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dimensin social
Sentir en la Iglesia 1
Oracin preparatoria: Concdenos, Seor, sentir y gustar la vida verdadera de tu Iglesia, la que
vive y acta cada da, en la que vivimos y actuamos cada da.
Mateo 23,1-3: Entonces Jess, dirigindose a la multitud y a sus discpulos, dijo: En la
ctedra de Moiss se han sentado los letrados y los fariseos. Lo que os digan ponedlo por obra, pero no los
imitis; pues dicen y no hacen.
Historia:
adolescente que no llega a ser entre iguales, que no acaba de encajar que la realidad pone
lmites a nuestros deseos de satisfaccin, que se vive como desencuentro y rechazo?
Filemn 7-16: Tu caridad me proporcion gran alegra y consuelo, porque gracias a ti los
consagrados serenan sus sentimientos. Por eso, aunque tengo plena libertad cristiana para
ordenarte lo que es debido, prefiero apelar a tu amor. Yo, este anciano Pablo, y ahora prisionero
por el Mesas Jess, apelo a ti a favor de un hijo mo, que engendr en la prisin: Onsimo, un
tiempo sin provecho para ti, ahora de gran provecho para ti y para m. Ahora te lo envo y con l mi
corazn. Habra querido retenerlo junto a m, para que en tu lugar me sirviese en esta prisin que
sufro por la Buena Noticia. Pero sin tu consentimiento no quise hacer nada, para que tu buena
latn, que significa hacer crecer. La autoridad como elemento objetivador, que me evita
una subjetividad autocomplaciente. Miro en mi vida, las personas que tienen autoridad
sobre m. Miro tambin las personas sobre las que tengo alguna autoridad. Qu tipo de
relacin tengo con ellas? Mt 23,1-3.
Romanos 13,1-4: Que cada uno se someta a las autoridades establecidas, pues toda autoridad
procede de Dios; l ha establecido las que existen. Por eso quien resiste a la autoridad resiste a la
disposicin de Dios. Y quienes se resisten cargarn con su pena. Los gobernantes no infunden miedo
a los que obran bien, sino a los malhechores. Quieres no temer a la autoridad? Obra bien y
tendrs su aprobacin, puesto que es ministro de Dios para tu bien. Pero si obras mal, teme, que no
en vano empua la espada. Es ministro de Dios para aplicar el castigo al malhechor. La tirana de