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Bolivar Echeverria Vuelta de siglo o Ediciones Era Inari go ine irs Indice Priloge Cultura en ta barbaric? Homo lgens IL. La religion de los modernos IV, De violencia a violencia V. El sentido del siglo XX VI. Lejania y cercanta del Mnifso comunista & cento cincuentaafios de st publicacion {VIL El angel de la historia y el materialism histrico VIIL Los indiciosy fa historia TX: La naeién posnacional X. El barroquismo en América Latina XL Octavio Paz, muralista mexicano XI. Bl olmo y Ins perse XIIL Modernidad on América Latina XIV, Gustro apuntes ORV. er de inquierd, hoy? 1a discordancia entre la modernidad y su propia version eap ‘alist ha invadido sin cesar Ia experiencia individual en la his toria moderna, io mismo la singular que la colectiva, De ma ‘era concentrada se ha hecho presente de muchas manera la ms evidente ha sido tal vez la conformacin de diferentes os de seres humanos modernos, camo, por ejemplo, el ba: ‘roco o el roméntico, que han intentado vivir esa modernidad pero disintiendo de su acomodo bisico, “realist, al método ‘apitalsta de su realizacion, Los textos que componen el presente libro se refieren tal vex no al timo pero sf al més reciente de los intentos de la sociedad moderna de reasumir la esencia de su modernidad, libevindola de la definici6n capitalist con la que se ha dese. rrollado. Se refieren, sobre todo, a la época actual, en la que !sistimos al fracaso de ese intento inicio por los comuniatas leuropeos a mediados del siglo XIX. Son textos que quisieran aportar, cada uno en tomo a un tenia diferente, a deseifer siento det sentido enigmtico que presentan los datos mis te levantes de esta melta de siglo. Los nueve primeros abordan ssuntos de orden mas general, como el destino que tienen en ‘nuestros dias realidades historias "de larga duracién" como 1a religiosdad, fa violencia, la nacionalidad o la peculiaridad deser un *hombre que Tee” del ser humano modern, Los sels resiantes se enfocan sobre la realidad latinoamericanajen e~ ppecal sobre su historia, e intentan redefinir conceptos como “mestzaje” 0 "barroquismo" con el fin de aportar a la com prensin de su miliple identidad moderna y ala localizacion {el ontlicto, vivo pero reprimido, que lallewaareproducit un Yoora vez esas condiciones espanasas de miseria econdmica, social y politica sn las que pareciera no poder exist | “ 1. Cultura en la barbarie? Made with mph nee nae haves aborts George Steiner Caley at ultra” ‘Hablar de a cultura en la neta de siglo en que nos encontrae ‘ms sera hablar de una causa definiivamente perdi, si bajo ‘se término nos refirgramos alo que se entienie por “lla cu ‘ura’, als cultura tradicional tal como se consagra en la mo- dernidad realmente exisente; a una cultura reflexiva, spit tual, de alts calidad técnica, que se basa en la cultura menos tecnificada, baja o popular, pero se separa de ella y le ofrece ‘distancia desde “arziba’, el modelo e ideal a seguir, sa cultura ha perdido irremediablemente su hegeinonia, ‘La baja cultura se ha distanciado de ellay la desconoces te con. tenta con las elaboraciones de sf misma que le cnfeccionan los mass media, Lo que permanece ain de Ia alta cultura ha de- Dido refugiarse en nichos de élite que, incluso a pesar suyo, ‘combatiendo el exiio al que estén condenatdos, se ven cade ‘ver mis apartados del graeso del cuerpo social. Indico inequ voco de este fendmeno, constatad recientemente por Ken- ‘zaburo Oc en Japén y lamentado ya Targamente por los inte- lectuales de Occidente, es la pérdida de importancia relativa {que experimenta de manera creciente la excriturelectura de libros, que ha sido durante tantos siglos el lagar principal de la veproduccién de la alta cultura en Ia vida civilzada ‘moderna. No s6lo decrece el avimero de libros leidos por a pita, sino que el libro en evant tal, no obstante su adapta: cin a las exigencias mercadotéenicas, ocupa un lugar cada 6 ve mis insignificant junto alos otros medios de difusén de Iapalabca, Seria ingenvo pensar gue a peta de hogemonfa que wu fie lala ultra es un fenémeno paajero J reverie: im ginar una econsrucciénfutra del cetito tational qe a onectba con a bj ctr; war con la restrain de Un ‘sta de coma como ef que prevalecia en los entre urban europeos durant In welts de siglo de hace cen afes-y que fueattpiato de manerspretentdamente vvatina cna Us de los ais tentan on el qu, junto alos prlegiad y ‘tase medi, inclao ln mast rer tenon sega wn a evo seguro, aunque dscreto, al excenatio de exalt Y To serie por el nuevo capitaliamo ha dja de lad elas ‘ing clases adicionales ya us Extadon, que eran qulones te. nan ners en promover x dentidad sun tiempo maconaly ‘octidental cya reprodiuccin requria de a etslimentatén dela aay fa aj ultra. Es un retorno impose porque et ‘apitasmo de hoy ha entregado cm produccion de ended socal artificial directamentesesa"inasacltral” de aque fabian Hortheimer y dono, ahora glbalada y norte mericaniada, que no slo ex ajen, sine Garment hot» taticiénrespetada por In moderidad, en la qu baju y len cnlturaseestancian yse complement, Pero no sla por lla, Elrescate de fa hegemonta de aquelo que conocemes como la“ eultara™ resttaquimerieo sobre todo porque el tipo de dimension cultural que se gene espontineamente en Ia fuera seid en eiernes parece desentondese dela consi tencia logocrtien,cognosctita, “nada, sea nevelsea © romndea, propa de a aetvdad dela “alla cular ena mo. dzrnidad dominant; parece sbandenarlaprcocupastn obec. siva por I exprtaldad exquist, que eva met) la matee Aeclidad que exta aetna pereguigo pars mise yh Provocado tadiionalmente ent bap culurn (iodo esto hay que sade que a pera de hegemonia de 12a cultura no te consgo tn movimento compensatorio de foraleimiento de la baja cltura, Por el conta junto a fem pérdida muchos ereenreconocer In presencia dei inet 16 - ciao tendencia ditigida hacia un hecho catistrofico, el de la “muerte de la cultura” en general y a sustitucin de ella por Ja produecién y el consumo de eventos de diversi y entrete nimiento, programados para umn sociedad conivertida en sim- ple espectadora de su propio destino, incapaz de practicar ella ‘misma una cultura “desde abajo". La minimizacion oaitamien- tode ia cultura alta o hipertecnificada levaa fa ruptura del cr caito vertical que a conectaba con la cultura baja o expen: nea crenito que era etencial para ambae y consttutivo de la vida cultural moderna. Se trata de wn hecho que implica un extraiamiento de la sociedad respecto de su propia herencia cultural, una ineapacidad de entenderlay apreciar'a; que im- plica, en definitva, el advenimiento de una especie de barbarie’, pues tre consigo una indiferencta de Is ‘frente a su propia concrecién comunitara. La disminucién de la jmportancia de la alta culeara en Ia vida cultaral pareciera ‘onfirmar que nos encontramos al final de exe periodo de la historia en que “el descrto crece”, como lo percibia Nietxche ‘desde su petspectivaa finales del siglo XIX; que hemos legs ddoala culminacién de esa “historia del niilismo” que Spengler vulgarizaré mas tarde como la “decadencia de Occidente” altars y Barbar Pero la barbarie de la “industria cultural”, de la “cultura” de fos mots mada, continuadora de Ia cultura nacional-occiden- tal ya en verdad, fatalmente, a terminar por sustituir ala cul tura? (No hay en la vida social contemporinea indicios que contradigan las sefales de catistrofe que irradia Ia decaden- ciade lala cultura? 2s posible encontrar razones que permi- tan decir que nose trata de un destino ineluctable, sino s6lo de tuna tendencia que, sin que deba ser detenible, puede muy bien ser todavia redirigida y refuncionalizada esencialmente? ‘La dinamiea historia del presente terfa efectimamente Inde tun derrumbe irremediable, si estuvese determinada solo por Ja figura capitalista de la modernidad, enya tendencia intrinse- caerala destruccién de lo otro y In sutodestruccién de lo hi "7 ‘mano, Pero hay cémo pensar que ése no es el caso, El dspo- Sitivo civlizatorio de Ia modernidad capitalista prevalece, sin duda, ydomina, pero sélo a la manera de ua parisito desme- surado, Su fuerza no es otra que la propia fuerza crativa de |s sociedad “Ia que ésta tiene evando funciona de acuerdo a “forma natural” o en referencia al "valor de uso" del mon ‘dodelavide~ fuerza ala que él puede Gnicamente desviaryde- formar. Ahogarla equivaldria para él a un suicidio, a privarse del anftrin que lo mantiene, Laambivalencia es por ello el sgno del trénsito ciilieatorio ‘en el que estamos, Bla resulta de esta insuficienciainsalvable aque afecta al cominio que es capaz de ejercer ia forma capita lista de la civilizacién; viene del hecho de que, después de to do, la resistencia frente al doble destino, el de la aniquilacion de fo humano y a devasiacign de lo otro, no es erradieable de Ia sociedad, El proyecto de una modernidad alternativa a fa capitalsta ‘emerge, aunque s6lo de manera oprimnids,en medio delim. do actual, dominado por la modernidad capitalist, Se trata del Sinico propecto que puede ser capar de conducir este transito civilzatorio por una via diferente, opuestaa lade la catistrofe, solo él iene la posibilidad de alterar el rumbo deta historia en lrampada en la que estamos, de refuncionalizar la decadencia de fa alta cultura y de reconstrur radicalmente le dimension cultural de Ia sociedad, 1a pérdida de hegemonta de Ia alta cultura apuntaria ast hacia a tealidad de un trinsito quelle aun nuevo pritepio © sistema civilizatorio, dentro del cual ella parece estar reef nigndose yrecibiendo una ubicacién yuna funcién no slo di ferentes, sino de un orden completamente inédito dentro de la vida cotidiana. En busea de esa redefinicion de sf misma, pa. fece inseriarse en un circuito que la conecta de unta manera diferente con la cultura espontinea que proviene de la vida cotidiana, del crabao yel disfrute basicoe de lava social; un circuito que no es ya verieal, de retralimentacion ascenden. tedescentiente, discriminader, como en toda la historiaipasi- a, ino horizontal, de “proliferacin rizomatica, incuyente 18 a definicn usual dele cultura Lasituacién en que se encuentra actualmente la cultura de Oc cidente es una situacién inédita en la época maderna; la criss ‘que laagobia y la posbilidad que tiene de wperaia son de una radicalidad sélo comparable con la que earactera6 al trnsito ‘de ace mis de milenio y medio en el que debi definirse como cultura europea, a partide la crstianizacion yl decadencia de Roma. Ante una stuacién asf se impone la pregunta acerca de sla reflexin esté preparada para pensar en toda su radi calidad; una pregunta que, dado el sustancialsmo de los con- ‘eptas usuales de cultura, parece merecer una respuesta nega tiva En efecto, resulta dffl, i no imposible, dar cuenta de un hhecho de consistencia evanescent, como ela cultura, que es tocado por la historia precissmente en su evanescencia si los conceptos con los que lo pensamos lo conciben con una con sistencia no evanescente, jay consolidada, susceptible slo d alteraciones inesenciales que Ia "enriquecen’ ola “empobrecen’ Los conceptos usuales de cultura se refieren a ella como a ‘una cosa que descansa en s misma, que es sustancial la tienen Por un patrimonio o una herencia que se recibe, se cuida yse perfecciona, La cultura consist, sega ellos, en un eonjunto de obras, de resultados de la actividad social pasads, marcado csencialmente por las peculiaridades de la comunidad en que se gener6; la cultura seri, por ejemplo, la quintaceencia dela, ciudad, es decir, su disefio urbano y us obras arquitectonicas yrescultéricas, el conglomerado de los mejores y mas represen {ativos de sus edificios materiales y espiriuales, el couse sus obras lterariasy musicales, el repertoria tipico de aus maneras de comportamiento y de habla, el arsenal de sus tajesy ges tos, de sus gros idiomatis sus proverbios, etcétera, Para otros conceptos sustancilisas de cultura, mis sutles, sta condiste nun conjunto de valores, de usosy costumbres, de esquemae de comportamiento en general, que idemtifican a una com nidad y que van desde preferenciasculinatis y maneras del cerotismo hasta esteategias lingifetcasy criterion esttics, pa sando por convenciones sociales y métodos de argumentacion, 19 EEE TEES SES TSE En estos conceptos de cultura, de una manera u otra, queda ‘escartada por principio una relacin de interioridad entre el ‘objeto cultural y el sujeto de la cultura, una dependencia mu tua esencial entre el uno y el ot, que es precisamente la clave de la comprensidn del carécter evanescente del hecho cultu- ral. Se supone, de entrada, I existencia de un hiato entre am bosque debe salvarse por fuera de ellos o bien a cultura apa- eee como un patrimonio heredado, del que un syjeto ex capa de apropiarse, 0 bien es una entelequia que se autorreprodu- ce, de la que el sujeto no seria mis que un simple vehiculo, EL sujet otene cultura o pertenece a la cultura la ciudad, por <’jempio,o bien es de uno o uno es de ela Una defini formatesisenciot de la cultura Mucho menos desarmada ante la necesidad de pensar la rad ‘calidad de a conmocién cultural que experimentamos actual ‘mente se encontraria una concepei6n definiciOn de la cultura de eatirpe formalist y existencialista, Da acuerdo a ella, a cul tra serfa el cultvo de las formas de los objeto y fas acciones ‘humanasen lo que ells tienen de tetigos del compromiso so- Cialzador o aglutinador establecido entre dos o mas sjetos sin- gulares en el acto de destiframiento de un sentide humano en Ta naturaleza, i Esta definicion habla dela cultura como un hecho que te- ne que ver fundamentalmente: [ 1 con Ia vida préctica en la que se producen objetoso bie- res que median 0 permiten la reproduccién de una sociedad! twansformaciones de un material natural en ls que el er humna- no inventay da forma o, lo que es lo mismo, descubre y desc fraun sentido en la naturaleza, i 2] con el momento socalzador o aglutinador de individuos {que acompatiaa esa introduccién de una forma humacia en la nnaturaleza; momento en que evos individuos se reconocen ‘demtfican como coautores de esa forma, coma capaces de ene tenderia, manejarlay reformarla; y i 3] con la identidad que adquieren los autores de exa forma 20 jue los compromete en todo manejo que puedan hacer de di- forma. . {a cultura seria asi cl cultivo de esa forma, entendido como a reconstruccién del momento y el acto en que fue inven "tala descubjerta yen el que aparecié ose fund6 una identi- social/La cultura serfa la reactualizacin dela vaides y la dad de esa forma y esa identidad, y seria al mimo tempo ia reactualizacién de Su arbitrareidad y su contingencis, de fcita en su dependencia respecto de Ia idad que son capaces cle despertar en los sujetos alos que ocd. La cultura serfa una puesta prueba lo mismo de sa forma que dela identidad que giraen torno ella; una re- tiizacin y un euestionamiento de las misenas, que tiene I~ ‘enmedio de una confrontacién polémica yabiert, de wn sje con otras formas e identidades concurrentes. ides. Ylas formas que se inventan son formas de todo tipo; mismo de vigencia intima y ugar (como, por ejemplo, adel 0 amoroto de wna pareja) que piblica y duradera (como, por ejemplo, lade los usosycostumbres policas) Intermedia, “como lade una generacién. Lo mismo de consistencia fuerte “yprofunda (como, por ejemplo, lade las “hiltzactones mate- les" del arvoz, el wigo o el mate reconocidas por Fernand Braudel) que debil y superficial (como, por ejemplo, la de “ha moda de vestro un “eso” literario). Stay algo enlaper- humana que ea fascinante reside en el hecho de que identidad singular, su compromiso con la proliferacin de for maven el mundo de a vida ex milipleycambiante en medio unicidad y permanencia; de que su mismidad es protet ‘una coherengia a wavés de innumerables metamorfoi. “(Los clogios al yo consolidado,idéntico as mismo. través del a Mempo, son propios de una sn de a moderniad capita tae promet iguera cambio de la epeion dea fo valencia ature! den persona humans) Sin embargo, pese «queen l dimension cultura de ave da socal selva el ntner nfo de formas conctanei flares ceadas cn el mundo defy te rection ee Sensades humana erga la, ano es un maga Caio decaltvondesarcladas deforma Goda tipo es do grado de radieaidad En fa dimcosn clara! ea ‘= dan Ferns ms rts o mis compljs cago cv nie 62 ntesconecan doles ysobredetrminndolas ress ders format menos potntes mis snples To qus sue tn realidad es que el campo nabnrcable del ealvo'defsae au aparece, se encod perdranodespatecen enn la Dricia dela sociedad sc encuentra sometido ana paocisa que lo ordenaentorno aun conjunto basco ofandamenal de ienskades mismo qu = hace preset, con mayor ae or urgencia, mas directa o mae sulment, a aves Stor Yada una de as eatarar ques encuentran en Er Els ge ‘acon que provone de cute de aguele forma qu teoe rometeoidentfin sls iniicussguares coms iis Bros dea més universal y mde rotunda le ls consi dade coneres fut de fonn uc han add oe ‘200 tanto a vida priicorplica como la engus Me tere Ala cultura que leva a cabo la conninidad de os pacar en mode dterminado del vr el cons hakane ede ih, de quienes reactualean constantemente el compromise de humana ecantado, ao age de ura cee de megs, @n In consntenca de un stemn particular de ony Caters bres comunitaros. Me reise, por lo tantra la cates ae tela la comunidad! dels hablanes de una longaa nated ado en sa habla colina, obedecen al mins tempore izventanytanaforman ase de parclazniones pen Inds en tbrepsiin (mots tas en ots, coneetaae entre como fos segmentos de un teksopi) se bead an en cada cv a comunicscion ngs propnnonte Reena , 2 La cultura nacional (Cuando hablamos del cultura nacionaboccidental, que eu tamente fn cultura que hoy deca junto eon el deiltamiento delaata cultura noe referimoea una configaracién bite ‘2 patcilas,i configuracién moderna capil, deem ra ‘itacin ordenadora de toda las demas cultures que emana de Incultura del comportamientopriteopolicoy de la lengua Lavertin moderna captalia vrsién nacional de aiden tad eomuniaia implica aanulacion de €xta como una forma ‘iva, sempre eintiuble por la prans del set comunitaios invusituegn de ela porn dbie iy, anquilxsdo, peri ‘edo, quesirve para que cl Estado capa, en su caltdad de fecudomito trio, org wna apaienia de concreioh ‘aa socidad "ia, abtraciny enajenada, que linsauraco- to ocledad ci La identad connitaria convertion Comunidad nacional no silo sistematizay consgra ex gra tein ordenaora sobre las nmmerablesientades ce los inividuor sociales sino que la converte en una impose par tala deformadora Rete als oss pro cea tmoderniad capitis, 9 de i enajenain que frig, ante el {ge libre y eopontineo de In creaiony combinacion deiden- ties concretan, sean Estas prada pleas Concasin Beverdad que la crisis de la modernidad y de su Estado nacio nal ha soltado los nudos que atsban Ia vitalidad del eutivo de Jas formas ylasidentidades de codo tipo en la exstencia social y la sometian a la necesidad de dotase de un "vostro huma no" y de autocspectaculizarse que caracterizaban al Estado ca pitalista antes dee transmacionalieacin, Es verdad que la cal tura nacionaboccidental ha perdido Ia capacidad que ravo de ‘antonizar sabre los hechos de la cultura esponténea. Pero es verdad también que, lejos de desaparecer, esa capacidad pom- lficante ha pasado a residir en una cultura incluso més pw ramente capitalista y ms represiva que la radiconal, a culcura 28 en de ta “industria cultural” La cultura del Bstado capitals trans: nacional improvisa formas e identidades cuyo mensaje estruc- tural es una loa ininterrumpida ala omtsipotencia del capital yn exhorto permanente ala aceptacién de laimpotencia del Sujeto humane, Si observamos la cultura en su situacién actual desde una perspectiva que mire més alli de su apariencia sustancial como Conjunto de obras y valores y la deseubra como tina actividad humana de reactalizacién de formas en el mundo de las eo #35, el hecho de la pérdida de hegemonia dela “alta cultura" no tiene por qué implicar, como muchos temen, que Is utara en ‘mnanto tal esté condenada a devaparecer, Ena época actual, de un trinato en que el final de la mo- dernidad capitalista no parece Tlevar a ningtn lado mientras nos hunde cada vez mas en un retorno a la barbatie, la repre sign de la creaci6n de formas ¢ identidades concretas es €or ttarrestada, pese a todo, por cicrtosadelants precarios de una nueva sociedad en ciernes; pese a que es anulada sstematice mente, es una sociedad que resste yreclama la utopia vealiza ble de'un tipo de modernidad diferente Tl. Homo legens Para Margo Glantz Jorge Lai orgs 1 (Mas que contradecir a aquellos autores que hablan de la deca: ddencia de libro y la leceura, se dria que la enormidad del né ‘mero de nuevos titulos y lo millonario de sus trajes que uno ‘observa desconcertado en las grande feris del libro, de Frank: fare a Guadalajara~ los leva 8 reafirmarse en au convict (Comparado con el aumento de la poblacién mundial que po dria ser lecora de libres, y que deberia serlo, de acuerdo al ideal occidental y moderno, el erecimiento de Ia producei6n industrial de libros resulta casi insignificante. Adems, dicen, elasunto no es slo cuantitativo, En la composiién misma del mundo de Ia vida del ser humano de nuestros dias, el libro y Ta leetara ocupan un lugar cada ver menos determinante; loe otros mass media desarrollaios en el siglo Xx los desplaan irre rmediablemente como instancia social de creacin y modela- «in dela opinién piblca. El libro yla leeara, coneluyen esot autores, son cada vez més casa del pasado, junto can ellos lo es también el tipo de eivilizacin que ha gitado en torno a ellos ‘Ylas prucbasabundan: el libro, por ejemplo, ha sido exp: sao de la politica; para partcipar en ellaya no se requiere ser un “hombre leido” o “de libros" por el contraro, el serio re sult un obsticul, es un “defecto” que hay que campensar con otras virtudes mediticas de efectos demagégicos me contun: ddentes El politicoddedlogo es una figura que correspond irre- 2% ee

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