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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ANÁLISIS SEMIÓTICO DE LA PELÍCULA


“THE WRESTLER”

Curso: Semiótica para las comunicaciones


Profesora: Celia Rubina
Alumno: Carlos E. García Lazo
Introducción
Darren Aronofsky nos presenta en ‘The Wrestler’ la historia de un luchador de catchascán en
decadencia. Randy ‘The Ram’ Robinson es un hombre que se dedicó a la lucha libre hasta llegar
a la cima, para luego caer en el olvido y convertirse en la sombra de lo que alguna vez fue. ¿Qué
hace este hombre lejos de la gloria que algún día alcanzó? Se dedica a vivir del recuerdo ¿Puede
este hombre realizar alguna actividad ajena a los cuadriláteros? No, y a lo largo de la película se
le ve en diversas facetas que echa a perder por su falta de capacidades: se podría decir que
solamente vive para luchar en un ring, para entregarse a un público que corea su nombre en
cada velada de patadas voladoras y contra lonas.

¿Cómo llegamos a los 15 minutos finales de film que se pretende aquí analizar?

Empezaremos diciendo que Randy no tiene un trabajo fijo. Lucha en pequeños coliseos de
colegios o preparatorias, de la mano de luchadores jóvenes que tratan de avanzar de a pocos en
el negocio de la lucha libre, junto con otros luchadores acabados como él. Luego de una función
de catch, y para relajar los músculos, va a un night club de su localidad para entregarse a los
servicios de Cassidy, quien al igual que el luchador no está en sus mejores años. Randy sigue
con su vida de siempre, hasta que luego de una lucha violenta sufre un paro cardiaco que deja
como única indicación médica mantenerse lejos de los cuadriláteros. Al colgar las botas y el
traje de colores el luchador se da cuenta que su vida sin la lucha es vacía: descuidó a su familia
y no tiene un trabajo para pagar sus deudas. Al intentar reparar ambas cosas fracasa. Tiene una
hija que no quiere saber nada de él, y cuando parece que la reconciliación va a ser definitiva le
falla como padre, marcando su alejamiento total. En simultáneo consigue un trabajo en un
supermercado, atendiendo tras una vitrina los pedidos de viejecitas sin sentido del humor, y
hombres que lo identifican como el hombre de ring que fue. Ante la imposibilidad de adaptarse
a la rutina, y al ver que no tiene cabida en el ‘mundo real’, Randy se convierte nuevamente en
‘The Ram’, y a contra las indicaciones médicas, decide regresar a los cuadriláteros de lucha
libre, aquel lugar en el que logra sentirse vivo, y como él mismo lo dice: no sale lastimado.

Antes de describir la escena que vamos a analizar, creo conveniente hacer una breve explicación
sobre lo que es catchascán o lucha libre, puesto que la película retrata este mundo, y gira en
torno a un personaje dedicado a esta actividad. Para hacer la aproximación del caso nos
remitiremos a tres autores que han investigado este tema desde diversas perspectivas: Roland
Barthes (francés), John Fiske (estadounidense) y Carlos Monsivaís (mexicano).
Para Barthes, semiólogo de profesión, el catch (como denomina nuestro a tema de interés) no es
un deporte, sino un espectáculo lleno de excesos1. Para el francés, dentro de una lucha entre dos
catchascanistas se desenvuelven una serie de gestos ininteligibles e independientes unos de
otros, un show que desborda gestos en cada momento y situación: antes, durante y después de la
lucha el público espera por parte de los luchadores un gesto lleno de una carga simbólica
determinada.
Si algo queda claro en la lectura que hace el semiólogo sobre el catchascán es eso, el desborde
de gestos que despiertan pasiones en el público. Se genera una interacción interesante e intensa,
siendo el público el que alimenta a los luchadores con voces de aliento que piden más golpes,
voces que se regocijan con el espectáculo que brinda su luchador favorito, y que se demuestra
en el castigo que infringe en el rival.

Para John Fiske, estudioso de la comunicación y la cultura popular, el wrestling (termino


americano con el que se conoce al catchascán) es un espectáculo carnavalesco que ensalza lo
grotesco y la ruptura de las reglas2. Si bien se remarca lo dicho por Barthes, como espectáculo
popular, añade la importancia del placer que genera el mirar un espectáculo físico, el cual se
eleva a modo de ritual.
Otro aporte que hace el norteamericano es la diferencia entre el concepto de triunfo y derrota en
el catch, el cual difiere de la concepción que se tiene en los deportes comunes. En el wrestling
no existe la idea del buen perdedor, es más, no siempre gana el mejor preparado: los malos
recurren a tretas o artimañas para ganar por medio de trampas, siendo esto aceptado como parte
del espectáculo. En la lucha libre gana el que puede, valiéndose de todos los medios posibles.

Quizá quien describa una realidad más cercana a nosotros sea Carlos Monsiváis, sociólogo
mexicano que se dedico a estudiar la lucha libre de su país. Para él, la lucha libre es “teatro en el
más respetuoso de los sentidos3”, debido a que dentro del cuadrilátero las emociones se
interpretan y el cuerpo disciplina las tensiones anímicas.
En este ensayo también podemos ver nuevamente la importancia de la interacción con el
público, el pópolo que alza la voz una y otra vez según lo que van viendo en el cuadrilátero.
Estas muestras de exacerbación de las emociones que muestran los asistentes a un espectáculo
de catch corresponde a los gestos de dolor que puede presentar un luchador dentro del ring. Dice
Monsiváis que “en los gestos quebrantados de los luchadores, la especie se rinde, la especie se
niega a rendirse, la especie se abraza al suplicio que la libra del aburrimiento”.4

1
Barthes, Roland. Mitologías, decimosegunda edición en español 1999.
2
Fiske, John. Understanding Popular Culture, segunda edición 1990.
3
Monsiváis, Carlos. La lucha libre es un Olimpo enmascarado. En Etiqueta Negra, año 4, número 32.
2006
4
Ibid
De estas tres formas de entender la lucha libre, presentadas, vamos a quedarnos con tres
elementos: la exageración, el público, y la interpretación de gestos. Esta especie de
interaccionismo simbólico entre luchadores y público crea un lenguaje de gestos que solamente
son entendidos dentro del mundo del wrestling, incluso se podría decir que se crea una
cosmovisión propia incapaz de ser entendida por personas ajenas a esta actividad. Solamente
para poner un caso: aplicarle una patada a alguien en el mundo real será penado por la sociedad,
dentro de los cuadriláteros una patada puede encender los corazones de los aficionados
apostados en las graderías que esperaban con ansias ese momento.
Digamos que todo luchador se debe al público, pues es este quien termina convirtiéndolo en
ídolo y elevándolo a la gloria, llevándolo con palmas y vítores al Olimpo de la lucha libre.

Luego de haber expuesta estas ideas y conceptos que envuelven la lucha libre, no queda más
que presentar la escena que vamos a analizar.

Randy, luego de haber fracasado como padre, como trabajador, y sin ánimo de intentar llevar
una vida común y corriente, decide volver a luchar ¿Contra quién? Contra su némesis ‘El
Ayatola’, con quien registró grandes combates en sus años mozos, para celebrar los 20 años de
su máxima confrontación. En los minutos previos a iniciar la lucha, llega Cassidy para intentar
persuadir a Randy de no poner en riesgo su salud. Pero Randy es ahora ‘The Ram’ y sabe que el
mejor lugar para él es el ring.
La gente empieza a corear el nombre de su luchador favorito, y ‘The Ram’ sale a escena para la
ovación de su público. Toma el micrófono y dice que el lucha por ellos, por sus fanáticos, y los
llama su familia. Acto seguido empieza el show de golpes y tacles, hasta que ‘The Ram’
comienza a sentir los embates de un corazón que no rinde y que le impide proseguir con su
performance. El final se acerca, Randy sube a la tercera cuerda, y se lanza hacia la inmortalidad.
1.- Nivel Narrativo

1.1.- Esquema Narrativo

El esquema narrativo puede ser entendido de dos formas. La primera, que lo divide en tres sub
niveles, entendidos como la prueba decisiva, la prueba calificante, y la prueba glorificante. La
segunda forma comprende una estructura dividida en cuatro etapas: manipulación, competencia,
performance y sanción.

Visto desde la primera forma de ordenar la narración tenemos que en la escena descrita líneas
arriba se encuentran las siguientes pruebas.

La prueba decisiva sería en este caso el momento en que Randy decide dejar atrás a Cassidy y
salir al ring para enfrentar a su némesis. La prueba calificante comprendería la parte de la lucha
contra ‘El Ayatola’, en la cual nuestro personaje va ganando las palmas del público por la
performance que realiza dentro del cuadrilátero. Y, la prueba glorificante comprende el
momento del salto de ‘The Ram’ desde la tercera cuerda.

Luego de ver esta primera clasificación, pasamos a explicar de manera más elaborada las cuatro
fases del esquema narrativo.

1.1.1.- La Manipulación: A simple vista se podría creer que Randy se manipula a sí mismo para
subir al ring y luchar. Es decir, Randy hace que Randy entre en conjunción con las ganas de
subir al cuadrilátero a luchar. Pero, y este es importante, no se llega a entender esta acción como
acto manipulatorio. ¿Hay manipulación en esta escena? Quizá lo que si este presente sea una
anti-manipulación, y la ejerce el personaje de Cassidy, quien intenta convencer a ‘The Ram’ de
no luchar por el daño a su salud que esto implicaría.

Tenemos: S2(chica) quiere hacer que S1 (Randy) entre en disyunción con 01(la lucha)

Pero este programa narrativo de la manipulación no se llega a cumplir porque la voluntad de


Randy puede más, y este se decide finalmente por salir al ring ante el llamado del público. Este
es otro punto interesante, pues si bien se entiende que el personaje principal no pueda
manipularse a sí mismo, podemos situar al público coreando su nombre como manipulador.

Tendríamos entonces
S3(público) hace que S1(Randy) entre en conjunción con 01(la lucha)
Este programa de la manipulación funciona como elemento que permite a Randy afirmar su
decisión de retomar su vida como catchascanista, y sería un plus para confirmar el programa en
el que el mismo se decide por esa vida.

Programa definitivo
S1 (Randy) hace que S1 (Randy) entre en conjunción con 01 (la lucha)

1.1.2.- La Competencia: Esta etapa refiere a la conjugación de verbos modales, y se entiende de


la siguiente manera:

- Un querer hacer
- Un deber hacer
- Un poder hacer
- Un saber hacer

En la escena seleccionada para el análisis tenemos que Randy quiere lucha (querer hacer), pero
a su vez no debe luchar (deber hacer) por los problemas cardiacos que lo aquejan. En cuanto a
los otros dos verbos, el poder y el saber, es este último el que es más fácil de responder: Randy
sabe los secretos del catch. ¿Qué pasa con el poder? Se puede decir que nuestro personaje puede
lucha (poder hacer), pero a su vez no puede hacerlo (no poder hacer) ¿Por qué? Porque si bien
está en la capacidad de aún mantenerse de pie en un cuadrilátero, su problema cardiaco le
impedirá desenvolver su función al máximo.
Nótese aquí que tanto el plano del deber, como el del poder, corresponde al tema de la salud y
del físico definir la competencia; mientras que en el querer hacer entra la voluntad del luchador
en un grado superlativo. ¿Puede la voluntad vencer a la razón, implicada en el deber hacer? Sí,
porque también encontramos un deber – hacer de tipo moral. Randy siente que debe luchar para
demostrarse a sí mismo que no está acabado, que aún puede hacer algo bien en su vida, y eso es
subir al ring.
Entonces Randy va acomodando las competencias a su favor: quiere luchar, porque eso le dicta
su voluntad, debe luchar porque tiene que demostrarse a sí mismo que no está acabado, y por lo
tanto puede luchar, al sentir que su cuerpo aún va a aguantar un último combate. Nuestro
personaje deja atrás sus limitaciones para demostrar que quiere, debe, puede y sabe.

1.1.3.- La Performance: Según lo antes dicho, la performance implicaría el acto mismo de salir a
luchar. Revisadas las competencias, nuestro personaje entra en acción contra su rival de origen
árabe. Randy ‘The Ram’ entra a luchar contra ‘El Ayatola’, y contra sus limitaciones. Entra al
ring no para ganar una lucha, sino para buscar sentirse vivo haciendo lo que mejor sabe hacer.
1.1.4.- La Sanción: ¿Qué obtiene Randy a cambio? Obtiene todo lo que entró buscando. Logró
sentirse vivo aunque sea en sus últimos minutos. A lo largo de la lucha vemos como el héroe se
va derrumbando ante el sonido de los latidos de su corazón, la sentencia del médico
desobedecida le pasa factura en su hora de gloria, cuando la estaba pasando de lo mejor. Randy
obtiene la gloria que buscaba, pero a cambio tiene que entregar su vida.

Tenemos el programa narrativo de la sanción


S1 (Randy) hace que S1 (Randy) entre en conjunción con O1 (la gloria) y en disyunción con O2
(la vida)

¿Cuál es el momento preciso de la sanción? El salto de Randy desde la tercera cuerda, con todos
los fanáticos extasiados, arrastrando todo el dolor de un corazón que se apaga y que se
inmortaliza al no presenciar la caída del cuerpo.

1.2.- Programa Narrativo

El programa narrativo de la escena seleccionada, corresponde a lo que dentro del esquema


narrativo es la performance:

S1 (Randy) hace que S1 (Randy) entre en conjunción con O1 (la lucha libre)

El hecho de atravesar las cortinas que separan el mundo real, con el mundo de la lucha libre,
marca el destino de Randy. Lo interesante es que él mismo escoge su destino, por encima de lo
que le dice el médico, por encima de lo que le dice Cassidy; es el mismo luchador quien decide
salir a enfrentar a su rival, a encarar su destino dentro de un cuadrilátero de lucha libre. Randy
‘The Ram’ Robinson muere en su ley.
El personaje de ‘The Wrestler’ logra su cometido, llega a luchar, con todo lo que esto representa
para él (siendo lo más importante el sentirse vivo, el saber que sabe hacer algo bien).
2.- Nivel Semántico

El nivel semántico comprende el estudio de los significados, el revestimiento de las formas


narrativas. Contiene lo figurativo (figuras, o contenido del discurso), lo temático (los temas que
toca) y lo axiológico (que responde a la valoración de los temas y figuras que se hacen presentes
en la imagen analizada).

Temático Figurativo
Lucha Libre Ring
Vestimenta
Público
Piruetas
Luces
Salud Dolor cardíaco
Público eufórico
Sacrificio ‘The Ram’
Deleitar al público
Elevación/Glorificación Ascenso a lo más alto de las cuerdas del ring
Salto
Luchar para vencer al rival
Bien vs Mal Randy vs Ayatola
USA vs Mundo arabe

Si hay un punto a tomar en cuenta es la figura del ring, que a la vez comprende el cuadrilátero y
el espacio donde se ubica el público. En ambos espacios sucede la acción, siendo el segundo el
receptor de lo que sucede en el primero: si Randy es golpeado por el Ayatola, son los fanáticos
que miran desde las graderías los que sienten el golpe quemar el pecho de su héroe. Es el
público el que sanciona la lucha, el que le da una valoración, y como ya lo dijimos, crea ídolos.
Esta dicotomía entre el espacio que ocupan los luchadores y el público hace entendible lo
siguiente: es el público el que eleva a la gloria la figura de ‘The Ram’, quien ejecuta la
performance (la prueba decisiva).

En cuanto al plano de lo axiológico hay que analizar el tema de la lucha. Randy sale a enfrentar
a ‘El Ayatola’, pero no busca solamente ganarse los aplausos que implican haber derrotado a su
rival. En primera instancia la lucha es contra su némesis, y eso es lo que vemos reflejado en la
escena analizada. Pero también es una lucha contra el hecho de no luchar. Randy ‘The Ram’
Robinson sale al ring para demostrarse a sí mismo, y a todos aquellos que le dijeron que estaba
acabado, que no volvería a luchar. De alguna forma es también una lucha con sus propios
demonios, contra sus limitaciones físicas, es una lucha que no busca ganar cubriendo a su rival,
sino que aspira a ser una victoria sobre sus detractores, y sobre su vejez, y todo lo que lo aleja
de ser la estrella de wrestling de los 80. Lo que vemos en la escena es la transformación de
Randy, que deja de ser un luchador común y corriente, para convertirse en una leyenda de la
lucha libre. ¿Cómo lo logra? Inmortalizándose en la retina de sus fanáticos, con ese salto que no
concluye, la muestra máxima del sacrificio de un luchador para con su público.

3.- Nivel Enunciativo

Llegamos al nivel enunciativo. En este nivel se encuentra el mensaje que nos ha querido
transmitir el autor (director del filme) mediante los planos, encuadres, ángulos y posiciones de
la cámara, y el uso del sonido como elemento de fondo. En un relato cinematográfico, el juego
de las emociones no sólo se encuentra en lo narrado, sino en la forma como se presenta cada
escena, la luz que se le da a determinado personaje, el ángulo en que aparece frente a cámaras y
demás.

¿Qué vemos en la escena de ‘The Wrestler’? o mejor dicho ¿Cómo lo vemos?

Para comenzar tenemos una cámara que sigue a Randy lo más cerca que puede. Cuando Cassidy
llega a verlo, la cámara se ubica en un ligero picado sobre la chica, debido a su menor estatura;
haciendo lo propio cuando enfocaba al luchador en un ligero contrapicado. Ahora bien, este no
es el único significado, pues desde ya podemos ver que Randy se va situando por encima del
mundo normal, el mundo ajeno a la lucha, que representa Cassidy.
Siguiendo con el movimiento de cámara, durante la secuencia de entrada al ring se le hace un
seguimiento a nuestro personaje con una cámara en mano en ángulo normal y plano medio.
Este plano, realizado con un steady cam permite captar el rostro de Randy entrando al ring,
además de su interacción con el público que se acerca para extenderle la mano en señal de
saludo y respeto. Las luces que acompañan la entrada de ‘The Ram’ reflejan los colores de
Estados Unidos, que demuestra la contraposición con el luchador de origen árabe al que se va a
enfrentar, quien ha entrado con su turbante y la bandera de su país de origen.

Para la secuencia en la que Randy da su speech a los fanáticos que se han reunido para
presencial la lucha mítica entre estos dos rivales, el primer encuadre que tenemos es un plano
medio de la espalda de nuestro personaje, con el público de fondo. De alguna forma es la
analogía del hombre que se vale de su público, que se debe a la gente que espera ver sus logros,
por más que estos solamente se den dentro del cuadrilátero. Lo que sigue es Randy siendo
rodeado por la cámara, para mostrar que está rodeado de fanáticos por los cuatro lados del ring,
los cuales atentos escuchan lo que su héroe les tiene que decir. Se intercala con tomas en plano
general en el que se ve el ring en el centro, con las graderías llenas de gente.

Al iniciar la lucha, la cámara está dentro del cuadrilátero y nos muestra minuto a minuto las
incidencias, es una cámara que nos permite ver cada golpe, cada pirueta, y acompaña como si
fuera un elemento presente dentro del ring. Hay planos generales que muestran al Ayatola
tratando de mostrarse triunfante, para luego ser abucheado por el público.
Viene lo peor, el héroe empieza a sentir los estragos de la dura faena, y se toma el pecho. La
cámara duda y se tambalea, se mueve de un lado a otro sin decidir a qué lado ir, se muestra
desconcertada; y sucede lo mismo en cada momento en que Randy sufre los dolores en el pecho.
Pero los golpes siguen, y la cámara se hace intensa, no deja de ir de un lugar a otro, igual que
‘The Ram’ que a pesar del dolor sigue en pie luchando. Los picados y contrapicados en la
escena de la lucha corresponden a posiciones de cada luchador, cuando uno está en la lona
tendido, o doblegado por la fuerza del otro. Randy de rodillas, tomándose el pecho busca la
mirada de su oponente para indicarle que continúe la lucha, este de pie en el esquinero
corresponde la mirada y prosigue con la lucha, desde un ligero contrapicado que muestra la
posición de Randy.
Súbitamente la intensidad de la pelea va quedando de lado, ‘The Ram’ se pone de pie y mira al
público que lo ovaciona, la cámara se centra en el rostro del personaje y lo acompaña. Randy
golpea nuevamente a su rival sin la fuerza de antes, pero con la efectividad suficiente para
dejarlo tendido. Busca con la mirada a Cassidy que estaba en un balcón viendo la lucha pero no
la encuentra, decidido inicia su ascenso a la tercera cuerda para iniciar su movida final. Randy
inicia así su ascenso a la gloria, se sitúa por encima del mundo normal, y por encima del mundo
de la lucha libre: esta sobre su enemigo, está sobre el público y queda sobre nosotros al situarse
ahora en un contrapicado que lo engrandece.
Le cuesta subir de a pocos, pero sube, se queda en lo alto y es aplaudido, en las graderías la
multitud extasiada no deja de corear Ram Jam. Randy ‘The Ram’ Robinson es rodeado por una
luz digna de un personaje bíblico que asciende al cielo, se forma una aureola de luz que rodea su
rostro y se ve como entre llantos y sollozos esboza una sonrisa. Un plano general que lo situa al
medio de todo, que muestra a su oponente tendido, y sirve para describir la altura que tendrá que
recorrer el cuerpo del héroe hasta llegar a impactar a su rival. Randy lo mira desde lo alto, la
cámara se sitúa prácticamente debajo del protagonista, sin dudarlo se lanza, y atraviesa nuestra
pantalla sin saber a dónde fue a parar. Muchos dirán que la película no tiene un final, que Randy
muere; pero el ralentí que utiliza el director en esa escena final indica que quiso congelar esa
imagen. Más que un salto hacía el cuerpo de su rival es un salto al infinito, a la gloria, al
Olimpo, a la inmortalidad.
La música se va. Si bien durante la lucha se escuchaba al público corear el nombre de Randy,
conforme la escena va llegando a su clímax se apagan los gritos y va ganando terreno una
música que nos hace sentir que el héroe asciende, que nos impide sentir pena por el destino que
le espera al luchador sino que nos permite percibir que es elevado a otro nivel, cual personaje
que es llevado a los cielos acompañado de un coro de ángeles que le da la bienvenida.

Conclusiones

Como ya lo mencioné antes, Randy ‘The Ram’ Robinson muere en su ley. Muere en el ring que
tanto amó, y en el que se sentía vivo. Randy quiere luchar, y su voluntad le gana a cualquier
programa narrativo que podamos crear en torno a su historia.
Es cierto, ha fracasado, pero el que fracasó fue el humano, más no el luchador. El hombre que
entra al ring es otro, es el que se debe al público, quizá al único al que nunca ha defraudado en
su vida, pues siempre se dio integro en cada lucha. Por eso dijo que ellos eran su familia, eran
ellos los que lo elevaban, los que lo hacían sentir útil.
Randy Robinson no era la mejor persona del mundo, pero ‘The Ram’ sí que era todo un
personaje.
4.- Bibliografía
Barthes, Roland
Mitologías. Decimosegunda edición en español 1999

Blanco, Desiderio
La enunciación cinematográfica. Semiótica del texto fílmico. Universidad de Lima. Lima 2003

Fiske, John
Understanding Popular Culture. Segunda edición 1990

Monsiváis, Carlos
La lucha libre es un Olimpo enmascarado. En Etiqueta Negra, año 4, número 32. 2006

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