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TRIBUS URBANAS: ENTRE RITOS Y CONSUMOS

El caso del Multiforo Cultural Alicia

Alejandra García Leal María*

Alejandro Gutiérrez Velasco*

Bernardo Lambarry Avendaño*

Sandra Montaño*

Octavio Orduño Gaviña*

Lourdes Pesqueira Fernández*

Daniela Rébora Boy*

Andrés Sandoval Hernández**

Introducción

El presente texto busca realizar un primer acercamiento al estudio de la subjetividad juvenil en la Ciudad de México desde
el enfoque de las tribus urbanas. Los resultados que aquí se presentan están basados en una investigación realizada por
un equipo de estudiantes de la carrera de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, en el
período de agosto a noviembre de 2004 en torno a los grupos de jóvenes que concurren al Multiforo Cultural Alicia,
ubicado en la zona centro de esta ciudad.

La metodología utilizada combinó el uso de la técnica de observación participante en sitio durante el período mencionado,
la realización de entrevistas semi-estructuradas a doce jóvenes que asisten habitualmente al lugar y en el análisis de
contenido de las letras de noventa y ocho canciones de seis discos de igual número de grupos musicales considerados
como representativos del mismo.

A fin de contextualizar este trabajo se responde primero a la pregunta de por qué realizar una investigación sobre este
tema; en seguida se presenta una breve descripción de los principales conceptos teóricos del enfoque de las Tribus
Urbanas o Tribus Juveniles. Posteriormente se realiza una descripción etnográfica de este grupo de jóvenes y del
Multiforo Cultural Alicia, así como de los acontecimientos más representativos que ocurren en este espacio y que agrupan
a este grupo de jóvenes en una tribu urbana. Finalmente, se expone, lo que a partir de la experiencia de campo y su
posterior análisis, se considera que son los códigos en torno a los cuales se articula esta tribu urbana de la Ciudad de
México.

Es a partir del análisis de este estudio de caso, que este trabajo pretende dar cuenta de cómo un grupo de jóvenes que se
reúne en torno a un multiforo cultural construye un espacio de pertenencia y significación a través del consumo de
determinados bienes y símbolos culturales, para formar lo que en otros estudios se ha dado en llamar una tribu urbana.

¿Por qué realizar una investigación sobre las Tribus Urbanas en la Ciudad de México?

*
*
Desde hace algunas décadas han surgido en nuestra ciudad grupos de jóvenes con características e intereses comunes
que con el paso del tiempo se han ido transformando, primero fueron los tarzanes en los años 40, engominados que se
reunían en billares; luego los rebeldes sin causa con chamarras de cuero y cadenas; después los flotas que tomaron la
esquina y finalmente las bandas que hicieron lo mismo pero con una mayor violencia. Y ahora, aparecen las tribus.

Desde su aparición estas manifestaciones han sido catalogadas como situaciones problema que escapan al control
normativo de la sociedad, por lo tanto, han sido objeto de cuestionamientos, como formas de expresión juvenil,
identificándolas, como fuente de peligro y riesgo para el orden social, con la utilización de rótulos como delincuentes,
drogadictos, jóvenes pandilleros, apáticos, entre otras cosas.

Estas miradas de la sociedad como señala Barbero (1998) no están centradas en la preocupación por las
transformaciones y trastornos que la juventud está viviendo, sino más bien por su participación como agente de
inseguridad. Entonces, todas las obsesiones del mundo adulto con los jóvenes, de corte moralista principalmente,
denotan la miopía y la hipocresía de la sociedad en que vivimos, que no es capaz de darse cuenta que el problema no
está tanto en los jóvenes, sino en la sociedad que se ha construido, por lo tanto son ellos –los jóvenes– los que están
reconstruyendo y creando nuevos modelos societales, nuevos valores y solidaridades, construyendo nuevas
subjetividades. Quizás no tengan claro el o los caminos a seguir, pero hay algo allá afuera, ciertas intuiciones que hay que
considerar.

Ante este panorama surgen en México las corrientes –llamadas– alternativas de expresión, entre ellas el Multiforo Cultural
Alicia, que desde 1995 ha incentivado la generación de manifestaciones artísticas juveniles y alternativas que no tienen
cabida en los circuitos comerciales ni en los programas culturales oficiales. Estos reductos que brotan como una
necesidad de expresión, aunque no han tenido toda la fuerza que podría esperarse o desearse, si han contribuido de
alguna manera a la riqueza musical y cultural de nuestro país y han promovido el sano esparcimiento entre los jóvenes, al
abrir espacios para expresiones alternas a las que promueven los medios masivos de comunicación.

La falta generalizada de información acerca de estas manifestaciones juveniles no ha permitido que se les de la
importancia y el lugar que merecen. Para ello, es necesario generar información al respecto, que más que estigmatizar,
caricaturizar o ridiculizar a los diferentes grupos sociales, de cuenta de qué es lo que se esconde detrás de sus
manifestaciones culturales, cuál es su mensaje.

Conocer a nuestros jóvenes es de cierta forma conocer nuestro presente y darnos una idea de nuestro futuro. Como lo
indican las estadísticas de población, México es un país en el que cada vez hay más jóvenes y si estos jóvenes no tienen
un futuro claro y promisorio, el país no lo tendrá tampoco.

Tribus urbanas y mundo juvenil: breve aproximación conceptual

A partir del surgimiento de la sociedad Industrial y, por consecuencia, de grandes urbes como en la que vivimos,
surgieron también grupos de jóvenes con códigos y estilos particulares, los cuales en las últimas décadas han sido
comúnmente denominados como Tribus Urbanas y han sido estudiados en varios países. Algunas de las disciplinas que
han estudiado lo juvenil desde este enfoque son la criminología, psicología social, neuropsiquiatría, sociología,
antropología, etología, semiótica y comunicación, entre otras.
A este respecto Ganter y Zarzuri (1999) se hacen el siguiente cuestionamiento ¿cómo reconstruyen la comunidad, las
relaciones primarias y la identidad (entre otras cosas) los jóvenes que pertenecen o se nuclean alrededor de lo que se ha
denominado tribus urbanas?

Como comentan también los autores, la intuición que emerge como respuesta, resulta de una paradoja. La idea de la
modernidad asimilada a la aldea global, del predomino de una sola cultura, en el fondo, de una cultura hegemónica,
encuentra su respuesta en la aparición de microculturas o microsociedades; de nuevas sociedades primitivas —en el
sentido durkheimniano de elementales— que empiezan a emerger en las grandes ciudades alterando el mapa urbano —
en lo que la escuela etnográfica de Chicago llamara las zonas intersticiales de la ciudad— y el orden metropolitano. En el
fondo, lo que se intentaba destruir (la variedad cultural) acaba reconstruyéndose o recreándose en nuevas formas de
culturas urbanas, en algunos casos contestatarias y resistentes a la cultura dominante.

Por otro lado, la relación entre juventud y cultura ha estado centrada principalmente en tres enfoques: el primero es de la
Escuela de Chicago y parte del estudio de los grupos como subculturas juveniles; el segundo surge con el rock y estudia
a la cultura juvenil asociada a la música, las industrias culturales y el consumo; y la tercera que parte del concepto de
contracultura, la cual destaca la oposición de los jóvenes a la racionalidad de la sociedad moderna.

Durante mucho tiempo se estereotipó la rebeldía de los jóvenes, calificándolos recurrentemente como apáticos,
anómicos, carentes de inquietudes y proclives a la violencia. Contrario a esto, Zarzuri afirma que son los jóvenes los que
actualmente están reconstruyendo y creando nuevos modelos societales, nuevos valores y solidaridades.

Mas aún, las prácticas juveniles no son valoradas por sí, sino que se relacionan directamente con indicadores de tipo
económico y de consumo. Sin embargo, para comprenderlos dice Molina, es necesario estructurar a los jóvenes dentro de
su realidad, valorando la creatividad de sus prácticas. Desafortunadamente, ni las políticas de gobierno ni las ciencias
sociales aceptan al joven como un legítimo otro en la convivencia social, si éste no cumple con los roles que la sociedad le
tiene previamente asignados.

Entonces, si los jóvenes no tienen a su alcance los medios para expresarse y relacionarse con su entorno como desean,
desarrollan una manera auténtica, un sentido comunitario de historicidad. En su búsqueda muchos integran agrupaciones
en las que se manifiestan fuertes redes solidarias a través de diversas actividades tanto lúdico-sociales, como político-
culturales. Un espacio físico donde expresarse es lo primero que buscan, pues la pertenencia física y simbólica es lo que
les permite identificarse y reconocerse como individuos. Además, la violencia tiene un carácter simbólico: destruir o
atacar todo aquello que tiene un carácter institucional, aquello que es ajeno o que ha sido impuesto.

Esta transformación en las relaciones sociales es la que Maffesoli (1990) define como neotribalismo emergente que hace
que el sujeto salga de su encapsulamiento en la individualidad y diluya su experiencia cotidiana en la pertenencia a
diferentes microgrupos o tribus. Las características de estas tribus serían:

i) Por un lado, constituirse en comunidades emocionales que se fundamentan en la comunión de emociones intensas, a
veces efímeras y sujetas a la moda. Son agrupaciones constituidas por individuos que se reúnen y visten una estética
para compartir una actividad y una actitud que genera sensaciones fuertes y confiere sentido a una existencia en donde
en su cotidiano hay falta de contacto y contagio emocional.

ii) Oponer energía a la pasividad e hiperreceptividad del individuo de la sociedad de masas, constituyendo una fuente
fragmentada de resistencia y prácticas alternativas, una energía subterránea que pide canales de expresión. Ejemplos:
eventos deportivos, recitales, espacios festivos, etc.
iii) Construir una nueva forma de sociabilidad, en donde lo fundamental es vivir con el grupo, alejarse de lo político para
adentrarse en la complicidad de lo compartido al interior del colectivo (códigos estéticos, rituales, formas de escuchar
música, lugares propios). La sociabilidad neotribal opone una actitud empática en donde las relaciones intersubjetivas se
mueven en una cuestión de ambiente más que de contenidos específicos; de feeling más que de una racionalidad
medios/fines. A diferencia del individuo que tiene una función en la sociedad, la persona juega un papel dentro del grupo.

iv) Necesidad de contraponer a la fragmentación y dispersión de lo global, la necesidad de espacios y momentos


compartidos en los que se desarrolle una interacción fuerte pero no continua, un sentimiento de pertenencia y proximidad
espacial. Ejemplos: eventos con un fuerte componente físico: baile, codearse, golpearse, beber, etc.

Entonces las tribus urbanas pueden definirse como la expresión de una crisis de sentido a la cual no arroja la modernidad
y su globalización, así como una manifestación de una disidencia cultural ante una sociedad desencantada por la
masificación y la inercia que caracteriza la vida en las urbes modernas donde todo parece funcionar a partir de éxito
personal y del consumo alienante.

Dice Zarzuri, que todo esto permite a los jóvenes hacer una resignificación de ciertos símbolos u objetos, además de
permitir la construcción de estilos juveniles compuestos por una serie elementos culturales como el lenguaje, la música y
la estética que identifica estilos juveniles. Ante la pérdida de expectativas escolares y la estrechez del mercado de
trabajo, el pertenecer a una tribu, brinda a decenas de miles de jóvenes otras formas de socialización acceso a bienes de
consumo.

Para los jóvenes no es complicado inventar un nuevo lenguaje, agruparse y comprenderse ante la necesidad de una
identidad y autoafirmación. Algunas Tribus Urbanas que se han etiquetado ya con un nombre y una serie de
características específicas son los Darketos, los Ravers, los Cholos, los Anarkos, los Punketos, los Ska o Patinetos, por
mencionar algunos.

El Multiforo como territorio.

Al entrar al Alicia el tiempo parece regresar a la época de los hoyos funky: es un lugar pequeño, barato, oscuro, lleno de
clanes urbanos; es reconocido como un semillero de bandas de rock, y tiene el compromiso civil de ser un comité
zapatista que promueve talleres, conferencias y cursos.

Se estableció por iniciativa de un grupo de amigos, quienes en 1995 decidieron iniciar el proyecto autogestivo de un
laboratorio de culturas subterráneas (como se empeña en describirlo su director y fundador), al percibir un cambio
generacional que necesitaba de un espacio propio debido a la gran efervescencia cultural que existía en el DF. El nombre
del multiforo está inspirado en la emblemática radio libre del movimiento
autónomo italiano de los setenta y en la novela de Lewis Carroll.

En el Alicia, además de conciertos, se presentan libros, exposiciones,


conferencias, discos; también cuenta con una disquera (Produxiones Alicia), que
ha editado más de una veintena de discos de bandas mexicanas de géneros
como surf, garage, punk, ska, reggae, rock rupestre, blues, emoi, indie, hardcore,
new metal, entre otros.

El Foro Alicia que cumplirá nueve años este diciembre, está ubicado desde su apertura en el mismo sitio. En los
alrededores se pueden encontrar un antro y junto una tortería, después una casa, un parque, una tienda, un bar, una
pulquería, un club nocturno con espectáculo de strippers para caballeros y otro para damas y así sucesivamente; es una
zona de muchos contrastes que dentro de esta ciudad de espacios reducidos pasa desapercibida por su misma
saturación.

La entrada consta simplemente de una cortina de metal que cubre el reducido espacio para ingresar. Lo primero que se
ve al entrar al “Alicia” es un gran cuadro con imágenes de algunas las bandas; es una especie de tributo a las bandas que
inspiran la esencia del lugar como lo son NOFX, los Pixies, The Ramones, etc... Del lado derecho sobre una barra se
encuentra la caja en la que se pagan las
entradas, sobre la barra se tienen a la
mano volantes que promocionan los eventos
venideros y en una repisa pegada a la
pared se exhiben y se ponen a la venta
discos de las diferentes corrientes
musicales ahí escuchadas. En este
espacio se puedan observar los diversos
y coloridos graffitis que adornan las
paredes y pósters impresos a una tinta
en un papel de muy baja calidad
promocionando los diferentes eventos.

Al fondo se encuentra una pequeña puerta en donde personal de seguridad hace


una revisión de rutina a los que van entrando al espacio de conciertos. Una vez
hecha la revisión se pasa hacia unas escaleras obscuras y maltratadas en forma
de caracol Una vez en le primer piso, llama la atención lo reducido del espacio,
pues da la impresión de no ser un lugar hecho para esos eventos, sino que más bien fue adaptándose con el tiempo. El
techo está fabricado con láminas de cartón o de fibra de vidrio y está cubierto con mantas negras. Todas las paredes del
recinto están decoradas con graffitis con motivos diversos que van desde caballeros aztecas hasta el conejo de Alicia en
el país de las maravillas.

De frente está el escenario, elevado del piso por una tarima de madera, aunque de pequeñas proporciones, con espacio
suficiente para la batería, un par de bocinas, una televisión y tres o cuatro músicos. Hacia él apunta un sistema de luces
conformado por reflectores de varios colores, que aunque no se ven improvisados, tampoco son muy sofisticados.

Al lado del escenario hay un elevador de tipo industrial usado para subir y bajar los instrumentos y las bebidas, junto a
éste está ubicada la barra que es en sí un pequeño cubo no más de dos metros cuadrados, en el fondo se observan cajas
de cerveza llenas y vacías, una hielera y por supuesto una persona sirviendo las bebidas, que en el caso del Alicia sólo
pueden ser cerveza o agua embotellada. Se puede observar también un letrero hecho con luz neón que a la letra dice:
“Cerveza Victoria, la más sabrosa”.

De frente al escenario libre de sillas, mesas y bancos, se encuentra un espacio donde el público convive y baila. Esta área
central mide aproximadamente 15 metros de largo por 15 metros de ancho, lo cual ofrece a los asistentes, desde
cualquier punto de lugar, la posibilidad de ver el escenario, la barra, los baños y
al resto de la concurrencia. No existe ningún tipo de muros, cuartos o divisiones
en el lugar.

En la parte de atrás, junto a la entrada esta la cabina desde donde se controla el


audio y las luces e inmediatamente después el baño de mujeres y el de hombres
respectivamente. El baño es también pequeño, considerando las proporciones del
lugar, las paredes están pintadas de azul turquesa y verde, al igual que el resto
de las instalaciones está maltratado y da la impresión de estar sucio. De manera
general se pude decir que el lugar se caracteriza por su austeridad, sin embargo
en esta sencillez está la misma esencia del lugar, uno de los músicos comenta:

“...me fascina, es bien chido que esté chiquito. Cuatro paredes, un baño
descubierto, que el escenario esté tan cerca de la gente; es como un hoyo, como
si estuviera tocando en casa de un cuate o algo así.” (Darío, 21 años)

La fiesta de la Tribu.

Pasadas las nueve de la noche la gente comienza a hacer fila para ingresar al Alicia, es noche de surf y los enterados
llegan vestidos para la ocasión, usando camisas floreadas tipo hawaiano y/o máscaras de luchadores, afuera del lugar se
encuentra un puesto improvisado sobre la banqueta que vende este tipo de artículos, así como llaveros de máscaras de
los luchadores más famosos y muñecos de los mismos personajes. Los asistentes llegan generalmente en grupos de entre
tres y cinco personas, a veces mixtos a veces de un solo sexo, aunque también se observan algunas parejas.

Algunos preparan la fiesta tomando algunas cervezas mientras hacen fila, visitando previamente alguno de los bares
cercanos o la pulquería que se encuentra en la misma cuadra.

A las diez de la noche se abren las puertas. Conforme van ingresando cada grupo de amigos encuentra su espacio pegado
a las paredes, en el centro del salón o cerca del escenario. Una vez localizados se disponen a esperar a que empiece el
concierto mientras platican, se fuman un cigarro y se toman una cerveza. En este punto y hasta un poco después del
inicio del concierto, es posible identificar con facilidad a cada grupo de personas.

Una vez que comienza a tocar la primera banda, las luces se hacen más intensas en el escenario y la gente se vuelve en
esa dirección, comienzan a moverse al ritmo de la música sin dejar de ocupar sus puestos. A medida que avanza la noche
y el fervor aumenta, los grupos parecen disolverse; todas las personas presentes comienzan a mezclarse al bailar, brincar
y acercarse al escenario.

Cuando la música se hace más intensa se organiza el llamado slam frente al escenario, en el que los jóvenes se mueven y
bailan chocando uno con otros sin intención aparente de lastimarse, aunque de vez en cuando un par de enmascarados
abre un pequeño círculo dentro del slam para practicar algunas llaves de lucha libre, algunas patadas voladoras o vuelos
desde el escenario para caer sobre su contrincante momentáneo, lo que es festejado por los concurrentes con gritos y
ademanes. En realidad estas mini luchas no tienen la intención de vencer al oponente ni de mostrar superioridad sino sólo
de brindar un poco de espectáculo y de llamar la atención.
En cuanto a la vestimenta de los asistentes predomina el uso de la mezclilla y los
colores obscuros, los accesorios y estilos más definidos varían de acuerdo al
género musical al que se dedique la noche, que pueden ser desde mochilas
colgadas en la espalda y bermudas para los skatos, chamarras de piel o mezclilla
decoradas con estoperoles para los rockeros, jeans ajustados y peinados en
cresta con los cabellos decolorados para los punks, rastas en el cabello y playeras
en rojo, amarillo y verde para los que gustan del reggae, hasta camisas floreadas
y máscaras de luchadores para los surferos. En general, no se trata de
vestimentas caras o de marca si no de ropa reciclada de sus propios clósets o del
de sus padres o familiares. Sólo en algunos casos se observa ropa de tienda que
trata de imitar el desgaste de la ropa usada.

El público del Alicia es muy variado, sus edades fluctúan entre los 18 y los 30 años, aunque también pueden verse de
manera ocasional algunas personas mayores, en su mayoría su audiencia se compone de estudiantes y trabajadores de
perfil bajo, su nivel socioeconómico es bajo o medio bajo.

Es un hecho que entre ellos mismos se identifican y se conocen simplemente con la mirada, el estereotipo del joven que
asiste está muy marcado y por la forma en la que se llevan parece que en verdad, si bien no se conocen todos, por lo
menos si se identifican entre sí. La interacción entre ellos es muy variada pues así como conviven con sus amigos y
amigas en un círculo muy definido, lo hacen también las parejas uno-a-uno, y por momentos también conviven con toda
la demás gente que asiste al momento del baile, sólo que en éste caso interactúan por medio del slam, ya que en realidad
en ningún momento hay siquiera una aproximación de diálogo, simplemente se van metiendo al slam y así como van
entrando van saliendo, es más, los que permanecen dentro ni siquiera se dan cuenta con quien es con quien están
“bailando” y una vez que acaba la canción cada quién se toma unos minutos para recuperar la respiración y vuelve a los
suyos sin el menor interés por las personas con las que hacía 5 segundos estaba “conviviendo”. Ellos están en su canal
con sus cuates, sus chavas, sus chelas

Todo el lugar da la sensación de estar muy unido entre sí, pero a la vez parece que no les interesa nadie más que sus
conocidos. Entre su grupo de cuates todos están juntos pero a la vez cada quién en su canal, los que van en pareja se
amarran juntos y conviven, los diferentes grupos están juntos pero separados ya que se dan una vuelta, van a la barra,
regresan, se acercan al escenario y cuando regresan platican con sus amigos de lo que hicieron cuando no estaban
juntos.

La manera de hablar es definitivamente muy relajada, incluyen muchas groserías en su lenguaje, al parecer lo hacen
como protesta contra lo que no están de acuerdo y para burlarse de otras personas. Usan un acento popular mexicano,
clásico de la clase media baja que vive en el Distrito Federal.

A pesar de la venta de cerveza, en realidad nadie toma de más, éste no es un lugar donde los jóvenes se vayan a
embriagar solo por embriagarse sino que toman cerveza simplemente por que pueden hacerlo. Conseguir una chela es
bastante molesto. La barra se satura y hay que hacer cola.

Diversos carteles y mensajes escritos en las paredes denotan oposición hacie el gobierno actual, en general por el
presidente Fox y por el jefe de gobierno López Obrador. Algunas de las canciones de las bandas que tocan atacan al
gobierno y el publico apoyaba los ataques. Se ve que no están de acuerdo en la manera en la que se están llevando las
riendas de este país, pero tampoco se escucha que propongan alternativas, ni algún partido político que apoyen.

En los estampados de sus playeras o en algunos graffitis pintados en las paredes se maneja un prototipo ya muy gastado
de la rebeldía o la revolución. Se pueden ver algunos graffitis del Che Guevara o del EZLN y asuntos por el estilo, pero
parece que ellos ya no ven a éstos íconos como el revolucionario sudamericano que lucho por la revolución y en contra de
la opresión de las minorías, o como la voz y el derecho de los pueblos indígenas mexicanos, sino que se convirtieron ya
en un simple estampado de una más de las playeras que usan. Lo que sí parece ser es que se encuentran un poco al
tanto de lo que sucede a su alrededor y si bien no demuestran un interés particular en la política o en la sociedad misma,
es porque el Alicia no es el lugar para hacerlo; ahí van precisamente a olvidarse de todos los problemas tanto personales
como sociales que durante toda la semana los acosan.

Ya entrada la madrugada, al finalizar la tocada de la última banda el multiforo comienza a vaciarse, la gente va saliendo
poco a poco y de manera ordenada, todos se disponen a terminar sus tragos y a abordar el transporte público que los
llevará a casa.

Los códigos de pertenencia a la tribu.

Una vez descritas las dimensiones espaciales y temporales en que se constituye la vivencia de este grupo de jóvenes,
expondremos lo que a nuestro juicio son los códigos subyacentes a la pertenencia e identificación juvenil con esta tribu
alternativa. Para dar cuenta de estos niveles de significación nos apoyaremos en los testimonios de algunos de nuestros
entrevistados, así como en lo que pudimos observar durante las interacciones. En este apartado se analizará la estética
de los asistentes, su música y baile, la interacción como código, el consumo de drogas y alcohol y la política como
ideología.

a) Una estética muy personal. Cuando las peculiaridades se vuelven generalidades.

Uno de los códigos que identifican a los asistentes al Alicia como miembros de la
tribus es la apariencia física, aunque se puede observar una muy amplia
diversidad de estilos, se pueden identificar ciertas generalidades que a
continuación se mencionan.

La vestimenta ha sido siempre un factor distintivo de grupos y de corrientes; la ropa siempre ha jugado un papel
importante tanto en el desarrollo de identidades como en la misma interacción social entre los miembros de diferentes
grupos.

En este caso la ropa también juega un papel importante. Nunca ha sido sabio juzgar a las personas por las ropas que
usan, sin embargo, al menos en este caso, parece que a partir de ellas la masa se agrupa.
En el Multiforo Cultural Alicia se pueden ver accesorios que si bien no son exclusivos de uno u otro lugar, si definen e
identifican al tipo de clientes que asisten. La ropa pegada, generalmente oscura si no es que negra en su totalidad, unos
jeans maltratados y unos tenis son la generalidad del Alicia (muy apegado a la tendencia punk) y es eso lo que les da un
determinado sentido de pertenencia, pues si bien no es requisito para entrar, sí es un elemento para pasar desapercibido
dentro de un grupo en el que “se puede ver más no observar”; o dicho de otra forma “puedes verlos, más no fijarte en
ellos”.

Al ser este un Multiforo, se marca y se define un estilo; las peculiaridades se vuelven generalidades y los accesorios
marcan sus fronteras como personas. Entre los jóvenes de ésta tribu se da un fetiche muy peculiar, pues si bien no
utilizan accesorios para la buena suerte, si los usan como complemento de su personalidad. Incluso su estética va al paso
de su ritmo de vida, cuando se vuelve cotidiano el reciclaje de ropa, y las modas pasadas parecen regresar. Estos jóvenes
se adaptan a la moda a partir de los recursos que tienen a la mano, y en lugar de ir a tiendas a comprar ropa con la ahora
tan popular tendencia “retro”, simplemente hurgan sus clósets, o bien , en los de sus padres, recopilan un par de
prendas, le hacen algunas modificaciones y las acoplan a su vestimenta diaria.

“¿Porqué gastar en ropa que aparenta vejez y maltrato si hay una gran cantidad en todos nuestros clósets?” (Bernardo,
22 años)

La estética aquí puede llegar a encontrarse un poco contradictoria, en el sentido de que se arreglan para verse
desarreglados, con ropa que pase desapercibida, sin usar colores llamativos o prendas que llamen demasiado la atención,
pero por otra parte, lo contrastan con accesorios que comunican todo lo opuesto. Como bien puede ser un muñeco de
peluche, cadenas, brazaletes, peinados tipo punk o incluso máscaras de luchador, donde irónicamente se llama la
atención dejando en una incógnita la identidad del portador. A su manera quieren llamar la atención sin dejar de ser parte
del resto.

“... es un lugar elitista. La gente no se mete contigo, pero se da muy bien cuenta de que no eres de ahí. No se meten
contigo, mientras no te metas con ellos.” (Luisa, 20 años)

La vestimenta es una dualidad en estos grupos sociales, y al igual que comentan que es algo poco relevante y que usan
exactamente lo mismo día tras día, se observa que por otra parte es un factor muy importante, pues es lo que los
identifica entre si y lo que les da pertenencia, a partir de la vestimenta es como muchas veces logran identificar a otros
miembros de la tribu. Parece que la vestimenta es a la vez lo más cotidiano e irrelevante y lo más fundamental para estos
grupos, al tener una importancia inconsciente y latente en todo momento. Tal vez ellos no le dan importancia porque
saben que en el fondo la ropa habla por sí sola.

“ ...haga lo que haga uso la misma ropa, tengo ropa más madreada y otra menos, si tengo una sudadera que está más
vieja es por que la uso más...” (Ricardo, 22 años.

b) Música y baile. Un proceso de selección natural.

La música, el baile y la euforia que produce en los jóvenes de ésta tribu es también un símbolo de pertenencia. Las
música es uno de los mayores atractivos para los clientes, además de que a través de la música la gente que asiste al
multiforo pasa por una etapa de selección natural. Es decir, ya sea ska, punk, surf u otro, la esencia permanece, sin
embargo las costumbres, éticas y estéticas de los visitantes se adaptan.
En la mayoría de los casos, es la misma euforia de bailar lo que los impulsa a hacerlo, y como menciona Ricardo de 22
años al preguntarle si disfrutaba de bailar y que es lo que lo impulsa a hacerlo:

“Por sin sentido. Si sí o no, no pasa nada, pero a mí me provoca euforia, y no sólo el slam, lo que sea que me haga
moverme y sacar el stress”.

En este contexto también podemos observar códigos de pertenencia, pues generalmente los bailes que se dan en sitios
similares a éste, y por supuesto en este, son movimientos agresivos manejados de manera pacífica. El slam es en sí un
baile agresivo, y en el Alicia es muy común, no importa si es punk o surf, la banda espera el momento preciso en el que la
música se acelera para lanzar el primer brinco, dar el grito de guerra y darle inicio al círculo del slam. Ahora lo que resta
es esperar que se integren los demás. Mencionamos que es un baile agresivo, porque en realidad lo es, pero por otro
lado, por el lado de la tribu, de la convivencia, es notable que a pesar de saltar con los codos abiertos y las patadas
buscando un objetivo, no pretenden hacerse daño en realidad. Se comunican a través de movimientos, ya que éstos se
convierten en palabras y la finalidad última es simplemente vivir –aunque sea por unos momentos– esa euforia que les
hace olvidar que existe un mundo afuera, y que lo único que necesitan es estar pendientes de no recibir
circunstancialmente un golpe inesperado que los saque de la “plática”. Ellos mismo lo saben, el slam no es para
lastimarse, es su manera de comunicarse dentro de la misma tribu, y encuentran en el baile el tan esperado escape que
también buscan en las drogas y el alcohol. Bailan para desahogarse, para tener una probadita de la euforia que da
“convivir” con los suyos, y a pesar de en algunos casos no conocerse, éste es el diálogo con el que se comunican, ya que
al terminar ese momento, todos regresan a sus círculos íntimos, pero ya han identificado a los demás, los han aceptado
como propios y han tomado el primer paso en la comunicación. No solo comparten el lugar y el gusto por la música, sino
que comparten ese escape, que hacen propio, pues es lo que tienen en ese momento y no están dispuestos a dejarlo
pasar mientras ellos simplemente lo observan.

La tribu define así su estereotipo, donde la sociabilidad a su vez encuentra en el baile la manera más creativa de
interactuar y comunicarse sin tener forzosamente que conocerse en un plano más íntimo.

c) Interactuando con Alicia... una cuestión de miradas.

En el Foro Alicia se reestablece el orden cotidiano de las relaciones a través de una paradoja, por una parte se vive el
encuentro con los símiles y la reafirmación de identidades, y por el otro, se observan rituales de individualidad que
rompen con el principio de lo colectivo. Los grupos sociales que asisten al Alicia manifiestan su existencia exhibiéndose o
incluso a partir de la identificación con los demás, con sus pares.

Sin embargo, las tendencias sociales actuales se ven reflejadas en el Alicia. Se pierde la rigurosidad, los estilos se
mezclan y los grupos de disuelven, convirtiéndose en unidades aisladas e independientes de las demás. Las personas hoy
buscan su individualidad, la noción de tribu o grupo parece haber quedado atrás; todos se reconocen, saben que se han
visto en el Alicia, sin embargo, no se hablan, no se tratan.
Aunque los asistentes del Alicia comparten ciertos códigos que los identifican
como parte de la tribu, manifiestan una actitud individualista al no interactuar
con la gente de su alrededor. Es una cuestión de miradas. Parece que a nadie le
importa la persona de junto. Sin embargo, hay miradas de reojo que logran la
identificación con los demás a través de la vestimenta, la manera de bailar, de
hablar, de compartir un espacio y un tiempo determinados. Los asistentes,
parecen no interesarse en el coqueteo o “ligue”, aunque notan la presencia del
sexo opuesto y lo admiran. En ocasiones, la interacción se da a partir de la
música, el baile o algún cruce de miradas que permiten el reconocimiento y
sentimiento de pertenencia a un grupo que, al mismo tiempo, hace posible la
manifestación de la individualidad de cada uno de los miembros.

Debido a esta individualidad, se percibe un ambiente de frialdad y superficialidad. Pareciera que la gente
esta ahí únicamente para ser vista, más no hablada. Esta actitud, aunada a la nula interacción que existe
entre los asistentes del Foro Alicia, regularmente evita que se presenten casos de violencia. El público se
podría catalogar como gente pasiva a la que no le interesa invadir el espacio físico ni emocional del otro.
Salvo en el slam, no hay mayor contacto ni físico ni verbal, se da un respeto mutuo. Ya no es un grupo
con una ideología compartida, ahora únicamente son individuos en un mismo lugar, por un mismo gusto:
la música.

d) No es a la izquierda, sino a la derecha.

Elementos que forman parte de los rituales de la tribu son el consumo de alcohol y drogas como la marihuana. Estos
consumos son ciertamente simbólicos, representan un escape de la cotidianidad y la llegada a un mundo de libertad
donde la pertenencia a un grupo transmite seguridad.

Aunque la cerveza es barata, no es lo suficiente como para embriagar a los presentes, pues los presupuestos de los que
asisten no permiten el exceso; además de que el alcohol y la borrachera no son prioridad ni característica del Alicia.

Para los miembros de la tribu es abiertamente aceptado el fumar marihuana. Incluso, hay testimonios en los que se
alienta a los jóvenes a preferir la mota por encima de otras drogas, como el chemo (cemento) por ejemplo.

...”yo cuando veo a un chavo partiéndose la madre con el chemo le digo: no la cagues, mejor fuma mota, la mota no hace
daño, el chemo te mata las neuronas”...(José, 40 años aproximadamente)

Sin embargo, muchas veces parece que los fumadores de marihuana lo hacen más por transgredir las normas de lo
permitido que por el gusto de hacerlo. En ocasiones las condiciones del lugar no son las más adecuadas para una droga
que induce a cuadros paranoicos y de introspección como lo es la marihuana. Aunque, claro, los más aficionados a esta
droga, lo hacen de cualquier manera, en espacios propicios o no, formando pequeños círculos en dónde, el ritual dicta
que el toque se comparte pasándolo de mano en mano siempre hacia la derecha.

Entre los asistentes al Alicia impera un aire de libertad en cuanto al consumo de drogas, especialmente de marihuana,
nadie es criticado ni mal visto por hacer uso de ellas, se ve como algo normal, incluso como un elemento de identificación
entre los miembros de la tribu. No está de más decir que el Alicia entre sus actividades incluye la participación en
movimientos que promueven la legalización de la marihuana.

e) Ideología política

Indudablemente existe una dualidad poco común en cuanto ideología política dentro de los miembros de la tribu, y es que
dentro de la oscuridad del foro y el humo del cigarro no solo se pierden los individuos para formar parte del lugar,
también se llega a perder la conciencia política o ideología con la que se pensaría que los visitantes y dadores de vida del
Alicia darían seguimiento y participación.

Si bien podemos mencionar que el foro tiene 9 años de existencia y que sus fundadores, a diferencia de muchos sus
actuales visitantes, son de una edad que pasaría los 30 o 40. es preciso resaltar que estos pertenecen a una generación
políticamente mas activa que la de los jóvenes contemporáneos, y que el surgimiento del foro es casi posterior al
levantamiento del ejecito zapatista. Por lo que la mayoría de los participantes del foro se pueden denominar dentro de
una corriente de pensamiento político izquierdista donde su ideología se encamina dentro de una justicia social,
resaltando como héroes a los revolucionarios como Marcos o el Che, con quienes se sienten identificados no solo por su
visión de justicia e igualdad, sino también por el manejo de rupturas sociales que estos utilizaron para llegar a un fin
justo, se podría decir que los fundadores del foro también se identifican con las ideas revolucionarias.

El sentirse revolucionarios parecería que no es solo una postura política, también es un levantamiento contra los
estereotipos sociales que ellos buscan romper al dedicarse a las actividades del multiforo. Para los no tan directamente
involucrados, como los músicos, la participación dentro de este movimiento ideológico se limita en la mayoría de los
casos a difundir un mensaje dentro de su contenido musical.

Lo anterior podría dirigirnos a pensar que si los fundadores, administradores del foro, músicos, y gente de edad difunden
y practican una ideología política los otros visitantes del foro seguirán este patrón, pero lo cierto es que las nuevas
generaciones tienen otros intereses, ya que su ideología política se diluye en un mar de poca información junto con la
poca continuidad de hechos de este entorno.

“bueno una vez un tipo me dijo que lo acompañara a cosas del PAN, lo pensé solo por ganar varo pero a la mera hora me
dio hueva, es lo mas político que he sido”

(Juan Pablo, 23 años)

Las nuevas generaciones se encuentran inmersas en sus propios problemas, los cuales parten de cubrir necesidades
inmediatas, esto hace que no se detengan en cuestiones políticas, solo en los placeres inmediatos, por lo que sí
podríamos generalizar a los miembros de la tribu como apolíticos.

“...Ninguno, porque no creo en ninguno de los partidos y no me identifico con ninguno”. (Gonzalo, 20 años)
La ideología contemporánea, la cual, choca constante mente con lo que algunos pensaron para el foro en un comienzo es
sólo una forma de ejemplificar como en el foro Alicia pueden convivir diferentes personas, las que de alguna forma se
apropian para si mismo este lugar.

“Alicia es de todos, es un espacio abierto” (Nacho, Director del Multiforo)

Conclusiones

Si se resumen las características de los jóvenes que asisten al Alicia, se hace evidente el vínculo de éstos con lo que se ha
dado en llamar tribus urbanas.

En primer término se puede observar que la construcción de la tribu y de sus códigos se basa fundamentalmente en
elementos emocionales intensos y de corta duración. La tribu se asume como tal durante el tiempo que dura la fiesta, el
baile y la tocada, no se organizan ni se reúnen fuera de ella con ningún motivo que no sea divertirse y escapar por un
momento de la cotidianidad de la vida diaria. Se reúnen para salir por un momento de la pasividad que caracteriza al
individuo de la sociedad de masas, su asistencia al Alicia y su participación en la fiesta constituye entonces su medio para
dar salida a esa energía subterránea que pide canales de expresión. En este sentido, la participación que se tiene dentro
de la tribu no busca establecer en un compromiso con el otro fuera del marco del evento de fin de semana. Esto lo
encontramos simbolizado en la fragilidad de la mirada de reojo que ve pero no observa, se compromete y no se
compromete a la vez con lo que está pasando a su alrededor. Citando a Maffesoli (1990), “se trata menos de agregarse a
una banda, a una familia o a una comunidad que de revolotear de un grupo a otro... En efecto, en contra de la estabilidad
inducida por el tribalismo clásico, el neotribalismo se caracteriza por la fluidez, las convocatorias puntuales y la
dispersión”.

Por otro lado encontramos que para los jóvenes que participan de la tribu, el construir una imagen definida y un código de
actitudes y comportamientos en relación a ella, es una estrategia para adquirir una identidad que les permita
diferenciarse de la masa, sentirse, al menos una vez a la semana, parte de una tribu que les otorga un sentido de
identidad que se ve reforzado por la colectividad que forman sus pares, sus iguales. En el caso de esta tribu, su identidad
se fundamenta en la construcción de un conjunto de reglas específicas y diferenciadoras respecto a la ocupación y
consumo de espacios y bienes (como las reglas tácitas del slam, o del consumo de marihuana) a partir de los cuales se
siente dotado de un principio de identidad personal, que es respaldo por la pertenencia al grupo.

Otro punto, que aparece de manera constante en este grupo y que coincide con los planteamientos neotribales de
Maffesoli, es el de la dualidad entre individuo-masa, y entre lo colectivo y lo individual. Esta dualidad se expresa a través
del fenómeno que Matus (1997) llama “individualidad colectiva”, que permite señalar que el proceso de tribalización que
se constituye en torno al Multifo Cultural Alicia se fundamenta en una contradictoria estrategia de los jóvenes que se ven
atrapados en un juego de identidad, ya que plantean en torno a sus códigos de pertenencia a la tribu una construcción de
identidad que se quiere diferenciar de la masa, pero que termina constituyéndose en otra masa que, si bien es más
pequeña y diferente de la generalidad, es al fin una masa.
Finalmente, se observa que esta tribu construye su identidad y da sentido a su existencia partiendo fundamentalmente
del presente. Como respuesta a procesos de exclusión de la modernidad, y a la cada vez más aguda escasez de los
espacios de expresión de las formas culturales alternativas, esta tribu construye una nueva estructura de comunicación,
que, como menciona Matus (1997) no se basa en los códigos de la generación anterior (identidad centrada en la política y
el discurso), sino que se identifica con una sensibilidad, que se caracteriza por su ritualidad, por su capacidad de crear
vínculos a partir del compartir la experiencia del rito, en este caso la experiencia de pertenecer de una u otra forma a una
tribu.

Esperamos que el análisis de este estudio de caso, ofrezca elementos que contribuyan a sopesar de una manera más
justa el papel y la importancia que tiene el estudio de estos grupos juveniles, de sus propuestas, de sus necesidades y del
mensaje que tienen para el resto de la sociedad, dejando de lado los estigmas y los prejuicios de corte moralista de que
han sido objeto las tribus juveniles de esta ciudad . Terminamos este trabajo con una cita del famoso cuento de Lewis
Carroll, que se plantea como un desafío a la sociedad y que invita a volver la mirada a la imaginación: “Podemos intentar
poner del derecho este mundo al revés, atravesando el espejo de las apariencias, aunque la reina de corazones nos
persiga al grito de ‘¡Que les corten la cabeza!’…”

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ultado: 22 de julio de 2004.
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Alumnos de la Carrera de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

*
* Profesor de la Materia de Investigación II en la Carrera de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de
México [andres.sandoval@uia.mx]

http://sepiensa.org.mx/contenidos/s_tribus/a_tribusurbanas.htm#

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