboratorio de prueba de numerosas
políticas y doctrinas que luego tratará de internacionalizar al
resto del planeta. Además, ha intensificado su integración con
meso América y el circum Caribe, promoviendo pero también
asimilando aspectos de la cultura política oligárquica, corrupta
y militarista de América Latina (mafias de EE.UU. que
controlaban La Habana batistiana y que luego de ser

- 109 -
Eduardo E. Saxe Fernández

guerras por el control del petróleo meso oriental y


del Asia central, con la guerra en Afganistán contra
la URSS y con la guerra de Bush I contra Irak en
1990.
Durante sus dos administraciones, Clinton
prosiguió las guerras alrededor de la URSS, ahora
sobre todo en la Federación Yugoeslava que
también se buscaba desintegrar, y siempre en el
Asia central, particularmente la zona del mar
Caspio. La administración Clinton quería afirmar
la hegemonía mundial de EE.UU., definiéndose
como primus inter pares (el primero entre
iguales), en el seno del G7 –posteriormente G8 con
Rusia- y la OTAN. Se trataba de una estrategia de
“dominación benevolente”, ejemplificada en la
popularidad que adquirieron, en EE.UU., nociones
sobre el carácter “imperial” de EE.UU. y sobre los
beneficios de ese imperialismo neoliberal
multilateralista –hermano del supuestamente
bondadoso imperialismo inglés-, frente a los
(previos) imperialismos “despóticos” de Alemania
o la Unión Soviética. Además, en EE.UU. se
trataba de un imperialismo “religiosista”, ubicado
más allá de la historia y la racionalidad modernas,
que venía a sustituir la guerra por la economía (fin
de las guerras estratégicas), de manera permanente
(eterna).
Las administraciones Clinton no fueron menos
nacionalistas que sus predecesoras Republicanas
(Bush I y dos de Reagan-Bush I), pero el gobierno
del partido Demócrata se autodefinía en la

expulsadas por la revolución desarrollan Las Vegas, por


ejemplo; o las elecciones tipo “república bananera” en la
Florida para elegir a Bush II).

- 110 -
Colapso Mundial y Guerra

corriente del liberalismo comercial


internacionalista que, por ejemplo, quería emplear
“zanahoria” y no solo “garrote” con los focos de
resistencia o rebeldía internacionales, así que
buscaba solucionar la crisis del cercano y medio
Oriente, mediante acuerdos políticos y una
integración económica que incluyera a los países
árabes y a Israel, junto con un estado Palestino.
Durante las dos administraciones de Clinton y
hasta el 11 de septiembre de 2001, el liberalismo y
sus variantes han configurado la visión oficial y
supuestamente propiciada por EE.UU.: libre
comercio, democracia, derechos humanos, derecho
internacional, aparte de las consabidas políticas
para propiciar el desarrollo de los países más
pobres, etc. A partir del comienzo de la guerra
mundial contra el terrorismo, se convierte en una
retórica del todo incoherente, por ejemplo cuando
aparece en la “Ley Patriótica” de Bush II, donde
plantea su estrategia de guerra preventiva.
Durante esas dos administraciones Clinton, la
ideología y la teoría sobre la política internacional
en EE.UU. se orientaran por el llamado
“liberalismo transnacional”, considerado como
pensamiento hegemónico (Agnew, 1998: 56). El
liberalismo o neoliberalismo transnacional postula
que las ventajas nacionales en el mercado
internacional, ahora se ven superadas por las
ventajas que ofrecen las estructuraciones
regionales y globales, lo que representa:
“...un reto material significativo a la distinción
entre lo doméstico versus lo internacional,
sobre la que se basa el “realismo” de los

- 111 -
Eduardo E. Saxe Fernández

análisis estrictamente territoriales de la


espacialidad del poder” (Ídem, 59).
El neoliberalismo transnacional implica la
imposibilidad de que algún estado busque adquirir
supremacía mundial. Primero, porque la capacidad
de segundo golpe termonuclear hace obsoletas las
carreras armamentísticas estratégicas. Segundo,
porque el bienestar económico requiere de los
mercados internacionales:
“El acceso a los mercados globales es ahora la
precondición principal para el crecimiento
económico sostenido. A su vez, la creciente
interdependencia económica aumenta los
incentivos para resolver las disputas de formas
no militares” (Ídem, p. 79).
Finalmente, los neoliberales transnacionalistas
apuntaban a la creación y desarrollo de regímenes
internacionales, como elemento crucial para
superar el realismo y el neorrealismo estado
céntricos. En esta argumentación, se sostenía que
la hegemonía de EE.UU. durante la Guerra Fría
había sido una hegemonía diferente de las otras,
porque:
“Se ha institucionalizado globalmente
mediante un gran número de agencias y ha
tenido una profunda influencia cultural” (Ídem,
p.82).
EE.UU. habría sido el campeón de los
regímenes internacionales, entonces, que serían sus
instrumentos de hegemonía mundial. Las
instituciones, prácticas, reglas, normas o
legislaciones federales o estaduales de EE.UU.,
NO serían las encargadas de esas dimensiones
internacionales:

- 112 -
Colapso Mundial y Guerra

“... los esfuerzos de EE.UU. para involucrar a


otros estados en “regímenes” internacionales
de uno u otro tipo y que abarcan un amplio
espectro de temas sustantivos desde el
comercio a los derechos de pesca o la
degradación ambiental, han tenido el efecto de
enfatizar las aproximaciones colectivas, antes
que las unilaterales, para resolver los
conflictos” (Loc. Cit).
Por supuesto, sin embargo, las políticas
neoliberales de las dos administraciones
demócratas, favorecían ampliamente a los grupos y
sectores más acaudalados o ricos, y continuaron
reduciendo la parte del salario en la renta nacional.
En términos político económicos, se trata de la
emergencia de una sociedad oligárquica, a lo que
apunta, entre muchos otros, Hertsgaard:
“Los datos sobre ingresos vienen a indicar...
(que) la (década) de los noventa fue una
década especialmente gratificante para el 20%
de los americanos con mayor renta (y,
especialmente, para el 5% superior), porque se
hicieron con la mayor parte de los ingresos
generados por el “boom” bursátil. Los ingresos
de otros grupos de renta también aumentaron,
pero en mucha menor medida. El 80% restante
(la mayoría pobre, obrera y de clase media de
Estados Unidos) no llegó ni siquiera a
recuperar el terreno económico que habían
perdido durante las dos décadas anteriores. A
finales de los noventa, los trabajadores
estadounidenses aún ganaban menos en
términos reales que cuando Richard Nixon
dejó la Casa Blanca en 1973, a pesar de que su

- 113 -
Eduardo E. Saxe Fernández

productividad se había incrementado en una


tercera parte desde entonces... Cada vez más,
Estados Unidos se está dividiendo entre una
pequeña élite fabulosamente rica y una
mayoría creciente de personas que pasan
apuros y que deben trabajar duro con el único
ánimo de no quedarse atrás” (2003:156-157).
Agrega que el 40 por ciento de lo niños en ese
país viven por debajo o en las inmediaciones del
umbral de pobreza.
Así, con el auge económico de la década de
1990, el estado y la sociedad adquirieron riquezas
suficiente como para haber ayudado a las personas
pobres, no solamente de EE.UU. sino del resto del
mundo. Tanto en lo social como respecto del
cuidado de la naturaleza, las administraciones
Clinton significaron desaprovechar una
oportunidad tal vez irrepetible, para haber
contribuido a reorientar la marcha del planeta hacia
derroteros más humanos, o más “sostenibles”,
como decía la misma retórica empleada por esos
neoliberales internacionalistas institucionalistas
(Cf. Maynes, 1999). La realidad era, ciertamente,
que quienes acumulaban riqueza y poder solamente
pensaron en ellos mismos, en su seguridad
inmediata, empujados por la creciente complejidad
y agudeza que adquirieron día a día los problemas
y peligros ecosociales mundiales, hasta empezar a
convertirse en colapsos. Desde entonces esos
grupos vienen perdiendo coherencia, rumbo y
sentido. Tienden a preferir procedimientos y
acciones cada vez más directamente rapaces, sobre
los recursos necesarios para que solamente ellos
puedan sobrevivir.

- 114 -
Colapso Mundial y Guerra

Las políticas adoptadas por la administración


Bush II a partir del 11 de septiembre de 2001,
llevan ese neoliberalismo transnacional a una
nueva forma tecnoburocrática militarizada,
dedicada a la guerra. Acentúa sus posturas
mercantilistas en las negociaciones comerciales
internacionales, por ejemplo en la misma
Organización Mundial de Comercio, negándose a
reducir o eliminar los subsidios que otorga a su
economía, pero exigiendo que sus socios
comerciales sí lo hagan.
El auge económico y la sensación de
superioridad ideológica y militar sobre el
“comunismo”, se fundaban, como hemos señalado,
en un proceso especulativo que subtendía y
conducía a una crisis de sobreproducción, por la
reducción drástica del trabajo en el reparto de la
riqueza mundial. Las burbujas financieras se
reventaron ya al final de la segunda administración
Clinton, como indica Stiglitz:
“La burbuja estalló. La economía entró en una
recesión. Era inevitable que ocurriera: los días
de los felices noventa se habían construido
sobre unas premisas tan falsas que finalmente
tenían que acabar... Pero lo que no era
inevitable es que la recesión económica fuera
tan larga y tan profunda como ha sido o que
produjera tanto sufrimiento” (Stiglitz, 2003:
365).
Notemos que, pese a sus retóricas neoliberales
institucionalistas, las administraciones Clinton
aceleraron el unilateralismo militarista de EE.UU.:
“La administración Clinton no hizo mas que
incentivar las insaciables demandas del

- 115 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Pentágono. En enero de 2000 –con la vista


puesta en la elección presidencial de
noviembre del mismo año- añadió otros ciento
quince mil millones de dólares al plan
quinquenal del defensa, que llegaba hasta
2005, un incremento mucho mayor que el
solicitado por los republicanos. Se negó a
firmar el Tratado de Ottawa sobre prohibición
de minas antipersonales, puso objeciones a
todas las cláusulas del tratado propuesto para
el control sobre el comercio de armas ligeras
que disgustaban a la Asociación Nacional del
Rifle, y se opuso firmemente a vincular las
florecientes exportaciones estadounidenses de
armamento a criterios relativos a los derechos
humanos y la democracia. La cuota
estadounidense, que ya era la mayor del
mundo en el mercado mundial de
exportaciones de armamento, se hizo aún más
grande: de un 32% del comercio mundial de
armas en 1987 pasó a un 43% en 1997. De los
ciento cuarenta países a los que dio o vendió
armas en 1995, el 90% no eran democráticos o
violaban los derechos humanos... y su
proporción en el gasto militar global ascendió,
de un 31% en 1985 a un 36% en el año fiscal
2000...”(Klare, 2003: 128).
Ya con respecto a esa zona meso oriental,
citada por ejemplo, el asesinato de Rabín por un
militante de la extrema derecha israelí, (4 de
noviembre de 1995) y la posterior provocación
montada por Ariel Sharon en la Explanada de las
Mezquitas (al poco de llegar después de meses de
trabajo y descanso en el rancho de la familia Bush

- 116 -
Colapso Mundial y Guerra

en Texas), su ascenso al poder y su política de


confrontación y aniquilamiento de los palestinos,
impidieron que la política Clinton para esa región
prosperara. Esto nos pareció y nos parece, desde el
principio, una actuación de Sharon como parte del
grupo Bush, un claro ejemplo de cómo ha actuado
este grupo que hoy encabeza el gobierno en
EE.UU.
Desde al menos la segunda mitad de la
administración Carter, y sobre todo con las
administraciones Reagan-Bush I, el nacionalismo
militarista en EE.UU. supera el llamado “síndrome
de Vietnam”, y se arropa de triunfalismo con la
victoria sobre la URSS. Bush I afirmaba ese
nacionalismo como centro de los procesos de
globalización o mundialización, a partir de la
guerra contra Irak. Militarmente, Clinton mantuvo
el asedio para terminar de desestabilizar y
desmembrar a la URSS y a Yugoslavia, y enfatizó
el papel de la OTAN. Este presidente ya se sintió
imperial en un sentido neo británico, dominado por
“la locura pretenciosa de aquellos que creían
solucionar todos los problemas económicos y
sociales simplemente abriendo los mercados”35.

35
“Si la fecha del 11 de septiembre es importante no es porque
ha abierto una crisis que se acaba de cerrar con la derrota de
los talibanes, sino porque pone fin a la larga década nacida
con la caída del muro de Berlín y que ha estado dominada por
la locura pretenciosa de aquellos que creían solucionar todos
los problemas económicos y sociales simplemente abriendo
los mercados. Pero ahora este período ha terminado, no hay
que esperar una sabia vuelta a la razón, sino más bien la
multiplicación de las calamidades y las catástrofes”. A.
Touraine (21-12-2001).

- 117 -
Eduardo E. Saxe Fernández

La postura de “nuevo” liberalismo sostenida


por Clinton se desinfló, la aspiración a una
hegemonía de “primero entre iguales” ha quedado
atrás. EE.UU., como en el pasado, busca afirmarse
internacionalmente con políticas unilateralistas que
requieren, y son “inducidas”, por la hipertrofia de
su aparato militar.
Desafortunadamente para EE.UU. y el mundo,
cuando en la historia se dieron circunstancias
propicias para que aspirara a una hegemonía más
profunda, ese país solamente disponía de ventajas
relativas militarmente, pues en otros ámbitos como
el económico o el ideológico político, a partir del
11 de septiembre de 2001, EE.UU. rápidamente
pierde su “glamour” y liderazgo y acentúa y
profundiza sus desventajas –en el intento mismo de
hegemonizar.
¿Pretende Bush II, entonces, actuar
contradiciendo sus palabras, es decir, engañando
descaradamente? Todo indica que, efectivamente,
la mentira se ha entronizado como método para
alcanzar objetivos estratégicos: intentar
establecerse como hegemón mundial, bajo la forma
de un “imperio”, por una parte bíblico
fundamentalista, y por otra parte posmoderno
tecno/autocrático. Se trata del modelo de
hegemonía “universalista” de Morton Kaplan, que
corresponde aproximadamente a los precedentes en
Roma, en el Sacro Imperio Romano, y en el
Imperio Inglés: un solo estado universal, una sola
ley y un solo ejército nacionales que funcionarían
como instituciones universales.
Un agresivo y ciego chauvinismo rige la
ideología hoy en EE.UU. A partir del 11 de

- 118 -
Colapso Mundial y Guerra

septiembre de 2001, EE.UU. impulsa con mayor


energía su característico (pero exacerbado)
nacionalismo militarista, que se observa
simbólicamente, por ejemplo, en un culto histérico
a la bandera. Cada casa, cada establecimiento
comercial, cada oficina pública, cada recinto
público o privado, cada actividad, toda la
televisión y todo el cine, cada vehículo (de todo
tipo), monumentos, y el paisaje, se han llenado de
banderas nacionales. El fervor patriótico alcanzó y
se mantiene en paroxismos sin precedentes. Ese
patrioterismo es necesario para que prevalezca el
“espíritu” guerrero, para que se pueda pensar
totalitariamente y así pueda operar el intensificado
autoritarismo, necesarios todos para el “triunfo”.
Ese patrioterismo exacerbado se originó en el
terror que siente la población de esa nación a partir
del 11 de septiembre, y que el gobierno se encarga
de “administrar”, como eje de toda la actividad
pública y humana, en una guerra que, en opinión
de esos mismos funcionarios, puede durar varias
generaciones humanas.

3. Destruir el derecho internacional e instaurar


el crimen mundial
Las promesas de democracia y bienestar
material del neoliberalismo globalista mostraron
ser apenas falsas ilusiones que se desvanecieron
con la renovada crisis económica de principios del
siglo XXI. Tan pronto el grupo Bush retomó la
presidencia de EE.UU. y ese país sufriera los
atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001,
el gobierno empezó a implementar una “estrategia
imperial”, preconcebida probablemente desde

- 119 -
Eduardo E. Saxe Fernández

cuando Nixon y Kissinger empezaron a luchar


“clandestinamente” contra la decadencia
hegemónica de EE.UU.
Particularmente respecto al terrorismo, EE.UU.
ha mantenido una de las dos posturas que señalaba
Aron (el juez o el soldado), rechazando cualquier
ubicación de los terroristas dentro de cualquier
derecho que no sea la represalia (retaliation)
violenta. Así por ejemplo, en el secuestro del
buque Achille Lauro (octubre de 1985), ya
notamos esta postura en el gobierno Bush I-
Reagan:
“...un estado (EE.UU.) escogió la opción
militar, mientras que los otros dos (Italia y
Egipto) llevaron a cabo una negociación
paciente aunque extenuante. Desde el mismo
comienzo, los Estados Unidos dijeron a Craxi
que estaba “completamente opuesto a
participar en cualquier forma de negociación”;
posteriormente procedió a violar los derechos
soberanos tanto de Egipto como de Italia y,
peor aún, empleó la fuerza contra Egipto de
una manera que estaba totalmente injustificada
de acuerdo con el derecho
internacional”(Cassese, 1989: 127).
Este ejemplo se multiplicaba en EE.UU. desde
la década de 1980, en numerosas otras instancias,
entre las que podemos citar, también, la alianza de
las potencias marítimas (EE.UU e Inglaterra),
contra Argentina. O el caso de la agresión contra
Nicaragua también en esa década.
La guerra terrorista contra el terrorismo de
EE.UU. a principios del siglo XXI, instaura la
“institución” de la guerra y la agresión violenta,

- 120 -
Colapso Mundial y Guerra

como centros de la política, de la vida


internacional y de cada nación y/o estado. Esta
guerra viene envuelta en la ideología de la
seguridad y está característicamente lastrada por el
dilema de la seguridad: guerra/seguridad
permanente, guerra/seguridad preventiva,
guerra/seguridad sin límites, total y “despiadada”
(el “enemigo” es definido como no humano y no
tiene derechos como tal).
La Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 reflejó la división del mundo en
dos grandes campos político ideológicos,
enfrentados en una guerra “fría”, que era “caliente
en las periferias” y que durante cinco décadas
instituyó el fanatismo unilateral de una
mundovisión en blanco y negro, escatológica:
capitalismo reformista o socialismo burocrático,
capitalismo-socialismo. Entre esa fecha y,
oficialmente hasta el hundimiento de la URSS, esa
Declaración representó “un decálogo” para las dos
partes contendientes y para la humanidad. Según
Pérez Luño (1991), la Declaración Universal de los
Derechos Humanos marca un punto de arranque en
el proceso, dirigido a que la efectividad y vigencia
de los derechos humanos, a partir de los principios
generales del Derecho, fueran permeando todo el
Derecho Internacional.
Al final de la Segunda Guerra Mundial,
después de 50 millones de muertos en Europa y 30
millones de muertos en Asia, además de cientos de
millones de heridos y desplazados y la destrucción
de las principales economías –salvo la de EE.UU.-,
las dos superpotencias triunfantes vistieron galas
paladinescas, esforzándose en competir a todo

- 121 -
Eduardo E. Saxe Fernández

nivel, no solamente en una carrera armamentista


sin precedentes. La competencia político
ideológica era tanto mayor cuanto que no se daba
una confrontación militar directa entre las
superpotencias. De ahí que cada una se esforzara al
máximo para mostrar y demostrar (y así convencer
a las poblaciones) su adhesión y promoción de “los
primeros valores humanos” y de los “derechos
humanos de todos los pueblos”, para así vencer al
oponente –que también se arropaba en “libertad”,
“democracia”, “igualdad”, “capacidad
negociadora”, “defensoría/promoción de los
derechos humanos”- (junto con “poder militar
incontestable”).
Que las prácticas no correspondieran con esas
declaraciones, sin embargo “ocurría y se entendía”
dentro de los marcos de definición de situación de
la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, y “se esperaba” que, con el correr del
tiempo esas discrepancias entre prácticas y normas
desaparecerían.
Se trataba del triunfo de la “racionalidad
humanista” (tanto socialista como capitalista), que
se plasmaban en un sistema político militar
internacional de equilibrio de poder, con dos
superpotencias -EE.UU. y URSS-; y tres otras
potencias nucleares –Inglaterra, Francia, R.P.
China-, con derecho a veto, apoyadas en y por
todos los estados del mundo (agrupados en grandes
coaliciones o alianzas) y legitimadas
institucionalmente en el Consejo de Seguridad de
la ONU. Es decir, prevalecía el principio de
seguridad colectiva (uno para todos, todos para
uno; derecho de veto si no de todos, de un “grupo

- 122 -
Colapso Mundial y Guerra

representativo” –las grandes potencias o “grupo


K”, la oligarquía del poder económico militar).
También se trataba, no obstante, de un paso
atrás en lo alcanzado con la Sociedad de las
Naciones, en la que ningún país cuestionado podía
votar en esos temas o asuntos que le implicaran.
EE.UU. sin embargo, controlaba y orientaba
los mecanismos e instituciones de la ONU,
encargadas de la economía mundial, el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial y
otros36. Si la URSS tenía capacidad militar
equivalente a la de EE.UU., en lo económico su
aporte al PIB mundial no superaba el diez por
ciento, sufría un bloqueo financiero comercial
internacional e, internamente, padecía por los
lastres del costo del aparato militar (para guerra
estratégica y para las guerras periféricas), y del
autoritarismo derivado de la “dictadura del
proletariado” leninista, desvirtuada por la
corrupción del Partido Comunista (PCUS).
Por eso EE.UU. se consideraba hegemón
mundial, al controlar (sin competencia europea o
de las potencias del Asia del Pacífico) al mundo,
con la excepción de los territorios y mercados
soviéticos y, durante un tiempo, de la R.P. China.
La crisis hegemónica de EE.UU. durante la
década de 1970 no pudo ser aprovechada por la
URSS, entonces, que más bien, en su intento por

36
Además, y esto es muy importante, la guerra económica no
se incluyó en el “derecho de guerra”. Las citadas dos
instituciones financieras pueden así participar directa y
abiertamente en la planificación y ejecución de “ataques” y
guerras económicas contra los “enemigos” de los países que
controlan esas IFIs.

- 123 -
Eduardo E. Saxe Fernández

expandirse acabó acelerando un colapso


históricamente crucial, porque no tuvo como
consecuencia la destrucción del mundo, aunque
haya resultado en el colapso y la devastación de la
URSS, convirtiéndola en un gran “hueco negro” de
la sociedad y la economía mundiales.
Más bien, a partir del golpe neofascista en
Chile, EE.UU. pudo aprovechar el impacto de su
propia crisis en las periferias, sobre todo en
América Latina, para empezar a recuperarse y
retomar posiciones neocoloniales y
neoimperialistas, por ejemplo sobre México y
América Central, incluyendo “ajustes
estructurales” generalizados para readaptar las
economías e instituciones latinoamericanas a las
preferencias y necesidades metropolitanas.
Durante la Guerra Fría, cada superpotencia
llegó a tener la capacidad para destruir
termonuclear y bioquímicamente a su oponente
(segundo golpe), en caso que éste iniciara un
ataque (primer golpe). Nadie podía ganar una
confrontación termonuclear y bioquímica
generalizadas o mundiales; la especie
desaparecería, junto con la mayoría de las restantes
especies animales y vegetales (probablemente la
inmensa mayoría de los mamíferos y otros
animales con endoesqueleto); una intensa
contaminación radioactiva y bioquímica del
planeta duraría milenios. Ante ese “equilibrio del
terror”, el recurso a fundar el sistema internacional
sobre los instrumentos pacifistas de la ONU servía
para garantizar que no ocurriría una tercera guerra
mundial.

- 124 -
Colapso Mundial y Guerra

La prohibición del uso de la guerra como


instrumento de política internacional –al menos
directamente entre las superpotencias- implicaba la
afirmación/enunciación de un sistema internacional
fundado en el derecho, no en la guerra. A su vez,
es crucial notarlo, tal derecho se fundaba en aquel
“equilibrio de terror”. (Cf. Bobbio, “Paz”).
Esta situación duró hasta que el contexto
histórico cambió, con el derrumbe y
desmembramiento de la URSS. Sin embargo,
durante la década de crisis de la URSS (1980) y la
que siguió a su derrumbe (década de 1990), se
mantuvo ideológicamente la postura centrada en la
ONU, aunque EE.UU. empezó a actuar cada vez
más unilateralmente, tanto en la primera guerra del
Medio Oriente (ocupación militar de Arabia
Saudita) como durante las dos administraciones
Clinton. (Cf. Sánchez Rubio, 2003). El
mantenimiento de los principios de la ONU, en
medio de una creciente hostilidad hacia ella por
EE.UU., coincidía con los citados reclamos
posmodernos y neoliberales del “fin de las
guerras” por el “fin de la historia” y la resultante
“eternidad” del “mercado libre” y de la
“democracia liberal”.
Los sectores e intereses de la extrema derecha
en EE.UU., quieren descartar y reemplazar a la
ONU como institución mundial de convergencia y
acción política, sobre todo entre las potencias con
derecho a veto en el Consejo de Seguridad. Un
paso importante en esto consistió en sustituir al
incómodo Buthros Ghali por el “houseboy” de
Annan. Otro es conformar coaliciones ad hoc para
actuar y posteriormente arreglar las relaciones con

- 125 -
Eduardo E. Saxe Fernández

las otras potencias y todos los países,


bilateralmente o en la ONU (según convenga),
involucrándoles en tareas designadas por EE.UU.,
y subordinados a sus necesidades e intereses. Las
políticas de las administraciones Bush II se han
orientado a destruir y desprestigiar la ONU, pero
han encontrado cada vez mayor resistencia por la
gran mayoría de miembros, y Washington, más
bien, ha resultado el actor aislado y desprestigiado.
La ONU declaró a los años de 1990s “década
del derecho internacional”. Esos esfuerzos, sin
embargo, se utilizaron inocentemente, o cínica y
tergiversadamente, para justificar nuevas guerras y
la aspiración neo imperialista de EE.UU. –fundada
en el “derecho de guerra”- (dos guerras contra Irak,
guerra contra Yugoslavia, y guerra contra
Afganistán).
EE.UU. no se adhiere a la Corte Penal
Internacional, se aparta y rechaza prácticamente
todos los tratados internacionales para el control de
la guerra y del armamentismo “anti humano”,
incluyendo:
- el acuerdo ABM sobre defensas
antibalísticas;
- los acuerdos sobre no empleo de armas
bioquímicas;
- los acuerdos sobre no empleo de armas
nucleares tácticas; y
- los acuerdos contra genocidios, crímenes
de guerra y de lesa humanidad, y
ecocidios.
La “doctrina de guerra preventiva” pretende
justificar cualquier agresión que convenga a su
interés, y basar las relaciones internacionales en el

- 126 -
Colapso Mundial y Guerra

control/intervención militar de EE.UU. sobre todo


el planeta. Se trata, en fin, de la “normalización de
la guerra” como tejido fundante de un “orden”
internacional imperialista centrado en EE.UU.
La guerra contra el terrorismo de EE.UU.
quiere romper el consenso que ubicaba al
“mantenimiento de la paz mediante la acción
internacional –negociadora y pacífica” en la
cúspide de los valores políticos, y más bien
pretende (o busca) instaurar la guerra y por
consiguiente la ilegalidad arbitraria, agresiva
destructiva, como procedimiento fundamental en
las relaciones e instituciones políticas,
psicosociales y económicas; individuales, grupales,
comunales, cantonales, provinciales o estatales,
nacionales, e internacionales. Robert Kagan,
analista promotor de la guerra, sintetiza la postura
ilegalista diciendo que,
“Estados Unidos ejerce el poder en un mundo
hobbesiano en el que todos luchan contra todos y
no se pueden fiar de reglas internacionales ni del
derecho internacional público”(R.Kagan, 2003).
Esa ilegalidad militar arbitraria va acompañada
por una legalidad internacional en el campo
económico (la Organización Mundial del
Comercio, OMC).
Pero la implicación derivada de pretender
destruir y “deslegitimizar” al derecho es,
necesariamente, su sustitución por el “crimen”.
Cometer un crimen sería entonces lo “legítimo” en
el sistema internacional, y también en los ámbitos
estatales y psicosociales. De donde se siguen varias
consecuencias nefastas y autodestructivas,
incluyendo: que la política, la economía, la

- 127 -
Eduardo E. Saxe Fernández

sociología y la psicología se articulan mediante


corporaciones autoritarias excluyentes y violentas,
mafiosas.
Resulta espeluznante (y peligroso) percatarse
del carácter mafioso criminal que adquieren las
instituciones (en primer término las empresas y los
estados, pero también psicosocialmente), en esos
ámbitos citados y en el conjunto de la vida
humana.
SIN DERECHO INTERNACIONAL
PREVALECEN LA IMPUNIDAD, EL CRIMEN
Y EL ASESINATO.
Con del fin de la Guerra Fría, en EE.UU. la
ideología y la política dominantes tienden a
justificar y propiciar, respectivamente, la
aspiración de ese país a dominar/controlar todo el
planeta. El problema es que, explícitamente con
Bush II, EE.UU. no ha podido articular una nueva
posición internacional hegemónica, enmarcada en
el derecho internacional, especialmente sobre las
bases de ese derecho tal como se expresan en la
ONU y en los principios de su declaración de los
derechos humanos. Esos principios representan el
“mínimo de humanidad” (Pictet, 1998) aplicable
en todo tiempo, en todo lugar y en toda
circunstancia. Al contrario, para buscar establecer
una “hegemonía permanente”, EE.UU. ha apostado
a la guerra permanente y a las ideas de “imperio”,
y por tanto a la ilegalidad internacional como
nueva “norma” para sus relaciones internacionales.
Es decir, la ilegalidad internacional de EE.UU. –el
recurso a la fuerza para dirimir diferencias y
contenciosos- pretende arrogarse el valor de
legalidad, contra la voluntad de todos los demás

- 128 -
Colapso Mundial y Guerra

actores del sistema internacional. El problema es


que la ley de la ilegalidad arbitraria no puede ser
aceptada sino mediante la fuerza.
Se trata de una maniobra lógicamente
imposible, pues “derecho” y “guerra” son
antitéticos: aquel sirve para solucionar negociada o
arbitradamente las diferencias y problemas, la
guerra sirve para imponer una voluntad a “otro/as”,
pero no es útil para negociar.
La ilegalidad que EE.UU. pretende imponer al
sistema internacional, la ha venido ensayando en
nuestras tierras. Ya a principios de la década de
1986, el gobierno de Ronald Reagan libraba una
guerra ilegal contra Nicaragua:
“...el gobierno estadounidense instauró
entonces una red terrorista internacional de una
amplitud sin precedentes. Si esta red cometió
atrocidades incontables de un extremo a otro
del planeta, reservó lo esencial de sus
esfuerzos para América Latina. El caso de
Nicaragua es indiscutible. Lo zanjaron la Corte
Internacional de la Haya y las Naciones
Unidas... la Corte de Justicia Internacional...
falló el 27 de junio de 1986 a favor de las
autoridades de Managua, condenando “el
empleo ilegal de la fuerza” por parte de
Estados Unidos” (Chomsky, 2003: 14-15).
La ilegalidad que busca EE.UU. se ha apoyado
en políticas unilaterales, como enunciaba la
embajadora de Clinton ante la ONU, Madeleine
Albright, al señalar que actuarían multilateralmente
cuando pudieran, y unilateralmente cuando
Washington lo considerara necesario.

- 129 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Este recurso a la violencia, el “caos” y la


guerra, es esgrimido por EE.UU. para amedrentar a
los demás actores internacionales y nacionales. Se
trata de la conocida “teoría del loco”, desarrollada
en la administración Nixon-Kissinger:
“Resulta perjudicial presentarnos como gente
razonable, racional o con sangre fría... Que
ciertos elementos del gobierno federal puedan
aparecer potencialmente imposibles de
controlar puede contribuir a crear o a reforzar
los temores y las aprehensiones de nuestros
adversarios”37.
Las guerras desarrolladas por la ONU y la
OTAN durante la década de 1990 para
desmembrar la Federación de Yugoslavia, fueron
conceptualizadas como “intervenciones
humanitarias”, plenamente legales por su
aprobación en la ONU, y dirigidas a eliminar
graves violaciones a los derechos humanos, o a
paliar situaciones extremas o de catástrofe
humanitaria. Estas guerras causaron bajas entre la
población civil serbia, por ejemplo, cuando se
bombardea Belgrado; bajas consideradas como
“daños colaterales” e inevitables de la “guerra
humanitaria”. La defensa de los derechos humanos
colocaba al infractor en la situación de no humano,
lo que justificaba atacarlo y destruirlo, o atraparlo,
juzgarlo, condenarlo y castigarlo. No es posible
que en la “guerra humanitaria” exista reciprocidad
entre las partes contendientes, pues una de ellas, la
del violador de los derechos, no es “humana”. Se

37
Essentials of Post-Cold War Deterrence (1986) –citado en
Chomsky, Op.cit., 27.

- 130 -
Colapso Mundial y Guerra

trata de una guerra de destrucción (Cf. Sánchez


Rubio, 2003).
Mucho “menos humana” será la condición del
“enemigo” si se trata, no ya de eslavo/as blanco/as
de Europa como en la desmembrada Federación
Yugoeslava, sino de los Talibanes y, con ellos, la
población inocente de indigentes afgano/as.
Justamente la guerra contra Afganistán en 2003,
marcó el tránsito desde la “guerra de intervención
humanitaria” hacia la “guerra de venganza”,
justificada en términos de la primera por la
posición extremista fundamentalista del gobierno
talibán. Esa guerra de venganza era una guerra
contra el terrorismo.
Una posición similar de “guerra total contra un
enemigo al que no se reconoce como aceptable
políticamente, y con el que no se puede negociar”
aparece en la definición de la “guerra contra el
terrorismo”. La desposesión de humanidad y de
derechos humanos que caracteriza ahora al
“enemigo” (el “terrorista”), que es quien ataca por
sorpresa a la población civil o a los ejércitos del
país o localidad en cuestión, justifica su muerte y
la muerte o sufrimiento de todas las personas que
se resistan38. La “guerra contra el terrorismo”
posterior al 11 de septiembre de 2001, es la
continuación, entonces, en este sentido crucial, de
las “guerras humanitarias” –y de sus

38
Que insistan en, por ejemplo, seguir viviendo en la ciudad
de Fallujah, Irak, cuando inmediatamente después de ser
reelecto (Noviembre de 2004), Bush II la ataca, buscando
eliminar la guerrilla de Al-Zarkawi, supuestamente allí
atrincherada.

- 131 -
Eduardo E. Saxe Fernández

correspondientes teorizaciones- de la década de


1990.
La justificación para la guerra preventiva
aparece rodeada de tinieblas sangrientas,
confirmadas desde que Bush II anunció, ante las
cámaras legislativas de su país, el asesinato
clandestino de unos 3.000 “terroristas” en los
meses posteriores al 11 de septiembre de 2001, con
el establecimiento del régimen de campos de
concentración en Guantánamo y otros lugares, con
las torturas en las cárceles de Irak, con el
encarcelamiento ilegal y secreto de cientos de
personas en muchos países de mundo, por parte de
agentes de EE.UU.
Se confirmó también cuando el ministro de
guerra Rumsfeld tergiversaba el método hipotético
deductivo para justificar este tipo de guerra.
Empleaba “procedimientos” y argumentos
comparables con los utilizados por la Inquisición
Católica en Iberoamérica durante la dinastía
Hasburgo: se captura a alguien por una denuncia o
por mostrar algún “comportamiento o expresión
peligrosa”, y se le acusa de algo (herejía o
planeamiento o ayuda a un atentado terrorista). Si
no confiesa es por su gran maldad e insistencia en
el pecado o en su ser terrorista, de manera que se le
tortura hasta que confiese lo que el Inquisidor
quiere que confiese. Entonces la “justicia” está a
salvo y se procede a quemar viva a la víctima...

4. Ilusiones de imperio eterno y rapacidad


imperialista
En su formulación, la “aspiración hegemónica”
de EE.UU. ha sido concebida y descrita con los

- 132 -
Colapso Mundial y Guerra

rasgos monolíticos y totalitarios que encontramos


en las concepciones filosóficas y jurídicas de “lo
imperial”. Esto va de la mano con las
“inevitabilidades estructurales”, no ya desde el
marxismo en sus versiones mecanicistas, sino
desde el “neoliberalismo” y el “globalismo” (Cf.
Saxe Fernández & Brugger, 1997; Saxe Fernández,
1999). Más recientemente, esas versiones
imperiales son sobre todo militaristas y guerreristas
–para organizar regímenes internacionales de
“tributos” (tributarios).
Se trata más bien del “imperialismo” o
capitalismo decadente “renovado”, o mejor,
“retomado”, pues consiste en revivir las
tendencias, interpretaciones y más bien
características de los períodos decimonónicos39,
que condujeron a la I Guerra Mundial, al colapso
financiero de 1929, a las crisis (económicas y
militares) de la década de 1930, a la II Guerra
Mundial, a las guerras de EE.UU. contra Corea y
Vietnam, a la Guerra Fría –incluyendo las
confrontaciones en el “Tercer Mundo”.
A partir de setiembre de 2001, EE.UU. quiere
instaurar un sistema internacional ilegal y de
inseguridad (toma de riesgos). Se trata de una
regresión histórica, institucional y juridica, señala
Ferrajoli (2004), a épocas decimonónicas donde
los estados imperialistas emplearon la guerra como
instrumento de proyección de poder, entre ellos y
contra los países que querían incorporar al régimen
oligopólico oligárquico.

39
un sistema internacional de Imperios como Inglaterra, Rusia
o Francia, y “democracias” imperialistas como EE.UU.

- 133 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Con el fin de la Guerra Fría acabó un sistema


internacional de seguridad, fundado en el
equilibrio de fuerzas y el principio de ilegitimidad
de la guerra como instrumento de política
internacional. Con la guerra contra Irak en 1990,
Bush I indujo a que la ONU aceptara el uso de la
guerra para solucionar un problema internacional.
La organización internacional se traicionaba a sí
misma y a su razón de ser. Se trataba de nuevas
versiones de la doctrina de la “guerra justa”, que
fueron ampliadas durante la guerra contra
Yugoeslavia, en la forma de “guerra humanitaria”,
y contra Afganistán en 2001 como guerra de
venganza.
La aspiración hegemonista o “imperial” busca
destruir el sistema de estados nacionales, lo cual
supuestamente coincide con las tendencias
económicas del “globalismo”. Se terminaría un
sistema internacional organizado con base en
unidades discretas y antitéticas (los estados, sobre
todo las potencias), que operarían en “entornos de
anarquía” (ausencia de poder central mudial). Sería
reemplazado por un sistema “universalista”, con
una autoridad central que monopolizaría el empleo
de la fuerza. Es el Leviatán hobbesiano,
enarbolado por los ideólogos de este imperialismo,
acompañado por las correspondientes posturas de
darwinismo social -fascismo.
Sin embargo, esa aspiración imperial se frustra
constantemente en cada avance que intenta e
incluso logra. Porque la tendencia y cada vez más
la norma es a que solamente puede obtener algunos
beneficios el mismo EE.UU., mientras que los
otros actores internacionales casi solamente

- 134 -
Colapso Mundial y Guerra

obtienen pérdidas cuando siguen o apoyan a


EE.UU.
De estado que ha usufructuado
privilegiadamente el orden internacional posterior
a la II Guerra Mundial, EE.UU. ha pasado a tener
que actuar como agente ilegal, recurriendo a la
amenaza o uso de la fuerza para intentar
apoderarse de los recursos e instituciones que le
permitirían imponer su voluntad al planeta de
forma eterna. Se trata de un estado “revisionista”,
un “retador” que busca destruir el sistema
internacional basado en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos como principio
constitucional.
En el caso de EE.UU., se trataría de un retador
universalista, que busca defender su incapacidad
estratégica y hegemónica. EE.UU. como hegemón
es un fracaso, la tendencia es a que la mayoría de
los países y personas del mundo tengan más costos
que beneficios derivados de su supuesta
hegemonía. La tendencia militarista va
acompañada por políticas que favorecen
exclusivamente los intereses nacionales de
EE.UU., en detrimento de los intereses de los
demás actores. Como otros retadores
internacionales, centra su aspiración en el empleo
de la violencia en todas sus variantes.
En la hegemonía universalista que busca
EE.UU., la centralidad jurídico institucional
ideológica de la persona humana, es reemplazada
por el empoderamiento de un nuevo sujeto, la
mercancía. Es la lex mercatoria (Cf. Herrera y
Médici, 2005), articulada en la institución
internacional más efectiva actualmente, la

- 135 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Organización Mundial del Comercio. Esta


organización y el régimen mercantil, han sido
construidos para ubicar a las CTMs de EE.UU. y
las otras grandes potencias, como los verdaderos
“sujetos” y “ciudadanos” del planeta
“globalizado”, con poderes y capacidades de
soberanía y dominación. Un mundo
corporativizado no puede ser democrático ni puede
en él existir algo como “derechos humanos”,
porque la corporación capitalista, al igual que otras
tiende que ser jerárquica, autoritaria y orientada
por el principio de la ganancia –y en contra del
principio de la necesidad individual o social.
Como complemento al nuevo papel central de
las mercancías en el sistema internacional, EE.UU.
y las CTMs, sobre todo, emprenden campañas para
debilitar las instituciones internacionales y
nacionales del derecho, sobre todo el humanitario y
los derechos humanos.
E.W.Lefever, quien fuera postulado por
Reagan para encargarse del área de derechos
humanos, en 1999 sostenía que EE.UU. era “la
potencia más poderosa de la historia, América (sic)
tiene una obligación correspondiente con su
capacidad, para levantar a un mundo caído pero no
desesperado (o sin esperanza)”. Se trata de
responsabilidades “imperiales”, que el autor
explora en las nociones de “imperio” e “imperial”.
Sostiene que, contrariamente a sus connotaciones
peryorativas, se trata de términos y nociones
“moralmente neutrales”. Indica que algunos
poderes imperiales como la Alemania nazi o la
Rusia soviética eran terriblemente malos. Pero que
otros poderes imperiales han sido “benevolentes”,

- 136 -
Colapso Mundial y Guerra

como Roma o Inglaterra. Dice que, a partir del fin


de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. ha venido
cumpliendo ese papel imperial benevolente, y que
debe seguir cumpliéndolo (Cf. También Bishai,
2004).
A partir de una analogía con el caso de Las
Filipinas en 1898, J. Saxe-Fernández ha discutido
la “toma” de México por EE.UU. a partir del fin
del gobierno de López Portillo, en términos de una
“absorción benevolente” que oculta la violencia
imperialista de Washington (Saxe-Fernández, J.
2004). Durante la década de 1990, sobre todo en
las administraciones Clinton, Saxe-Fernández
señala que operaciones como las realizadas contra
México no fueron “benevolentes” sino fundadas en
el fraude y la usurpación violentas, similares a las
empleadas por EE.UU. durante su expansión
decimonónica sobre el territorio de América del
Norte. Y con la actual guerra contra el terrorismo,
cada vez resulta más difícil encontrar los aspectos
“benevolentes” de la política internacional de
EE.UU.
Pero la campaña publicitaria a favor de
interpretaciones “imperiales” tiene otros voceros.
A partir de las especulaciones del globalismo y las
teorías del “fin de la historia”, el filósofo italiano
Negri (Cf. Hardt & Negri, 2002), sostiene que “el
siglo XXI ha amanecido con un solo mundo” en el
que desaparece la anarquía de la “exterioridad”; lo
“internacional” es subsumido en un “interior”
excluyente y totalitario, pues “fuera de él no hay
sino caos”. Habría una sola “humanidad”, una
forma capitalista de producción, un solo mercado,

- 137 -
Eduardo E. Saxe Fernández

un solo poder, “que por ser universal no tiene


localización”.
El “Imperio” resultante sería un “Sistema
Global”, en sentido luhmanniano. Es decir, una
estructura cerrada que nace del establecimiento
arbitrario de un límite entre un espacio interno y
otro externo. “Todo lo que” se encuentre en el
espacio interno está/es “organizado”, “todo lo que”
se encuentre en el espacio externo está/es “caótico”
–“para existir”, lo externo debe hacerse interno. La
energía cohesionante de ese Sistema Global,
definido según Niklas Luhmann (1996), residiría
en que, “es la única instancia que otorga existencia
a los elementos que lo constituyen”. Por ser
“definidor” y “constituyente” de lo “interno”,
señala Negri, el actual Imperio tiene una vocación
universalista. La “vida interna” del Sistema se basa
en crear redes de comunicación que aseguran la
cohesión de los elementos componentes, en una
“estructura flexible” que permite la integración de
elementos provenientes de lo “externo”
“El tipo de organización que representa el
sistema es, sin duda, el más potente que
imaginarse pueda. Para comenzar, el sistema
da carta de naturaleza a los elementos aislados
que existen solo en la medida en que se
integran a él. Como no se plantea objetivos, el
sistema no puede fracasar en su consecución,
pues no hay desviación entre lo que debería
haber conseguido y lo que de hecho ha
conseguido. El sistema se manifiesta siempre
bañado en la luz del triunfo. El hecho de su
capacidad para producir estructuras flexibles
hace que el sistema sea prácticamente

- 138 -
Colapso Mundial y Guerra

indestructible. Las fuerzas disgregadoras que


podría albergar en su interior son simplemente
reordenadas en nuevas estructuras que afianzan
la organización sistémica, lo que actúa como
barrera contra futuras amenazas. Aún en el
caso de que esas fuerzas disgregadoras no
pudieran ser integradas, el sistema no sufriría,
pues simplemente serían arrojadas al entorno
caótico, desde donde tendrán que iniciar de
nuevo el camino de retorno hacia la
integración. Por ser el sistema un todo que no
puede concebirse más que como un universo
que no permite existencia alguna fuera de sus
márgenes, la única posibilidad de su
destrucción ha de adoptar la forma de una
catástrofe absoluta, una implosión que deshaga
su estructura de tal modo que sea imposible
recomponerla. Evidentemente, la inmensa
mayor parte de los elementos que componen el
sistema y de los que tratan de integrarse desde
el entorno no pueden prever consecuencias
positivas de la desaparición del sistema, toda
vez que éste elimina cualquier posibilidad de
alternativa que no sea una reestructuración del
sistema mismo”(Cf. L.Florido.
40
http://aparterei.com) .
Petras (2001) examina los presupuestos
económicos y políticos de ese pretendido
“imperio” luhmanniano de Hardt y Negri,
mostrando las deficiencias conceptuales que
manifiestan sus proponentes, incapaces de analizar

40
Lo enfatizado anteriormente es similar a los planteamientos
de Anselmo de Canterbury: que dios es aquello mayor de lo
cual nada puede pensarse.

- 139 -
Eduardo E. Saxe Fernández

las instituciones políticas y sobre todo las


económicas que, en vez de rasgos “imperiales
absolutistas” muestran características de renovado
imperialismo del capital.
Sin embargo, el supuesto y la capacidad de
“flexibilidad” no caracterizan ni a las CTMs ni a la
aspiración hegemónica de EE.UU. Más bien, estas
tendencias destacan el carácter absolutista que
poseería el tal imperio, que le tornaría
“indestructible” (como todos los imperios previos,
agreguemos). La violencia actual proviene de la
concentración de la riqueza en pocas manos, y la
depauperación creciente de la inmensa mayoría de
la población mundial. Además, desde la
perspectiva de postulación de “imperio”, las
tendencias entrópicas y desintegradoras, las
amenazas, los peligros y los colapsos sociales y
ecológicos no pueden ser ni imaginados, ni
“vistos”, ni comprendidos. La mediación militar
policiaco represiva sería “exigida” por la nueva
Necesidad Universal (colapsos) tanto como por los
nuevos “sujetos” del derecho, las CTMs y los
portadores y dueños de armas. Antes que un
imperio perfecto y eterno, se trata de un Leviatán
sangriento que enfrenta enemigos y tendencias
rebeldes cada vez más “fuertes”. En cambio, para
los teóricos del imperialismo anglosajón
“benevolente”, se trataría de un “autoritarismo
flexible”, otro retruécano y estrambótico par de
conceptos imposible, similar a la cuadratura del
círculo que significan la “gobernabilidad” o el
“desarrollo” (Cf. E.Saxe Fernández 2005; Carmen,
1996). En todo caso no pueden EE.UU. y el
capitalismo tardío decadente, ni siquiera pretender

- 140 -
Colapso Mundial y Guerra

que buscan ejercer un “despotismo ilustrado”. Los


colapsos ecosociales tanto como la militarización
para enfrentarlos, de forma similar a como
sucediera con Esparta redundan en menos
“ilustración”, en agresión, fanatismo y
dogmatismo.
Además, lo “externo” de la situación actual se
encuentra imbricado a todo nivel y en todo ámbito,
con lo “interno”. Las personas y estados “fuera de
la ley” de la guerra, y el correspondiente diktat
(dictadura), tienden a ubicar, en lo “interno”,
solamente a los mismos ejércitos y aparatos de
seguridad de EE.UU., que controlarían
militarmente a todo/as las demás personas. Por eso
resultarían más adecuadas, entonces, analogías de
las administraciones Bush II con los regímenes de
Franco en España o de Pinochet en Chile.
La comparación de EE.UU. con Roma se ha
puesto de moda entre periodistas y “analistas” en
EE.UU. (como anteriormente en todos los intentos
imperiales e imperialistas en ese y en otros países
euro americanos, incluyendo Rusia), aunque el
“modelo” del imperialismo de EE.UU. ha sido y
sería más bien el inglés41. Se ha enfatizado, por
supuesto, que el rasgo de “mayor similitud” entre
el imperio romano y el “imperio americano”, es la
dimensión militar:
“Roma era la superpotencia de su tiempo y se
enorgullecía de tener un ejército con el mejor
entrenamiento, dotado del mayor presupuesto

41
Cf. Bellamy-Foster, 2001; Bishai, 2004; Ikenberry, 2002;
Jensen, 2003; Johnson, 2001; Kaplan, R.D., 2001; Liska,
1967; Montoya, 2003.

- 141 -
Eduardo E. Saxe Fernández

y con el mejor equipamiento militar que el


mundo hubiera visto. Ningún ejército se le
acercaba ni de lejos... Estados Unidos es ahora
una potencia dominante igual que lo era Roma
entonces” (J.Freedland, citado en Montoya,
2003: 338).
Pese a muchos artilugios y experimentos, los
teóricos “imperiales” no pueden destacar
capacidades en EE.UU. para propagar un sistema
jurídico institucional -por la contradicción entre
democracia y capitalismo.
También económicamente habría una similitud
entre la rapiña y devastaciones sociales y
ecológicas actuales, y las provocadas por el
esclavismo romano posterior a las Guerras
Púnicas, cuando los militares, finalmente, con Julio
César desplazan al Senado42.
A nivel social político, incluyendo lo religioso,
los romanos y helenos eran muy diferentes de
cristianos, judíos y musulmanes. Había libertad de
culto y respeto de identidades nacionales y étnicas.
Más bien, convivían diferentes religiones, bajo la
voluntad de la divinidad imperial encarnada
(emperador). Fue durante la decadencia del
imperio romano, que prevalecieron las tendencias
esclerotizantes. Esto sucede cuando el cristianismo
se convierte en la religión oficial imperial, y se
tienden a imbricar y a confundir imperio e iglesia.

42
Con la devastación de Cartago y la adopción del modelo
agrícola púnico de gran hacienda, se destruyó la sociedad
agraria latina, provocando emigración del campo a la ciudad, y
que los campesinos se alistasen como soldados. Julio César
obtiene recursos para pagar sus ejércitos y superar al conjunto
de fortunas de sus opositores, saqueando las Galias y
vendiendo su población a la esclavitud.

- 142 -
Colapso Mundial y Guerra

Para entender cómo EE.UU. se viene


convirtiendo en un país autoritario y centrado en
los militares, los policías y los espías, las
comparaciones históricas pueden resultar
ilustrativas y, como señalamos, hay sectores que
impulsan los sueños imperiales con ropa texano
washingtoniana y en “discurso” de nuevas Grecias
y Romas.
Si hacemos referencia a una imagen de esas
antigüedades heleno romanas mínimamente
“científica”, y consideramos la pólis lacedemonia,
notamos que Esparta originalmente adquirió fama
y poderío por su liderazgo artístico (escultura o
poesía, por ejemplo), y que con las llamadas
guerras mesenias consolidó su hegemonía sobre el
Peloponeso pero, para mantenerla, se militarizó
estructuralmente (para controlar la población
perieca y esclava) y a partir de entonces se
convirtió en un “campamento militar”. Los
ciudadanos eran educados para obedecer y
funcionar como ejército.
Luego, notemos que es prácticamente una
“costumbre”, en el análisis de la política
internacional, establecer la analogía entre la
antigua Grecia y el proceso histórico de EE.UU.
(o, anteriormente, de Inglaterra o Francia). En esos
modelos, y refiriéndose a las similitudes de la
Guerra del Peloponeso y la Guerra Fría, EE.UU.
era analogado con Atenas, y la URSS con Esparta.
Tal era el caso de Kissinger, quien infería entonces
el triunfo espartano/soviético a largo plazo, sobre
las polis democráticas e ilustradas de Atenas-
EE.UU. El triunfo de EE.UU. en la Guerra Fría

- 143 -
Eduardo E. Saxe Fernández

revela su militarización. Hoy EE.UU. tiende a


adquirir más rasgos espartanos que atenienses43.
Algunas afirmaciones de funcionarios de la
administración Bush II (recogidas por Menéndez
del Valle, 2002), se dirigen a propagar justamente
esa idea de “imperio” -mientras que, en medios
ideológicos, académicos y políticos oficialistas, se
evita cuidadosamente toda mención al
“imperialismo”.
La ministra de exteriores de la segunda
administración Bush II, Rice, sostenía en agosto de
2002 que: “Los Estados Unidos deben partir del
suelo firme de sus intereses nacionales y olvidarse
de los intereses de una comunidad internacional
ilusoria”. La ministra adopta una postura
militarista o “realista”: ella y su gobierno se
encuentran en “suelo firme”, mientras que las
instituciones internacionales y el derecho serían
“idealistas”: fundamentan su política exterior en
una dimensión “ilusoria”. La “realidad” es
concebida por lo/as teórico/as realistas como
ejercicio del poder, en primer término el militar. La
guerra es el principal instrumento de política
internacional para el realismo desde Tucídides y
Maquiavelo hasta Morgenthau y Waltz. La
ministra Rice, como estudiosa de las relaciones
internacionales es consciente de esta implicación.
Es ridìculo, sin embargo, pretender que la guerra

43
A la Mesenia esclavizada por lacedemonia corresponderían
claramente las regiones hispanoamericanas de las que EE.UU.
se apodera durante el siglo XIX, y la América Latina que
domina durante el XX.

- 144 -
Colapso Mundial y Guerra

sea un “suelo firme” para la vida humana. Los


colapsos ecosociales “justifican” esa posición
guerrerista del capitalismo tardío centrado en
Washington, pero en el caso de la ministra Rice,
que no sabemos si comprende la actual condición
de colapsos ecosociales mundiales, se trata de
posturas político ideológicas similares a las de
Churchill o Hitler durante la década de 1930. ¿Una
muestra del “realismo en política internacional”
(“científico”) en el Ministerio de Exteriores de
EE.UU., serían sus falsas afirmaciones sobre la
existencia de “armas de destrucción masiva” en el
Irak de Sadam Hussein? (Cf. Buncombe, 2004;
Casson & Brooks, 2004a y 2004c).
Otro alto funcionario, el ministro de guerra
Rumsfeld, afirmaba, antes de la invasión contra
Irak que: “No importa que no nos apoyen. Una vez
que empecemos nosotros, todos nos seguirán”. No
ha sido así, sin embargo. Más bien, la coalición
invasora se ha ido desintegrando, costándole muy
caro a los dirigentes que, como Berlusconi, han
sido obligados por Bush a mantener sus tropas en
Irak. El aislamiento internacional de Washington
ha aumentado más que disminuido.
También el viceministro de exteriores de la
primera administración Bush II, Armytage,
perteneciente a sectores supuestamente más
negociadores (entiéndase, dispuestos a recurrir a
las instituciones internacionales), el 1 de
septiembre de 2002, sostenía que: “Tenemos
mucha más influencia, poder y prestigio que
ninguna otra nación en la historia. Eso provoca
envidia”. Los motivos psicosociales del rechazo al
gobierno de Bush II y a las políticas

- 145 -
Eduardo E. Saxe Fernández

internacionales de EE.UU., sin embargo, no


provienen de la “envidia”, sino más bien del
repudio que provocan el matonismo, la
prepotencia, y la violencia e irrespeto a la vida y la
dignidad de personas, grupos, y naciones. En lo
que toca al “prestigio”, nunca EE.UU. ha tenido
más descrédito mundial que hoy.
Finalmente, el mismo presidente todavía cree
que: “Estados Unidos es el único modelo de
progreso humano que sobrevive”. Casi no hace ya
falta destacar el exclusivismo explícito en la
noción de “modelo único”, que el neoliberalismo
globalista institucionalista ha machacado en sus
campañas propagandísticas, y que el
neoimperialismo militarista vendría a “sostener”.
Tampoco hace falta destacar, ni el fracaso de tal
modelo, ni el crecimiento de alternativas de todo
tipo (“otros mundos”).
El guerrerismo realista, el matonismo y el
exclusivismo, son parte de esa esa “ilusión
imperial” alimentada como ideología justificadora
y orientadora en los medios políticos, académicos
y propagandísticos44.
Encontramos la “ilusión”, el autoengaño que
sufren los grupos cerrados, en la segunda
administración Bush II. El grupo se ha
cohesionado con la separación de Powell,
alrededor de “yesmen” y “yeswomen” (siempre

44
Sobre la reducción de la libertad de información y prensa,
los medios de comunicación y la guerra contra el terrorismo,
véanse por ejemplo Gresh, 2003; Jauvert, 1997; Larrabeiti,
2005; Maira Rodríguez, 2002; Rouleau, 2003; Santomassimo,
2000; Shanker, 2002; Sierra, 2002; Soula, 2003.

- 146 -
Colapso Mundial y Guerra

dicen que sí al líder, rechazan las críticas ad


portas), en un “gabinete de guerra” en el que
prevalecen las voces e intereses más guerreristas y
unilateralistas. Han desarrollado un
“groupthinking” (pensamiento grupal) que aísla y
filtra “lo externo” a la euforia neoengadinesca45, de
intereses privados –por ejemplo petroleros-
expresándose/basándose en la guerra permanente.

5. La estrategia del terror: el caso de las nuevas


doctrinas de EE.UU. para el empleo de armas
termonucleares y bioquímicas.
Durante las adminitraciones Reagan-Bush I,
EE.UU. adoptó la postura de no renunciar a lanzar
un primer golpe termonuclear contra la URSS u
otros enemigos, apartándose de las posiciones que
desde la década de 1970 mantenían la
imposibilidad de que alguna de las dos
superpotencias pudiera destruir a la otra con un
primer golpe devastador.
Las consecuencias de la estrategia agresiva de
EE.UU., y las carreras armamentistas que suscita,
pueden observarse, por ejemplo, en el cambio que
se realiza en la política o postura sobre las armas
termonucleares. En marzo de 2002, el profesor
investigador de la universidad Johns Hopkins,
William Arkin, publicó en el diario Los Ángeles
Times, un informe sobre la nueva “Nuclear Review
Posture” (Revisión de la Postura Nuclear) (RPN)
El documento estaba firmado por el ministro de

45
Me refiero a las montañas de la Engadina, donde Nietzsche
pensara al Superhombre (“Superman” en inglés) y donde
Hitler lo invocara.

- 147 -
Eduardo E. Saxe Fernández

guerra Rumsfeld y era sancionado por el presidente


Bush II, quien afirmaba:
“...nos guardamos todas las opciones sobre
la mesa, porque queremos dejarle claro a
todas las naciones que nadie amenazará más
a los Estados Unidos ni utilizará más sus
armas de destrucción masiva contra
nosotros.”
Es claro que el armamento termonuclear ha
sido el más importante para EE.UU. y por eso una
declaración sobre él puede y tiende a ser general,
para referirse al conjunto de la postura militar de la
administración de Bush II. Cuatro indicadores de
las políticas recientes de Washington nos revelan
cómo se torna extremista y agresiva la estrategia
militar termonuclear. El gobierno ha procedido a
ordenar:
1) Producción y uso de armas nucleares de
baja potencia para destruir complejos
subterráneos (Earth Penetrating Weapons –
EPW- armas para penetrar la tierra);
2) Reinicio de producción de un conjunto de
elementos necesarios para la fabricación
de armas nucleares;
3) Aceptar reducir el número de armas
nucleares “listas” para ser lanzadas, mas
no destruirlas, sino desmontarlas y
colocarlas en bodegas en situación
“responsive” (disponible); y
4) Abrir la posibilidad de reemprender las
pruebas de armas nucleares, justificándolo
por la necesidad de comprobar el buen
estado de viejas bombas.

- 148 -
Colapso Mundial y Guerra

Sobre el tercer punto, Thomas Cochran,


analista del Natural Resources Defense Council,
dijo que, “la administración Bush planea conservar
un potencial que le permita desplegar no más de
1.700 a 2.200 armas, pero ciertamente con 15.000
ojivas nucleares”.
Adicionalmente, EE.UU. abandona el
compromiso de no atacar con armas nucleares a un
país no nuclear, y el empleo de armas químicas o
biológicas contra EE.UU. justificaría, de acuerdo
con el Pentágono, respuestas con armas
termonucleares. Según H. Kempf (2002):
“El complejo de producción (militar; ESF) es
reactivado vigorosamente y, sobre el plano de
los conceptos, el arma nuclear tiende a ser
banalizada, tanto en su empleo táctico eventual
contra escondrijos subterráneos como por
habérsela hecho equivalente a las armas
biológicas y químicas. Este cambio está
acompañado por un rechazo absoluto a los
tratados de control de armamentos, los Estados
Unidos se abstuvieron de enviar un
representante a la conferencia del tratado sobre
los ensayos nucleares que se realizó en Nueva
York (en noviembre de 2001; ESF), mientras
que en diciembre se retiraba de la convención
sobre las armas biológicas”.
Por su parte, Andrés Ortega del diario español
El País, comentaba sobre la nueva “doctrina
estratégica termonuclear” de EE.UU. en los
siguientes términos:
“La filtración del documento secreto, enviado
al Congreso y preparado por el Pentágono y
otros departamentos de la Administración no

- 149 -
Eduardo E. Saxe Fernández

parece ser casual. Es algo más que un globo


sonda. El pasado 21 de febrero, el
subsecretario de Estado para control de
armamentos y seguridad internacional, John
Bolton, ya había declarado, aunque pasó
inadvertido, que EE.UU. estaba abandonando
su compromiso de no utilizar armas nucleares
contra Estados no nuclearizados (salvo que
actuaran en alianza con una potencia atómica),
una ampliación a la doctrina de no renunciar a
ser el primero en usar este tipo de armamentos
en caso de conflicto. De confirmarse, la nueva
doctrina socavaría el Tratado de no
Proliferación Nuclear, que no ha sido un éxito
total, pero que ha contribuido a frenar la
proliferación, bajo la condición de que los
firmantes no serían atacados con armas
nucleares, y los que las tienen reducirían
drásticamente sus arsenales. En el documento
filtrado, se nombra como objetivo potencial a
los tres Estados del llamado por Bush eje del
mal –Corea del Norte, Irán e Irak-, junto a
Libia, Siria, China y, en un principio –pues
después Washington pidió disculpas- Rusia...
Lo que es relativamente nuevo en la Revisión
de la Postura Nuclear es la pretensión de
Norteamérica de desarrollar microbombas
atómicas que se podrían utilizar con una
resultante precipitación y contaminación
radioactiva mucho menor” (24 de marzo de
2002).
El problema, por supuesto, es asumir que una
gran potencia nuclear y sobre todo una potencia no
nuclear, atacada con esas microbombas no va a

- 150 -
Colapso Mundial y Guerra

responder empleando todos los arsenales a su


disposición, o que va a repetir los errores de
Hussein en la primera Guerra del Golfo de Bush I.
Tanto Irán como Corea del Norte tienen cohetes
con un alcance de hasta 3.000 kilómetros de radio,
apuntando a las fuerzas navales de EE.UU.
ubicadas en el Golfo Pérsico y en Corea del Sur y
Japón, respectivamente46.

6. Resistencias, costos y limitaciones a la


aspiración hegemónica de EE.UU.
Que EE.UU. plantee como su estrategia central
la guerra preventiva para consolidar una aspiración
hegemonista, lanza a todos los demás actores
internacionales por la lógica de ese tipo de
estrategia. Supuestamente, la hegemonía o
“Imperio” está y estará en manos de quienes
posean capacidades para librar con éxito una
guerra preventiva global y permanente. EE.UU.
aspira a disponer de sistemas de armamentos hasta
cinco generaciones más adelantadas que los de sus
más cercanos competidores. Esta pretensión es no
obstante muy optimista, habida cuenta de las
dificultades que enfrenta en Afganistán, Irak, así
como en muchos otros países que también entran
en la dinámica de la nueva guerra, en dos
direcciones: unos gravitando hacia EE.UU., otros

46
Sin embargo, el presupuesto militar de Corea del Norte es
diez veces menor que el de Corea del Sur, el cual, por su parte,
es tres o cuatro veces menor que el Japonés, que, a su vez,
representa apenas un diez (10) por ciento del presupuesto
militar de EE.UU. La “amenaza coreana”, como la iraquí, se
basan en ocultar los dispositivos militares de EE.UU. En el
caso de Corea del Norte, ya dispone de dispositivos nucleares.

- 151 -
Eduardo E. Saxe Fernández

buscando alejarse o independizarse47. En términos


generales, incluso entre sus mejores aliados e
internamente, dentro de los partidos políticos
“oficiales” (Republicanos, Demócratas y de
Consumidores), enfrenta creciente rechazo y
resistencia. Por ejemplo, el 30 de julio de 2004, el
gobierno inglés se quejaba ante el ministro de
exteriores de EE.UU., porque las empresas
inglesas se han visto imposibilitadas de participar
en el “reparto” de contratos en Irak. A nivel social
ese rechazo ha aumentado notablemente; a nivel
político y militar también, tanto interna como,
sobre todo, internacionalmente.
El grupo dirigente en EE.UU. parece
considerar necesario desestabilizar al mundo más
allá del impacto de los colapsos ecosociales,
desarrollando engañosas políticas “preventivas”
(ataques sin previo aviso; ataques basados en
mentiras sobre el o los supuestos “potenciales
agresores”), contra cualquier actor institucional,
grupo, nación o persona, que los dirigentes
washingtonianos consideren hipotéticamente
“peligroso” o “amenazante”.

47
El caso de España es ilustrativo: durante el gobierno del
Partido Popular, el presidente Aznar se alió fuertemente con
Washington y supeditó el aprovisionamiento de algunos tipos
de carros de combate a empresas de EE.UU. que se están
instalando en ese país ibérico desde 2003; mientras que el
gobierno de Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con
Zapatero en la presidencia del gobierno, se ha apartado de la
coalición organizada por EE.UU. contra Irak, y los contratos
de compras armamentísticas a esas empresas de EE.UU.
instaladas en España se convierten en un problema para los
estrategas político militares del nuevo gobierno ibérico.

- 152 -
Colapso Mundial y Guerra

Cualquier guerra o ataque “preventivo” es una


guerra o un acto “de agresión”, de acuerdo con el
derecho internacional de guerra y con los derechos
civil y penal de la mayoría de las naciones. La
última potencia que utilizó esta estrategia para
aspirar a la hegemonía mundial fue el Tercer Reich
de Alemania. Las terribles consecuencias de esa
aspiración durante las décadas de 1930 y 1940,
deberían servirnos de advertencia sobre qué espera
a la humanidad, incluyendo al grupo dirigente en
Washington, en el futuro cercano. La prohibición
de la guerra que ahora el gobierno de Bush II
quiere borrar, es básica para enfrentar los
colapsos ecosociales.
La estrategia seguida por el gobierno de
Washington genera tensiones crecientes con un
número cada vez mayor de países e instituciones,
incluyendo las grandes potencias (Unión Europea,
Rusia, R.P. China, India, Brasil). Así, por ejemplo,
respecto a la nueva doctrina nuclear de Bush II, en
la UE hay preocupación:
“El cambio de la hiperpotencia americana
coloca a las otras potencias en una situación
delicada, empujándolas paradójicamente a
elevar su nivel de armamentos para no verse
condenadas a una inferioridad mayor que la
actual, que ya es inmensa. La posición de
Europa –que cuenta con dos potencias
nucleares, Francia y Gran Bretaña- es
particularmente incómoda: observa cómo se
crea un nuevo punto de divergencia con los
Estados Unidos. Después de la tentativa de
Chirac de reiniciar los ensayos nucleares en
1995, Francia y Gran Bretaña han adoptado

- 153 -
Eduardo E. Saxe Fernández

una posición a la de Estados Unidos durante la


administración de Bill Clinton: moratoria de
ensayos, acordar una reducción del arsenal
nuclear, y participación activa en las
negociaciones de control de armamentos. La
desunión que reaparece con Estados Unidos
constriñe a París y a Londres a escoger:
¿Aceptar sin decir una palabra esta nueva
actitud o afirmar su desacuerdo buscando,
como en el caso de la negociación
climatológica, una alianza con los países del
Sur y del Este para aislar a Estados
Unidos”(Kempf, 2002).
Efectivamente, para la discusión del Tratado
de Kyoto o de la Corte Penal Internacional, o las
negociaciones sobre armamentos de destrucción
masiva, o incluso la eliminación de minas
antipersonales, EE.UU. se queda aislado de la gran
mayoría de los otros países, en particular la UE,
Rusia, China, India, Brasil, así como muchos otros.

7. El sistema Galileo
Esta emergente “hiperpotencia” europea, pese
a estar ocupada miltarmente, a sus divisiones
internas notorias en la guerra contra Irak de Bush
II, y pese a su dependencia petrolera, sin embargo
se consolida como el principal mercado mundial
(con más del 40 por ciento del comercio mundial y
un PIB similar al de EE.UU. y asociados de
América del Norte, Centroamérica y el Caribe),
establece una moneda de reserva que compite
exitosamente con el dólar de EE.UU., y también se
expande al agregársele la mayor parte de la antigua
“Europa del Este” soviética, e incluso las

- 154 -
Colapso Mundial y Guerra

repúblicas bálticas. También entra en una carrera


armamentista con EE.UU., con la creación de una
fuerza de despliegue rápido de cien mil soldados y
acelerando e integrando la producción industrial
militar.
Un ejemplo de las aspiraciones estratégico
militares europeas lo constituye el sistema Galileo.
En su cita de Barcelona en marzo de 2002, la UE
acordó continuar y acelerar el Proyecto Galileo,
que implicará la independencia estratégica en
Comando, Comunicación, Control e Información
(C3I), mediante un sistema satelital capaz de
competir con el del Pentágono (Global Positioning
System; GPS) (El sistema GLONASS “fue
dañado” y apenas puede operar sobre la mayoría
del territorio de la antigua URSS). Según
informaba explícitamente la Agencia Espacial
Europea el 26 de marzo de 2002, bajo el título
Galileo gets the go ahead, el sistema Galileo “está
destinado a competir con el GPS estadounidense”:
“El sistema Galileo consistirá de 30 satélites
(27 en operación y 3 de reserva), desplegados
en tres órbitas circulares geoestacionarios a
una altitud de 23.616 Km. y una inclinación de
56 grados del ecuador. Esto ofrecerá una
cobertura excelente del planeta. En Europa se
establecerán dos Centro de Control Galileo
para monitorear la operación de los satélites y
administrar el sistema de navegación”.
El sistema Galileo, indica Carlos Elías (2002),
“...permitiría a Europa tener controlados todos
los movimientos del planeta con una precisión
de cinco metros. En estos momentos, todo el
tráfico de barcos, aviones y trenes del mundo

- 155 -
Eduardo E. Saxe Fernández

se guía por lo que Estados Unidos concede de


su sistema militar GPS, pues el sistema ruso
Glonas está deteriorado. Tras el 11 de
septiembre los americanos concentraron sus
satélites GPS en Afganistán... Los transportes
europeos, y del resto del mundo, sufrieron una
gran merma de su capacidad de orientación.
Sin embargo, también después del 11 de
septiembre, los estadounidenses están más
convencidos de que ellos deben ser el único
país con ese servicio. No están seguros del uso
que la UE le pueda dar a su sistema y tampoco
quieren que el ojo vigilante del Galileo penetre
donde no les interesa”.
La entonces ministra de exteriores española,
Loyola de Palacio, opinaba que “Europa no puede
permitirse fracasar en la cumbre de Barcelona”,
mientras que Javier Benedicto, director del
proyecto, decía en Bruselas que: “En el desarrollo
de la infraestructura de Galileo... no está previsto
implicar a empresas que no sean europeas...
Galileo ofrecerá un estándar mundial y todo
fabricante podrá producir receptores y desarrolla
aplicaciones y servicios basados en Galileo. Otra
cosa muy importante es la interoperabilidad con el
GPS para poder combinar sus señales con las de
Galileo. También estamos diseñando Galileo para
asegurarnos que no interferirá con el GPS... Hemos
tenido reuniones con los estadounidenses. Pero es
claro que la relación con EE.UU. es muy
importante en este momento. La última reunión
con el Departamento de Estado fue en octubre del
año pasado. Desde entonces, hemos estado
esperando el lanzamiento definitivo del programa.

- 156 -
Colapso Mundial y Guerra

Ahora reemprenderemos la negociación para que


ambos sistemas no se interfieran... Los planes de
modernización del GPS se aceleran enormemente
por Galileo... Los países (europeos; ESF) pueden
decidir el uso que les interese en cada momento.
En un conflicto, los países de la UE, propietarios
del sistema, podrán intervenir en su uso. Pero
quede claro que Galileo no está concebido como
sistema de uso militar”. El periodista que grabó su
intervención no parece haber quedado convencido
de la última declaración de Benedicto (Pozzi, 2002
a), y publicó otro artículo (Pozzi 2002b), donde
señala que:
“Lo cierto es que el sistema europeo de
navegación por satélite competirá con dos el
GPS y el GLONASS ruso, que fueron
concebidos en los años 70 con fines sólo
militares y dispondrá de una señal reservada
que los gobiernos podrán utilizar según las
necesidades”.

8. Debilidades estratégicas de EE.UU.


La propaganda nos presenta a EE.UU. como
invencible Leviatán “hiperpoderoso”, frente al que
todos los estados tiemblan y se humillan. Sin
embargo, la propaganda oculta o no considera sus
importantes limitaciones ante los colapsos
ecosociales, tanto como ante la tarea, no solamente
de desmantelar el sistema estatal e institucional
contemporáneo, sino de sustituirlo por otro de
carácter universalista “imperial”. EE.UU. no
dispone ni de los recursos ni de las aptitudes y
capacidades para convertirse en el nodo articulador
de un sistema internacional viable –es decir, capaz

- 157 -
Eduardo E. Saxe Fernández

de enfrentar y revertir los colapsos ecosociales


mundiales.
Podemos agrupar las desventajas y
limitaciones de EE.UU. en tres aspectos
multifacéticos:
1. Debilidades internas;
2. Debilidades internacionales; y
3. Incapacidad para enfrentar los colapsos
sociales y ecológicos mundiales.

8.1.Debilidades internas:
A-Creciente división social entre ricos y
pobres (Ver Cap. I). Es un proceso mundial, pero
en EE.UU. es más agudo que en los otros países
ricos.
B-Crecientes limitaciones económicas (Crisis
estructural de sobreproducción; destrucción de
socio y ecosistemas) (Ver Cap. I).
C-Crecientes dilemas científico tecnológicos.
Privatización y cooptación de la investigación
científica y el desarrollo tecnológico (I&D) para
fines militares y de beneficio a elites oligárquicas;
trabas a I&D alternativa. La privatización ralentiza
el avance científico tecnológico porque la
información y el conocimiento ya no están al
alcance de la población en su conjunto. Esto afecta
muy negativamente a la política y a la cultura.
Empleo de tecnologías obsoletas del siglo XIX
(petróleo y carbón como combustibles, motor de
combustión interna) y del XX (tecnologías
contaminantes y destructivas contra la sociedad –
enfermedades- y la naturaleza, incluyendo la
energía nuclear y pesticidas químicos). La
sustitución de la naturaleza mediante su

- 158 -
Colapso Mundial y Guerra

manipulación, a manos privadas y guerreristas,


promete hacer realidad los feroces antropolarios,
zoolarios y fitolarios, característicos de la actual
imaginación social sobre el futuro, expresada por
ejemplo en el género estético de la llamada
“ciencia ficción” y toda su tanatología neo
calicleana48. Como señalaba la notable analista
Susan George (2001), la sobrevivencia del capital
exige la muerte de “los que sobran”.
D-División ideológico política nacional entre
pacifistas y guerreristas. El país está dividido
profundamente entre quienes apoyan la guerra y
quienes buscan la paz –y ésto/as son mayoritarios
cuando la población no es aterrorizada por el
Estado y los medios de comunicación respecto a
algún “enemigo”. La apuesta que hace EE.UU.,
histórica y socioculturalmente, por la violencia
como forma básica y generalizada de resolver los
problemas y las diferencias (internas e
internacionales), se expresa magnificadamente en
una cultura de hiper posesividad individualista,
fundada en la definición de los diferentes tipos y
“niveles” de “humanidad”, en función de la
cantidad y calidad de personas (tutelajes y
subordinaciones legales) y cosas (mercancías), que
cada quien posea. De ahí la profundidad y duración
de la estética y la ética (sic) del asesinato y la
catástrofe en los imaginarios comerciales y
gubernamentales. Al mismo tiempo, coexiste
aunque con aspectos limitantes, una cultura de paz

48
Me refiero al pensamiento de Calicles, personaje del libro
primero de la Politeia (República) de Platón, defensor del
“derecho del más fuerte” (en esta tesis, la voluntad del más
fuerte es el derecho).

- 159 -
Eduardo E. Saxe Fernández

que se promueve y surge (por el aumento de la


intensidad en la dominación del capital), entre cada
vez más capas, sectores y grupos sociales
crecientemente “excluidos”. La respuesta
gubernamental ha sido aumentar sus prerrogativas
policíaco judiciales y reducir las libertades civiles
de la propia ciudadanía. Dos muestras
características de la nueva situación política en
EE.UU. fueron los miles de personas arrestadas en
Nueva York en Agosto de 2004, porque
protestaban en las calles contra la nominación de
Bush II como candidato del oficialista GOP
(Partido Republicano), o las dificultades
enfrentadas por lo/as bibliotecario/as, cuando el
gobierno les exige revelarle las lecturas o libros
que soliciten a préstamo sus usuario/as.
Solo durante la Guerra Civil (1860) y la
Guerra contra Vietnam (1960-1974), encontramos
divisiones ideológicas tan profundas como las que
hoy fracturan a EE.UU. Se trata de una importante
debilidad estratégica, reverso de la unidad nacional
que los teóricos realistas postulaban como
necesaria para la proyección de poder internacional
de una potencia o gran potencia, y que los
propagandistas del gobierno quisieran hacernos
creer.
E-Chauvinismo militarista para enfrentar
efectos de “tercera generación” (efecto
Buddenbrock). La famosa novela homónima, que
fuera uno de los principales argumentos para que
Thomas Mann recibiera el premio Nobel de
literatura, como sabemos cuenta la historia de una
familia de comerciantes en un puerto alemán del
Báltico, centrándose en su tercera y última

- 160 -
Colapso Mundial y Guerra

generación. El proceso empieza con una


generación que sacrifica su bienestar trabajando
intensamente para lograr la acumulación de
riquezas. La siguiente generación está mejor
educada y disfruta de mayores bienestares, pero
también mantiene la intensidad del trabajo, el
ahorro que producirá la consolidación del capital.
La tercera generación no conoce privaciones ni
encuentra satisfacción o plenitud en el trabajo con
los negocios familiares, se transforman en personas
ególatras contradictorias psicosocialmente, que
solo tienen interés en disfrutar de la riqueza y que
terminan agotando sus fortunas. Este ejemplo es un
modelo en el desarrollo del capitalismo, no
solamente de una familia sino también de países e
internacionalmente. También la tercera etapa
tiende a enfatizar las dimensiones financiera y
rentista, así como el monopolismo y sobre todo el
oligopolismo. El carácter imperialista del capital
desde el siglo XIX puede tipificarse como de
“tercera generación”, y aparece claramente
delineado desde ese siglo, en las políticas
económicas de EE.UU. respecto a América Latina.
Las privatizaciones neoliberales han facilitado la
compra de activos de todo el mundo, por
consorcios financieros, industriales y comerciales
metropolitanos, que extraen rentas de sus
inversiones. Así, por ejemplo, empresas como
Bechtel o Halliburton, directamente o mediante
subsidiarias ahora gestionan puertos, aeropuertos,
carreteras, en diferentes países, y obtienen
ganancias que benefician a los dueños y
accionistas de esas empresas metropolitanas. Algo
similar hacen otras empresas metropolitanas

- 161 -
Eduardo E. Saxe Fernández

respecto de los servicios de transporte, finanzas,


electricidad, agua, etc. Estos servicios previamente
se gestionaban por los gobiernos o por empresas de
los propios países, los ingresos en mayor medida
iban a los mercados locales –y generalmente a
precios menores o subsidiados para lo/as
usuario/as. El carácter parasitario de la economía y
la cultura, específicamente en EE.UU. y el
capitalismo tardío o decadente, redundan en
tendencias opuestas: por un lado sibaritismo
consumista ególatra y basado en sexo o “juego”
violento para suscitar el “adrelinazo fundante”; por
otro lado la frigidez metódica y autoritaria de
espías, policías y soldados, determinada por las
tecnologías que cada uno de ellos anhela emplear
(al menos por una vez) contra “los malos”, “los
enemigos”, “los otros”.
Esta situación civilizatoria de EE.UU. implica
que su proyección internacional en ningún caso es
“ilustrada” como pretenden sus apologistas. Su
política, su mentalidad, su ideología, no se orientan
desde y hacia la democracia, ni la promoción de
los derechos humanos.
La situación de “tercera generación” no se
supera o elimina instilándole militarismo y
violencia cultural a la nación. Más bien, la
contradicción tiende a acentuar los aspectos más
inhumanos de ambas dimensiones. Por eso EE.UU.
ya no es ni inspiración ni modelo cultural,
internacionalmente pero también en su interior. Y
el carácter parasitario de su economía, tanto
nacional como internacionalmente, por una parte
requiere su militarización y por el otro es incapaz

- 162 -
Colapso Mundial y Guerra

de resolver los retos sociales y ecológicos, tanto


los propios como los del planeta.
F-Desmoralización, ilegitimidad y falta de
credibilidad interna, de la misma “civilización
Occidental”, de la nación y del gobierno. Por la
política de mentiras, crímenes de guerra, fraude
electoral, nihilismo ético. Fanatismo religioso
“carismático” es la vía de (falsa) solución a este
predicamento.
G-“Ceguera” política del gobierno federal por
servir como instrumento de grupos e intereses
especiales (petroleros y militares).
Existe una relación directamente proporcional
entre, por una parte el aumento de la intensidad de
una crisis y, por la otra parte, la disminución de
capacidades cognitivas, reflexivas y práxicas para
enfrentarla y resolverla. En situaciones o tiempos
de guerra, la calidad de la información recibida por
los estados mayores, así como su interpretación, se
ven notoriamente reducidas e inducen a errores. En
tales situaciones, los grupos dirigentes tienden a
eliminar opiniones disidentes y a quedar reducidos
a quienes comparten las opiniones del o de los
líderes. Esto incrementa aún más las disonancias
cognitivas, reflexivas y práxicas. Y, aparte de estas
tendencias características de la dinámica de
personas y grupos sometidos a fuertes procesos de
tensión y estrés, en el caso de la dirigencia que
actualmente orienta a EE.UU., esa “ceguera
política” se ve potenciada porque sus acciones se
fundamentan en un conflicto de intereses. La
guerra y sobre todo las “guerras por los recursos” y
particularmente el petróleo, son ámbitos en los que
los miembros de ese gobierno no solamente

- 163 -
Eduardo E. Saxe Fernández

participan por sus cargos públicos, sino también


por sus intereses económicos, en empresas
dedicadas a la guerra y a los negocios con el
petróleo.
Sus decisiones tienden desestimar y afectar
negativamente los intereses nacionales de EE.UU.,
los de sus ciudadano/as, y los de aquellas personas,
grupos, instituciones o países que se vean
implicados en ellas. Se trata de una importante
debilidad que tenemos que catalogar como
deficiencia muy peligrosa -en primer término para
sus mismo/as titulares.
H-“Ceguera” ideológica por adhesión a
cristianismo fundamentalista excluyente,, (Ver
Capítulo IV). Es el medio que hoy emplea el grupo
político ideológico dominante en EE.UU., para
enfrentar la debilidad derivada del aspecto “F”: el
fanatismo carismático cristiano es considerado
como la manera para solucionar la desmoralización
e ilegitimidad (Véase prédica del jefe del Vaticano,
Ratzinger, contra “el nihilismo”, por ejemplo).
También es el canto de sirena y el tambor
trepidante que incita y justifica la guerra, librada a
nombre de dios, para su mayor gloria. Esta
“posición” también afecta negativamente, no
solamente la misma “comprensión” de lo que
sucede y por qué sucede en la realidad, sino
también las relaciones con otros actores
internacionales y nacionales.
J-“Ceguera” y limitaciones políticas,
institucionales e ideológicas, para detentar el
liderazgo internacional, por el tour de force que
supone emplear un nacionalismo extremo y
religiosamente intolerante, para articular un

- 164 -
Colapso Mundial y Guerra

sistema universalista planetario. Muchos autores


apologéticos ahora encuentran en el documento de
la Constitución de EE.UU., “la base” para un
imperio universalista, democrático, mercantilista y
guerrerista. Así, el 20 de setiembre de 2002, al
presentar su “gran estrategia” militar, Bush II
señalaba que: “Estados Unidos debe defender la
libertad y la justicia porque estos principios son
justos y verdaderos para los pueblos de todas
partes”. Las crecientes contradicciones surgen no
solamente por las interpretaciones partidarias o
unilaterales de esas grandes palabras (“libertad y
justicia”). También emergen porque las
percepciones externas al grupo alrededor y pro
Bush II, tanto en EE.UU. como sobre todo en el
extranjero, es de un liderazgo y un país que no
promueve realmente las libertades de todo/as sino
solo para uno/as poco/as. Y que, adicionalmente,
considera que la justicia promovida por Bush II y
su gobierno solamente busca la imposición de sus
preferencias. “Libertad” y “justicia” en labios de
los dirigentes actuales de EE.UU. tienen
denotaciones y connotaciones similares a las que
encontramos en personajes “creados” por EE.UU.
como Mobutu, Mubarak, o Musharraf 49.

8.2. Debilidades internacionales, motivadas por:


A-Crecientes resistencias, del resto de actores,
a postura militarista y a crecientes costos y
“tributos”. Antes que inhibirse de defenderse
cultural, económica y militarmente de EE.UU.,

49
Para solo citar tres con apellidos que empiezan con “M”
(¡!).

- 165 -
Eduardo E. Saxe Fernández

sobre todo las potencias (grandes, medianas y


pequeñas) se ven obligadas a rechazar o revertir
pretensiones de EE.UU., en todos esos campos.
Las fricciones entre EE.UU. y el resto de actores
internacionales ha aumentado y seguirá
aumentando. Las respuestas de EE.UU. a esas
crecientes dificultades y complicaciones que
tienden a suscitarse inevitablemente, también
tenderán a crecer en su carácter impositivo y
autoritario, en una relación relativamente
proporcional a la incapacidad que tenga para, como
reconocía el mismo Rumsfeld, “cuidar” (vigilar,
contener, reprimir) a cada persona en el planeta –y
por extensión a cada potencia y país.
B-Tendencias a formación de alianzas anti
EE.UU. y a “equilibrio” internacional.
El gasto militar en el mundo crece, no
solamente el de EE.UU. Según el Internacional
Peace Research Institute de Suecia (SIPRI), para
2004 superaba el billón de dólares
(1.034.000.000.000). EE.UU. gastaba el 47 % de
ese monto, pero el resto de países de la OTAN
representaban 227.000.000.000 de dólares. Entre
1998, cuando el gasto militar mundial había bajado
a unos 765.000.000.000 de dólares y 2004 el
aumento ha sido de 270.000.000.000 de dólares.
Gran parte de estos gastos no han estado a cargo
solo de EE.UU., sino que todos los otros actores
los han incrementado.
La postura de EE.UU. a partir del 11 de
setiembre de 2001 ha inducido en el conjunto de
los demás actores internacionales, tanto los que se
encuentran aliados con EE.UU. como quienes no
lo son o lo son a regañadientes, una renovada

- 166 -
Colapso Mundial y Guerra

carrera armamentista. La novedad es que tiende a


ser de “cada uno con o frente a EE.UU.” Los
mismos propagandistas del Pentágono sostienen
que hasta ahora las potencias regionales habíanse
preparado para enfrentar a sus vecinas potencias
regionales, y no para enfrentarse con EE.UU.
Ahora, en cambio, dicen, “...cada potencial
adversario ya está preparando sus fuerzas para
enfrentarse contra el ejército estadounidense... un
mundo en el que todos nuestros potenciales
enemigos están trabajando duro para diseñar
fuerzas que sepan aprovecharse de nuestros puntos
flacos y puedan repeler a nuestras unidades de
combate...”(Kagan, 2004: 137, -énfasis ESF).
Destaco el carácter “potencial” de los eventuales
adversarios de EE.UU. para ubicarlo en el contexto
doctrinario de la guerra de agresión que ha
adoptado ese país, como principal instrumento de
política internacional. Esto significa que se trata,
no solamente de los adversarios actuales o
previsibles a corto plazo sino que, como desea el
mismo Kagan, pretende referise a cualquier/todo
futuro. De manera que, en principio, cualquier, o
todo, otro estado podría “potencialmente” ser
adversario de EE.UU. Adicionalmente, este autor
también reconoce que, “Es imposible prevenir que
el resto de las naciones poderosas del planeta
incrementen su potencial o persigan objetivos que
compitan con los intereses de Estados Unidos”
(p.138). Por eso, debido a que EE.UU. adopta el
diktat militar, entre todos los estados se desarrolla
esa tendencia a armarse contra EE.UU.. No
solamente se rearman o preparan contra posibles
agresiones de EE.UU. los “enemigos” reconocidos

- 167 -
Eduardo E. Saxe Fernández

por Kagan (Golfo Pérsico, Corea, China, Rusia),


sino también la India, una UE cada vez más
independiente, e incluso una América del Sur
articulándose contra EE.UU., alrededor de
Venezuela, Brasil, Argentina y Bolivia.
C-Imposibilidad de emplear instrumentos
militares estratégicos.
Incluso con los más sofisticados sistemas
balísticos antimisiles, resulta imposible impedir un
contrataque de cualquiera de las grandes potencias
(con capacidad de lanzar cohetes
intercontinentales) contra el territorio de EE.UU.
También resulta muy difícil prevenir o evitar
ataques “no convencionales” de respuesta a una
agresión de EE.UU., en el mismo territorio
nacional y contra las propiedades de EE.UU. en el
extranjero, por parte de cualquiera de las grandes
potencias y de otros actores. El uso de armas
estratégicas contra otras potencias, precipitaría una
guerra mundial termonuclear y bioquímico
ambiental.
D-Destrucción inevitable de población civil e
infraestructura “enemigas”,
La guerra tal como se libra en el siglo XXI
necesariamente implica atacar a la población civil
“enemiga”, que cae muerta o herida, o es
“desplazada”. El Pentágono considera a esta
población civil afectada, como “daño colateral” de
la intervención militar, daño “inevitable” sobre
todo para reducir el número de bajas entre los
soldados de EE.UU. También la infraestructura del
país atacado es devastada, incluyendo sistemas
energéticos, de comunicaciones, de transporte,
industrial, comercial, educativo, agrícola. Incluso

- 168 -
Colapso Mundial y Guerra

los hospitales y servicios de emergencia son


también destruidos o atacados. Todo esto se
justifica argumentando la “maldad” del tirano o del
régimen de turno, que EE.UU. quiera destruir.
Si EE.UU. atacase “preventivamente” a la UE,
el derrumbe mundial sería catastrófico para todos,
y representaría una reedición de la Guerra Fría. Si
EE.UU. atacase “preventivamente” a Rusia, India
o China, y éstos respondieran contratacando el
territorio de EE.UU., entonces, en represalia,
EE.UU. podría arrasar con 200 o 300 millones de
personas en la India o la RPChina, casi
inmediatamente, e incluso con toda la población
de estos países –si fuera “necesario” -aunque no
sin sufrir daños irreparables en su propio
“homeland”.
E-Incapacidad de EE.UU. para llevar a cabo
las reconstrucciones de países sujetos a sus a
ataques,
Los casos de Nicaragua y Haití están muy
presentes ante las mentes latinoamericanas en tanto
fracasos estrepitosos de las “reconstrucciones”
emprendidas o lidereadeas por EE.UU., después de
haber sido los mismos EE.UU. quienes causaron
esas destrucciones. Afganistán e Irak destacan
entre los importantes fracasos “reconstructivos” de
EE.UU. y sus aliados. En estos cuatro lugares, la
reconstrucción simplemente no tiene lugar y los
países se mantienen sumidos en la mayor de las
miserias que hayan conocido esos pueblos, -en el
caso haitiano, desde que los conquistadores y
colonizadores españoles exterminasen a las gentes
Caribes que habitaban la Española. En Nicaragua
la crisis provocada por el dominio de la familia

- 169 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Somoza y EE.UU., se ha profundizado y


prolongado durante más de medio siglo, hundiendo
el país en su peor crisis de todos los tiempos. La
reconstrucción de Afganistán también es poco
alentadora, incluso con la aculturación forzada que
llevan a cabo las potencias ocupantes (OTAN) –
que convive felizmente con cosechas de opio
récord. La celebración de elecciones en 2005 en
Afganistán e Irak es significativa para esas
potencias ocupantes, aunque estuviesen plagadas
de fraudes y amplio abstencionismo. En Irak,
después de casi tres años de ocupación, ni EE.UU.
ni el gobierno iraquí, todavía no logran ni siquiera
“restablecer el orden público”, y la guerra de
resistencia continúa y más bien se amplía. Los
teóricos en EE.UU. hablan de “estados fallidos” o
fracasados, por la descomposición institucional,
ideológica, jurídica y ética que sufren, el aparato
estatal y la sociedad. La razón de fondo es la
terrible miseria que padece la inmensa mayoría de
la población.
F-Pérdida de credibilidad política y moral por
doctrina de guerra de agresión, y mantenimiento
de doble moral y doble discurso. Por ejemplo
respecto de la democracia. Por una parte EE.UU.
exige a sus enemigos en Irán o la R.P.China la
democratización, por otra parte mantiene en
estatuto de “principal aliado” en la región, al brutal
tirano General Pervez Musharraf, “presidente” de
Pakistán –país al que Washington envía, para su
tortura o muerte, a “terroristas” capturados
clandestinamente.
G-Incapacidad para impulsar nuevo sistema
internacional por extremismo nacionalista y

- 170 -
Colapso Mundial y Guerra

pretensiones hegemónicas. El modelo de sistema


internacional que preconiza la administración Bush
II supone sustituir el derecho y las instituciones
internacionales, así como el derecho y las
instituciones nacionales de cada país, por el
derecho y las instituciones nacionales de EE.UU.
A nivel institucional las fricciones son inmediatas
y profundas. A nivel jurídico, el derecho que se
busca implantar es la negación misma del derecho.
Por eso algunos autores hablan de un sistema
internacional (y las naciones mismas, incluyendo a
EE.UU.), “desjuridificado” (Pérez Prat, 2004). Es
decir, un Leviatán irracional cuya auto afirmación
y búsqueda de consolidación implican la
destrucción de la misma fábrica social (ya el
sistema político se habría deshecho paralelamente
con la descomposición del derecho).

8.3. Incapacidad frente a los colapsos ecosociales


mundiales:
A-Por las características dicotómico
excluyentes de la mentalidad “Occidental”
(patriarcal capitalista) (Véase Saxe Fernández,
1997). Desde los orígenes helenos y hebreos, el
pensamiento que ha dominado en “Occidente” se
basa en oposiciones binarias excluyentes: ser o no
ser, positivo o negativo, bueno o malo, etc. Esas
oposiciones se resuelven siempre a favor una de
los dos extremos, eliminándose el perdedor. “Para
afirmarme debo partir de negar la afirmación
(posible) de (todo) otro”, reza la postura “social”
de esta cultura.
B-Por las rupturas y destrucciones ontológicas
(éticas, políticas, psicosexuales). La situación de

- 171 -
Eduardo E. Saxe Fernández

guerra, y particularmente de guerra mundial,


redundan en un nivel o estado de ser inferior al
nivel o estado de ser, mucho “mejor”, que se
deriva de una situación de paz mundial. Hoy
todo/as somos “menos”, no podemos ser mejores,
o plenamente, o simplemente “existir bien”, por la
guerra mundial. La promoción y crecimiento de
diferencias profundísimas, entre ricos y pobres, se
añade a ese primer nivel ontológico, agregándole
una derrota ética en todos los frentes, similar a la
claudicación en la que debe vivir quien está
sometido al consumo de tabaco. Los famosos
“objetivos del milenio”, por ejemplo, a finales de
2005 estaban muy retrasados y se acepta que no
podrán cumplirse, ni siquiera al larguísimo plazo
(150 años, es decir, después del fin de la guerra de
100 años que prometió Bush II duraría su guerra).
C- Por las dificultades psicosociales e
ideológicas derivadas de los colapsos ecosociales
mundiales,
D-Por el crecimiento permanente contra y
sobre la naturaleza a nivel mundial, de la
economía capitalista (Cf. Cap. I). Los recursos se
agotan, la destrucción del planeta se precipita
aceleradamente.
E-Por la creciente exclusión y división social
mundiales (Cap. I),
F-Por la imposibilidad de implementar
alternativas nacionales e internacionales.
Existen los conocimientos y las posibilidades
de organización social, política y económica que
beneficien a todas las personas y que detengan y
reviertan la destrucción de la naturaleza. Estas
alternativas no pueden ser ni exploradas ni

- 172 -
Colapso Mundial y Guerra

implementadas por las dirigencias económica y


político ideológica actuales de EE.UU. (y del
mundo).
G-Por la existencia y auge de tendencias y
opciones alternativas.
En cambio, en cada vez más lugares, y
en cada vez más personas, las alternativas posibles
e imposibles han venido cobrando vigor y
credibilidad, conforme las “soluciones” militares y
excluyentes (económica, social y políticamente)
muestran su destructividad e inadecuación (para la
vida humana y natural). El ejemplo más
importante, pero solamente uno entre muchísimos,
es ciertamente el Foro Social Mundial.

9. En lugar de una conclusión: América Latina


y el imperialismo de EE.UU.
La región latinoamericana ha sufrido más
directa y prolongadamente que ninguna otra, las
políticas imperialistas de EE.UU. Las
características de las relaciones entre EE.UU. y
América Latina, son las más ilustrativas del tipo de
sistema internacional que pretende imponer el
primero en todo el planeta.
Podríamos ubicar la reanimación de la
aspiración hegemónica de EE.UU., el 11 de
septiembre de 1973, un acontecimiento sucedido
en medio repetidas derrotas estratégicas para
EE.UU. (en Vietnam; respecto del control del
petróleo y de las relaciones con Israel; en África y
el Medio Oriente donde la URSS y sus aliados
avanzaban; en la necesidad de desligar el dólar del
patrón oro y dejarlo flotar; en escándalos por
actividades ilícitas de connivencia con la mafia

- 173 -
Eduardo E. Saxe Fernández

para espiar rivales políticos internos, por ejemplo).


Por lo que sabemos ahora, sin duda el presidente
R. Nixon y su ministro de exteriores, H. Kissinger
(así como su embajador en la R.P. China, Bush I),
recibirían con beneplácito la noticia del asesinato
de Allende y el golpe de estado neo fascista en
Chile. El genocidio y la acción antidemocrática en
Chile fueron el principio de la lucha emprendida
por la derecha republicana de EE.UU., asociada
con petroleros, con los militares y los servicios de
seguridad, así como con las mafias y
especuladores, para recuperar/restablecer y
sostener, para ellos y para siempre, el poder
político en EE.UU. y en el mundo. Y podríamos
indicar que otro 11 de septiembre, pero 28 años
más tarde, señala el comienzo de la nueva guerra
mundial para consolidar una hegemonía de
EE.UU., liderado por el mismo grupo, que
lógicamente perdió y ganó cuadros y socios
durante ese lapso histórico.
El proceso de militarización de EE.UU. se
notaba ya con el expansionismo territorial sobre el
continente americano y sobre el Pacífico, durante
la primera mitad del siglo XIX, con la Guerra Civil
y con su expansionismo imperialista sobre el
Caribe (incluyendo la Guerra contra España) a
finales de ese siglo y principios del siguiente. Se
profundiza con su participación en la Primera
Guerra Mundial (cuando desarrolla un primer
“escudo defensivo” mediante el Canal de Panamá),
pero se observa sobre todo desde la II Guerra
Mundial, la guerra contra Corea y el comunismo
soviético y mundial. La militarización de EE.UU.
quedó expresada “oficialmente” por el presidente

- 174 -
Colapso Mundial y Guerra

Eisenhower (él mismo un militar), en su famoso


discurso de despedida, donde advertía contra el
“complejo militar industrial” que pretendía ejercer
control autoritario sobre la nación fundada por
Washington.
Insistiendo en las analogías históricas, la
decadencia cultural lacedemonia generada por la
militarización, encuentra una contraparte analógica
en EE.UU. y su centramiento en la cultura de
violencia y muerte actuales, así como en las
crecientes restricciones a la libertad de
pensamiento y conocimiento (privatización
corporativizada de la ciencia y la tecnología). El
paralelo comparativo más inmediato con el
régimen actual en EE.UU., son los regímenes
autoritarios, militar tecnocráticos, latinoamericanos
(en tanto diferenciados de los previos,
“caudillistas”), entre las décadas de 1960 y 1980.
Pero, entre las grandes potencias capitalistas, el
esfuerzo militar actual de EE.UU. se parece sobre
todo al alemán. Es decir, a un “eterno aspirante a
hegemonía”
Las viejas analogías y tendencias siguen
reproduciéndose en las instituciones militares de
EE.UU., y es posible señalar paralelismos entre
políticas aplicadas por EE.UU. en relación con
América Latina (desde Monroe en adelante), y las
políticas que EE.UU. quiere desarrollar con
relación al resto del mundo, especialmente a partir
del fin de la Guerra Fría.
El neo monroísmo de EE.UU. se dirige ahora a
pretender que, en el mundo entero quede excluido
todo intento de cualquier estado o entidad
(individual, grupal o colectivamente), a ejercer

- 175 -
Eduardo E. Saxe Fernández

influencia o poder internacionales, opuestos o


paralelos a los de EE.UU. “Nada ni nadie”, decía
Bush II, ya más va a amenazar a EE.UU. Con la
doctrina de guerra preventiva, ahora EE.UU. es
quien amenaza a todos, a cualquiera que pretenda
no hacer lo que EE.UU. considera que ese estado o
actor debe hacer. En esto consiste el elemento
imperialista (monroísmo) del unilateralismo
implicado en la política militar internacional del
gobierno de Washington.
También es posible considerar que la política
internacional que se sigue de una doctrina de
guerra preventiva es similar, o una especie de
extensión, de la doctrina Olney, ministro de
exteriores de EE.UU., quien el 20 de julio de 1895
señalaba, en una carta dirigida a Thomas F.
Bayard, embajador de EE.UU. en Gran Bretaña,
respecto a la disputa entre ese país y Venezuela,
que:
“Hoy los Estados Unidos son prácticamente
soberanos en este continente, y su voluntad es
ley sobre los sujetos a los que ejerce su
interposición. ¿Por qué? No se debe a la pura
amistad o buena voluntad que sienten por ella.
No es simplemente por razón de su elevado
carácter como estado civilizado, ni porque la
sabiduría y la justicia y la equidad son las
características invariables en las negociaciones
de los Estados Unidos. Es porque, además de
todo esto, sus infinitos recursos combinados
con su posición aislada le hacen dueño de la
situación (en el hemisferio americano; ESF) y
prácticamente invulnerable contra cualquiera o

- 176 -
Colapso Mundial y Guerra

todas las otras potencias (Gantenbein, 1950:


340-354).
Una pretensión similar tienen hoy EE.UU.
sobre el resto del planeta. Las características
“morales” que destaca Olney ahora no están
presentes, al contrario, pese a todo el control de la
imagen, EE.UU. y particularmente Bush II se
encuentran entre el 5 por ciento de personajes más
“odiados y temidos”. Esto incluye sus supuestas
“sabiduría, justicia y equidad”, bien conocidas en
ese período por Cuba, Puerto Rico, Panamá,
Nicaragua, Haití, México, para citar algunos
países latinoamericanos invadidos militarmente por
EE.UU. en esos años de principios del siglo XX.
Fue sobre todo su capacidad militar, aunque
aunada a su capacidad económica, lo que permitió
a EE.UU. adquirir poder hegemónico sobre el
norte de América Latina en particular, incluyendo
al Caribe como especie de pequeño “mare
nostrum”. Ahora busca que todos los países del
mundo “se parezcan” a nuestra región también en
esto, es decir, que conseguir, que no dispongan de
capacidad militar significativa a nivel regional o
mundial.
Conseguido este objetivo, el mundo quedaría
en una situación similar a la latinoamericana, como
señala el profesor de política internacional de la
academia naval de Annápolis, G. Pope Atkins:
“... el espectro de técnicas disponible a los
estados latinoamericanos en la política global
ha sido limitado porque deben recurrir a
instrumentos que no impliquen poder físico,
sea militar o económico. Los estados de la
región tienden a utilizar los mismos medios

- 177 -
Eduardo E. Saxe Fernández

que escogen casi todos los estados pequeños


del mundo, ejerciendo influencia de la mejor
manera que pueden, empleando tácticas como:
(1) participar activamente en las
organizaciones internacionales; (2) promover
el derecho internacional y apoyar principios y
procedimientos tales como la no intervención y
la resolución pacífica de disputas; (3) apelar a
sentimientos humanitarios y a principios
morales; (4) explotar las rivalidades de las
grandes potencias y, a la vez, mantenerse lo
menos comprometido posible con ninguna de
ellas; y (5) regatear con naciones que ofrecen
mercados a sus recursos naturales”(1989: 77).
Políticamente, sin embargo, hoy sus
“penetraciones imperialistas”, incluso en el
(supuestamente) debilitado traspatio
latinoamericano, se ven contrarrestadas por nuevas
e inéditas alianzas regionales y por la misma UE,
que ha procedido a crear un nuevo “ministerio de
colonias” paralelo a la OEA, la Secretaría de
asuntos Iberoamericanos con sede en Madrid (parte
del poderío español reside en su renovada
presencia en las economías latinoamericanas, junto
con otros capitales de la UE). Nunca desde la
compra de Louisiana a principios del siglo XIX, ha
enfrentado EE.UU. una situación de tanta debilidad
en el hemisferio occidental, respecto de la
“injerencia” europea.
Desde la perspectiva geopolítica, encontramos
en la explicación de MacKinder que en nuestro
continente, a partir de la apertura del Canal de
Panamá en 1914, existen “dos islas”
geoestratégicas, una al sur y otra al norte. EE.UU.

- 178 -
Colapso Mundial y Guerra

ha dominado la “isla norte” a partir del


desmembramiento de la anterior primera potencia
(México), y también ha dominado la “isla Sur”, por
la rivalidad permanente (desde su constitución
como grandes colonias) entre portugueses y
españoles. Hoy, sin embargo, la situación ha
cambiado porque, de manera estratégicamente
definitoria ha surgido la paz entre Brasil y
Argentina (y el grupo de países que se les adhiere,
desde Cuba hasta Chile), hito histórico regional
que supera cinco siglos de distanciamiento y
oposición estratégica. Es un proceso similar al
ocurrido entre Francia y Alemania, base de la UE;
como Brasil y Argentina lo son de MERCOSUR.
Este acercamiento propicia la consolidación de un
papel de potencia mundial para Brasil, interlocutor
regional de este país frente a EE.UU. y las otras
grandes potencias, y que en la ONU aspira a un
asiento en el Consejo de Seguridad. Por su parte,
Venezuela tiende a convertirse en el primer
régimen pro socialista, “rico” y que políticamente
opera como punta de lanza sudamericana contra el
diktat de EE.UU.

- 179 -
Eduardo E. Saxe Fernández

- 180 -
Colapso Mundial y Guerra

Capítulo Tercero

Petróleo, militarización y guerra


1. La importancia estratégica del petróleo
Las economías industrializadas y en
particular la de EE.UU., dependen del suministro
externo de una serie de materias primas, entre las
que encontramos: petróleo, cromo, cobalto, oro,
manganeso, níquel, platino, plata, estaño y
tungsteno. Zaire, África del Sur, Canadá y Malasia
generan, respectivamente, más del 40 por ciento de
la producción mundial de cobalto, oro, níquel y
estaño. México, Venezuela, Brasil, Bolivia, Perú y
Colombia y otros países latinoamericanos también
han sido grandes proveedores tradicionales de
minerales y otras materias primas estratégicas. Sin
embargo, el mercado petrolero es con mucho el
mayor de todos.
La dependencia de EE.UU., los otros países de
la OCDE, y el resto del mundo, de este recurso,
como combustible y como materia prima
industrial, no ha disminuido, más bien crecerá –
sobre todo por consumo chino e hindú- hasta por lo
menos el 2020, según piensa oficialmente en
Washington el grupo de militares petroleros a
cargo del poder ejecutivo. A partir de entonces,
esperan controlar y utilizar el agua como nueva
“sustancia esencial” de su poder militar y
económico interplanetario.

- 181 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Esta creencia política implica querer mantener


el poder entre 2005 y 2020, en un régimen fundado
en el control militar y petrolero del mundo, un neo
autoritarismo cesariano imperial. Militarmente,
EE.UU. espera aumentar a tres o cinco
generaciones de armas, su superioridad sobre
cualquier adversario o alianza de adversarios.
Petroleramente, espera que sus empresas petroleras
y militares trabajen conjuntamente con las
europeas, controlando todo el petróleo del mundo.
La OPEP se haría cada vez más funcional; EE.UU.
sería el dueño y señor, de facto, de todos los
yacimientos petroleros; el oligopolio metropolitano
petrolero militar tendría a su cargo el conocimiento
y la innovación energéticas y otras, y desarrollaría
el del hidrógeno/oxígeno (agua). El grupo en el
poder hoy en EE.UU. es parte, pero quiere ser
dominante, del oligopolio petrolero militar; el
control del Estado de EE.UU. resulta crucial para
ello.
El petróleo continúa siendo eje del sistema de
transporte mundial, y es responsable en gran
medida del resto del sistema energético, pese a sus
impactos negativos (por ejemplo las guerras en los
países llamados “productores de crudos”, o el
continuado y creciente deterioro atmosférico
mundial) y, sobre todo, pese a la cercanía de su
agotamiento. La producción de EE.UU. declina
desde la década de 1970, la producción mundial
empezará a declinar hacia el 2006 o, según los
estrategas/empresarios militar petroleros de la
administración Bush II, hacia el 2020.
El régimen petrolero constituye una de las
dimensiones internacionales más importantes y a la

- 182 -
Colapso Mundial y Guerra

vez más asimétricas. Es el resultado de la política


expoliadora e imperialista adoptada por los actores
metropolitanos (EE.UU., EU y Japón), durante
toda la historia de este “régimen internacional”.
Consecuentemente, hay una imbricación
estructural y creciente, del aparato militar de
EE.UU. y las otras potencias metropolitanas, pero
también de todos los países que dependen de
economías organizadas alrededor de la producción,
transporte, procesamiento y negociación del
petróleo. Las asimetrías son tan acusadas, porque
las formas y dinámicas institucionales se
fundamentan en un oligopolio empresarial
metropolitano y, sobre todo, en el apoyo de las
fuerzas armadas de EE.UU. e Inglaterra, en primer
término.
La energía es un componente imprescindible
de la vida y también de las civilizaciones o edades:
los tipos de energías empleados son importantes
condicionantes de los sistemas económicos,
técnicos y tecnológicos de cada momento en la
historia humana, desde los tiempos de la primera
utilización del fuego. Nosotros, hoy, disponemos
de conocimientos que han demostrado su validez
en aplicaciones exitosas, de fuentes energéticas
alternativas, incluyendo no solamente el ya cada
vez más popular hidrógeno, sino energías
hidráulica, solar, eólica, de fermentación
(“compost”) y, para el futuro, especialmente la
energía fotosintética. La fractura o “dilema”
tecnológico de principios del siglo XXI muestra,
por una parte la tendencia a seguir incrementando
la productividad del trabajo con el empleo de
nuevas tecnologías (informática, nanotecnologías,

- 183 -
Eduardo E. Saxe Fernández

nuevos materiales, biotecnologías, tecnologías para


el control psicosocial, etc.). El control empresarial
del cambio tecnológico le viene permitiendo a los
grandes oligopolios internacionales (CTMs),
reducir la parte de la riqueza asignada al trabajo,
aumentando la porción que se apropian los dueños
del “capital”. Lo cual, sin embargo, redunda en
crisis de sobreproducción por las tasas
elevadísimas de población excluida
mercantilmente. Por la otra parte, esa economía
continúa fundándose energéticamente en un
recurso, el petróleo, que se agotará cada vez más
rápidamente a partir de los próximos cinco años, y
que es económica y políticamente inviable por su
asimétrica y “explosiva” estructura político
institucional, tanto como por sus consecuencias
ecosociales. Hay una tensión creciente entre uno y
otro extremos del dilema, tornándolo irresoluble
con el simple empleo de nuevas tecnologías que
mejoren el procesamiento y la utilización del
petróleo, o en general todo el proceso productivo.
Más bien, las llamadas nuevas tecnologías, como
la información, son completamente compatibles
con sistemas energéticos alternativos; de hecho,
esas “nuevas tecnologías” ya han logrado aumentar
la capacidad productiva de sistemas alternativos,
“amistosos” con la sociedad, las personas y la
naturaleza, así como reducir sus costos,
limitaciones y dificultades de operación.
Este dilema tecnológico se agrava, entonces,
por la utilización del petróleo como fuente
energética fundamental para el transporte, y muy
importante para otras necesidades energéticas.

- 184 -
Colapso Mundial y Guerra

Además, grandes sectores de la industria química


son similarmente dependientes del petróleo.
El “régimen internacional” petrolero está
compuesto, a principios del siglo XXI, por cuatro
actores:
1) Países productores. Los podemos subdividir
en dos grupos, según dispongan o no de la
integración horizontal y vertical en la industria
correspondiente. Los que no la tienen, son
básicamente exportadores de materia prima no
procesada (un régimen decimonónico), es decir,
petróleo crudo. En términos de grandes
productores, entre los industrializados hay que
incluir a EE.UU. y a Noruega. Los otros
grandes exportadores, en su mayoría tienden a
vender el producto sin procesar. Entre estos
incluimos hoy también a Rusia y países
sucesores de la URSS, así como los del Medio
Oriente, con Arabia Saudita e Irak detentando la
porción más importante de las reservas
mundiales. Pero también en esa región
encontramos a Irán, Kuwait, Emiratos Árabes
Unidos y Yemen, además de los estados del
Asia Central previamente componentes de la
URSS. El petróleo del Golfo Pérsico es el que
menos costos de producción tiene. En América,
aparte de EE.UU., México, Venezuela, Canadá,
Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador, y
Trinidad y Tobago, son importantes
productores de petróleo, a los que se agrega
Bolivia como gran productor de gas natural. En
África: Nigeria, Angola, Sudán y Guinea
Ecuatorial son los principales exportadores;
Indonesia en Asia. Algunos de estos países,

- 185 -
Eduardo E. Saxe Fernández

sobre todo los árabes, rompieron con el régimen


militarizado del petróleo que mantenían sobre
ellos las potencias imperialistas durante las
primeras seis o siete décadas del siglo XX, y
constituyeron un cartel de productores, la
Organización de Países Productores de
Petróleo (OPEP), que representa una porción
importante de la producción mundial del
petróleo no procesado.
2) El procesamiento ha estado y sigue estando en
manos de unas pocas gigantescas empresas
transnacionales metropolitanas, asociadas
oligopólicamente (son las “Siete Hermanas”),
que extraen o compran petróleo crudo, lo
procesan (en la multitud de subproductos que
significa la industria química asociada, por
ejemplo), y que también lo comercializan. Es
un oligopolio hoy día más fuerte que el cartel
de la OPEP, por su control de todo el proceso
productivo –a partir de la I&D-, y también por
el apoyo que recibe, político y militar, de “sus”
gobiernos, los más poderosos del mundo.
3) De ahí la centralidad del petróleo en el
pensamiento y las estrategias político militares
internacionales, no solamente de las grandes
potencias sino también de los otros estados que
también dependan energéticamente del
petróleo; hoy día prácticamente todos. La
importancia estratégica del petróleo ha venido
aumentando, porque sigue creciendo el
consumo del producto y, paralelamente,
disminuyen las reservas mundiales del mismo.
Se trata de los países consumidores

- 186 -
Colapso Mundial y Guerra

4) En cuarto lugar encontramos a los agentes de


bolsa (traders), que “negocian” (especulan) con
el producto, habiendo llegado a representar,
recientemente, hasta un 25 por ciento del precio
final del crudo. Estos actores son hoy (otra vez)
más importantes, por el renovado predominio
del capital financiero especulativo en la
economía capitalista mundial, a partir sobre
todo del colapso del régimen de Bretton
Woods. Estos intermediarios financieros,
actuando conjuntamente con los gobiernos y las
empresas transnacionales metropolitanas,
durante las décadas de 1990 y 2000, en algunas
oportunidades han logrado manipular los
precios, sin que la OPEP hubiese podido
contrarrestar sus acciones.
Aunque la transición a un régimen energético
distinto es urgente, los poderes establecidos se
resisten ferozmente al cambio. Los crecientes
niveles de violencia y militarización que esto
implica, tanto para mantener al régimen energético
como a su “expresión” en el conjunto de la
economía, la sociedad y la ecología mundiales, son
un factor central, precipitante de los colapsos
generales (militares y ecosociales) que observamos
a principios del sigo XXI.
Es necesario y científica y tecnológicamente
viable y fácil, sobre todo para los países tropicales
y subtropicales, sin embargo, producir
combustibles tan o más eficientes que el petróleo,
y similarmente relevantes para la química,
empleando plantaciones de diferentes especies, en
primer término para aprovechar las ya existentes
plantaciones de caña de azúcar. Los países

- 187 -
Eduardo E. Saxe Fernández

latinoamericanos que lo necesitasen podrían, así, a


corto plazo, reducir dramáticamente su
dependencia petrolera, o aumentar sus
exportaciones de combustibles. Todas las personas
nos vemos en la obligación de buscar utilizar cada
vez menos petróleo; a sustituirlo por alternativas, y
a impedir que se nos prohíba incluso recoger el
agua de lluvia, porque también está “privatizada”
(oligo-polizada –en poder de pocas CTMs), como
ha sucedido en Cochabamba. O que el precio del
agua potable sea elevado casi un 30 por ciento en
un año (2004) por la compañía Monsanto, que
“gestiona” el acueducto de Manaos (¡!).

2. El petróleo antes de la II Guerra Mundial


La carrera industrial que lideró originalmente
Inglaterra y que luego fue seguida por las otras
potencias europeas, por EE.UU. y por Japón, se
basaba energéticamente en el motor de vapor de
agua, empleando como fuentes de energía la
madera y sobre todo el carbón mineral. En Europa,
no es sino hasta después de la II Guerra Mundial
que la economía, incluyendo el transporte,
abandona el carbón y pasa a depender fuertemente
del petróleo. En EE.UU. ese proceso se dio antes,
con la automovilización acelerada del transporte,
que data al menos de los días de Henry Ford, así
como por el empleo del petróleo en la producción
de electricidad y particularmente en la industria
química, en la que EE.UU., junto con Alemania,
tenía el liderazgo mundial desde finales del siglo
XIX. Aparte de ser el primer productor mundial de
petróleo durante la primera mitad del siglo XX,
EE.UU. también “disponía” del petróleo

- 188 -
Colapso Mundial y Guerra

latinoamericano, sobre todo de México y


Venezuela. Esto le otorgaba una ventaja estratégica
a EE.UU. en su proceso de industrialización y en
su aventura por el dominio del hemisferio
americano primero, y posteriormente de otros
continentes, a partir de la II Guerra Mundial y
hasta su primera gran crisis hegemónica en la
década de 1970 (que justamente coincidió con el
“primer choque petrolero”).
Conforme se desplegaba el siglo XX, el
petróleo fue adquiriendo cada vez mayor
importancia estratégica para las grandes potencias.
Durante la Guerra Fría, tanto EE.UU. como la
antigua URSS reclamaban ser el lugar donde se
explotó el primer pozo de petróleo (Odell, 1993:
50).
La forma en que EE.UU. históricamente ha
actuado para controlar y utilizar el petróleo
mexicano (incluyendo el de Texas y otros
territorios tomados a México mediante la guerra)
primero, posteriormente el venezolano y luego el
de la región latinoamericana en su conjunto,
anticipó y prefiguró las políticas y tendencias que
emplearía EE.UU. en otras regiones para
garantizarse su control.
Pero ya a principios del siglo XX, la mayor
potencia de la época, Inglaterra, por supuesto
también mostraba gran interés por el petróleo
ubicado fuera de sus fronteras, particularmente en
el Oriente Medio. En 1913 se fundó la Anglo-
Persian Oil Company (Compañía Petrolera Anglo
Persa), para extraer petróleo en lo que hoy es Irán.
Inglaterra, Francia y EE.UU. compitieron para
asegurarse concesiones petroleras hasta 1935 en el

- 189 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Medio Oriente, pese a las reglas de la “Línea Roja”


y al Acuerdo de Achnacarry (1928), diseñados para
impedir esa competencia. Sin embargo, las Siete
Hermanas empresariales desarrollaron un pacto
oligopólico, como veremos enseguida.
Durante esa década de 1930, las grandes
potencias se repartieron el petróleo del Medio
Oriente. Inglaterra mantuvo una posición
dominante en esa zona hasta el final de la II Guerra
Mundial, después de la cual EE.UU. asumió el
mayor papel, aunque contenido y combatido por
diferentes movimientos nacionalistas, socialistas y
religiosos de la región.
Desde los acuerdos previos a la II Guerra
Mundial y hasta 1960, las Siete Hermanas
controlaron la producción, refinamiento y
distribución internacional del petróleo. Se trató
originalmente de: Standard Oil de New Jersey,
Royal Dutch-Shell, British Petroleum
(descendiente de la Anglo-Persian Oil), Gulf,
Texas Oil, Standard Oil de California, y Socony-
Mobil Oil. La Standard Oil fue desmembrada en
varias compañías: Exxon, Mobil y Chevron. El
grupo oligopólico mantenía un “ethos anti
competitivo”, argumentando que la competencia
resultaría destructiva para el sistema petrolero.
(Turner, 1978: 30). Es decir, las compañías
petroleras lograron imponer, para su beneficio, un
precio mundial independiente de los costos de
producción. Esto les permitió grandes ganancias,
con las que financiaron la investigación científica y
el desarrollo tecnológico, nuevas exploraciones y
explotaciones, así como eliminar competidores en
energías tradicionales (sobre todo el carbón). Pero,

- 190 -
Colapso Mundial y Guerra

además, han hecho todo lo posible para inhibir el


desarrollo y empleo masivo de otras fuentes
energéticas menos contaminantes y más eficientes
social y ecológicamente. La fortaleza del
oligopolio estaba fundada en los apoyos estratégico
militares que brindaban sus respectivos gobiernos
nacionales.
La vinculación entre petróleo y guerra fue
enunciada, macabra y oficialmente, por el
presidente francés George Clemençau, en una carta
dirigida a su colega de EE.UU., Woodrow Wilson,
durante la I Guerra Mundial: “Una gota de
petróleo vale una gota de sangre”. Esta
vinculación sigue siendo fundamental hoy en la
política internacional de EE.UU. y constituye el
nudo articulador de la problemática energética: el
régimen petrolero cuasi excluyente, dominado
oligopólica (empresas) e imperialistamente
(gobiernos metropolitanos), está entreverado
estructuralmente con los correspondientes aparatos
militares. Política y simbólicamente, guerra y
petróleo continúan imbricados. Así, lo/as
opositores andaluces a la guerra contra Irak, en
2002 publicaban un afiche en el que aparecía un
negro barril de petróleo contra un fondo rojo, y se
leía: un barril de petróleo no vale una vida
humana.
La “defensa” y “promoción” del régimen
petrolero internacional reside en los dispositivos
militares metropolitanos. La rigidez y exclusividad
de este régimen se explica como resultado de una
tal imbricación. También se deduce que la
transición a otro régimen energético es y será
resistida por quienes controlen el petróleo. El

- 191 -
Eduardo E. Saxe Fernández

oligopolio petrolero y los aparatos militares de


EE.UU. e Inglaterra (sobre todo), muestran una
tendencia a mantener el status quo del “sistema
energético militar petrolero”, mediante
mecanismos castrenses que tienden a desestabilizar
permanentemente ese status quo.
México. Después de las agresiones de finales
de la década de 1840, que significaron para
México la pérdida de más de 2 millones de Km2 y
la “toma” de otros 140.000 Km2 mexicanos en
1853, EE.UU. utilizó una política de penetración
económica, que a finales del siglo XIX implicaba
el control de ferrocarriles, industrias, bancos,
empresas agroindustriales y otros latifundios, y la
producción de petróleo. Las empresas de EE.UU.
dominaban hacia 1911 el 76% de las exportaciones
mexicanas. Después de la salida, en noviembre de
1914, de las tropas de ocupación de EE.UU., el
gobierno azteca emitió un decreto que prohibía a
los extranjeros la prospección de yacimientos
petroleros y la perforación de pozos, si no
contaban con permisos especiales. Todas las
riquezas del subsuelo mexicano, así como bosques,
tierras y aguas, fueron proclamadas propiedad de la
nación. EE.UU. concentró unos 100.000 soldados a
lo largo de la frontera con su vecino del Sur, y
empresas de EE.UU. en México organizaron
bandas militares para defender sus propiedades y
para llevar a cabo atentados y complots. En marzo
de 1916, las tropas de EE.UU. al mando de
Pershing incursionaron unos mil kilómetros en el
territorio mexicano, pero tuvieron que retirarse.
Hacia 1921, México ya era el segundo productor
de petróleo del mundo (después de EE.UU.).

- 192 -
Colapso Mundial y Guerra

Philander Cox, ministro de exteriores del


presidente Taft, articuló la relación petróleo guerra,
en la política exterior de EE.UU. Planteaba, para
México, una política petrolera muy similar a la que
a principios del siglo XXI quiere emplear EE.UU.
en todo el sistema internacional, respecto del
control del petróleo, basada en la amenaza
inminente de guerra, o en el empleo directo de la
fuerza militar. Cox señalaba que, para proteger los
intereses de “sus” compañías de petróleo, EE.UU.
había desplegado una flota naval de guerra a lo
largo de la costa mexicana en el Golfo de México,
esperando así lograr mantener a los nacionalistas
revolucionarios, “...en un saludable equilibrio,
entre un peligroso recelo temeroso y exagerado
y un conveniente nivel de saludable miedo
integral.(Citado en Engler, 1961: 194, y Barnet,
1976: 201)50. Es decir, la disposición, actitud y
acción de la máquina político militar de EE.UU.,
se dirigían a provocar la exageración del temor y
un miedo integral en el país productor de petróleo.
Ese “miedo integral” tiene un nombre más preciso
en la lengua: “terror”. Petróleo y guerra están
vinculados en el pensamiento estratégico de
EE.UU., y esa vinculación pasa por aterrorizar a
quienes quieran defender sus yacimientos, tanto
como a quienes busquen implementar otras fuentes
energéticas alternativas. EE.UU. operó (y opera)
mediante políticas de intimidación y prepotencia,
siendo su primer arma y línea de defensa, que “el
enemigo tenga miedo de nuestra exagerada

50
“…in a salutary equilibrium, between a dangerous and
exaggerated apprehension and a proper degree of wholesome
fear”.

- 193 -
Eduardo E. Saxe Fernández

presencia-poder”. Cualquier país que impida a


EE.UU. abastecerse del petróleo que exista en su
territorio, es entonces considerado “enemigo”.
Incluso cuando permite ese abastecimiento, lo hace
por la intimidación o el uso de la fuerza que
emplea EE.UU. Similares políticas han seguido,
sobre todo, Inglaterra y Francia en el norte de
África y el Medio Oriente. Violencia, sangre y
petróleo van entonces de la mano, en una
arquitectura internacional dantesca. El petróleo es
el régimen internacional más “asimétrico”: porque
se fundamenta en afirmar los derechos de una parte
(potencias imperialistas y sus empresas petroleras)
sobre otra (países con depósitos de hidrocarburos),
mediante una “legitimidad de facto” que
posibilitan la guerra y el control militar. Un
régimen que se ha concebido y articulado,
entonces, como estratégicamente central durante
todo el siglo XX. Durante las primeras décadas del
siglo XXI, la disponibilidad del recurso tenderá a
reducirse dramáticamente, mientras que
continuaría el crecimiento del consumo.
Sin embargo, de todas formas, durante el
gobierno de Lázaro Cárdenas, México logró
nacionalizar el petróleo el 18 de octubre de 1938, y
las compañías petroleras de EE.UU.
inmediatamente excluyeron la producción azteca
de los mercados mundiales durante un tiempo, a la
vez que se dedicaron a explorar y extraer el
petróleo de Venezuela, que para 1946 se había
convertido en el segundo productor mundial,
siempre detrás de EE.UU. La situación de crisis
económica en todo el sistema capitalista mundial, y
la inminencia de guerras en Eurasia, obligaron a F.

- 194 -
Colapso Mundial y Guerra

D. Roosevelt a emplear una política de “buen


vecino” con América Latina, que soslayó la
invasión a México.

3. Política petrolera después de la Segunda


Guerra Mundial
Después de la II Guerra Mundial, la política
internacional de EE.UU., incluyendo su aparato
militar, directamente buscó colaborar con los
esfuerzos de las compañías petroleras para
apoderarse del petróleo medio oriental. El petróleo
pasó a constituir un elemento clave de la postura
internacional de ese país, que abandonaba su
“aislacionismo” dentro del hemisferio americano y
con una proyección al Pacífico, y buscaba
abiertamente la hegemonía en Eurasia occidental.
Pues la hegemonía de EE.UU. –incluso con la
existencia de un rival estratégico en la URSS-,
después de la guerra se cimentaba en tres aspectos:
- Disponer de más de la mitad de la capacidad
de producción industrial moderna del mundo
y del control de los regímenes
internacionales de comercio y finanzas;
- Disponer de unas fuerzas armadas
desplegadas en todo el planeta, excepto los
territorios de la URSS y aliados y de la R.P.
China y aliados –particularmente,
controlando junto con Inglaterra el océano
mundial-; todo ello,
- Centrado en la utilización de hidrocarburos
baratos como fuente energética principal, en
manos de un oligopolio privado.
Por su parte, la ausencia de recursos petroleros
propios impulsó a las potencias europeas,

- 195 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Inglaterra, Francia y Holanda en primer lugar, a


garantizarse el aprovisionamiento externo, siendo
el Oriente Medio y el Norte de África los
principales focos de atención.
Respecto de Alemania, durante su segundo
fallido intento por hacerse con un estatuto de
hegemón europeo y eventualmente mundial (1939-
1945), la preocupación por la dependencia
estratégica, los exitosos esfuerzos por apoderarse
del petróleo rumano y posteriormente las fallidas
operaciones militares para apoderarse de los
petróleos soviéticos caucásicos, signaron la
dirección de la guerra por parte del estado mayor
nazi (J.Saxe-Fernández, 1980). La dependencia
estratégica y la política internacional alemanas,
incluyendo la guerra contra la URSS y la conquista
del petróleo caucásico, anticipan las de EE.UU.
frente a su creciente dependencia estratégica del
petróleo importado, especialmente a partir de la
década de 1970.
El control de todos los recursos petroleros del
hemisferio americano se había tornado entonces
crucial para que EE.UU. intentase sobrevivir una
hipotética parálisis de la producción medio
oriental, que podría resultar de tres motivos
principales:
a) El desarrollo y la autonomía de los
estados de la región,
b) La expansión de potencias hostiles
(URSS) o competidoras (Inglaterra,
Francia), y
c) El apoyo incondicional a Israel.

- 196 -
Colapso Mundial y Guerra

Todas estas posibilidades podrían redundar en


guerras por el control del recurso en el Medio
Oriente.
La recuperación europea después de la II
Guerra Mundial significó un creciente consumo de
energía. En particular, iba aumentando año con año
el porcentaje del petróleo en su facturación
energética, en detrimento del tradicional carbón. A
esta tendencia se agregaban Japón y otros países
netamente importadores de hidrocarburos. En
1948, EE.UU. importó sus primeros barriles de
petróleo del Medio Oriente.
Con el fin de la II Guerra Mundial en 1945,
EE.UU. adquiere un rango de primera potencia
mundial, y ejerce una hegemonía “en auge” hasta
la década de 1970. Al mismo tiempo, pasa a
depender cada vez más de los mercados y sobre
todo de los suministros externos de recursos
estratégicos:
“La autosuficiencia que caracterizaba a
Estados Unidos en el terreno de las materias
primas básicas desapareció después de la
Segunda Guerra Mundial. Las materias primas
nacionales no bastaron para sostener el enorme
auge de la producción industrial promovido
por la necesidad de abastecer los ejércitos
aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos empezó a importar petróleo,
mineral de hierro, bauxita, cobre, manganeso y
níquel. Los suministros de petróleo se
garantizaron imponiendo el dominio
estadounidense en diversas regiones de
América Latina, Oriente Próximo y Nigeria; el
mineral de hierro se obtenía en otras zonas de

- 197 -
Eduardo E. Saxe Fernández

América Latina y en África Occidental, y otros


minerales procedían de Canadá, Australia y
Sudáfrica. Los vínculos de la política y la
economía se estrecharon. La necesidad de
conseguir materias primas provocó toda una
serie de intervenciones políticas. Los golpes de
Estado, las guerras regionales, el
establecimiento de bases militares
estadounidenses, el tenaz respaldo prestado a
la oligarquía venezolana, a los generales de
Brasil y Chile, y al clan al-Saud de Arabia
Saudí, eran los medios más sencillos de
combatir al enemigo comunista y de proteger
la economía de Estados Unidos”. (Alí, 2002:
347).
Especialmente a partir de la II Guerra Mundial,
entonces, el petróleo juega un papel central en la
economía de EE.UU. y del mundo, y este país ha
articulado el control internacional del recurso
mediante dispositivos fundamentalmente militares.
Es decir, el petróleo y el aparato militar de
EE.UU. han mantenido una estrecha
colaboración, y han llegado a imbricarse de
forma inextricable, en la medida en que, tanto
para dueños y gerentes de las empresas
petroleras, como para el aparato político
militar, el petróleo es la primera prioridad
(privada en el primer caso, pública en el segundo,
y corporativa en ambos: se trataría de “los
primeros intereses nacionales”).
Así, por ejemplo, un memorando del
ministerio de exteriores de EE.UU., “Petroleum in
International Relations”, de 1945, señalaba
claramente:

- 198 -
Colapso Mundial y Guerra

“Otra gran categoría de problemas se refiere al


apoyo dado por el Departamento (de Estado;
ESF) a nombre del gobierno de los Estados
Unidos, a ciudadanos nacionales americanos
que buscan obtener o retener derechos para
dedicarse, en el extranjero, al desarrollo del
petróleo, de su transporte o su procesamiento
industrial. Esta es la función tradicional del
Departamento, en relación con el petróleo...
Conforme retornan las condiciones de
normalidad (después de la II Guerra Mundial;
ESF), esta función llegará a adquirir gran
importancia. Recientemente, derechos de
concesión para exploraciones han sido
obtenidos por compañías americanas, contando
con la ayuda del Departamento de Estado, en
Etiopía y Paraguay. En Irán las negociaciones,
que aparentemente estaban a punto de
culminar el pasado otoño, por razones políticas
han sido suspendidas temporalmente. En China
existen grandes posibilidades para el período
de pos guerra. Áreas grandes y potencialmente
productivas de Colombia, todavía no han sido
concesionadas a empresas privadas; y en
Brasil, donde pueden haber grandes
potencialidades para la producción petrolera,
aún no se han otorgado concesiones. Tanto en
Colombia como en Brasil existen buenas
probabilidades para que se emita una
legislación básica que permitiría obtener
concesiones por parte de la empresa privada,
sobre bases recíprocamente satisfactorias.
Estos casos implican áreas en las que aún hay
que buscar derechos de concesión. Existen

- 199 -
Eduardo E. Saxe Fernández

otras situaciones críticas, en las que las


concesiones están amenazadas y en las que se
requiere la atención vigilante del
Departamento. Más aún, hay otras áreas en las
que, después de la guerra, existe una verdadera
posibilidad de conseguir una mejora en las
condiciones discriminatorias desfavorables
bajo las que nacionales americanos obtuvieron
concesiones antes de la guerra”. (Citado en
Barnet, 1976: 202)51.

51
“Another major category of problems concerns the support
given by the Department on behalf of the United States
Government to American nationals seeking to obtain or to
retain rights to engage in petroleum development,
transportation, and processing abroad. This is the traditional
function of the Department with respect to petroleum… As
normal economic conditions return (después del fin de la
guerra; ESF) this function will come to be of very great
importance. Recently significant exploration concession rights
have been obtained by American companies, with the
assistance of the Department, in Ethiopia and Paraguay. In
Iran the negotiations which apparently near to culmination lasf
fall have been temporarily suspended for political reasons. In
China there are great possibilities for the post-war period.
Large, potentially productive areas in Colombia are yet to be
concessioned out to private enterprise; and in Brazil, where
there may be very great potentialities of pretroleum
production, no concessions at all have yet been granted. In
both Colombia and Brazil there is a fair probability of basic
legislation being enacted which would permit the obtaining of
concessions by private companies on a mutually satisfactory
basis. The foregoing cases involve areas where concession
rights are being sought. There are other critical situations
where concessions rights are in jeopardy and where the
Department´s vigilant attention is required. Furthermore, there
are other areas where after the war there is a genuine
possibility of securing an amelioration of the unfavorable
discriminatory conditions under which American nationals
were able to obtain rights before the war”.

- 200 -
Colapso Mundial y Guerra

Sin embargo, como apuntamos, esas


características que aparecen tan acentuadas a partir
de la II Guerra Mundial, ya eran evidentes desde
prácticamente el siglo XIX en aquellos ámbitos
que se debatían ante el avasallamiento imperialista
de EE.UU., particularmente las antiguas colonias
españolas en América Latina y el Asia Pacífica.
Es necesario destacar, sin embargo, que a
partir de la Segunda Guerra Mundial aumenta
dramáticamente la dependencia estratégica de
EE.UU., de materias primas y petróleo, como
señala Gabriel Kolko:
“La guerra de Corea también intensificó la
dependencia estadounidense de las
importaciones de materias primas, que
provenían básicamente del tercer mundo.
Todos sus líderes eran conscientes de la
importancia de estas importaciones, una
importancia que iba a influenciar desde ese
momento las decisiones en materia de política
exterior. Sólo el 5% de su consumo total de
metales, excluyendo el oro y el hierro, era
importado en los años veinte, pero entre 1940
y 1949 la cifra ascendió al 38% y al 48% en la
década siguiente. El crecimiento americano
estaba ligado al libre acceso a las
importaciones esenciales, de las que el
hemisferio occidental era el proveedor más
importante en cuanto a metales y Oriente
próximo era esencial en cuanto al
petróleo”(2003: 112).
Al final de la II Guerra Mundial, EE.UU.
coordinó políticas con Inglaterra y Francia, que
poseían mejores posiciones en el Medio Oriente. El

- 201 -
Eduardo E. Saxe Fernández

25 de mayo de 1950 emitieron una declaración


tripartita, en la que asumían de hecho y
unilateralmente, el papel de garantes del armisticio
firmado en 1949 entre Israel y los países árabes.
Además, EE.UU., Inglaterra y Francia se
otorgaban a sí mismas el derecho de determinar los
niveles de las fuerzas armadas y los armamentos de
los estados de la región. Esta política se llevó a
cabo al margen de la ONU. Por su carácter
intervencionista y neo imperialista, muchos
gobiernos de la región, como los de Egipto, Siria,
Líbano, Arabia Saudita, Yemen, y Jordania, se
pronunciaron contra esa declaración y prometieron
no admitir acciones que perjudicaran su soberanía
o independencia. En 1950-1951, EE.UU.,
Inglaterra, Francia y Turquía, varias veces
propusieron un Mando Mesoriental bajo su
dirección, que incluiría todas las fuerzas armadas
de los países de la región como miembros. El
proyecto no funcionó. En 1952 Turquía se integró
a la OTAN y en 1954 firmó un pacto militar con
Pakistán. En ese mismo año, Turquía, junto con
EE.UU., Inglaterra, Francia, Australia, Nueva
Zelanda, Tailandia y Filipinas, firmaron el Tratado
de defensa colectiva de Asia Sudoriental
(SEATO), dirigido contra la URSS.
EE.UU. utilizó a Irak para promover sus
intereses en la región. En abril de 1954 aumentó la
ayuda militar al régimen de Bagdad (a cargo de
Nuri Said, subordinado de Inglaterra), y en febrero
de 1955 los dos países firmaron en esa ciudad
mesopotámica un tratado militar, el llamado Pacto
de Bagdad. Inglaterra se unió a esta alianza militar
el 4 de abril, Pakistán el 23 de septiembre, e Irán el

- 202 -
Colapso Mundial y Guerra

11 de octubre. Pero Irak se retiró del pacto en


1958, como resultado de la revolución de julio. Al
quedarse sin Bagdad, el Pacto pasó a denominarse
la Organización del Tratado Central (CENTO), y
su sede regional se trasladó a Teherán. Al igual que
SEATO, CENTO también estaba orientado a
cercar y hostigar militarmente a la URSS.
El 5 de enero de 1957 el presidente
Eisenhower de EE.UU. formuló su “doctrina”,
que resultó aprobada por las cámaras
legislativas el 9 de marzo de ese año, en la que se
proclama el derecho unilateral del presidente de
EE.UU. para intervenir, inclusive por vía
militar, en los asuntos internos de cualquier país
del Medio Oriente, para luchar contra el
comunismo internacional.
Se asume que tal intervención se justificaría
por el papel de la región en la política y la
economía internacionales. Esta doctrina se empleó
en la región y contra la revolución iraquí de 1958.
En ese mismo año, la infantería de marina de
EE.UU. desembarcó tropas en Líbano y su fuerza
aérea apoyó un desembarco de tropas inglesas
contra Jordania. Pero a finales de ese año las
potencias metropolitanas debieron retirar sus
tropas y no lograron revertir la revolución iraquí.

4. Las guerras de Israel, el surgimiento de la


OPEP y la crisis del régimen petrolero
La llegada a la presidencia de John F. Kennedy
marcó un importante cambio en la política exterior
de EE.UU. para el Medio Oriente, al concentrar
sobre Israel la cooperación militar en la zona. Ya
en 1952 los dos países habían firmado un acuerdo

- 203 -
Eduardo E. Saxe Fernández

de asistencia para la seguridad mutua, en el que el


estado judío se comprometía a poner a disposición
de EE.UU. equipos, materiales, servicios y otras
ayudas; a participar junto con EE.UU. en la
defensa del área; así como en otras medidas de
protección de la seguridad internacional52. Esta
tendencia se acentuaría durante la década de 1960
y se ha consolidado hasta la fecha. En 1962
EE.UU. entrega a Israel misiles Hawk y en 1966
acordó proveerle de aviones Skyhawk y tanques
Patton.
Mientras tanto, los movimientos y tendencias
nacionalistas y antimperialistas en el Medio
Oriente seguían creciendo. Uno de los centros de
interés, lógicamente, lo constituía el control del
petróleo, principal producto de la mayoría de los
países de esta región. Así, en 1960, en la
Conferencia de Bagdad se creó la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que
buscaba unificar la política de los países
productores frente al oligopolio transnacional
metropolitano y sus gobiernos. Venezuela es el
único país latinoamericano miembro de la OPEP.
Durante la administración de Lyndon Johnson
y el auge de la guerra de EE.UU. contra Vietnam,
la colaboración militar entre EE.UU. e Israel se
intensificó, a la vez que Washington se distanció
de los países árabes. En este período, con recursos
científico tecnológicos propios y probablemente de
EE.UU., o en todo caso con la complacencia de
Washington, el estado sionista empieza a
desarrollar su arsenal de bombas termonucleares y

52
Treaties and Other International Acts Series. Washington,
D.C: 1953, pp.1,2.

- 204 -
Colapso Mundial y Guerra

otras armas de destrucción masiva (se estima


“oficial” y conservadoramente, que hoy incluye al
menos 200 bombas) (Houtart, 1998).
A partir de aquí, y más explícitamente con la
Doctrina Carter (Cf. infra), se establecen los dos
pilares de la política de EE.UU. en el Medio
Oriente: acceso irrestricto y barato al petróleo,
y alianza incondicional con Israel.
La OPEP fue resultado del programa
nacionalista populista que llegó a dominar durante
la década de 1970, en el que el “Sur” o el “Tercer
Mundo”, pasaban a tener iniciativa estratégica y,
además de liberarse del tutelaje colonial,
pretendían establecer un “nuevo orden económico
internacional” (NOEI), más justo y equitativo, con
reglas de comportamiento que permitieran a los
pobres y excluidos superar esas condiciones. Parte
fundamental de esta estrategia consistía en la
organización y unificación de políticas de América
Latina, África y Asia. La OPEP, junto con otra
serie de organismos e instituciones internacionales
(de países exportadores de café o de azúcar, por
ejemplo), se convirtieron en los instrumentos para
esas reivindicaciones frente a las grandes
potencias. Pero, al igual que en otros casos, y de la
misma manera que con la propuesta en la ONU por
un NOEI, EE.UU. y las grandes potencias
capitalistas rechazaron esas pretensiones y, cuando
no pudieron destruirlas, se dedicaron a atacarlas.
Tal fue el caso de la OPEP.
La OPEP ha construido un régimen parcial del
petróleo, pero ha sobrevivido y representado un
“equilibrante” (similarmente parcial) del poderío
metropolitano (empresas y gobiernos). Desde su

- 205 -
Eduardo E. Saxe Fernández

creación, y con mayor evidencia durante la última


década del siglo XX y la primera del XXI, no ha
logrado sustituir satisfactoriamente los innúmeros
insumos y servicios, las correspondientes
porciones de la estructura vertical y horizontal de
la industria, así como segmentos del mercado, que
siguen estando controlados por las grandes
empresas petroleras de EE.UU., Inglaterra, Francia
y Holanda. Más bien, la OPEP se ha caracterizado
por su poca participación en los “derivados” del
petróleo, habiéndose concentrado en exportar el
“crudo”, es decir, materia prima con un mínimo de
procesamiento.
El aporte soviético o chino nunca fue o ha sido
suficiente y a veces resultó inadecuado. Más bien,
se estima que el crecimiento del consumo petrolero
de China e India será el mayor del mundo hasta
2020, y deberá llenarse con importaciones. Otros
productores previamente independientes, como
México, han sido integrados a la estructura dirigida
por el oligopolio petrolero y el gobierno de
EE.UU.
Pierre Jalée comentaba a principios de la
década de 1970, que:
“Verdadero mandatario del sistema... en el
dominio-rey del petróleo, el cártel (de
empresas; ESF), por apoyos políticos en sus
países de origen y por la debilidad de los
países detentadores de reservas, ha podido
asegurar... tanto la exploración y extracción
como el transporte y la venta del petróleo en
todas las regiones” (1977: 35).
Y N. Sarkis, refiriéndose a los convenios,
concesiones y tratados impuestos por las “Siete

- 206 -
Colapso Mundial y Guerra

Hermanas” a los países productores antes de 1960,


señala que “se asemejan hasta la confusión mucho
más a cartas coloniales que a contratos libremente
negociados” (1968).
Hasta principios de la década de 1970, las
Siete Hermanas ayudaron a que EE.UU.,
Inglaterra, Francia y Holanda tuvieran acceso al
petróleo del Medio Oriente a bajo costo, lo cual no
les impidió entregar grandes ganancias a sus
accionistas. Así, el precio del barril de petróleo se
mantuvo bajo los cinco dólares a precios corrientes
(un poco más de siete dólares en precios
constantes) hasta prácticamente 1973.
En 1880 la producción mundial de petróleo era
de unos 20 millones de barriles anuales. En las
décadas sucesivas hasta 1960, la producción creció
a un ritmo promedio del 6.94 por ciento anual, y
alcanzó los 16.000 millones de barriles en 1970,
cifra equivalente a todo el petróleo producido entre
1880 y 1960. También hacia 1970, el petróleo
representaba casi el 60 por ciento de toda la
energía consumida en el planeta (Zorzoli, 1981:
33, 34). Y, en 1975, el petróleo representaba ya el
67 por ciento del consumo energético (Conant &
Racine Gold, 1974: 24).
Como señalamos, el régimen internacional
petrolero ha estado dominado, incluso con la
presencia de la OPEP, por las llamadas “Siete
Hermanas”. Así, por ejemplo, en EE.UU., tres
empresas petroleras (Standard Oil de New Jersey,
Mobil Oil, y Texaco), hacia 1966 controlaban el 48
por ciento de las ventas del producto; y en Francia,
en el mismo año, cuatro empresas (Compagnie
Francaise des Pétroles, Compagnie Francaise de

- 207 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Raffinage, Shell Francaise, y ERAP-ELF),


controlaban el 80 por ciento del mercado. En 1969,
la lista anual de las mayores empresas mundiales
que publicara la revista Fortune, estaba encabezada
por Standard Oil de New Jersey, seguida por Royal
Dutch Shell Group, mientras que Texaco ocupaba
el cuarto lugar, Gulf Oil el sexto, y Mobil Oil el
octavo. Los lugares intermedios, tercero y quinto,
eran ocupados por sendas empresas íntimamente
relacionadas con el consumo de petróleo, de la
rama automovilística, General Motors y Ford
Motors.
En 1973, el presidente Nixon presenta el
Proyecto Independencia, dirigido a “emancipar” a
EE.UU. de la dependencia del petróleo importado,
diversificando las fuentes energéticas, enfatizando
la energía nuclear y el carbón, y aumentando la
producción petrolera nacional.
El 6 de octubre de 1973 empezó la guerra del
“Yom Kippur”, como respuesta árabe al
expansionismo de Israel (país que había lanzado
una expedición expansiva con la “Guerra de los
Seis Días” de 1967). El gobierno israelí solicitó
ayuda a EE.UU. y consideró utilizar sus armas
termonucleares. El 21 de octubre, Nixon y
Kissinger enviaron ayuda militar y los israelitas
pudieron rechazar la ofensiva árabe. Entonces, “...
la Unión Soviética amenazó con intervenir para
apoyar a los egipcios y Nixon respondió poniendo
en alerta a las tropas americanas en todo el
mundo”(Schulzinger, 1984: 305). Se llegó a un
impasse entre las partes, pese a que Israel y el
Egipto de A. Sadat –realineado con EE.UU. por
Kissinger-, rechazaron la presencia soviética en sus

- 208 -
Colapso Mundial y Guerra

negociaciones. Hasta entonces, EE.UU. había


logrado mantener separados sus intereses por el
petróleo y su alianza estratégica con Israel ante la
opinión pública y (algunos de) los gobiernos
árabes. El apoyo que ofreció EE.UU. en esta
oportunidad al estado sionista, implicó un pacto
estratégico con Israel (evidente pero secreto), que
se estrechó en la práctica. Los países árabes,
organizados en la OPEP, mentalmente y
políticamente “se percataron” de la preferencia
político estratégica a favor de Israel, en la política
exterior de Washington y Londres, y decretaron un
embargo a quienes apoyaban al régimen judío.
La OPEP “castigó” a Holanda por sus
posiciones pro israelitas, provocando que otros
países europeos se distanciaran de esa política.
Mientras tanto, Nixon se veía forzado a
renunciar y su sustituto, el vicepresidente G. Ford,
perdía toda popularidad al otorgar el “perdón
ejecutivo” a Nixon. A finales de 1974 Kissinger –
inmune a la caída de Nixon- había logrado la
separación de las fuerzas judías y sirias en los altos
del Golán. Lo cual, sin embargo, no podía detener
la ira árabe y el embargo petrolero decretado por la
OPEP.
Tampoco lograba detener la crisis de la
hegemonía de EE.UU. El aumento de los precios
del petróleo coincidió y ayudó a intensificar crisis
en los principales “regímenes” internacionales
(financiero, comercial, energético), que minaron la
hegemonía de EE.UU. durante la década de 1970,
incluyendo la crisis monetaria (paridad oro dólar;
devaluación del dólar y procesos inflacionarios
deflacionarios incontrolables -“estagflación”); la

- 209 -
Eduardo E. Saxe Fernández

crisis de la paridad estratégica con la URSS y la


derrota en la Guerra de Vietnam; la crisis de su
dominación sobre el Tercer Mundo (rebeliones en
Asia, África y América Latina). A esto hay que
sumar las crisis éticas y de legitimidad política,
desatadas por esa impopular guerra de agresión y
por la profunda corrupción de la administración
Nixon, en la que aparecían claramente los vínculos
entre el ejecutivo, la “comunidad de seguridad
nacional” y el crimen organizado (Caso
Watergate).
Durante la primavera de 1974, el más fiel
aliado de Washington en la zona meso oriental, el
Shá de Irán, había promovido que la OPEP
incrementara el precio del crudo un trescientos por
ciento, de 2 a 8 dólares por barril. Para “recuperar”
los pagos extraordinarios que se estaban realizando
a Irán, los gobiernos de Nixon y Ford
multiplicaron las ventas de equipo militar a ese
país. Entre 1950 y 1971, EE.UU. exportó a Irán
armas por valor de 1.2 millardos de dólares,
mientras que entre 1972 y 1978 ese monto
ascendió a 21 millardos de dólares. Cinco mil
militares de los ejércitos de EE.UU. llegaron a Irán
como instructores de uso de las nuevas armas.
Otros 40.000 civiles de EE.UU. se instalaron en
ese país para construir infraestructuras y servicios,
incluyendo aeropuertos y puertos, y para instalar y
operar los campos de extracción y exportación del
petróleo. Como contraparte, más de cien mil
jóvenes iraníes se dirigieron a estudiar en EE.UU.
Las consecuencias del embargo de la OPEP
fueron sobre estimadas, y sirvieron como
explicación única para la crisis estratégica (militar,

- 210 -
Colapso Mundial y Guerra

político ideológica y económica) de EE.UU.,


durante la década de 1970. Esta sobre estimación
expresa el valor simbólico asignado al recurso
petrolero, incluyendo la conciencia de los daños
ecosociales provocados por el petróleo y por el
aparato militar industrial (expresada en protestas y
convulsiones internas). Y ese énfasis ideológico
mediático en el petróleo como causa de la crisis
económica, también expresa nítidamente la
“necesidad oficial” de estrechar aún más los
vínculos entre el petróleo y la seguridad nacional
de EE.UU. La tendencia culminaría con la llamada
Doctrina Carter, que consideraremos más abajo.
Planteando el problema desde la perspectiva
del análisis de regímenes internacionales y de la
decadencia hegemónica de EE.UU. durante esa
década de 1970, R. Keohane estudió la crisis del
régimen energético de los hidrocarburos. Señala
que, a diferencia de los regímenes internacionales
financiero y comercial:
“En petróleo, los acuerdos eran menos
explícitos y menos abarcadores, ya que las
reglas y prácticas no habían sido establecidas
en conferencias internacionales sino que
habían sido elaboradas, en gran parte por las
principales compañías petroleras, respaldadas
por los Estados Unidos e Inglaterra, y eran
acatadas, aunque cada vez más
conflictivamente, por los países productores,
todavía débiles. No existía ninguna
organización global internacional que
controlara la conducta estatal... En este
régimen, las relaciones de poder eran
altamente asimétricas. Las compañías

- 211 -
Eduardo E. Saxe Fernández

principales poseían mejor información acerca


de los mercados y la tecnología petrolera;
acaparaban recursos financieros y capacidades
de producción, transporte y mercado que no
podían igualar los países productores. Cuando
se veían amenazadas por la nacionalización y
la revolución, las compañías podían recurrir a
la ayuda de los gobiernos de Estados Unidos y
Gran Bretaña (1988: 233-234) (Énfasis ESF).
Keohane destaca los golpes asestados al régimen
del oligopolio petrolero por los países productores
agrupados en la OPEP, quienes,
“…se aseguraron un sustancial aumento de
precio en las negociaciones llevadas a cabo en
Teherán en 1971, luego cuadruplicaron
virtualmente los precios sin negociaciones tras
la guerra de Yom Kippur... En términos reales,
los precios cayeron hasta principios de 1979,
cuando la revolución de Irán suministró otro
catalizador para la duplicación de precios, lo
que condujo a un precio de 30 dólares por
barril a principios de 1980” (1988: 239-240).
En 1974, EE.UU. convocó a las potencias
capitalistas industrializadas a organizar la Agencia
Internacional de Energía (AIE), para desarrollar un
sistema que permitiera a sus miembros defenderse
en situaciones de crisis y para reducir o limitar la
dependencia del petróleo importado. La AIE
dejaba el mercado en manos de las compañías y de
la OPEP, y se preocupaba por la seguridad
energética de sus miembros, bajo el liderazgo de
EE.UU.

- 212 -
Colapso Mundial y Guerra

5. La Doctrina Carter y la política Bush I-


Reagan
Después que G. Ford terminase el mandato de
Nixon, la nueva administración de James Carter,
inicialmente se propuso como lema de su política
internacional “liderazgo sin hegemonía”, y el
desarrollo de la interdependencia a nivel global,
para unir el Norte con el Sur y con el Este. La
doctrina estratégica, sin embargo, seguía siendo
agresiva aunque menos directamente realista:
“Sustituimos la política del equilibrio de poder por
la política del orden mundial”, y anunciaba el
neoliberalismo internacionalista que predominaría
durante las administraciones Clinton al final del
siglo XX, al señalar que:
“En el futuro cercano, los asuntos de la guerra
y la paz serán más una función de problemas
económicos y sociales, antes que de los
problemas de seguridad militar que han
dominado las relaciones internacionales desde
la II Guerra Mundial” (Citado en Schulzinger,
1984: 317)53.
Entre 1976 y 1978, la política de EE.UU. hacia
el “Sur” y el “Este” estuvo influida por las
posiciones del ministro de exteriores C. Vance. En
este período, EE.UU. negocia con el gobierno de
Omar Torrijos la devolución del Canal a Panamá, y
posibilita que Israel y Egipto hagan la paz.
Posteriormente, el agresivo asesor de seguridad

53
“…in the near future issues of war and peace will be more a
function of economic and social problems than of the military
security problems which have dominated international
relations since World War II”.

- 213 -
Eduardo E. Saxe Fernández

nacional, Z. Brzezinski, logró que sus opiniones


fueran más decisivas, y Vance fue retirado del
gobierno. Como señala un historiador,
“En 1979 el presidente regresó a temas
agresivos de principios de la Guerra Fría. La
toma de la embajada americana por
revolucionarios iraníes en noviembre y una
invasión soviética contra Afganistán en
diciembre de 1979 completaron la conversión
de Carter en un Guerrero Frío”. (Schulzinger,
1984: 317).
Carter se retiró de las negociaciones con la
URSS sobre el tratado SALT II en enero de 1980,
y anunció que su país boicotearía los Juegos
Olímpicos a celebrarse en Moscú. Además,
organizó un embargo de equipos tecnológicamente
avanzados contra la URSS, y aumentó el
presupuesto militar.
En marzo de 1977, Carter señaló la necesidad
del “equivalente moral de una guerra”, para reducir
la dependencia estratégica del petróleo importado,
y proclamó la llamada “Doctrina Carter”, según
la cual EE.UU. intervendría para defender sus
“intereses nacionales”, en caso de que la URSS
(u otro adversario o competidor), amenazara el
flujo de petróleo desde el Golfo Pérsico hacia
EE.UU. o sus aliados.
La doctrina Carter está en la base de las
posteriores intervenciones militares y de otro tipo
que ha emprendido EE.UU. en el Golfo Pérsico y
el Medio Oriente. Durante la Guerra Fría, sin
embargo, EE.UU. actuó cuidadosamente,
respetando, no solo la integridad de la URSS
(repúblicas soviéticas asiáticas) sino una “zona de

- 214 -
Colapso Mundial y Guerra

influencia”, demarcada por la disponibilidad de


sistemas estratégicos recíprocos capaces de entrar
en una confrontación termonuclear generalizada,
así como la disponibilidad de bases y líneas de
abastecimiento54. Así, a finales de la década de
1970, las tendencias militaristas y guerreristas
dentro de la sociedad y del gobierno de EE.UU.,
tanto como en Inglaterra y otros países
metropolitanos, se preparaban para lanzar una
ofensiva estratégica contra sus enemigos, en
primer término la URSS, y en segundo la
“disidencia” y “guerras de liberación” en el
llamado Tercer Mundo. La segunda mitad de la
administración Carter ya se orientó en este sentido;
el alejamiento de Vance y la preeminencia de
Brzezinski en la política exterior de EE.UU. lo
hacían patente.
Rancios aires decimonónicos soplaban en el
capitalismo. La derecha política se fortalecía y
crecía al calor de la lucha contra la URSS y el
socialismo; los intelectuales “light” establecen una
relación teológica, de dependencia recíproca, entre
“democracia y mercado”. Se trataba de las
tendencias en teoría y política económicas que
revivían los postulados del liberalismo, como
estrategia para fortalecer los intereses de los
oligopolios mundiales y de las potencias centrales,
EE.UU. en primer término. Estas posiciones
54
Con la desintegración de la URSS y la reducción de Rusia a
un territorio menor que el poseído por los zares desde el siglo
XVIII, la Doctrina Carter ha pasado a significar la base del
renovado intervencionismo de EE.UU. en el Medio Oriente y
el Asia Central, durante las administraciones desde Bush I
hasta Bush II, con las administraciones Clinton incluidas.

- 215 -
Eduardo E. Saxe Fernández

neoliberales, a la vez que predicaban libertad


económica, desataban o atizaban golpes de estado
o guerras en Afganistán, en Chile, en Argentina, en
Angola, por ejemplo. Ronald Reagan, Margaret
Thatcher, Milton Friedman con los “Chicago
Boys”, Jorge Videla y Augusto Pinochet, se
convirtieron en figuras emblemáticas del
neoliberalismo autoritario, que pasó a erigir como
“sujeto de la historia” a los carteles oligopólicos
(disfrazados de “empresas libres”, que a su vez se
disfrazaban de “individuos libres”), actores
centrales, junto con Rambo –encarnación de la
violencia psicosocial y militar del imaginario en
EE.UU.-, en una renovada y postrer versión del
capitalismo triunfante, salvaje y sangrante.
La estrategia de EE.UU. durante la última fase
de la administración Brezhnev en la URSS,
consistió en penetrar los aparatos de inteligencia
soviéticos y sobre todo fomentar la corrupción en
el Partido Comunista, por una parte. Por la otra, se
revivieron las doctrinas del “roll back” (hacer
retroceder) contra el comunismo internacional y,
para ello, se intensificó al máximo la competencia
estratégica, no escuchando las propuestas de
convivencia pacífica que desesperadamente
planteaban los soviéticos ya desde la guerra de
Vietnam, sino, al contrario, provocando que los
ejércitos soviéticos se sobre extendieran en guerras
de desgaste, y la economía de guerra ahogase a la
URSS. EE.UU. apoyó decididamente al régimen
racista sudafricano contra Angola, Mozambique y
otras naciones africanas. Pero, sobre todo,
Brzezinski y C. Wojtila (electo sumo sacerdote de
la iglesia de Roma después que su predecesor –

- 216 -
Colapso Mundial y Guerra

seguidor de Juan XXIII- fuera asesinado


misteriosamente), organizaron dos ataques contra
Moscú, uno de guerra política en Europa Oriental
centrado en Polonia, el otro en Afganistán, de
guerra de guerrillas contra los ejércitos soviéticos,
siendo el saudita Osama Ben Laden, uno de los
principales cabecillas entrenados y financiados por
EE.UU. –recibió más de 2.000 millones de dólares
de agencias de EE.UU. y del gobierno Saudita.
Durante el siglo XX, EE.UU. pudo funcionar
económica y socialmente por la disponibilidad y
uso de recursos, en particular recursos energéticos,
abundantes y baratos. Entre 1965 y 1973, el
consumo energético en EE.UU. había crecido a
una tasa del 4.5 por ciento anual (Kash & Rycroft,
1984: 9), y la producción nacional ya no podía dar
abasto con la demanda, de manera que la
diferencia se llenaba con importaciones baratas. La
“crisis energética” suscitada alrededor del embargo
petrolero de la OPEP generó confusión en EE.UU.
y un cambio en su política, que se tornó aún más
agresiva. Así, la administración Carter decide
relanzar su política energética, centrando el
esfuerzo en tres objetivos: abundancia energética,
“limpieza” de los recursos empleados, y seguridad
en los suministros. Sin embargo, para esto no se
cambiaron las tendencias históricas, sino más bien
se reforzaron los sectores tradicionales, petróleo,
energía nuclear, gas natural y carbón, aunque
ciertamente la investigación y el apoyo al
desarrollo de energías alternativas también se
acentuaron, tanto por parte del estado como por las
empresas y otros actores.

- 217 -
Eduardo E. Saxe Fernández

En un comunicado de prensa de la Casa Blanca


del 29 de abril de 1977 podemos observar
claramente, otra vez, cómo se recurre al miedo y a
las amenazas, que vinculan energía y seguridad
nacional:
“La pregunta de fondo es si esta sociedad está
dispuesta a ejercer disciplina interna para
seleccionar y perseguir un conjunto coherente
de políticas, con la suficiente anticipación
frente a cualquier desastre amenazante. Las
democracias occidentales han demostrado esa
disciplina en el pasado, al reaccionar ante
amenazas a la sobrevivencia inmediatas y
palpables, en tiempos de guerra. Pero han
tenido menos éxito en cohesionar sus recursos
humanos y materiales para enfrentar amenazas
a sus sistemas económico y político, menos
visibles e inmediatas. Cuando los peligros
aparecen de forma incremental y el día de dar
cuentas parece lejano en el futuro, los líderes
políticos democráticos se han mostrado
renuentes a tomar acciones decisivas y tal vez
impopulares. Pero se requerirá tal acción para
enfrentar la crisis energética. Si la nación
continúa yendo a la deriva, lo hará en un mar
cada vez más peligroso” (p.25; énfasis ESF)55.

55
“The ultimate question is whether this society is willing to
exercise the internal discipline to select and pursue a coherent
set of policies well in advance of a threatened disaster.
Western democracies have demonstrated such discipline in the
past in reacting to immediate, palpable threats to survival, as
in time of war. But they have had less success in harnessing
their human and material resources to deal with less visible
and immediate threats to their political and economic systems.
When dangers appear incrementally and the day of reckoning

- 218 -
Colapso Mundial y Guerra

Nixon había devaluado el dólar en 1971,


rompiendo su paridad con el oro. Similarmente, la
administración Carter determinó devaluar el dólar
en 1977, para promover las exportaciones de
EE.UU. Hacia 1978, la moneda de EE.UU. se
había devaluado un veinticinco por ciento y la
OPEP incrementó el precio del petróleo, de 12 a 18
dólares. En 1979, EE.UU. abonaba unos 50 mil
millones de dólares por concepto de compras
petroleras. En junio de ese año el precio del barril
de petróleo se duplicó, alcanzando los 36 dólares,
como resultado del impacto de la revolución iraní,
que redujo la producción persa en un noventa por
ciento.
Los ingresos adicionales que recibían los
miembros de la OPEP, en importante medida se
convirtieron en “petro dólares”, es decir, fueron
depositados en bancos metropolitanos, y de allí se
ofrecieron en calidad de préstamos, en condiciones
aparentemente muy favorables, a un conjunto de
países subdesarrollados, sobre todo
latinoamericanos que, o bien enfrentaban una
cuenta muy elevada por importaciones petroleras,
o bien, como en los casos de México, Irán o
Venezuela, confiaban en sus recursos petroleros
para hacer frente a la creciente deuda externa. Sin
embargo, el uso más eficiente de la energía, así
como el aumento de la producción de petróleo,

seems far in the future, democratic political leaders have been


reluctant to take decisive and perhaps unpopular action. But
such action will be required to meet the energy crisis. If the
nation continues to drift, it will do so in an increasingly
perilous sea” (Énfasis ESF).

- 219 -
Eduardo E. Saxe Fernández

hacia 1981 resultó en una abundancia del recurso


en los mercados. Los precios en bolsa de las
empresas petroleras habían aumentado un 500 por
ciento entre 1973 y 1980, pero entre 1981 y 1982
descendieron a la mitad, por el motivo citado. La
misma OPEP redujo su producción en un quince
por ciento, para mantener el precio del barril
alrededor de 34 dólares.
Las dos administraciones Reagan-Bush I que
siguieron a la de Carter, por una parte redujeron
drásticamente el financiamiento estatal para la
energía, algo particularmente dañino para quienes
desarrollaban fuentes energéticas alternativas a las
tradicionales; y por otra parte, siguiendo su
orientación ideológica de nuevo liberalismo
extremista, plantearon que las empresas de energía
(en particular las petroleras) debían recuperar su
capacidad rectora en el régimen energético
internacional, empezando entonces por hacerse
cargo del sector (desde la I&D hasta la
distribución). Empleando un análisis de situación
que enfatiza la inestabilidad energética, el
gobierno Reagan-Bush I centra su resolución en
el oligopolio petrolero (disfrazado de
“mercado”):
“Lo que sí es cierto sobre el futuro es que el
camino exacto del desarrollo de la energía y de
sus mercados es incierto. Las innovaciones
tecnológicas, los descubrimientos geológicos,
los cambios en la economía interna o
internacional, los conflictos políticos o
militares, las variaciones en la actitud del
público –todos estos son acontecimientos
inherentemente impredecibles que pueden

- 220 -
Colapso Mundial y Guerra

alterar drásticamente la situación energética de


la nación. Bajo la filosofía de mercado libre de
esta administración, el mismo pueblo
americano de hecho llevará a cabo un
plebiscito continuo en el mercado, para
expresar su evaluación individual y colectiva
de los posibles cursos de acción. Sus acciones
determinarán, ultimadamente, si el consumo
energético per cápita de la nación sube o baja
entre hoy día y el año 2000 –y cuál será
nuestra mezcla de fuentes energéticas al
cambio de siglo”. (Bureau of National Affairs,
1981: 1115)56.
Todos los problemas energéticos habían de
solucionarse mediante el “mercado”, incluyendo
las crisis militares o de seguridad. Así, en la p.1113
de ese documento citado, se lee que el gobierno de
EE.UU., “se fundamentará primariamente en las
fuerzas del mercado para determinar el precio y la
distribución de los insumos de energía, incluso

56
“The one thing that is certain about the future is that the
exact path of energy development and markets is uncertain.
Technological innovations, geologic discoveries, changes in
the economy at home or abroad, political or military conflict,
variations in public attitude –all of these are inherently
unpredictable events that can alter the nation´s energy
situation drastically. Under the free market philosophy of this
administration, the American people themselves will actually
conduct a continuing national plebiscite in the marketplace to
express their individual and collective evaluation of possible
courses of action. Their actions will determine ultimately
whether energy consumption per capita in this country rises or
falls between now and the year 2000 –and what our mix of
energy sources will be at the turn of the century.”

- 221 -
Eduardo E. Saxe Fernández

durante una emergencia energética” (Énfasis,


ESF)57.
En la rama legislativa, las propuestas del
ejecutivo sufrieron algunas modificaciones
respecto a la distribución de recursos financieros, y
se evitó el desmantelamiento completo del sistema
de formulación de políticas energéticas.
El 17 de septiembre de 1980, Irak declara sin
validez el Tratado de Argel de 1975, que el
gobierno de Bagdad había firmado bajo la presión
del Shá Reza Pahlevi y según el cual el país persa
controlaría la desembocadura de los ríos
mesopotámicos, el Shat-el-Arab. El 21 de
septiembre Irak ataca a Irán y sus tropas penetran
en el territorio iraní, pero avanzan lentamente y a
los pocos meses empiezan a estabilizarse y luego a
contraerse las líneas del frente. Hacia 1982 Irán
había recuperado casi todo su territorio perdido y
empezaba a avanzar para tomar el sur de Irak
(Basora). Con armas convencionales, biológicas y
químicas, el gobierno iraquí, sin embargo, para
1987 había contenido la ofensiva iraní –siempre
contando Bagdad con el apoyo de EE.UU.
Mientras, aprovechando el notorio
debilitamiento de las partes beligerantes y
apostando a que la URSS no se atrevería a
intervenir, en 1986 la marina de guerra de EE.UU.
se apoderó (de la parte acuática) del Golfo Pérsico.
Irán minó sus puertos en una acción puramente
defensiva, de manera que no logró contrarrestar
esta importante adquisición por parte de EE.UU. El

57
“… primary reliance on market forces to determine the price
and allocation of energy supplies even during an energy
emergency”.

- 222 -
Colapso Mundial y Guerra

dominio de esa avenida marítima es fundamental


para el control del Medio Oriente, ya desde
tiempos de Alejandro Magno. La presencia de
fuertes contingentes terrestres y navales de EE.UU.
en el golfo Pérsico representa una amenaza para
Rusia y los estados sucesores de la URSS, así
como para Irán. Al mismo tiempo, esas fuerzas y
buques pasan a ser blancos de sistemas misilísticos
de mediano alcance, tanto rusos como, más
recientemente, también iraníes.
Además, a mediados de 1982, en Washington
el ministro de exteriores A. Haigh había sido
reemplazado por G. Schultz, justo a tiempo para
enfrentar una nueva crisis, cuando Israel hizo
avanzar sus tropas hasta los alrededores de Beirut,
buscando destruir a la Organización de Liberación
Palestina (OLP). La opinión pública mundial,
incluida la de EE.UU., se oponía fuertemente a las
acciones sionistas, al conocerse los cientos de
muertos que causaba el ataque contra civiles
libaneses y refugiados palestinos -mujeres, niño/as
y anciano/as incluidos. La administración Reagan
supuestamente trataba de detener el ataque
israelita, y el 1 de septiembre propuso un plan para
intercambiar territorios: Israel cedería la margen
occidental del río Jordán a los palestinos, que
conformarían un estado conjuntamente con
Jordania. Pero el 14 de septiembre caía abatido el
líder de la falange derechista libanesa, Bashir
Gemayel, aliado incondicional de Israel. El 15 de
septiembre de 1982 los ejércitos judíos ocupaban
el sector oeste de Beirut. Dos días después, el 17,
los milicianos derechistas cristianos de Gemayel
entraron a dos campos de refugiados palestinos

- 223 -
Eduardo E. Saxe Fernández

(Shabra y Shatila) y asesinaron a casi trescientos


indefensos refugiados palestinos, nuevamente
mujeres, niño/as, anciano/as. Una fuerza integrada
con soldados de EE.UU., Francia e Italia entró a la
zona para “interponerse”.
En 1983 esas fuerzas metropolitanas, junto con
el ejército israelita, las milicias cristianas de
Gemayel y las fuerzas del ejército sirio (enviadas
por el presidente Al Hassad para proteger a los
palestinos), seguían ocupando sus posiciones en
Líbano.
A la vez, EE.UU. apoyaba a Inglaterra en su
guerra contra Argentina y desarrollaba guerras
contrarrevolucionarias en Nicaragua, Angola,
Etiopía-Somalia y Afganistán.
La administración Reagan-Bush I agravó su
crisis con el llamado “Irangate”, al descubrirse
que, contra lo estipulado en la ley, el ejecutivo
washingtoniano secretamente abastecía a la
revolución iraní que oficialmente combatía. La
operación implicaba una triangulación, para así
conseguir recursos financieros dirigidos a los
“contras” nicaragüenses, que Washington ponía a
luchar contra el gobierno sandinista. Sin embargo,
pese a la indignación pública y a procedimientos
institucionales, a diferencia de Nixon, ni Reagan ni
Bush I fueron castigados, ni se vieron obligados a
dimitir, creando un funesto precedente para la
democracia en EE.UU. Se originaba, en
consecuencia, un excelente precedente para la
transformación autoritaria del estado en EE.UU.
Por su parte, la URSS empezaba a manifestar
con mayor claridad su debilidad estratégica, y los
sectores del aparato de inteligencia, militar y

- 224 -
Colapso Mundial y Guerra

policíaco dominantes en el PCUS y el Estado eran


incapaces de contrarrestar las tendencias
centrífugas y autofágicas que padecían, ni
tampoco, entonces, pudieron enfrentar las acciones
de sus contrapartes de EE.UU. (también con el
aparato de inteligencia, militar y policiaco en el
poder) y sus aliados, que coadyuvaban a
desestabilizar rápidamente esas instituciones
(Partido y Estado), las fuerzas armadas, la
economía, los intelectuales, los grupos étnicos y
religiosos. Similarmente, EE.UU. y sus aliados
desestabilizaban el occidente europeo de los
soviéticos y el vital Pacto de Varsovia, así como el
ámbito austral soviético (Repúblicas asiáticas y
guerra en Afganistán).
En este último país, EE.UU. orquestó y
financió una “guerra santa”, a cargo de fanáticos
islamistas que tendrían la suficiente ferocidad para
enfrentarse a los ejércitos soviéticos:
“Durante la década de 1980, la CIA trabajó
estrechamente con los saudíes para financiar la
guerra contra los soviéticos en Afganistán, y
éstos casi igualaron los tres mil millones de
dólares que se gastó la propia agencia. Muchos
de los ricos contactos saudíes de Bin Laden,
imbuidos de parecidas convicciones religiosas,
remordimientos o sentimientos similares,
continuaron financiándole durante la década
siguiente... Estados Unidos dio la bienvenida a
los movimientos islámicos como un antídoto
contra los grupos izquierdistas laicos, de los
cuales temían que se aliaran con los soviéticos,
al igual que preferían al Sha en Irán que a los

- 225 -
Eduardo E. Saxe Fernández

nacionalistas laicos y de clase media” (Kolko,


2003: 57. Cf. Brissard & Dasquié, 2002).
Mientras tanto, en 1988 Irán había aceptado la
Resolución de Paz 598 de las Naciones Unidas
(acordada el 20 de julio de 1987), y el 20 de agosto
de 1990 se firmó la paz entre Irán e Irak.
Al mismo tiempo, creyendo contar con el
apoyo del gobierno de EE.UU., Irak invade Kuwait
el 2 de agosto de 1990. El 8 de agosto EE.UU.
empieza su ocupación de Arabia Saudita, cuando
aterrizan ahí los primeros aviones de su fuerza
aérea. Entre el 6 de agosto y el 31 de octubre de
1990, la administración Bush I diseña la operación
de ataque a Irak. Esta ofensiva militar tenía por
objetivo principal controlar el Golfo Pérsico que se
disputaban Irak e Irán y establecer tropas y bases
en Arabia Saudita (posicionamiento militar naval
sobre Shat-al-Arab, y terrestre en Arabia Saudita,
Omán, Qatar). Un objetivo ulterior consistía en
tomar Irak. De esta manera, EE.UU. controlaría los
dos principales yacimientos petroleros del planeta.
Entre los planificadores de la operación se
encontraban Bush I, Cheney, Powell, Wolfowitz,
Perle, Negroponte, y otros.
La superposición de fechas alrededor de la
firma de la paz entre Irak e Irán y la invasión iraquí
contra Kuwait no es observada por algunos
analistas que, sin embargo, destacan cómo las
acciones kuwaitíes habrían provocado la respuesta
militar iraquí:
“Nada más acabar la guerra entre Irán e Irak,
Kuwait empezó a presionar a Bagdad para que
devolviera sus enormes préstamos. Los
kuwaitíes también reclamaron que Irak

- 226 -
Colapso Mundial y Guerra

abandonase la disputa fronteriza que mantenía


con su país y, al excederse en su cuota de
producción determinada por la OPEP,
redujeron sensiblemente el precio mundial del
petróleo, que constituía prácticamente la única
fuente de divisas de Irak. El ejército iraquí
ocupó Kuwait en agosto de 1990,
convirtiéndose en el detestado enemigo de sus
antiguos aliados (Estados Unidos y Arabia
Saudita; ESF)” (Klare: 2003: 54).
El 29 de noviembre de 1990, EE.UU. consigue
que el Consejo de Seguridad de la ONU autorice el
empleo “de todos los medios necesarios para
repeler la invasión” iraquí de Kuwait. El 15 de
enero de 1991 vence el plazo de la ONU para que
Irak se retire de Kuwait, y dos días después (17 de
enero), bien posicionados de antemano, EE.UU. y
sus aliados atacaron a partir de las 2:38 a.m., hora
de Ryad. EE.UU. denominó a su plan de guerra
“Operación Tormenta del Desierto”. Los militares
diseñaron todo un nuevo dispositivo de control y
filtración de imágenes y análisis de la guerra ante
la opinión pública de EE.UU. y “el mundo”, con el
fin de evitar un posible efecto “anti guerra” como
el que ocurriera con el periodismo (“primitivo y
libre”) de la Guerra de Vietnam.
Un mes después Irak ofrecía retirarse de
Kuwait, pero Bush I rechazó la oferta. El ejército
iraquí acabó destruido y en desbandada, habiendo
determinado jugar una guerra de posiciones en el
desierto, con armas y equipos anticuados, y
teniendo al frente a ejércitos con las armas más
modernas (termonucleares “de baja intensidad”,
lasers y bombas de “aturdimiento” o de

- 227 -
Eduardo E. Saxe Fernández

fragmentación), todas de alta precisión al ser


dirigidas por una densa red de C3I (Comunicación,
Comando, Control, Información), integrada por
estaciones en tierra, mar, aire y espacio, con
capacidad para “ver” cientos de metros bajo tierra
o detectar objetos del tamaño de cajetillas de
fósforos. Esta red servía para “dirigir” las “armas
inteligentes” de EE.UU. contra aquel obsoleto
ejército iraquí, carente de sistemas modernos de
mando o abastecimiento (incapaz de coordinarse
de día y por supuesto no podía ni operar ni “ver”
de noche), sin fuerza aérea y con blindados
desfasados, y además con muy limitadas
capacidades balísticas. EE.UU. también realizó un
bombardeo contra la “infraestructura” del país
(carreteras, aeropuertos, puertos, puentes, plantas y
sistemas de electricidad y agua, gas, teléfonos,
industrias, centros de acopio y abastecimiento de
alimentos, etc.), con el propósito de paralizar el
esfuerzo bélico defensivo. Lógicamente, este
bombardeo ilegal por el derecho de guerra, afectó
no solamente instalaciones y personal militar, sino
también tuvo un terrible impacto entre la población
civil. El 28 de febrero cesan las hostilidades, con
una especie de impasse que, sin embargo, dividió a
Irak en amplias zonas donde el ejército iraquí no
podía operar, controladas por EE.UU. e Inglaterra.
La toma de Irak se pospuso por muchos motivos.
Según Klare, en aquel momento,
“Los únicos que apoyaban la idea de que las
tropas comandadas por los estadounidenses
continuaran hasta Bagdad, algo que hubieran
podido hacer sin problemas, eran los

- 228 -
Colapso Mundial y Guerra

kuwaitíes, pero en ese caso la coalición se


hubiera desintegrado”(Klare, 2003: 55).
La resolución número 687 del Consejo de
Seguridad de la ONU, del 3 de abril de 1991,
establecía las condiciones para el cese del fuego
entre las fuerzas de esa institución y las de Irak. La
resolución tenía clara la existencia de armas de
destrucción masiva (ADM) en la región medio
oriental, señalando que,
“...la amenaza que todas las armas de
destrucción masiva hace pesar sobre la paz y la
seguridad en la región, así como la necesidad
de trabajar en la creación en Medio Oriente de
una zona exenta de tales armas”.
En este caso, la referencia es a las armas que
poseían Turquía, Irán, Arabia Saudita e Irak, pero
también EE.UU., Israel o Inglaterra.
En todo caso, para EE.UU. se trataba de una
importante victoria, porque consolidaba su control
sobre el Golfo Pérsico –tomado desde 1986-, al
utilizar el territorio saudita para desplegar sus
fuerzas militares –además de los miles de asesores
que ayudan en las operaciones del ejército saudita,
principal cliente de EE.UU. en las ventas
internacionales de armamentos. El objetivo
principal en torno al dominio del Golfo Pérsico
radicaba en el control del petróleo. Como
señalaban Bush I y Brent Scowcroft (1998),
EE.UU. buscaba en esa guerra,
“Que ninguna potencia regional hostil pudiese
secuestrar la mayoría de los
aprovisionamientos de petróleo” (Énfasis
ESF).

- 229 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Adicionalmente, Irak quedaba prácticamente


dividido en zonas, las más importantes de las
cuales, en términos de petróleo, eran controladas
desde el aire y el espacio por EE.UU. e Inglaterra.
El régimen de S. Hussein quedaba confinado a un
territorio con mucha población y poco petróleo,
sujeto a un embargo económico devastador
(cientos de miles de personas, sobre todo niño/as,
enfermarían o morirían a causa de hambrunas o
escasez de medicinas), y a inspecciones para
destruir sus armamentos. El mismo primer ministro
británico, Blair, en 1998 reconocía que los equipos
de inspectores de la ONU en Irak, “han llegado a
eliminar más armas de destrucción masiva que
durante la guerra del Golfo (Pérsico; ESF)”58.
En 1990 se había producido, en el orden de
cosas económico, el llamado “Consenso de
Washington”, mediante el que EE.UU., los
organismos financieros internacionales y los
acreedores privados metropolitanos, imponen a los
países deudores del Sur, condiciones que sujetan
directamente las políticas económicas y sociales de
estos países a los deseos e intereses de los
acreedores ricos. También, y paralelamente a la
guerra contra Irak de EE.UU., en Europa se firma
el Tratado de Maastrich, que refuerza la unidad
regional de la UE. La URSS se disuelve y Yeltsin
asume un mando presidencialista tiránico,
apoyándose en un golpe de estado y las oligarquías
mafiosas. Desde entonces, es posible observar
cómo, a cada paso que da la Unión Europea en su
consolidación como unión monetaria y política,
EE.UU. también da un paso paralelo para aumentar
58
Le Figaro, Décémbre 18, 1998.

- 230 -
Colapso Mundial y Guerra

su control sobre el Medio Oriente, el Golfo Pérsico


y el Asia central, es decir, sobre el petróleo
euroasiático. Así por ejemplo, la emisión del euro
coincide con los ataques terroristas contra el
Pentágono y el centro financiero de Nueva York -
incluyendo el posterior ataque y ocupación de
Afganistán-, y la invasión a Irak del 2003 coincide
con la ampliación hacia el Este de la UE (“la
Europa de los 25”).

6. Petróleo y estrategia de Clinton a Bush II


La derrota electoral de Bush I contra William
Clinton en 1993 apartó temporalmente del poder al
equipo coordinador que buscaba tomar el Medio
Oriente y el Asia Central, y el impasse con el
gobierno de Saddam Hussein se mantuvo durante
más de una década. Para los estrategas militares de
EE.UU., tomar Irak resultaría en el derrocamiento
del nacionalismo y el anti americanismo en todo el
Golfo Pérsico (Irán quedaría aislado), el mundo
islámico y el Asia central. Los ideólogos de
EE.UU. consideraron necesario imponer la forma
política e ideológica oligárquica llamada
“democracia”, en toda la región: ello acabaría para
siempre con las resistencias a la dominación de
EE.UU. y del llamado Grupo de los 8. Los
ideólogos religiosos fundamentalistas cristianos en
EE.UU., afirmaban su adhesión a Israel y su odio
excluyente a la religión mahometana, considerando
una supuesta inminencia del “fin del mundo” y el
comienzo del reino de dios afincado en EE.UU.
Sus contrapartes árabes proclamaban guerras
igualmente santas contra los agresores infieles
cristianos.

- 231 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Desde interpretaciones geopolíticas derivadas


de MacKinder, es posible considerar que la base de
la dominación estratégica mundial, consiste en
controlar esa zona que incluye el Cercano y Medio
orientes y su proyección hasta el Asia central
(Afganistán hasta Tibet). Es la yugular
geoestratégica del planeta, según la visión
petroleocéntrica. Esto se tenía claro en el estado
mayor nazi, en la dirigencia soviética desde Stalin
y paralelamente en las doctrinas militares de
EE.UU. desde Eisenhower, y específicamente por
el grupo Bush desde que empezaran sus negocios
petroleros en Texas y en el oriente medio.
Habían, en esos años, procesos muy
importantes que se ubicaron en el centro del interés
petrolero de la administraciones Clinton (y Blair),
por el deliberado desmembramiento de la parte Sur
y asiática de la antigua URSS, que redujo el
territorio de Rusia a una estrecha faja de terreno
entre los mares Negro y Caspio, encerrada al oeste
por Ucrania, al este por Kazajstán y Turkmenistán,
y al sur por Abjasia, Georgia, Armenia y
Azerbaiyán. Resultaba crucial para los objetivos
estratégicos de EE.UU., como lo preveíamos ya en
198959 y como lo había entendido claramente el
estado mayor nazi durante la Segunda Guerra
Mundial, controlar los recursos petroleros y
minerales de la región.
Tal fue la tarea que emprendió la
administración Clinton, centrando su política
petrolera para Eurasia, en la cuenca del Mar
Caspio (Azerbaiján, Kazajstán, Turkmenistán y
Uzbekistán –más Rusia e Irán), y en la aprobación
59
En conversación con Joseph Szyliowicz.

- 232 -
Colapso Mundial y Guerra

y construcción de nuevas rutas para la exportación


de gas natural hacia Europa. EE.UU. quería que los
gasoductos no pasasen ni por Rusia ni por Irán, de
manera que se diseñó una ruta entre Bakú y
Coyhan (Turquía), pasando por Tiflis, capital de la
república de Georgia -que E. Shevernadze había
“heredado” de su jefe M. Gorbachov.(Cf.
Cheterián, 1999).
En el continente americano, EE.UU. pasa a
controlar el petróleo y los recursos estratégicos de
México y Canadá, mediante el control financiero
del quebrado México, y mediante NAFTA.
Menem, en Argentina, vende Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF), la empresa de petróleo
de bandera nacional desde Irigoyen. Se intensifica
el interés por el petróleo de Colombia, Brasil,
Ecuador, y la región circumcaribe. En África, se
renueva el interés sobre Nigeria, Angola y Guinea
Ecuatorial.
Los asuntos políticos internacionales eran
muchos, en particular la administración Clinton
trataba de aprovechar los vacíos que se creaban
con la desintegración de la URSS, y en intensificar
la desintegración de la Federación de Yugoslavia.
Según comenta Gilbert Achcar, el objetivo
estratégico principal era:
“...impedir que surgisse uma forca capaz de
contestar sua supremacía político militar
mundial, certeza de supremacía económica.
Para consegui-lo, empenharam-se em aumentar
a defasagem militar, quantitativa e qualitativa,
que havia entre eles e o resto do mundo,
especialmente dos adversários em potencial.
Tambén precisaram impedir que os vassalos de

- 233 -
Eduardo E. Saxe Fernández

ontem nao se libertassem de sua tutela e nao


ficassem tentados a criar blocos regionais que
pudessem resistir á hegemonia americana,
como un bloco euro-ruso ou nipo-
chinés.”(Achcar, 2003: 277)
Al mismo tiempo, estas políticas de la agenda
del presidente Clinton tenían como sustrato
doctrinario ideológico, una especie de “nuevo
idealismo” en política internacional, signado como
neoliberalismo internacionalista, que proponía al
libre comercio y al mercado como solución para
todos los problemas que, de otra forma, tendrían
que enfrentarse militarmente. En la post Guerra
Fría, se afirmaba, el poder ya no estaría
concentrado en el aspecto militar sino en el
dinamismo económico y en la innovación
tecnológica; la capacidad militar solamente serviría
como “garantía de último recurso” en un sistema
mundial interdependiente, neo liberal y globalista,
pacífico, “democrático” y dominado por las
grandes corporaciones transnacionales
metropolitanas (en tales “sueños rosa”, esas
empresas cuidarían que los ecosistemas no se
destruyan más, y ofrecerían a las poblaciones
periféricas, medios y formas para alcanzar el
bienestar y la libertad). Son los años de la vacía
euforia globalista en América Latina –Salinas de
Gortari, Menem, Cardoso o Fujimori y
equivalentes-; son los años de las burbujas
financieras y de tecnologías en los mercados
financieros mundiales.
La “realidad” del mundo era muy diferente, sin
embargo. Así, por ejemplo, en el año en que
Clinton toma posesión, en África se generalizaba la

- 234 -
Colapso Mundial y Guerra

guerra regional que venía desencadenándose en


torno a la zona de los Grandes Lagos, y en la que
intervinieron Burundi, Congo, Ruanda y Uganda,
con cientos de miles de muertos y millones de
desplazados. Ni EE.UU. ni las otras grandes
potencias, o la ONU, prestaron mucha atención al
suceso: ¿Qué importancia pueden tener para los
blancos educados, ricos y poderosos, las vidas de
cientos de miles de africano/as negro/as y pobres?
Continuó el proceso de destrucción y
desmembramiento de la antigua Yugoslavia.
En 1995, la resolución número 986 del
Consejo de Seguridad señalaba que Irak podría
vender, semestralmente, hasta 2.000 millones de
dólares en petróleo. Los fondos recaudados irían a
una cuenta controlada por la ONU, que con esos
recursos permitiría al gobierno iraquí comprar
alimentos y medicinas. Casi una tercera parte de
esos ingresos servirían, para financiar a los
inspectores de la UNSCOM y para pagar
indemnizaciones de guerra a Kuwait. El gobierno
iraquí no aceptó esta resolución sino en 1997. La
resolución 1153 de febrero de 1998, autorizaba que
Irak exportara hasta 5.200 millones de dólares en
petróleo, semestralmente.
Antes, en 1996, el poder legislativo en EE.UU.
aprobó una legislación denominada Iran-Lybia
Sanction Act, con sanciones unilaterales y
pretensiones de extraterritorialidad para su
derecho. Prohibía a toda sociedad económica
comerciar de ninguna manera con estos dos países
–ambos miembros de la OPEP; con lo que para ese
momento, al menos tres miembros de esta
organización eran objeto de ataques económicos

- 235 -
Eduardo E. Saxe Fernández

por EE.UU. También, ese Act daba potestad a las


autoridades de EE.UU., para “castigar” a cualquier
sociedad de otros países, que comerciara o
realizara cualquier tipo de negocios con Irán y
Libia. Sin embargo,
“Las compañías petroleras extranjeras que
negociaban con Irán o Libia no han sido nunca
sancionadas” (Ivekovic, 2003: 38).
Si bien Clinton no intentó ocupar todo Irak, de
todas maneras mantuvo una política muy agresiva
y unilateral contra este país. Aparecen claramente
procedimientos, por parte de EE.UU., que riñen
con el derecho y las instituciones internacionales.
Este tipo de actuación se hacía evidente en las
arrogantes declaraciones de la ministra de
exteriores Madeleine Albright, quien sostenía que
EE.UU. se había convertido en “la nación
indispensable” en el planeta, y que su voluntad
debía prevalecer. Su asesor, Thomas Friedman,
combinaba “neoliberalismo” con militarismo y
guerra, como se había mostrado claramente ya
desde el golpe de estado contra Allende, en Chile,
en 1973:
“La mano invisible del mercado nunca
funcionará sin un puño invisible. McDonald´s
no puede prosperar sin McDonnel Douglas, el
fabricante de los (aviones; ESF) F-15. Y el
puño invisible que mantiene la seguridad del
mundo, con la tecnología de Silicon Valley, se
llama Ejército norteamericano, fuerzas aéreas,
marina militar y marines”.60
El 16 de diciembre de 1998, el Consejo de
Seguridad de la ONU se reunió para discutir dos
60
Citado en Amín, S. 2000: 73.

- 236 -
Colapso Mundial y Guerra

informes sobre la situación en Irak, uno de la


Agencia Internacional de Energía Atómica
(AIEA), que señalaba cómo Irak había cumplido
sus obligaciones y planteaba pasar, de un régimen
de inspección a otro de continuo control. Sin
embargo, el segundo informe, redactado por el
australiano Richard Butler, a cargo del equipo de
inspectores de la ONU en Irak (UNSCOM),
sostenía que ese equipo “no está en condiciones de
llevar a cabo un trabajo sustancial de desarme”.
El debate en el Consejo de Seguridad no pudo
desarrollarse normalmente, porque EE.UU., el día
anterior, apoyándose en el informe de Butler había
empezado a bombardear a Irak. El gobierno de
Clinton había tenido acceso previo al documento
de Butler, quien,
“…no había consultado a ninguno de sus
adjuntos, (pero) informaba regularmente al
Departamento de Estado por adelantado de la
redacción”(Gresh, 1999: 92).
Ningún otro país, salvo EE.UU. conocía de
antemano estas informaciones. Según Scott Ritter,
quien insistió en el empleo de la fuerza contra Irak,
durante el desarrollo de las inspecciones y la
redacción de su informe, Butler se mantuvo en
contacto permanente con los miembros del
Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., que le
solicitaban “endurecer el tono de su informe para
justificar los bombardeos”61. Pese a estas
declaraciones, según informaba el periódico The
Washington Times (17/12/1998), desde el 13 de
ese mes el gobierno de Clinton había comunicado
al Estado Mayor de sus fuerzas armadas que el
61
The New York Post, December 17, 1998.

- 237 -
Eduardo E. Saxe Fernández

presidente ordenaría atacar a Irak de forma


inminente. Esto sucedía tres días antes de la
presentación de los informes ante el Consejo de
Seguridad, sobre la supuesta existencia de “armas
de destrucción masiva” en manos del gobierno y
ejército iraquíes.
Es posible notar, así, que ese ataque lanzado
por Clinton en 1998, contiene muchos elementos
que anticipan los empleados en 2003 por Bush II y
Blair para justificar la guerra contra Irak.
El ataque contra Irak no fue muy auspicioso
para Clinton. Tiene algunos rasgos similares a los
del fracaso militar de EE.UU. en Irán en 1979.
Clinton pudo mantenerse hasta el final de su
mandato –aunque debilitado. Respecto a Irak, en
primer término, el ataque tuvo lugar en medio de
un escándalo de faldas en el que lo enredaron sus
opositores políticos... tanto como su falta de tacto.
Así, el ministro de exteriores de Bush I, James
Baker, señalaba que:
“...se han planteado cuestiones legítimas
sobre la fecha de esos ataques: espero tener
razón cuando digo que simplemente no puedo
creer que un presidente norteamericano sea lo
bastante chorizo como para poner en peligro a
militares, hombres y mujeres, para proteger su
trasero político”62.
Seis años más tarde, similares preguntas se
plantean al presidente Bush II por su ataque y toma
de Irak, sustituyendo “faldas” por “petróleo” –y
bajo el pretexto de la posesión de “armas de
destrucción masiva” por Irak, armas que nunca
fueron halladas. Ese ataque de la administración
62
International Herald Tribune, December 18-19, 1998.

- 238 -
Colapso Mundial y Guerra

Clinton contra Irak generó una ola de sentimientos


y manifestaciones contra EE.UU. en todo el
mundo, incluyendo a los árabes, que pedían un
juicio contra Clinton y Blair por crímenes de
guerra. EE.UU. minó la credibilidad y autoridad de
la ONU y alienó a viejos y nuevos aliados (Rusia.
Francia, pública y fríamente apoyó a EE.UU., pero
en privado se oponía).
En 1997 EE.UU. “impuso” sanciones a Sudán,
alegando que su gobierno colaboraba con
terroristas árabes. Estas sanciones fueron
aumentadas en el año 2000.
En 1998, tanto Pakistán como la India realizan
pruebas nucleares y demuestran tener la capacidad
balística para al menos atacarse mutuamente –así
como a quienes se encuentren en un radio de hasta
3.000 kilómetros de sus fronteras o vectores de
lanzamiento. También en ese año son atacadas dos
embajadas de EE.UU. en África del Este,
curiosamente justo cuando el presidente Clinton
era sometido a interrogatorio sobre sus relaciones
con la señorita Lewinsky. El 21 de agosto EE.UU.,
bombardean Sudán y Afganistán con unos 100
cohetes Tomahawk cargados con bombas anti
personales y de fragmentación. Estos países eran
acusados y condenados por Washington de
terrorismo. Estas acciones son ilegales para el
Derecho Internacional.
Inter alia, a este respecto cabe destacar la
posición del gobierno de Costa Rica sobre estos
ataques de EE.UU. en 1998. Por una parte,
condenó los actos terroristas cometidos contra
embajadas de ese país en África. Por la otra parte
lamentó que EE.UU. se hubiese lanzado por el

- 239 -
Eduardo E. Saxe Fernández

camino de tomar represalias militares unilaterales,


y recordaba la posición idealista de este país
centroamericano, sobre la necesidad de buscar
soluciones negociadas, multilaterales,
institucionales, legales, de beneficio para todas las
partes, y por supuesto pacíficas. Esta postura
contrastará abiertamente con la asumida por el país
centroamericano después del 11 de septiembre de
2001, de apoyo a la militarización mundial (Véase
el Capítulo V).
Aparte de lo señalado sobre Irak y sobre el
desplazamiento del interés estratégico inmediato
hacia el Asia central y el “desmantelamiento”
(colapso que se transformó en hundimiento) de la
difunta URSS, la política de Clinton hacia el
Medio Oriente continuó, a su manera, la realizada
por la administración Bush I. Durante la guerra del
Golfo, EE.UU. había logrado realinear a su favor a
prácticamente todos los países árabes de la zona, y
disponía de bases militares en Kuwait, Qatar,
Arabia Saudita, Bahrein, Omán, los Emiratos
Árabes Unidos, así como en la isla Diego García y
en Turquía. Probablemente basándose en el caso
del TLCAN con Canadá y México, la
administración Clinton quiso transformar esa
alianza militar regional con los árabes, en una
“alianza” económica e ideológica, mediante un
proceso de “integración regional” en el que se
incluía la participación de Israel. El plan de paz
entre Israel y Palestina que promovía la
administración Clinton, pretendía facilitar ese
proceso económico.
EE.UU. buscaba darle continuidad al
“momento unipolar” de la pos Guerra Fría,

- 240 -
Colapso Mundial y Guerra

aprovechando la “ganancia extraordinaria” o


“premio” (windfall) que obtenían la economía y la
política exterior de EE.UU. por esa circunstancia.
Se revivieron en la teoría las tendencias
librecambistas y libremercadistas, mientras en la
práctica se atacaba al trabajo, se premiaba al
capital especulativo, se reforzaban los oligopolios
mundiales y se intensificaba el mercantilismo. La
idea de un gran mercado medio oriental integrado,
iba acompañada del creciente (y considerado
necesario) control militar de la región por parte de
EE.UU. –y con una extensión hasta Afganistán.
Esta estrategia neoliberal “pacifista”, fue
violentamente interrumpida por la extrema derecha
judía, mediante el asesinato de Simón Peres,
primer ministro israelí. Posteriormente, como
sabemos, Sharon realiza una provocación en la
llamada “Explanada de las Mezquitas”, para
generar la “segunda Intifada” que lo llevó al poder
en Israel y que hasta la fecha mantiene un régimen
similar al nazi sobre la ocupada Polonia, contra el
pueblo palestino.
El candidato oficial de Clinton, Al Gore, fue
declarado perdedor, en unas elecciones de dudosa
transparencia formal. El “electo” presidente
G.W.Bush (“Bush II”), es otro miembro más de la
cadena internacional de “familias políticas” que
vienen ocupando recientemente, durante
generaciones, los más altos cargos (los Kennedy,
los Papandreu, los Karamanlis, los Figueres, los
Calderón, los Ghandi, etc.). Son las cabezas
visibles de las renovadas oligarquías que dominan
política y económicamente en el planeta.

- 241 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Con Bush II regresó al poder el equipo de


Bush I, que había llevado a cabo la guerra del
Golfo y que ahora se preparaba para tomar la
región y asegurarle a EE.UU. el control mundial
del petróleo. Con este recurso en mano (y un
aparato militar incontestable), se posibilitaría la
consolidación de una hegemonía mundial ad
aeternis, pese al creciente poder económico de la
UE, pese a las crecientes crisis generales de sobre
producción, y pese a los procesos de
descomposición social, política e ideológica, cada
vez más claros en cada vez más países.
Adicionalmente, los (entonces) peligros
ecosociales constituían un horizonte de creciente
deterioro e inestabilidad generalizados.
Pero Bush II llega deslegitimado a la
presidencia –por el espectáculo de “elecciones tipo
república bananera” en el estado de Florida (que
decidía el resultado de la elección), gobernado por
otro hijo de Bush I. Sin embargo, los ataques del
11 de septiembre de 2001 no solamente le dieron
“legitimidad” a Bush II ante la opinión pública
nacional, sino que cayeron como guante en mano
para llevar adelante un programa político, nacional
e internacional, elaborado desde finales del siglo
pasado y dirigido a consolidar el lugar central del
aparato militar en la política de EE.UU. y el
mundo. El grupo en el poder, con Bush II,
mantiene estrechas relaciones y vínculos de
negocios con empresas petroleras y militares; el
vicepresidente Cheney y la Ministra de Exteriores,
Rice, son accionistas en empresas de estos ramos,
como Halliburton o Chevron. Recordemos además
que las familias Bush y Bin Laden fueron socios

- 242 -
Colapso Mundial y Guerra

desde antes de la guerra contra la URSS en


Afganistán.
A partir del 11 de septiembre de 2001, al
menos, y como quiso hacer su contraparte española
en marzo de 2004, el gobierno de EE.UU. ha
estado engañando a la opinión pública respecto del
régimen de Irak, y ha montado un proceso político
y de relaciones públicas, que acompañase los
preparativos y la misma campaña militar. El
objetivo era apoderarse del petróleo de Irak,
mientras la opinión pública y el debate político se
centraban en “otras cosas” (por ejemplo la caída y
captura de S. Hussein; la supuesta existencia de
“armas de destrucción masiva” que representaban
una “amenaza inminente” para Israel y EE.UU.).
Puesto que la producción nacional de petróleo
de EE.UU. continúa apenas estable y más bien
tiende a declinar, y se agotará en breve tiempo;
dado que la demanda petrolera sigue aumentando;
dada además la importancia de controlar el
petróleo para “ejercer influencia decisiva” sobre
todas las regiones y países; y dado el
agravamiento incontenible de los colapsos
ecosociales63. Entonces el ejecutivo de EE.UU.
ha decidido hacerse con el control de todo el
petróleo del mundo. Es parte de las llamadas
“guerras de recursos”. En el caso de EE.UU., el
control del petróleo mundial se torna
estratégicamente crucial, por el colapso del
dólar y la emergencia del euro como moneda de

63
La administración Bush II oculta información al público –
incluyendo la comunidad científica- sobre el calentamiento
mundial, y otros aspectos del colapso ecológico, por ejemplo.

- 243 -
Eduardo E. Saxe Fernández

reserva mundial. (Cf. Klare, 2001; Duncan, 2003;


Heinberg, 2003; Arnold, 2002).
En mayo de 2001 –apenas cuatro meses antes
de los ataques del 11 de setiembre-, el
vicepresidente Cheney presentó su Política
Energética Nacional. Se trata de una propuesta
congruente con la historia de EE.UU., en la que
señala que ese país, al momento importaba el 60
por ciento del petróleo que consumía, y estimaba
que para el año 2020 esas importaciones
representarían el 90 por ciento del consumo
nacional. El referido informe señala que en el año
2000 EE.UU. consumió energía equivalente a 100
trillones de BTUs (“cuadrillones” en inglés), y
estimaba que para el año 2020 ese consumo
alcanzaría casi 130 trillones (un incremento del 30
por ciento). Ahora bien, la producción nacional de
EE.UU. estaba en unos 70 trillones anuales en
2000, y para 2020 alcanzaría los 75 trillones.
Consecuentemente, el déficit general de
importación energética pasaría, de unos 30
trillones en 2000, a unos 55 trillones, equivalente a
casi el 45 por ciento del consumo. Según Klare
(2002), de acuerdo con esta previsión del gobierno
de Bush II, EE.UU. debe inmiscuirse en los
asuntos políticos, económicos y militares de los
países ricos en petróleo. Advierte que la ingerencia
puede adquirir formas financieras o políticas, pero
siempre va a requerir de acciones militares.
Para la Agencia Internacional de Energía
(AIE), la dependencia petrolera en América del
Norte pasará, del 45 por ciento en 1997 al 58 en
2020; la de Europa del 53 al 79 por ciento; la de
Asia Oriental (sin la R. P. China) de 54 a 90 por

- 244 -
Colapso Mundial y Guerra

ciento; la de la R. P. China del 22 al 77 por ciento;


y la de la India del 57 al 92 por ciento Es decir, el
consumo mundial pasará de 75 millones de barriles
de petróleo en 2000, a 115 millones de barriles en
2020 –de los cuales los miembros de la OPEP
producirán al menos 60 millones.64
Volviendo al informe Cheney, estima que los
productores del Golfo Pérsico “seguirán siendo
centrales para la seguridad mundial petrolera”.
También estima que esos países contienen unos
675 millardos de barriles de petróleo, equivalentes
a dos tercios de las reservas mundiales. Arabia
Saudita e Irak poseen los principales yacimientos –
los de Irak han estado en condición de “reserva”
desde la guerra de Bush I hasta la toma del país por
Bush II.
Con esta política energética y petrolera, la
administración Bush II ha reiniciado el objetivo
nixoniano de lograr la “independencia” energética
de su país. Esto quiere decir, por una parte
producir suficiente energía para no depender de
nadie (lo que implica otros y nuevos tipos
energéticos); por la otra parte, controlar las fuentes
de energía del mundo entero, sobre todo el
petróleo. Un analista señalaba, a finales de 2003,
que:
“Lo que es novedoso es cuán sistemáticamente
está persiguiendo el objetivo la administración
Bush, peinando la tierra en búsqueda de
aprovisionamiento en Rusia, el Mar Caspio,
África Occidental, las aguas profundas del
Atlántico, o donde sea”. (J. Barry, 2003: 18).

64
World Energy Outlook 2000.

- 245 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Arabia Saudita es el país más importante del


mundo, en términos de producción de petróleo. Sus
reservas representan una cuarta parte del total
mundial (unos 265 millardos de barriles), y el
gobierno de EE.UU. estima que debe aumentar su
producción, de 11.4 millones de barriles diarios en
2000, a unos 23.1 millones de barriles diarios en
2020. El gobierno de EE.UU. esperaría que ese
fabuloso aumento en la producción saudita, lo
llevaran a cabo las compañías petroleras
metropolitanas. A partir de la guerra contra Irak de
Bush I, Arabia Saudita está prácticamente bajo
control militar de EE.UU.
Por otra parte, el control de Irak permitiría a
EE.UU. emprender una política diferente con
Arabia Saudita, menos “dependiente” de la casa
real y otros “compromisos” de EE.UU. –por
ejemplo: después del 11 de septiembre de 2001, los
familiares de Ben Laden que residían en EE.UU.,
pudieron salir sin ningún problema y nunca fueron
interrogados por agentes políticos, judiciales, de
“inteligencia”, policiales o militares.
Por su parte, Irak tendría reservas de por lo
menos 112 millardos de barriles de petróleo; y él
solo podría abastecer las necesidades de
importación de EE.UU. durante los próximos
veinte años.
Luego, en el Asia Central se estiman reservas
de hasta 235 millardos de barriles de petróleo. Los
productores africanos de petróleo (sobre todo
Nigeria, Angola, Sudán, Guinea Ecuatorial y todo
el Golfo de Guinea) generaron el 10 por ciento de
la producción mundial en 2000, y EE.UU en 2020.
espera que produzcan hasta un 13 por ciento de ese

- 246 -
Colapso Mundial y Guerra

total. Nigeria producía 900.000 barriles de petróleo


diarios en 2000, y EE.UU. espera que aumente su
producción a 1.800.000 en los próximos veinte
años. Similarmente, espera que las reservas de ese
país se incrementen un 50 por ciento hacia 2012.
De América Latina, Venezuela es el tercer
proveedor de EE.UU. –que no importa mucho
desde el Golfo Pérsico-, México el cuarto, y
Colombia el séptimo. EE.UU. estima que la
producción de petróleo en Brasil puede alcanzar
los 4 millones de barriles diarios hacia el año 2020.
Colombia (donde los oleoductos son controlados y
vigilados por fuerzas de EE.UU) y Ecuador
también deberán aumentar su producción; México
y Canadá siempre podrían aumentar mucho su
producción “si EE.UU. lo necesitase”. Todos los
países de la región –incluyendo los de la cuenca
caribeña y Centroamérica- son actualmente objeto
de interés petrolero de compañías y del gobierno
de EE.UU. Los países que se nieguen a “colaborar”
son amenazados con represalias –por ejemplo en
Costa Rica, desde que el gobierno, por presiones
populares, se vio obligado a rescindir los contratos
con la transnacional petrolera Harken, se continúan
recibiendo amenazas del representante comercial
de EE.UU., el Sr. Zoellick, con quien el país ha
estado “negociando” un tratado de “libre
comercio”.
Es que, las áreas donde se prevén las “guerras
por los recursos” del futuro, también son las
regiones definidas por EE.UU. como estratégicas
para obtener petróleo y gas natural: Medio Oriente,
Asia Central, África, y América Latina. Es decir, el
petróleo es el recurso más militarizado del

- 247 -
Eduardo E. Saxe Fernández

mundo; EE.UU. “teje” a su alrededor


(producción, transporte, comercialización,
procesamiento, distribución, etc.), una parte
esencial de su aparato y estrategia militares. En
las doctrinas estratégicas, solamente por medios
militares es posible controlar el petróleo; y
solamente controlando el petróleo dispondrá
EE.UU. de un “arma económica” contra sus
adversarios europeos –cada vez más poderosos
económicamente-; y contra regiones y potencias
emergentes (sobre todo la R. P. China y la India),
que en la actualidad aumentan, y en el futuro
próximo aumentarán dramáticamente, sus
importaciones de petróleo.

7. Conclusiones
La guerra contra el terrorismo de EE.UU. tiene
como primer objetivo garantizarle a ese país
(empresas y estado), una hegemonía mundial
indiscutible y, en segundo término, asegurarle el
control del petróleo medio oriental y del Asia
central, así como de África y todo el continente
americano. De esta manera, tanto la UE como
Japón y notoriamente la R. P. China y la India,
quedarían a merced de las políticas exterior, militar
y petrolera norteamericanas. La estrategia busca
compensar la expansión de la UE hacia el Este (la
UE de los 25), y la emergente “alianza alternativa
equilibrante” grupo encabezado por la EU, Rusia,
RP China e India, y que tiende a complementarse
con Brasil y su área geoestratégica de influencia –
por su alianza con Argentina.65

65
Prácticamente durante todo el siglo XX, EE.UU. estuvo
aliado con Brasil y durante largos períodos estuvo enfrentado

- 248 -
Colapso Mundial y Guerra

Además, contra la política de Washington


actúan, entre otras, las presiones económicas. Las
dinámicas que impulsa la dirigencia (político
empresarial) de EE.UU. conducen al siguiente
dilema: el aparato militar es el instrumento
disponible para garantizarse una hegemonía
planetaria (“mantener e incrementar superioridad
militar”), incluyendo el control del petróleo, clave
del control económico. Los sectores económicos
petrolero y militar son los favorecidos y pasarían a
la centralidad económica cuando los sistemas
financieros dependan de ellos. Esto es lo que viene
sucediendo, con el estado permanente de guerra
que mantiene internamente y que pretende imponer
internacionalmente. El sector financiero adquiere
entonces las características de los juegos de azar,
que exacerban la “psicología del riesgo” de los
cada vez más inestables mercados financieros,
particularmente el mercado monetario
(valorizaciones y desvalorizaciones a mediano
plazo del dólar de EE.UU. y del euro de la UE).
Los sectores petroleros ven aumentadas sus
ganancias extraordinariamente, por los altos
precios que inducen las especulaciones sobre la
marcha de la guerra contra el terrorismo en
general, la guerra contra/en Irak en particular, pero
adicionalmente también otras guerras del Medio
Oriente y Asia (Palestina, Afganistán, por
ejemplo), América (Colombia; posible ataque de
EE.UU. contra Venezuela y Cuba); y algunas, pero

o distanciado de Argentina; la rivalidad entre las dos potencias


del Sur americano impedía la integración estratégica de
América del Sur.

- 249 -
Eduardo E. Saxe Fernández

no todas (claro), de las guerras civiles o regionales


que devastan el continente africano. Así como
“otros” puntos, como la unificación y liberación de
Corea o la integración de Formosa a la R.P. China,
que las políticas de EE.UU. tienden a
desestabilizar hacia crisis político militares
“permanentes”, que entonces, en las bolsas de
valores y para los especuladores monetarios o de
los precios del petróleo o de los riesgos de seguros,
representarían tales y tales costos (para quién) y
tales y tales ganancias (para quién). Capitalismo de
“casino”, se ha denominado a esta fase del
capitalismo que corresponde con la precipitación
en la guerra civilsocial mundial.
Adicionalmente, con el financiamiento de la
carrera armamentista, EE.UU. incurre en crecientes
déficit presupuestarios, fiscales y comerciales. Para
enjugar esos déficit se devalúa el dólar (como ya se
hiciera durante la década de 1970), esperando que
un repunte en las exportaciones y un abaratamiento
de la producción nacional en el mercado interno, le
permitan crecer lo suficiente como para enjugar
esos déficit. Esto, sin embargo, abarata el precio
del petróleo para sus competidores económicos y
para los países productores. La OPEP reaccionó
primero, disminuyendo la producción de manera
de subir el precio “real” del petróleo. Pero las
citadas “guerras”, por los recursos petroleros en el
caso de la ocupación de Irak, han convertido al
precio de este producto energético en un paraíso
para los especuladores, que quieren ubicarlo en el
rango de entre 100 y 200 euros por barril para
2007-8, y que, por supuesto, engordan las arcas de
magnates petroleros, incluyendo los que ocupan

- 250 -
Colapso Mundial y Guerra

los principales cargos políticos en EE.UU.66. La


administración Bush II ha buscado que los
regímenes e instituciones públicas internacionales
resulten deteriorados y desprestigiados, como
resultado de las posturas unilateralistas que debe
adoptar. Estas políticas no han funcionado, EE.UU.
viene quedándose aislado y enfrentando, tanto
interna como internacionalmente,
a) repudios por el unilateralismo, y
b) mantenimiento y fortalecimiento de las
instituciones internacionales fundadas en el
multilateralismo.
A partir del estancamiento de su guerra en Irak
y ese creciente aislamiento, la Ministra de
Exteriores Rice sustituye a Powell y viene
dialogando con todas las potencias, prometiendo
portarse bien y aceptando regresar a las
instituciones internacionales multilaterales,
incluyendo el derecho internacional, como
condición para empezar a “normalizar” las
relaciones deterioradas, entre EE.UU. y la mayoría
de los países, a partir del 11 de setiembre de 2001
–salvo casos como el “democrático” Pakistán de
Mussharraf o el Egipto del eterno presidente
Mubarak. Las actuaciones de la diplomacia de
EE.UU. no han servido para reducir la carrera
armamentista mundial, al revés.
Las posturas guerreristas aparecen como
“lógicas” y “racionales” para quienes construyen

66
Mas también engordan las arcas de Venezuela, algo que le
permite al régimen neobolivariano chavista, co-liderear los
cambios ideológicos, militar estratégicos, sociales y
económicos tendientes a la liberación latinoamericana.

- 251 -
Eduardo E. Saxe Fernández

las políticas del gobierno de EE.UU. y que


constituyen la forma DESTRUCTIVA de
compensar los efectos negativos actuales, del
dilema económico del dilema de la seguridad,
articulados ambos alrededor del
acaparamiento, el (ab)uso y el (des)control de la
energía – el petróleo y, cada vez más, el agua.
La relación estrecha entre guerra y petróleo ha
sido remozada una vez más. La administración
Bush II, en boca de su ministro de energía ubica la
problemática como parte de su “guerra contra el
terrorismo”:
“Los terribles ataques terroristas del 11 de
septiembre en Nueva York y Washington, así
como las consecuentes acciones militares y
diplomáticas que se están llevando a cabo, le
han dado un sentido de importancia a la
seguridad energética de nuestra nación. De
repente hemos visto con mayor claridad la
urgencia de garantizar la estabilidad de
nuestros suministros de energía. Y es que hay
un vínculo fundamental entre nuestra
seguridad nacional y nuestra seguridad
energética”(Spencer, 2001).
Este vínculo “fundamental” o estructural de la
política (interna e internacional) de EE.UU. ha sido
explorado en este capítulo, y esa travesía conduce
a estimar que, es alrededor del petróleo donde
tienden a precipitarse guerras de insospechados
alcances. Conforme aumenta la especulación con
los precios del petróleo, azuzada por la negativa de
las empresas petroleras a construir plantas de
refinación para aumentar la oferta sobre todo de
gasolinas, así como por el desarrollo de actividades

- 252 -
Colapso Mundial y Guerra

militares en los lugares de producción del


hidrocarburo, entonces los precios vienen subiendo
desde que EE.UU. desatara su agresión ilegal
contra Irak y la “guerra contra el terrorismo” se
transformara definitivamente en “manto” o
“mampara” justificatoria y modus operando
político.
Aparte de los problemas económicos y social
políticos que esto provocará, es posible visualizar
escenarios de confrontaciones de EE.UU. con los
gobiernos de Irán y de Venezuela, que podrían
llevar los precios hasta niveles de US200 dólares –
en caso de suspensión de producción, por ejemplo.
Las posibilidades de confrontación internacional
generalizada tenderán a multiplicarse. Rusia, India,
Pakistán, Israel, Turquía, los estados del Golfo
Pérsico, se verían arrastrados al empleo de armas
nucleares y bioquímicas –no tan “miniaturizadas y
desleídas” como las de EE.UU. y por tanto más
letales.
Un ataque contra Irán por parte de EE.UU.
tendría que destruirle a ese país, su capacidad para
atacar blancos militares de EE.UU. en el Golfo
Pérsico, e incluyendo a Irak, Arabia Saudita y
Pakistán, así como las instalaciones petroleras
propias y de sus vecinos. Aparte de un posible
involucramiento israelita si Irán también se
defendiera (contra)atacando Israel.
Mientras tanto, con el fin de la era del petróleo,
los gobiernos, las CTMs, las organizaciones e
instituciones internacionales, las comunidades de
todo tipo (desde académicas hasta rurales), no
están dando los pasos necesarios para su reemplazo
prácticamente inmediato. En parte significativa, la

- 253 -
Eduardo E. Saxe Fernández

creciente crisis mundial se origina en la


“administración militar” de la última fase de la era
del petróleo. Hacen falta ahora, esfuerzos para
“superar el petróleo”. Con los conocimientos y
tecnologías disponibles esa tarea es muchísimo
más fácil hoy que durante el primero de estos
espasmos finales del régimen energético de
hidrocarburos, en la década de 1970. Así, por
ejemplo, en los países latinoamericanos, no
solamente los tropicales, la transición a los
combustibles vegetales sería relativamente fácil,
empleando para ello plantas como la caña de
azúcar, el maíz o la soja, y tecnologías
desarrolladas en Brasil, Argentina o México –por
solo mencionar las tres potencias regionales.67

67
Sería apenas un primer paso mínimo e insuficiente, pues
mantiene los motores de combustión interna y desplazaría
parcialmente la agricultura. Es un dilema que el uso del agua
tampoco resuelve (motores de hidrógeno). El dilema
energético solo se podrá solucionar desarrollando los
conocimientos científicos para replicar los procesos
fotosintéticos.

- 254 -
Colapso Mundial y Guerra

Capítulo Cuarto

Religión y guerra en la política


exterior de EE.UU.
(2002-2003)

Para
John Saxe-Fernández
David Sánchez Rubio y
François Houtart.

“...el fundamentalismo cristiano de EU es mucho más


extremo porque es total. Lanza a todo el mundo al
suicidio colectivo para dejar como horizonte de salida
la segunda venida de Cristo”
(Franz Hinkelammert, 2003: 137).

1. Introducción
Conforme se agudizan los colapsos
ecosociales y por la guerra mundial que quiere
imponer EE.UU., era de esperar, y ha sucedido,
que la gran mayoría de las gentes empezaran a
padecer de “miedo” extraordinario, extremo, es
decir, “terror”. Estos crecientes temores son
profundos, estremecen y aterrorizan, las personas
se lanzan a búsquedas de “sentido y seguridad”, y
cada vez más la encuentran en afiliaciones
religiosas cristianas, en EE.UU., la UE y América
Latina, sobre todo. Como no ocurrieron

- 255 -
Eduardo E. Saxe Fernández

“cataclismos” en el año 2.000 y las gentes podrían


inclinarse a posiciones “no creyentes”, los ataques
del 11-09-01 en EE.UU. sirvieron para encauzar y
aumentar el temor a los cataclismos apocalípticos
que anuncian los cristianos –se trata de
“interpretaciones suicidas” de los colapsos
ecosociales mundiales, provocados por la misma
civilización cristiana en su etapa de capitalismo
tardío.
El siglo XX implicó guerras devastadoras
como nunca antes, y “equilibrios de terror”, ante la
posibilidad real de destrucción total (guerra
termonuclear). En el siglo XXI, el terror por la
destrucción mundial y de la humanidad, es
“administrado” por los actores políticos y
económicos, incluyendo ideológicos pero,
particularmente, enfatizándose la religiosidad. La
“anticipación” social histórica de los procesos
cataclísmicos inducidos por el capital y su
guerra/explotación, evidentes en el deterioro de la
cotidianeidad (dimensión ecopsicosocial) y el
crecimiento de la violencia y la guerra (dimensión
policíaco/militar y criminal), que “sienten-pre-
sienten” las poblaciones hoy; esa anticipación, en
gran medida se expresa y manifiesta también en
formas religiosas, que operan como sistemas
ideológico institucionales cotidiano-universales y
consecuentemente totalizantes. Así, muchas son las
personas que ahora gravitan hacia mundovisiones
articuladas desde las lecturas, las imágenes (de
todo tipo), los discursos y las ceremonias, que
anticipan la segunda llegada inminente de Cristo,
quien vendría a repartir justicia, y a “salvarlos” a
ello/as solo/as –o al menos dándoles entrada

- 256 -
Colapso Mundial y Guerra

preferente en el “Reino”. Y ocurriría entonces “el


final de los tiempos”, que los cristianos venían
identificando con el año 2.000, hasta que pasaron
los meses y días y “el mundo no se acabó”.68
Salvación de una circunstancia de amenaza
a la vida, mediante/en el “Juicio Final”, o ante el
“Fin del Mundo”, es nuevamente, pese a lo
supuestamente “avanzados” en el tiempo histórico
que estamos, el problema que atemoriza, produce
terror y, entonces, suscita el fervor religioso.
(También tiende a suceder individualmente, entre
muchas personas que, al aproximarse su muerte, se
tornan más religiosas).
En lo que sigue, exploro algunas de las formas
en que la religión cristiana, (tanto en el catolicismo
romano como en otras iglesias “históricas”, y
también en el cristianismo “evangélico” en EE.UU.
e Inglaterra -llamado “pentecostalismo” en
América Latina), incide sobre la política y, sirve
como instrumento justificador y como “definición
de situación” para el liderazgo en Washington y
Londres.
El citado Franz Hinkelammert destaca que el
cristianismo se ha “imperializado”, en el
fundamentalismo cristiano de EE.UU., que asume
como su dios al “dios del salvajismo”. Discutiendo
el caso del ideólogo de Reagan, Hal Lindsey,
Hinkelammert señala que se trata de una teología,

68
Sin embargo, el Vaticano aprovechó la excitación en ese
momento para realizar una recolecta extraordinaria de fondos,
a nivel mundial –Jubileo-. Similar al auge eclesial en la
Europa de la Edad Media.

- 257 -
Eduardo E. Saxe Fernández

“...que surge en nombre del fundamentalismo,


interpreta el mundo actual como un mundo que
está por desaparecer en las próximas décadas.
Esta segunda venida de Cristo es precedida por
un juicio más terrible que cualquier cosa
conocida en el pasado, la llamada gran
tribulación. Los fundamentalistas creen que la
mayoría de los creyentes en Jesús serán
“raptados” al cielo por Cristo, para que la
tribulación se concentre sobre los pecadores
empedernidos. Un tiempo antes de esa
tribulación será restaurado el pueblo de Israel y
sus enemigos destruidos” (2003: 135).
Las organizaciones y membresía de estas
corrientes apocalípticas incluyen desde quienes se
suicidan durante ciertas conjunciones astrales,
hasta quienes salieron a votar a favor de Bush II,
“...porque así lo pedía Cristo”.

2. Nación y religión
Entre los mitos fundacionales de EE.UU.
encontramos la creencia en que ese país es la única
(y por tanto toda) “América”, y que “América” a
su vez es el “paraíso recobrado”, “EL” “ombligo
del mundo”, y en consecuencia el centro de
dirección y orientación universales. Ese sería el
“destino manifiesto”, tal como lo ha sostenido el
cristianismo nacionalista y fundamentalista en
EE.UU. desde por lo menos el siglo XIX.
Tanto Alemania como Francia como
Inglaterra, Rusia, Holanda y los Estados Unidos de
América, son potencias que históricamente han
considerado su destino/sentido traer la “libertad” al
Mundo, mediante el predominio de “su” versión

- 258 -
Colapso Mundial y Guerra

(cristiana) de libertad. En el caso de EE.UU., esa


“libertad” tiene una base religiosa, en sentido
predestinal de “pueblo elegido” por su Dios (“El”
Dios verdadero en sus resultados).
En EE.UU. mucho/as han creído que “Dios” les
otorga mandato universal y que les guía y protege
en sus empresas internacionales. “En Dios
confiamos”, leemos en su moneda. La forma
simbólica que asume esa divinidad es el “capital
democracia”, o sea, son: las correspondientes
nociones políticas y económicas de lo religioso, y
viceversa, la “noción religiosa” de la economía y la
política, las que permiten aglutinar a la nación
excepcional alrededor del excepcional estado en
guerra. Quienes practican el cristianismo
evangélico norteamericano quieren ampliar su
influencia y poder, haciendo que la administración
Bush II adopte su agenda, “y algo más”. Ese “algo
más” es central en el análisis y la discusión
políticas, se refiere a la profesión de fe y a la
articulación del mundo en términos religiosos, que
tiende a emplear ese gobierno, tanto en la
formulación como en la “concepción” misma de
sus políticas, nacionales e internacionales.
Y la principal política es, en tiempo previos a
la gran tribulación y el Juicio Final, la guerra; la
guerra de quienes se van a salvar contra quienes
deben morir para vivir un castigo eterno. Guerra
siempre de “cristianos” contra diferentes tipos de
“otros” no plenamente humanos en tanto no
cristianos.
En la historia de EE.UU., se trataba de las
guerras contra infieles (supuestos) “amenazantes”
“indios” y “bandidos o déspotas mexicanos o

- 259 -
Eduardo E. Saxe Fernández

nicaragüenses o filipinos”, siendo su principal


pecado habitar el “territorio deseado”, por ejemplo
las montañas Rocosas, Texas o California. Pues en
el caso de EE.UU. es notable su involucramiento
histórico en conflictos bélicos, y en tales
circunstancias la “democracia” rápidamente se
reduce al apoyo ideológico y simbólico a la postura
“nacional” en la guerra. Esa postura “nacional
democrática” ha sido y ahora es más que antes,
fundamentalmente “cristiana”.
Las guerras enriquecen a algunos y dejan en la
miseria a mucho/as, como hace un mercado
“desregulado” al extremo, en sus ciclos
temporales. Diríamos que “La guerra es la
continuación de la economía por otros medios”,
como es el caso, tendencialmente, del
neoimperialismo “predador” (neoliberal globalista)
hasta el 11-09-01 y, a partir de entonces, del
neoimperialismo de guerra, que tiene un sesgo
“cristiano” importante, tan importante, podemos
hipotetizar, ¿como lo fuera el cristianismo en
Europa entre los siglos III al XVIII?
La reducción de la democracia en estado de
guerra, y el salvajismo económico social
correspondiente, conllevan un costo político que
los poderes de turno buscan compensar y justificar.
La ideología y el compromiso humano, desde la
modernidad se han venido articulando en estados
nacionales, y por tanto el nacionalismo sigue
siendo la ideología dominante, no solamente en
EE.UU. donde alcanza cotas paroxísticas durante
esta “guerra contra el terrorismo”, sino también en
la identificación que buscan, por un lado las
organizaciones de diferentes religiones pero sobre

- 260 -
Colapso Mundial y Guerra

todo cristianas y, por el otro lado, las personas que


ocupan posiciones públicas, con una mundo visión
y un ser-en-el-mundo basados en lecturas literales
e interpretaciones espontáneas, o eruditas y
empíricas, de documentos o textos considerados
sagrados.
La situación de guerra, generalmente es
suficiente para provocar “miedo y cólera” sociales,
nacionales. Miedo y cólera se traducen en, y
emergen de, procesos dialógicos y sociales
fundamentalmente dicotómico excluyentes;
situaciones de sumatoria cero; pérdidas o
ganancias totales –incluyendo en primer término la
violencia física o/y psicosocial, es decir, “vida y
propiedad”. Pero en segundo término, el miedo y la
cólera nos hacen ir perdiendo capacidades
discursivas y determinativas. Sobre todo quedamos
especialmente deteriorado/as ética y estéticamente.
De donde se siguen los discursos autoritarios,
unilaterales y destructores. Se trata de solucionar
violentamente las dificultades o problemas, como
forma de vida, como mandato “espiritual”. Pero si
esas dificultades y problemas aumentan, ninguna
forma de vida puede persistir autodestruyéndose.
De ahí la necesidad y la tendencia a recurrir al
fundamentalismo religioso, junto con el
chauvinismo nacional político, incluyendo los
ámbitos de la política institucionalizada y a los
ámbitos “pre” o “cuasi” políticos de una religión
organizada alrededor, no solamente de la culpa
sino del terror, como en la Iglesia Católica de
España y América con la Santa Inquisición. Terror
y culpa unidos en la mitificación de la política de
“la guerra de dios”, proceso que impulsan los

- 261 -
Eduardo E. Saxe Fernández

sectores fundamentalistas cristianos en el poder en


EE.UU. hoy.
Ese “destino mítico” y religioso de EE.UU., ha
sido parte del debate público en el país desde su
origen y al través de su historia, incluso y sobre
todo por el fundamentalismo evangélico actual de
la Casa Blanca.

3. Guerra y religión de EE.UU.


En numerosas oportunidades, la coyuntura de
“democracia capitalista en estado de guerra” ha
sido puesta en “ejecución intensa” (“vivencia
mítica” de una guerra por parte de cada
generación), en cruciales guerras que encontraron
el respaldo fervoroso y explícitamente religioso de
la población, pues se trataba de ir contra el pagano
(“indio” en suelo americano, “nativos” en los
otros), o contra el “infiel” (sobre todo judío o
musulmán, pero en principio cualquiera que no
aceptase la religión cristiana nacional) o
simplemente contra el “ateo” (sobre todo los
“anarquistas” y los “comunistas”). Se trata,
siempre, del enemigo-malo-agresor al que se
combate por parte de “nosotros buenos-justos”,
“portadores de la cólera y la espada divinas”.
La justificación religiosa del monoteísmo
excluyente (cristiano, judío, musulmán, sobre todo)
para las guerras, no solamente las ha exacerbado y
potenciado sino que las ha venido transformado en
heridas enconadas y permanentes. Pues quien
agrede lo hace cuando siente haber sido agredido
por un enemigo escatológico, el otro que no
comparte su fe –basada en el repudio a la no
adopción de esa fe. Hasta la Segunda Guerra

- 262 -
Colapso Mundial y Guerra

Mundial y en la iglesia romana todavía durante


algún tiempo más, los “judíos” eran vistos como
enemigos de la fe (“mataron a Cristo”). Pero a
partir de la administración Kennedy y el ulterior
acercamiento entre Tel Aviv y Washington, ahora
las dos religiones (cristianismo católico y
judaísmo) parecen convivir muy bien, sobre todo
porque enfrentaban dos enemigos comunes
(comunistas e infieles musulmanes).
Entonces, la “guerra” cristiana contra los
árabes puede remontarse al menos a los avances
sobre el Imperio Bizantino, y a Iberia entre los
siglos VII y XV dne.; habiendo alcanzado cumbres
históricas y literarias, respectivamente, en
Saladino, en Lepanto y en Cervantes, por ejemplo.
La población es manipulada descaradamente
con los medios de comunicación; los gobiernos de
Bush II y de Blair han mentido y engañado
repetidamente a sus conciudadanías. A raíz del más
reciente y más “impactante” evento aterrorizador
de la población en EE.UU. (11-09-01), desde los
imaginarios religioso nacionalistas, fundacionales
y profundos, la población históricamente ha
tendido a ofrecer pleno respaldo a su gobierno,
cuando se trata de una guerra “justa”, es decir, de
“retribución”(“retaliation”) o “venganza”, ya que
la guerra a la que va a pelear la juventud de
EE.UU. resultaría ser: “siempre justa, porque
EE.UU. nunca, por definición, empieza la
agresión, siempre EE.UU. es quien responde a la
agresión; se trata de una agresión recibida, de
ataques a mansalva y por la espalda”.
Implícitamente se asume que la gente de
EE.UU., y el país mismo, son “diferentes” a,

- 263 -
Eduardo E. Saxe Fernández

digamos, los europeos que “siempre están en


guerra”, o los “indolentes” latinoamericanos que se
matan entre ellos y todos son “bandidos y
corruptos”. Esa “diferencia” es “ontológica”, el
país, EE.UU., estaría ubicado en la “tierra
prometida”, es decir, en la tierra del pueblo
“destinado” a dominar el mundo. Se trata de un
mito fundacional; las dimensiones religiosas son
evidentes en su formulación y vivencia.
Por consiguiente, los “ataques” de los
enemigos (siempre “malos”), “los indios”, México,
España, Alemania, Japón, la URSS, Corea,
Vietnam, y más recientemente una entidad
terrorista supranacional, supuestamente radicada
primero en Afganistán y luego en Irak (así como
una serie de países “Eje del Mal” mundial),
después de ser procesados por la lógica descrita,
fueron entendidos y difundidos como
“provocadores” y “justificadores” de los ataques de
“represalia” (reprisal) (venganza) de EE.UU.
En los casos de la voladura del “Maine” en el
puerto de La Habana y del supuesto ataque
vietnamita a buques de la marina de guerra de
EE.UU. en el golfo de Tonkín, se ha podido saber
que más bien se trataba de falsos escenarios,
creados por acciones y discursos de agentes de
EE.UU.
En el caso japonés, EE.UU. había estado
provocando insistentemente a Tokio, imponiéndole
un embargo petrolero previo a Pearl Harbor, en un
escenario con algunos elementos similares al actual
entre EE.UU. y Corea del Norte. Y, así como
Inglaterra se alió con Japón contra Rusia en 1905,
así también ahora EE.UU. y Japón se han aliado

- 264 -
Colapso Mundial y Guerra

militarmente para tratar de impedir una “Unión


Asiática” (basada en la superación de la oposición
estratégica histórica entre China y Japón –
mediados por Corea). Estos movimientos
estratégicos tienden a agudizar las tensiones y
propensión a la guerra en el Asia del Pacífico69.
Tales manipulaciones adquieren sentido
dentro de un discurso en el que lo religioso
justifica “el interés nacional”, aunque no
necesariamente en un discurso en el que el “interés
nacional” se estime en términos de “poderío”. Por
consiguiente, la guerra que libra EE.UU. contra sus
enemigos es considerada y publicitada por las
sucesivas administraciones como “guerra santa”,
elemento que refuerza y a la vez se apoya en las
ideas de la “guerra justa”. Pero por esto mismo, la
“racionalidad” de tales empresas es cada vez más
la “racionalidad” del fanatismo y el odio religiosos.
Lo que, de acuerdo con las formulaciones
positivistas de la política internacional, iría
conduciendo al empeoramiento de las situaciones y
tendencias mundiales.
Además, de forma similar a otras inquisiciones
y regímenes basados en el control social mediante
el terror ideológico policíaco (como la Inquisición
española durante la colonia hispanoamericana), los
contenidos y las dinámicas giran alrededor del fin-
de-mundo, fin-de-vida. Amantes de la muerte. Se
trata de una cultura que tiene como principal ícono
religioso a la violencia contra “el otro”, el otro

69
Una de las peores pesadillas para los estrategas de EE.UU.
sería una Unión Asiática, que complementara a la Unión
Europea y a la emergente Unión Sudamericana.

- 265 -
Eduardo E. Saxe Fernández

“hombre”. Es la imagen de un hombre con


múltiples heridas, acosado y azotado, públicamente
golpeado y puesto a agonizar y morir
ignominiosamente en una cruz.70 Se trata de una
cultura religiosa que se deleita en el detalle
microscópico y eterno del Asesinato de Dios, y por
extensión moderna y posmoderna, de (todo, algún,
cualquier) asesinato, como hemos señalado en
otros lugares (Saxe Fernández, 1999).
Hinkelammert concuerda con nosotros, señalando
que el signo de los fundamentalistas como Bush II
“... es el lema Cristo viene, que, pegado en
automóviles, casas y caminos no solamente en
EU, no es un anuncio sino una amenaza, la del
último juicio, que estos fundamentalistas
pretenden anticipar en nombre de la segunda
venida de Cristo. Se habla de la venida de este
último juicio para anticiparlo y tomarlo en las
propias manos. Por eso, las guerras que se
hacen dentro de este contexto son
anticipaciones del último juicio de Cristo y los
fundamentalistas cristianos son los encargados
de llevarlas a cabo. Esta mística de
aniquilamiento es sumamente eficaz. Le da una
apariencia utópica a la propia destrucción de la
humanidad y de la Tierra. Es la antiutopía
como utopía. Puede destruir todo aunque sepa
que al final se destruye a sí misma. Siempre
mantiene un horizonte más allá de la
destrucción total... No es un horizonte de

70
Única forma permitida a lo/as cristiano/as de
observar/considerar el desnudo masculino.

- 266 -
Colapso Mundial y Guerra

esperanza, sino una salida para aquellos que no


admiten ninguna esperanza.”. (2003: 136)

4. Base ontológica e ideológica de la fanatización


militar de EE.UU. (modelo israelita)
La actual administración de EE.UU. cree y
quiere hacer creer que su despliegue estratégico
universal es inevitable, aunque acaso un poco
costoso. Pero esos costos se compensarían con
creces, por el acceso a los recursos que “necesite”
EE.UU. para mantener y reafirmar su primacía
mundial. Para ello escoge atacar y tomar países
con recursos u otros elementos estratégicos,
generalmente muy pobres y que se encuentren
debilitados al máximo, tanto económica como
militarmente, en numerosos casos después de
“embargos” y “ocupaciones del espacio aéreo”,
durante décadas; y en todas las veces después de
terribles guerras regionales que desgastaron a los
contendientes, incluso a quienes resultaron
vencedores. Más aún, esas guerras regionales
fueron azuzadas por la política de EE.UU. y la
URSS durante la guerra fría, como en el caso del
apoyo de EE.UU. a Sadam Hussein en su guerra
contra Irán, o la financiación del gobierno de
Washington a Osama Ben Laden para la guerra
contra la URSS en Afganistán.
El caso israelí es, sin embargo, el caso
paradigmático de la significación político militar
de la guerra. Utiliza su pasado como víctima, para
actuar como la reencarnación de sus verdugos
(Hitler en particular), contra el pueblo palestino.
Como señalan muchos analistas (por ejemplo
Ordóñez, 2003; Ferrajoli, 2004, etc.) e incluso el

- 267 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Vaticano, la continua masacre contra el pueblo


palestino produce un sentimiento de frustración y
una voluntad de rebeldía en todo el mundo, sobre
todo entre los seguidores de Mahoma, contra
“Occidente”, en primer lugar contra Israel y
EE.UU. y particularmente contra el actual
presidente Bush II y su fiel aliado Ariel Sharon.71
Israel puede incumplir cuantas resoluciones de
la ONU se le antoje; con la amenaza de veto de
EE.UU. en el Consejo de Seguridad se impide el
despliegue de cascos azules que separen a las
partes contendientes. Israel también puede
masacrar a la población Palestina impunemente y
atacar a otros estados, siempre contando con el
apoyo y por lo menos “la comprensión” de
Washington. Israel dispone de un arsenal
termonuclear y bioquímico ilegal, que los otros
miembros de la ONU aceptan “de facto” por la
protección que otorga EE.UU. a Israel. Mientras
tanto, EE.UU. desarma o ataca militarmente a los
enemigos de Israel -que además están
estratégicamente ubicados en el mundo y poseen

71
El 16 de setiembre de 1982, durante su invasión contra el
Líbano, bajo las órdenes de Sharon, “milicianos falangistas
penetraron en los campos de refugiados palestinos de Sabra y
Shatila y hasta el día 18 se dedicaron a asesinar impunemente
a sus moradores, muchos de ellos mujeres, niños y ancianos…
Fuentes judiciales establecieron un balance de víctimas de 460
como mínimo y de 800 como máximo…la OLP cifró los
muertos entre 3.000 y 3.500. La implicación de Israel en tan
terrible crimen pareció incuestionable desde el primer
momento… el propio Sharon reconoció el 21 de setiembre
haber autorizado la entrada de los falangistas en los campos”
(CIDOB, http://www.cidob.org/bios/castellano/lìderes/s-
027.htm).

- 268 -
Colapso Mundial y Guerra

las mayores reservas petrolíferas del planeta, es


decir, a pueblos y países seguidores de Mahoma.
Esas percepciones y sentimientos por las repetidas
humillaciones, combinándose con el hambre y la
falta de recursos y de posibilidades de expresión
política, conducen a la desesperanza y a planes de
vida dedicados a la venganza violenta:
personalidades fundadas en desarrollar
sentimientos de odio, sentimientos articulados
alrededor de la “encarnación volitiva para la
muerte redentora”. Como sus contrapartes
cristianas, estos musulmanes fanáticos, piensan la
vida y el mundo, incluyendo la política, desde
lecturas sui generis de un texto sagrado,
particularmente el Antiguo Testamento judeo
cristiano y El Corán.
A su vez, esa represalia desesperada que está
en la base del “terrorismo anti EE.UU.-Israel”,
“anti judeo-cristiano”, suscita una venganza
también violenta, pero mucho mayor, por parte de
los aparatos estatales y grupos y sectores que
detentan poder y riqueza en el sistema
internacional, en primer término el estado que
aspira a la hegemonía. Esta segunda cara de la
moneda del terror es la que verdaderamente
aterroriza a la población mundial, y la que ha
permitido a la inmensa mayoría de la población del
mundo rechazar la guerra de EE.UU. contra Irak,
incluso derrotando a la maquinaria propagandística
de guerra más formidable de la historia. En esta
tarea de la guerra estatal contra el terror colaboran
los sectores y grupos “ganadores” en las “guerras
de venganza”, “guerras justas”, y “guerras santas”
de la “dinastía” Bush.

- 269 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Es decir, también, y en primer término, los


pueblos y los dirigentes de EE.UU. mantienen un
culto intenso a la violencia, organizando los
imaginarios sociales con el asesinato como centro
de la estética, y una religiosidad fanática
fundamentalista que les hace creerse ungidos y
apoyados por la divinidad “en la lucha final”. En
segundo término, en Occidente y en EE.UU.,
similarmente existe un sentimiento de odio que se
expresa en la institucionalización de la violencia
no ya psicosocial, sino militar –contra esas
naciones, religiones, grupos y personas que
busquen venganza de las violencias y
humillaciones que provocan EE.UU. la UE, Japón,
y los ricos (cristianos, musulmanes, judíos, y otros)
del mundo.
El fanatismo religioso de los
fundamentalismos cristianos, judíos y
mahometanos tiene sus orígenes en un
enfrentamiento muy prolongado, que aparece ya
desde la expansión de los seguidores de Mahoma
hasta los Balcanes y la península Ibérica, el Índico
y todo el norte africano al menos, entre los siglos
VI y XVII, con una recomposición en el Imperio
Otomano, para dar paso a la toma y organización
colonial del medio oriente por Inglaterra, Francia,
EE.UU. y la URSS, ya con conciencia de su
importancia petrolera y estratégica, durante todo el
siglo XX. En el XXI, el nacionalismo y el
socialismo (del que aún quedaba un régimen como
el iraquí) vienen siendo sustituidos en importantes
casos (Irán, Turquía, Afganistán talibán, por
ejemplo) por movimientos y partidos políticos
religiosos.

- 270 -
Colapso Mundial y Guerra

La política internacional de la administración


Bush II, también encuentra resistencia y el
desarrollo de un polo opositor, dentro del
cristianismo. Aquí encontramos monoteístas
dispuesto/as a “compatir” la divinidad con sus
manifestaciones (“encarnaciones”) en diferentes
lugares y tiempos. También se unieron a estos
grupos, sectores de todas las iglesias cristianas
“históricas” (incluyendo sus principales
dirigentes), así como todas las personas religiosas
del mundo que anhelan vivir en paz creadora. En
cambio, muchas congregaciones fundamentalistas
promueven fervorosamente la guerra santa de Bush
II, considerando que la guerra permanente es nada
menos que la “guerra final”, el Juicio Final en el
que ellos son “los escogidos”.

5. Las dimensiones religiosas de las nuevas


doctrinas militares de EE.UU.
En estas guerras ideológico religiosas (que no
por ello dejan de estar orientadas por intereses de
poder y riqueza), la espiral de violencia se torna
imparable y se escala y encona en formas de difícil
solución, como las que hemos podido observar en
el caso de Israel y Palestina. El exclusivismo
religioso de estas religiones monoteístas, es crucial
para comprender la dimensión religiosa de la crisis
mundial, no solamente porque Israel, junto con
Gran Bretaña y Japón, compone el grupo central
de apoyo para EE.UU., sino porque la política del
actual gobierno judío parece ser el modelo que
sigue la administración Bush II a escala planetaria,
basándose justamente en una “alianza” de carácter
religioso, “válida” como motivación y como forma

- 271 -
Eduardo E. Saxe Fernández

de pensamiento y discurso –incluyendo los rituales


tan importantes a niveles gubernamentales-, tanto
para el liderazgo como para sus seguidores en los
respectivos partidos políticos y otras
organizaciones. La administración Bush II justifica
y respalda las masacres ordenadas por Sharon
como parte de su compartida guerra Santa contra el
“terrorismo islámico”, y el creciente aislamiento de
EE.UU. parece ubicarlo en una situación similar a
la de Tel Aviv. Es decir, EE.UU. equivale a
Israel y “el mundo” equivale a los palestinos, en
términos de las políticas a seguir contra quienes
sean definidos como “potencialmente
amenazantes”. Adicionalmente, notemos las
similitudes entre la “política” de EE.UU. y de
Israel respecto de los árabes y musulmanes, y la
“política” nazi contra comunistas, judíos, gitanos y
homosexuales. Entre la postura apocalíptica del
grupo Bush, señala Hinkelammert,
“Hay un evidente parecido con la ideología
nazi, que también concibe el régimen nazi
como el milenio realizado atacado por las
fuerzas del mal de todo el mundo y que tiene
que conquistar el mundo entero para
aniquilarlas. Hasta se llama oficialmente el
Reich del milenio. Eso tiene el mismo sentido
que hoy tiene el New American Century en
EU. No se habla de New American Millenium
para que el paralelo con el nazismo no sea
demasiado evidente” (2003: 138).
En el caso de los ataques de septiembre de
2001, incluso si las agencias de seguridad de
EE.UU. se limitaron “a mirar para otra parte” y
“laissez faire” a quienes atacaron los centros

- 272 -
Colapso Mundial y Guerra

militar (Pentágono) y financiero (Torres en N.Y.)


de EE.UU., lo cierto es que esos atentados
resultaron “como caídos del cielo” para revivir la
administración Bush, que hasta entonces aún se
debatía en medio de su percibida ilegitimidad
electoral. Esos ataques inmediatamente se
administraron funcionalmente por la
administración como “provocación”, es decir, el
gobierno de EE.UU. y los sectores y grupos que lo
apoyan tanto dentro como fuera de EE.UU., han
aprovechado la fatal coyuntura del 11 de
septiembre de 2001 para tratar de implementar sus
planes de dominio y hegemonía mundiales,
llevando adelante la Guerra contra el Terror, la
Tercera Guerra Mundial. Mediante el terror
provocado entre la población de EE.UU y del
mundo, buscan que se aprueben sus iniciativas para
establecer un sistema internacional “centrado” en
una guerra permanente contra el terror, incluyendo
reducciones dramáticas de los derechos civiles de
su propia población, así como nuevas “posturas
estratégicas” que justifican la agresión. “Todo se
vale”, para librar y ganar la Guerra del Juicio
Final.
Esto implicaría, al menos para personas tan
creyentes como Bush II y Blair, un sentido
religioso profundo de lo político, que podría
llevarlos a asumir roles institucionales religiosos a
nivel internacional, amenazando así también, no
solamente a las instituciones diplomáticas,
políticas, económicas y militares, sino también a
las instituciones religiosas, en primer lugar a las
grandes iglesias cristianas.

- 273 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Por eso es que el mundo entero se agita y se


levanta para contener ese suicidio irresponsable
que buscan fanáticos religiosos, judíos, cristianos y
mahometanos, tanto entre sus líderes como entre
influyentes sectores (incluyendo populares) en
cada bando.

6. Los colapsos ecosociales (ontológicos) inducen


a recurrir a la guerra y a la religión
Los montajes escenográficos y televisivos del
pontífice Wojtila, plagados de mensajes
anticomunistas, antiliberación sexual y
antifeministas, muestran como el carismatismo
apocalíptico de la extrema derecha, (políticamente
maquiavélica por parte de personajes como
Pinochet, Salinas de Gortari o el mismo Wojtila o
Berlusconi -Cf. Larrabeiti, 2005-, o los Blair o
Bush (I y II), y en general “la clase política”), en
importante medida sustituye a “la razón” y al
“estado” como instituciones/ideologías para la
movilización y otorgamiento de sentido de las
personas. La restauración de la santidad de ciertas
personas poderosas destroza la igualdad política
formal. En esta dimensión, el posmodernismo
significa, antes que una superación de la
modernidad, más bien un retroceso y degradación
hacia formas del pre modernismo. En el caso de la
iglesia católica, se trata del corporativismo
exclusivo de una monarquía absoluta de carácter
teocrático y de alcance mundial.
Tanto en EE.UU. como en el Vaticano, las
tendencias regresivas anquilosantes y autoritarias
vienen afirmándose con el Grupo Bush (I y II) y
con el reinado de Wojtila –coincidentes en el

- 274 -
Colapso Mundial y Guerra

tiempo- acentuado su incapacidad para afrontar los


retos de los colapsos ecosociales.
Nunca como con la muerte, entierro y
divinización de Wojtila, se ha hecho patente la
importancia del factor religioso en la economía, la
sociedad, la cultura y la política capitalistas de hoy,
tanto como el retroceso de la conciencia social
internacional hacia formas irracionalistas,
dogmáticas y violentas. El concierto adulatorio y
laudatorio ha sido ensordecedor, y patético en el
sentido de una lastimosa idolatría supersticiosa y
también, insisto, violenta, respecto de un personaje
más bien tenebroso y alejado de su propio dios.
Dos ejemplos nos aclaran lo anterior: por una parte
hemos visto cómo en México sacaron en procesión
a la silla en la que se sentó Wojtila durante sus
estadías en ese país, venerándola como reliquia en
la que se encarnaba (y se paseaba en la procesión)
el espíritu del “santo”. Por la otra parte, hemos
sabido que, entre las medidas de seguridad
adoptadas durante la ceremonia de entierro de este
líder religioso, “dos mil ametralladoras
constantemente apuntaron a la multitud” que
llenaba la plaza del templo católico principal en
Roma. En otras épocas, esas u otras armas habrían,
en el mejor de los casos, apuntado a prevenir
agresiones o atentados externos, no de los mismos
“fieles”.
Wojtila ha sido un fiel aliado de Thatcher,
Reagan, Bush I, Bush II, y en general de todos los
regímenes y movimientos conservadores.
No “podemos tener” claridad sobre cómo
conceptualizan y estiman el Pentágono y en
general la administración Bush II, eso que nosotros

- 275 -
Eduardo E. Saxe Fernández

conceptualizamos como “colapsos ontológicos”


militar y ecosociales. Solamente disponemos de
sus políticas, sus reacciones y acciones frente a
esos colapsos. Y la postura que adoptan es la de
“salvarme yo y los míos a toda costa sin
importarme los demás, armándonos hasta los
dientes para poder utilizar y controlar todos los
recursos del mundo, y para contener y prevenir
cualquier posible cambio en la estructura y
“ubicación” (no ya “distribución”) de la riqueza y
el poder”.
Con lo cual resulta que la aspiración
hegemónica de EE.UU. hoy, aparece
inmediatamente como lesiva a prácticamente
todos los otros actores del sistema. Es decir, que
la intensificación del carácter nacionalista y
mesiánico de la política exterior de EE.UU.,
intensifica también la coalescencia de varios
subpolos, y de un frente opositor cada vez más
coherente, que adversa, resiste, y crea alternativas,
así como “costos” adicionales e inesperados, a esa
aspiración hegemónica del gobierno de
Washington.
Se trata de una aspiración a la hegemonía en
condiciones de colapsos militares y ecosociales
terminales. Por tanto se trata de una aspiración
hegemónica de un grupo político militar al frente
del ejecutivo en EE.UU, que se siente en situación
de “bote salvavidas”, según la metáfora de Hardin
(1968 y 1974), especificada ahora en el sentido de
guerra preventiva: el buque trasatlántico (el
mundo) se está hundiendo, los botes salvavidas
solamente pueden servir para un 20% de la
población (el 20% más rico del mundo que

- 276 -
Colapso Mundial y Guerra

concentra el 80% de la riqueza), y se plantea el


problema “moral” a quienes ya están a salvo en
esos botes, de qué hacer con quienes chapalean en
el agua y quieren subirse a alguno de los botes
salvavidas. La respuesta es clara para quienes están
en los botes: hay que impedir (prevenir) que se
suban, pues entonces nadie se salvaría. En todo
caso, quienes están a salvo tendrían la obligación
de determinar quienes se podrían “salvar” y, sobre
todo, quienes “no merecen salvarse”. Las
tradicionales “listas negras, grises y blancas” de los
períodos más oscuros de macartismo, ya están
siendo compiladas en Washington y en todos los
otros centros de información del planeta, para
realizar “el escrutinio del terror” de la población
del mundo, que determinaría quienes podrán
sobrevivir y quienes no. Como ejemplo, la prensa
informaba, durante la Semana Santa de 2003 –con
lo cual la noticia no sería percibida-, que una
empresa privada de EE.UU. “adquirió” los
archivos policiales, militares y de registro civil de
toda América Latina y los ha “vendido” al
Pentágono, que ya los utiliza.

7. Bush y Juan Pablo II, Blair y las iglesias


inglesas
La conmoción mundial que siguió a los
atentados en Washington y Nueva York inundó de
simpatía y solidaridad a EE.UU. En particular,
hubo un consenso suscitado por Washington, en el
sentido de que el artículo 51 de la Carta de la ONU
permitía entender un ataque de EE.UU. contra
Afganistán, como realizado “en legítima defensa”.
En ese momento, el Vaticano no aprobó el ataque

- 277 -
Eduardo E. Saxe Fernández

por razones morales –pobreza del pueblo afgano-,


aunque lo considerase “justo”. Pero, por otra parte,
hasta la fecha el presidente Bush II y los pontífices
Wojtila y Ratzinger han compartido una férrea
oposición al comunismo, el aborto y a la clonación.
Durante la campaña para su reelección, en EE.UU.
“se desataron” varias polémicas sobre asuntos
“sexuales”. Como el cristianismo basa el control de
la población en la culpabilización por el sexo, estos
temas electorales resultaron cruciales para “sacar el
voto” del pentecostalismo que se oponía:
1) al aborto, al control de la natalidad y a la
clonación, y,
2) a los matrimonios gay lésbicos y a la
pederastia institucional en la Iglesia
Católica.
Pero poco a poco, de forma similar a como ha
venido sucediendo con muchos otros gobiernos e
instituciones, el unilateralismo agresivo que
caracterizaba cada vez más a la administración
Bush II, conforme transcurría el año 2002, fue
creando diferencias con el Vaticano, pasando este
último, de una relativa benevolencia hacia la
guerra en Afganistán a finales del 2001, a oponerse
en importante medida a otra guerra a principios del
2003, ahora contra el similarmente devastado y
desarmado Irak. El péndulo de las relaciones entre
el Vaticano y EE.UU. oscilaba de lado a lado,
alejándose de la armonía, de manera similar a lo
que sucede con un número cada vez mayor de
estados. Pues la guerra contra Irak enfrenta un
repudio casi universal, no solamente en Inglaterra,
España e Italia, sino también en los EE.UU.

- 278 -
Colapso Mundial y Guerra

mismos, donde el presidente pierde más y más


adeptos.
Por su parte, la popularidad de Blair ha
descendido más de lo que preveían las
estimaciones anticipadas, y la rebelión entre los
laboristas el 26 de febrero de 2003 fue mucho
mayor de lo esperado, cuando el gobierno pidió
apoyo a las cámaras legislativas para su política de
guerra. Con un grupo de los suyos y aliado a los
sectores conservadores, Blair logró la aprobación
que buscaba, sin lograr impedir que medio partido
propio votara en contra.
Los jefes de las dos más grandes iglesias de
Gran Bretaña han rechazado y condenado la
política iraquí del primer Ministro Blair. Rowan
Williams, el nuevo Arzobispo de Canterbury,
quien asumiera su cargo el 27 de febrero de 2003,
opinaba que una acción militar para desarmar a
Hussein no cumpliría con los criterios de la guerra
justa. En lo cual coincide con los católicos
romanos ingleses, tal como lo expresara poco
tiempo después el jefe católico de Inglaterra, el
Cardenal Cormac Murphy O´Connor. (Véase “The
Moral Imperative”, The Economist, 2003).
La confrontación entre el papado y
Washington aumentaba en Mayo del 2002, cuando
se notaron diferencias ulteriores. Durante la visita
de Bush II a Roma, el presidente manifestó al jefe
católico su “preocupación” (concerned) por la
situación y percepción de la iglesia católica en
EE.UU., donde “ha sido estremecida por
escándalos de abusos sexuales” (S.Lindlaw, 2003
a). Esa campaña contra la iglesia católica provino
de una “debilidad estratégica” en su interior, la

- 279 -
Eduardo E. Saxe Fernández

“pederastia ritualizada”, de origen romano y


resabida por siglos, característica de las
contradicciones que plagan al catolicismo en
particular. Pero la campaña anti sexual también ha
sido atizada por la extrema derecha cristiana de
EE.UU., en la que Bush II basa su apoyo electoral
y de la que es líder representante.
Ciertamente que Bush II ha cortejado a los
católicos electoralmente, pero a partir del 11 de
septiembre de 2001 y específicamente en la guerra
contra Irak, parece haber entrado en importante
enfrentamiento político ideológico y diplomático
con el Vaticano, con consecuencias para los 1.000
millones de católicos y los otros cientos de
millones de cristianos de las principales iglesias,
incluyendo a los metodistas, iglesia a la que
pertenecería Bush II.
Bush II y las grandes iglesias cristianas del
mundo están enfrentados, como parte del creciente
aislamiento internacional de EE.UU., aislamiento
que entonces incluye motivaciones religiosas, y un
retroceso en las posiciones de EE.UU. en su lucha
por la hegemonía cultural y religiosa.
Sin embargo, no debemos esperar mucho por
parte de la iglesia católica. Su jefe de entonces,
Wojtila, llega al papado después del extraño
asesinato de Juan Pablo I, quien pretendía seguir
más la tendencia de Juan XXIII. Wojtila era el
candidato de Washington, porque participaba
directamente en el esfuerzo articulado por Z.
Brzezinski desde la administración Carter, y por L.
Walesa como líder de los sindicatos polacos.
Wojtila articulaba la conservadora iglesia polaca.

- 280 -
Colapso Mundial y Guerra

El objetivo era eliminar el comunismo, que el


nuevo papa siempre odió:
“No solo lo dijo en abundantes ocasiones sino
que utilizó los servicios secretos vaticanos y
esos mecanismos bancarios que posee la
iglesia, para financiar el sindicato polaco
Solidaridad. La contundencia con la que se
aplicó a esa tarea contaminó su misión
pastoral, por ejemplo al condenar con tanta
fiereza como escaso análisis la teología de la
liberación” (Moncada, 2005).
Justamente respecto a Monseñor Romero,
mostró Wojtila su intolerancia e intransigencia. No
quiso escucharle en una audiencia en la que el (ese
sí) santo salvadoreño esperaba contarle la situación
de guerra en su país. El pontífice le dijo: “Usted lo
que tiene que hacer es llevarse bien con sus
autoridades civiles”, y dio por terminada la
audiencia. Poco después Monseñor Romero caía
bajo las balas de “sus autoridades civiles”.
Küng (2005) señala, entre otras, las siguientes
políticas y doctrinas premodernas (de
corporativismo autoritario) que impulsó y
desarrolló Wojtila durante su reinado:
1. El papel de las mujeres: Wojtila prohíbe a las
mujeres que usen métodos anticonceptivos y les
impide fungir como sacerdotisas. También
prohibe el aborto. Muchas mujeres católicas no
aceptan estas enseñanzas y otras se alejan del
catolicismo.
2. Los derechos humanos: En su retórica y
prédica, Wojtila defendía los derechos
humanos, pero dentro de la institución a su
cargo se los ha negado a obispos, teólogos y

- 281 -
Eduardo E. Saxe Fernández

especialmente a las mujeres: “El Vaticano –en


otro tiempo enemigo resuelto de los derechos
humanos pero, hoy en día, de lo más dispuesto
a intervenir en la política europea- no ha
firmado aún la Declaración de Derechos
Humanos del Consejo de Europa. Antes tendría
que enmendar demasiados cánones del derecho
eclesiástico, una ley absolutista y medieval. El
concepto de separación de poderes, la base de
toda la práctica legal moderna, no existe en la
Iglesia católica. El debido proceso es una
entidad desconocida. En las disputas, un mismo
organismo vaticano sirve de abogado, fiscal y
juez” (Küng, 2005: 2).
3. Moral sexual. Wojtila ha predicado para
terminar con la pobreza, pero la fomentaba con
sus prédicas anticonceptivas. La consecuencia
es que, incluso en países católicos
tradicionalistas como España, Portugal o
Irlanda hay un rechazo mayoritario a la postura
vaticana.
4. Celibato de sacerdotes. No permite
actividades sexuales por parte de los sacerdotes
católicos, exigiéndoles un celibato estricto –que
seguramente seguiría Wojtila. Esto incluye el
matrimonio heterosexual. En la práctica y la
realidad institucional de la iglesia, los
sacerdotes y las monjas católicos practican
actividades sexuales entre ellos y con la
feligresía y otros, de todo tipo, heterosexual,
homosexual, pederástica, y otras. Varios
compañeros de estudio y dirigencia de Wojtila
en Polonia se vieron involucrados en
escándalos pedófilos, incluyendo íntimos y

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Colapso Mundial y Guerra

compañeros de Ratzinger. Al final del


“reinado” de Wojtila se dió una fuerte
persecución y represión de la pedofilia y la
homosexualidad en la iglesia católica, que
parece dirigirse a la normalización de la
heterosexualidad matrimonial como norma para
el futuro sacerdocio católico. En esta como en
otras instancias (doble discurso y doble moral),
la postura de Wojtila era abominar
públicamente las relaciones eróticas entre
varones (y mujeres), pero mantener la amistad y
apoyo a sus colegas y amigos curas
pedófilos72.Ecumenismo traicionado. Wojtila
ha gustado de llenarse la boca hablando de
ecumenismo, pero ha desarrollado prácticas anti
ecuménicas. Caso ejemplar fue su insistencia en
enviar obispos y curas católicos a regiones en
las que predomina la iglesia ortodoxa rusa. O su
no reconocer los cargos y los servicios de las
iglesias no católicas y su no permitir la
hospitalidad eucarística. La consecuencia es que
“las relaciones con la Iglesia ortodoxa y las
iglesias protestantes han sufrido una asfixia
espantosa. El papado, como pasó en los siglos
XI y XVI, ha demostrado ser el mayor
obstáculo para la unidad entre las iglesias
cristianas dentro de la libertad y la diversidad”
(Küng, 2005: 3).

72
Es de notar que tanto gays como los supuestos amantes del
celibato que optan por vocaciones sacerdotales católicas,
ahora tienden a buscar “normalizarse” con un emparejamiento
que siga el modelo heterosexual normativo, funcional a la
concepción más conservadora de la sociedad.

- 283 -
Eduardo E. Saxe Fernández

5. Personalismo autoritario. A contrapelo de la


tendencia mostrada en el Concilio Vaticano II,
Wojtila desplazó a los obispos locales y eliminó
los procedimientos colegiados. En vez de
“aggiornamento, diálogo, carácter colegiado,
ecuménico”, Wojtila imponía “restauración,
enseñanza magistral, obediencia y vuelta a
Roma”. Los obispos y cardenales se nombraron
de acuerdo a su grado de identidad con la línea
oficial de Roma.
Como otros líderes de la actual extrema
derecha política internacional, Wojtila siempre
tendía a afirmar una cosa y a negarla en sus actos y
políticas. El ejemplo acaso más patente y malévolo
de esta actitud era el doble discurso y la doble
moral que aplicaba este personaje –y “su” iglesia”-
a los problemas de los pobres o excluidos:
realizaba giras a Polonia, Cuba o Nicaragua, para
pedirle a “sus” fieles que protestaran y se rebelaran
contra sus “opresores”. Pero en otras giras que lo
llevaron a México o Brasil –ambos países
gobernados por maleantes y extremistas de derecha
(“neoliberales”) como Collor de Mello o Salinas de
Gortari-, Wojtila le pedía a las masas de pobres
católicos, “paciencia con vuestro destino terrenal,
porque Dios os premiará”, “no protestéis, no os
rebeléis contra vuestros gobernantes”, “aceptad
vuestra cruz y sufrimiento y llevadla con amor”
(¡!).
Wojtyla decididamente puso la iglesia católica
al servicio del capital durante su reinado. Por eso,
pese a divergencias pasajeras, contó con el
beneplácito de los gobernantes de EE.UU. –
incluyendo el fundamentalista Bush II.

- 284 -
Colapso Mundial y Guerra

8. Bush II y Blair como líderes políticos,


militares y religiosos del “imperio final” (Juicio
Final)
El presidente y el primer ministro se han
formado políticamente, como líderes carismático-
religiosos. Recordemos, con Max Weber, que el
liderazgo podía ser burocrático, tradicional o
carismático. Supuestamente, quien porta el
carisma, por haber recibido tal “gracia natural”,
adquiere autoridad para expedir nuevas órdenes.
Sus prescripciones y nuevas normas se
caracterizarán por ser autónomas, respecto de las
reglas y códigos dominantes. El vínculo religioso
con el portador de carisma libera a sus adepto/as de
las normas, vinculándolo/as estrechamente con el
agente carismático. Tal adhesión incondicional
posibilita que el líder induzca entre sus seguidores
un “consenso social”, en el que, y según el cual,
los individuos se liberan y todos adquieren más
“fuerza”. El carisma establece una distancia entre
lo/as seguidore/as del “profeta”, y “lo/as demás”,
“lo/as otro/as”, quienes perecerán por sus pecados.
El carisma adquirió formas político ideológicas
modernas abandonando, a partir de la Revolución
Francesa, las formas religiosas. Encontramos, así,
que durante casi todo el siglo XX, líderes
carismáticos (con “cultos a la personalidad”),
guiaron a las naciones (Reina Victoria, Lenin, F.D.
Roosevelt, Churchill, Stalin, Mao Dze-Dong,
Hitler, Mussolini, Gandhi, Franco, Perón, Vargas,
Cárdenas).
La supuesta pretensión posmoderna de
“superar” el mundo de la política y sus ideologías,

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Eduardo E. Saxe Fernández

termina transformándose en premodernismo, es


decir, en religiosidad. Se suponía que los países
“desarrollados” como los de Europa o EE.UU., no
tendrían mucho carismatismo cristiano en sus
ideologías y aparatos políticos, un “fenómeno”
más bien atribuido, como no, a las regiones “no
racionales” del planeta, América Latina incluida.
Entonces, parecía lógico que los movimientos
carismáticos llegaran a tomar el poder en
Guatemala mediante un proceso electoral, teniendo
a su frente un sacerdote-militar que durante su
mandato cometió graves crímenes contra la
humanidad (Ríos Mont). Pero ahora también nos
encontramos con un liderazgo carismatista en
EE.UU., similarmente con los militares y los espías
en el poder, y también cometiendo crímenes contra
la humanidad y pretendiendo actuar fuera de la ley.
Pues claro, ellos solamente tienen que darle cuenta
de sus acciones a su dios, y la “nueva palabra” que
escuchan es: “tienes derecho, tienes deber, tienes
placer, tienes permiso, otorgado por tu dios único
y omnipotente, y por haber sido escogido/a como
ángel/profeta, para perseguir y matar a todas las
personas que se quieran oponer a la gloria de tu
dios”.
El mesianismo del fundamentalismo que
orienta a Washington y a Londres incluye concebir
la emergencia de un centro para ese “imperio” con
el que alguna/os se solazan en hablar en EE.UU.
Se trata del “puesto” de Emperador de ese próximo
Imperio. Con lo que estaríamos en la locura no
tanto de Julio César (Cf. Formoso: 2003), sino más
bien en las de Nerón y Heliogábalo, combinadas
con la ferocidad de Vespasiano y Tito, y el

- 286 -
Colapso Mundial y Guerra

despotismo de Justiniano. Locura que incluye la


necesidad de “divinizar” al emperador, tal como se
hacía no solamente en Roma sino particularmente
en imperios tan duraderos como el egipcio o el
chino. Esa divinización podría significar
concentrar a su alrededor al grupo de cristianos que
va a tener (está teniendo; tiene; tendría) a cargo la
“administración” del Juicio Final.
La odisea que empezó el 11 de septiembre de
20001 y que siguió en Afganistán, preveía
destruir, en marzo de 2003, a la perversa
Babilonia, para apoderarse de sus fabulosos tesoros
petrolíferos, con lo cual ya nadie podría amenazar
a EE.UU. Así, se aseguraría el “imperio” y la
consecuente divinización del Emperador, ojalá
antes de su muerte, tal vez ya a partir del 2010,
cuando la situación estaría más “consolidada” -se
podrían finalmente contemplar los cataclísmicos
resultados de la Tercera Guerra Mundial, la guerra
del terror de la destrucción universal, agregaríamos
nosotros a ese hipotético discurso “imperial”.
Mientras tanto, entre algunos asesores políticos
en Washington, de lo que se trataba al menos era
que la guerra contra Irak sirvíera para ganar una
segunda presidencia, durante la cual se prepararía
en detalle lo que podría seguir.
En importante medida alrededor del discurso
“fervoroso” que emana hacia el público desde el
entorno del presidente, Bush II ha organizado el
característico círculo de “groupthink” y de
“yesmen”. Así por ejemplo, como nos explica
Suskind (2004) al referirse al período de Paul
O´Neill como ministro del Tesoro de EE.UU., el
proceso de toma de decisiones en la administración

- 287 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Bush II era muy “impermeable”: el 30 de enero de


2001, nada menos que en la primera reunión del
Consejo de Seguridad Nacional, se acordó un
dogma que varios miembros prepararon para esa
ocasión, a saber: afirmar que Irak desestabilizaba
la región del Golfo Pérsico y que poseía “armas de
destrucción masiva”. A partir de esa “premisa”
puramente imaginaria, se empezó a preparar una
intervención. Similarmente se trataron los asuntos
económicos, por ejemplo las rebajas de impuestos
al capital y la decisión de gastar los superávit
presupuestarios que había dejado la administración
Clinton. Bush, Cheney, Rice, Rumsfeld (y durante
un tiempo Powell también –Cf. Woodward,
20004a y 2004b), tomaban las decisiones “a priori”
y luego forzaban a los tecnócratas de los
ministerios a implementarlas, independientemente
de sus criterios “técnicos”.
“Los asesores de Bush saben que muchos
americanos –y mucho del mundo- lo ven como
un hombre cegado por sus creencias”
(Fineman: 2003).
Esta ceguera se nota en las percepciones
erróneas en las que tiende a incurrir el conjunto de
la administración (ejecutivo) en Washington. Por
ejemplo, en su carta a Bush del 5 de marzo de
2003, el Papa Católico le indicaba a Bush II, que
un ataque a Irak agudizaría el enfrentamiento entre
cristianos y musulmanes. Pero el portavoz de la
administración Bush II rechazó que existiera un tal
enfrentamiento, señalando que la administración ha
promovido oportunidades educativas que han
acercado a musulmanes y Occidente” (Lindlaw,
2003). Mientras tanto, Samuel Huntington,

- 288 -
Colapso Mundial y Guerra

intelectual orgánico de la derecha en EE.UU. (de la


Fundacion Olin), opina al contrario que se trata de
enfrentamientos entre civilizaciones signadas por
sus religiones: cristianismo contra, sobre todo, el
islamismo que no acepta someterse a la
civilización “Occidental”.
Es claro que todo el fárrago en torno a la
religión sirve de manto para ocultar intereses
estratégicos militares y económicos. Pero a la vez
es importante notar cómo ese conjunto de
creencias religiosas orientan la toma de decisiones
en la administración Bush II y en la coalición de
cristianismo fundamentalista que le une con Blair.
El fenómeno religioso tiene “existencia social”
real, y también entonces lo religioso puede
considerarse como elemento del ámbito político.
Se trata del nivel ideológico más institucionalizado
y definitivo para un número creciente de personas
(enfrentadas a los ejercicios caballerescos de fin de
mundo que creen estar jugando el presidente y el
primer ministro), conforme se agravan los peligros
ontológicos militar y ecosocial.
Esos motivos serían: que Bush II y Blair se
consideran a sí mismos adalides escogidos por la
providencia divina para conducir al mundo por los
procelosos pasos del Juicio Final, es decir,
encargados de llevar a cabo la Guerra contra el
Mal. Están dispuestos a destruir el mundo que ha
existido y a construir uno nuevo, acorde con su
interpretación de la Biblia y el destino humano.
Bush II es un “cristiano renacido” desde 1986,
cuando se afilió a la Primera Iglesia Metodista
Unida de su esposa Laura. Allí parece que logró
superar una adicción alcohólica. Se trató de “Adios

- 289 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Jack Daniels, hola Jesús”. Bush II gusta comparar


su “conversión” con la de San Pablo –recordemos
que este personaje es responsable ideológico de las
posiciones pro represión de las mujeres y sexual,
del cristianismo-. Sobre esa conversión, dos años
después,
“Como subalterno de su padre en la campaña
de 1988, George Bush el Joven organizó su
carrera mediante contactos con los ministros
del entonces emergente movimiento
evangélico en la vida política. Ahora
constituyen el corazón del Partido
Republicano... Cristianos creyentes en la
Biblia son quienes más fuertemente apoyan a
Bush” (Finemann, 2003:3-4).
Bush II se formó en el “movimiento de
pequeños grupos” cristianos –los programas de los
12 pasos, círculos de oración, grupos de estudio de
la Biblia.)(Woodward, 2003).
En esa campaña electoral de su padre Bush I,
Bush II se convirtió en el “vínculo” con la derecha
religiosa. En la elecciones presidenciales de 1999,
reunió a un grupo de líderes pastorales para
indicarles que había sido “llamado” por Dios para
la tarea.
Según Chip Berlet, especialista en la influencia
de la religión en la política,
“Bush está en sintonía con el mensaje
mesiánico y apocalíptico de los cristianos
evangélicos. Su visión del mundo se reduce a
que existe una lucha gigante entre el mal y el
bien, que posiblemente culminará con un
enfrentamiento final. La gente con esa visión
del mundo es capaz de tomar riesgos

- 290 -
Colapso Mundial y Guerra

inapropiados porque se cree portadora de la


voluntad de Dios.” (The Progressive, citado en
Fresneda, 2003).
Laurent (2004), sostiene que se ha desplazado
el centro de gravedad político en EE.UU., de las
costas “liberales” a las planicies del centro y del
sur, más bien conservadoras y cristianas
fundamentalistas. “Horrorizados” por el
movimiento a favor de la revolución sexual, el
aborto, la seguridad social, los grupos de la
derecha han lanzado fuertes ofensivas
propagandísticas en la que se involucra mucha
gente, desde el presidente para abajo, e incluyendo
más de un tercio de la población que toma a la
Biblia como referente para comprender la política
internacional tanto como sus vida privadas o
públicas, e incluyendo también a casi la mitad de la
población, que opina le toca vivir el Juicio Final y
la Segunda Venida de Cristo.
Bush II creería en un “plan divino que está por
encima de los planes humanos”, del cual él sería
instrumento, pareciéndose a Cristo en eso.
Esa sintonía entre Bush II y esos grupos
cristianos se ha extendido rápidamente al primer
ministro Inglés, Tony Blair, quien es un político,
“... raro entre los político británicos, en que no
solamente es profundamente religioso, sino
que su fe fundamenta mucho de lo que hace.
Ciertamente, el Sr. Blair es el primer ministro
más abiertamente cristiano desde que William
Gladstone abandonara la Calle Downing por
última vez, en 1884” (“The moral imperative”,
The Economist: 2003).

- 291 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Su mujer es católica pero él no. Se trata de un


ferviente cristiano, practicante que además se
considera a sí mismo exégeta de los evangelios.
Poco antes de asumir su actual cargo, sostenía que:
“El pecado en el plano teológico es la
alienación de Dios. En el lenguaje corriente es
el reconocimiento de que existen el Bien y el
Mal... Y ésta es una cuestión que se va a volver
cada vez más importante en política.”(Citado
por Marliere, 2003).
Después del 11 de septiembre de 2001, Blair
adelantó la noción del “eje del mal” de los asesores
teológicos de Bush II, cuando señaló que EE.UU.
había sido atacado “por las fuerzas del mal”.
Ante las advertencias y el rechazo de las
iglesias cristianas inglesas a sus posiciones
guerreristas, Blair responde con un nuevo extraño
silogismo, que formula en estos términos:
“El argumento moral contra la guerra tiene
una respuesta moral: la guerra es el argumento
moral para (que justifica, ESF) derrocar a
Hussein” (The moral case against war has a
moral answer: it is the moral case for removing
Sadam), porque es algo que se puede llevar a
cabo “con una conciencia limpia” (with a clear
conscience), dado el confirmado pasado
genocida del presidente Iraquí (“The Moral
Imperative”, The Economist, 2003).
Este “intervencionismo evangélico” que
proclama Blair tanto como el militarismo religioso
de Bush II, están asentados en las categorías del
Bien y del Mal, en la convicción de que puede
hacerse el Bien, en que el mundo “podría ser más
pacífico después de una intervención dirigida por

- 292 -
Colapso Mundial y Guerra

países estables, ricos y democráticos” (Marliere


2003).
Blair sería quien habría convencido a Bush II
de haber sido escogido por la Providencia, por el
hecho de ser electo presidente de EE.UU. durante
la época de la Guerra del Fin del Mundo.
Similarmente habría sido escogido el propio Blair,
en su puesto de primer ministro inglés.
El “argumento” se basa en creer que ha llegado
el fin de los tiempos y que ellos dos ocupan las
posiciones que ocupan porque son enviados de
Cristo, ángeles redentores de la humanidad.
La coyuntura y la disposición vuelven
imperativo e imprescindible librar las batallas
finales contra el mal, para que prevalezca
universalmente el cristianismo (¿entronizándose
además a la familia Bush como Familia Imperial
de EE.UU. y del mundo –incluyendo funciones
religiosas en dos o tres generaciones o antes?).
La dirigencia política y militar de EE.UU., en
su conjunto, considera que su dios los ha colocado
al frente de las naciones que encarnan el Bien
universal, para enfrentar y derrotar a la
encarnación del Mal universal -naciones, grupos y
personas que ellos, con la espada maravillosa que
han recibido (las armas ultramodernas), van a
enfrentar y derrotar.
El Vaticano rechazó la primera guerra de
EE.UU. contra Irak a principios de la década de
1990, dirigida por el padre del actual presidente.
Pero consideró como “justa” la guerra de Bush II
contra los talibanes, aunque se basara en el
precepto del Antiguo Testamento del “ojo por ojo”.
Pero ahora los católicos sancionan como “injusta”

- 293 -
Eduardo E. Saxe Fernández

la guerra contra Irak, calificándola de “derrota para


la humanidad”. Sin el apoyo de la ONU, dijo
Wojtila a Bush II en su carta del 5 de marzo de
2003, las acciones militares contra Irak son
“ilegales e injustas”. En particular, a menos que se
cuente con la venia de la ONU, un ataque
preventivo era considerado “inmoral” por el
pontífice católico.
La respuesta de la administración Bush II
(Lindlaw, 2003b) fue que el presidente, “da la
bienvenida a la oportunidad de describir sus
razones desde un punto de vista moral, desde un
punto de vista legal, sobre por qué es importante
desarmar a Saddam Hussein”. Primero, porque
Hussein no ha cumplido con sus obligaciones
legales con la ONU, y segundo, “Porque el
presidente piensa que el acto más inmoral sería que
Saddam Hussein de alguna manera transfiriera sus
armas a terroristas, quienes podrían utilizarlas
contra nosotros”, dijo el portavoz presidencial,
agregando que: “Por tanto, el presidente considera
que el empleo de la fuerza es legal, es moral y es
para proteger al pueblo americano”73.
Paralelamente a la entrevista del enviado del
Papa y el presidente Bush II, en el mismo día el

73
En este texto el verbo “podrían” expresa claramente la
doctrina de la guerra preventiva: existiría hipotéticamente la
posibilidad de que, en el caso también hipotético de que Irak
tuviera armas “de destrucción masiva”, también
hipotéticamente las podría transferir a los grupos de Ben
Laden. Cualquier indicio contra estas hipótesis era descartado,
a priori, como inexistente o irrelevante, y se creó entonces un
imaginario, gigantesco y moderno arsenal en manos de
Hussein.

- 294 -
Colapso Mundial y Guerra

ministro de exteriores Powell hizo pública,


justamente, la lista negra de los países a los que
EE.UU. ha analizado, juzgado y condenado como
culpables por no permitir la libertad de culto. Se
trata de países que, o prohíben las religiones como
supersticiones, como Corea del Norte, o que no
permiten, o discriminan, al cristianismo, es decir,
una especie de “eje del mal religioso”. La lista
sigue encabezada, al igual que el año previo, por la
R.P. China, seguida de Irán, Irak, Myanmar, Corea
del Norte y Sudán. El portavoz de Powell indicó
que EE.UU. se reserva “el derecho de imponerles
sanciones” (“Libertad de culto”, La Nación: 2003).
La iglesia católica estuvo dividida sobre si
apoyar la guerra de Bush II o la paz del Papa: el
Opus Dei aparentemente dejaba en libertad a Trillo
y a otros miembros de la administración Aznar,
que no consideraban “vinculante” la opinión del
Papa (González, 2003). Tal postura del Opus Dei
dejaba en evidencia el doble discurso y la doble
moral de Wojtila que, nuevamente, decía estar
contra la guerra pero de hecho no la rechazó. Pues
el Opus Dei ha sido una de las principales
organizaciones católicas que ha recibido todo tipo
de apoyo de parte de Wojtila –no así, en cambio,
los más “inteligentes e ilustrados” miembros de la
orden de Jesuitas, que han sido silenciados o
marginados por este monarca católico. También
estaban los católicos que apoyan a Berlusconi, etc.
Sin embargo, el Vaticano insistió en la unidad anti
guerra de toda la iglesia, incluida en primer
término la iglesia del mismo EE.UU. pero, a la
hora de la verdad, no empleó los recursos a su
disposición para tratar de impedirla.

- 295 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Porque, en todo caso, la prueba definitiva de


que la Iglesia Católica, y otras iglesias, estén
entendiendo lo que se juega hoy (la existencia
misma de la humanidad), y que por tanto es
necesario actuar “a fondo”, se puede medir
(“indicador”) notando las prohibiciones y castigos
que NO impusieron el Papa, los cardenales y los
obispos, a aquellos católicos que de alguna manera
ayudaron, apoyaron o participaron en la guerra, ya
condenada por el Papa como “inmoral, injusta e
ilegal”. Ni el Papa ni ningún otro jerarca católico
EXCOMULGARON a quienes no le siguieron en
su última y más decisiva participación en la
historia del mundo, supuestamente tratando de
evitar que Bush II, o bien se convierta en el
Anticristo, o bien usurpe el poder religioso y él o
alguno de sus descendientes se declare, no
solamente sacerdote en jefe del mundo cristiano,
sino incluso encarnación/representante de Cristo,
por ejemplo en la forma de ángeles, tan de moda e
importantes, por lo demás, en los imaginarios
populares como de los líderes de EE.UU. y UK.
Si la iglesia católica no toma medidas para
prohibir a sus miembros participar o apoyar la
guerra, entonces es posible sospechar que apenas
ha buscado salvar la cara ante la opinión pública,
y más bien cooptarla. Para el caso de sus fieles o
seguidores, como siempre la iglesia buscaría
desarrollar formas que se reducirán a sentir
terrible culpa por no hacer nada para impedir
que el pueblo iraquí sea masacrado justo en
Cuaresma y durante la Semana Santa. Pues en
el simbolismo religioso, el pontífice romano
ciertamente parecía indicar que Irak es hoy el

- 296 -
Colapso Mundial y Guerra

Cristo en su Calvario. Con el sentimiento la iglesia


podría, o bien realizar la “catarsis” en sentido
aristotélico (purgar el pecado padeciéndolo
imaginaria y sentimentalmente), o bien estar en
condiciones de movilizar a sus seguidores para
entonces atreverse a realizar actos más audaces.
Era de esperar, sin embargo, más decisión y
actividad por parte de obispos, sacerdotes y fieles
cristianos contra la nueva guerra mundial, como se
evidenció en el siguiente ejemplo:
“Monseñor Ignacio Trejos Picado, obispo de la
diócesis de San Isidro del General, pidió a los
costarricenses que apoyen una campaña contra
la guerra en Irak. La llamada “campaña por la
paz” consiste en que las personas coloquen en
sus casas, talleres, oficinas y vehículos, una
bandera blanca que signifique nuestro apego
por la paz” (“Contra la guerra”, Al Día: 2003).
Igualmente, en algunos centros educativos
cristianos costarricenses, el alumnado y el
profesorado desarrollaron actividades por la paz,
levantaron banderas blancas, estudiaron,
escribieron y enviaron mensajes, etc.

9. Movilizaciones y acciones para evitar más


guerras
La movilización popular contra la guerra de
EE.UU. contra Irak, de mediados de Febrero de
2003, inicialmente fue estimada en unos 6 millones
de personas, pero luego Ramonet (de Le Monde
Diplomatique) la estimaba en 10 millones. Esas
movilizaciones y protestas continuaron y se
acentuaron en EE.UU. donde la popularidad de
Bush II también retrocedió hasta que tomó Bagdad.

- 297 -
Eduardo E. Saxe Fernández

En el resto del planeta el repudio a la guerra


nunca antes ha sido tan universal. El presidente
Bush II está encerrándose en una esquina,
escudado en su poder militar superior al de todos
los demás juntos. Pero una guerra sin el apoyo de
la ONU, o incluso con la reprobación de Francia,
Rusia y China, así como de México y Canadá y
toda América Latina con excepción de 3 países
centroamericanos y Colombia, representa un revés
para EE.UU., pues señala la rápida emergencia de
un poderoso frente de oposición, que alienta a
otros menos poderosos, como la misma Turquía, a
resistir.
Esas movilizaciones han dado aire al
movimiento por la paz, y creado el “contexto
social histórico” para que una serie de gobiernos
empiecen a distanciarse de Washington, no ya
solamente Francia, Alemania y Rusia, sino también
la R.P. China e incluso Turquía, llegando a México
y a Chile, miembros temporales del Consejo de
Seguridad que no apoyaron los planes de guerra de
EE.UU. Pero es necesaria una movilización aún
mayor, universal y permanente, contra la guerra.
Pues se va a tornando necesaria la movilización
permanente de la población, como forma para
detener y hacer retroceder esas tendencias
militaristas y apocalípticas.
La dimensión religiosa de personas religiosas
que busquen revertir los peligros ontológicos
implica preferir la inclusión, la negociación y la
participación, y evitar la solución violenta de
diferencias y disputas. Existe la posibilidad, para
las grandes organizaciones religiosas cristianas del
mundo, de realmente conmover la conciencia de

- 298 -
Colapso Mundial y Guerra

sus seguidore/as, sobre el peligro de la aventura


imperial militarista de la administración de Bush II
en EE.UU., utilizando los poderosos instrumentos
de convicción y “moralidad” que les caracteriza
institucionalmente. Como declarar que cualquiera
que promueva la violencia es Anticristo porque
Cristo promueve la paz, etc. (Recuérdese que en el
fundamentalismo cristiano de EE.UU., el Papa y el
Vaticano han sido catalogados tradicionalmente
como “Anticristo” –para otros como Dostoievsky,
el catolicismo es “el gran inquisidor” que basa su
poder en aceptar las ofertas del diablo en el
desierto).
Por su parte, el actual conflicto adquiere
dimensiones religiosas porque los líderes
occidentales también buscan orientación y
justificación para sus actos en su libro sagrado
(aparentemente con énfasis en el Antiguo
Testamento). Los titulares de los gobiernos de
EE.UU. y Gran Bretaña, así como muchos
miembros de sus gabinetes, asesores y estados
mayores, todos son “cristianos fundamentalistas” y
sus contrapartes en Israel son los “judíos más
ortodoxos”, mientras que sus opositores son,
militares laicos (Noriega o Hussein) o religiosos
(Ben Laden) -creados por el mismo Washington, y
que luego “se han rebelado” y transformado en
encarnaciones del Mal.
El exclusivismo radical del monoteísmo de
guerra que profesan los dirigentes de EE.UU. tanto
como los talibanes o los clérigos iraníes, es un
elemento fundamental en la “justificación” de la
agresión y la violencia. En su lenguaje peculiar, y
siendo él mismo instigador de esos odios, el

- 299 -
Eduardo E. Saxe Fernández

pontífice católico se ha referido al actual


“enconamiento” del odio, en los siguientes
términos: “Tenemos que pedirle a Dios la
conversión de los corazones de aquellos que se
enraizaron en el mal y el pecado” (“Papa pide
ayunar por la paz”, Al Día: 2003) (Énfasis ESF).
Sin duda, estas palabras emitidas con ocasión
del “Miércoles de Ceniza”, día en que los católicos
empiezan 40 días de ayuno y penitencia, se
refieren a un razonamiento a favor de la paz
mundial, que el citado Fiodor M. Dostoievsky
explica, al principio de la historia sobre “El gran
inquisidor” (Los Hermanos Karamazov, Libro V, v
–2000: 517): Alrededor de la época de cuaresma,
“La Virgen visita el infierno guiada por el
arcángel San Miguel. Allí ve a los pecadores y
las torturas que sufren. Entre otros, hay un lago
de fuego, una categoría de pecadores bastante
curiosa: éstos se hallan olvidados hasta de Dios
mismo. La Virgen llora, cae de rodillas y ruega
al Señor que perdone a todos los pecadores sin
distinción alguna. Su diálogo con Dios es de
tal interés que yo no sabría explicártelo. Ella
ruega, insiste; Dios le muestra las manos y los
pies agujereados de su Hijo y dice a la Virgen:
“¿Cómo quieres que yo perdone a sus
verdugos?” Pero ella ordena a todos los santos,
ángeles y arcángeles que se arrodillen y pidan
lo mismo que ella solicita...”,
y Dios le otorga su pedido, al menos durante
cierto período de tiempo (entre el Viernes Santo y
la Resurrección, es decir, durante la visita de Cristo
a los infiernos).

- 300 -
Colapso Mundial y Guerra

La referencia es, pues, al precepto cristiano de


no responder a la violencia con violencia sino con
comprensión y diálogo (pero en una “condición
infernal”).
Para los cristianos fundamentalistas que
dirigen la política de EE.UU. e Inglaterra, la guerra
contra el terrorismo es ante todo la guerra contra el
Mal, la guerra del Juicio Final. Consecuentemente,
la guerra de agresión de EE.UU. contra Irak
significa el arranque oficial de la Tercera Guerra
Mundial después del preludio afgano, una guerra
que, como afirman los dirigentes en Washington,
esperan duraría al menos un siglo –por el
enconamiento del odio en la conciencia social,
agregamos nosotros, producto de la intensificación
de las venganzas para vengar las venganzas de
cada parte en conflicto.
En este tipo de conflicto, de forma similar a las
guerras “raciales” del siglo XIX y parte del XX, y
de forma similar a las guerras “coloniales” y
“revolucionarias y contrarrevolucionarias” de los
siglos XVII al XX, y característico ya de las
guerras de religión previas, el aspecto ideológico
incluye una dimensión ética que se formula-y-vive
escatológicamente: se reducen las opciones de
juicio político a dos alternativas opuestas,
definiéndose la bondad de la alternativa propia, en
función de la maldad de la alternativa adversaria, y
cada una de ellas, a su vez, en términos de
capacidad de destrucción. De manera que la lógica
de la llamada “guerra preventiva”, tiene un
componente ideológico muy característico del
monoteísmo exclusivista. Se puede explicar ese
tipo de guerra, precisamente por el tipo de

- 301 -
Eduardo E. Saxe Fernández

razonamiento “religioso”. Por eso, en tal contexto


cada persona (y “estado cristiano”) tiende a pensar
la siguiente secuencia:
1. El sentido de mi vida depende de la
satanización de mi enemigo. De manera
que,
2. Mi salvación exige que destruya a mi
enemigo.
3. Por lo tanto, mi enemigo quiere atacarme y
por eso tengo que defenderme atacándolo
antes que él me ataque.
(En las definiciones oficiales de la situación,
esta “disposición cultural cognoscitiva” a la
violencia y el asesinato es erróneamente
considerada como LA disposición “natural” del
“hombre”).

- 302 -
Colapso Mundial y Guerra

Capítulo Quinto

Costa Rica y la
“guerra contra el terrorismo”
de Bush II
1. Introducción
En este capítulo presento una discusión
preliminar y limitada, sobre las relaciones entre las
administraciones de los presidentes Abel Pacheco
en Costa Rica y George W. Bush (“Bush II”) en
EE.UU., destacando las características guerreristas
e imperialistas de la nueva política internacional de
Washington, su adopción por parte de la
administración costarricense, y la consecuente
preferencia por la postura “metropolitana” frente a
la “propia”, en la doctrina y la política
internacionales costarricenses. Esta preferencia se
articula en el apoyo de Pacheco a la guerra de Bush
II contra Irak, y en el creciente involucramiento de
la administración Pacheco en la guerra de las
administraciones Uribe y Bush II en Colombia.

2. Aproximación al proceso político y a la


política internacional de Costa Rica.
Ya en 2.000, con ocasión de un foro
organizado por las escuelas de Relaciones
Internacionales y de Planificación y Promoción
Social de la Universidad Nacional de Costa Rica

- 303 -
Eduardo E. Saxe Fernández

(UNA), en mi intervención destacaba la lamentable


situación de este pequeño país centroamericano:
“Costa Rica ha tenido un liderazgo deficiente
desde la década de 1980. Se cometen graves
errores (ley de la moneda, que dio ventajas a la
banca privada; convenios con el FMI; cierre de
ferrocarriles; dar ministerios del área
económica y el Banco Central a la banca
privada; de iure, permitir acciones policíaco
militares de EE.UU. en el territorio nacional;
etc.). Hay un pacto de la nueva oligarquía entre
fracciones de la elite PUSC-PLN74. La elite ha
perdido el rumbo y carece de proyecto
nacional. La corrupción en las cumbres de la
empresa privada y el Estado permea la
sociedad y genera corrupción estructural.
Concentración de la riqueza, clientelismo,
favoritismo, amiguismo y nepotismo
predominan. Hay tendencias a la
gangsterización de la política y la economía.
Hay mafias con creciente influencia, por el
carácter de cuasiparaíso fiscal que hemos
adquirido, y porque la industria turística trae
beneficios, pero también una cultura de
casino” (Saxe Fernández, 2004b: 25).
Las líneas fundamentales de ese breve
diagnóstico no han cambiado de tendencia, sino
que al contrario se vienen intensificando.

No resultó sorpresivo entonces, que con


respecto a la guerra de EE.UU. contra Irak, la

74
Que ya en 1995 denunciábamos en la noveleta satírica,
Mama Chepa: Presidenta y Reina de Costa Rica. Heredia, CR:
Ediciones Alejandrinas.

- 304 -
Colapso Mundial y Guerra

administración Pacheco continuara la política de


alineamiento incondicional y de doble discurso. En
esta oportunidad, sin embargo, tales políticas
quedaron al descubierto, en medio de incidentes en
la ONU (caso del embajador Stagno defendiendo
la postura contra la guerra; Cf. infra), y
posteriormente la corrupción “estructural” que
afecta el estado y la sociedad costarricenses,
también se expresaron en el breve período como
Secretario General de la OEA del ex presidente Dr.
Miguel A. Rodríguez, cargo al que hubo de
renunciar a un mes de su acceso, por acusaciones
de corrupción y posterior encarcelamiento,
decretadas por los tribunales costarricenses.
Paralelamente, el ex presidente Rafael A. Calderón
Fournier también ha sido encarcelado por similares
acusaciones, y el ex presidente José María Figueres
Olsen renunció a su cargo de edecán del Foro de
Davos y se rehúsa a viajar hasta San José para
enfrentar acusaciones similares y probablemente al
menos, prisión preventiva.
La política exterior que la administración
Pacheco ha adoptado a partir del 11 de septiembre
de 2001, apoyando a la administración Bush II en
su guerra ilegal contra Irak, destroza los pilares de
la “postura propia” en la política internacional
costarricense. Posteriormente, cuando el ejecutivo
y la cancillería han sido obligados a rectificar esa
posición por determinación de la Sala
Constitucional, tanto como por el Congreso y por
la abrumadora mayoría de la ciudadanía, sin
embargo la administración Pacheco y el estado
costarricense no logran evitar la creciente
presencia e influencia del gobierno de EE.UU. en

- 305 -
Eduardo E. Saxe Fernández

su política exterior, sobre todo respecto a los temas


del “narcotráfico”, y el apoyo a la guerra contra el
“terrorismo”, particularmente en Colombia y en un
emergente “frente de fricción” entre las “islas
americanas” del norte y del sur.
Más recientemente, EE.UU. le aprieta más las
tuercas a Costa Rica, queriendo forzarla a firmar
un Tratado de Libre Comercio que supeditará el
sistema jurídico costarricense a las leyes de
EE.UU., y que marcará el momento en que
formalmente el país perderá la independencia
adquirida a partir de 1821. Pasará a ser un pseudo
estado, en el que prevalecerán los “derechos” e
intereses de inmigrantes extranjeros
primermundistas y de las empresas y gobiernos de
sus países. Lo/as ciudadano/as y empresas de
EE.UU. siempre podrán recurrir a sus tribunales en
EE.UU. para protegerse de cualquier problema o
disputa en Costa Rica. Por su parte, lo/as
ciudadano/as y empresas de Costa Rica podrán
recurrir a sus tribunales en Costa Rica, pero serán
los tribunales en EE.UU. los que con el TLC
tendrán la última palabra en disputas económicas o
ambientales, con ciudadanos o empresas de
EE.UU.
Además, Costa Rica mantiene políticas
internacionales todavía determinadas por su
incondicionalidad con EE.UU. durante la Guerra
Fría (sobre todo por las políticas de G. Facio –
seguidor/admirador de Kissinger). Es la “postura
metropolitana” en la política exterior costarricense
(más abajo presento la “postura propia”).
De esta forma, San José continúa apoyando
totalmente al gobierno de Taiwán, y no mantiene

- 306 -
Colapso Mundial y Guerra

relaciones diplomáticas con la RP China –aunque


ya la comunidad china en Costa Rica apoya/pide la
apertura de esas relaciones. Costa Rica se ubica
junto con algunos otros países centroamericanos,
que sin embargo no tienen los escrúpulos
costarricenses para exigir públicamente
determinadas sumas de dinero a cambio del voto
en los foros internacionales, en primer término la
ONU. Tal el caso de Nicaragua. Costa Rica, en
cambio, negocia y “acepta” la donación taiwanesa
de un puente sobre la desembocadura del río
Tempisque, que finalmente integre territorialmente
la península de Nicoya con el centro desarrollado
del país. El gobierno de Taiwán, además, desde la
administración Rodríguez (1998-2002) financiaba
secretamente los salarios de los funcionarios del
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
También Costa Rica es aliada incondicional de
Israel; es uno de los primeros países que trasladó
su embajada a Jerusalém. Esto le aliena a Costa
Rica sus relaciones con prácticamente todo el
mundo árabe.
Una política muy similar a la que mantiene
Costa Rica con la RP China, se desarrolla con
Corea del Norte.
Cuba es objeto de gran atención. Costa Rica es
uno de los pocos países latinoamericanos que aún
sigue los lineamientos de EE.UU., desde que se
expulsara de la OEA a Cuba, en la reunión que
tuvo lugar en San José en 1961; es decir, no
mantiene relaciones diplomáticas, aunque existen
relaciones comerciales y culturales. Siguiendo esa
línea, ha apoyado y planteado acciones contra

- 307 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Cuba, en organismos e instituciones


internacionales.
Durante la administración Calderón Fournier
(1990-1994), se forjó un fuerte vínculo con el
salinismo mexicano, que pasó a constituir un
componente “mexicano” en la política exterior
costarricense, el cual enfatiza los Tratados de Libre
Comercio (TLC) acordados por el país azteca,
bilateral con Costa Rica, y trilateral con EE.UU. y
Canadá. Los gobiernos de Calderón Fournier,
Rodríguez, y el de Pacheco, siguen estilos,
estrategias y hasta consignas, desarrolladas en el
México oficialista “para vender” el TLCAN, en los
medios de comunicación, tanto como en los
términos en que se plantea pública y políticamente
la discusión (México o Costa Rica negocian bajo
numerosas y crecientes amenazas por parte de los
sectores pro-tratado, costarricenses y de EE.UU.-
incluyendo el gobierno de Washington-, sobre las
terribles represalias que tomaría EE.UU. si no se
firmase el TLC de turno).
Los empresarios y gobierno costarricenses, o
radicados en Costa Rica, han seguido una política
de “puertas abiertas” a la inmigración de legales e
ilegales que huyen de las pavorosas condiciones
socio económicas de Nicaragua, devastada por las
guerras revolucionarias y contrarrevolucionarias,
así como por terremotos y huracanes. La población
nicaragüense que trabaja y vive en Costa Rica sirve
para deprimir los salarios, al aumentar la oferta
laboral.
Con el turismo, primeramente promovido
como “cultural” y “ecológico”, sobre todo a partir
de la administración Arias (1986-1990) llegaron

- 308 -
Colapso Mundial y Guerra

olas de inmigrantes de EE.UU. y la UE. Estas


nuevas poblaciones primermundistas se han
adueñado de casi todas las costas del país y de
parte muy importante de la propiedad en el área
metropolitana de San José y otras zonas. Los
hoteles turísticos traían consigo, o venían
acompañados por otros negocios, incluyendo los
casinos y la prostitución. Poco a poco pero
acelerándose desde mediados de la década de
1980, proliferaron esas dos actividades en Costa
Rica. Luego, durante la década de 1990 se
empezaron a establecer en San José casas de
apuestas, prohibidas en EE.UU. Hoy emplean a
más de 8.000 personas, mayoritariamente jóvenes
costarricenses bilingües, junto con un contingente
de extranjeros que incluye “de todo”, los cuales
colocan las apuestas sobre los diferentes deportes
“profesionales” de EE.UU. (béisbol, baloncesto,
fútbol americano, hockey sobre hielo), aparte del
internacional fútbol, pero incluyendo también el
boxeo, las carreras de caballos y las carreras de
automóviles, motocicletas, botes, etc. Los casinos
y casas de prostitución abundan también en Costa
Rica ahora; miles de visitantes de EE.UU., la UE,
y Japón, vienen al país para realizar “turismo
sexual”, con lo/as miles de costarricenses que, o
sobreviven haciendo esto, o lo hacen para ganarse
una extra.
Sumémosle a lo anterior que se realiza un
importante contrabando de mercancías hacia y
desde Costa Rica, empleando barcos que visitan
sus puertos en el Pacífico o el Caribe. O
mercancías que entran al país sin pasar por

- 309 -
Eduardo E. Saxe Fernández

aduanas, directamente en furgones, aviones o


botes.
Y también el país es un importante nodo para
el narcotráfico y para el avituallamiento de fuerzas
policiales, mercenarias, guerrilleras, y mafiosas,
que operan en Colombia y otros países, incluyendo
las mismas fuerzas navales y especiales de
EE.UU., en primer término. El narcotráfico
incluye un importante componente de “lavado de
dinero”, que se lleva a cabo de muchas formas, por
ejemplo en inversiones inmobiliarias y turísticas.
De manera que, según “se comenta
privadamente” pero no se plantea públicamente, el
país está dominado por dos grupos mafiosos, uno
de EE.UU. y el otro de “China”.
Costa Rica parece estar desvertebrándose sin
haberse casi percatado. Se notaba cuando llegaron
los fugitivos Teja y Vesco durante la tercera
administración de Figueres Ferrer (1970-74), y con
el tradicional comercio internacional ilegal que
practicaban individuos, grupos y empresas. Pero la
“mafización” se acelera a partir de la
administración Calderón Fournier (1990-1994),
aunque ya previamente algunos grupos en el
Partido Liberación Nacional (PLN –
“socialdemócrata”) habían establecido vínculos
con contrapartes en EE.UU.
El proceso político económico durante la
décadas de 1980 y 1990 estuvo caracterizado por la
privatización y concentración de la riqueza en el
sector bancario financiero. Durante la
administración Monge, el gobierno de EE.UU.
creó un “estado paralelo” (USAID) que
administraba un millón de dólares diarios de ayuda

- 310 -
Colapso Mundial y Guerra

al país y de guerra contra la Nicaragua sandinista,


con instalaciones ubicadas en un búnquer cercano
a la Embajada (hoy transferido al gobierno de
Costa Rica). Se trató de un “golpe de estado
técnico”, que otorgó a EE.UU. ingerencia directa
sobre todo en los ministerios de finanzas y
seguridad, en la casa presidencial de Zapote y en el
congreso.
La acrecentada influencia de EE.UU. en la
política exterior se redujo a partir de la crisis de la
administración Reagan-Bush I en la guerra
centroamericana, pero volvió a crecer durante las
administraciones Calderón Fournier y Figueres
Olsen (1990-1998). En este período se consolida
una forma de estructuración política alrededor de
“cúpulas oligárquicas” que se combinan, alternan o
disputan el control del ejecutivo y el sistema
estatal, como instrumento para la afirmación y
consolidación de los intereses de esas cúpulas
oligárquicas. Se trató del “Pacto Figueres
Calderón”, y de la tendencia a la convergencia de
los aparatos de los partidos políticos PLN y el
Partido Unidad Social Cristiana (PUSC),
conformando el popular “PLUSC”, la alianza
cupular oligárquica.
Esa alianza se hizo posible, de acuerdo con el
modelo clásico, porque durante el (poco estudiado)
golpe de estado que sufre Monge por parte de la
USAID, se empezaron a abrir las puertas para que
la banca privada compitiera “con ventaja” frente a
la banca pública: la “Ley de la Moneda” que quería
la administración Reagan implantaba un subsidio
del Banco Central a los bancos privados, que con
ello empezaron a crecer velozmente. Para la

- 311 -
Eduardo E. Saxe Fernández

década de 1990 ya varios bancos habían


concentrado la riqueza en Costa Rica, porque ese
crecimiento propiciado con la Ley de la Moneda,
se complementaba con el auge financiero
especulativo que siguió a la caída de la URSS, que
incluía un proceso de centralización de capital
prácticamente sin precedentes. Entonces, las
cúpulas oligárquicas tienen representantes
importantes de la banca privada. Así, ya durante la
administración Rodríguez (1998-2002), el sector
económico del gabinete, y el presidente del Banco
Central, eran todos miembros y representantes de
la banca privada.
Para culminar el proceso de oligarquización, el
ex presidente Arias, aliado con Pacheco, mediante
la Sala Constitucional (que lo autoriza, contra la
letra explícita de la Constitución, a buscar
reelección como presidente) desencadena un
segundo “golpe de estado técnico”, a partir de
2003. La prohibición a la reelección presidencial
fue establecida para impedir la formación de
oligarquías. La vigencia de la reelección también
señala la oficialidad del régimen neo oligárquico
actual. Volver a la presidencia era un derecho
humano que, alegaba Arias, se le cercenaba –¡Pero
también se cercenan los derechos de cada
ciudadano/a, entonces, cuando Arias es/pueda ser
reelecto! Y es posible que en las elecciones de
2006 esa reelección tenga lugar. La oligarquía así
se asienta en el poder con una de las peores de sus
tradiciones políticas.
Adicionalmente, tanto en su plataforma
propagandística (por ejemplo en la televisión
pública) como en sus propuestas de política

- 312 -
Colapso Mundial y Guerra

internacional, el gobierno de Costa Rica viene


haciéndole seguidilla (y la clásica servil
“anticipación”) a las políticas internacionales del
Vaticano, en los debates sobre biogenética, aborto,
eutanasia, liberación lesbigay y otros, donde la
Iglesia Católica ahora “le quita la palabra” y dirige
al Estado costarricense.
El incondicionalismo hacia EE.UU. se ha
manifestado en múltiples ocasiones; el país ha
agradecido siempre que EE.UU. no lo hubiese
invadido militarmente como a Nicaragua o
Panamá, así como su apoyo cuando, por ejemplo,
Somoza (principal aliado militar de EE.UU. en
Centroamérica), invadió militarmente a Costa
Rica, en 1955. Sin embargo, Costa Rica ha sido
utilizada militarmente por EE.UU., incluyendo, por
ejemplo; que:
1. Las posiciones de las compañías bananeras a
ambos lados (Pacífico y Caribe) de la frontera
entre Costa Rica y Panamá, marcaron esa
misma frontera (¡!) y establecieron esas
posiciones como las “defensas lejanas” del
Canal de Panamá.
2. También lo fue la carretera interamericana que,
construida bajo dirección de EE.UU.,
innecesariamente desde el punto de vista del
transporte aunque necesariamente desde la
perspectiva militar, atraviesa puertos de
montaña que sobrepasan los 3.500 metros de
altura.
3. Durante la guerra centroamericana de la década
de 1980, ya Costa Rica empezó a ser base
militar de operaciones de EE.UU., en diferentes

- 313 -
Eduardo E. Saxe Fernández

puntos del país, y durante largos años a lo largo


de la frontera con Nicaragua.
4. A partir de la década de 1980, EE.UU. opera
militarmente en la gran sección patrimonial
marítima de Costa Rica (más de 500.000
kilómetros cuadrados; diez veces el territorio
continental); hoy tiene un acuerdo de “patrullaje
conjunto” con Costa Rica, según el cual casi
cien naves militares, incluyendo artilladas
prohibidas en el mismo acuerdo, visitan
anualmente esas aguas y el puerto de Golfito,
en el profundo y protegido Golfo Dulce del
Pacífico sur costarricense.
5. En Costa Rica también operan la American
Legion y muchos oficiales militares de EE.UU.
y otros países, a su retiro se han establecido en
lugares estratégicos en las costas del país.
Costa Rica, como la región latinoamericana en
su conjunto, padece de incapacidad para la
navegación marítima (y de otros medios,
incluyendo el aéreo). Ha sido el nuevo sector
inmigrante primermundista, el que, poco a poco, al
darse cuenta que en Costa Rica no hay ni
iniciativas ni tradiciones o instituciones
“marineras”, se ha dedicado a hacerlo. Sería
posible hipotetizar (en una conversación con el
Prof. Arthur N. Gilbert de la Universidad de
Denver), si: ¿Ese “sector” de nueva inmigración
con “vocación marítima”, viene adquiriendo, y ha
adquirido, creciente aspiración de poder (“poder no
reconocido”) en Costa Rica –incluyendo turismo y
economías mafiosas? (Gilbert comenta sobre el
papel de la pesca en la conformación de la
sociedad bostoniana y de Nueva Inglaterra) ¿Y

- 314 -
Colapso Mundial y Guerra

entonces el TLC entre Costa Rica y EE.UU. traería


como consecuencia la “adquisición” de poder, en
Costa Rica, de esos sectores immigrantes
primermundistas, por el apoyo/protección que van
a encontrar, para sus actividades en Costa Rica, en
las instituciones y el derecho de sus natales
EE.UU.? ¿No es esta una situación muy parecida a
la que tenían los súbditos ingleses en algunos
reinos semi independientes de la India en el siglo
XVIII, por ejemplo? En todo caso, con la
aceptación del TLC, conviene señalarlo, los
ciudadanos de EE.UU. que tengan residencia
permanente en Costa Rica tenderán a adquirir
y ejercer mayores derechos (mercantiles, civiles,
penales) que los ciudadanos de Costa Rica (que
vivan en Costa Rica). Es decir, la constitución
costarricense se subordina a la ley federal de
EE.UU.75
Desde finales de 2004, la gran crisis nacional
se muestra y agrava a partir del encarcelamiento de
los ex presidentes Rafael A. Calderon Fournier y
Miguel A. Rodríguez, y la posible inculpación de
José Ma. Figueres Olsen, todos acusados de actos
corrupción. Actos consistentes, en muchos casos,
en haber intermediado entre alguna CTM y entes
públicos o gubernamentales, después de haber
terminado sus funciones públicas. Actos que, en
otros países como EE.UU., son completamente
legales y están reglamentados. Pero con estos
procesos se profundiza sin duda la podredumbre
que corroe, no solamente a los partidos políticos,

75
También discutí este aspecto en conversaciones separadas
con Fernando Antonio Dantas y Juan Olivier Gómez Meza
(2005).

- 315 -
Eduardo E. Saxe Fernández

sino a la sociedad costarricense, a las personas


costarricenses. Antes que “pacifistas”, los “medios
de comunicación” nos han ayudado a convertirnos
en, como se dice, “hiper violentos”. Hemos venido
aprendiendo muy bien y en inglés, que todo se
compra y se vende, que lo que importa es el dinero,
y que no importa de dónde provenga ese “recurso”.
De lo que se trata es de tener, tener a toda costa. A
falta de ejércitos, los descontrolados “medios de
comunicación” han instilado la cultura del
asesinato que concentra la producción
hollywoodesca y televisiva. De ahí han surgido,
sobre todo, muchachos y hombres cada vez más
violentos: la cultura dominante nos enseña que la
violencia es la forma para enfrentar y resolver
diferencias y conflictos. En Costa Rica esto se ha
aprendido perfectamente, en niveles elevados de
violencia social, que en algunos puntos se
desbordan en violencia política –sobre todo por la
postura de imposición que adoptan las “nuevas”
oligarquías en asuntos como la venta de activos
públicos –caso de Miguel A. Rodríguez y su
intento de privatizar el Instituto Costarricense de
Electricidad. Ahora, como destaca R. Meoño76, la
propaganda “muestra la necesidad de” abandonar
“nuestra ingenuidad”: aquella disposición a
saludar, conversar, ayudar, regalar, hacer amistad,
debe sustituirse por recelo, desconfianza, distancia,
temor. ¡Es la única manera, se nos enseña, de
“combatir el crimen y la violencia”!
En el gobierno de Pacheco, existe un
importante lobby pro EE.UU. que “rodea” al
presidente en lo que se refiere (al menos) a la
76
En conversación sobre la tesis doctoral que prepara (2005).

- 316 -
Colapso Mundial y Guerra

política internacional, sobre todo en dos áreas:


“seguridad” y “Colombia”. Algunos analistas, y los
rumores populares en meses recientes, han
sostenido que el presidente costarricense ha sido
prácticamente “secuestrado” por estos sectores,
que incluirían a personal de las vicepresidencias de
la República, y al menos de los ministerios de
Seguridad y Exteriores. Mantienen contacto
permanente y estrecho con contrapartes
representantes de Washington, y abogan por una
postura de alineamiento completo y decidido,
como “pide” el gobierno de EE.UU. .
La administración Pacheco asume la lógica de
la guerra de la administración Bush II, coloca al
“terrorismo” en el lugar que hasta hace poco
ocupara el “comunismo”, y declara estar en
guerra contra esos movimientos o fenómenos. Sin
embargo, hay una distinción tradicional en la
política exterior costarricense que la
administración Pacheco se salta ahora, porque
hasta aquí Costa Rica había “pensado y actuado”
buscando alcanzar soluciones pacíficas y
negociadas de las diferencias internacionales. Con
el “terrorismo”, la administración Pacheco cree
encontrarse directamente e inmediatamente
amenazada con guerra. Especialmente, el
gobierno costarricense se orienta por las voces
militaristas internas y externas. No es difícil
imaginar que entonces llegan a la conclusión de
que “la única opción posible” es entrar también
en guerra. Esto se refuerza porque la
administración Pacheco, como la de Bush II, ejerce
su facultad de “juicio político”, desde y para
marcos de referencia ideológicos, institucionales y

- 317 -
Eduardo E. Saxe Fernández

jurídicos (aparte de psicosociales), de “profunda


religiosidad”. Por eso les es fácil, nuevamente,
plantearse y enfrentar los problemas, en términos
de dilemas ético religiosos.
Como consideraré en el resto de este capítulo,
la actitud de “hay que decir sí a todo lo que pida
Bush”, de la que encontramos indicios, en el
rechazo de la administración Pacheco a la
candidatura de la hoy Jueza Odio Benito en la
nueva Corte Penal Internacional, y en la
participación de Costa Rica en los
pronunciamientos sobre el caso iraquí (embajador
Stagno ante la ONU), se ha hecho explícita,
primero cuando el ministro de Exteriores Tovar
visitaba Bogotá y llegaba a acuerdos para
“combatir el narcotráfico y el terrorismo”, y
posteriormente, cuando el mismísimo presidente
Pacheco, salía decir que Costa Rica participaba,
como aliado, en la guerra de Bush II contra Irak -
después de reunirse con su embajador en
Washington, J. Daremblum.
La administración Pacheco como la de Bush II
emplea todavía un doble discurso, de supuesto
mantenimiento de nuestros ideales de paz, pero
ahora estableciendo una relación, no con la
terminación del conflicto, no con la paz
permanente, sino que, más bien, haría falta dejar
a un lado la paz, para enfrentar una guerra
muy especial, tan especial que resulta más
importante que esa misma paz: la guerra contra
el terrorismo. Es una postura similar, pero incluso
más extrema, a las sostenidas durante la guerra
mundial contra “el comunismo”. Este argumento
se plantea claramente a partir del 20 de marzo de

- 318 -
Colapso Mundial y Guerra

2003, en declaraciones del mismo presidente


Pacheco. Con lo que se consumaba la adhesión del
ejecutivo costarricense a la política de la
administración Bush II.
La actual política exterior costarricense ha sido
calificada, como mínimo, de “errática”, por
congresistas de la oposición77. Viene mostrando
que, por un lado, en la opción “metropolitana”,
sigue las sugerencias de Washington mediante el
embajador en San José, Danilovitch, y a través del
embajador costarricense en la capital de EE.UU.,
Daremblum. Por otro lado, en la opción “propia”,
las declaraciones del embajador Stagno en la ONU,
parecían representar la existencia de un “segundo
grupo” o tendencia respecto de la formulación de
la política exterior de la administración Pacheco,
éste sector más orientado a rechazar la guerra y el
involucramiento costarricense en ella. Hasta ahora
el grupo pro EE.UU. tiene “copado” al presidente
Pacheco, lo que se confirmó después de su
anunciada reunión con Bush II, junto con los otros
presidentes centroamericanos, cuando en abril de
2004 se encontraron en Washington para firmar
nuevos acuerdos comerciales e impulsar un TLC
entre EE.UU. y Centroamérica.

EL CASO DE LA JUEZA ELIZABETH ODIO


BENITO.
La política de alineamiento internacional con
el gobierno de Bush II por parte de la
administración Pacheco, pareció también estar

77
“Diputados cuestionarán la política exterior”. La Nación, 5
marzo (2003: 8 A).

- 319 -
Eduardo E. Saxe Fernández

entre las bambalinas que indujeron al Gobierno


costarricense a no apoyar la candidatura de la
jurista costarricense Elizabeth Odio Benito, al
cargo de jueza en la Corte Penal Internacional, con
motivo de la puesta en marcha de esta nueva
institución jurídica, por la que Costa Rica hasta
ahora había luchado.
No solamente se trata de una institución que
EE UU rechaza (entre otras cosas porque
consideraría criminales los actos realizados durante
“guerras preventivas”), y que Costa Rica tendría
que buscar fortalecer al máximo, sino que un
puesto de judicatura en ella daría a Costa Rica una
distinción y un reconocimiento importantes en la
consolidación de la “postura propia” dentro del
sistema internacional, y como reafirmación del
derecho y no de la guerra, como criterio de
organización de ese sistema internacional
multilateral.
Por eso resultó similarmente importante que la
administración Moscoso, en la vecina Panamá (que
como Costa Rica ha abolido las fuerzas armadas)
propusiera la candidatura de la jueza Odio Benito,
y que la distinguida jurista resultara electa con un
“contundente” respaldo internacional.
La administración Pacheco sufrió un
importante desprestigio y puso de manifiesto su
orientación de seguidilla al unilateralismo de
EE.UU. (Si pensamos qué tipo de nación desearía
el grupo gobernante, señalaríamos que: es probable
que Pacheco y su gobierno conciban como único
futuro soñado, una especie de Anschluss, acaso
como un Condado de algún estado que nos acoja,
como Texas, California o Florida).

- 320 -
Colapso Mundial y Guerra

Es notoria la posición pacifista de la jueza


Odio, y su prominencia internacional significa que
el sur de Centroamérica, es decir los vecinos de
EE.UU. y Colombia, quieran tener una voz
autorizada para referirse a la situación colombiana
o propia, en caso de continuar o escalarse allí la
guerra, como ha buscado Uribe con el apoyo de
Bush II. Al mismo tiempo, si bien esto indicaría la
preocupación panameña, también iluminaría el
sentido de la posición adoptada por la
administración Pacheco, que acaso seguía
sugerencias de Washington. El rechazo a la
candidatura de la jueza Odio Benito también
significa que Costa Rica abjura –al menos con esta
administración- de una posición responsable y
legalista, institucionalista y pacifista, sobre los
acontecimientos bélicos, especialmente en el norte
de América del Sur pero también
internacionalmente.

3 Posturas “metropolitana” y “propia” en la


política internacional de Costa Rica
Junto con el obligado incondicionalismo ante
la potencia hegemónica regional, la política
internacional del pequeño estado costarricense ha
desarrollado, desde al menos la primera
administración de González Víquez (1906-1910),
un postura política internacional que busca
apartarse del conflicto, para así evitar el
avasallamiento y la ocupación militares de EE.UU.
Legalismo, Neutralismo, Pacifismo,
Institucionalismo, serían los cuatro pilares de esa
tendencia en la política exterior costarricense. El
legalismo, hay que agregar, también está presente

- 321 -
Eduardo E. Saxe Fernández

en las políticas derivadas del incondicionalismo


obligatorio, convirtiendo al derecho y al
institucionalismo prácticamente en pasiones del
servicio exterior costarricense. Por eso resultaba
tan chocante la postura de la administración
Pacheco, cuando anunciaba su apoyo a la invasión
que llevaba a cabo EE.UU. contra Irak en 2003.
Inicialmente, pudo esperarse que el
acercamiento político entre el presidente Pacheco y
el ex presidente Oscar Arias y su hermano,
incluyera, para los Arias un apoyo en su camino
hacia la reelección presidencial y sus negocios
(que incluyen contratos de exclusividad para la
mayor productora y exportadora de etanol extraído
de la caña de azúcar, propiedad del grupo Arias); y
para Pacheco, ventajas políticas y/o económicas
presentes o futuras. Ese nuevo pacto oligárquico
(al mejor estilo tradicional desde 1860 hasta 1948),
hipotetizábamos, ahora también iría a contar con
una asesoría fundamental en la orientación de la
nave tica, en aguas internacionales tan turbulentas
como las actuales: casi veríamos un anticipo de la
política exterior en el caso que el ex presidente
Arias le diera un último aire a esa “nueva
oligarquía” costarricense, ganando (con métodos
oligárquicos) un segundo período, ilegal, como
presidente en las elecciones de 2006. El episodio
del embajador Stagno pudo haber sido organizado
por los equipos asesores de Arias, pero la reacción
de EE.UU., muy probablemente articulada a través
de la embajada en San José pero también con la
colaboración del embajador costarricense en la
“Roma del Potomac”, prácticamente “obligó” a la
administración Pacheco, a mantener el curso de la

- 322 -
Colapso Mundial y Guerra

guerra durante largo tiempo. El propio galardonado


con el premio Nobel habría sido advertido de no
intentar alterar el rumbo de la política exterior de
Costa Rica que “espera el Presiente Bush”. Puesto
que no tenía oficialmente ninguna responsabilidad
política, Arias parece haber preferido estarse
quieto, no sabemos si habiendo por lo menos
atizado la expresión de la “postura propia” en la
actuación de Stagno en la ONU (que se discute
más abajo) para, en tal caso, trasmitir a sus
eventuales electores, la esperanza de que tal vez,
una vez electo, podría adoptar más esa “postura
propia”. Pero su sumisión significó, que ahora
prevalece en Arias el pragmatismo antes que la
ideología, y que está dispuesto a acatar el orden
conservador oligárquico re-colonial78.
Urgía, por tanto, que la ciudadanía y los
sectores organizados obligaran al gobierno
costarricense a rectificar esa ruta que conduce al
abismo de la violencia y la muerte. A mediados de
2004, la Sala Constitucional acogió los recursos
presentados contra la política exterior de la

78
En el régimen colonial sobre América Latina, las metrópolis
controlaban los sistemas político jurídico y económico. En el
régimen neocolonial (después de la independencia de Iberia)
sobre la región, las metrópolis controlaban el sistema
económico. El sistema político jurídico era oligárquico, con
transición al populista corporativo. En el actual régimen re-
colonial, las metrópolis (ya casi) controlan el sistema jurídico
(ya tiene EE.UU. a México y Canadá con el TLCAN, ahora se
dispone a hacer lo propio con Centroamérica), y son quienes
elaboran la política económica nacional de cada país
latinoamericano, mientras que sistema político se re-
oligarquiza (neo corporativismo sistémico: iglesia, ejército,
empresa; gobierno), en formas abiertamente “secretas” y
mafiosas.

- 323 -
Eduardo E. Saxe Fernández

administración Pacheco, y le conminó a rectificar


el rumbo. La acción atentaba contra la
Constitución costarricense, contra la doctrina y
postura internacionales de “paz desarmada” y
de “legalidad internacional” del país, y contra la
letra y el espíritu de la Carta de la ONU, que
declara ilegal a la guerra como instrumento de
política internacional. La administración Pacheco
ha acatado esa disposición y se ha retirado
oficialmente de la banda de estados (“coalition of
the willing”) que apoyaron la guerra ilegal de
EE.UU. contra Irak. Lo ha hecho en medio de su
peor crisis política –y la más grave en el país desde
el golpe de estado de EE.UU. contra la
administración Monge a principios de la década de
1980-, acaso esperando que este gesto simbólico le
atraería alguna popularidad entre una población
desencantada y cada vez más agitada, por los
escándalos de corrupción y la intransigencia
extremista de los sectores oligárquicos financieros,
únicos beneficiarios de la cada vez más deteriorada
situación económica social, e ideológica.
ASPECTOS DE LA “POSTURA PROPIA” DE
COSTA RICA EN POLÍTICA
INTERNACIONAL (Escritos en estilo
“nacionalista idealista clásico”).
Hice un primer intento de sintetizar la “postura
propia” de política internacional costarricense en
2.00079. Esas líneas generales me parece siguen
vigentes aunque les falte precisión y actualidad.
Aquí consideraré esa “postura propia”, más en
términos de la política de guerra adoptada por la
administración Pacheco.
79
Cf. Saxe Fernández, 2004b

- 324 -
Colapso Mundial y Guerra

Político ideológicamente, la población


costarricense y en particular la juventud,
claramente se orientan hacia la paz y al repudio de
la solución violenta de conflictos, pese a la
violencia social exacerbada que permea a Costa
Rica, en importante medida resultado de las
campañas permanentes pro-asesinato que llenan
los medios de comunicación audiovisuales (sobre
todo), y pese al terrorismo ideológico del
exclusivismo religioso exacerbado y apocalíptico.
Este tipo de condicionamiento interno e
internacional tanatofílico (“amante de la muerte”),
para un país pacifista como Costa Rica resulta
sumamente difícil de reducir y eliminar. Las
generaciones costarricenses actuales no recuerdan
la Segunda Guerra Mundial, pero me parece que
tienden a saber de su terrible significado, con unos
100 millones de personas muertas y centenares de
millones desplazadas. Pero mucho/as recordamos y
conocemos sus secuelas en Costa Rica,
particularmente con la Guerra Civil de 1948 –
aunque también esto “se olvida” socialmente.
Al mejor estilo kantiano, fue por el dolor que
hemos vivido en nuestro pasado histórico, que
determinamos desarmarnos. Entendimos que la
guerra no es buena para casi nadie, significa
retrocesos históricos que nos acercan más al
abismo final. Tales kantianas ideas han encontrado
eco en este país –“aunque solo sea” político
ideológicamente.
La misión internacional de Costa Rica
consistiría entonces en promover la paz, la justicia
y las soluciones negociadas, de manera vigorosa y
consistente, como principal “protección” para

- 325 -
Eduardo E. Saxe Fernández

garantizar la seguridad nacional: poco ganaríamos


adoptando posturas militaristas o servilistas de
los militares. Requeríriamos más (muchísima más)
cultura de paz interna, e internacionalmente actuar
como mediadore/as y pacificadore/as, y apoyando
un sistema internacional más justo, multilateral y
legal: apoyo a las instituciones internacionales y
promoción de regímenes horizontales y
ramificados.
Por eso, ahora nuestro país requiere de gran
serenidad y aplomo, para no dejarnos arrastrar a
compromisos y acciones que puedan llevarnos a
profundizar la cultura de violencia (violencia
psicosocial) que ya atenaza la imaginación y que
además conduciría a introducir y magnificar la
violencia militar.
Con Juan R. Mora, el General Cañas y Juan
Santamaría, Costa Rica determinó no aceptar una
imposición militar proveniente de lo que hoy es
EE.UU. Con la abolición del ejército y otra serie
de iniciativas, políticas e instituciones, Costa Rica
ha adoptado y desarrollado una posición
internacional basada en relaciones pacíficas y de
cooperación, de desarme y de eliminación de las
guerras y sus causas. Las posiciones de la
administración Bush II, de nueva guerra mundial,
que reflejan una lucha por sobrevivir en un mundo
que se hunde (colapsos ecosociales), plantean un
reto inédito al país costarricense.
Si Costa Rica logra actualizar su doctrina y su
diplomacia internacionales “propias”, recobrará
prestigio y podrá “defenderse mejor” en actual
sistema internacional, que EE.UU. insiste en
precipitar hacia una guerra generalizada que

- 326 -
Colapso Mundial y Guerra

acelera y acelerará esos colapsos. Estamos ante el


dilema de si el sistema internacional va a regirse
por la vía del “realismo craso” de la guerra y del
predominio brutal del más fuerte en una selva de
lobos contra lobos y ovejas (asesinato, guerra y
terror); o bien por la vía de la cooperación, la
solución negociada de diferencias, y el
humanismo, para la reconstrucción y construcción
de un planeta y un mundo humano viables y justos.
El país no puede en esto apoyar el bando de la
guerra; pero podría hacer aportes si lograra
enrumbarse hacia el bando de la paz.
En la opción de un mundo hobbesiano y
tenebroso nuestro país sufriría mucho, pues sus
atributos o recursos militares son pocos. Pero
Costa Rica ha sabido capear temporales previos
similarmente oscuros y convulsos. Más bien, por
sus características y tradiciones, el país tiene ahora
una oportunidad para ejercer orientación desde la
cultura de paz en el sistema internacional,
particularmente en una región geográfica de
reciente “estabilización político militar”, pero que
ahora vuelve a estar agitada por fuertes
convulsiones sociales. También por su vecindad
con otra región geográfica que más bien muestra
creciente desestabilización, que es el área de
intersección, de los intereses de EE.UU. y de los
intereses de Brasil y América del Sur: Colombia,
Ecuador, Venezuela y Perú.
La búsqueda de paz política internacional
constituye el sentimiento ampliamente mayoritario,
aunque no faltan las consabidas voces que hoy
entonan himnos y diatribas marciales. Pero el
extremo comedimiento de “no comprometerse con

- 327 -
Eduardo E. Saxe Fernández

nada” y las circunstancias de la posmodernidad (el


alma desconcertada busca refugio en rincones
intimistas o masivos, todos “mediatizados” y
desgarradores adrenalizantes), hace que gran parte
de la población se mantenga desinformada o
apática.
La administración Pacheco: (a) nunca informó
a la opinión pública los compromisos del país con
EE.UU. para la “guerra contra el terror” de éste
último, y (b) nunca reafirmó ante la opinión
pública costarricense y mundial, la doctrina de paz
desarmada y nuestra apuesta por la SOLUCIÓN
PACÍFICA A CONFLICTOS Y DIFERENDOS,
como disposición permanente de la política
exterior de Costa Rica.
De todas maneras, resultaba engorroso que en
las primeras marchas organizadas para protestar
contra la guerra, el número de extranjeros
residentes o visitantes fuera similar o mayor al
número de costarricenses80.
Conforme la guerra transcurría, ya a la semana
siguiente encontrábamos un fuerte movimiento pro
paz en Costa Rica, que culminaba cuando los
expresidentes Carazo y Arias, el Rector de la
Universidad de Costa Rica como Presidente del
Consejo Nacional de Rectores, el Defensor de los
Habitantes, y un obispo en representación de la
Iglesia Católica, se reunieron para instar a Pacheco
a rectificar su política exterior respecto a la guerra
contra Irak.

80
“No more War”.The Tico Times, Vol.XLVII, n.1710, 21
february (2003: 1). E ídem, Klempner, M. “Sta Elena gives
peace a chance”, p.7.

- 328 -
Colapso Mundial y Guerra

LAS APARENTES AMBIVALENCIAS DE


LA ADMINISTRACIÓN PACHECO
Resulta importante observar la política exterior
de la administración Pacheco, “enmarcada” por la
política de unilateralismo ilegal y militarizado que
practica la administración Bush II
internacionalmente, incluida América Latina.
La “apariencia” de la política exterior
costarricense de la actual administración es
“contradictoria”, diciendo y haciendo cosas en un
sentido, para luego retractarse. Según una diputada
de la oposición,
“... el Ministerio de Relaciones Exteriores
vive un “adormecimiento” en temas de
trascendencia mundial. “Tenemos la sensación
de que no hay una política exterior definida”,
sostuvo la diputada” (Cf. nota 3)
Sin embargo, esas contradicciones surgían
porque la administración Pacheco seguía
secretamente una política acorde con los deseos de
Washington, pero públicamente quería aparecer
como manteniendo la postura “propia”
costarricense. Esto resulta en la imposible
cuadratura del círculo.
Adicionalmente, tampoco en el Congreso
(Asamblea Legislativa) parecía haber mucha
claridad sobre la situación internacional y sobre los
problemas a los que debe referirse la política
exterior costarricense. Algo similar se seguía de las
intervenciones del Ministro de Relaciones
Exteriores en sus comparecencias ante la cámara
legislativa. Esto se hizo evidente en el temario
sobre el que deseaban discutir los congresistas con
el ministro del ramo, que no incluyó las

- 329 -
Eduardo E. Saxe Fernández

solicitudes de EE.UU. a Costa Rica para su


lucha contra el terrorismo81.

4. Costa Rica participa en la guerra de EE.UU.


contra Irak
Se trata de una guerra “extra-legal” o
simplemente ilegal, que constitucionalmente no
puede apoyar el país centroamericano, pues los
compromisos jurídicos e institucionales
internacionales que la Constitución costarricense
acata, así lo determinan. Además, es una postura
sumamente impopular en el país, y como en el
caso de otros “aliados” de EE.UU. como España o
Inglaterra, carece de legitimidad en términos de
democracia activa. Dos episodios nos sirven para
observar la confrontación entre las posturas
“metropolitana” y “propia” (caso Stagno), y cómo
ha prevalecido la primera en la política de la

81
“Diputados cuestionarán la política exterior”. La Nación, 5
marzo (2003: 8 A). “Inconclusa audiencia del Canciller”. La
Nación, 6 marzo (2003: 6 A). El Ministro hizo una
intervención en el Congreso en la que presentó “sus
argumentos defensivos sobre cuatro temas: *El papel de la
Cancillería en la promoción de la exvicepresidenta Elizabeth
Odio como candidata a jueza de la Corte Penal Internacional;
*La abstención de Costa Rica al designarse a una
representante de Libia como presidenta de la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU); *La
petición de renuncia y posterior marcha atrás en el caso del
embajador del país ante la ONU, Bruno Stagno; *Las
gestiones de su despacho ante la Unión Europea por la posible
exclusión de los productores costarricenses del Sistema
General de Preferencias”.

- 330 -
Colapso Mundial y Guerra

administración Pacheco (apoyo a guerra de


EE.UU. contra Irak).

EL CASO DEL EMBAJADOR STAGNO EN


LA ONU
En los febriles días previos a las fechas en que
EEUU tenía dispuesto atacar, destruir y tomar Irak,
la cancillería costarricense da un faux pas, o bien
lanza un críptico mensaje que diría algo así como:
“Deberíamos, podríamos y nos gustaría, no apoyar
la guerra. Pero no podemos, pues tenemos que
apoyar a EE.UU.”
El embajador ante la ONU participó en el
debate sobre Irak y planteó los argumentos de la
no-guerra. Luego, el canciller Tovar desautoriza y
destituye al joven Bruno Stagno, el jueves 20 de
febrero de 2003, pero al día siguiente lo restituye
en su cargo. Todo este fárrago por el discurso de
Stagno ante el Consejo de Seguridad (junto con
otros 60 países que pidieron hablar), donde según
un analista,
“...hizo bien don Bruno en llevar a la ONU el
criterio mayoritario de los ticos de rechazo a la
guerra... la verdadera “embarcada” es el
mensaje de la guerra...”, de la administración
Pacheco82.
Aparentemente, el embajador había consultado
su propuesta de discurso con suficiente antelación
ante la cancillería en San José, pero la respuesta
habría llegado tarde y el embajador entonces dijo
algunas cosas que seguramente molestaron a la
administración Bush II, entre ellas, que:

82
Meléndez, J. “Tovar” Al Día, 21 de febrero (2003:14).

- 331 -
Eduardo E. Saxe Fernández

- “Es indispensable otorgar suficiente tiempo (a


los inspectores; ESF) para que puedan realizar un
último esfuerzo sostenido para la verificación del
desarme de Irak”;
- (Que sean los inspectores quienes) determinen si
es fructífero proseguir con su labor o si su
efectividad se ha agotado;
- (Que los miembros del Consejo de Seguridad)
exploren y agoten todas las vías políticas y
diplomáticas existentes dentro de este marco
normativo para garantizar, por vías pacíficas, el
cumplimiento de las resoluciones 687, 1284 y
1441 para lograr una solución pacífica; y
- “El pueblo iraquí no debe ser la víctima...”83.
“Los 26 millones de iraquíes no pueden ser
víctimas inocentes”84.
La postura del embajador Stagno se coloca
dentro de la tradición de la política exterior
costarricense “propia”, que elabora su doctrina, su
postura, y sus políticas, desde la lógica del
derecho internacional dirigido a promover la
paz y el humanismo:
a) Stagno, a nombre de Costa Rica, pide con
justicia, que la comunidad internacional
opere mediante las instituciones y el derecho
internacionales, de manera que se pueda
obtener una “solución pacífica”, y
b) Stagno, a nombre de Costa Rica, sostiene
que aprecia como plenamente humano a
cada iraquí, y rechaza la lógica de la guerra

83
“Palabra vetada. Estos párrafos del discurso de Bruno
Stagno los vetó la cancillería”. La Nación, 21 de febrero (2003
8 A).
84
Ídem.

- 332 -
Colapso Mundial y Guerra

que implica la necesidad de sacrificar cada


vez más “víctimas inocentes” (por lo demás
tipificada como crimen en la Convención de
Ginebra).
La presentación del embajador Stagno merece
entonces un reconocimiento por su transparencia
ética y moral, y por su apego al derecho
internacional y a un atribuido “ser de la política
exterior costarricense” (o “ser costarricense en la
política exterior”): nunca argumenta, como han
hecho EE.UU. (y posteriormente también otros
representantes costarricenses), desde la lógica de
la guerra.
Los periódicos del conservador consorcio
publicitario La Nación, en San José, denunciaban
las presiones e ingerencia de EEUU en la
formulación de la política exterior costarricense, a
raíz de esa discusión en la ONU sobre Irak:
“Fuentes diplomáticas de alto nivel, que no
quisieron ser identificadas, aseguraron que
Estados Unidos expresó su molestia ante el
Gobierno de Costa Rica”85,
por las declaraciones del embajador Stagno.
Aparentemente, el embajador costarricense en
Washington (Jaime Daremblum, del grupo de
Miguel Ángel Rodríguez) fue quien confrontó con
mayor energía, en un primer momento, a Stagno.
Adicionalmente, un diputado a la Asamblea
Legislativa se preguntaba: “¿Qué estaba haciendo

85
Herrera, M. “Stagno se mantiene en la ONU” La Nación,
21 de febrero (2003: 8 A).

- 333 -
Eduardo E. Saxe Fernández

el embajador de Estados Unidos, John Danilovitch,


muy agitado en Casa Presidencial?”86.
El comentarista Meléndez señala claramente
que el canciller Tovar “admira” al ministro de
exteriores Powell y
“...está empeñado en seguir la línea de política
exterior de Estados Unidos y respaldar la
guerra en Irak”87.
¿Puede algún Ministro de Relaciones
exteriores costarricense, o algún funcionario
público costarricense, apoyar “oficialmente” una
(cualquier) guerra, sin una posición previa al
respecto, no ya del Ejecutivo, sino de la Asamblea
Legislativa –dadas las limitaciones impuestas a un
ejército en la Constitución? ¿Por qué no han sido
reprendidos o separados de sus cargos quienes
comprometieron tan gravemente al país en contra
de nuestras tradiciones y (supuesta) actual política
internacional?
Consecuentemente, antes que “regañar”,
destituir y luego restituir al embajador en la ONU,
la cancillería y el presidente de Costa Rica
deberían premiar al embajador Stagno, por
representar tan bien la postura “propia”
internacional de Costa Rica y encarnada en la
ONU y el derecho internacional, de: repudiar y
reducir el uso de la fuerza en el sistema
internacional.
PACHECO, ALIADO DE BUSH II EN LA
GUERRA CONTRA IRAK

86
“Diputados cuestionarán la política exterior”. La Nación, 5
marzo (2003: 8 A).
87
“Contra la guerra”. Al Día, 5 de marzo (2003: 8)

- 334 -
Colapso Mundial y Guerra

La postura del gobierno costarricense, que


contradice su aspiración a la negociación y la paz,
es un “indicio” de la forma en que es tratada Costa
Rica por la administración Bush II. México pudo
apartarse de apoyar el ataque de Bush II a Irak, al
igual que la inmensa mayoría de países
latinoamericanos. Solamente Costa Rica,
Nicaragua, El Salvador, Honduras, y Colombia,
apoyaron a Washington en la región. Aislamiento
de EE.UU., y debilidad extrema de estos pequeños
países centroamericanos. Rechazo a la política de
neo intervencionismo unilateralista e ilegal que
conocemos muy bien en América Latina (salvo en
la cancillería costarricense y otras pocas,
aparentemente), y que ahora EE.UU. intenta
universalizar.
La política internacional de Pacheco, en este
sentido, puede tener su origen y sentido en que la
actual administración en Washington, de nuevo
opera con sus “aliados” como si fuesen lacayos o
criminales a sueldo, como señala un analista en
EE.UU., cuando se pregunta si ¿EE.UU. realmente
lo que quiere es un mundo “en el que se nos hace
caso porque torcemos brazos, pagamos sobornos y
nos aliamos con dictadores?”88. Pues la política
exterior de EE.UU. hoy día no es precisamente
complaciente ni comprensiva con posturas
diferentes a la suya, contrariamente a lo que ha
dicho el embajador costarricense en Washington,
quien coincidentemente llegó a Costa Rica el
viernes 14 de marzo de 2003,
“...para afinar, con el presidente Abel Pacheco,
los detalles de la reunión que éste último
88
Zakaria, 2003: 25.

- 335 -
Eduardo E. Saxe Fernández

sostendrá el próximo 10 de abril con el


mandatario norteamericano George W. Bush”89
Es imposible pensar que el embajador en
Washington no le expresara a su presidente
costarricense, al menos sus opiniones y
percepciones sobre el comienzo de los ataques de
EE.UU. a Irak. Incluso podría pensarse que
(siempre en la “lógica de la república bananera” y
de la “postura metropolitana”), o bien el embajador
Daremblum “trasmitió” a la administración
Pacheco el texto que el gobierno de EE.UU.
“querría escuchar de Costa Rica”, o bien, en su
defecto, ha sido uno de los redactores “nacionales”
de ese documento, caracterizado por ubicarse
completamente en la lógica argumental de la
administración Bush II y por repudiar la lógica
argumental que Costa Rica ha mantenido
durante los últimos 25 años al menos. Se trataba,
ni más ni menos, que Pacheco declarara estar en
guerra contra el gobierno de Saddam Hussein,
como miembro de la alianza militar organizada por
EE.UU.
Efectivamente, en declaraciones que
aparentaban confundir a la opinión pública, el
embajador Daremblum indicó que:
“No apoyamos conflictos armados.
Rechazamos la guerra. Sí nos unimos de lleno
en el rechazo al terrorismo... ¿Esa posición
antiguerra no podría traer algún problema en
las relaciones bilaterales o comerciales con
Washington? (Periodista)... “No. Ellos
comprenden muy bien cuál es nuestra tradición
en materia de solución pacífica de conflictos y
89
Guerén, 2003: 10 A.

- 336 -
Colapso Mundial y Guerra

derechos humanos. Estados Unidos es un país


democrático y comprende lo que es la
idiosincrasia de sus países amigos”.
Sin embargo, la opinión del editorialista de
Newsweek, ya citado, contradice las afirmaciones
de Daremblum respecto de la actual diplomacia de
la administración Bush II. Más bien, la política
costarricense estaría siendo diseñada para quedar
bien con dios y con el diablo. El problema es que
está quedando mal con dios (el pueblo
costarricense) y bien con el diablo. Las
intervenciones de Daremblum para señalar que
Costa Rica está contra los conflictos armados, más
parecen dirigidas a aplacar posibles críticas
costarricenses a la administración del presidente
Pacheco. En la segunda entrevista ya citada,
Daremblum sostiene la misma doble postura el
ejecutivo costarricense. Por un lado, indica:
“Nosotros lo que apoyamos es la coalición
internacional que se estableció contra el
terrorismo”. Por el otro, sin embargo, señala
que, “No estamos apoyando esta guerra ni
mucho menos. Estamos abogando, como
siempre lo hemos hecho, esperanzados de que
pueda surgir una solución no bélica para este
conflicto”90.
Las declaraciones de Daremblum parecen
contradecir al presidente Pacheco, pero sin
embargo éste no lo ha criticado, ni tampoco su
administración (incluido el embajador en
Washington) han cambiado su postura
explícitamente guerrerista. Más bien, Pacheco salía
a la prensa a reafirmar su intención de
90
La Nación, 2003:10 A.

- 337 -
Eduardo E. Saxe Fernández

comprometer a Costa Rica en esta nueva guerra


mundial.
Las desafortunadas declaraciones del
presidente costarricense fueron que:
“Si Mister Bush considera que en defensa de la
cultura Occidental, de la democracia, de la
vida de los seres humanos, de la vida de todos
nosotros, es necesario invadir Irak, pues sí, yo
en el caso de Mister Bush estaría haciendo lo
mismo... Confío que Bush está haciendo lo
mejor que puede hacer...”91
Para el presidente Pacheco, lo que “Mister
Bush” considere que es bueno para él y su país, es
igualmente bueno para la vida del mismo Dr. Abel
Pacheco, su familia, y toda la población
costarricense y mundial. Es decir, la
administración costarricense adopta las decisiones
que tome la administración de EE.UU., respecto a
los problemas mundiales y particularmente los
referentes a la paz y la guerra. Y, más aún, la
administración Pacheco respalda la guerra ilegal de
Bush II contra Irak, así como la guerra que el
presidente de EE.UU. desarrolla en coordinación
con su contraparte colombiana, el presidente Uribe.
Llama la atención que en el documento que
emite el gobierno costarricense (“Llamado a la
paz”) para justificar su postura en torno al ataque
de EE.UU., Inglaterra y España contra Irak,
enfatiza como primer aspecto a considerar, que la
política exterior costarricense se enmarca en la
guerra contra el terrorismo de la
administración Bush:

91
Guerén, 2003B.

- 338 -
Colapso Mundial y Guerra

“3. que desde el once de septiembre de 2001, a


raíz de los atentados terroristas contra los
Estados Unidos de América, el Poder
Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, con el
más amplio respaldo de la ciudadanía, se
pronunciaron a favor de la alianza
antiterrorista encabezada por las más sólidas
democracias del mundo” (Énfasis, ESF)92
Esto es lo más parecido a una declaratoria de
guerra, en tanto la noción de “alianza”, en sentido
estricto implica una alianza militar.
La administración Pacheco hacía retruécanos
con el pensamiento, afirmando que, “....nuestra
vocación de paz y neutralidad no debe interpretarse
como una conducta de indiferencia ante el
terrorismo” (Ídem, punto 2).
El presidente Pacheco, no parecía darse cuenta
de la incongruencia y sin sentido que se siguen
cuando, para evitar esa “indiferencia ante el
terrorismo”, se considera necesario abandonar
“nuestra vocación de paz y neutralidad”, como era
el caso con su apoyo a la guerra de Bush II contra
Irak.
Por este motivo, en sus “por tanto”
(conclusiones o posturas), primero que todo, la
administración Pacheco, ritualmente repite las
obligadas frases que habrían sido “sugeridas o
exigidas” por la diplomacia de EE.UU.: El
gobierno costarricense,
“Reitera, de manera inequívoca, su respaldo a
la alianza internacional contra el terrorismo,
definido desde los hechos del once de
septiembre de 2001, por el Poder Ejecutivo, las
92
“Llamado a la paz”, 2003.

- 339 -
Eduardo E. Saxe Fernández

representaciones parlamentarias de los partidos


políticos y por la ciudadanía.”
¿Es que el presidente Pacheco quería
establecer una “nueva Costa Rica”, guerrerista e
incondicional del poder militar, para “superar” la
“vieja” Costa Rica defensora de la paz y los
derechos humanos?
Pero la ciudadanía y los mismos miembros del
congreso, esos que Pacheco engañosamente
afirmaba que lo apoyaban, inmediatamente se
pronunciaron, no solamente contra la guerra de
Bush II sino también contra el guerrerismo absurdo
e injustificado del gobierno costarricense. Así, el
ex ministro de relaciones Exteriores, Rodrigo
Madrigal Nieto, del Partido Liberación Nacional
en la oposición, también ubicado en esa tendencia
“pragmática” de la política exterior costarricense,
opinaba que,
“No tenemos peso político internacional, pero
pudimos ser escuchados por nuestro prestigio,
nuestro pasado y la naturaleza misma de la
vida costarricense. Pudimos plantear por
ejemplo dar forma a una comisión de las
Naciones Unidas que vigilara el tema de los
derechos humanos en Irak”93.
El ex presidente Arias Sánchez, desligándose
de las posiciones del gobierno, señaló que el
ataque de EE.UU. a Irak demuestra “arrogancia y
prepotencia” y hace daño a la ONU. Sobre la
postura de la administración Pacheco opinó que,

93
Guerén, 2003 B.

- 340 -
Colapso Mundial y Guerra

“Yo hubiera preferido una posición muy


distinta del Gobierno, acorde con nuestras
tradiciones”94.
El entonces presidente del opositor Partido
Liberación Nacional, Luis. G. Solís, rechazó,
“...una postura que intenta ocultar una
adhesión disimulada a la guerra”95.
Por su lado, la congresista Ruth Montoya, del
Partido Acción Ciudadana, también de la
oposición, señalaba que la declaración del
gobierno,
“...ha sido vergonzosamente endeble, tímida y
condescendiente con las intenciones agresivas
del gobierno de Bush y ha cedido sus
posiciones en defensa de la paz para apoyar a
los Estados Unidos”(Idem).
Similarmente, la congresista opositora Laura
Chinchilla, indicaba que,
“La posición del presidente es vergonzosa,
pero la esperábamos luego de conocer del
diferendo con el embajador tico ante la ONU,
Bruno Stagno, y la profunda hipocresía y
temor a establecer una posición. Costa Rica se
bajó los pantalones”96.
Según este periodista, de los 57 diputados que
componen la cámara legislativa costarricense, 39
se pronunciaron contra la postura del presidente
Pacheco (Idem), incluyendo 5 diputados de su
propio partido.

94
Alvarado, 2003.
95
Alvarado, 2003.
96
Guerén, 2003 C.

- 341 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Los congresistas opositores a esta política


guerrerista de Pacheco afirmaron que la
repudiaban,
“Porque ese no es el sentir del pueblo y para
lavarnos la cara ante el mundo”97.
¿Qué significa que la política exterior
costarricense ahora se piense, se determine y se
lleve a cabo, en relación con, y en función de, esa
guerra antiterrorista liderada por EE.UU.?
Podemos destacar algunos aspectos iniciales.
Uno, que el principal argumento de la
administración Pacheco para justificar su postura
es similar al de EE.UU. y al de la administración
Aznar: la lucha contra el terrorismo. Esto cambia
radicalmente los fundamentos de la política
exterior costarricense, tal como ha sido
desarrollada hasta ahora. Segundo, que el
contencioso de la ONU con el gobierno de Irak no
es por terrorismo, sino por haber invadido Kuwait
y luego por haber incumplido sus resoluciones.
Costa Rica se coloca al margen de la ONU y de
las instituciones y leyes internacionales al apoyar
la guerra de EE.UU. contra Irak, que es una guerra
“ilegal, inmoral e injustificada”, como han
señalado muchos, incluyendo al pontífice romano.
En tercer lugar, el presidente Pacheco argumentaba
sofísticamente cuando indicaba tener el respaldo
del pueblo y de los políticos costarricenses. En esto
su argumento también era similar al argumento que
empleaba el presidente Bush II, quien decía tener
el apoyo “de las naciones” –en realidad, para su
guerra contra Irak cuenta con el apoyo de menos

97
Alvarado, S, 2003.

- 342 -
Colapso Mundial y Guerra

de 50 de los aproximadamente 200 estados del


mundo.
Llama la atención que esa “doctrina” sobre la
“guerra contra el terrorismo” (como se formula en
EE.UU.), sea traída a colación tanto por Bush II
como por Pacheco para explicar, no la guerra
contra el terrorismo, sino la guerra contra Irak. Sin
embargo, el documento emitido por la presidencia
costarricense ni siquiera insinúa una relación entre
la guerra contra el terrorismo y el ataque contra
Irak. Esta confusión entre dos guerras le permite a
quienes escribieron el documento, falaciosamente
implicar que, el apoyo popular y de la Asamblea
Legislativa, también implica o significa apoyo a la
postura a favor de la guerra contra Irak de la
administración Pacheco. Sin embargo, las
condenas de la ONU a Hussein no se le hacían
porque fuera terrorista, sino por haber invadido
militarmente a Kuwait, así como por los crímenes
de lesa humanidad que habría cometido.
A este juego sofístico entre guerras “contra el
terrorismo” y “contra Irak”, que caracteriza la
postura costarricense, se le añade otro que, desde la
perspectiva de la lógica es similarmente falaz,
aparte de ser moral y políticamente desalentador.
Sostiene el documento de la administración
Pacheco, que “en el conflicto entre la paz y el
terrorismo no somos neutrales”. El país abandona
su neutralidad constitucional cuando se trata de
librar la guerra contra el terrorismo, según esta
nueva “doctrina Pacheco” (¿?). Pero
lamentablemente se trata de un nuevo “error” de
razonamiento. Pues en realidad, Costa Rica nunca
se ha declarado neutral ideológica ni políticamente

- 343 -
Eduardo E. Saxe Fernández

–como sostiene también la “premisa” del


argumento de la administración Pacheco-; pero sí
se ha considerado (hasta ahora) política, ideológica
y constitucionalmente, dependiente de y apegada
a los convenios y compromisos de la República
de Costa Rica (representada en este caso por el
Ejecutivo), en tanto parte del sistema de la
Organización de las Naciones Unidas, y otras
instancias jurídicas e institucionales; y sobre
todo respecto de los conflictos militares –como
inexplicablemente “olvidaban” la presidencia y la
cancillería de Costa Rica.
Por tanto, en abril y mayo de 2003, (junto con
muchas otras personas y grupos), sosteníamos que:
“Es necesario que la Corte Constitucional de
Costa Rica se pronuncie a este respecto, como
parte de un debate nacional necesario, para que
la nave de la patria no acabe desguazada”.

BUSH II Y PACHECO: QUE MUERAN


NIÑOS ÁRABES PARA QUE NO MUERAN
NIÑOS COSTARRICENSES Y
NORTEAMERICANOS
La postura sobre los derechos humanos resulta
similarmente grave en lo que toca a los derechos
de las personas, particularmente civiles, que
habitan Irak y que pasan a engrosar las filas de las
víctimas (“daños colaterales” en la jerga de la
asepsia guerrera). En este momento es necesario
destacar las diferencias que separan la citada
postura del embajador Stagno en la ONU, y las
posturas del presidente Pacheco. El presidente
Pacheco opina como Bush II, desde una lógica de
la guerra, en la que las ganancias de unos tienen

- 344 -
Colapso Mundial y Guerra

como requisito las pérdidas de otros. El presidente


Pacheco se ubica en el falso dilema de
supuestamente tener que escoger, entre la vida del
pueblo iraquí y la vida del pueblo costarricense,
planteándolo de una manera escalofriante (para
muchas de las personas que lo escuchaban en la
inauguración de un supermercado), porque hizo
referencia a las vidas de niños/as:
“A mí todo muerto me angustia, todo muerto
me duele, sea un niño iraquí, americano (sic) o
costarricense; pero, por supuesto, entre la
muerte masiva de niños costarricenses y
norteamericanos, y la muerte de niños
árabes, ¿qué puedo escoger?... ¿Cómo voy a
escoger lo contrario de defender a mi gente?
Yo tengo que defender a los
98
costarricenses” .
Pero es que “los niños costarricenses y
norteamericanos” no enfrentan ninguna amenaza
de “muerte masiva” por acciones del gobierno de
Irak; sino solamente los niños “árabes” son quienes
enfrentan “muerte masiva”, tanto en Palestina
como en Irak, por las acciones militares de EE.UU.
e Israel, y también por el apoyo del presidente
Pacheco. Con este argumento justificatorio, el
presidente solamente lograría ser percibido por su
propia población como “moralmente sanguinario”
(me refiero a una pancarta que llevaron los
ciudadanos a la manifestación contra la guerra, en
San José, el 20 de marzo de 2003, en las que se
veía una efigie de Pacheco con las manos

98
Herrera, 2003.

- 345 -
Eduardo E. Saxe Fernández

ensangrentadas, sobre la frase: “Yo haría lo mismo


que Bush”)99.

EPILOGO: SEGÚN PACHECO, LAS


AMENAZAS ECONÓMICAS DE EE.UU. LO
OBLIGARON A “DECLARAR LA GUERRA”
Después de sus desafortunadas declaraciones
sobre la guerra y la infancia, el presidente Pacheco
salió a defender su postura pro guerra con nuevos
argumentos. El 22 de marzo de 2003, Pacheco se
apartó de una justificación “política” y “moral”
para su apoyo a la guerra de EE.UU. contra Irak, y
adoptó otra de tipo “económico”, implicando que
el futuro de la economía costarricense está en el
futuro de la economía de EE.UU., señalando
también los precios del petróleo, implicando
(erróneamente) que bajarían conforme avanzase la
guerra. Se refirió a los sectores de inversionistas y
comerciales, en lo que tal vez se implicaba todo el
proceso de integración con EE.UU. que está en
marcha con ALCA y específicamente en el tratado
de libre comercio que los presidentes
centroamericanos creyeron que firmarían con su
contraparte de EE.UU., el 10 de abril de 2003. Este
argumento parecía un último esfuerzo por tratar de
contener las oleadas de rechazo que provocaba su
adhesión a la guerra de Bush II; pero es muy
importante porque es el principal argumento que
emplean lo/as promotore/as de un TLC entre
EE.UU. y Costa Rica: que el país del norte “se
puede molestar o enojar, y dejarnos de lado,
abandonarnos, repudiarnos”. Amenaza y

99
Cf. La Nación, 21 marzo (2003: 10A).

- 346 -
Colapso Mundial y Guerra

pusilanimidad para asustar y acobardar a la opinión


pública.

5 Costa Rica se involucra en la guerra de


Colombia
Como indicamos antes, Costa Rica ha
aprobado importantes concesiones militares a
EE.UU., en las amplias zonas marítimas que posee
la nación centroamericana, pero que son
explotadas a placer por flotas atuneras (“asiáticas”)
internacionales prácticamente sin controles, y que
ahora están bajo el control y vigilancia de la
Guarda Costera de EE.UU. Recuérdese que el
territorio terrestre costarricense es de apenas
50.000 kilómetros cuadrados, mientras que el
territorio marítimo es 10 veces mayor (500.000
kilómetros cuadrados). Se trata del “último oro”
que tiene Costa Rica. Entonces, hoy más del 90 por
ciento del territorio costarricense está “legalmente”
bajo el control “policial” de EE.UU.
En esta situación, el puerto de Golfito en el
Pacífico sur de Costa Rica pasa a convertirse en
una de las bases importantes para desarrollar
operaciones militares en Colombia. En particular
porque la armada de EEUU se ha retirado del
Pacífico panameño –no así del Caribe. Se trata de
un puerto bien protegido, amplio y profundo, y se
trata de casi un centenar de buques militares de
EE.UU. que lo visitan anualmente o tienen como
base durante sus operaciones “de patrullaje
conjunto” con las pocas lanchas de la Guarda
Costera de Costa Rica.
Y la guerra en Colombia es preocupación para
Costa Rica, por su inmediatez y por el entorno

- 347 -
Eduardo E. Saxe Fernández

conflictivo del “Corredor del Norte Pacífico de


América del Sur”, empezando con la vecina
Venezuela, pero incluyendo a Colombia, Ecuador
y Perú.
La guerra civil en Colombia es de larga data y
de profundo encono psicosocial. Durante muchos
años ha sido considerada como un foco desde el
que, tendencialmente, puede desatarse una
conflagración civil por las regiones andina,
caribeña y/o centroamericana, así como parte de la
región amazónica. En la guerra participan: 1. Las
fuerzas armadas, las policías y servicios de
seguridad e inteligencia del gobierno colombiano,
apoyados directamente por más de 1.000 asesores
militares de EE.UU. 2. Los grupos paramilitares,
integrados por ex miembros, pero también de
miembros activos, de las fuerzas armadas y
policiales. 3. Los grupos guerrilleros que combaten
contra el gobierno colombiano. 4. Los grupos
narcotraficantes que operan por sí mismos y
también en alianzas con los otros tres actores.
Me referiré a este asunto, primero mediante la
ficción del discurso literario, y luego un poco más
analíticamente.
Heurística imaginaria100 El recién juramentado
presidente costarricense, Dr. Abel Pacheco, con su
comitiva realiza la importantísima primera visita al
presidente George W. Bush, en Washington, a
finales de la primavera boreal del año 2002.
– ¡Qué eficiencia la de estos americanos!,
comenta don Abel con uno de sus ayudantes,

100
El texto que sigue es “ficción”, en la libre búsqueda del
argumento, y de acuerdo con esta forma discursiva, la
heuresis.

- 348 -
Colapso Mundial y Guerra

¡Apenas nos estamos bajando del avión y ya me


dieron una carta confidencial de la Casa Blanca!
Bueno, la leo después cuando lleguemos al hotel,
porque ya yo no estoy como muy chirote para
andar tantas horas en aviones y además está muy
oscuro, ya es de noche aquí.
Don Abel guardó la carta en su
portadocumentos personal y se olvidó de ella, con
todo el tráfago de su primera visita oficial nada
menos que a la capital del universo, Washington,
con un presidente que además ahora anda muy
exigente con América Latina y con todo mundo.
Al día siguiente, durante la recepción que le
ofrece la delegación costarricense en esa ciudad, en
un aparte uno de los embajadores latinoamericanos
comenta con don Abel que: “Esperamos estar entre
los países que se van a salvar, porque lo de
América del Sur es muy serio, parece que se está
hundiendo en caos económicos y guerras”. “Así
es”, responde don Abel, “yo no me acuerdo de una
crisis así en la región desde la década de 1930 por
lo menos y tal vez antes” “¿A lo mejor una crisis
como no se veía en la región desde el siglo XIX?”
agrega el Embajador, quien continúa: “Pero de
Panamá para arriba estamos mejor, vea usted,
señor Presidente, en primer lugar están México y
Costa Rica, y luego Haití y El Salvador, que son
los países más integrados económicamente con
Estados Unidos. Y nosotros esperamos meternos
también, al corto plazo”.
Esa tarde, mientras don Abel termina de
prepararse para asistir a su primera y única breve
reunión con el presidente Bush, su secretaria

- 349 -
Eduardo E. Saxe Fernández

personal le lleva el portadocumentos, lo abre y


dice:
– “Don Abel, ¿ya vió usted esta carta? ¿Ya la
leyó? Porque nadie se atrevió a hacerlo porque dice
CONFIDENCIAL”.
– “¡Ay muchacha, se me olvidó, con tanta
cosa! ¡Dejame ver, abrila!”, contesta su jefe, quien
añade: “Y leémela porque estoy revisando estos
otros papeles de los proyectos que le vamos a
presentar al Presidente”.
– “Pues no sé si deba, porque aquí dice EYES
ONLY”.
– “¿Es algo sobre los ojos, alguna enfermedad
o un invento nuevo?”
– “No, don Abel, quiere decir que no se debe
leer en voz alta y que por tanto “es solamente para
los ojos´”.
– “¡Ah!, bueno, pero de todas maneras mejor
leémela vos, porque hablás mejor inglés”.
– “Tampoco, don Abel, porque fíjese que viene
en español, aquí están tan adelantados que ya hasta
escriben en el idioma de uno; y creo que a lo mejor
es muy importante por lo que estoy viendo. Mejor
véala usted mismo. Tome”.
Don Abel lee:
WASHINGTON, 26 DE JUNIO DE 2002
MEMORANDUM CONFIDENCIAL
PARA: DR. ABEL PACHECO, PRESIDENTE
DE COSTA RICA
ASUNTO: GOLFITO
“A partir de la toma de posesión del
presidente Uribe, las fuerzas armadas de USA
lanzarán una operación conjunta con las
correspondientes fuerzas colombianas, y

- 350 -
Colapso Mundial y Guerra

contando con el apoyo de todos los países de la


región, cada cual contribuyendo con lo que el
Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. de USA
considere oportuno. En el caso de Costa Rica,
USA solicita dos apoyos: primero, el respaldo
político, jurídico y moral, basado en el prestigio
bien ganado de la nación costarricense, como
defensora y adalid de la democracia hemisférica
y mundial. Segundo, igualmente, USA solicita
al gobierno de Costa Rica, autorización para que
el puerto de Golfito y el Golfo Dulce, se
conviertan en áreas de lanzamiento y apoyo, de
las operaciones que a partir de Agosto de 2002
se empezarán a desarrollar en todo el espacio de
Colombia y áreas adyacentes, entre las que se
encuentra su país. De acuerdo con los
procedimientos ya establecidos en nuestro
Convenio de Patrullaje Conjunto, estas
operaciones de las FF.AA. de USA se dirigen a
combatir el narcotráfico y la guerrilla terrorista
que asolan Colombia y amenazan con
desestabilizar toda la cuenca del Caribe. Este
gobierno considera que esta fase no necesita
aprobación de su Congreso, y tampoco conviene
una discusión pública, por lo delicado de la
situación”.
Don Abel se preocupó mucho entonces,
recordando muy claramente las guerras de las
décadas de 1930 a 1970 en el mundo y en
Centroamérica, e incluso de lo que le habían
contado sobre la Primera Guerra Mundial. Al
instante dijo en voz muy alta que alertó al resto del
entorno presidencial:

- 351 -
Eduardo E. Saxe Fernández

– “¡O SEA, EMPIEZA LA GUERRA EN


COLOMBIA EN EL MISMO MOMENTO EN
QUE URIBE TOMA POSESIÓN! ¡Y POR LO
QUE VAMOS VIENDO ESTO ES PARTE DE
LA NUEVA GUERRA MUNDIAL! ¡QUE LATA
QUE NOS QUIERAN METER EN ESAS COSAS
QUE A NOSOTROS NI NOS GUSTAN NI NOS
CONVIENEN! Lo malo es que me va a tocar
asistir a Bogotá a la toma de posesión de Uribe. Y
a nosotros se nos pide el área del Golfo Dulce y el
puerto de Golfito para operaciones ¿de qué, dice
allí?”
– “Lanzamiento y apoyo”.
– “¿Bueno, será que van a lanzar cohetes desde
Golfito?”, pregunta el presidente.
– “No creo”, responde alguien de seguridad:
“probablemente se tratará de la marina, no de la
aviación, porque están pidiendo utilizar el puerto
de Golfito. Tal vez es que desde Golfito van a
lanzar las operaciones, porque ya no tienen las
bases en Panamá, o para tener a su gente un poco
más alejada y protegida de posibles ataques
terroristas y represalias guerrilleras”.
– “¿Y nosotros qué apoyo vamos a dar si no
tenemos ni policías para cuidarnos a nosotros
mismos?”, insiste don Abel.
– “Bueno”, interviene otro de los ministros
acompañantes, “el apoyo es precisamente
permitirles utilizar Golfito y toda el área del Golfo
Dulce y supongo que también mucho de la
Península de Osa y por supuesto el puerto y sus
alrededores. Creo que hay planes de un gran
aeropuerto, también. Acuérdese, usted sabe muy
bien, don Abel, que los gringos siempre han tenido

- 352 -
Colapso Mundial y Guerra

compañías bananeras a los dos lados de la frontera


entre Costa Rica y Panamá, tanto en el Caribe
como en el Pacífico, y esas compañías eran como
bases para proteger la retaguardia del Canal de
Panamá”.
– “Ay sí, hombre!”, contesta don Abel, “y
además acordate de los problemas que tuvimos con
los límites con Panamá, y cómo después
construyeron la carretera interamericana por las
cumbres de Talamanca, nada más que para evitar
que los nazis se apoderaran de ellas para atacar
posteriormente el Canal; y durante la guerra con
los sandinistas tenían bases de helicópteros allí en
Talamanca, creo que todavía tienen esas bases ahí,
¿por qué no me averiguás?”
El ministro del ramo correspondiente entra
entonces a trabajar aceleradamente con sus
ayudantes.
Lentamente llegan a la conciencia de la
comitiva presidencial, diferentes implicaciones del
asunto. Pero no hay confusión, aunque sí angustia
por la inminencia de la intensificación de la guerra
en Colombia.
– “Nada bueno saldrá de esto para el
comercio”, comenta un asesor, “y más bien nos
vamos a inundar de colombianos. ¿Qué hacemos,
don Abel, si nos llegan medio millón o un millón
de colombianos que huyen de la intensificación de
la guerra?”
Don Abel lo mira asombrado, se está callado
por un momento y luego:
– “Bueno, eso te pregunto yo a vos; averiguate
qué se puede hacer que para eso me estás
asesorando”.

- 353 -
Eduardo E. Saxe Fernández

Para entonces ya el entorno de seguridad del


estado costarricense ha evaluado la solicitud y no
le encuentra problemas, y parte del supuesto que se
trata de actividades incluidas en el convenio de
patrullaje conjunto para la lucha contra el
narcotráfico. De todas maneras, el ministro de
seguridad intenta determinar las características del
involucramiento costarricense para el lanzamiento
y el apoyo a operaciones militares sobre Colombia.
Pronto se enterará el presidente de Costa Rica
y su entorno, de que la primera fase es de seis
meses, e incluye 36 naves “cuasi militares” (de la
Guardia Costera), que utilizarán el puerto y la
región de Golfito y el Golfo Dulce como su base.
Esto significará miles de marinos de USA
comprando en Golfito y también llenando a Golfito
con problemas similares a aquellos que las FF.AA
de USA llevaron a otros lugares. Y en esta fase de
“Guerra Mundial Contra el Terrorismo”, incluye la
posibilidad de que miembros de las mafias de
narcotraficantes, o las FARC, u otros, quieran
atentar contra esas fuerzas navales desplegadas en
Golfito. Es decir, supone que de pronto en Golfito
y alrededores se den atentados terroristas que
pueden afectar a la población costarricense. Con lo
cual se hará imprescindible de antemano, poner en
manos de las FF.AA. de USA toda la seguridad de
la zona, que son varios miles de kilómetros
cuadrados, y muchas decenas de miles de
costarricenses, directamente involucrado/as.
El terror presidencial es sumo, los discretos y
mínimos costarricenses son muy apenados (se
sienten políticamente “muy poquitos”) y ellos
creen que muy astutos, diciendo a todo que sí, que

- 354 -
Colapso Mundial y Guerra

claro, adoptando entonces las propuestas de


Washington, pero lanzándolas como primer gran
debate nacional en la supuestamente transformada
Asamblea Legislativa.
La situación recuerda claramente lo ya vivido
con la guerra en Nicaragua entre las décadas de
1970 y 1990, y también recuerda las respuestas de
las administraciones Carazo, Monge y Arias.
Hacia una heurística analítica Pero claro, la
duda, la ansiedad y la angustia surgen por muchos
motivos, porque si hay una guerra más amplia en
Colombia y el norte de América del Sur, el costo
humano y de otros tipos será dolorosísimo, y
además nos alcanzará e impactará con mayor
fuerza que la que ya tiene. ¿Cuál es la estrategia
nacional de Pacheco, de los partidos políticos, de la
ciudadanía costarricense, sobre la guerra
colombiana?
El estrechamiento de las relaciones entre los
gobiernos de Pacheco y Uribe, también es un
indicador fundamental, que expresa el cada vez
mayor involucramiento costarricense en la guerra
colombiana.
A principios de 2003, el ministro de Exteriores
Tovar llegaba a acuerdos sobre la guerra
(incluyendo la inmigración de nacionales
colombianos a Costa Rica) y las relaciones
comerciales. En estas como en otras relaciones, la
administración Pacheco abandona las políticas
derivadas de la “postura propia”. Se revirtió la
política restrictiva que tenía Costa Rica para el
ingreso de colombianos desde el 15 de abril de
2002, alegando entonces el ejecutivo costarricense
la falta de avance en el proceso de negociación

- 355 -
Eduardo E. Saxe Fernández

para la paz en Colombia. La administración


Pacheco ahora, en cambio, se decantaba a favor de
la administración Uribe y de sus políticas, que
también cuentan con el apoyo de la administración
Bush II. El ministro de Exteriores costarricense
acuerda promover la inmigración colombiana:
“El gobierno de Costa Rica planea flexibilizar
la medida de exigir visa a los colombianos
impuesta por la administración anterior... El
cambio... se haría por medio de un permiso de
ingreso vigente por lo menos un año y la
eliminación de requisitos”.
También de su visita a Colombia a principios
de marzo de 2003, el ministro Tovar declara
abiertamente la participación costarricense en la
guerra que se libra en Colombia:
“Costa Rica pretende estrechar las relaciones
comerciales y de cooperación entre ambos
países en la lucha contra el narcotráfico y el
terrorismo”101.
Es necesario que Costa Rica determine si la
nueva guerra mundial, ahora civilsocial va a
implicar un alejamiento de las posiciones, políticas
y doctrinas internacionales que se fraguaron en el
país, sobre todo en la Guerra Fría, basadas en la
solución negociada de conflictos. Se trata de que la
administración Pacheco sigue las líneas políticas
de la administración Bush II, no ya solamente en el
apoyo a su guerra ilegal contra Irak, sino también
en un creciente espectro de asuntos
latinoamericanos. Las consecuencias del
involucramiento costarricense en la guerra

101
“País podría modificar visas a colombianos”. La Nación, 5
marzo (2003:6 A).

- 356 -
Colapso Mundial y Guerra

colombiana, van a implicar que el terrible odio que


corroe desde hace décadas a esa hermana nación,
permeará también a la sociedad costarricense. El
asesinato del periodista costarricense colombiano
Parmenio Medina podría tener que ver en esto. El
recurso, cada vez más usual en Costa Rica, a
emplear al asesinato para saldar diferencias o
disputas, y de contratar “sicarios”, es otra muestra
de ello.
En un año, entre abril de 2002 y abril de 2003,
Costa Rica otorgó unas 20.000 visas a titulares
colombianos. Más aún,
“Costa Rica se convirtió en los últimos años en
un importante destino para los colombianos
que emigran huyendo de la violencia y la
inseguridad, y el turismo procedente del país
sudamericano ha sido el de mayor crecimiento
hacia Costa Rica, al punto de que se duplicó en
los últimos cinco años”102.
Al mismo tiempo, el ministro de Seguridad,
Ramos, ha presentado ante la Asamblea
Legislativa una nueva ley de migración:
“Ramos dijo a los congresistas el miércoles (19
de febrero de 2003) que la ley es parte del
cuatrianual Plan Nacional de Seguridad
Integral esbozado por la administración del
Presidente Pacheco”103 (3).
Sería importante al menos considerar la
consistencia de esta nueva ley con las políticas que

102
“Flexibilizarán visas a colombianos”. Al Día, 5 marzo
(2003:8).
103
Boddiger (2003: 1, 5).

- 357 -
Eduardo E. Saxe Fernández

adopta el Ministerio de Relaciones Exteriores


respecto de la inmigración desde Colombia.
Por arraigadas tradiciones humanitarias
costarricenses debemos acoger a quienes sufren en
su país las terribles consecuencias de la guerra.
Pero es preferible que, en vez de una apertura
indiscriminada para el ingreso de colombianos, el
gobierno costarricense enfatice nuestra disposición
de recibir a quienes sean víctimas de la violencia
estatal, para estatal y revolucionaria. Costa Rica ha
de evitar que lleguen al país actores de la guerra y
la violencia, y se establezcan en el territorio –como
ocurriera durante la reciente guerra en Nicaragua-,
bases (de todo tipo) para promover y apoyar esa
violencia. Así como no es conveniente para Costa
Rica el “turismo mafioso” de casinos, prostitución
y apuestas, mucho menos es conveniente el
“turismo militar”, pues resultará fatal para la ya
cuestionable viabilidad de su sociedad.
La cancillería costarricense no ha divigulgado
los términos específicos de su cooperación con el
gobierno de Colombia, en términos de apoyo a los
acuerdos sobre tráfico de drogas y contra el
terrorismo.
Mientras tanto, bajo la cobertura de su guerra
contra el terrorismo, la administración Uribe de
hecho “oficializa” la alianza de las fuerzas
militares y paramilitares y también su guerra
contra la guerrilla. El narcotráfico influye en todo
el espectro político militar colombiano, es decir,
“mantiene vínculos” con la guerrilla, con los
paramilitares, con el Ejército e incluso podría ser,
como en ocasiones anteriores, que también con el
Ejecutivo. Esto viene conduciendo a un creciente

- 358 -
Colapso Mundial y Guerra

deterioro de la situación de los derechos humanos,


por las violaciones gubernamentales. Costa Rica
no debe apoyar un gobierno de este tipo, ni una
“guerra contra el terrorismo” en tales términos,
incluso si así se lo “exige” la administración Bush
II. La administración Pacheco requiere cambiar
radicalmente su política hacia Colombia, buscando
para ello el apoyo popular.

VIOLACIONES DE DERECHOS
HUMANOS POR EL EJÉRCITO DE URIBE
Costa Rica abandonó su defensa de la paz y de
los derechos humanos, sustituyéndola por una
alineación con las concepciones (marcos de
referencia) y políticas de la administración Bush II.
Se trata de una decisión especialmente grave, por
el compromiso adquirido con el gobierno de
Colombia para apoyarlo en su “guerra
antiterrorista”, caracterizada por crecientes
atropellos a la dignidad y los derechos humanos.
No sabemos si la nueva postura costarricense
también implica un desprecio o repudio por las
instituciones y el derecho internacionales, en
particular respecto de la Organización de las
Naciones Unidas. Pues la ONU advertía sobre la
situación de los derechos humanos en Colombia:
“Las fuerzas de seguridad del gobierno han
cometido más abusos contra los derechos
humanos desde que el presidente Álvaro
Uribe decretó el estado de emergencia el
pasado agosto, dijeron las Naciones Unidas.
Tampoco ha hecho lo suficiente el gobierno
para romper los lazos entre las fuerzas de
seguridad y las unidades paramilitares de

- 359 -
Eduardo E. Saxe Fernández

extrema derecha, según Michael Fruhling,


representante del Alto Comisionado para los
Derechos Humanos en Colombia. Las
Naciones Unidas dijeron que su informe
describe un aumento significativo en quejas
de violaciones atribuidas directamente a
miembros de las fuerzas de seguridad en
comparación con 2001 y que muchas de estas
acciones se desarrollaron como parte de la
nueva política de seguridad del gobierno”
(Énfasis ESF)104.

104
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Colapso Mundial y Guerra

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