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Diriae que a desgracia pret lst yaa idea i sna de subjetvidad aul que Cota dencnina, con toda jen, ol eapeo vane a no-brutda sapere cn la que ‘lyon eesdoderefgarse y a la qu, ain mi, no que x es anc eo ue pert aa ome opi” su deseparcin —"Yo no tengo acevo alla Ra louse haere sea, en esenca,angutin 0 desesperacn, lectin den eepirita que hayera dl mundo tan slo pera reer on Ss limites y soar alu rtoro, Lajos de er el sapete de una cirta experiencia ol tetgn de algun hecho ete Hor, el yo es, Sempre ahora y aqua fra ae ede srcia. La dearacta com la nacerbe del fers, nse fraca como éafss imperceptible de una exterrides og In qu el lengua mismo habla sn per habla a Boner de poder dela palabra Se comprenert asso Punto ol ugar dela desgracn east comaloes pes ag Chote sito de aiteratura tel esetar es teiee e be "a partir den asencia de los demiay sue ag mu eta ausnca sin medide, esta sledad neca as ue’ elebcbir pueda pensar fndamentanests Core “un pasar de un habla ora” Nose ata dock gga sda simplemente a prada dade i oa valida dialectics, plaratdad de ls posers dt Sino de exigir al habla una alteridad cay sentido ele sy. estos nec 2a see ae ces Nas mado tenia ator Yt ee "ex Saf dana aber ede ent desde potindn experienc dae cule dni ctr: anaes Federman no sepir denominande eae Dario Gonder BEATRIZ VITERBO EDITOR, ‘Sergio Cueto, wii HN IXHS 8 wrice Blanchot — Dapracio de la paciencia | TESIS/ENSAYO BEATRIZ VITERBO EDITORA ‘gio Cueto TESIS / ENSAYO Sergio Cueto Maurice Blanchot El ejercicio de la paciencia BEATRIZ VITERBO EDITORA Biblioteca: Tesis/ Ensayo Dina de coleeiny tape: Daniel Primera odcén: setiembre 19 © SerzioC © Boatrs Viterbo Editors spain 150, Ronaro ISBN. s60-46-056.x Queda hecho el depuis que previene I ley 1.723 Imprese on Argent Hay en Blanchot la certidumbre, a la vez sin garantia ni esperanza, de que la literatura, que no es nada, nunca se aleanzaré a si misma; es decir, que siendo su esencia la desaparicion, no desaparecerd jam4s. Esta imposibilidad constituye la desgracia de la literatura (quizé también la condicién de una secreta dicha). Lo que lamamos la “obra” de Maurice Blanchot es el continuado pensamiento de la desgracia de 1a imposibilidad de la literatura. Pensar ln desgracia es velar la desaparicién incesante que no tendré lugar, convertir al pensamiento en el lugar de la desgracia sin lugar y asi, tal vez, en el lugar de la desaparicién de la desgracia, la inapariencia de la literatura, éPor qué la desgracia? {Por qué el arte, la literatura tienen relacién con Ia desgracia? {Qué relacidn se puede tener con la desgracia? arte es ante todo la conciencia de la desgracia, no su compensacién” (EL, 68) Pero aun; {Por qué el arte? ;Por qué hace falta el arte ara tener conciencia de la desgracia? Porquela conciencia el mundo no le basta a la desgracia, porque Ia desgracia excede Ia conciencia mundana, el mundo de la conciencia Ello significa que no se “vive” la desgracia, que la desgracia, no es una vivencia en el mundo: “La desdicha carece de conciencia para vivirla’ (PMA, 157).Lo que no quiere decir que no haya desgracia en la vida sino que en la vida, en el mundo, la desgracia se define negativa ¥ ‘opositivamente, del mismo modo que el mal se define a partir del bien, permaneciendo bajo su determinacién. En el mundo, la desgracia es tan sélo la antitesis de la dicha, el momento malo de Ia dicha que es en si misma el bien (bonheur-matheur). La dicha tiene siempre el primer lugar, representa la unidad y significa 1a reconeiliacién en lo Uno. En eonsecuencia, ia conciencia de la desgracia no puede ser otra cosa que la conciencia de Ia unidad perdida, anholada, burlada, y sin embargo todavia posible. La desgracia se interpreta indefectiblemente como 10 0tr0 de la dicha, es decir como lo otro de lo uno, siendo lo une a perspeetiva determinante. Pero la otredad de lo otro; 10 ‘otro como tal en su otredad permanece desconocido, de lo otro no se tiene coneiencia alguna. Sin lo uno, sin la diche ‘como horizonte y referencia, iqué sera la desgracia? Le a secas, la desgracia siempre otra, nunca idém ‘sf misma, {qué ser sino una desgracia sin des- gracia: no ya la! imposibilidad de Ia unidad sino Ia des- racia como imposibilidad y In imposibilidad de 18 desgracia? Tal la verdad, 0 mas bien la no-verdad, de 1a desgracia, la desgracia sin verdad que sélo aleanza 1a conciencia artistica, que wnicamente “se vive” por la Mteratura, que no tiene lugar fuera de la experiencia literaria PMA, 156-7). La desgracia es lo imposible mismo, ¥ la literatura, la conciencia de lo imposible. De modo au 8 por lo imposible que la literatura se relaciona con Ia desgracia, - 3 ‘ : 2A qué se refiore, a qué esté referida esta expresisn: lo ‘imposible? En primer lugar ala vida misma, La desgracia es lo que hace imposible Ia vida, es la vida como imposibilidad. Blanchot cita a Simone Weil: “La vida humana es imposible, pero sélo In desgracia permite sentirlo’. No se trata, comenta Blanchot, “de denunciar el cardcter insoportable 0 absurdo de la vida —determi- naciones negativas que dependen de la posibilidad—, sino de reconocer en la imposibilidad nuestra pertenencia més humana a la inmediata vida humana, la que nos corresponde sostener, cada vez que, despojados, por la desgracia, de las formas vestidas del poder, alcanzamos la desnudez de toda relacién, esta relacién en la presencia desnuda, presencia de lo otro, en Ia pasién infinita que viene de ella” (DI, 92). Diremos que hay dos determinaciones de la desgracia: la desgracia es lo insoportable, lo que no se puede no ¥ lo irremediable, lo que no se puede soportar Por oso la desgracia es Jo que hay que soportar sin poder. Ello significa que no podemos oponernos a la desgracia, en primer lugar porque la desgracia no es algo ue se nos oponga, no es un poder que me enfrentaria y, de ese modo, me permitirfa hacerle frente, aunque s6lo sea para sucumbir. La desgracia es un despojamiento, y hhace de todo un despojo, pero no es nada negativo, Precisamente, de lo que despoja al hombre es del poder de la negacién, de la posibilidad que viene del poder del no. Siel hombre es aquel ente que es a partir dela posibilidad, entonces se define por este poder soberano de negar, dé anihilar el ser; el hombre es el ente que ha hecho de la nada, de Ia negatividad de la muerte un poder, y puede Por eso dar la muerte al ser, retirar el ser para que el mundo, los entes y este ente que 61 mismo es “sean”. El hombre es el ente que es sin ser, es decir, el exiatente, exe ‘ente que lleva la nada y se sostiene en ella, que atravesado for la nada abre la posibilidad de lo posible por el poder le Ia nada misma (vid. sobre todo DI, 73-95). Es de este poder del que el hombre se ve despojado en la desgracia. En la desgracia no puedo poder. Lo que se ha hundido con la desgracia os el mundo de las relaciones de poder, esto es, el mundo mismo, en el que sélo existen relaciones de poder. Quiz convenga ilustrarlo diciendo que el desgraciado se ha vuelto ajeno a la relacién amo- esclavo. En la situacién desgraciada, ha desaparecido el ‘amo, aquél a quien hoy se sirve pero contra el que un dia ‘uno podré sublevarse, pero ha desaparecido también el ‘esclavo, es decir, no s6lo el poder de sublevacién sino ante todo la posibilidad de sometimiento, el mero poder de someterse, Entonces el hombre esté perdido para si mismo, carece de entidad y el mundo no es para 61 mas que un desierto en el que ya no tiene porvenir ni tarea, libertad © destino (DI, 288). En ese desierto encuentra lugar la desgracia. Alli no hay conflicto, yla desgracia es precisamente esta ausencia de conflicto que abandona al desgraciado a Ia perpetu! resbal inquietud del extravio. La desgracia no es nada, nada fuera del desgraciado que la leva, por lo que fario decir que el des La desgracia seria uno mismo. Si, si no fuera que uno, ¥0, ego, se ha hundido con el mundo, ese mundo que es el suyo puesto que lo tiene por centro pero al que él pertenece Puesto que es el horizonte desde el que se perfila. El desgraciado es aquél que lido el poder de decir *yo". La desgracia es Io que yo" no puedo sufrir. Ello no significa que esté a salvo dea desgracia, mas bien es todo Jo contrario. No poder sufrir la desgracia es la prucba de 4que aun el sufrimiento ha dejado de ser un poder en mi y ha convertido en lo insufrible que ya no se frir jams (DI, 286). Uno no puede estar ite ante In’ presencia de la desgracia, pero esta ‘imposibilidad hace que tampoco pueda asumirla, h Propia y entone inguiéndose de ell erla , apartarse, 10 apartarla. La desgracia escapa a todo dominio Freciamente.en la medida en que no hay eseapatoria de In desgracia: ella es “lo inaprehensible de lo que uno no se desprende” (DI, 90): “lo irremediable” (DI, 286). En la desgracia y por la desgracia mi relacién conmigo se pierde ysse altera, haciendo de mi un extrafio, un desconocido, el infinitamente separado, “la separacién infinita en si" (DI 295). Por eso la desgracia es siempre anénima, impersonal (DI, 204): afecta al otro en mi, me afecta convirtiéndome fen lo otro, la exposicién o la indefensién sin yo, lo que Blanchot ilama ‘la debilidad humana” (cft.ED, 25, 32, passim); por eso la desgracia es indiferente, invisible ¥ como olvidada (DI, 287): aquél a quien aleanza no lo alcanza, pero lo convierte en lo inaleanzable, casi sin que se dé cuenta; 0 dicho de otro modo, aquél que ha sido destruido por la desgracia lo esté sin destruccién, se ha vuelto indestructible precisamente en la medida en que ya nada queda de él por destruir (ED, 25-6); 0 de otro modo atin, aquél que lleva la desgracia no la lleva (no es 41 (ego) quien la Neva), mas bien es levado por ella, la més ligera, como si In desgracia lo preservara de si misma reservandolo exclusivamente para la desgracia; insoportable y siempre soportada es la desgracia, “porque ‘aquél que la soporta ya no esté para padecerla en primera Persona” (DI, 287). La desgracia no es nada fuera de la presencia del desgraciado, pero precisamente porque el desgraciado es nada mas que el lugar de la desgracia. Al vacio ilocalizable de la desgracia corresponde el lugar vacio del desgraciado: “en el seno de la desgracia, el hombre siempre ya ha desaparecido; lo propio de la Sesgracia es que ya no hay nadie para causarla ni para Sufrirla; en el imite, no hay nunca un desdichado, éste no aparece verdaderamente, ya no tiene més identidad que susituacién con la cual se confunde y que no lo deja nunca Ser él mismo, porque, como situacién de desgracia, ella nu tiende sin cesar a desubicarse, a disolverse en el vacto de tun ninguna parte sin fundamento” (DI, 223). La desgracia no tiene lugar, es decir, por un lado, nunca esta presente, es la presencia que no se presenta y ‘que nadie puede presenciar; por el otro, no se produce, no ecurre, no sobreviene ni empieza, no tiene comiento (siempre se esta ya en In desgracia) y por eso et 10 incesante, no deja de acontecor cuando (no) acontece. Ea la desgracia no “pata” nada, al menos nada que pueda entrar en el horizonte de la representacion; la desgracia + lo que no pasa y no se puede pasar ni traspasar —lo insuperable. Como un pasado que no pasa. Por es0 hay ue esperar la desgracia, pero una desgracia no por venit “sino siempre ya sobrevenida y que no puede presentarse (ED, 25), La desgracia permanece eternamente incumplida, ex mas, no “consiste" en otra cosa que en st incumplimiento, en la imposibilidad de su cumplimiento GLa desgracia ser‘a, en esto, otro nombre para el “desastee “Llamo desastre a lo que no tione a lo iltimo como limite Jo que arrastra lo ultimo en el desastre® (ED, $1). Ello no significa que ladesgracia sea reciente, que se incremente ‘Ya siempre sea aleanzado el extremo de la desgracia en la desgracia, pero por ser tal cual es (imposible), este extremo es sin aleanee, alcance indefinido de 10 inaleanzable que sefala ei sin fin de In desgracia. La no “consistiria” entonces sino en la imposibilidad ly verdaderamente desgraciado, de ser de una Yee por todas el desgraciado que uno es (que no es), haciendo asi de la desgracia algo verdadero y real. E* Precisamente la realidad la que se ha hundido con la esgracia, son sus condiciones de verdad las que parccen Pervertidas; el mundo se perdi6, el espacio, el tiempo tan perdidos. Bl tiempo de la desgracia, dice Blanchot, £8 e1 tiempo “puro”, no a causa de su pureza —siempre impura—, sino como consecuencia de que es puro tiempo, Snmpe sin sconeciminto i payee ni posibilida, fomo una perpetuidad vacia que hay que soportar a cada instante, soportando cada instante a perpetuidad. El tiempo de la. desgracia ex el. tiempo. padecido indefinidamente, pero de modo que alli el tiempo ests Imuertocomo tiempo, acaroconvertidaen lameraextensién del espacio, pero un eepacio sin direcciOn ni lugares, iimitadoyabverto,y aclo por exo sin sald, in extancia— tldesierta, El presente no tien fin, permanece separado de otro presente por un infinito inagotable yvacio infranqueable,y ast destituido de todo porvenir: presente infnitoe impoetble como presente que designa un tiempo ‘la ver detenido y sin permanencia, ineerante, oun espacio sin recogimiento, pura dispersion inhospitalaria Blanchot lo reste en una frase: "La desgracia nos hace perder el tiempo, nos hace perder el mundo’ DI, 203-4 Gf DI, 88 y BL, 23:5), ‘Habra que hablar del cansancio en Blanchot, hablar hasta elcansancio, eal vex para que el eansancio comience A hablar (a escribir). Pero exo ex lo que ya hace Blanchot Aquitan solo podemos indicar algunos raogos. Eleansancio a sso est ligado a la desgracia, no solo el testimonia de Ia desgracia en el deagraciado, es la desgracia misma fisimuléndose a st misma y por tanto Ta esencia, sin ésencin dela desgracia, quo es tnicamente disimulecion incluso aunque en ella'se haya vuelto imposible simular Algo). Uno puede decirse que esta canvadlo de la deagracia; quecs la desgraca, esta desgracia a que lo tiene cansade Pero habré:de-reconocer entonces. que. solamente. la dela desgracia( sentido subjetivo dl genitive), la deogracia emo cansancio la. que evita que se. derrumbe. Ningun reconocimiento sin embargo, lo apartara de la iusién de gue es su cansancio el que’le impide terminar con la Aeseraca, ix hasta la terminacion de la deagracin, exe 13 limite en el que ella, finalmente cumplida, cesaria. Pero tuna vez més, a ilusién descubre entonces que la desgrs es nada mds que cansancio, que esta trivialidad, ests indiferencia es la desgracia misma, la desgracia del cansancio 0 el cansancio como desgracia. De manera que uno debe confesarse que sélo est cansado del cansancio, ese cansancio que lo sostiene en el ser, que lo mantiene con vida, ¥ que es lo incansable de la vida misma; por lo que comprende que en realidad no est4 cansado, tiene todavia que llegar a estarlo para hacer del cansancio lo que verdaderamente es: el auténtico descanso; y sin embargo se ve obligado a reconocer que es el mismo ansaneio el que se interpone entre el eansancio y él, us cansancio sélo incansable porque ineumplido, siempre postergado y prorrogado, y que le impide estar alguna vez de acuerdo con su eansancio, ser nada mas que un hombre eansado (vid. DI, 9-24; cfr. DI, 139). El cansancio os la desgracia més modesta (D1, 20), la modestia do la desgracia, La desgracia del desgraciado reside en que no tiene siquiera el derecho (Ia fuerza, la autoridad: el poder) de ser desgraciado, y sin embarge ido a permanecer ah{ para dar testimonio de imposibilidad —que es la desgracia misma. Ahora el testigo no soy yo (ego), el testigo es el otro. En Ia desgracia, dice Blanchot, “sélo seriamos este Otro que siempre somos (DI, 221). El otro es el lugar, ya hundido, arruinadocomo lugar, de la desgracia;el otros a ausencia de soporte en la que se soporta lo insoportable. Si el desgraciado ya ha sido destruido por la deagracia, el otro es la ruina indestructible de esa destruccién —Ia destruccién como ruina. Indestructible en tanto siempre Guinfinitamente destruid (ED, 82), el otro el lesgraciado— permanece inalcanzable para la muerte ¥ el poder de dat la muerte, es decir para la muerte com? oder; élesla presencia que la muerte cambia en ausencia, u perono toca (DI, 119-4), porque instaura une relacién que teres del orden de lo posible, que no depende del dominio Yaue no mide el poder (DI, 223), Lo eval tiende a mostrar uoclotro nos alguien ni algo. Elotro es siempre lo otro, Jen euto siempre otro de lo que es (fr. Dl, 128). La Precencia del otro en la desgracia no se confunde con la Tibsntencia de una substancia, aunque tampoco con Ia mmeraearencin de la nada, Tras la destruceign no queda fads, ai nadie, sino el otro: 10 insignificante, 1a insigniicancia misma de la desaparicign (DI, 114-5). El otro:no deja de desaparecer, de adsentarse, pero de modo Que, yu cada instante desaparecido, su ausencia sin Embargo no esta ausente, es Ia presencia misma de una Aesgracia siempre pasada —habria que entender la dsagracia on pasado, eo decir como lo que habiendo Sobrevenido 0 mas bien subvenido hace mucho, desde antes de cualquier comienzo, y por eso relaciondndonos Con un pasado sin memoria, sin olvido (con el olvide como memoria), todavia solamente amenazs, se hace esperar nla experanea de que llegue, pues liga en Ia expera infinite, en el innumerable cansancio del otro: “Desgracia jena y el otro como desgracia” (BD, 28), El desgracindo no soy yo, en l otro, Ello significa que no puodo reconocerme dengraciado, no puedo reconager al esgracindo en mi. La dengracia esta siempre en otra Parte siempre fuera de mi, del mismo modo que Yo Rermanerco fuera do ella, eonvertido en el afuera de Ta deagraci. En esto “consists” la desgracia: yo no tengo cco ella, ni amen ella, ni ella on i: a dengracia ts lo inaccesible del afuera, pero por lo mismo el afuera sinsalida,siompre nfuera de si miamo, Deal! aslimitada Indefiniion de la desgraca, La deagracia no crece en el fentracado pero cl dengraciade node de rerbalar on In lsgracia. A este imperceptible declive To lamamos degradacion. Bs la degradacién Ia que permite decir de 6 eT alguien que *ha caido en desgracia”. En la desgracia se cae, s6lo se puede caer, pero esta caida es indefinida; no porque uno se abisme infinitamente (Ia desgracia es casi lo opuesto al vértigo del abismo), sino porque la desgracia esta siempre por debajo de ella misma, infima, menos que superficial, yen consecuencia insignificante y como nula, mera neutralidad sin apariencia. Escribe Blanchot: “El desgraciado eae por debajo de todo. No es patético ni digno de compasién, es ridiculo, inspira asco, desprecio’ (Di, 204). La desgracia humilla al hombre, lo degrada por debajo de la mas baja humildad (“no soy nada”, “no somos dada”). El desgraciado es un despojo porque la desgracia Joha despojado de todo, de su humanidad y de su mundo, sin por ello exaltarlo hasta un fracaso celeste o sentarlo en el trono del vacio; es un despojo porque esta reducido lo inhumano y expuesto todavia a la verguenza de lo inhumano (que s6lo por metafora aproximamos a lo bestial), esta desprovisto de mundo y al mismo tiempo arrojado al eterno revoleamiento de lo inmundo. El sgraciado no s6lo es incapaz de sostener la desgracia sino que tampoco puede sostenerse en ella, La desgracia lo arrastra indefinidamente, y de exe modo lo deshace, pero convirtiéndolo en un deaecho infame, en la infamia, la vileza de arrastrarse. Por eso resulta imposible confundir a Ia desgracia con la desesperacién o con la La desesperacién es noble: ha renun toda salida, pero conserva para si este reducto sin salida, cerrado vacto con el que finalmente se confundir: confundido ya desde el comienzo. La desgracia, en cambio, esta siempre a la espera, no puede sino esperar, y como toda expectativa ha cesado, Ia expera eo en ella I8 indiferencia de la inconclusién. La angustia puede set Aangustiante, pero es liberadora: por la soledad de ‘angustia, el angustiado descubre Ia nada que lo funda toma conciencia de af mismo como separado del ser, com? del ente que no-es-nada pero que puede no ser, de Ia nada como su poder y su posibilidad més propia (EL, 240). La desgracia, por su parte, no tiene a la nada como limite, es todavia el resbalar de la nada, no el poder de no ser sino ibilidad de dejar de ser, la necesidad de ser por debajo del ser, la perpetua degradacién del ser. Parece sin embargo que la degradacién encuentra alli un pito. Ese piso seria la necesidad radical, vacia y neutra de sobrevivir, el apego abyecto y sin contento a la vida, @ Ia existencia pura que se agita todavia en mi cuando el yo ha desaparecido, ese exceso de vida que exige satisfaceiin més alld de la muerte o el morir que no colma vide alguna (oid. DI, 224-5). Parece no haber nada por debajo de la necesidad. Ahora bien, In desgracia indica todavia la privacion de la necesidad, la desposesién de la desposesién, el abandono ol retraimiento en el que quiz fe anuncie una afirmacién diferente (efr. DI, 280), que no desttuiria la desgracia pero Megaria a trans la dicha de un desgraciado decir No estamos en condiciones de aseverarlo, La situacion deldesgraciado no nos lo permite: seria un insulto para su desgracia (oid. ED, 75). Destruido, el desgraciado esta sin destruccién, y por eso para siempre indestructible. Pero fino lo aleanza el golpe mortal que ya lo ha alcanzado diude siempre sin golpearlo, tampoco io aleanza la caricia qlaalabra que serfan su consuelo y, ya, salvacién. Bl dentaciado est més alld de toda ayuda. ,A quién habria {usayuidar? Al desgraciado, sin duda, Pero el desgraciado Sitloteo, el otro siempre otro, aquél del que yo ego) estoy qearede por una distancia infinita (el infinite de la "sracia, precisamento\(DI, 115-6, passim. acanzable permanece el otro en su desgracia, porque utarla en la estracia en siompre la deogracia del otro, {Como fibtacowstaetanink strep ansoutuoreceeral aioe ‘carme con su situacién desgraciada, “ponerme en Ww su lugar", como se dice? No puedo compadecer al otro, n0 puedo compartir su dolor, ynos6lo porque me es imposible Fepreventarme desgraciado Cno,yo nunca podria tert 0"), sino porque la desgracia es lo irrepresentable Tring, 7m sole lo irropresentale sino To inviabl, 1 ineomprensible, lo intolerable (lo que no puedo ver, ai comprender, ni tolerar). Si hay una relacién con el desgraciado eta relacién es la [dstima. Se trata de une palabra sin prestigio, muy préxima al desprecio, pro es Conviene ala dengracia. Blanchot no la mensions nuns ero nos parece ofrla en un pérrafo en el que se rel Te "comunicnion” de Ia dengracia: “El sentimiento dl incomunicacién absoluta, de no poder compartit It desdicha con el desdichado ;'me' transporta a esa desdicha, o acaso oe limita solo a In desicha do 1 incomunicable Lo que queda es que yo! me siento mas triste en el préjime auc en mi msm, triste de no poder atenar ese risen ¥, quizés, de denominar incomunicacion lo que no {odavia mar que Ia inercia de un mi que se deshacey mantione en #u desfallecimiento” (PMA, 159). Se diré, em rimer lugar, que si no puedo comunicarme con @ Scegraciade oe porque sl desgrasiado tampose pued® comunicarse conmigo, porque la dergracia © incomunicable. Sin embargo, de algtin modo sé de le desgracia del otro, con un saber anterior a toda comunieacién, a toda representacién, a todo conocimiento No sélo el otro permanece fuera de aleance para mi sine «que tampoco yo aleanzo a responder por la desgracia 4°! ‘otro, No soy yo (ego) quien puede aleanzar su ayude a ‘otro, porque en la elacién con el otro soy arrancado de m+ destituido de mi posicién de sujeto, convertido en lo ot lel otro, el desfallecimiento de la identidad o Ia 2°. identidad desfalleciente (ED, 23-4), el desfallecer d*! Poder humano y del hombre como poder, la desaparicio® a8 de aquélque “podria” prestar ayuda al otro sino fuese que Poder, ue implica la ruina de las relactones de poder (1, 250-1, nota). Por oxo sugiore Blanchot que la tristeza no broviene tan solo de mt impotencia sino que expresa Ia Aeagracia on mi, es deci en el otro, puesto que soy tolamente el otro, aquél que ha sido Hevado hasta la deagracia siempre ajena. Bero he aqui lo torprendente ine aleansamor ai In “comunicaion” de a deograsa Quits, si admitimos soguir lamando “comuniencioa™ a a ireciproca disimetria, a esa discontinuidad: no itomorta entre el otro quo no es Yo el yo que ea otro.en relacincanel ote, y que ninguna dalcticapodrigualar, mogensieary, por tanto, dominar (DI, 127), Es come Ia detgraciase'comunieava a condicida de permanecer incomunicable, como si solo pudiera in-comanicarse a través de una. no-relacion, de ‘una relucion de implied Si, iver Pro ae drs qu on vrdad nadie ba prestado ayuda al deagracate, que ore quesélo abe responder con a sltims preguntas c¥ de ue Sabra que ayudarlo? De nada, salvo de u neceidad de syuds:Avudato no sera demovtrarle que en terded sata etsitado, como ai nacestara de mi ¢ yo supiect Iovaee sito necenidad fuera algo paras; shedeele seo Aeiarlolibre “lo que no quiere decir Ubrado's va sure fons que la desgracia sea la desgracia que no es, caret uno gon a tetgosusonte del denpraie fafoen ate ldaina: ta no partenencls beet {netencin o In imposiilidad, la distancia ineacorsble Gin sl deedichado, ln relacin todavia afirieda eens cit, el dejar libre peligrosamente prosime ata 19 a Pa ee indiferencia (excepto porque implica la secreta inversién del yo en otro, en el otro de la desgracia del otro —pero Equién sera su testigo?). Volvamos a la definicién inicial: Ia desgracia es lo imposible, lo que hace imposible la vida o 1a vida como imposibilidad. La vida se hace imposible cuando la muerte deja de ser un poder, cuando es imposible morir. Con la desgracia se pierde la muerte, esa muerte que hace a la vida posible, que hace de la vida la posibilidad de vivir; ero entonces la muerte aparece, aparece esa muerte que erdemos a fin de vivir y que se disimula en la posibilidad de Ia vida, ésa que en verdad tememos detras de la hora que lamamos ultima, pues si viviendo y porque vivo soy un hombre mortal, un ser que tiene a la muerte como horizonte y como destino, al morir, dejando de ser un hombre, dejo también de ser mortal, ya no soy el ser que tiene el poder de morir, y In muerte tampoco es la muerte sino lo imposible, el morir como imposibilidad (PF). 324- 5). La imposibilidad de mori (la imposibilidad de que el morir termine en la muerte, se resuelva en la vida), la imposibilidad de vivir (la imposibilidad de que el vivir ‘comience en la vida, no le sobre la muerte) dicen lo mismo: 1s imposibilidad de ser sin sor, Ia necesidad de ser todavia "a esta imposibilidad. Es, dice Blanchot, “la vida extrafiada y la muerte hecha inaccesible. Es el horror de Ser como ser sin fin" (DI, 204). El horror —pero la palabra s inequivoca traténdose de la desgracia, con la que no s° confunde— pros r mismo. La desgracia es la experiencia del ser; no la experiencia de la imposibilidad lel ser, sino la experiencia del ser como imposibilidad. La ‘experiencia del ser es lo que desde siempre se ha llamado ‘GLbensamiento. Siendo fo mismo que el pensamiento, la deseracia implicaria lo imposible en el pensamient0, Sgitlaria en el pensamiento au esencial imposibilidad: I pensamiento de la desgracia precisamente es el Pensamiento que no puede dejarse pensar” (DI, 203). La Aesgracia no supone ia sola obliteracién del pensamiento, con la desgracia no cesa el pensar. La desgracia senala la impotencia de! pensamiento, constituye la imposibilidad de pensar en el pensamiento, signifiea que cuando pensar 8 imposible lo imposible —Ia desgracia— piensa todavia en el pensamiento. Pero no hay que ser optimistas, pues quizé sea precisamente ésa la tarea de pensar: convertir {a imposibilidad de pensar en pensamiento de la imposibilidad, exeluirse de pensar a fin de que la exclusion cemiencea pensar sin pensamiento, llevar la imposibilidad en el pensamiento como su impensado mds propio —mas sieno. Recordémoslo: contra la desgracia no podemos Bada: no podemos borrarla ni sostenerla. Pero ahora Surge este quizd: quizé haya un pensamiento de la dlesgracia, mas desgraciado que toda desgracia, siéndolo per Ser aiin pensamiento frente a la desgracia scsamiento que seria retraimientoo pasividad, pasividad pauaida, retraida respecto a si misma y por eso mas Tieng tue todo sufrimiento, pasividad que dejaria cierta wraneia para responder por la desgracia y ala desgracia, fara Pensarla en su cardcter de imposible y por tante imposiblemente, puest » Puesto que lo imposible arruina el Pensamiento, pero < Pasividad del pensar o la aciencia, siga six avi pensanientoenrainas PMA. 156) Ele as (PMA, 156). pensamiento pi la desgrs él miacae nh ‘eracia sélo a condicién de someterse a la prueba de tipepaiblided.“Pensar ia desgraca consste en lever ensamiente a : a cia exe punto en que el poder ya no ee ts de lo que se debe decir y Pensar; en unir el Frigamiento a esta imposibilidad de pensar que ve nace ponte somo su centro” (Di, 204) Sélo cntowete et Deneamnt® stlnde la dengracta. Ln elacion del Gereamente con la desgracie ev lo que Blavekos, “rsyendovn érminode Simone Weil, lama laatoncton a La atencién no consiste, no puede consistir en la intencional y tensa aplicacién de los sentidos y el intelecto un objeto oa un asunto. La atencién es sin objeto, sin sujeto: es el vacio del pensamiento abierto sobre el vacio (es espera, dice Blanchot, vacia espera del vacio); la atenci6n acoge y preserva lo que escapa a la ateneién, lo que esté ya siempre y todavia por debajo o afuera de la atencién (Io inesperado de la espera). Si la desgracia es lo extremo de la inatencién (la insignificancia que no se ve, to execrable que no se quiere ver, la verguenza que no quiere ser vista), “la atencién es la atencién que se hace soportable para la desgracia que no la soporta” (Di, 20 vid. DI, 204-7,y, sobre la espera, DI, 83-4). La atencién © Jo que nosotros Ilamamos la léstima; pero es la inatencién Ja que le permite a Blanchot definir (es decir, aqui, dar un contenido), siquiera una ver, a la desgracia siempre indefinida (carente de todo contenido). Es cierto que lo hace sin mencionar a la desgracia, pero ello no sélo diserecién, es un efecto propio de la desgracia, destina: a borrarse en aquello que la indiea. Decir que la desgracia $510 extremo dele inatencin no consttuye todavia ona definicién de la desgracia, a lo sumo es una definicién ‘acta, una localizacion dela desgracia, Pore i afro: Ia desgracia es nocstar en el pensamiento de nadie, entone Ja inatencién ha aleanzado consistencia y 1a desgracia ha ‘sido definida. Nadie piensa en ti (“que no se piense e mi"), e50 ¢s la desgracia (PMA, 160). Unicamente el Pensamiento de los otros (0 del otro, o de la otra, que & veces es tinica —podria preguntarse, con Derrida, por qué el género del Otro es, sin apolacién, el género masculind: uizé haya que tener en cuenta que Ia otredad de la otra es siempre otra, es lo otro de la otra, aunque lo otro deba ‘Gahonder sin cesar por ese misterio que es la otredad eD to de los otros me hace ser ome si fuera no sélo por el otro sino en el 4), nicamence ol pensar éste que soy, af otro que puedo encontrarme, como si fuese el otro el que suardase mi ser, ese ser que soy. Pero si nadie piensa en IM, éste que soy no desaparece; se extingue, en cierto ‘modo, pero en su extincién subsiste, permanece como una eeniza sin reposo. Despojado de mi, me veo reducido a ese otro que soy y que me excede, qui dispersa nadie, tampos es en mi el exceso de mi el despojo que en su dispersin siempre mas no puode volverse sobre si y recordarse, porque ni siquiera yo (ego), lo recuerda, y que sin embargo co es capaz de alcanzar el olvido, pues no es otra ¢osa que olvido, el olvido que ya no puede olvidarse. A ‘menos, claro, que por una gracia misteriosa —la gracia del misterio— le sea dado desaparecer en otro olvido, el alvide del otro (de In otra, de los otros), ese olvide que sin Embargo es atencién, que sin embargo es deseo, deseo y Hiansién de lo que no puede més que olvidarse pues no noe onsistencia que el olvido (Sf, pera de modo que 32 ee tino alo otro on mia quien acoge en tel olvide que 2225 tay, de modo que la palabra conmovedora "VO je igeetbeme en tu olvido!"no se pronuncia, y queda s6lo deruptura silenciosa de una relacign sin nosetron Lo Sireae olidavvid. DI, 314, 317-9, 489 8). Si hay un aivide, Me 68 atencién,'si Ia’ atencién es nada més que neg, corresponde decir que la inatencién, una cierta atenai®®, eonstituye como la esencia o el fondo de la anion’ at menos de aquélla que la desgracia requiere y que 1c rue tolera?, {no estamos obligados a reconocey inatenciatteneién os fundamentalmente ambigua’: "La despresen: hay Ia inatencién que es la insensibilidad poraneiati¥a, luego esté la inatencién mas pasiva que, dejandaen Gel interés y el edleulo, deja ajeno al préjine, compan fuera de la violencia en que estaria preniide, Entoneen f°? #€AParado, identificado, reducido al mismo tonto ens, atencién no es una actitud del yo mec “Sst que al otro—me distrae de todo yo, distraccige 23 UUpelderar, acereer y quizés apaciguar. Mas inatencion (quizd lo que Blanchot Mama la “desobre’ (DI, moh de lo impensade esta de antemano bajo la atencién de ‘ Tenguaje. No se trata de que el lenguaje atiends 1 ate Blanchot escribe: “El lenguaje es el lugar de la atencién’ oo Sila atencisn os del orden del Lenguaje, entonces ¢ lenguaje supone con la desgracia una relacin esencial: habla de poder, de idemtificacion, recone y fofecasimPide tomar distancia, apremia con suinmediater imposible td ralacién y me atese'n tes eheoe ns hablar y nauty it: de modo que lo que se excluye de todo 25 0 s6lo la desgracia, sea implicado en el habla y por lo tant se hable en el interior de ese Afuera, en su imposible intimidad, y entonces tenemos lo que Blanchot llama un habla de escritura: “Eseribir : Trazar un cireulo en cuye interior vendria a inseribirse el Afuera de todo cireulo....(DI, 140; para lo anterior vid. toda Ia seecién jal de DI; cfr. también ED, 23-4, ee la El lenguaje esta en relacign con 1a desgracia en ls medida en que algo as{ como “un habla de eseritura s¢ fafirma en sus margenes (en su corazén), 0 mejor ain» Ta medida en que 61 mismo es levado a io experienc de la escritura en el habla, Dicha experiencia es lo 405 llamamos literatura. ;Cudl es In relacién, pues, de literatura con Ia desgracin? Ain lo ignoramos. Podriome decir, soguramente, que se trata de una ‘relacia de 10° relacién", pero no’ sabriamos como determinarls. 1 desgracia, por ejemplo, jme aparta o me conduce % fseritura?, ghace a Ia escritura posible o imposible? i quiza me aproxima aparténdome, me aparta por el des" mismo que conduce a ella?. Y Ia escritura, jes un Cal de a Ia desgracia, una senda en la desgracia o une vis &¢ escape de la desgracia?, gme condena a la desgracia oe salvadeeta? ime abandona me reseata?(Bsla dest Ja que viene con la excritura ola escritura Ia que proviene de la desgracia? ,0 se implican mutuamente? No podemos responder. Ante todo porque tal vez la desgracia 1° encuentra su sitio en uno de los términos sino e” elaci6n de desgracia de la escritura co ‘vaca de escribir acon el vacio como exigency ‘gencia que desde siempre hallé susimbol® un simbolo) en la pégina en blanco. De ‘modo la desgracia estaria en primer lugar en Is oid originaria de todos los motivos, las razones, los contenidos, ‘los fines de la escritura. La escritura se descubre sin POF ‘aué ni para qué, inclusive sin qué, pero dedicada 2 U"* Wg exigencia que no le permite tampoco descansar en ol contento del ‘para nada” que el arte por el arte proclamé con astucia para ilusién de pocos. Escribir, si, escribir Pero no hay nada que escribir, y cualquier cosa que se eseriba es nada, pura insignificancia y nulidad. En segundo lugar, ‘pues, Ia desgracia radicarfa en la erpetuidad de la eseritura, en la irrealidad sin realizacion del escribir. Escribir no es nada, no hace nada, pero esta en ese sitio que no es ni ser ni nada (el sitio de la desgracia), donde la esperanza de mo hacer nada esta radicalmente suprimida (PF, 327), es més, donde el nico medio para descubrir que no se puede hacer nada, que no tay nada que hacer, es hacer sin descanso, perseverar en 'e irrisorio (DI, 21), de manera que el hacer que no hace nada ya no puede interrumpirse, y entonces no s6lo no se Moga a nada ‘una obra, finalmente una obra”) sino que ademas es imposible que llegue Ia nada, esa nada que seria (infaliblemente) la anulacién definitiva y el cumplimiento vacio de Ia obra (*nada, nada; finalmente to hay nada’XFP, 22), Por eso 1a exigencia subsiste, la esgracia subsiste en la imposible exigencia. Entonces, ER fereer lugar, Ia desgracia del escritor es atin més tttria, més insignificante y ridfcula que cualquier otra, basta el punto de que ni siquiera serfa desgracia sino s6lo rigencia de desgracia; perocllono hace mas que aumentar « dessracia, el escritor es tanto més desgraciado cuanto Bae Se4 autorizado a serlo 0 esta obligado a lamar Tamoasu desgracia y por eso a ser compadecido por una Caagracia que no es suya y admirado por lo que no es otra Sieh awe su desgracia, {Como puede decirse desgraciado ‘iguien que s6lo esta sentado ala mesa trazando letras Heit Papel? {No es esto una impostura, mero sorpaumismo? La desgracia del escritor resulta siempre nee tose. No 6 a causa de los resultados (zeémo de la leseracia iba a surgir esta obra luminosa que 21 BS neceaidnd que tiene el aneritr de deseubrir todo tmomento que no tiene nada que eseribir ni medio algune Dara encrbirlo, quo Te es imposible escribir ada. Al {adie umic, pero tansbien lo micerale, de nsituaen Pepe rualaelsr desgraciado, el escritor est: ctllewiee Permanecer adn allt donde ya ha desaparecide (porque we todavia no ha Ilegado a nacer), obligado a hve » lesgracia, la nulidad de la desgracia y 1 saaradiollt desgracia de esta nulidad sin pod La. (Para todo I anterior vid. FP, 7-22 de 'saparecer en Quind 1a neutt®. lo que llamamos la desgracia). ietivo: la dese: oes aie * permits wagant 18 © Podria tr, ara de vivir, ete Be ei gentabttestaattevairetnite/ Lot ausioen ee rieaeeticcrqestos to aang. raze > Bes eitin estes sobrosliz sta Willem Mets mereiettcrdienootere aqulen reece Breese owencre pare ronecinares inde weer Satan dacs, gut se enoontrarin en ola Ce en let Spencacenineaiens mest ot esan case ae encontrar i lida, Se ane coteraitclnerace sl Ie ere ed so in que ae reoneventra de Odo rie de dee ln encivara he i tam a8} Sa a ee gee fuels une, fii. «hot a ae Faulkner. Aquél que es Ne4P87 unde Noo adie Re mori de esta inenpacide er ree ile cts pormiid esrbr apart de te inenpacided tone craze otra incapacidad (la misma) cecitra, gometores 80 riiryaumdo prusbe de ut aque le incapacidad de ewonibida de vei on uD ce a on on, lactacin cat lett sucritra imposible, De adorn anecemos en lites $e de ner necro, Ae 1 Pecoraro toga Vit Ie san unc imagine onlenia mogul, NO Telacon mune oii oat e970 ae yasagmeeieco eT sila 3 ritura “faltara” a la vida? Entonces uno SAIS a plant saver Freese ein, la escritura no puede #¢F oir incapa do ie eo ats excrib on enn de In gee se eT ae eriure aque at tg, poroenia medise Wermanece on falta respecto de aquella, BP 27 aaa eel gongraca spare®? ue excribe porque s€ & ra cosa que cesté.en, pracia ya no fda en que esta imbos 8505, 29 como una insuficieneia: carencia de vida e! some wna insu de vida en Ia vida, como en la escritura, y por eso carencia de escritura en una vida siempre insufi ella misma; pero ts pero también carencia de v camtino se ivierasélo porque se escribe, y por afiadidura eseritura no parece llev an auc la ieee ister devi‘ pooti seen, 2ocommenas EsPosibilidad de vivir, pero sin anulerle ny enema iciente respecto de a en la escritura, Formers? imprencindible que ella se escuche No se puede 1 tamer Se Puede no vivir Ia imposibili tant: slvvifatayatuses cngambllidad de vivis, Port is fa ala vida, excediéndola consen28 Puede no one el eneritsribir Ia imposibilidad de vivie. En i escritura, F excede a a escritura, 1 BeiNenre ss eritura ore: Ro esi seer cribir La fail Stein oncege St 18 imposibi cua er 2 mismo exert” We fall 0 fo exce en eee FMulaciones et? netua impligne £510 lcacién dic dad de escribir. a escriturs ence complicarlo todo on © dislocado, es decom ‘dentidadsne soled — cs impropia y, como tal, nunca propiedad de nadie, ni de (uudgaleincscritura,sino tambien que vida, escritura tatén juntas precisameate por la desgracia que las Tleva Sinacordarlar, In discordaneia nunca acorde o de acuerdo on lls mitma, la imposible juntura do lo imposible cf. PMA, Ibe) 2Y esto por qué?;Por quélaescrituraescribirfa aciaimonte em Ia imposibilided que la arruina y la sheen latide? Por que la vida seria vida tnicamente en ar tiie claritararia que sdlo se puede vivir como ee eeeaeisiaat a artccsunte todo a conciencia de la desgracia, no coupensecién’ (EL, 68)- late sla desgracia conver que sa trata te lntdosgracia, la concicncia no puede #2r aetsadide aye on el sentido de "toma de conciencia’, c= Satendide saul on ot ante, eprerentacion o presencia & Ne ee receaice que el hotbre toma conciencia de 18 Senpracia sino queef arte es la coneienci Nostlo no hace referencia a “aatingue’ entre aujat x objeto, come smubigiedad del gonitivo, La desgracia imbiatedad del Eccica: el arte no ox ol medio ob/ote of 1e concancin arte oars a 1a conciencia de Bn tants Se ere een tex odivaceatien ona tnas dos ents oro no por ello se hunden corniblon Por air, all donde pareceD leindistinte Go asm ain embargo eampond so ia re Bl arte es a partir de la dessrash Pro iad a ealal Riarioib a parte pgracia, incirare@aibites Oc Hine eng eliarte— ey fe cy aedoereneernaa gasinse lean i eodldn ams t Ue ol arto, pero on, le ronciencia de In conclotel eis, imponibiidad ¢e oongacincs ol afters sn de imposibilida oi deagracia solo puede Sr ne i hdad teaacncro afuera dela conciencia a ida en conciencia. Puesto permanecen int loindistinto, st Risma. Bs Ia interpretacién de Levinas: la eoneienci ExtTema seria la conciencia de que no se puede salir dels es sin salida, Es ls to, el extravio y el '3). No la interioridad la autoconciencia ni ls sonciencia aon el dent develo dela conciencia oid SMB. sfuseacién y el aturdimiente a que Wamamos la lucidees eit Puede sorprendernos imposibilidad de la des ree Posible y pre desgracia, que aoe of yerecisamente por ese “hay” dene eseyee te ii dente consent de crag wrtir de ese extremo la lucider cen E88 In concieneia ean ciencia va hasta el extreme ds econ deakracia. La lucides me Por gracia dad dene 4 lo ave mo puede desgra is 1 arte busca 8 imposible. E, a Convers WTSI in dongracie ad TAVE0, El aye PONiGndone nj We OTA ina experiencia. La experiencia parece definirse sélo negativamente: + experiencia de nada, experiencia de nadie, no-experiencia Pero lo parece sélo porque se intenta definirla desde un punto de vista gnoseolégico, com modo particular de conocimiento cambio, la experiencia es afirmacion, En primer lugar, hay que decir que la experiencia no ot experiancia de objeto, no exté determinada por su objeto, © fo que es lo mismo, escape a In realidad de lo ave experimentado (RD, 45): “experiencia de lo que est Tse dutodo, cuando ol todo deja todo afuera, la experienc Ny ccante queda por aleangar cuando todo ost s\coreedi wr eonecer, cuando ya se conace todo, Le ine eee cocouelde mirmo(DI, 988)-10 10a co 8 doteds cp eh nfuora; ol afuora al que o# ImPOROS ce eitasenible, lo imposible que permaneee oer sroieetidad es to. inmediato. La este si, Dakoriencia deo inmediato on la medida © stig imposible mismo, In presencia Dunes Siprepadesapareciia y convertids a conocimignto que querria captarle sancti egriginariamente sustrarde, L(y, eae ceunign mediadora ¥ Prod og de fone lugar més ol “ experiencia a eo experiencia erfodo, ha sido DBT alld faba todo y donde afirmativa, ¢# PoTOLS siempre eeactalguntracsiéa' de e802 yor ex Tompre inutilizable, ave 26%, afirmacién, no siend° afirmacign misma o el ™ fin que afirme prop nin ae Cel gar en in ands) Toedg Toto de morir ave 78,065, rntoncet I J que implica © fo si constituyera un Positivamente, © prueba, exigencia. jencia para él ato designe de prodigar, no de triunfar sino de fracasar, no da bce obras y hablar iilmente sino de hablar en vano ¥ desocuparse (desobrar), como dice Blanchot comentande Bataille (D1. S04»), Bere no adclantemos los ranges del tte aliteratura, Subrayemos una tltima consecvenci Inexperiencia no solono exexperienci de objeto, tampect en experiencia mundana, no se. da en el horizonte de Horizonte, acontece in la fuarda del horizon y el cele astral, yen esto experioncia no de lo que hace posible mundo’sino del desastre del mundo, experiencia del dlsantre que os desastre de a experiencia, puesto ave hay experiencia del desastre-o de lo imponbl,y pole tanto no ya experiencia sino mas bien novexperieni¢ mejor, ya que la negacion no In suprime, experiencia txperiencia o experiencia de la no-experiencia BD, $8 ce Dr 330), Enaogundo lugar, la experiencia tampoco ex exprienit de un aujeto, Nose confunde con la“vivencia’; no reali ha potecia del alma ooh poder del custo, 38 intencion ni afecto, No tone lugar en el proseate neal instante, no tiene lugar, sélosefala la exclusion del ltt fh que se situaria (SD, 49). De manera que aquél ave xperisienta no esta cuando la experimentay,t-30 aes Seeemeeinca (CI, 30), Ello no homer que 7 implicado en ella, poro sin dda lo ent como con ag0 0% Maprgpaneieme —Ia indiferencia de su muerte Yt repasada y que por lo tanto no habra de pasar jamé> (eff. DI, V7s., passim. Y ED, passim), Si la experiencia a” oe el isi, ees ‘por “7 Ssperionci, esta prucia no solo perma do toda prucba y comprobacisn, ino ae ede ella, ellalotrastorne, io cambin, 22 ‘m intervalo del que él en tanto sujeto est tuna prueba ‘para el rj Pruebaen la norec) suieto, Para él fuera ovale inden, excluido (BL, 79), como si se tratara de un acontecimiento que escapa al poder de probarlo y a cuya prueba no se Podria escapar (DI, $96), pero de manera que también hay que decir que ella, 1a experiencia, permanece a la vez irrefutable y desconocida para el sujeto, improbable, acontecimiento que tendria lugar en una regién en la que no es posible ni necesaria la prueba, porque, de tener lugar, serfa el lugar del encuentro de la posibilidad y la imposibilidad —Ia espera de lo imposible y Ia posibilidad como pura espera (DI, 84). En consecuencia, la experiencia sélo tendria lugar como espera de la experiens experiencia, entonces, sino exigencia de experiencia, ¥ exigencia nunca cumplida, perseverando y siendo s6lo por su incumplimiento (DI, 341). La experiencia es un camino. Que el arto, la literatura sea experiencia en el sentido del camino significa que es ante todo busqueda. Busca de la obra, en primer lugar, Puesto que la obra nunca esta presente por anticipado y sin embargo llama desde maa alla de ella misma, desde antes de ella misma, desde su misma auseneia, para Megar a ser lo que todavia no es o ser como todavia por venir; pero busca entonces, quiz4, del mas allé de la obra, de su anterioridad siempre anterior, del origen en el que | obra no sélo esta ausente sino del que no se originaré jams; busca del arte, también, a través de la obra, puesto ue “nunca hay arte sin el conjunto de las obras que lo yuelven presente y que, sin embargo, el arte sélo ex verdadero” on la obra atin siempre futura” (EL, 224); bbusea del artista, en fin, en la medida en que tinicamente por la obra llega a ser el artista que es y deja de ser el hombre que crefa sor (EL, 214-5; FP, entonces, Ia literatura, “es experien busqueda, y busqueda no indeterminad determinada por su indeterminacién y que pasa por el todo de Ia vida aunque parezca ignorarla” (BL, 81). Le 35 By buscado, el instrumento de la busqueda, el que bt todos los “términos” de Ia busqueda estén ausentes ella, como si ella debiese encontrarlos primero, y no ausentes sino confundidos, trastocadas sus posici ‘sus funeiones: lo buscado, la obra, es el instrumento biisqueda del que busca; el que busca, el artista, lobus a través de la obra, busca la obra a través del arte; ela instrumento en Ia busqueda de la obra, es lo que busca por intermedio del artista; artista, arte, obra noi otra cosa que instrumentos en la busqueda de ese alld que tal vez se anuncia o se indica en ellos co indifereneia misma de la busqueda, como la bisquet no busca. A pesar de todo, 1a busqueda, la experiencia s confusa, no es pura indeterminacién. Esta determi por la indeterminacién representativa de sus términ Ja precisién que dichos términos tienen en tanto “lugar de la biisqueda. (Sobre la distincién entre ima ropresentativa y lugar abstracto, vid. Dario Gonzéledy La obra, a priori irroprosentable, es duciia sin embi de una necesidad tan irrenunciable como incumplibles arte nunea es una evidencia para la obra, en todo c una pregunta (“tenemos arte?”) a la que ella responder realizéndose, pero de modo que esa Pr es también el lugar hacia el que va porque es aque! del! no deja de salir (vid, El, 207-8, 223-4, 233, y en gons toda la seceién 7); el artista, en fin, no es nada antes: obra, y sin embargo es en la obra el lugar singular ¢8 ‘que esta llamado a desaparocer, la sustraccién silen sin la cual la obra no comenzaria, no podria comenzar. experiencia del arte como lo que se encuentra més alld sf mismo, la experiencia del artista como devenir-otF0 hombre, Ia experiencia de la obra como necesil irrealizable, irrenunciable imposibilidad, sélo tienen como biisqueda y en la busqueda de la obra. No hay em. ‘un privilegio de la obra sino de la busqueda, es decir d 36 experiencia. No hay arte, no hay artista sino por la experiencia de In obra, pero la experiencia de la obra es anteriorala obra miama, es experiencia de lo que siempre tsté antes de la obra, ol origen a partir del que nada comienza, Ia ruina previa y anticipada de la obra, st imposiblidad, y sin embargo, una ver més, exporioncia ue slo tiene lugar por In obra y en el camino de Ia obra (EL, 82). Estamos, pues, ante un circulo: no se hace obra sino se alcanza ese punto en el cual se origina la obra, ero hacia el cual aslo es posible dirigirse en el espacio Abierto por el movimiento del obrar. Sucintamente: “Para escribir ya es necesario escribir” (EL, 166). Si la eatendemos como experiencia, como bisqueda y camino, la.cbra es también experiencia del afuera de la obra (de Allila referencia, siempre equivoca, a loque no es la obra, 4a vidao lo real eoncebidos como lo que la abra.n0 e#), élafuera en el que ella no deja de deshacerse, pero que et tambien el afuera mas intimo, esa distancia entre la obra Yella misma que le permite encaminarse y ser nada mas ue un camino. La experiencia de la obra, Is obra como ‘xperiencia, en el sentido de busqueda y camino, es lo que lamamos operacién (eft. LV, 272-3). La operacion implica ‘ns el obrar en tanto busca de la obra y de su realizacion ¥ el desobrar en tanto busca sin béaqueda de lo que slempre queda afuers de la obra, lo irrealizable como obra ¥ que solo se aprexima en Ia operacién como camino, ‘Que ia obra sea nada mas que un camino, camino hacia ella mista que no se tiene a a{ misma como meta porque es camino hacia lo que, en ella, esté siempre afuera de «lla, yen mismo, siompre fuera de sf, esto es, 1 fuer dice para nosotros que la ubra ex ejerccio. “Tada mi obra &s sélo’un ejercicio", confiesa el escritor (LV, 229)um movimiento por el que me eneamino a cierto punto cuya esencia parece sor la imporibilidad de ser aleanzado, como si estuviera abi s6lo para que el movimiento s° st Jugar mismo de la impotencia. Como si hubiera un punto en el que inspiracién y falta de inspiracién se confunden, en el que la inspiracién es aridez, imposibilidad, y el artista es el que yerra en el desierto de una inaccién infinita (desobra) (EL, 172). La obra tendré que ser no el Producto sino la busqueda de esa fuente tanto mejor sellada euanto que no tiene interior; el artista habré de responder a la voeacién con la experiencia de la obra, haciendo de la obra un camino hacia Ia inspiracién, ¥ no de a inspiracién un camino hacia la obra (EL, 115). Pero sticede que Ia vocacién es ambigua, perversa en su ambighedad. Por un lado dice: haz obra, tu tarea es 1a bra;y por otro: deshaz la obra, tu tarea es el movimiento, ¢lencaminamiento infinito que una obra traicionaria, Y sin embargo afiade: haz obra, puesto que no puedes hacer tra cosa (o probar de otro modo que tampoco eto puedes), Pero de modo que en ella no hagas nada, para que ast la bra se haga infinitamente; 0 incluso: no dejes de deshacer {© obra, puesto que no podrias evitarlo, pero siempre @ Partir del obrar que acoge el infinito en su ruptura, en su fracaso, Sobre las distintas voces de la vocacién, vid. PF, 808 y LV, 88-40). Si, la voeacion es perversa. Supone una figencia exclusiva, que no va necesariamente en el Sentido de las aptitudes y los talentos naturales, a los que obliga & renunciar; Iw exigencia. de na posbilidad sencial, mperiosa y enigmética, de la que el excritor no Puede apartarse sin la certidumbre de una equivocacion irreparable; la exigencia de una decisign singular, pero tal que reserve lo indecidible en Ia decisién, lo ilimitado junto al Iimite; Ia exigencia, entonces, Wwe no deje intacta todo el espacio de la pal Posibilidad de decirlo todo, pero diciendo una sola cosa y hada mas que ella (LV, 118-9). La vocacién ex esencialmente pervers ‘igencia que no exige nada, earece de contenido, cumpla 0 sélo estuviera porque me eneamino a 61 medida en que permanezco en camino, no co entonces en otra cosa que en el camino mismo, encaminamiento del camino, encaminamiento que luna meta y por eso tampoco permite que el camif satisfaga consigo (ilusién del arte por el arte), encamine por el gusto de encaminarse sino precis para encaminarse, para llegar a ser el encaminami que es s6lo si estd’en camino, siempre fuera de si como el afuera convertido en camino. De modo a ejereicio no puede confundirse eon el mero entren la pura expansién. La obra es ejercicio en Ia medi ue ejerccio constituye una exigencia de a ob ejercicio es la respuesta a la exigencia, pero la exis ‘no @s otra cosa que el ser ejercicio del ejercicio. Bj ¥ exigencia dicen lo mismo. Hay que entender la exigel como el Mamado del afuera, llamado que conduce caminos al afuera y es el afuera de todos los camino! que entender el ejercicio como el camino, el encamin del camino al afuera perseverando fuera de si, ¥ 48 ‘modo respondiendo al llamador y nunca llamativo BI llamado de 1a exigencia es Io que conocemos nombre de voeacién. La voeacién es el Hamado al a @ ponerse en camino, a encaminarse por el camino obra. Puede decirse quo es la obra la que llama, pet obra en tanto atin infinitamente ausente, de modo que llama es esta ausencia, la atraccién de Ia ob atractivo que no tiene a la obra por destino y a partir cual nunea hay obra, porque es Ia sobreabundancia Pobreza, Ia presién del vacio, la inquietud de nada. rida fuente es lo que se llama la inspiracién. Se dir& 4a inspiracion es la posibilidad de la obra, un poder artista, pero lo es a condicién de que quien la acoja Yuelva débil, renuncie a todo recurso, al apoyo del mi ¥ aun a si mismo, se convierta en alguien sin poder Bs una es sélo Bs el aire que hay que respirar: el va 49). La exigencia no hace culpable a quien le falta a absuelve a quien cree cumplirla; al contrari ell liber de todas las formas morales on vigencia, de todos lt | imperativos del “Yo debo", de todas las pretensiones del *Yo quiero” y de todos los recursos del “Yo puedo". Ne deja libres, y sin embargo no libres, ni privadosde libertad (libres también de la ibertad que nos encadena a nosotrs mismos), como si nos atrajera a una relacién que no es 02 poder (LV, 36). La exigencia no puede exigir nada a gies depuso lo posible, salvo esto: que por su intermedio habe lapalabra sin poder, laimpotencia del habla, perotambiés | la imposibilidad que est en el origen de toda auténtia | comunicacién. La exigencia es la exigencia de lo imposible | como imposible exigencia (LV, 40). En consecuencia n0¢ | verdaderamente tal, nadie puede asumirla, nadie Ia die y el escritor tiene que volverse nadie para recibrla (Yi 38). En la exigencia habla el lenguaje como relacién pt ajena‘ cualquier dominic, y habla sso a quien no baby para saber ni para poder, para poseer ni para domina®, & decir a un hombre muy poco hombre (LV, 41). Parecet incluso que el eseritor no puede responder ella sino bat el subterfugio o la creencia de tener algo que decir EL 49), como si ella se anunciase extremadamente en el "N? tengo nada que decir” que es en el eseritor la palabra dt la desgracia, la desconsiderada vocacion que se eseueht guando escribir ya no responde a consideracién alguns “Bl escritor se halla en la situacién cada vez més cOmit de no tener nada que escribir, ni medio alguno Pa" excribirlo, y de estar obligado por una necesidad * ‘scribirlo en todo momento” (FP, 9). Cuando uno no tet rnada que decir, nodice nada, pero en esta nada rerplandesy ain el poder de callarse, el dominio de af y la comunids dela comunicacién, ese intervalo que todavia abriga 21% ue hablan—sea en el idilio, sea en la hostilidad. Si die™™ 40 intervalo es en si precario, incierto, ambiguo (qué nos sgarantiza que la hostilidad no esté a punto de convertirse en violencia declarada, incontenible, y el idilio no se haya convertido ya en la palabra del desierto, la extrafieza que nos desvia atrayéndonos, atrayéndonos solamente al 4esvio?), es porque tiembla en él una nulidad radical, una desmesura de nada que ningun callar podria satisfacer. Entonces ya no puedo callarme. Pero tampoco me es posible decir algo. Precisamente, no tengo nada que decir. No se trata tan sélo de que me falten temas de conversacién; los temas han sido arrastrados por ol eslizamiento y el derrumbe de todo el lenguaje —la significacién, 1a sintaxis. “No tengo nada que decir” “quiere decir" que soy incapaz de hablar, que el uso del lenguaje se ha tornado problematico para mi, porque sélo estoy en relacion con él a través de nada, del vacio en el que se Pierde o del que no termina de salir. Sin embargo, se dir4, al menos puedo eseribir (he podido eseribir ya): “No tengo nada que decir”, en cierto modo he expresado esta desgracia que me afecta y afecta mi relacién con el habla Sinduda, pero cual es el sentido de esta nueva evidencia?, {Aué ensena? En primer lugar, esto: que si he podido ‘Xpresar la desgracia inexpresable, entonces lo inexpresable de la desgracia, es decir Ia desgracia misma, ha quedado intacta. La expresién y lo expresado Fermanecen a una distancia infinita, ae relacionan por lina ausencia de relacién. En segundo lugar, es dicha distancia es la que me separa de mi, que me 4€F uno conmigo, el desgraciado que (no) s0¥, come fitrara (saliera)'a la desgracia s6lo porque escribo ¢ jase ¥ la desgracia se expresara tnicamente por 1a ilistancia que hace imposible su expresion. Bn tercer lugar, esto: que si no tengo nada que decir y lo digo, digo tan sélo la deamesura de la nada que no puede decirse, ¥ finalmente no digo nada. De modo que “No tengo nada ave a decir” es una frase extrafia, una frase en la que la nade Mega al decir y todas las palabras dejan de decir algo LT, 46; PF, 74-5). Una frase tal no se pronuncia: se escrib, sin que importen los medios de su efectuacién. Quien tiene nada que decir y la necesidad de decirlo, perteneet | ese decir (un habla de escritura) en el que sélo se diced decir y el decir no dice nada. La literatura parece situarst aparte de cualquier otra forma de lenguaje porque hact de esta experiencia extrema su exigencia inicial, st ejercicio incesante, su imposibilidad vltima. Para Ja literatura, la exigencia se formula come exigencia imposible y lo imposible se presenta com’ exigencia. El lenguaje literario s6lo puede realizarse #1 entra en relacién con la imposibilidad. La posibilidad qut representa la escritura no s6lo tiene por condicién ¥ fundamento lo imposible (sélo de lo imposible llega lo po decir (UH, 71)), sino que su esencia esta en llevar s Propia imposibilidad. La imposibilidad de escribir ¢ condicién de posibilidad de la escritura porque It Posibilidad esencial de la escritura es ser lo imposible si Tealizarlo, llevar el imposible silencio sin cumplirlo, ¢ decir sin desaparecer en él (PF, 27-8). De alli que ¢! eseritor deba ser destruido.en sus dones, que sus potencis® literarias deban remontar a la nada de la impotencia q¥* es el origen de la escritura (FP, 11); pero de alli tambié® ue no exista lenguaje literario sin una denuncia de lenguaje por obra de él mismo, sin un tormento de n° Tenguaje o una busqueda de esa ausencia de lengua, ese lenguaje de ausencia que es su destino (PF, 30 y 255) Quien scribe mo puede escribir, escribir es pars 4 imposible, Pero tampoco puede impedirse escribir, je6™° dsjaria de escribir si nunea ha comenzado todeyit! Entonces escribe, pero no eseribe verdaderamente, escrib® ~c0 én, con indiferencia, con esperant® ‘osesperadamente —tan sélo para escribir 0, lo que 3 2 i nlsns para dejar de esrb come sel xeribirauténticn ‘tnfdndiracon tu propid desapariion, per tambien GSansielnvasrii eile podieae Hevaro Ta eoeritur Hy qe enone, entones, per guise de modo que el Shes autentico, Hacer dl ereribic un camino hacia Ff® la paciencia es.en todo casola impaciencia Padecida sin fin, la calma sin fin de Ia e 501) at desecupada (la desobra) de Ia espera (ef Zl Paciencia (vid. DI, 83-4; eft. ED. 101) : yoro-la pacisncin ost4 ligada, por Ia pasivided, a pectstte: Hea través dal detastrequece sorte terns i Hdea de tt El desastre, dice Blanchot, “nos expone a ciorta fasede's pasividad, Somos pasivos reopeste seh aessiee del se (un (ermina'de pasar, siendo el uo-rare sl por 1 2098) lo més eteranmente passions Cn ed rn rauebsslvidad os desastroaa por vero Parece decirme Setipeente SetshoTecl pacietetatlDrecise reese puedo dotemncinary tts Rodis Geren a pactoncis rue e-ooud Han ROS deriv uslieae tetas ear Sufrimiento, Rirpenmarrioad iota iu, ena inercia, ninguna espontaneided, lo, nadie puede ofrlo, de te sekmente lo imposible, el desastre lo die en mi, la paciencia lo sug encia” querrin docir “s6 pecionte’, de la Rime) “toma Ia paciencia", recibe 1a pasividad de juineis que te da el desastre y en ln que él se da. El Satie darfa ol don de recibir el don; la paciencia wchat(¥8e recibird como) o que solo se da. La paciencia 12, ae del desastre, en el doble sentido del genitive Tieie?-De all la relacion entre paciencia y eseritura mart © acoger el desastre, “formar” en lo informal @ pert lt superficie el sentido ausente del desastre, velar Pe irae contr nna” cusente dal deinen sing ieattetmiento del discurso y del lenguaje (ED, 20). El henge ations necesarimente In paividad de Ia sien el desarrollo activo, la Por cuanto supone « ; cena Teglada, la unidad de habla, la presencia “caracteres todos que ‘unto (la memoria de si mismo), “caract ave ie, tac dele paividd’, siempre dattuida tibeder, fuera de in unided, exteano'e le pariiom, ala sae Presente y a la representacién, sust ae ens cualquier sefal o cualquier anuncio sensed een lella(BD, 21), Peroln enertura esl diseurs: deen emia cl discurso hacia el sentido eats insie*8stre, vuelve el discurso hacia ‘au origen, ese putt due ests en su nombre y euya borraduea os seals del poder humana. Bacamindndose a4 getitura es nada més que la cont ausente, ol desastre wt; paciencin, Ni presente ni ausonto, el dosastre att en la escritura como el enamine ed st orcas os interapeisn pra ot ta raglZ2smentos), Blanchot 10 dice on sen es ‘lacién entre escritura y pasividad rors aoe otra suponen la borradura, la stoma earn S'Ponen un cambio de tiempo: nner ahead Son ra eeignd lla dexob?al {2% algo que no se cumple sine rio hubiese ocurrido desde siempre —la ociosidad VAC, iese ocurrido des joa de lo feagmentariy, tee neutro, 1a ruptura silenciose de Je ote (ED, 20). Repitémonos: Ia eser é neutro del desastre en In medida en que deja, enca- minandose, que la paciencia eseriba, aceptando set la escritura de In paciencia (no-eseritura); es més, si aidmitinas que es la exigencia de escribir la que escribe, aque sélo eseribe la pasividad de lo neutro, gedmo no ibn ser In escritura la paciente desobra del desastre? Sin embargo, no podemos conformarnos con esto. La pasvidad nunea es lo bastante pasiva, permanece siempre més ack de ella misma; la escritura solo reeibo y lleva la pasivida como exigencia, de forma que no habria pasivided “sino exigencia de pasividad, movimiento del pasado hacia lo aue no puede pasarae” (ED, 21). La escritura es nada mit ue un camino, un ejercieio infinite Qué serd entonces escribir “para mi" (ego) si por It exigencia estoy implicado como responsable en la Fespuesta que sin embargo no puedo dar? Eueribir ¢8 nogarsoa escribir, remunciara la eseritura, Dice Blanchot “Escribir; negarse escribir —eseribir por rechazo, modo que basta que se le pidan algunas palabras para ave se pronuncie una especie de exclusién, como si le obligaran a sobrevivir, a prestarse a In vida para seguir muriend. Eseribir por ausencia” (ED, 16). Sin embargo, jacaso 2° {mos en esa negacién el poder del no, en ese rechaz0 | autoridad de un decir, de un autor, y por tanto todavia (mds que nunca) la presencia del escritor en lo que dice ~su negativaa decir? Elrechazo noes lo suficientement® Pasivo. Pero cy sila enuncia no reehaza, si renuneia 802 ‘no deja de se # In negncién tajante y decisiva para convertirse imple abstencién,el retzaimiento mismodel deci. ino se convierte en la renuncia nunca pronancieda, a¢ decidida porque precede a cualguie™ * no ya'la denegacign sino la abnegacié® Hieacién que al mismo tiempo es dedicaeio2 el abandono del yo, 61 desistimiento det Quizs. Peroeseribir iitiad, la pérdida del ser? (ED, 2 , ‘uslloes renunciar a escribir, aun renunciando tai ‘st renuncia. Podria ser que quedara alls todavia us ‘ste reprimido, Escribir es mucho mas, es renunciar a iieadecscribir, no desear escribir, y sin embargo escribir Sudevearlo: ‘escribir sin deseo pertenece a la paciencia, Wpasividad de la escritura” (ED, 44). Se observa Ia lad de ales formulaciones. Pues si excribo, quiere tirque acepto escribir, que escribir es mi intencion, By icinymivolunted: si me niogo a excribir, no renunele ‘nidsty fimo menos mi novdeso de excibit ave mi ls de noescribir, reniego, de In escritura a 18-446 Sanciacaté referida yen la que tomaria forma. Sélo Porn €s posible no desear Gero ae ‘birsin deseo, no ya sin el deseo de escribit taste Ss incluso sin ‘deco de eseribir sin deseo? B stiamientos parecen errar el ¢@ ‘tedendemasinda importancia ala escritura, Gm la escritura una relacién importante, Me a au itamente es esta importancs ores Sttiatac en clos, Le primore que hay aeentndeeg {te:esribir,no escribir earecen deimportancia: foes o no tenga lugar, 1a escritura, came Ranchos, ia eneritura del dexastre” (SDs 18): 00, Pamente, no tiene importancia, eseribl= MO-TTTEs (RD, Jatt de eso se decide la relacign can Im '9.*No escribir” ya no remite aun tisiuiera‘a un ‘no poder eseribir": °® eco remite a vescribir” come al Par {titituira la negacién, Si decimos ae, 2G ‘Sabrurdo, pues eecribir es la decadence? desu ‘ uerer, la pérdida deb vai ers averse ed Maleate habremon de docie oe "22, (iaimestit ts signa todavia un cierto eiereiiQgel Parggta, eB *etlgencia) y “no puedo eres 2 opuest instancia, Ia relaciGn nostdlgica de un “yo* con el poder tao la forma de su pérdida, En todos ios cone tie sustibir s0"interpreta negativemente ¢ parte: tem eluntad, sea como posibilidad (ne query one {BPotencia ino poder) suyas, como poder te Is recacons game egacion del poder. Pero si intentavon wets guimstivamente, a parti deesa airmacionen monrnd sich 18 sua, no-eacrbirtal ver indique, enol nea Prder (DI 81, ean intehaiged na teeta eee Hye designs le afirmacion de lo entorgnente seme pruaness podemosvolvera lamar doses’ cnr so Boerne eesbalibdee feet atecery inser tr soo ei ts indiferencia del deseo (ef DI, a0 na rai indies 8° teria. ay quo ecribie” pooe perven h Reena cot TORSOe bins ccc tie seen tam pareriandd, el escribir no escriba, el noveseribie ans pelee (ae sted eetitura, puesio que séloes cfestode cesta ribir, no-escribir, vid. ED, 11- lo de otro modo: exeribir x porttgertibrian y soguiran las mismas (2 exPerimentar el fin silencioso de cotagets 2D, 878) of nc sym lenin 2 Pore demodones sac P er eonsiguients hay geen mie amino hasta ue tetibienoimportes nae nada, sélo ua Mno-seeribeyel cémmtng del ne sectin 7 6s pir sin habla, Per esto un escribir auténtico, ese esc tilencioso (cfr. ED, 88), escribir sin escribir 0 des-escribir (uenombra la paciencia de la escritura, la escritura del ‘esastre: ‘el desastre des-escribe” (ED, 14). af esencia del Ua paciencia no smstanteenel pensamients tperta desde el comienzo la. imotencl Jecimiento lero a anid que ne hee bra Purhare de a obra un ejecicio, el silencio que la obra ne tlanat porque’ es el encaminamiento de su eamino, Ya snprnamenteparaefeise wane jriiueantiee fu levar las palabras a su ausencia 6 tu slencio ¥ ‘abla ala inutiidad de toda habla, Blanchot hace 8838 25 zPeson de Joe Bousquet: “contaesrbi™ UP, 330) anunciando de exe moto lo que despues aera tevora, es decir Ia in-aceion, a noperancia que iB Sarge no es desistimiento cei sno todavia la y}sblidad de no eseribirentampostiiandde orb {26,28 un escribir de imposibildad, el imposible nox Sictbir escribiendo sin inseribiree, ¥ abe finalmente Sistuird “in oseritura dl derastre™,Peroeldexeserbi titéesshraota pacencia de la exritora, Toque Blaseh lnmaba ‘cntrnescribir, leva nocenariamente splete tn conraconatus, una ‘clrtaafemacn eo ot 18 ifmacin de aida on mi, de mf come patncia d da £31:26;cr ED, 17, passin), que falimentedemazinde ctimente quina) padriamos ligar a la rusttuclny 7 daar Poi ee Devaney sort rene a aa ‘oracconavus 0 derbrar contrat cmateen Plegue de ia rlaciom entre vida y obra = ineesante, os invita a pensarla —— Aunque dicha relacién es siempre ¢ fneuentra més que! wna formulacién MOT “terita como al margen o entre paréntesti a cbras, 9 bien una no cy constantemente interrumpida por el latir de lo fragmentario, en las Gitimas. A veces se trata de una alusién que se limita a subrayar una paradoja, como aquélia del acontecimiento de vida que sélo ocurre en el mundo del relato, u ocurre para que suceda el momento del relato partir del cual lo que sucedié se vuelve realidad y verdad (LV, 17), como si el relato precisase de un acontecimiento “exterior” para existir y sin embargo #e acontecimiento s6lo fuera auténtico por su existencia, en el relato. Otras, a sefalar una distincion decisiva (que sin embargo no reparte lo que distingue, no decide por la Juntura de su diferencia) que Blanchot nunca ha abandonado: por la existencia de un habla-otra, o quit Por la existencia de dos hablas (y hay dos porque la otra es siempre otra para ol habla-una, de modo que #02 siempre “la una y a otra”), es preciso vivir conjuntamente dos vidas: 1) la vida en e1 mundo, lade la impersonalidad colectiva que'es lucha por la verdad y la justicia en ¢! mundo y que correspondo al habla dialéctica; 2) la vida fuera del mundo, injustificada e injustificable, sin verdad, ¥ gue corresponde aun habla de escritura, Bl tinico servicio” de esta vida es que recusa la instancia que funda las relaciones engafiosas del mundo, nos ensefia 8 noparticipar delos“valores". Nuestra tarea, dice Blanch: no es Ia transvaluacién de todos lon valores sino el {dslantarnos hacia una afirmacion diferente, diversa d¢ ung icha dialéctica, 1a tinica estrictamente politica. D® SL J division casi insoportable, lo tragice. propio qucstro tiempo (RD, 87-8; eft. QC, 76). Si, dos somos 108 Sue vivimos y hablamos, mas como el otro es siempre ot? de une mt Sontolamos con Ia eleccidn binaria; la relacié® sstactoaan of¢s8\deshoce sin cesar, ‘er mas bien in 20 Pare MMS Ncerbesieseaegecioa® (ED, 71.2)-D8 ao eas MtleoNOGubradnlsmamaoe canoe nonbro, “tmacion’'n0 dialéetica que “responde™ por 1° 0 i iapmible de In vida humana, debemos decir que la étiea ames podrd para Blanchot “prolongarse” en una politica a plitics es una prac lurtante del mundo shetepaery aac de odor yom cone Snodoouna figura del trabajo de lo negative. toreltin no libora a la étice; la hace mas responsable, ‘eons tambien de no cia Aiken, reapo lime (au renuncia a evaluar, a valorizar, Yilbt, de dejar cl campo libre a la lucha politica ¢ ‘eligica por el valor. Sin embargo esa irresponsabilidad, fi renuncia es su nico mode de. ser politicamente Pomable, no responsable de la politica y su desting iMenclumbral de la politica, en st més acd siempre 78 Ghtreeado y jamas constituido, responsable por aa Simacion utépica, una no-politica que la politien maging Be su porvenit’ mas auténtico, Tal el sentido. que iteot encuentra en la palabra comunismo a partir de {Pttioncia de Georges Bataille. Bl comunismo Sin, ct a {isin en comin, eaa “comin presencia” que, earente &Voluntad politica (tomar el poder para reempla 1 mundana, se cumple en el mo campo de fuerzas, se define por 0 esta , por su itresponsabilidad jecidas), Jatt, reaccionar contra Las instituciones establecidas), ik {84 de inmediato realizada, y en cor ae nir, y en consecuencia no tiene Pr tiene sor declaradamente Mesencia suspendida y sin, poder, nae pstente, prenncta de pura inne (denen) oe ce nada, no pretende durar, inmediatamente di {itssibic, presencia del pueblo, dice Blanchet om op tide en que el pusblo mo se contunde com st EAeC teciedad.replamentadn, renenel hg cree Bomentineamente todo el espacio ¥ #50 *mPtTEe ign eer odo oePibereac au nnceldn ts lugar, que slo afirma wu libertad enon a’ hasta, que se le wiles a | SS __e Sistema de fuerza listo a desencadenarse), presencia {omunitaria o simplemente comunidad, “la combeided de {os que no tienen comunidad’, comunidad ave plantecrt Siempre el problema de Ia’ ausencia de ecmunided SzPoniéndosea ella en la afirmacién de una comunidad de iMgencis, ‘pero escapande asi, como por au cuasie Grrttencia, a la apropiacin de cualquier poder” (ord. Ci, en particular 11-2, 32 y 66 —Ia conenideds an abueblo: eft. RD, 86, 89-91 y DI, 385s, Se reconcce : ", compuesta a partir de “ls relectons10d8d” de aus intograntes, comunicados sia de Inna! modo de una pluralidad singular, | ejercicio Saiet 282 Delouse y Guattari llaman “micopaics™ Salvo Por esto: on el limite, la micropoliticn aecane ans “commnjntervencién en ios eatratos de poder; la inom titad", s6lo una indiferencia yuna noctalded buneasivas: El origen de ln diferencia qviza neve aie rurclZ2 eh Ins distintas|concapeionse aii cog ese sConsignts interpretaciones. Ellenguaje ententidocomo de. enn gPot Delouze-Guattari no seria para Blancho! dings, 8 definicion dltima y fundecere) del nab pomdeig ay, Palabra brata™ gue ningun ea-oe fa Sas ctea eters llepnriavasten neenter es sasets Solgar ORO aibalinCan settcictcisacete ct smeconta do -bragmatent of deine estatong ai siquiera de lo *reattuineaer por ello bajo él Dog sonia Sita. (Cie. Ad, sobre tone core 4y9. fa que (fq vivimos y hablamos. Ahora bien. avai eae Blastrve Sacre fe ine unde de 12 yt", mientras In soc oe ‘expulsa del Ge no slater B04 ava a tues 8 cxBule dt Puede habia A™POsble vivir sins ee ‘que tampoco 5° Onto 5, eneribnsng? He On Shay que hevlor sie osler, mm embargo nos equivocariamos si 2 fisiécomor simplemente a la vida" del lado del mundo y senebra” del lado del afuera. Hay tanta vida stentasiey i lade como del otro. Es mds, quisd tea geese eee Hi, file hay “obra” propiamente en el mando, enn mwaaimente el mundo “realisa” la ebra; y due nolo foe sri fuera del mundo, como exceso de vida tes l nary, teresahtz de satisfacer. La vida humana, In esistencie Enitde se coasting, an ooct menial ORT mabe 108 que In violencia del hecho de vivie hace quaint '* vida, ex decir, cusndoslewidettetaait ttemitentarse como imposible, ya sea que existe 9 se Tum, {tera de sus condiciones (aqusllas ate aes oe itten con vida"), ya que descubra en ess expuriote Maan eeraed ultima es la imposibiidad (PF, 259), La vida e021 imposbilidad y solo como tmponibilidnd ot nda jet sentido de I expresion de Sitsene Well: Lr Imundo com alhorigont erradoy eataods yl poder, valendo nal sons soo ngae de Venir, no-vida que en la vida es mas vida que la vida iaatione."aue no vive vida aiguna, talvo on tu siterramiont, iy que dutrfanment memos a ies slant con a erent pace 8 pulsacién intermitente, de antemano eae wren! silencio incesante, que es propia de sus times cr la'vivo de nie sure av au mn asa in arse nt qe cme eres at oe net6n, la ejemplarida ejemplo i mee ey "avid a vent went! CED, 9) 8 . ee 1a obra no dja de entar on relacon con la vida, porome relaciona con elle por una relacion noutra (Dir 88), ‘rolacién dovviada ‘por donde ae. afirma esto. que no conciernet (DI, 692), es decir, que no me concerns ¢ mt tgo,y sin embargo quiat sea deevio dela vida en a wide que "yo" "eo: puedo? cvivir" avo, come "oid Duosto que nunen es Ia vide" que vive": ¥ sin embargt tampoco, n pesar de todas las tentaciones, nov eth Permitido concluir que la obra simplemente afirma ext vida quela vide nove bastera para afirmar La firmecsh {ue et propia dela ebra no conserva la vida, mas bien Ie asta la malgaste ypor ooo dentruye la vida, puss erigt tan adlo la vivacidad que ereode la vida, lo vida come ‘xcana della mismayes precise reconocor entoncesquela Afirmacion ignora la vida, manifiesta una supreme indiferencia no solo por lida presente sino por el oda" dela vida, in enibargojustamnte de ese modo preser la vida, ln orerva come ol porveni del que provene, Vi sempre venideray ala espera de ella sma, De mane ue finalmente conviene decir que Ta atrmacion de Obra hace incierta ia vida, inceridumbre que es Ia Wat ‘misma, por lo cual eabe tambien preguntarse sino 6H vida la'que ha dado a la obra su incertidumbré afirméndose y a fin de afirmarse en ella como otra, vid? sempre otra que ox cbra, eceritera sempre otra tani "Eseribirdestruye la vida, preserva la vida, exe 486 2 rclrocamente, Exeribir no ene, alte, in Telacion con la vida, si noes por la intopuridad necessi que eseritura recibe dela vida, como Ia vida la recite la eacritura: un auoneia de elaign tal que le eset Por cuanto que serene con ella al dispersarse en ella 2° seams tread oe ey ‘ont® términos mas préximos a Derrida hablariainos # Telacin de ruplementaridad entre vida escrito ™ —_ luescritura es suspension o sustraccién de la vida, pero se firma como excedente o resto (;de vida?) en la vida; y al Blame tiempo, In vida es ausencin de escritura, pero se sfimaen ella (:y sdlo en ella?) como vivacidad sin medida, i allé nunca viviente Dealt ambiguedad caracteristica de Ia experiencia: tupeiencia que a veces parece fundar toda la fuerza de la thre en una insuficiencia de vida, a veces exponer Ia fuerza de toda la vida en la discrecién de una sola obra. Loscreadores, dice Blanchot, son fuertes en lo que tienen 4 debit, encuentran una fuerza nueva en ese mismo unten el que se deshacen en el extremo de Ia debilidad (EL, 48). Ellos se descubren incapaces de vivir, pero en Stinepacidad reciben lo imposible de lavida, el asombro ie la imposibilidad de vivir, y en 1a incapacidad y la ‘mpotencia “viven” todavia lo imposible al modo de una igtnsia desconocida que llevan hasta Ia experiencia de Una obra'y que los lleva ellos al afuera al que ninguna sbra, ninguna vida podria llevar. La exigencia es el don de ‘fuerza, ex fueres que arume en ellos 1a forma de 18 Tesponsabilidad con la que perseveran, perseverando sim Feder en la respuesta, la aseveracién de a exigencia. Lt Teaponsabilidad los destina, no a la vida, ni a otra vide ARs Seria la plenitud de. Geta para Ia ae Otitn Stcapacitados, stno alo quo Blanchot lama un cont” €* decir a unn nocpréctiea, a un habla de esertura (EO: ©). Si se nos permitiera situarlo (aunque aélo se Kay fein) del lade de la vida, este contravivie seri 0 Bo-vivie como lo extremo del vivie, tanto un mort Soeeig) ‘ono la imposibilidad de mori: exces de Que vive, excoo dal morir sobre el 04 remit Viviente, como morir sin muerte: ose ‘experiencia ‘tas proposicfones enigmsticas” (BD; 116) 67 ncia del a” sularidad exPé ye Sal mismo tiempo y en su singulasidad Cy Vivir en la eseritura, del escribir esa distancia por la eualla vida, lejos de interrumpirseen el ser viviente para que éste haga su obra, se expone ella misma a esa interrupcién, librandose entonces de sus condiciones de estabilidad, de seguridad, de su orden todo, a fin de que se 1a viva sin poder, puesto que sélose trata de una no-presencia, sin pretender nunea haberle wivido en primera persona. Experiencia, por tanto, que sélo secundariamente puede definirse come experimentacién (intervencién de la escritura en la vide), mas bien experiencia inexperimentable, “prueba de 10 {ue;no te da ni en el arroglo del mundo ni en la forma de la obra yasise anuncia a partir de lo real como desarreglo. ¥apartir de la obra como desobrar” (DI, 638). El desobrat opera, pero no hace obra; esta siempre fuera de obra, es|0 ue no se dejé poner en obra, lo que hace que la obra #¢ relacione con otra cosa, no porque la represente y la digs sino porque sélo se dice a s{ misma, diciendo de ese mod? $22 cosa otra como Ia distancia que la separa de si, 8 eiforencia entre las palabras y las cosas, las cosas ¥ ‘ casas, un lenguaje y otro lenguaje que indica el afuera- ES Gate afucra de la diferencia esta diferencia 6 eate diet del afuera lo que hace que el vivir no parezca estar nunca dentre de loreal ode la vida sino en la obra, en la promest ti I= obra: pero en cuanto tenemos la obra, enseguida et tide Ja gue parece contener en su exterioridad & que cana eto obrar, independientemente dela relaci i's gate mantenga con la obra (DI, 639.40). En resumet, connsbetiencla “onsiste*, “del lado de” Ia vida, en UO obra, on camo vida de pura pasividad; “del lado de” la nee Caer etobrar come paciencia de un escribir sit sos na senensribin). Contraviviry desobrac son soo lot cia iniea, experiencia del afuers fuera. Ambos, cada uno afuer® te fuera, designan lo mismo:¢! ismo y juntos en eat iercicio de la pacieneie deratafestndone asi como una etiea, del no-pode (GcHD/11y 18), Indudablemente, Blanchot ne ignora Sind alan violencia (mandate, terror, seduei tpn clria,empresn pretender hacerlgserinatadit “ahipcresta liberal al optimismo dialéetico", : Stu sigue rondo una forma del ailogo (DI, 140 Pebalabla que llamamoy"de eseritura no se define per arden Noman, slo presenta, y presenta nohaciend? teat nine enretando el sentido y 18 aunencia de 0 ae Sos no llama, o consituye um Hamad vacio, el ¢:2 ieanllamado que viene de ninguna parte ¥ que nadis fein, S08, AMA, 108-4) Um one, BUCS “Stubs de impotenci, parece serum habla 4 2.8 sla, Habla que no expresa aun suet 0 60 ‘ot sujto, no ae apodera de lo que dice, no comunica Senna no iransmive una consigna. Habla ae solo bab ‘Peeatando hablar (fr PE, 79 8). etrinan Setalemos tan aélo algunos rasgos que earackenen) Scamente a dicho habla, BL habla. 40 esertars tsarrola; xe interrumpe, calléndose En ents Sch) ‘ice Blanchot que no quiere imponerses 42 Femi trae ‘ilneia que hay en el arte de argumenttr ¥ Seco, ‘utoritarismo de la “retdrica” y las reglas det aotet Ge }orelcontrario, busca mantener la diferencia OA i, Inidad se resisteaconeluir no iene 18 IHS Egg) fist por entero hasta desaparecet OPO de aor ltr etura, dela Hove ath abled og per Uren ela, de ind ela ie an rig Ne intentan apropiarscla, converte 7S Spon poderen, 525.3), 8 acoptamon llamar ‘POMBE 2 poli 8 fons dee ue ia srortura 20 2 canta de ‘Mas, ni siquiera ye “lo que uella né slitico”> ella: 4 itividad, 244° con lo Pol tal au inransiiidnd 480s ‘star mas que emf 1" jauacionéndote por un desvio que significa la renuncia a cone quilt: @ participar formando parte (un “yor ca el cane de un “nosotros") y que designa el tiemss de une ener: ls espera don tiempo sin mi, como decis Levine, inbatieteln *postica” con que le excriturs dif cane impaciencia politica (ED, 71-2). St, el habla te tare eon cte intransitiva, “inutil, vegan se ‘he dich ¢ Treaudo. Pero la comprenderiamosmalsi no advirtiiers srefalt a! mismo tiempo la transitividad més pacer te red an El tuibla sda ebtittara yernianoce ec st-oncir Fara ct due ya siompre ha salido de sf; std on at come {rors dof, sale asf misma al modo de un serves coms URSibOR Ad attledcta Iiedadtal detente datetidad de ser siempre mas menos) que cine onana ne qimndo otra oes que ean demasia (ort oinen excluye de toda “cultura” (efr. LV, 225; PF. 209, RD, 63-4; DI, 537-8 y 61733) La transitividad no se define por la “expresién” o la la “ex-posicién” entendida como “de-posicién” de si. La transitividad es lo que Ilamamos don. El habla de escritun =, esencialmente transitiva, es un don, tan slo es strb tte aE don no constituye uae peseiime Sree atel etleenstiedabedgenat aren oon Be nana Be tet libre, No sloine doy pe oa lace Fe Re HS eR Get hcealeee ee Eragioustransferencia que unduenetetne cosa en deudor, guardéndose ‘tu deuda y dejando abierta de ese modo, para Siempre, la inagotable economia del puede coht® el don tampoce es eles ae sare rede consisitir en ase, Pues ello supondria o bien Feelbe erettrbuyéndore ie'qus povgystbondia. bien ™ descargarve do Ia carga que une siempre e* 78 Repecto de s{ mismo haciendo cargo al otro de una deuda juuumible. Sin donante, sin objeto, el don también care dedonatario, No eres gra o fastidia sits indiferente este regalo, que te aduefas y apropias 2iates uso 0 abandonas y olvidas y destruyes los regalos, teat? tH quien recibe ei don, pues el don no se recibe, se reg eetibe dindolo, como si alguien en tilodiera euando qa nzttibirlo, El don no tiene lugar en este mundo en el safes hombres se dan las cosas —mundo de la posesiGn {Jlintercambio. El don aélo es tal si es don de lo-que no ‘Poses, no de esto o aquello sino del don mismo, den que meettréa siquiera el acto de dar sino que da “el dar fismo del dar” (Derrida comentando a Levinas, vid. HA, 44: “Don del don’ como dice Blanchot (ED, 48). Pero no eetmos entenderlo en el sentido del dispendio, del dsspilfarro. El don no ve define por la superabundaneia sh? Por In sustraccién, el retraimiento, a oculta iany el posettt® de si; designa “la pasin pasiva que no deja el Poder de dar”, Y por lo tanto encuentra su sitio alli donde fetengo nada, no soy mas (ED, 79; cfr. CI, 17 y aD ie nae eons Ro Puede “darme”, ser sujet objeto del deretcmento del don (ee que el don no on tan ale don or acntecimiento,y por tanto no acontece como ta)-Es penicto fambién que tnicamente we da 10 que no me Pertenece, ef 10 afuera o el afuera del ser ( Be ie) jecir el tions 0, en la medida en qu ts decir el tiempo, a tempo, en in medida on ae ree, et mo, “el lapao de tiempo” oe terval ol vivir {eumorir qu nose confunden con mi vide con mimuete Sno con mi ausencia munca lo suficientemente ausny ~lspasividnd de ln paciencia (ED, 78-8; PAA, 100 Se trata dela definici del don como desintrss [térmala de Levinas que Blanchot ex! ° 1a perversion (cfr. ED, 95). Pero conv Blanch Yertiente del concepto, aquella Pet ‘proxima a Bataille. El dom ” experiencia, se da como experioncia, al tiempo que la experiencia se concibe como don, La experiencia n don Porque se dé, se transmita ose comunique, sino ante toe Porque no es nada fuera de esta. comumicaciOn, La experiencia no tiene lugar en uno; no\em experiencia Ha ser al mismo tiempo experiencia dela insuficiencia individual de experimenteria, de la imposiilided de experimentarle solo, en Ia solitaria autosufcienca del «a0. La experiencia tiene lugar cuando se comparte sega ans afirmacion impersonal y matiplo, en lo que Blanchot Nama el afuera, La impersonalided noves aqut la keneralidad que borra las diferencia sino la singulaidad ue difiere de todas las pertonas del paradigma; y el fuera indica no ol lugar de reunign sine el nouger due 20 Fetine, no comuinion, De modo que a! la experiencia et experiencia de la imposibiidad demi soledad come individuo, es también experiencia de ta imposibilidad de compartir dche soledad no-individual, hacer de ella una Soledad en comin. La experiencia no se comparte (es desi no tiene logar, noes experiencia en absolutoatnexponerse a la imporibilidad de compartir, comparticndore finalmente tan s6lo Ia imposibiidad. Ln imposbiidad determina todas las instancias de lo que ironicamente Mamartamos cl “eaquema de la comunicaciin de It experiencia. Es imposible que yo (ego) la experimente & mf, es imposible transmitirla segun la yeneralidad del habla; en consecuencia es imposible, pera Bi comunicértela, para ti recibirle; sim embargo bay ave siiadir: salvo como imposibilidad, pues In imporbided seha convertdoen comunicacion, ca eontenide"y medi” 4 omuniatén(comunicaion deo incom eae 4 incomunicabilidad misma). La experiencia es i imposibildad queseda, pero elinse dasa te rponhliad maposiilldadauese da, peroctlase dn a impoul Somes devia in embargo hay. que dara sible; es imposible revibirla, ¥ & 80 —— cmseevencia hay que darla sin certidumbre y sin Speranza, o recibirla a pesar de todo como lo que 80 tmresponde dar sin una transmutacién esencial (vt 16929; cfr. ED, 13 —la soledad) cess Ba site, tanto si decimos que el don don del vivis sl moririmposibles (In imposbilidad de vivir y mo fons i deci ue ox don'de la imposible voledad del idviduo (a imposibiidad de una soledad o soles), em is palabra, st decimos que el don ex don del ser come inponiidad, zno estamos diciendo que el don a8 el dor dela deagracia? Blanchot eacribe: "El dsastre es el don, ul donate: on como x traspasara el ser 61 20 $07" AED, 19, El desastre remite a la desgraca on la magieg th que nombra lo neutro, Pero debido a que lo newtro s¢ Aine por su ambigedad, debido a que e8 la ambigveaee indinida, ol denastee permanece ambiguo, Por uD I6ee Gila desgracia como ausencia, pero por otro es ia ausencia Se deagraca; por un lado esl llaga sin herida y sn EolPe Feropor otro ex el golpe que no hiere, la earisia sin oe 69 SHlogar vacfo de todas nuestras lagas. Exe es el Ste don del desantre: no la deagracia, vampoco su abaliclin, S6lo ln dutaura de Iu deageacia, el dulce desastro (Dy 10, 4);no la muerte, ni la vida con que vivo (eoporta Y 2a) ere mere aplazada, sino e vive que se canfnd 6 5 ‘orir més ligero (PMA, 161-2) 1a igerozs de MOE Het tonfande con la gombra den vida, 21,000 © dooehely Viinte hasta mnie" (ED, 40,6 Preeti ser lanchot Ja vida, por el contravivir. més aebil (lo, 458 Yigg decomine “ia debiidad humans’XED, 327,209 terme brecaria: numea presencia de vidas ormos” uego al préjimo para que viva MONT aaa de (D, 77), "Bl don no es don ae sino det imposible wivir que vive sfaG, Alita ambiguedad del dom P ‘iguen siendo insepartblets tan. 00 si fuera preciso padocor una para dar la otra, como si el don de ésta no fuese mas que la paciencia de aquélla El don se da en el habla en la medida en que el habla os solamente lo que se da. El habla es Obra, en el sentido que Levinas otorga a esta palabra: “La Obra pensada radicalmente es un movimiento del Mismo hacia el Otro que no retorna jamas al Mismo" (HOH, 50) Indudablemente, Levinas no se refiere a la obra llamada “literaria” o “artistica” sino a la estructura fundamental dela ética”, yjamas admitiria aproximar dos experiencias para él heterogéneas. La experiencia artistica constituye el develamiento por excelencia de la “esencia”, yen tanto tal la culminacién y el eumplimiento de la ontologia; 1a experiencia ética se define en eambio como relaciéa con el otro *mas alld de Ia esencia’, y por eso funda o més bien constituye por sf misma la *metafisica”. Levinas caracteriza al arte mediante tres rasgos eapitales que tienden a oponerlo a la ética: la forma como totalidad sin referente, inmenencia aélo referida a mi gozo —que #® opone a Ia trascendencia del Tnfinito como exigencia del otro a responder por él (Idolatria de la forma; la bellext como fachada seductora o exhibicion provocativa de It ‘oscuridad elemental de la materia —opuesta al “rostro” como exposicién desnuda y sin embargo pudica en 18 medida en que permanece retirado en su otredad Umpudicia de la belleza); 1a obra como enajenacién del autor en una red de sentido que no domina y abandono del sentido, sin la asistencia del autor, a todos los equivocos todas las arbitrariedades, todas las usurpaciones de la interpretacién—to que xe opone a la presencia suplicant® ‘del otro en el rostro y a la correspondiente respuesta en ¢! Decir, en la medida en que en ellos el ‘expresante esté Presente en su expresién y Io expresado coincide co” It initarsos ama Unexpresividad de la obra). Part ‘imo rasgo, el que més inmediatament® 82 J interesa_al problema del don, digamos que la ‘inexpresividad” que Levinas reprocha a la obra artistica tes parece designar precisamente In discrecién que es propia del don, la discreciGn con la que el autor renuncia “aserel eontemporaneo de Ia conclusién” (Levinas, HOH, 51, la que conduce el don hasta esa “proximidad de tueria que seria el rasgo mismo de darle todo” (ED, 80, laque hace que la obra misma desaparezca dandose, sea séloel don sin reservas de la desaparicién, el “movimiento sinretorno” del don. Se advierte entonces que la palabre ‘sbra” ya no designa un objeto (el presente dado) ni un &eto (la donacion presente), no designa la obra sino “te tusencia de obra’, Ia “desobra” como don de ausencia, Sin Auda, el don se da en la obra, pero la obra (aun la “I ‘el don nel sentido estricto que tiene en Blanchot) no = Eldon os la desobra, es decir el habla que todavia no es todo de hablar, el habla sin palabras o Ia eseritura tie habla (cfr. ED, 88) del afuera, dada o brindads thiolutamente, y_ por eso ya perdida de antemas intasendente en la medida misma de ax ascends, Iroalmonte exter ty a mt, a at mama, PMA, 169): Nato ilenciono. que “para mfr os Ta exigencis 4p inpoubiidad det silencio 9 por tant Ie peacia alar, de cscibie)y spaza titel silencio dele Gx Y¥delu imposibilidad (fe. PMA, 78-9 80); laimpon mente acallada, Finalmente silenciosa, In exigencia finalmer i aiento Tete lense ia ens mtttalarae toner aria han eonvertae, ete et Tate La desgracia de la escritura da 106 ee dated eran apaciblemente. La lectura ex esta 10s 20g constituye el misterio del don mismo. Misteriosa sobre todo porque ta lectura no transforma ni agrega nada, no se afiade ni se entromete en lo que lee, lo recibe sin cambios, sin preguntas, sin apremios. La lectura es acoptacién y acogimiento, afirmacién en la que sélo se Pronuncia la obra y el don de la obra. Es lo que Blanchot Nama ‘el Si ligero, inocente de la lectura” (BL, 184) el recibimiento del don, el don de Ia afirmacién Leer no es comprender ol sentido de lo escrito ni rebuscar en lo escrito un sentido oculto. Por un lado, leer se sittia més allé o més acd de la comprensién” (EL, 184) Por el otro, consiste no en golpear a las puertas dela obra interrogandola por sus presuntos secretos sino en atender, en ofr y responder al llamado de la obra, en oflo respondiéndole (EL, 184). Autor y lector dependen por igual de ese llamado, ambos reciben de él su existencia y 4110s iguala al orientarlos hacia ese punto comin que & ¢l de su comunicacién (efr. Paul de Man, CIOC, 394-5): “Detras de las palabras que se leen, como antes de las palabras que se escriben, hay una voz ya inseripta, 20 ofda y no parlante, y el autor estd, ante esa vor, e9 igualdad con el lector: ambos, casi confundidos, tratan de Feconocerla” (DI, 610). Bl llamado silencioso de esa vor ue impone silencio en el ruido general, aparta al lector de las relaciones mundanas, vulgares,y io vuelve hacia ¢l espacio de la lectura, el lugar de la aceptacién, en el que 1a obra se pronuncia, La lectura es Ia residencia en este espacio, la habitacin del Afuera. Alli “el aire falta ¥ ¢ suelo vacila", y sin embargo ella encuentra, “presencia tranquila y silenciosa”, Ia paz recogida en el centro de Ia tormenta (EL, 184). {Cémo es posible? Solo por und conversign esencial, que eonsiste en despejar la posibilidad en el seno de lo imposible, Tal es el sentido de la *inoe 1a lectura es inocente en Ie sencia” propia de la lectus medida en que es inicio, Ia on ‘uyaesla inocencia del inicio. Leer no es saber leer; saber leer es no leer a partir de un saber generalizado por ‘mticipado sino a partir de un don “que cada vez hay que ecbir, adquirir y perder en el olvido de si mismo” (EL, 1960). BI saber de la lectura se parece mucho a la ‘gorancia en la medida en que es un saber que no epende de sf mismo, no se sabe a si mismo, no produce Tetultados, es nada mas que desaparicién y olvido. A Betardetodo, no hay alli ninguna carencia, ningun defecto. Setrata, no del no-saber, sino del saber de la inocencia, el utes propio del comienzo y se define por el recibimiento lo nuevo, 1a audicién de lo inaudito. La lectura, dice Blanchot, “empieza con lo que lee y descubre, de este ‘todo, la fuerza de un comienzo. Es acogida y audicién, no Poder de descifrar y analizar... No comprende (propia Bente dicho) sino que oye” (DI, 498). El comienzo indica tlarrancamiento de 1a obra de la indecision del ‘eeomienzo, la ruptura con el origen siempre retraido en % Propio sbismo, Ia fundacién de 1a posibilidad en la ‘nposibilidad del fundamento. Es indudable que de este ‘odo la lectura designa menos el hecho mundano conocido 1eeeocible que uno de los momentos o de las exigencias {ustitutivas de 1a obra y que actiéan o luchan ya durante Jagénesis de la misma. La obraes el exaltado antagonisme de la posibitidad del comienzo y 1a imposibilidad. de ‘eeomienzo, la exigencia de leer y 1a exigencia de escribir Aatagonismo que las mantiene reunidas o ‘comunicades, Ber su oposicién inconeiliable y que sélo finalmers Mumiré la forma personificada de lector # Suit fislogando por la mediacién de In obra (BL, 187, Go Ietura es en primer lugar un momento one Oct, lnescritura misma, el“eomienao” mismo de Ineser to Ssemomenta, guid enauela errand Se Tacha ene anbas exigonan, Por exo dice Blanchot ave un 0 NBs See: leido es un libro que todavia no esté escrito, Leer no es escribir de nuevo el libro sino hacer que el libro se eseriba © tea escrito, sin nadie que lo eseriba. El lector no se agrega al libro, pero tiende a liberarlo de todo autor. De ese modo, el libro, totalidad siempre presente, en la forma que sea, y presentacién de una presencia virtualmente presente, accesible y representable a través de Ia lectura ue lamariamos no-literaria (fr. DI, 648-50), se convierte en obra, presencia inmediata y por eso inmediatamente ausente, aislada y solitaria, huérfana, inalcanzable © sible que se nos expone en silencio, ese silencio que 6 la palabra en ella y con el que ella dice que es, y nada mas BL, 181-2). Lo que desaparece con el autor no es el vacio. o Ia distancia constitutivos de Ia obra, es ol cardcter “negativo” del vacfo, el que parecia significar el inacabamiento, la no-realizacién de la obra, su fracaso 0 su imposibilidad; el vacfo es ahora la presencia misma de la obra, la afirmacién de su ser, el latido de su coraz6n (BL, 192). La lectura nace en el “momento en que It distancia de la obra respecto de si cambia de signo y yan indica su inacabamiento sino su realizacion, yano significt que atin no ha sido realizada sino que nunce hubo de serlo"(EL, 189). Es In afirmacion de la lectura la que opera el cambiode signo dela distancia, la que convierte el vacfoen presencia Afirmar Ia obra es ante todo aceptar la forma tinica en Is que s¢ nos propone, puesto que lo que ella signifier coincide con lo que es (FP, 120), su existencia es su sniet signifieacién (FP, 182). Afirmar es dejar que la obra sea ue es, dejar libre a la obra en su ser. Pero la libertad & todavia insuficiente para caracterizar esta relaciéa. Dele” libre” designa aqui una imposibilidad, es dejar libre libre, lo que esta libre de mi, més alld de mi poder 4¢ dominarlo (LV, 36-7; EL, 186-9). “Dejar” quiere deci ues, “dejardedejar" dejarinelusoel dejar como iniciati”® 86 ytarea. En este sentido debemos entender el “hacer” de la leetura: es un hacer sin hacer, hacer de inaceién y de Tealizacién infinitas: “No hace nada y todo esté realizado” (EL, 184). 0 mas explicitamente: “Ia lectura no hace nada, no agrega nada; deja ser lo que es; es libertad, no libertad que da el ser o lo toma, sino libertad que acoge, tensiente, dice si, sélo puede decir af y, en el espacio abierto por ese s, deja afirmarse la decision trastornante de le obra, la afirmacién de lo que es, y nada més (BL, 189) La afirmacion es el movimiento de comunicacion por el ual la obra se comunica consigo misma en el afuera de la distancia, Solo on la comunicacién se afirma Ia abra en tanto obra. La obra se realiza en la comunicacién, pero Quien opera Ia comunicacién ea la lectura. Por eso Blanchot, siguiondo a Mallarmé, lama a la lectura 1a “operacién”, el devenir obra de la obra (LV, 272-3). "Leer wes entonces obtener comunieacién de la obra, es “hacer Aue a obra ne comunique” (BL, 187), mantener en toda sv Pureza la distancia por la cual a obra se comunica consige> demado que es La distancia misma la que termina la abra ¥.al apartarla de todo autor y'del hecho mismo de haber Sido creada, Ia muestra tal como es, en la singularidad de Suquees. Pero i dataneia —aintanci dea obra repos de i mioma, respeeto del lector, del mundo on curso, ds las otras obras~~ fija toda Ia responsabilidad y todo 6 Fesgo de la lectura, $i éata mola preserva, ila colma cot tn io ae vator, com ol valor el 3 tig rmaforma, Lo que en ella era comuniencion consite misma se vuelve comunienei6n de algo; en Tugar de sos forza del comionso, se vuelve cosa que comienES! <5 Ti de ser afirmacién pura, sin contenide, de ar tigog mid, te vuelve ratidad aubsistonte, plone 08 eto ue recibe del movimiento MisteNer: rondo. Tal serdadera y atil como 188 | | | | | ee reservacién es dificil no s6lo debido a que Ia desaparicién ¥ la disimulacién pertenecen a la esencia de la obra (ZL, 194-5), sino sobre todo a que el vacio de Ia distanc Fecuerda aquel vacfo que durante la génesis de Ia obra sefialaba su inacabamiento y constituia la lucha de sus dos momentos. Llevado por el movimiento de la lectura, el lector vuelve a las diversas prefiguraciones suyas que anticiparon su presencia en Ia experiencia del libro; ste deja entonces de parecerle necesario, recupers la indecisién la incertidumbre, lainseguridad y lainquietud del comienzo, de lo que atin permanece en sus comienzos (EL, 190-1). La lectura esta vinculada ast a la vida de la obra, conserva todo lo que esté en juego en la obra, y por ‘es0 lleva y soporta sola el peso de la comunicacién (BL, 198). De alli que la ansiedad, In desesperacién 0 aun la angustia no estén ausentes de la lectura, a pesar de lo que el mismo Blanchot parece en un momento sugerir (vid EL, 179). Leer no serfa menos loco que escribir, como Mallarmé y Cervantes han ensenado suficientemente Anota Blanchot: "La angustia de leer: cualquier texto, poF importante, ameno e interesante que sea (y cuanto més Parece serlo), esta vacio —no existe en el fondo; hay qu¢ ‘etuzar un abismo, y no se entiende si no se da el salto” (ED, VD). Sin duda, lo maravilloso es la seguridad, 18 ligereta, la indiferencia con que se ejecuta el salto, com si el salto no fuera nada. En verdad el salto es tan sélo el movimiento propio de una lectura activa, productiv inventiva si se quiere, pero referida siempre al sentido ¥ a ln obra como sentido, a Ia posibilidad del sentido y a !# obra como posibilidad. El salto es aqui el salto de I8 Posibilidad por sobre el abismo de lo imposible. El salto" Siude el abismo, lo eva con él ala firmeza de un comien2®- Ror eso el abismo se afirma en el salto y el salto adquier® impulso sobre el abismo, De allf la velada angustia de lt 88 desenvoltura en el movimiento de saltar. Pero hay otra lectura u otro movimiento en la lectura. No ya el salto de Islectura activa sino el paso de antemano borrado en la huella de un vacio no abismal, superficial camino 0 excaminamiento de una lectura inactiva, indiferente al sentido y sin referencia a la obre que seria la lectura de la desobra o la paciencia de la lectura, Escribe Blanchot: “Hay una lectura activa, productiva —produciendo texto Pilettor, nos transporte, Luego la lectura pasiva que traisiona el texto, pareciendo someterse a él, dando la ilusién de que el texto existe objetiva, plena, Soberanamente: tnitariamente. Por iltimo, la lectura ya % pasiva, sino de pasivided, sin placer, sin goce, ae faldria tanto de la comprensién como del deseo: seria como la velada nocturna, el desvelo “inspirador” en el que © oyera el ‘Decir’ mas alla del todo esté dicho ys Pronunciara el testimonio del dltimo testigo” (ED, 88-9). No ntentaremas eomentar ese fragmento, Resumamas {ej los rasgos propios de la experiencia literaria tal fomo Ia escritura, la leetura now los han ensefiado. La sseritura busca la obra y, disimulada en esa busqueda, és alld de la obra, Io que no puede buscar més que indirectamente; asi re afirma en la escritura la busca sin busqueda de In desobra, el desobrar por el que el escribir {escrbe pero desescribe,enribe sin eserbi.BLeserit sca la abra y obtione un libro; Ia “diferencia” entre und Yotraes la “halla” de la desobra; sin embargo, el eseritor 10 puede interpretar dicha diferet Jnconclusién de la obra, y por tanto desobra en tanto es lo que a0 8° di confunde para él con la obra ausente, toda La lectura hace que el libro se convierta én ‘ue la obra se eomunique consigo en el diferencia o su distancia eonstitutiva ¥ 8 ‘modo como la obra que a mela me que como in qusencia decbra a poner en obra) #6 4 .via irrealizada. de la obra en tanto obra todavia ausente; Ia lectura lee en el libro la ausencia de obra, pero la produce como obra ausente 0 por venir; no debe confundirse Ia ausencia de obra con la obra ausente, que es la presencia de la obra la obra ausente nombra sin duda lo imposible de la obra, pero mantiene de ese modo la referencia a una obra imposible, mientras la ausencia de obra significa, ante todo, el extravio de dicha referencia; la obra ausente es, todavia el porvenir de Ia lectura en Ia medida en que exige y soporta una lectura por venir, la ausencia de obra es ya el pasado de la lectura, es decir, no sélo aquello que, sin estar en relacion de presente consigo, nunca lo recibe Un solo lector en su presente de lectura, sino lo que tampoco hhabré sido lefdo en la pluralidad del futuro anterior més, que bajo el ardid de su conversién en obra todavia ausente, de 1a que sin embargo se ha retraido, se rotrajo ya como desobrar en la paciencia de la lectura (oid. DI, 647 s.—el libro, la obra, Ia desobra, In lectura; cfr. PMA, 60 —el tiempo de Ia lectura); es la paciencia, Ia pasividad de la lectura la que des-escribe en la escritura; por eso dice Blanchot que la lectura constituye “el trabajo ocioso de la obra” (CI, 34): 1a lectura es el gar de la desobra. Con la lectura no sélo hay un cambio de signo de la obra sino al ‘mismo tiempo una transmutacién (sin mutacién) de Ia desobra misma. La desobra atraviesa todos los “momentos de Ia operacion: 1a escritura recibe 1a desobra bajo la forma de la exigencia o de la invitacién a escribir y da la desobra disimulada en una obra inconclusa, irrealizada © ienposible; la lectura recibe la desobra en la presencia de tuna obra ausente y da la desobra como la prome: obra por venir. Lo que se da al recibir, lo que se recibe al dar es siempre la desobra. Pero desde ia perspectiva de I8 @scritura Ia desobra es todavia ese hacer infinito que 1° Slo con la lectura o como lectura se conviert® cer por el que todo esté hecho. En este sentido dive Blanchot que Ia lectura es 1a gracia de In eseritura. Laescritura da la lectura, vuelve a dar lo que recibe de tla, puesto que la lectura da el des-escribir dela excritura Sies cierto que “escribir es renunciar a tomarse de la ‘mano o llamarse por nombres propios” (ED, 104-5), si es Gite que aquél para quien escribo es lo desconacido, el “testigo sin testigo" de la escritura, es decir Ia vocacién 0 Winvitacion misma a evcribir (CI, 36; eft. UH, 69), riba en mi tentonces escribo tan sélo para que el otro no ese lugar, y finalmente sea esta no-escritura (la lectura) la nica que se excriba, se desescriba, sin inseribirse. La lectura ex la gracia (el don) de la escritura quiere, pues decir: Se da la desobra. La desobra desobra déndose: a la lectura, a la escritura, En relacién eon Ia desobra (que es ‘a Gnica que las relaciona), lectura y eseritura entabla fsa relacién sin dependencia que Blanchot Mama la Ganistad (RD, 258; eft. CI, 36:8; ED, 30-2, passim. y. citamente, todo DD, Escribir, leer por amistad, por ‘amistad a la desobra: tal seria el ejercicio de la pac Marzo 1996 Relacién de abreviaturas Marie Blanch anchot: CI La camunided inconfoable, Méxie, Voss, 190 Bret Side inconetuao, Caracas, Monte Avil 3970, aa Ce aioe ara del detaste, Caracas, Monte Avil BL Bl eapacio literaro, Ba. Aa Pale, 1268. Fe ars pan, Valin, Pre-test, 1977 LEVI libre qu vendre, Caracas, Moni Ail: ce port da fu, Pari, Gallimard, 1948 Fe ra et mae all, Barelons, Pade, 1994 PMA pee dre ov, Bio WA, mayo 3988. Oe ei actos dicen, Mand, Taurus 1976 Be tsablar” Rev. Uma Reino N21, lio Paid, 1988 He Min, 1090 Pretenton, 1988. 1908, Cues Deleute; LS Lagi dl enti, Bagels F Poatparlrs, Pari, kas ati 6. Detouzey F.Gunttark MM MEH mesata, Valencia a foe, Mai, Aang, 2985, suquesDervidn: Sb ent momento minso on ore erable Doss eo sGimohotar ty rst, aren eptementne Aathropos. Michel Fouteolt; PA “EI penta ia oc rt ct are bo oe Cn Mert Bod Mumaniomo del aire hombre, Mb, Selo XXI let ators’, Rev, Paradaza N°, SMB Sur Mource Blanchot, Monel, Fata Mores pocitan: —__C1OC “ta crealardad de a itarpratacén 0 a ie Blanchot Haw. oo 238, Ages 1981 BIBLIOTECA TESIS/ENSAYO Modos del ensayo ‘Jonge Luis Borges - Oscar Masotta), or Alberto Giordano Artefacto, por Nicolés Rosa El relato de los hechos. Rodolfo Walsh, testimo Por Ana Marfa Amar anche La experiencia narrativa r - Felisberto Hernindes Por Alberto Giordano (Juan Jose Sac Manuel Puig), La edad de la lectura, por Juan B. Ritvo ‘Seis estudios girrianos, por Sergio Cueto Felisberto Hernandez, por Jorge Panesi Vanguardia y cosmopelitismo en la década del Vente Oiverio Girondo y Oswald de Andrade, Por Jorge Schwartz De pronto, et campo ‘teratura argentina y tradicién rural) Por Graciela Montaldo a Polémica y estrat. ¥ eatrategias narrativas en Amé (José Maria A "guedas- Mario Vargas Liosa Rodolfo Walsh « Ricardo Pigiia), or Rita De Grandic ca Latina Astrologia y fascismo en la obra de Arlt, Por José Amfcola La forma del destino (sobre El Beso de la Mujer Arata), or Juan Pablo Dabove La sensibitidad amenazada Fin de Siglo y Modernismo, Por Graciela Montaldo, Roland Barthes. Literatura y poder, por Alberto Giordano Borges, ocho ensayos, or 8.Cueto, A.Giordano y otros 2Fuera de contexto? erencialidad historiea y expresién de la realidad en Borges, or Daniel Balderston Refe Lumpenes peregrinaciones, or Adrién Cangi y Paula Siganevich (compiladores) ‘Supersticiones de linaje, por Elisa Calabrese y otros Marcar la piel del agua, por Laura Scarano y otros De ta forma a la informacién, Bajtin y Lotman en el debate con cf formatismo ruso, por José Amicola, Traduecin como cultura, Por Lisa Bradford (comp) The borrower must return ths item on or before the last date stamped below. If another user places a recall for this item, the borrower will tified ofthe need for an earlier return. Non-receipt of overdue notices does not exempt the borrower from overdue fines. Harvard College Widener Library Cambridge, MA. 02138 617-495-2413 See es te 5 oa hae /WIDENEF) WT 92g, / SEL abi Selanne ston ceteo | Faller Grteos Nuovo Ofeat Vet etapa ae Please handle with are. “Thank you for helping to preserve iray collections at Harvard ies: l lO

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