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Una teoría de los medios de comunicación

De John B. Thompson

Realizado por: Andrés Campoy ALCOLEA

La intención del autor es la de desmenuzar la influencia que tienen los medios


de comunicación en la sociedad moderna, pues estos ocupan un papel central
al mismo tiempo que paulatinamente van produciendo un gran impacto.
Este impacto ya se produjo en la Edad Media con la aparición de la imprenta y
ha ido evolucionando paulatinamente hasta llegar en la actualidad a una nueva
revolución en base a las nuevas técnicas informáticas.

El autor presenta en los primeros capítulos el desarrollo, tanto teórico como


histórico de los medios de comunicación en el marco de una teoría social. Más
adelante, desarrolla el argumento mediante el cual los medios de comunicación
han creado en nuestra sociedad actual una nueva forma de acción y de
interacción, tratando a continuación de analizar estas formas de la manera más
rigurosa y precisa posible.

En el capítulo cuatro, realiza una exploración sobre el impacto de los medios de


comunicación en la relación entre lo público y lo privado, así como la cambiante
vinculación entre visibilidad y poder. Manifiesta que como consecuencia del
desarrollo de los medios de comunicación, no solo han aparecido nuevas
formas de poder visible, sino que también estas formas nuevas lo han hecho en
una escala sin precedentes.

En los capítulos seis y siete se detallan algunas de las maneras mediante las
cuales los medios de comunicación han influido en la vida cotidiana de los
individuos, alentando una renovación en las tradiciones y arrancando estas de
sus contextos originales. También expresa la afectación del yo de las personas
por la proliferación de materiales mediáticos.

Finalmente, trata de cuestiones como la de la realización de una normativa más


amable respecto al papel que las instituciones mediáticas pueden y deberían
desempeñar en el cultivo de un estilo de vida autónomo y responsable.
Presenta el libro una rica y variada bibliografía sobre la historia de la cultura y
la historia de las comunicaciones. La historia social tiene tanto que ofrecer
como que recibir sobre la investigación en comunicación; por tanto, una teoría
social de los “medios” podía ayudar a ubicar su estudio en un punto entre un
grupo de disciplinas preocupadas por la aparición y enorme desarrollo y
características estructurales de las sociedades modernas y su futuro. También
recurre el libro a la bibliografía sobre la teoría social y cultura contemporánea.
En el estudio de la teoría social y cultural contemporánea presenta en primer
lugar la línea procedente del trabajo de la escuela de Francfort con Adorno y
Marcase, a la que también hay que añadir la gran fuerza de los primeros
trabajos de Habermas, a pesar de que hay muchos puntos en la argumentación
de Habermas. No le resulta convincente. Una segunda tradición de
pensamiento que utiliza es la del trabajo de los teóricos de los “media”, como
Marshall McLuhan, Harold Innis, etc. La tercera tradición es la hermenéutica,
una tradición preocupada, a grandes rasgos, por la interpretación
contextualizada de las formas simbólicas. En esta línea, entre las recientes
contribuciones, están los trabajos de Gadamer y Ricoeur, que destacan que el
hecho de que la recepción de las formas simbólicas, siempre implican un
proceso de interpretación creativo y contextualizado en el cual los individuos
hacen uso de los recursos disponibles para dar sentido a los mensajes que
reciben.

Desarrollo de la obra

1.- Comunicación y contexto social.


Desde el principio los seres humanos siempre han tenido necesidad de
comunicarse, y para esta comunicación han necesitado de la producción e
intercambio de información y contenido simbólico. Sin embargo, desde finales
del siglo XV hasta hoy, los procesos de producción, almacenamiento y
circulación de información han estado transformándose en varios sentidos: se
han convertido en productos que pueden comprarse y venderse en el mercado;
han pasado a ser accesibles a individuos ampliamente diseminados en el
espacio y el tiempo. Es decir, han roto los límites geográficos y temporales.
Además, éste proceso se ha desarrollado de manera profunda e irreversible.
En la actualidad es frecuente oír decir que la publicación es una forma de
acción. Esta acción es propia de la vida social, y se debe a que los propios
individuos llevan a cabo propósitos y objetivos de varios tipos. Siempre actúan
dentro de un conjunto de circunstancias previamente establecidas, que ofrecen
a los individuos diferentes inclinaciones y oportunidades. A éstas circunstancias
las podemos denominar campos de interacción. Los individuos se posicionan
de forma diferente en el interior de estos campos, dependiendo de los
diferentes tipos y cantidad de recursos disponibles para ellos.
Las posiciones individuales dentro de cada campo están íntimamente
relacionadas con el poder que se posee en él, de manera que ese poder
podríamos decir que es la capacidad que tiene el individuo para actuar de
acuerdo a la consecución de los propósitos e intereses, y también la capacidad
del individuo para intervenir en el curso de los acontecimientos y, por lo tanto,
de los resultados que se obtienen. Este poder es factible de ser ampliado
mediante la acumulación de varios tipos de recursos, bien a nivel individual o
bien a nivel institucional.
Los estados como instituciones se han convertido en centros particularmente
importantes de concentración de poder en el mundo moderno. Pero la
importancia de las instituciones estatales no debería impedirnos apreciar el
hecho de que el poder público político y manifiesto constituye solo una forma
de poder tan solo especializada, y que los individuos comúnmente ejercen el
poder en muchos contextos que tienen que ver poco o nada que ver con el
Estado. Siguiendo a Michael Mann, éste distingue cuatro tipos de poder: el
económico, político, coercitivo y simbólico.
El poder económico se refiere a los procesos de producción humanos, que
implica el uso de materiales y recursos financieros. Con el desarrollo de las
sociedades modernas, las instituciones del poder económico han aumentando
la escala y la envergadura de dicho poder.
A diferencia del poder económico, el poder político procede de la actividad de
coordinar y regular las relaciones entre los individuos. Aquí el Estado tiene un
papel muy significativo, y en último caso, para llevar a cabo sus fines cuenta
con el poder coercitivo, para defender el ejercicio del poder político. La
autoridad del Estado también puede ser definida mediante la difusión de formas
simbólicas y hechos reales que permiten cultivar y sostener la creencia en la
legitimidad del poder político.
El poder coercitivo supone la utilización de la fuerza o las amenazas para
someter o vencer al oponente. Este poder históricamente ha recaído en las
instituciones militares, y en la actualidad lo ejercen tanto los militares como las
fuerzas de orden público y las instituciones penitenciarias.
El poder cultural o poder simbólico es el que procede de la actividad productiva,
transmisora y receptora de formas simbólicas significativas. Los individuos
constantemente se dedican a la actividad de expresarse de forma simbólica y
de interpretar al mismo tiempo las expresiones de los demás. Este poder es
muy importante porque posee una fuerte capacidad de intervenir en el
transcurso de los acontecimientos, para influir en las acciones de los otros y
crear acontecimientos reales, a través de los medios de producción y
transmisión de las formas simbólicas. En la vida social, que es donde se
desarrolla este poder, tenemos algunas instituciones como las religiosas con
una influencia muy importante, ocupándose básicamente de la producción de
símbolos relacionados con la salvación, los valores espirituales y otras
creencias. También son muy importantes las instituciones educativas,
ocupadas de transmitir los contenidos simbólicos adquiridos, así como las
habilidades.
Sin embargo, la comunicación es un tipo de actividad social diferenciada,
porque implica la producción, transmisión y recepción de las formas simbólicas.
Para ello, los individuos emplean medios técnicos y distintos soportes. Estos
medios técnicos permiten un cierto grado de fijación de las formas simbólicas
con varios grados de durabilidad. Otra característica de los medios técnicos es
que permiten un cierto grado de reproducción de múltiples copias; en ello la
imprente tuvo un papel decisivo, permitiendo posteriormente la explotación
comercial de estos medios técnicos. La explotación comercial de libros,
grabaciones musicales, etc., se basa en la capacidad de producir múltiples
copias de un trabajo, y controlar su proceso de producción de manera que
genere beneficios. El tercer aspecto de los medios técnicos es que tienen en
cuenta también determinados grados de separación espacio-temporal, que
varían enormemente dependiendo de las circunstancias de comunicación y del
tipo de soportes técnicos empleados; en el caso de las conversaciones cara a
cara, por ejemplo, existe una separación espacio-temporal relativamente
escasa.
El uso de soportes técnicos generalmente presupone un proceso de
codificación que requiere reglas y procedimientos para la descodificación de la
información o de contenidos simbólicos, que requiere habilidades,
competencias y formas de conocimiento específicas.
Con frecuencia utilizamos el término “comunicación de masas” que realmente
es un término engañoso, pues describe de manera ambigua la situación de la
mayoría de los productos mediáticos, pasados y presentes. La comunicación
de masas no se caracteriza por el número de individuos que reciben los
productos, sino más bien por el hecho de que los productos estén disponibles,
en principio, a una pluralidad de destinatarios. Hay que abandonar la
suposición de que los destinatarios de la información son observadores
pasivos, cuyos sentimientos han estado permanentemente aletargados por la
continua recepción de mensajes similares, la realidad no es así, pues los
receptores siempre tienen alguna capacidad para intervenir y contribuir en el
curso y contenido del proceso comunicativo. De la misma manera, puede
resultar engañoso el término “comunicación”, ya que los medios empleados en
esta son completamente diferentes a aquellos que forman parte de las
conversaciones ordinarias. Por todo ello, el término “comunicación de masas”
debe utilizarse con un gran tacto, y en todo caso con éste término habría que
referirse a la “producción institucionalizada y difusión generalizada de bienes
simbólicos a través de la fijación y transmisión de información o contenido
simbólico”.
El desarrollo de la comunicación de masas resulta inseparable del desarrollo de
las industrias mediáticas. La explotación comercial implica por tanto el
desarrollo de las innovaciones técnicas. Otra característica de la comunicación
de masas es que instituye una ruptura estructurada entre la producción de
formas simbólicas y su recepción, que implica que los receptores de los
mensajes mediáticos están abandonados a su libre albedrío. La extensión de la
disponibilidad de las formas simbólicas en el espacio y el tiempo sería otra de
las características importantes de los medios de comunicación, que en la
actualidad se produce a gran velocidad. Una quinta característica de la
comunicación de masas es la que conlleva la circulación pública de las formas
simbólicas, es decir, el contenido de los mensajes mediáticos se hace público,
visible por múltiples individuos que están dispersos a lo largo de distintos
contextos.
El uso de los medios permite a los individuos trascender las fronteras
temporales y espaciales que caracterizan la interacción cara a cara. El
advenimiento de la telecomunicación, en su momento desembocó en la
separación espacial y temporal, en el sentido de que la distancia espacial dejó
de requerir distancia temporal. La separación del espacio y el tiempo dio lugar
al descubrimiento de la simultaneidad despacializada que llevó a la
estandarización del sistema horario internacional.
Los medios de comunicación también desempeñan un importante papel en la
formación de nuestra percepción de la distancia, a medida que se incrementó
la velocidad de transporte-comunicación. La distancia pareció disminuir, lo que
nos lleva a que cada vez la manera de experimentar el paso del tiempo podría
estar cambiando en la actualidad, ya que nos resulta más difícil sostener una
concepción lineal de la Historia como progreso. Es arriesgado decir si este
cambio continuará y, si así sucede, cuales serán sus consecuencias.
2.- Los “media” y el desarrollo de las sociedades modernas.
Entre las características del mundo moderno podemos decir que estas son el
resultado de un conjunto de transformaciones que se iniciaron en Europa a
finales de la Edad Media y principios de la era moderna. El impacto de estas
transformaciones se dejó sentir de manera creciente más allá de los centros
urbanos en expansión y de los Estados que iban construyéndose en Europa.
Algunas de las principales transformaciones, según los sociólogos de la
Historia, han sido las siguientes: en primer lugar, el surgimiento de las
sociedades modernas implicó un conjunto característico de cambios
económicos a través del cual el feudalismo europeo fue transformándose poco
a poco en un nuevo sistema de producción e intercambio capitalista; en
segundo lugar, este moderno desarrollo originó que el número de unidades
políticas en la Europa Medieval se fuera reduciendo y encajando dentro de un
nuevo sistema de Estados nacionales; en tercer lugar, parece claro que la
guerra y sus preparativos jugaron un crucial papel en éste proceso de cambio
político. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en los cambios que ocurren
en una región o clase, podrían no ocurrir en otra, o podrían ocurrir de maneras
totalmente diferentes, a niveles y con consecuencias totalmente distintas.
Si nos preguntáramos cómo deberíamos caracterizar las principales
transformaciones institucionales de las sociedades modernas, deberíamos
empezar por analizar las transformaciones producidas por la economía, el
comercio, los descubrimientos geográficos, la revolución industrial. Desde el
punto de vista político, el Estado moderno actual ha surgido a partir de un largo
proceso de formación del Estado. Los territorios extranjeros en este proceso
proporcionaban fuentes adicionales de ingresos, convirtiéndose en importantes
socios comerciales para los capitalistas y los comerciantes establecidos en
Europa. El ejemplo más significativo son las Administraciones Coloniales. La
constitución de un Estado fuerte, generalmente, estaba precedida por la
formación de un sentimiento fuerte interno de identidad nacional dentro de sus
fronteras, “el nacionalismo”, orientado explícitamente al logro de unos objetivos
comunes. En este proceso hay que significar el papel jugado por las
instituciones religiosas, fundamentalmente la Iglesia católica romana, como
institución central del poder simbólico en la Europa medieval. La fragmentación
de la autoridad religiosa y su pérdida de influencia política fue paralela a un
segundo cambio producido por el desarrollo de las ciencias, tales como la
botánica, la medicina, etc., de manera que el poder científico paulatinamente
fue separándose de la Iglesia. Otro tercer cambio fue el de la aparición de la
imprenta.
En 1450 Gutenberg había desarrollado suficientemente sus técnicas de
impresión para su explotación comercial. El desarrollo de la imprenta fue
rápido, siendo las ciudades alemanas e italianas los centros más importantes
de publicación. La mayoría de los primeros libros eran ediciones de las
Sagradas Escrituras. También libros de filosofía y teología, junto a textos sobre
leyes y temas científicos para el público universitario. El crecimiento de la
industria de la impresión creó nuevos centros y redes de poder simbólico,
encaminadas a la producción de bienes. La censura estimuló sin embargo un
vigoroso comercio de contrabando de libros, pues durante la Reforma, el
Papado condenó las obras de Lutero, y los monarcas promulgaron edictos en
los que se ordenaba que se quemaran sus libros.
La imprenta también permitió acumular y difundir datos sobre el mundo natural
y social, desarrollando sistemas estandarizados de clasificación,
representación y práctica. También editaron obras de ciencias populares,
manuales prácticos, y almanaques que se vendían en gran cantidad.
Si nos preguntáramos quién leían los libros producidos la respuesta sería que
los principales clientes eran las élites urbanas educadas, incluyendo el clero,
los universitarios y los estudiantes, las élites políticas y la floreciente clase
comercial. Sin embargo, el porcentaje de gente alfabetizada era muy bajo en
algunos sectores de la población urbana. El declive del latín también propició
las ediciones en lenguas vernáculas, desarrollando las primeras redes de
comunicación que se transmitían información de carácter político y comercial:
en primer lugar, existía una extensa red controlada por la Iglesia, que le
permitía mantener contacto con las élites clericales y políticas; en segundo
lugar existían redes establecidas con las autoridades políticas de Estados y
Principados; un tercer tipo estaba vinculado a la expansión de la actividad
comercial, sobre todo en las ciudades italianas y centroeuropeas. Así fue como
apareció el correo y e sistema de comunicación como el de los Fugger o el de
la familia Taxis en Grecia. Las publicaciones periódicas de noticias
verdaderamente como tales empezaron a aparecer en la segunda mitad del
siglo XVI. Sin embargo, los orígenes de los periódicos modernos están a
principios del siglo XVII.
Las autoridades políticas trataban de imponer cierto control sobre la
proliferación de noticiarios y comunicaciones para, al mismo tiempo, con las
tasas especiales impuestas aumentaban sus impuestos. Sin embargo la lucha
planteada por la prensa independiente, jugó un papel crucial en el desarrollo
del moderno Estado constitucional. Algunos de los primeros pensadores
liberales y demócratas como Jeremy Bentham, James Mill y Hohn Stuart Mill,
fueron fervientes defensores de la libertad de prensa.
En sus estudios Hebermas sostiene que el desarrollo del capitalismo mercantil
del S XVI, junto con las cambiantes formas institucionales del poder político,
crearon las condiciones para que, a principios de la Europa moderna, surgiera
una nueva forma de esfera pública. En este contexto, el significado de
autoridad pública empezó a cambiar; dejando de un lado la vida cortesana,
para referirse más, a las actividades de un floreciente sistema estatal. Es lo que
llamaríamos la sociedad civil, con un dominio de relaciones económicas
privadas, bajo la tutela de la autoridad pública. En este contexto Habermas,
concede una gran importancia a la aparición de la prensa periódica. Entre las
críticas hechas a la explicación de Habermas, están las siguientes: 1.- Al
centrar su atención en la esfera burguesa, olvida el significado de otras formas
de discurso público y actividades sociales que existieron en Europa. 2.- Se
puede cuestionar el énfasis de Habermas sobre la prensa periódica a principios
del S XVIII, cuando en realidad ya había publicaciones anteriores. 3.- Una
tercera crítica se relaciona con la naturaleza restrictiva de la esfera pública
burguesa, compuesta por aquellos pocos individuos que habían tenido los
medios educativos y financieros para participar en ella, mientras se excluía a
trabajadores y campesinos, tanto hombres como mujeres.
El autor menciona en su visión panorámica sobre el crecimiento de las
industrias mediáticas, que este se debe fundamentalmente a la transformación
de las instituciones mediáticas en compañías con intereses comerciales, como
un fenómeno comercial nuevo. De manera que so progresiva mecanización dio
lugar a una mayor extensión en el mercado. También ve como a mediados del
S XIX comienza el proceso que hoy llamamos globalización de la
comunicación. Finalmente le da una importancia extraordinaria al empuje
proporcionado por la aparición de la energía eléctrica.
3.- El desarrollo de la interacción mediática.
En este desarrollo distingue tres tipos de situación interactiva, creados por la
utilización de los medios de comunicación y marcando una diferencia entre la
interacción cara a cara en contraste con la interacción mediática y la
interacción casi mediática. Para la primera la constitución espacio-temporal es
de co-presencia; una sistema de espacio temporal compartido con multiplicidad
de señales simbólicas orientada especialmente al otro o los otros y con
carácter dialógico. La interacción mediática supone la separación temporal de
contextos; con una disponibilidad extendida en el espacio y el tiempo, con un
estrechamiento del radio de acción de señales simbólicas, también orientada
específicamente a los otros y con carácter dialógico. Finalmente la interacción
casi mediática tiene una gran similitud con la mediática pero está orientada
hacia un indefinido número indefinido de receptores potenciales y tiene un
carácter monológico.
4.- transformación de la visibilidad.
La continua transformación de la naturaleza de la visibilidad origina una
cambiante relación entre visibilidad y poder que se puede analizar en la
distinción entre lo público y lo privado, al distinguir dos sentidos en la dicotomía
público y privado, valorando que el desarrollo de los mas madia, ha
transformado la naturaleza del espacio público, volviendo a trazar nuevas
relaciones históricas entre el poder y la visibilidad. Esto también ha dado lugar
a la creación de nuevas oportunidades para los líderes políticos, y al mismo
tiempo ha creado nuevos riesgos.
La distinción entre lo público y lo privado, tiene una larga historia en el
pensamiento social y político occidental. En la Edad Media, el poder político
institucionalizado fue creciendo mientras que los dominios de la actividad
económica y las relaciones personales, quedaban fuera del control político
directo generando las diferencias que en la actualidad separan lo público de lo
privado.
Antiguamente la propiedad pública de los individuos y de los acontecimientos
estaba vinculada a la idea de compartir un espacio común, opero el desarrollo
de los “Medios” ha creado formas nuevas de propiedad pública, completamente
diferentes de la propiedad pública tradicional, dejando de vincularse al hecho
de compartir un lugar común.
5.- La globalización de la comunicación.
Una de las características más importantes de la comunicación en nuestro
tiempo, es que tiene lugar a escala cada vez más global, a grandes distancias y
con relativa facilidad por lo que podemos decir que la reordenación del espacio
y el tiempo ocasionada por el desarrollo de los “mas media, es parte de un
conjunto de procesos más amplios que han transformado y siguen
transformado el mundo moderno. Esta globalización se manifiesta cuando las
actividades tienen lugar en un ámbito o territorio global, cuando están
planificadas a escala global e implican cierto grada de reciprocidad e
interdependencia, de forma que diversas actividades localizadas en diferentes
lugares del mundo, se configuran de la misma manera.
No cabe la menor duda de que la organización de la actividad económica y la
concentración del poder económico ha jugado un papel fundamental en el
proceso de globalización.
La primeras redes de comunicación se comenzaron a organizar en el S XIX y
principios del S XX. El telégrafo fue uno de los primeros medios de
comunicación que de manera exitosa, explotó el potencial comunicativo de la
electricidad. Un segundo avance del S XIX, de importancia considerable, fue el
establecimiento de las agencias internacionales de información: primero porque
las agencias se ocupaban de la reunión y de la difusión sistemática de noticias
y otras informaciones sobre amplios territorios; segundo porque las grandes
agencias acordaron debido a su rivalidad competitiva, dividir el mundo en
esferas de operación mutuamente excluyentes; porque se concentraron en
torno a la imprenta. La primera agencia de información fue creada en París por
Charles Havas; en 1835 y as partir de la segunda Guerra Mundial las cuatro
agencias más importantes Reuter, AP, UPI, AFP, han mantenido sus
posiciones de dominio en el sistema internacional, para la recopilación y
difusión de noticias y otras comunicaciones.
Otro importante avance se refiere al desarrollo de nuevos medios de transmitir
información a través de ondas electromagnéticas, librándose de la necesidad
de tender cables fijos
La globalización de la comunicación, también ha traído aparejado un proceso
estructurado y desigual que ha beneficiado más a unos que a otros. Ha sido el
desarrollo de las nuevas tecnologías el que ha jugado un papel muy importante
en la globalización de las comunicaciones. Con la instalación de satélites
artificiales de comunicación. Otra característica central de la globalización es
que los productos mediáticos circulan en una arena internacional, distribuidos
en un mercado global. En cuanto a las pautas de acceso a los materiales
simbólicos globalizados, estos están sujetos a diferentes pautas de asimilación.
6.- El rearraigo de la tradición
Aunque la tradición mantiene su significado, no cabe duda de que ha sido
transformada de manera fundamental: la transmisión de materiales simbólicos
que comprenden tradiciones se ha separado progresivamente de la interacción
social en un espacio compartido. Las tradiciones no desaparecen pero pierden
sus vínculos en los espacios compartidos de la vida cotidiana. El reamarre de
tradiciones procedentes de espacios compartidos, de la vida diaria, no implica
que las tradiciones floten libremente; por el contrario, las tradiciones se
mantendrán a lo largo del tiempo si son continuamente rei8ncorporadas a
nuevos contextos y rearraigadas a nuevos tipos de unidades territoriales.
La transformación de la tradición está vinculada de manera fundamental, con el
desarrollo de los medios de comunicación. El vínculo es doble: de una parte
facilita el declive de la autoridad y de los fundamentos tradicionales para la
acción; por la otra, los nuevos medios de comunicación también han logrado
separar la transmisión de la tradición del hecho de compartir un espacio
común, en consecuencia, han creado condiciones para la renovación de la
tradición a una escala que excede ampliamente cualquiera que haya existido
en el pasado.
7.- El yo y la experiencia en un mundo mediático.
El desarrollo de los “media” no solo enriquece y transforma el proceso de
formación del yo; también da lugar a un nuevo tipo de intimidad que antes no
existía y que se diferencia en determinados aspectos fundamentales de las
formas de intimidad características de la interacción cara a cara.
¿Cómo se enfrentan los individuos al flujo de la experiencia mediática en sus
vidas cotidianas?. Lo normal es que se ocupen de forma selectiva, centrándose
en aquellos aspectos que tienen un interés particular para ellos, e ignorando o
filtrando el resto. Sin embargo, también se esfuerzan para dar sentido a
fenómenos que desafían una compresión fácil, y se esfuerzan para
relacionarlos en contextos y condiciones de sus propias vidas. En cuanto a la
ideología muy debatida y criticada en los últimos años, podemos ver que el
desarrollo de los “Medios” incrementa en gran medida la capacidad de
transmitir potenciales mensajes ideológicos. También en un segundo aspecto,
el desarrollo de los “medios” puede tener consecuencias negativas para el
proceso de formación del yo: a mayor enriquecimiento del proceso de
formación del yo mediante formas simbólicas, mayor es la dependencia de
sistemas mediáticos que se escapan de su control. Un tercer aspecto es que la
creciente disponibilidad de materiales simbólicos, puede tener un efecto
desorientador.
8.- La reivindicación de la propiedad pública.
¿Cómo deberían organizarse los “medios” a nivel institucional? ¿Cuál debería
ser su contribución a la vida social y política?.
Con la transformación de las organizaciones mediáticas en organizaciones
comerciales a gran escala, la libertad de expresión, fue enfrentándose de
manera progresiva a una nueva amenaza, amenaza que no procedía del
excesivo uso del poder Estatal sino por el contrario, del libre crecimiento de las
organizaciones mediáticas, como empresas comerciales, por ello según el
autor se requiere una desconcentración de los recursos de las industrias
mediáticas; por lo que la concentració9n debería restringirse, con una ley que
permita crear las condiciones favorables para el desarrollo de las
organizaciones mediáticas, que no formen parte de los grandes
conglomerados, en dirección a una renovación de la política democrática, y
hacia una ética de responsabilidad global

Comentario de el libro de Thompson

Las sociedades desde sus inicios se han caracterizado por el intercambio de


símbolos y códigos que han marcado patrones comunes entre ellos, logrando
unificar significados que les permiten comunicarse entre si; estos códigos que
forman lenguajes comunes, no se encuentran estáticos sino que se modifican
de acuerdo a la significación dada por cada uno de los miembros de una
comunidad, la codificación del lenguaje varia de un espacio a otro logrando
estructurar un torre de babel en la cual conviven diferentes significados; la
codificación de la palabra tiene gran importancia para el individuo ya que no
solo identifica palabras comunes que les ayuda identificar su entorno, sino que
le permite definirse e identificarse dentro de su mundo.
Es de imaginarse que dentro de los “campos de interacción” que existen entre
estos individuos y que definen su universo inmediato los acompañan diferentes
contextos, uno de estos y que el autor explica es el poder y su relación que
ejerce dentro de las comunicaciones, el autor conceptualiza estas formas de
poder y las enumera en cuatro, estos son: 1) poder económico (relacionado
con el capital financiero y con instituciones económicas); 2) Poder político (su
principal recurso es la autoridad y se relaciona con el estado y su legitimad
para ejercer la violencia); 3) poder coercitivo (recurre a la fuerza física armada
y se relaciona con la parte del estado encargada de la vigilancia, la policía y la
milicia); 4) poder simbólico ( sus recursos son los medios de comunicación e
información y se relacionan con instituciones culturales, como las escuelas y la
iglesia).
Esta clasificación nos ayuda a entender las relaciones que envuelven las
comunicaciones entre los individuos, ya que de acuerdo al tipo de poder
existente en una comunicación se utilizaran distintas codificaciones.

Para poder distribuir la información hacia grandes grupos de individuos son


necesarios "medios técnicos" definidos por el propio Thompson como: “…el
sustrato material de las formas simbólicas, esto es los elementos materiales
con los que, y a través de los cuales, la información y contenido simbólico se
fija y transmite de un emisor a un receptor.”[1]

Estos medios técnicos tienen algunos atributos, la fijación es uno de ellos, esto
permite preservar códigos en un medio por un largo tiempo a través de
grabaciones, almacenando información, esta información almacenada puede
ser reproducida cuantas veces se necesario, el grado de reproducción de la
información, constituyen el segundo atributo, esta información puede ser
proyectada en distinta época y en distinto lugar de donde fue creada, esta
separación espacio-temporal permiten la separación de un símbolo de su
contexto y proyectarla en un nuevo.

Ahora bien, los individuos a los que les llega esta información necesitan ciertas
habilidades para decodificar el mensaje, por ejemplo la capacidad de los
individuos a acceder a medios impresos de comunicación es mas baja en los
países en vías de desarrollo y con un alto índice de analfabetización que en
países en donde la tasa de analfabetas es mínima.

Lo mencionado anteriormente podría paracer ambiguo cuando hablamos de


comunicación de masas, sin embargo, Thompson nos aclara el termino de
comunicación de masas diciendo que “La característica mas destacada de la
comunicación de masas no viene dada por el numero de individuos ( o una
proporción especifica de la población) que reciben los productos, sino mas bien
por el hecho de que los productos estén disponibles, en un principio, a una
pluralidad de destinatarios”[2]

Esta aclaración nos permite entender que la comunicación de masas no es


más que información duplicada y accesible a "todos", esto no quiere decir que
todos deciden o pueden ser receptores; por ejemplo la televisión de paga se ha
vuelto un medio de comunicación accesible para los que puedan pagar este
servicio y no por eso dejamos de llamarle comunicación de masas.

Los medios de comunicación han sido participes de los cambio en las


interacciones entre los individuos; en la edad media el tipo de interacción era la
conocida como cara-cara en esta se utilizaban códigos lingüísticos comunes y
estaba caracterizada por una nula separación espacio-temporal, la aparición de
la prensa modifico la situación permitiendo reproducir información y separación
espacio-temporal.

Al aparecer los periódicos la gente podía enterarse de hechos que sucedían en


otros tiempos y en otros espacios, debemos mencionar que no toda la
población tenia la capacidad de acceder a este medio de comunicación es por
eso que las charlas de café en donde se leía el periódico en voz alta se
volvieron comunes, permitiendo así la aparición de la opinión publica; así como
la comunicación ayuda a los individuos a reinterpretarse en la sociedad la
opinión pública no es más que este reinterpretación en donde los medios de
comunicación masiva son factor principal ya que sin ellos seria imposible la
extensión de paradigmas culturales similares que con el tiempo adoptan todos
los individuos.

La comunicación es un proceso de estimulo y respuesta, los seres humanos


construyen códigos que les ayudan a comunicarse entre si estos códigos
pueden variar entre una sociedad u otra así también los códigos pueden ser
modificados por una presión social, por una reinterpretación del yo colectivo,
por cambio de relaciones de poder o por modificaciones en la ideología, los
medios de comunicación plasman estos cambios al distribuir un conjunto de
códigos accesibles a todos los individuos de una determinada sociedad.

La opinión publica retrata la interpretación y reinterpretación de los hechos


sociales, pero no solo juega un papel pasivo, sino que logra transcribirse en los
medios de comunicación, estos a su vez pueden modificar imaginarios
colectivos y los códigos preestablecidos de manera radical. La variedad de
medios es de suma importancia para la salud de las democracias ya que de no
ser así la difusión de una solo ideología limita el crecimiento social y estructural
de comunicación entre los individuos, no muestra la reproducción real de la
sociedad, dejando olvidados a un porcentaje importante de individuos que si no
cuentan con los estímulos necesarios para modificar su mentalidad el proceso
de evolución social será pausado y la separación de espacio publico y espacio
privada que hace Habermas no podría existir sin esa interacción.

Thompson, J.B. (1998) Los media y la modernidad. Una teoría de los


medios de comunicación. Madrid: Paidón Communicación, Madrid
[edit]
Introducción
Uno de los principales argumentos de este libro sostiene que podremos
comprender el impacto social del desarrollo de nuevas redes de comunicación
y de flujo de información sólo si dejamos a un la do la idea intuitiva plausible de
que los medios de comunicación sirven para transmitir información y contenido
simbólico a individuos cuyas relaciones con los otros se mantienen
fundamentalmente inmóviles. Debemos ver, en vez de ello, , que el uso de los
medios de comunicación implica la creación de nuevas formas de acción e
interacción en la socidad, nuevos tipos de relaciones sociales y nuevas
maneras de relacionarse con los otros y con uno mismo.
Tres tradiciones de pensamiento que destacan particularmente:
• La tradición de la teoría social crítica procedente de la Escuela de
Francfort
• Los llamado teóricos de los media: Marshall McLuhan, Harold Innis y
Joshua Meyrowitz
• La Hermenéutica, una tradición preocupada, a grandes rasgos, por la
interpretación contextualizada de las formas simbólicas (Gadamer,
Ricoeur y Clifford Geertz)
[edit]
1. Comunicación y contexto social
• En todas las sociedades los seres humanos se dedican a la producción
e intercambio de información y contenido simbólico (característica
central de la vida social). p.25
• Aproximación a los media que resulta fundamentalmente "cultural", es
decir, se ocupa tanto del significado del carácter de las fomas simbólicas
como de su contextualización social. p.26
• La comunicación mediática posee una dimensión simbólica ireductible:
se ocupa de la producción, almacenamiento y circulación de materiales
significativis para los individuos que los producen y los recibe.
• La comunicación mediática siempre es un fenómeno social
contextualizado.
[edit]
Acción, poder y comunicación
• Los fenómenos sociales pueden ser vistos como acciones con
propósitos llevadas a término en contextos sociales estructurados. La
vida social está compuesta por individuos que llevan a cabo propósitos y
objetivos de varios tipos. En este cometido siempre actúan dentro de un
conjunto de circunstancias previamente establecidas, y que ofrecen a los
individuos diferentes oportunidades e inclinaciones. Estas circusntancas
pueden concebirse como campos de interacción p.28:
o Los individuos ocupan posiciones diferentes en el interior de estos
campos, dependiendo de los diferentes tipos y cantidad de
recursos disponibles para ellos.
o En algunos casos estas posiciones adquieren una cierta
estabilidad a través de la institucionalización, esto es,
convirtiéndose en parte de un paquete de reglas, recursos y
relaciones sociales relativamente estables.
o Las instituciones pueden observarse como un conjunto de
reglas, recursos y relaciones con cierto grado de persistencia en
el tiempo y cierta extensión en el espacio, unidas por el propósito
de alcanzar ciertos objetivos comunes.
o La posición que ocupa un individuo dentro de un campo o
institución esa íntimanente relacionada con el poder que él o ella
posee. De manera genérica, el poder es la capacidad para actuar
de acuerdo a la consecución de los porpósitos e intereses de
cada uno, la capacidad de intervenir en el curso de los
acontecimientos y de afectar a sus resultados.
• El poder es un fenómeno social penetrante característico de los
diferentes tipo de ación y encuentros. Siguiendo a Michael Mann
distinguiré cuatro tipos de poder. Llamaré a las institucione que ofrecen
plataformas provilegiadas para el ejercicio de ciertas formas de poder
con el nombre de instituciones paradigmáticas.
o El poder económico procede de la actividad humana productiva,
es decir, de la actividad que se ocupa de abastacer de los medios
de subsistencia a través de la extracción de las materias primas y
de su transformación en bienes que pueden consumirse o
intercambiarse en un mercado..
o El poder político procede de la acividad de coordinar a los
individuos y regular sus patrones de interacción.
 Básicamente estas instituciones incluyen lo que
generalmente se conoce con el nombre de Estado. Los
Estados implican un complejo sistema de reglas y
procedimientos que autorizan a ciertos individuos a actuar
de determinadas maneras.
 Como destacó Max Weber, la capacidad de un Estado
para dirigir la autoridad depende generalemente de su
capacidad para ejercer dos formas de poder distintas pero
relacionadas, a las que describiré como poder coercitivo y
poder simbólico.
o El poder coercitivo supone el uso, o la amenaza de utilizar, la
fuerza física para someter o vencer a un oponente.
Históricamente, las instisituciones más notables para la
acumulación de recursos de este tipo son las instituciones
militares.
o El poder simbólico o poder cultural el que procede de la
actividad productiva, transmisora y receptora de formas
simbólicas significativas. La actividad simbólica es una
característica fundamental de la vida social, a la par de la
actividad productiva, la coordinación de los individuos y la
coerción.

John Thompson hace referencia a la Transformación en Europa Moderna con


el Feudalismo por capitalismo Surge un poder militar en manos de potencias y
de transformación cultural sistemática en cuanto a las formas simbólicas, y en
sus modos de producción y circulación en el mundo social.
Hay innovaciones técnicas (impresión y codificación electrónica de la
información), circulación sin precedentes y mediatización de la cultura y
surgimiento de organizaciones mediáticas

Thompson muestra cuatro formas de poder: económico, político, coercitivo y


simbólico, de algunas dimensiones institucionales de las sociedades
modernas, nos hace referencia a la economía medieval y la producción a
pequeña escala de tierras de los señores feudales y extensas redes
comerciales.

El Capitalismo es la acumulación de capital para conseguir medios de


producción, empleados que reciben un salario y un producto vendido más caro
que lo que cuesta producirlo y la expansión comercial global de la revolución
Industrial aumentó enormemente la capacidad productiva de las empresas.

L a misión del texto es conocer los medios para ejercer el poder coercitivo en
las fronteras externas e internas de comunicación para ayudar a difundir
símbolos e ideas en un lenguaje común y que ayude a la imprenta como tal.

El objetivo es conformar una nueva base de poder simbólico, como empresas


comerciales, que dependían de la capacidad de producir de manera efectiva
bienes de consumo simbólicos. Esto también ayudó al desarrollo capitalista.

La conclusión que yo le doy al texto es la globalización de la comunicación y


medios de Desarrollo de agencias de noticias internacionales y la expansión de
redes de la comunicación que establecieron los principios de un sistema global
de información con diversas formas de mediáticas, electrónicas, respecto a la
explotación de nuevas tecnologías que se interrelacionan de manera compleja
con el poder económico, político y coercitivo. En un cambio de entorno
mediático por el crecimiento de los conglomerados de la comunicación.

Mi pregunta es ¿Que permitió a los individuos compartir símbolos y creencias


expresadas en un lenguaje común?

omo pone de manifiesto Salvador Giner en Mass Society


(1976), las nociones de “masa” y de “sociedad masa” expresan,
desde sus orígenes, una actitud aristocrática frente a la
gente común. La noción de “masas” o de “sociedad de masas” aparece
y desaparece. Se trata de una concepción obsoleta y ya superada
que, sin embargo, se resiste a desaparecer especialmente en el
ámbito de los estudios de comunicación. Por ejemplo, en el conocido
libro de W. Russell Neuman The Future of the Mass Audience
(1991), se recurre todavía a la misma noción para explicar el comportamiento
de los públicos en los albores de la era digital.
En el campo de la filosofía, destaca la obra de Peter
Sloterdijk El desprecio de las masas (2001), que retoma el tema y
considera que “la masa postmoderna es una masa carente de todo
potencial, una suma de microanarquismos y soledades que apenas
recuerda la época en la que ella —excitada y conducida hacia sí
misma a través de sus portavoces y secretarios generales— debía y
quería hacer historia en virtud de su condición de colectivo preñado
de expresividad”.1 El filósofo alemán relaciona el (re)nacimiento
de la “masa” en la etapa actual con el desarrollo de los
medios de comunicación social y la configuración de nuevos
públicos dispersos, fragmentados y anónimos: “Ahora se es masa
sin ver a los otros. El resultado de todo ello es que las sociedades
actuales o, si se prefiere, postmodernas han dejado de orientarse a
sí mismas de manera inmediata por experiencias corporales: sólo
se perciben a sí mismas a través de símbolos mediáticos de masas,
discursos, modas, programas y personalidades famosas”.2
En la obra El sublim i el vulgar3 se señala que la concepción
de la sociedad como “sociedad de masas” ha incidido en buena
parte de las interpretaciones sobre la sociedad del siglo XX. Desde
1. SLOTERDIJK, P. El desprecio de las masas. Valencia: Pre-Textos, 2001, p.
18.
2. Ibid., p. 17.
3. BUSQUET, J. El sublim i el vulgar. Barcelona: Proa, 1998, p. 135-169.
C
REFLEXIONES CRÍTICAS SOBRE EL MITO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”
149
esta perspectiva, es justo reconocerlo, se han realizado algunas de
las contribuciones más brillantes y más incisivas sobre la realidad
actual. No obstante, estos trabajos presentan, en el contexto de las
ciencias sociales, importantes limitaciones que impiden comprender
mejor el papel de los medios de comunicación en el mundo
actual. La perspectiva de la “sociedad de masas” parte de un conjunto
de supuestos que hoy resultan insostenibles y que dificultan
la comprensión del papel de los mass media en la sociedad contemporánea.
Como sostiene John B. Thompson, “debemos abandonar
la suposición de que los destinatarios de los productos
mediáticos son observadores pasivos cuyos sentimientos han estado
permanentemente apagados por la continua recepción de mensajes
similares”.4
LA TENTACIÓN MASSMEDIOLÓGICA
En “Sociologues des mythologies et mythologies des
Sociologues”,5 Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron manifestaron
una visión (hiper)crítica respecto a los teóricos de la sociedad
de masas y la comunicación de masas (a quienes llaman, irónicamente,
“massmediólogos”). Los massmediólogos intentan sustituir
los métodos analíticos de la sociología clásica por un discurso
pseudocientífico cargado de connotaciones ideológicas. La difusión
y la aceptación de dichas obras, sobre todo entre públicos
amplios y no especializados, se deben al hecho de que suscitan en
el lector la falsa evidencia de que todo el mundo es capaz de interpretar
los signos de la modernidad. Sin renunciar a su pretensión
de cientificidad, los “autores apocalípticos”6 elaboran un relato
general de carácter pesimista que sirve para interpretar los acontecimientos
de nuestra civilización, desde las cuestiones más simples
4. THOMPSON, J.B. Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de
comunicación.
Barcelona: Paidós, 1998, p. 45.
5. BOURDIEU, P.; PASSERON, J.C. “Sociologues des mythologies et
mythologies
de Sociologues”. Les Temps Modernes, n. 211, p. 998-1021. Se trata de una
obra polémica
que reúne un conjunto de breves ensayos, en los cuales Bordieu y Passeron
plantean una crítica radical contra los autores que teorizan sobre la cultura
moderna
y los medios de comunicación de masas. En este sentido, L’esprit du temps de
E.
Morin es una obra paradigmática y representativa de la massmediología
francesa, y
principal objetivo de las iras de Bourdieu y Passeron. En realidad, se trata de
ajustar
las cuentas a una corriente rival dentro del mundo universitario francés.
6. ECO, U. Apocalípticos e integrados. Barcelona: Lumen, 1988, p. 11-72.
JORDI BUSQUET TRÍPODOS
150
hasta las más complejas. Este tipo de discurso, cargado de tópicos,
adquiere verosimilitud en la medida en que pretende “desvelar” el
sentido profundo de una serie de fenómenos cotidianos: los atascos
en los cinturones de ronda, la desaparición de la sobremesa por
culpa del televisor, el aislamiento que fomenta el ordenador personal,
etcétera. En realidad, algunos autores apocalípticos intentan
dar forma y apariencia racional a las ideas que cualquiera puede
formular sobre las aventuras y desventuras de la cotidianidad. Se
trata de una especie de pseudosociología que no ha roto con “la
sociología espontánea” del hombre de la calle y que participa todavía
de la “ilusión de transparencia”, que pretende que los fenómenos
sociales se nos presenten como evidentes e inmediatamente
aprehensibles.
Nadie escapa a la “tentación massmediológica”. Ironías de
la vida: el propio Pierre Bourdieu, en la última parte de su vida, nos
ha legado Sur la télévision (1996), una obra muy interesante, pero
cargada de recelos y prejuicios respecto a este medio.
CRÍTICA A TRES SUPUESTOS FUNDAMENTALES
DE LA SOCIEDAD DE MASAS
Ha sido la sociología empírica americana, la Mass
Communication Research, sobre todo, la que ha cuestionado por
lo menos tres de las premisas fundamentales de las teorías de la
“sociedad de masas”. En primer lugar, la idea de que la sociedad de
masas ha erosionado los vínculos personales y ha provocado,
incluso, la destrucción de los grupos primarios (familia, clan, iglesia,
etcétera); en segundo lugar, relacionado con el punto anterior,
la idea de que el público de las comunicaciones de masas es un
público atomizado, un público formado por individuos solitarios,
aislados y desarraigados (este desarraigo los hace especialmente
influenciables y vulnerables); finalmente, como veremos seguidamente,
la tendencia a sobrevalorar la importancia y los efectos
negativos de los medios de comunicación. La pretensión de que
los mass media ejercen un poder de persuasión irresistible.
Los estudios empíricos realizados dentro de la Mass
Communication Research en su momento ya pusieron en evidencia
la complejidad del fenómeno. Como recuerda Bauer, “la
audiencia se demostraba intratable. Las personas decidían ellas
solas si ponerse a la escucha o no. E incluso cuando escuchaban, la
comunicación podía resultar carente de efectos o tener efectos
opuestos a los previstos. Progresivamente, los estudios debieron
desplazar su atención sobre la audiencia para comprender a los
REFLEXIONES CRÍTICAS SOBRE EL MITO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”
151
sujetos y el contexto que la integraba”.7 Se constató que los individuos
“reciben el impacto” de los medios de comunicación social
en su condición de miembros de grupos sociales primarios distintos
(clan familiar, entorno profesional, ambiente religioso, político
y cultural). Los estudios de audiencia descubrieron los grupos
primarios como elemento esencial para valorar y hacer más extensiva
la idea de audiencia.
Las teorías de la “sociedad de masas” derivan de ciertos
supuestos básicos, muchos de los cuales son simplemente falsos y,
otros, científicamente indemostrables.
LA OMNIPOTENCIA DE LOS MEDIOS
DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Los autores apocalípticos consideran los mass media como
un poderoso instrumento de control y manipulación al servicio de
las élites. Desde su distancia intelectual y en nombre de la libertad,
dichos autores tienden, paradójicamente, a magnificar el poder de
los grandes medios y, a la vez, a subestimar “los mecanismos de
defensa” que disponen los individuos corrientes para hacer frente
a la influencia pretendidamente irresistible de los mass media.
Existe una visión conspirativa sobre los medios de comunicación,
pero, curiosamente, no hay necesidad de llamar por su nombre a
los “manipuladores”.
Desde posiciones críticas se tiende a atribuir un poder extraordinario
a los nuevos instrumentos de comunicación. En este sentido,
como sostiene Castells: “Es una de las ironías de la historia
intelectual que sean precisamente aquellos pensadores que abogan
por el cambio social quienes suelen considerar a las personas
receptáculos pasivos de manipulación ideológica, descartando de
hecho las nociones de movimientos sociales y cambio social,
excepto cuando se trata de acontecimientos excepcionales y singulares
generados fuera del sistema social”.8
En los discursos apocalípticos se da por supuesta la capacidad
manipuladora de los medios, pero raramente se explican cuáles
son estos mecanismos de control social. Tampoco es fácil conocer
exactamente cuál es su grado de influencia.
7. BAUER, R.A. “The Communicator and the Audience”. Journal of Conflict
Resolution. Vol. 2 (1958), n. 1, p. 66-77.
8. CASTELLS, M. La era de la información. Vol.1. La sociedad red. Madrid:
Alianza,
2000, p. 408.
JORDI BUSQUET TRÍPODOS
152
EL TEMOR A LA TECNOLOGÍA
La concepción de la sociedad de masas supone también una
percepción muy crítica respecto a las innovaciones tecnológicas.
Es pertinente recordar las frecuentes actitudes de temor y desconfianza
manifestadas a lo largo de la historia frente a los medios de
comunicación social o frente a las industrias culturales. Cada vez
que se crea un nuevo medio de comunicación aparece en el seno
de la comunidad un sentimiento de profunda inquietud por los
efectos perjudiciales que éste pudiera causar en la población. El
descubrimiento y la aplicación de los nuevos medios tecnológicos
han ido siempre acompañados, junto a la fascinación que provoca
la novedad, de manifestaciones de temor y de desconfianza.
“Primero, fue la invención de la imprenta y el nacimiento del
libro, después la prensa de masas, más adelante el cine y la radio.
Hoy la televisión levanta muchas suspicacias, hasta el punto que
algunos creen que la televisión es la principal responsable del
incremento de la violencia en el mundo”.9 La desconfianza se
extiende, lógicamente, a los nuevos artefactos tecnológicos (Pc,
móvil, videoconsolas, etc.) que son característicos de la era digital.
LA NOSTALGIA DEL PASADO
Como ya demostró Edward Shils, la teoría de la sociedad de
masas esconde, originariamente, una nostalgia de épocas pasadas,
de la época clásica o de la sociedad feudal, cuando existía una
sociedad estamental y las barreras sociales eran nítidas y claras. En
su crítica a los teóricos de la sociedad y su cultura, Shils quiso combatir
una perspectiva que ponía de manifiesto los elementos de
desorden y de decadencia cultural, y planteó una visión alternativa
que destacaba los aspectos positivos de consenso y orden social
en la sociedad americana de mediados de los cincuenta.
En Daydreams and Nightmares: Reflections on the Criticism of
Mass Culture, Edward Shils (1957) realiza una de las críticas más
duras e incisivas a los detractores de la sociedad de masas. Las diatribas
del sociólogo norteamericano no van dirigidas únicamente
a los críticos de tendencia conservadora como el pensador español
J. Ortega y Gasset, o a los autores británicos M. Arnold, F.R. Leavis
o W. Lewis. Shils sostiene que esta concepción, profundamente
9. ARAN, S. [et al.]. La violència en la mirada. L’anàlisi de la violència a la
televisió.
Barcelona: Trípodos, 2001, p. 46.
REFLEXIONES CRÍTICAS SOBRE EL MITO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”
153
pesimista sobre el futuro, ejerció también un especial atractivo
para algunos sectores del pensamiento intelectual de izquierdas.
Shils considera la teoría de la sociedad de masas como la ideología
de una protesta romántica contra la vida contemporánea. Tiene
sus raíces en el romanticismo alemán e implica una visión muy
pesimista respecto al proceso modernizador y sus secuelas. Y así,
una de las grandes debilidades de la teoría de la sociedad de masas
reside en su falta de base histórica. Aquello que se nos presenta
como un relato histórico parece más bien un mito literario que
pone de manifiesto cierta nostalgia ante lo que se nos presenta
como una “realidad perdida”. Ciertos intelectuales tienden, sobre
todo en momentos de crisis, a idealizar las sociedades tradicionales
y mantienen una actitud hipercrítica sobre la sociedad actual.
Los “hombres de ideas”, a menudo, contrastan los mitos de una
época dorada con su sociedad que se halla en “periodo de decadencia”;
se trata de un recurso fácil y eficaz para desenmascarar las
carencias de la sociedad actual.
LA IDEALIZACIÓN DEL SER HUMANO
En realidad, los teóricos de la sociedad de masas —sobre
todo los progresistas— tienen igualmente una concepción ingenua
e idealizada de la naturaleza humana que contrasta con la realidad
del hombre contemporáneo y que dificulta una comprensión
cabal del comportamiento humano en el seno de las sociedades
avanzadas. Las grandes expectativas depositadas en las posibilidades
culturales del ser humano estaban, al menos en parte, justificadas
por la expansión de la educación, la generalización del ocio
y por la mejora general del nivel de vida por parte de la población
que se alcanzaron a partir de la segunda mitad del siglo XX. Pero
las características de la nueva “sociedad de consumo”, regida por
imperativos productivistas, frustraron pronto estas expectativas.
Umberto Eco mantiene la sospecha de que estos autores críticos
albergan un modelo humano basado en una concepción aristocrática.
Se trata del modelo de gentilhombre de la época renacentista:
un hombre culto, reflexivo y profundo, a quien una condición
económica privilegiada ha permitido tomar distancia y despreocuparse
de las cuestiones mundanas y de las urgencias materiales
para dedicarse, ante todo, a “cultivar con intensa dedicación sus
experiencias interiores”.10
10. ECO, U. Op. cit., p. 42.
JORDI BUSQUET TRÍPODOS
154
LAS LIMITACIONES METODOLÓGICAS
Más allá de la crítica ideológica, y desde una perspectiva
sociológica, lo que interesa destacar aquí son las debilidades metodológicas
que presentan las nociones de sociedad de masas, cultura
de masas y comunicación de masas.
Han sido algunos teóricos de la comunicación quienes, tradicionalmente,
han usado el término masa para referirse a los nuevos
públicos “creados” por la implantación de los mass media y
para referirse a la nueva cultura: la “cultura de masas”. El público
es la consecuencia de la presencia de los medios de comunicación
de masas. Para Harold Lasswell, uno de los padres fundadores de la
teoría de la comunicación, los medios de comunicación eran concebidos
como instrumentos de persuasión y propaganda capaces
de modelar comportamientos, actitudes y valores mediante una
relación directa con el público. Sus teorías planteaban: “Una sociedad,
caracterizada por el aislamiento psicológico y su carácter
impersonal, reaccionaba uniformemente ante los poderosos estímulos
de los mensajes de los medios de comunicación.”11
La investigación comunicativa de este periodo se preocupa,
mayoritariamente, por describir la comunicación de masas como
un proceso intencional que se realiza entre un comunicador institucional
inicial y un receptor colectivo final. Este modelo lineal ha
tenido una gran trascendencia porque ha fundamentado la investigación
predominante casi desde los años treinta hasta los años
setenta y porque se basa en la teoría conductista propia de la psicología
experimental. Muchos de los estudios que se elaboraron
desde la teoría de la comunicación de masas se limitaban a hacer
un análisis de contenidos (condición necesaria pero insuficiente
para conocer los efectos sociales de los mensajes mediáticos).
Parece evidente que los efectos que producen los medios de comunicación
no son consecuencia o no tienen, necesariamente, una
relación directa con las intenciones de quienes comunican, ni con
el contenido de la comunicación.
Actualmente, dentro de un nuevo paradigma digital, ya no
nos encontramos ante una comunicación caracterizada por la linealidad.
En el caso de las TIC no existe una brecha clara entre emisor y
receptor como sucede con los medios de comunicación convencionales
(radio, prensa y televisión). Los modelos clásicos de la comunicación
—Lasswell, Shannon, Schramm, Jakobson y Maletzke—
11. RODRIGO, M. Los modelos de la comunicación. Madrid: Tecnos, 1989, p.
30.
REFLEXIONES CRÍTICAS SOBRE EL MITO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”
155
no sirven para analizar la comunicación mediada por las TIC. El
problema es que los modelos clásicos se centran en el estudio y
análisis del proceso comunicativo propio de la comunicación
interpersonal y la comunicación de masas, y no son extrapolables
a la nueva situación.12
LA PERSISTENCIA DE LA NOCIÓN DE “MASAS”
La tendencia a analizar el proceso de comunicación desde el
punto de vista del emisor ha estado muy presente —incluso, en el
propio ámbito de investigación comunicativa—, muy condicionada
por la demanda social y por los intereses comerciales de las
empresas anunciantes. Como demuestra el debate acerca de la cultura
de masas, y a pesar de notables excepciones, en la mayoría de
los discursos que abordan la cultura moderna se observa una clara
tendencia a ver al público como una masa de individuos indiferenciados
que, desde sus casas, asisten como espectadores pasivos
a los distintos programas. Esta visión es superficial e insatisfactoria.
La comunicación de masas no se produce únicamente entre
una institución emisora y un receptor aislado: su análisis debe considerar
el contexto social donde se produce la recepción. Por otra
parte, la revolución digital y las nuevas formas de interactividad
suponen un claro desafío a esta concepción obsoleta y completamente
superada.
Los profesionales de la radio y de la televisión no conocen
directamente al público. A menudo los responsables de estas
empresas no tienen ni idea del público que los sigue y tienden a
contemplarlo de forma completamente interesada. Lo que preocupa,
básicamente, es hacer llegar unos contenidos al máximo
número de personas posible o, quizás, a un tipo de público muy
concreto. Los estudios de audiencia nacen para dar respuesta a
este problema de conocimiento pragmático que tienen los responsables
de los medios audiovisuales y, también, responden a
los imperativos comerciales de la publicidad.
Los estudios de audiencia permiten conocer cuántos individuos
miran un espacio de comunicación en un momento dado; se
pueden incluso conocer las características personales de la audiencia,
pero desde esta perspectiva no se pueden saber el contexto y
las condiciones donde se produce la recepción. Tampoco sabemos
12. RUANO, L. Los SMS como medio de movilización sociopolítica. Una
aproximación
al caso del 13-M. Tesina, 2008, p. 159-160.
JORDI BUSQUET TRÍPODOS
156
el interés que despierta un programa concreto. Así, se tiende a
poner el acento en el poder de los medios técnicos de comunicación,
pero a menudo se desconoce cuál es el impacto o la incidencia
real que los mensajes pueden tener en la ciudadanía o, mejor
dicho, cuál es el uso que los ciudadanos hacen de los mismos.
Incluso en el campo de la prensa escrita también se ha planteado
el mismo problema. Sorprende la persistencia del uso del término
masa en el ámbito profesional del periodismo y la comunicación.
En el estudio titulado Algo más que periodistas, Félix Ortega y
María Luisa Humanes constatan: “Los periodistas españoles no
parecen mantener una idea muy definida de su público: el estereotipo
de la audiencia como masa continúa ejerciendo una gran
influencia entre los informadores, aunque destaca, también, el alto
porcentaje de profesionales que afirman no tener ninguna imagen
de los individuos a los cuales se dirigen, cosa que pone de manifiesto
un escaso interés por los usuarios de la comunicación”.13 Este
escaso interés de los profesionales de la comunicación por el público
se pone de manifiesto, paradójicamente, en la actitud de recelo
y perplejidad que históricamente han manifestado los responsables
de la prensa hacia la sección de cartas al director (Pastor, 2004).
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE RECEPCIÓN
Desgraciadamente, la tendencia a analizar el proceso comunicativo
desde el punto de vista del emisor no es un hecho exclusivo
del campo profesional. También en el campo de la investigación
comunicativa existe una cierta tendencia a considerar al público
como “una masa de individuos indiferenciados” que asisten, desde
sus hogares, como espectadores pasivos e indolentes a los diversos
programas. No obstante, hoy sabemos que las cosas son mucho más
complejas. Los estudios de audiencia ponen de manifiesto un interés
instrumental en el “control” de los públicos y manifiestan un
menoscabo sistemático de las potencialidades culturales del “gran
público”. Esta concepción —que hoy se considera superada por
parte de la propia investigación especializada— aparece de forma
persistente en muchos discursos sobre la “cultura de masas”.
La teoría de los usos y gratificaciones ya puso de manifiesto,
en su momento, la responsabilidad y el protagonismo del público
al hacer las elecciones individuales. Por su parte, J.B. Thompson
13. ORTEGA, F.; HUMANES, M.L. Algo más que periodistas. Barcelona: Ariel,
2000, p. 165.
REFLEXIONES CRÍTICAS SOBRE EL MITO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”
157
(1998), propone, desde una perspectiva sociológica, una visión más
centrada en los usos sociales y en la recepción de los mensajes por
parte de la ciudadanía. La recepción de los productos mediáticos
debe entenderse como un “proceso hermenéutico” activo y creativo
que se realiza en un determinado contexto social. En este sentido,
es preciso conocer cuáles son la disposición personal de los
espectadores y el contexto familiar o grupal de los consumos culturales.
Los estudios actuales de recepción ponen de manifiesto que
el uso de los medios de comunicación debe inscribirse en las prácticas
culturales cotidianas y tienen en consideración su contexto de
recepción. Desde esta óptica, los miembros de la audiencia no son
simples consumidores pasivos, sino que son productores activos de
sentido, dado que decodifican los “textos” mediáticos en función
de unas circunstancias sociales y culturales muy particulares.
CONCLUSIONES.
LA NOCIÓN DE MASA Y SUS LIMITACIONES
En realidad la masa no existe: sólo hay formas de ver a la gente como masa
Raymond Williams
Para concluir el artículo, señalamos de forma concisa y sistemática
las principales limitaciones que presenta la concepción
de “masa” en los discursos sobre la comunicación y la cultura contemporánea.
14
1. El concepto de masa está, generalmente, cargado de connotaciones
negativas hacia el público y, por extensión, hacia los contenidos
de la cultura. En algunos casos se puede hacer un uso
“positivo” de dicha palabra, pero se trata de un uso “desnaturalizado”.
A menudo introduce un juicio de valor que, evidentemente,
invalida su uso con finalidades científicas. Hace falta adoptar
conceptos alternativos —por ejemplo, público o audiencia— que
tengan un significado más preciso y un cariz menos valorativo.
2. La masa es un término poco preciso. Al hablar de masa o masas se
proyecta la idea de una vasta audiencia que comprende unos cuantos
millares o, incluso, millones de personas. Sería muy difícil especificar
una medida cuantitativa precisa a partir de la cual un hecho
cultural fuera “masivo” o por debajo de la cual dejara de serlo.
14. BUSQUET, J. Els escenaris de la cultura. Formes simbòliques i públics a
l'era digital.
Barcelona: Trípodos, 2005, p. 213-215.
JORDI BUSQUET TRÍPODOS
158
3. El término masa es ambivalente. Su ambigüedad y polisemia
pueden dificultar el trabajo en el campo de la investigación especializada.
Lo que en ocasiones resulta una ventaja en el campo literario
es un grave inconveniente en el campo científico.
4. Siempre que hablamos en términos de masas lo hacemos en tercera
persona: “La masa son los otros”. La noción de masa —como
la de audiencia— implica una concepción distanciada con respecto
a los fenómenos de la cultura mediática. La masa se construye
mediante una determinada mirada que tiende a distorsionar la realidad
al menospreciar la capacidad cultural del resto de ciudadanos.
5. Los mass media son considerados como poderosos instrumentos
al servicio de las elites. Es cierto que el sistema comunicativo tiene
una importancia social creciente en las sociedades complejas, pero
desde posiciones críticas se tiende a sobredimensionar su poder. Se
mantiene la pretensión de que los mass media y las diversas industrias
culturales ejercen un poder de persuasión irresistible. Esta
concepción ha sido, y es todavía hoy, una de las premisas más
polémicas y controvertidas.
6. La teoría de la sociedad masa parte de una concepción simplista
del comportamiento humano. Evidentemente, no todos los individuos
somos iguales, no compartimos la misma sensibilidad y no
respondemos de la misma manera ante un mismo mensaje mediático.
Esta idea choca con la realidad de una sociedad compleja
donde los individuos tienen roles extraordinariamente diversos y
preferencias culturales muy distintas.
7. No se puede menospreciar la capacidad selectiva de los individuos.
Ésta siempre dependerá de su interés particular y de su nivel
cultural. Los individuos pueden hacer (o no) una lectura crítica y
relativamente selectiva de los contenidos mediáticos.
8. La concepción de la sociedad masa sugiere, equívocamente, que
los destinatarios de los productos mediáticos constituyen un vasto
mar de individuos aislados e indiferenciados. El aislamiento —se afirma—
los hace particularmente vulnerables a la influencia mediática.
No se tiene en cuenta la importancia de los grupos primarios, ni la
complejidad de los procesos de recepción y se ignora la importancia
que continúa teniendo la comunicación interpersonal en las sociedades
complejas. Los individuos no son seres aislados (ni siquiera en
una sociedad basada en principios individualistas). La comunicación
de masas no se produce sólo entre una institución emisora y un
receptor aislado. Es necesario considerar la importancia de la familia,
de los amigos, etc. La lectura y la interpretación que los miembros de
la audiencia realizan de los contenidos audiovisuales depende, lógicamente,
del contexto cultural y de su nivel cultural y sensibilidad.
REFLEXIONES CRÍTICAS SOBRE EL MITO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”
159
9. No es cierto que los destinatarios de los productos mediáticos
sean observadores pasivos. Todo acto de consumo cultural implica
un cierto grado de participación activa por parte del receptor,
hecho que se acentúa, lógicamente, con las TIC que presentan un
carácter “interactivo”.
10. Las nuevas redes de comunicación exigen un individuo mucho
más activo en el uso de las tecnologías, al mismo tiempo que estas
tecnologías permiten nuevas formas de relación e interacción. En
una sociedad marcada por un nuevo paradigma, el paradigma digital,
la noción de “masa” resulta todavía más insostenible. Los ciudadanos
que tienen un buen dominio de las TIC pueden pasar del
papel de “receptor” al papel de “emisor” con capacidad de crear
sus blogs personales, páginas web, etc. En este caso, el término
masa es completamente inapropiado.

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