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Autor:Paulo Arieu
El budismo
--¿Qué le dijo?
--"De acuerdo, vas a vivir hasta que te mueras". Fue un mensaje muy
poderoso para mi mente y mi alma. Pensé que tenía razón. El doctor ya casi
me había hecho morir, mi mente ya había muerto, y el mensaje del maestro
me despertó. Y pensé: "Como no muero en este momento, voy a vivir mejor
hasta el último momento de mi vida". Y esta es la razón por la que aún
estoy aquí.
--Afirma que todas las situaciones tienen algo bueno porque nos ayudan a
crecer.
--La vida está llena de acontecimientos dolorosos, pero lo importante es
nuestra actitud mental. Lo importante no es lo que pasa en nuestra vida,
sino cómo yo lo transformo en sentido. Todo lo que pasa en tu vida tiene un
buen sentido, te lo creas o no. Este es el mensaje absoluto, sin discusión,
del budismo zen.
--Dice que la vida es como escalar una montaña, y que lo más importante es
tener un ideal.
--Para mí un ideal no es un objetivo que debe ser conseguido, sino que se
trata de tener un sueño o misión. El propósito último de la vida es vivir lo
mejor que puedas en cada momento. Para conseguirlo, lo mejor es abrazar
un ideal o un sueño.
--¿Sin ego?
--Nuestra vida muchas veces está dirigida por el pequeño ego. Se trata de
extender este ego y hacerlo mayor, pensado en la comunidad. Sigues
teniendo ego, pero es más grande. En el budismo zen, el maestro no te dice
que abandones tu ego, porque sabe que es imposible. Pero haz crecer tu
ego en el sentido más amplio. La madre Teresa tenía ego, pero su ego era
muy grande, para abrazar a la humanidad.
¿Que es el budismo?
Buda Gautama.
Vio cuatro cosas que cambiaron su vida para siempre: un hombre anciano,
un hombre enfermo, un hombre muerto y un mendigo. Profundamente
conmovido por el sufrimiento que vio, se decidió a dejar el lujo de la vida de
palacio y comenzó una misión para buscar la respuesta al problema del dolor
y del sufrimiento humano.
Gautama dejó su familia y viajó por el país buscando sabiduría. Estudió las
escrituras hindúes bajo sacerdotes brahmanes, pero se volvió desilusionado
con las enseñanzas del hinduismo. Entonces se dedicó a una vida de
ascetismo extremo en la selva. La leyenda dice que con el tiempo aprendió a
existir con un grano de arroz por día, lo cual redujo su cuerpo a un
esqueleto. Pronto llegó a la conclusión, sin embargo, que el ascetismo no
conducía a la paz y a la auto-realización sino que simplemente debilitaba la
mente y el cuerpo.
El Camino de Salvación
Aquí están los ocho pasos a seguir en el camino de ocho partes. El primer
paso es el de las Perspectivas Correctas. Uno debe aceptar las cuatro nobles
verdades. El paso dos es la Determinación Correcta. Uno debe renunciar a
todos los deseos y a todo pensamiento que se asemeje a la lujuria,
amargura y crueldad. No debe dañar a ninguna criatura viviente. El paso
tres es la Palabra Correcta. Uno debe hablar sólo verdad. No puede haber
ninguna mentira, calumnia o conversación vana. El paso cuatro es el
Comportamiento Correcto. Uno debe abstenerse de la inmoralidad sexual,
de robar y de matar.
El Nirvana es un estado eterno del ser. Es el estado en que la ley del karma
y el ciclo de renacimiento llegan a su fin. Es el fin del sufrimiento, un estado
donde no hay deseos y la conciencia individual llega a su fin. Aunque a
nuestras mentes occidentales pueda sonar como el aniquilamiento, los
budistas objetarían tal idea. Gautama nunca dio una descripción exacta del
Nirvana, pero su respuesta más cercana fue esta. "Hay, discípulos, una
condición donde no hay ni tierra ni agua, ni aire ni luz, ni espacio sin límites,
ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas ni falta de ideas, ni este
mundo ni aquel mundo. No hay ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni
causa ni efecto, ni cambio, ni detenimiento." {6} Si bien ningún budista
realmente entiende la condición de Nirvana, es su esperanza eterna.
Dios y el Budismo
Esto es lo que el ya fallecido Dr. Suzuki, uno de los más grandes maestros
del budismo Zen, dice acerca de su concepto de Dios: "Si Dios, después de
hacer el mundo se coloca fuera de él, ya no es Dios. Si se separa del mundo
o quiere separarse, no es Dios. El mundo no es el mundo cuando está
separado de Dios. Dios debe estar en el mundo y el mundo en Dios." {8}
Está claro que Buda nunca dijo ser una deidad. Si bien varias sectas lo han
elevado a la categoría de un dios, él dijo claramente que sólo era un
indicador del camino al Nirvana. Jesús, sin embargo, dijo ser Dios y no
simplemente un indicador de camino, sino el único camino a la vida eterna.
Jesús dijo en Juan 14:6, "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí." Juan 1:1 también dice, "En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."
Hay otra clara distinción entre estas dos religiones. El budismo no ofrece ni
la seguridad del perdón ni la vida eterna. Los budistas esperan entrar en un
estado de Nirvana, pero no hay ninguna prueba clara y objetiva o alguna
enseñanza sobre lo que ocurre más allá de la tumba. Aun Buda mismo no
estaba seguro de lo que había más allá de la muerte. No dejó ninguna
enseñanza clara sobre el Nirvana o la eternidad. Lo que dejó son
especulaciones filosóficas. Hoy el cuerpo de Buda yace en una tumba en
Kusinara, al pie del Himalaya. Los hechos de la vida después de la muerte
todavía permanecen como un misterio no resuelto en el budismo.
Buda (el despertado) nació hacia el año 563 a.C. en Lumbini, un lugar del
noreste de la India, situado a los pies del Himalaya y cercano al Nepal.
Después de abandonar una holgada situación en el mundo y reflexionar
sobre la condición y el dolor humanos, obtuvo el despertar o la iluminación,
lo cual significaba resolver el enigma del sufrimiento y señalar el camino de
introspección personal para eliminarlo. Derivando sus enseñanzas de su
propia experiencia, predicó su primer sermón cerca de Benarés, y enseñó
por espacio de 45 años hasta su muerte, ocurrida en Kapilavastu hacia el
480. Murió, como tantos otros, de causas naturales a los ochenta años, pero
a diferencia de otros "se extinguió" completamente (parinibuto), «para no
nacer ni sufrir de nuevo».
El núcleo del Canon Budista (Canon Pali) está formado por los libros
incluidos en el Tripitaka, que comprende tres colecciones, a saber, el Vinaya
Pitaka (reglas monásticas), el Sutta Pitaka(sermones y dichos de Buda), y
el Abidhamma Pitaka (reflexiones y especulación sobre las palabras de
Buda).
3º) Más allá de las penosas fluctuaciones del samsara existe una condición
existencial liberadora (nirvana).
4º) Existe finalmente una vía hacia el nirvana, y un aspecto crucial de este
camino es comprender que todas las cosas, incluido el yo humano, son
impermanentes y vacías de sustancia propia. Es precisamente la creencia en
una sustancia de las cosas lo que provoca el deseo y el temor que motivan
nuestras acciones.
Una de las corrientes más caudalosas e influyentes de nuestros días es, sin
duda alguna, la de la gnosis y del gnosticismo, entendido como talante,
como clima, más que como un sistema filosófico-religioso concreto. Está
engrosada por el gnosticismo en cuanto sistema, con sus numerosas sectas
(más de cuarenta las implantadas en los países de lengua española): la
masonería, la teosofía, el rosacrucismo, los llamados "métodos del potencial
humano" (Meditación trascendental, Dianética, Método Silva de control
mental, Arica, Forum/Est, I AM o YO SOY, etc.), New Age/Nueva Era, etc.
Por este cauce discurre también el budismo, que era gnóstico antes de que
existiera formalmente el gnosticismo (s. II d.C.).
El punto de partida
Siddharta Gautama, nombre y apellido del apodado «Buda», indio de
religión hindú hasta los 28-29 años, vivió en el s. VI a.C. Según la tradición,
un presagio le había advertido a su padre que Siddharta sería un
gobernante ideal y un guerrero valiente, o sea, fiel a su casta la segunda, si
no veía la realidad doliente, contingente. En caso contrario, sería un asceta,
un sadhu, como los once millones que hay ahora en la India. El padre hace
todo lo posible para que su hijo sea fiel a los deberes de su casta, llevando
la vida regalada de príncipe oriental. Pero un día, Siddharta, de paseo en
su carro de caballos, ve las señales de las limitaciones humanas: a saber, a
un anciano encorvado por el paso y el peso de los años; a un enfermo y un
cadáver que es llevado a la incineración; y, por fin, a un sadhu hindú, que le
indica "el único género de vida al que debe aspirar el
sabio". Siddharta sigue su llamada. Deja a su esposa e hijo, se rapa la
cabellera y vive como los sadhus en celibato y pobreza absolutas. Pero
ayunó tanto que estuvo al borde de la muerte. Experimenta así que no debe
seguir los dos caminos extremos: el del placer, ni el de la renuncia o ascesis
rigurosa. Se separa de sus compañeros ascetas. Después de pasar siete
semanas (7 por 7 = 49, números simbólicos) en meditación, sentado en
posición de loto al pie de un árbol, logró la iluminación, en
sánscrito,bodhi, de donde Buda (es decir, "el Iluminado").
Fugacidad de lo material
Sin reencarnación
Un «yo» diluido
Los budistas son los antípodas del grito unamuniano: «¡Que me quitan mi
yo!». Usan la palabra "yo", pero no es lo que nosotros entendemos, sino un
mero sonido. El "yo" queda disuelto en ese caudal de actos, sensaciones,
cambios bioquímicos, del que hemos hablado; se diluye en "el oleaje de la
conciencia inmaterial", un caudal de agua que fluye sin cesar más o menos
contaminada, pero sin nada consistente (alma) que lleve nada (mérito,
demérito, etc.). Desde la perspectiva budista podemos imaginar a ese "yo"
en actitud de contemplar un extenso paisaje de cielo y de mar desde un
acantilado; más aún, identificado de alguna manera con él. En un día de
cielo totalmente nublado, en el paisaje del "yo", la conciencia psicológica
sería la franja estrecha del horizonte, sobre el cual se eleva el cielo azul, una
altura desconocida e inmensa, llena de luz: la "hiperconciencia". Debajo del
horizonte o de la conciencia, el mar tenebroso, una profundidad también
desconocida e inmensa, a saber, los estratos preconsciente, subconsciente e
inconsciente del psiquismo humano.
Un agnosticismo politeísta
El budismo es un monacato
RAMAS BUDISTAS
BUDISMO EN ESPAÑA
El yoga, las artes marciales (aikido, reiki, taichi, etc.) y, sobre todo, el zen,
han sido el caballo de Troya que ha facilitado la introducción camuflada del
budismo en Occidente, también en España. Su vertiente psicotécnica ha
servido y sirve como anzuelo que deja prendidos de su ideología religiosa.
Fuentes bibliograficas:
Notas
{2} Kenneth Boa, Cults, World Religions, and the Occult (Wheaton: Victor
Books, (1977) p. 35.
{4} Davis Taylor and Clark Offner, The World's Religions, Norman Anderson,
ed. (Grand Rapids: InterVarsity, 1975), p. 174.
{5} John Noss, Man's Religions (New York: Macmillan Company, 1968), p.
182.
{8} D. T. Suzuki, The Field of Zen (London: The Buddhist Society, 1969), p.
16.
Bibliografía