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Clase Dominical 01-31-10

Tema: Como los Cristianos Viven en Paz


Texto: Santiago 3:1-18

Intro: Durante esta clase estudiaremos la importancia de las palabras que expresamos, con las cuales podemos
construir o destruir, podemos bendecir o maldecir, el impacto que estas tienen en nuestra propia vida y en la vida
de los demás. Santiago trata con severidad un problema de todos los tiempos, una lengua que no tiene control, y
como esta puede ocasionar grande daño y afectar la paz entre los seres humanos en todas las esferas donde este
se desarrolla, aun dentro de la comunidad cristiana. Nos deja saber la necesidad de ser vigilantes con nuestras
palabras, tener prudencia al hablar con lleva grandes beneficios.

Santiago 3:1-2
1
Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
2
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también
de refrenar todo el cuerpo.

Aunque anteriormente ya había hecho mención Santiago del problema de la lengua, [1:19, 26] donde se nos
exhorta a: ser tardos para hablar (v19), y donde por no refrenar nuestra lengua, engañamos nuestro corazón y
nuestra religiosidad es vana, (26). Ahora va a dedicar la mayor parte de este capitulo 3 a tratar del peligro de una
lengua sin freno y de los males que puede causar.

Inicia haciendo mención del oficio del maestro, el cual, es notable en toda la biblia, tanto en el AT, como en el NT,
bastantes referencias se hacen a aquellos que enseñan a otros, bien puede ser un reconocimiento por el buen
trabajo o una reprensión por la falsa enseñanza. Aunque la palabra de Dios nos exhorta a enseñar a otros, como
creyentes que somos en Cristo Jesús, sin embargo hay un llamado especial para el maestro dentro de una
congregación.

Es uno de los cinco ministerios que el Señor estableció dentro de la iglesia, y es El quien llama a un creyente a
este oficio, Santiago no se opone a seguir el llamamiento de Dios a predicar o a enseñar, sino a que muchos se
hagan maestros así mismos. Poniéndose como ejemplo el mismo y enfatizando su llamado, advierte que un
maestro recibe un juicio mas severo, especialmente si enseña erróneamente o contradice su enseñanza con su
vida. Mt. 5:19 dice; que si quebrantamos un mandamiento y así enseñamos, seremos llamados pequeños en el
reino de los cielos, mas el que los hace y los enseña será llamado grande en el reino de los cielos.

Santiago hace referencia al maestro porque sus instrumentos con los que trabaja son la Palabra y la lengua, y la
lengua es la mas difícil de controlar, por eso enfatiza que “todos” nadie esta exento, de ofender no pocas, sino
muchas veces, algunas versiones traducen “tropezamos” en vez de ofendemos, es decir todos tropezamos, la
referencia es en el sentido moral, todos nos equivocamos, cometemos errores, fallamos y aun hasta pecamos
cuando hablamos descuidadamente.

Así que si alguno no ofende o tropieza en lo que habla, este es varón perfecto, es decir, es completo, o ha
alcanzado la madurez, es una persona que al refrenar su lengua, se hace notar por su prudencia sabe cuando
hablar y cuando callar, y si puede refrenar su lengua tiene la capacidad de refrenar todo su cuerpo, y se manifiesta
en su dominio propio. Así que no es imposible llegar al punto de refrenar la lengua, pues la misma Biblia nos
enseña que hay posibilidades de hacerlo.

Proverbios 10:19 En las muchas palabras no falta pecado; Más el que refrena sus labios es prudente.
Proverbios 13:3 El que guarda su boca guarda su alma; Más el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

Santiago 3:3-5
3
He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su
cuerpo. 4Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un
muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 5Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se
jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

Santiago usa ilustraciones que presentan el vivo retrato del poder que para bien o para mal tiene la lengua, todas
tienen la misma idea; que algo pequeño puede dominar algo grande, el freno en el caballo, un instrumento
relativamente pequeño en comparación al poder y el cuerpo de este animal, es controlado por un freno. Los barcos
aunque de gran tamaño e impulsados por la fuerza del viento son dirigidos por un pequeño timón,

Así que si el jinete con un instrumento pequeño como es el freno, puede hacer que un caballo le obedezca, así
también el hombre si controla su lengua puede dominar toda su persona, si un marinero con un pequeño timón
puede controlar una nave tan grande, dirigiéndola hacia donde el quiere, así también el hombre puede dirigir toda
su vida. De lo contrario si no la puede controlar, toda su persona y su vida será controlada por la lengua.

El otro ejemplo que Santiago usa es el fuego o algo tan pequeño como una chispa y la inmensidad de un bosque,
los incendios del 2007 aquí en California causaron perdidas por 166,000,000 dlls. Desplazo a 1,000,000. de
personas, y quemo 1500,00 acres de bosque, se quemaron 1,500. casas y estructuras, 17 personas murieron y 86
quedaron heridas, uno de los incendios mas destructivos en Los Ángeles, fue originado por un niño que jugaba con
fósforos.

Santiago 3:6-8
6
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina
todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. 7Porque toda
naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza
humana; 8pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno
mortal.

La lengua al igual que un fuego insignificante e inofensivo en apariencia, provoca grandes estragos, una lengua
fuera de control en comparable a la maldad de un mundo sin Dios, este pequeño miembro que esta en nuestro
cuerpo, tiene la capacidad de contaminarnos y contaminar a los demás. Es tal mala una lengua fuera de control
que llega a afectar aun todo el ciclo de la vida, y es incendiada por el mismo infierno. La lengua descontrolada es
semejante a la de una serpiente, que tiene la lengua llena de veneno que puede ser mortal.

Marcos 7:20-23
20
Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21Porque de dentro, del corazón de los
hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22los hurtos, las avaricias,
las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23Todas estas maldades
de dentro salen, y contaminan al hombre.

El Señor hizo mención que lo que realmente contamina al hombre, no es lo que del exterior entra en el hombre,
sino lo que internamente sale del hombre, pues lo que sale del corazón del hombre esto contamina al ser humano.
Porque la expresión de lo que el hombre tiene en si interior, se hace notar a través de palabras o en acciones. El
Señor amonestaba a los religiosos por tener una apariencia de piedad cuando en realidad sus hechos denunciaban
lo que había en el corazón de ellos.

Mateo 12:33-37
33
O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el
árbol. 34¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del
corazón habla la boca. 35El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del
mal tesoro saca malas cosas. 36Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella
darán cuenta en el día del juicio. 37Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

La evidencia de lo que abunda en nuestro corazón tiene su manifestación, en nuestras palabras o actitudes, existe
esta ley; los árboles buenos producen frutos buenos, los árboles malos producen malos frutos, así el hombre
bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el malo, del mal tesoro saca cosas malas. Nuestras palabras tienen
mucho peso especialmente en el día que estemos delante del Señor.

Santiago 3:9-10
9
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de
Dios. 10De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

La lengua tiene la capacidad de bendecir a Dios por un lado y por el otro puede maldecir al ser humano que fue
creado a la imagen de Dios, con nuestra lengua podemos murmurar de otros, podemos calumniar, juzgar, criticar,
acusar, mentir, adular, chismear, y tantas otras cosas mas, sin embargo la biblia dice que esto no debe ser así, es
decir no la podemos usar para bendecir y para maldecir a la misma vez.
Santiago 4:11
11
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano,
murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el
dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

Uno de los grandes problemas es la murmuración, el hablar mal a espaldas de una persona, es murmurar, se
puede traducir también por difamar o calumniar a una persona que no esta presente para defenderse, la
murmuración es un pecado que se condena en toda la Biblia, porque puede llegar a destruir la reputación de una
persona.

Romanos 14:13
13
Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de
caer al hermano.

La Palabra de Dios nos manda a no murmurar y a no juzgar, es decir, no es una opción es un mandamiento,
notemos que cada uno de nosotros podemos tomar la determinación, es decir, podemos decidir no poner tropiezo
a nuestro hermano, en este pasaje Pablo exhorta a los débiles a dejar de criticar a los fuertes, y a los fuertes a
dejar de hallar defectos en los débiles. Ambos grupos deben decidir no poner ningún obstáculo en el camino de
sus hermanos.

Santiago 3:13-16
13
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
14
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque
esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y
contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

Si nos consideramos personas sabias y con entendimiento, esto se debe manifestar por la manera como nos
conducimos, una persona sabía y entendida demuestra por lo que dice y por lo que hace que tiene sabiduría, y la
primera característica de esta sabiduría es la humildad que se traduce por mansedumbre.

Si por el contrario la persona manifiesta celos, amargura, y ambición egoísta, y un espíritu de contención y rivalidad
rencillosa, que no se jacte de tener sabiduría porque miente contra la verdad, pues en este tipo de condición este
tipo de sabiduría se considera, que no proviene del cielo, sino de lo terrenal, diabólica, pues esta tenida de envidia
y mentira que son las características de Satanás. Este tipo de actitud lo que ocasiona es perturbación y toda obra
perversa.

Santiago 3:17-18
17
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de
misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para
aquellos que hacen la paz.

La verdadera sabiduría viene del cielo, o de lo alto, es dada por Dios al creyente que la pide, y tiene ciertas
características; primero es pura, que es sinónimo de santa, porque viene de Dios quien es puro y es santo, es
pacifica, apacible, es característica de un hombre sabio, que manifiesta su paz, otra característica del hombre
sabio es la amabilidad, es amable, razonable y considerada en todas sus opiniones. En su sabiduría manifiesta la
misericordia y buenos frutos. Es un hombre que en su sabiduría es imparcial, no hay incertidumbre, ni fingimiento,
es sincero.

1 Pedro 3:8-12
8
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9no
devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis
llamados para que heredaseis bendición. 10Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su
lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; 11Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.
12
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor
está contra aquellos que hacen el mal.

Se nos exhorta a que tengamos todos un mismo sentir, a mostrar la compasión y el amor como hermanos, siendo
misericordiosos, teniendo amistad los unos para con los otros, no haciéndonos mal ni maldiciéndonos, por el
contrario bendiciéndonos, pues para esto fuimos llamados para bendecir. Si amamos la vida y queremos tener
buenos días, refrenemos nuestra lengua del mal, apartándonos de la maldad, haciendo el bien, buscando la paz y
siguiéndola. Considerando que los ojos del Señor y sus oídos están atentos a las oraciones de los justos

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