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Palaeontologica Nova.

SEPAZ 2008 (8)

El sistema de yacimientos de mamíferos miocenos del


Cerro de los Batallones, Cuenca de Madrid: estado
actual y perspectivas.

J. Morales1, M. Pozo2, P. G. Silva3, M. S. Domingo1,


R. López-Antoñanzas1, Mª. A. Álvarez Sierra4, M. Antón1,
C. Martín Escorza1, V. Quiralte1, M. J. Salesa1, I. M. Sánchez5,
B. Azanza6, J. P. Calvo7, P. Carrasco8, I. García-Paredes9,
F. Knoll1, M. Hernández Fernández4,14, L. van den Hoek Ostende9,
L. Merino1, A. J. van der Meulen10, P. Montoya11, S. Peigné12,
P. Peláez-Campomanes1, A. Sánchez-Marco1, A. Turner13,
J. Abella1, G. M. Alcalde1, M. Andrés6, D. DeMiguel1,6,
J. L. Cantalapiedra1, S. Fraile4, B. A. García Yelo1,4,
A. R. Gómez Cano1,4, P. López Guerrero1, A. Oliver Pérez1 &
G. Siliceo1.
1. Departamento de Paleobiología. Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC. José Gutiérrez Abascal,
Nº 2. 28006 Madrid.
2. Departamento de Química A., Geología y Geoquímica, Universidad Autónoma de Madrid. 28049 Ma-
drid.
3. Departamento de Geología. Universidad de Salamanca, Escuela Politécnica Superior de Ávila. 05003
Ávila.
4. Departamento de Paleontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense de Madrid.
José Antonio Novais, 2. 28040 Madrid.
5. Department of Zoology. Museum of Zoology, University of Cambridge. Downing street, Cambridge
CB2 3EJ, United Kingdom.
6. Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Zaragoza, Pedro Cerbuna 12, 50009 Zaragoza.
7. Instituto Geológico y Minero de España (IGME). C/ Río Rosas, 23. 28003 Madrid.
8. Departamento de Cartografía e Ing. Terreno. Universidad de Salamanca, Escuela Politécnica Superior
de Ávila. 05003 Ávila.
9. Nationaal Natuurrhistorisch Museum Naturales. 2300 RA Leiden, The Netherlands.
10. Faculty of Geosciences, Department of Earth Sciences, Utrecht University. Budapestlaan 4. 3584 CD
Utrecht. The Netherlands.
11. Departament de Geologia, Àrea de Paleontologia, Universitat de València. Doctor Moliner, 50. 46100
Burjassot, Valencia.
12. Laboratoire de Géobiologie, Biochronologie et Paléontologie humaine UMR 6046 CNRS - Université
de Poitiers 40, avenue du Recteur Pineau 86022 Poitiers cedex, France; Museum national d’Histoire natu-
relle, USM 0203 / UMR 5143 Paléobiodiversité et Paléoenvironnement’s, 8 rue Buffon. 75231 Paris cedex
05, France.
13. School of Biological and Earth Sciences, Byrom Street, Liverpool John Moores University, Liverpool,

I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 41
Morales, J. et al. (41-117)

L3 3AF, United Kingdom


14. Unidad de Investigación en Paleontología. Instituto de Geología Económica, CSIC. José Antonio
Novais, 2. 28040 Madrid.

ABSTRACT

The Cerro de los Batallones (Los Batallones Butte) is located in the central-northern area of
the Madrid Basin, central Spain. Nine vertebrates localities containing a large variety of mam-
mals of Upper Vallesian Age (Late Miocene) have been found associated with the sediments
forming the butte. From bottom to top, these sediments consist of magnesian lutite beds (Unit
I), paleosols formed of sepiolite and opal (Unit II), and siliclastic, marlstone and carbonate
beds (Unit III). The set of ERT profiles developed in Los Batallones Butte have demonstrate
that electrical imaging techniques are an estimable tool for the characterization and prospect-
ing of fossil sites developed in fine-grained siliciclastic sequences. These localities contain an
exceptionally rich, varied and well-preserved vertebrate fauna together with invertebrate and
plant fossils. Carnivore species are strikingly well represented at Batallones 1 and 3, and large
herbivore species, such as mastodons, rhinoceros and giraffes, at Batallones 2, 4, 5 and 10. The
taphonomical studies, together with the morphological features shown by the sedimentary fills
of the mammal localities, permit an overall interpretation of these deposits as vertebrate traps.
The study of these localities should offer a significant contribution to our understanding of the
formation pattern of trap-like paleontological sites - which so far have been typically reported
in karstic-type systems -, as well as an important source of paleobiological information about
numerous vertebrate groups.

1. Introducción do el cráneo, y abundancia de carnívoros


(al menos en 2 de los 9 yacimientos).
El hallazgo de los yacimientos de ver- Ningún conjunto de yacimientos con ver-
tebrados fósiles de Cerro de los Batallo- tebrados terciarios de España posee todas
nes es sin duda uno de los más especta- estas características, que a priori pueden
culares realizados a lo largo de la historia atribuirse a la existencia de un sistema
de la Paleontología española. De hecho, de hoyos, que actuaron como trampas
en ellos se reúnen numerosas singulari- naturales, en la que quedaban atrapados
dades: abundancia de restos fósiles, ex- los numerosos vertebrados que habitaban
celente conservación, piezas en conexión la zona durante el Vallesiense superior.
anatómica, presencia de todas las piezas El descubrimiento del primer yaci-
esqueléticas de los individuos, incluyen- miento se produjo de forma casual du-

LÁMINA 1. Figura 1. Situación geográfica, esquema geológico y situación de las columnas litológicas
realizadas en el Cerro de los Batallones. Figura 2. Aspecto de las capas con sepiolita y bancos de silex en la
ladera este del Cerro de Los Batallones. Figura 3. Sección transversal de la cuenca de Madrid mostrando la
topografía durante el Vallesiense en el área del Cerro de los Batallones. Figura 4. El cerro de los Batallones
visto desde el Este. Aproximadamente en el medio de la fotografía puede observarse una estación metereo-
lógica, en cuyos alrededores se sitúan los yacimientos paleontológicos. El cerro está situado en el termino
municipal de Torrejón de Velasco, Madrid.

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

rante Julio de 1991, como consecuencia de los Batallones (término municipal de


de las prospecciones de sepiolita que la Torrejón de Velasco) y que pusieron en
empresa TOLSA realizaba en el Cerro evidencia la existencia de una gran con-

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Morales, J. et al. (41-117)

centración de huesos fósiles asociados a Batallones se encuentra basculada hacia


sedimentos arcillosos de color verde. Ese el SE, siguiendo la dirección y buzamien-
mismo mes de Julio de 1991, un equipo to de los estratos neógenos que lo condi-
de paleontólogos del Museo Nacional de cionan (N20-30º E y buzamiento inferior
Ciencias Naturales realizó una recogida a los 10-12º SE). El basculamiento de la
de fósiles en los sedimentos extraídos serie neógena de Batallones hay que ins-
por la maquinaria y procedió a localizar cribirlo dentro de la deformación asocia-
la capa fosilífera in situ, realizando una da al denominado “Sinclinal de Los Góz-
primera excavación paleontológica (Mo- quez – Valle de Las Cuevas” (Vegas et al.
rales et al. 1992). 1975), en cuyo flanco occidental se sitúa.
Por tanto, tal y como se observa, el origen
2. Aspectos geológicos del Cerro del Cerro de los Batallones es posterior a
de los Batallones la deformación asociada al mencionado
sinclinal, ya que está labrado en una serie
El Cerro de los Batallones constitu- estratigráfica basculada. Su origen, como
ye uno de los cerros testigos, originados relieve estructural, es con seguridad pos-
sobre carbonatos silicificados, a techo de terior al depósito de la Ud. Intermedia
la Unidad Intermedia del Mioceno en la Miocena en la que se encuentra labrado
Cuenca de Madrid (Lámina 1). Se locali- y, probablemente correlativo al depósito
za en la zona de divisoria existente entre de la Unidad Superior Miocena, o incluso
el Valle del Jarama y la Depresión Pra- posterior.
dos-Guatén, al Sur de la ciudad de Ma- Por otra parte, su superficie presenta
drid. Este cerro es conocido desde media- relieves internos de distinta amplitud y
dos de los años 1980 por los yacimientos un claro origen estructural, heredado de
de sepiolita allí existentes (Leguey et al. anteriores fases geomorfológicas (relie-
1985), pero ha sido el descubrimiento de ves relictos). Además del Cerro Testigo
diferentes yacimientos de vertebrados interno en el que se ubica el Radar Me-
vallesienses el que ha centrado su análi- teorológico del INM, presenta dos micro-
sis científico desde comienzos de la déca- relieves monoclinales en forma de mese-
da de los 90 (Morales et al. 1992, 2000, ta combada hacia el SE (muela invertida)
2004). La presencia de estos yacimientos que ocupa la parte más elevada del sector
ha permitido replantearse la paleogeo- SE del cerro. Además, en las zonas no re-
grafía fini-neógena de este sector de la movilizadas se observan discretos relie-
cuenca, aportando importante informa- ves en cuesta que siguen las direcciones
ción sobre la geomorfología asociada a la de estratificación anteriormente mencio-
instalación de los primeros sistemas flu- nadas. Excepto el Cerro del Radar, los
viales en el interior de la cuenca (Alonso- restantes microrelieves son actualmente
Zarza et al. 2004). Así, recientes trabajos inobservables, ya que en más del 90% la
(Silva et al. 2004) han abordado el análi- superficie actual del cerro ha sido remo-
sis geomorfológico del propio cerro. Al vilizada y restaurada por los trabajos de
igual que el Cerro del Valle de las Cuevas explotación de sepiolita que aún siguen
(situado hacia el Sur), la superficie de en curso (TOLSA). Estos trabajos tam-

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 2. Figura 1. Columna litoestratigráfica de la parte superior del Cerro de los Batallones con indi-
cación de las tres unidades distinguidas. Figura 2. Características de las unidades distinguidas.
Figura 3. Fotografía al microscopio del sedimento carbonatado que rellena el yacimiento de Batallones -1,
mostrando resto de diatomeas. Figura 4. Sepiolita. Fotografía tomada al microscopio electrónico. Figura 5.
Fotografía al microscopio electrónico mostrando diatomitas en rellenos sedimentarios.

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bién han afectado a sus vertientes, sobre no-alcalino a depósitos palustres edafiza-
las que actualmente se derraman nume- dos y finalmente a sedimentos lacustres-
rosas escombreras de la explotación mi- palustres de agua dulce. Los depósitos
nera. Los análisis de la fotografía aérea que contienen los restos de vertebrados
del vuelo americano, permiten reconocer representarían una cuarta unidad estrati-
diferentes sistemas de paleocárcavas y gráfica caracterizada por la existencia de
“falsos flatirons” (Twidale 2002) a lo lar- facies muy similares a las observadas en
go de su borde occidental, que nos indi- la unidad III pero cronológicamente pos-
can que la extensión del Cerro no ha sido teriores a ésta.
nunca mucho mayor de lo que se observa
en la actualidad. 2.1.1 Unidad I. Facies bentonítica
Desde el punto de vista geológico
existen diferentes publicaciones que Esta constituida por limos arcillosos
abarcan distintos aspectos sedimentoló- y lutitas jabonosas verdes, frecuentes
gicos, mineralógicos y estratigráficos de “slickensides” y nódulos de calcita. A te-
la zona en que se enmarca el Cerro de los cho pasa a lutitas marrón-rojizas masivas
Batallones (Leguey et al. 1985; Pozo et a laminadas (máximo 1,15 m), presentan-
al. 1985; Calvo et al. 1988; Bellanca et do niveles discontinuos de ópalo y nódu-
al. 1992; Calvo et al. 1995; Pozo & Ca- los de carbonato. La asociación minera-
sas 1999; Pozo & López 2004), aunque lógica de la arcilla esta constituida por
la sucesión litoestratigráfica detallada del esmectitas magnésicas e illita que pasan
techo de la Unidad Intermedia del Mio- a techo a esmectitas magnésicas y sepio-
ceno en el cerro no se ha abordado hasta lita, mineral este último predominante a
hace relativamente poco tiempo (Pozo et techo del tramo.
al. 2003a, 2003b, 2004, 2005a, 2005b, Se interpreta como depósitos de lla-
2006, 2007a, 2007b). nura lutítica (mud flat) relacionados con
En la actualidad se dispone de 10 sec- un lago salino-alcalino con aguas ricas
ciones litológicas que son representativas en magnesio.
de la estratigrafía general del cerro (Lá-
mina 2). 2.1.2 Unidad II. Facies sepiolíticas

2.1 Unidades litoestratigráficas El tramo sepiolítico del Cerro de los


Batallones (unidad II) muestra caracte-
La cartografía geológica y el análi- rísticas composicionales (mineralogía y
sis de facies de los materiales aflorantes geoquímica) y texturales (microfacies)
y expuestos en las canteras del área del que lo distinguen de los tramos situados
Cerro de los Batallones han permitido a base y techo del mismo. Es de destacar
diferenciar tres unidades: I) Lutitas mag- la existencia de diversas texturas con ras-
nésicas bentoníticas. II) Lutitas sepiolíti- gos que permiten reconocer la existencia
cas y ópalos. III) Carbonatos, margas y de procesos paleoedáficos, habiéndose
sedimentos siliciclásticos. Estas unidades diferenciado al menos tres episodios de
marcan el paso de un margen lacustre sali- desarrollo de paleosuelos.

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

Interpretación mentadas con la difracción de rayos X


han puesto de manifiesto que la sepiolita
Se interpreta la sepiolita como re- se formó primero a partir de fases pre-
sultado de procesos de neoformación y vias, principalmente esmectita magnési-
transformación de sedimentos finos en ca (unidad I), mediante un mecanismo in-
un margen lacustre sometido a episodios trasedimentario, actuando posteriormen-
periódicos de somerización y exposición te procesos de neoformación a partir de
subaérea. La sepiolita del Cerro de los disoluciones o geles Si-Mg (unidad II).
Batallones ya había sido estudiada por La evidencia petrográfica de varias gene-
Leguey et al. (1985) que establecieron raciones de sepiolita corrobora la com-
tres ambientes genéticos: paleosuelos, plejidad en la génesis de este mineral.
removilización diagenética y precipi- La geoquímica elemental de bento-
tación lacustre. Comparativamente con nitas y sepiolitas, así como los datos de
otras sepiolitas de la cuenca de Madrid la δ18O-δ13C de los carbonatos asociados
sepiolita del Cerro de los Batallones pre- a estos materiales arcillosos, indican un
senta algunas peculiaridades. Por un lado cambio en la hidroquímica del medio entre
la presencia de materia orgánica en sus la unidad I y la unidad II, disminuyendo
niveles oscuros que alcanzan el 0,27% la salinidad (Li, Na) y la relación Mg/Si,
(Pozo et al. 2007b), por otra algunas ca- pero incrementándose el papel jugado
racterísticas geoquímicas (F, Mg, REE) por las aguas subterráneas (aporte de F y
que las diferencian de las sepiolitas liga- Si). Bajo estas condiciones se justifica la
das a facies distales aluviales (Vicálvaro) formación de sepiolita sobre la esmectita
o asociadas a depósitos de llanura lutítica magnésica.
(Esquivias) (Pozo et al. 2005b). Se infiere que la presencia de
En relación con la sepiolita, material palygorskita a techo de la unidad II
en el que se instalan principalmente los indica otro cambio significativo en
yacimientos, se han estudiado muestras el ambiente sedimentario. Así, tras
pertenecientes a nuevas secciones litoes- un prolongado periodo de exposición
tratigráficas con especial atención a los subaérea con el desarrollo de un potente
episodios transicionales a techo y base paleosuelo de sepiolita, la presencia
de las unidades I y III respectivamente. de palygorskita sería el resultado de la
Se ha comprobado que no solo presen- transformación de arcillas heredadas
tan una diversidad textural notable, sino procedentes de la entrada de aguas
que también desde el punto de vista mi- superficiales y sedimentos detríticos.
neralógico, el grado de ordenamiento de Esto significaría que a techo de la unidad
las sepiolitas es variable. Este hecho es II diferenciada, existe un transito a la
significativo porque el grado de ordena- unidad III con características distintas
miento influye en las propiedades físico- al resto del tramo sepiolítico. Desde el
químicas de los materiales arcillosos y punto de vista paleoambiental se infiere
en consecuencia en su comportamiento un cambio en el control de las reacciones
mecánico. mineralogenéticas donde el papel de
Las evidencias petrográficas comple- la sílice, importante en la formación de

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Morales, J. et al. (41-117)

la sepiolita y el ópalo, deja paso a la Interpretación


entrada de coloides alumínicos (aportes)
y a la acción de las aguas bicarbonatadas La asociación de carbonatos y
cálcicas responsables de los depósitos facies siliciclásticas (unidad III) sugiere
carbonáticos que justifican el desarrollo un ambiente lacustre-palustre donde
de facies que progresivamente se hacen el predominio del carbonato cálcico
más palustres-lacustres .La existencia y la asociación fosilífera observada
de una discontinuidad en este episodio (ostrácodos, gasterópodos, carofitas y
de transición es importante ya que diatomeas) indicaría una hidroquímica
la existencia de rasgos vérticos y de con predominio de las aguas dulces. Los
morfologías gilgai asociados a los carbonatos con evidencias de bioturbación
paleosuelos con palygorskita es evidencia y otros rasgos edáficos indican depósitos
de un comportamiento dinámico del que sufrieron emersión después de la
terreno, posteriormente erosionado en sedimentación en un sistema lacustre
parte por la entrada de aportes clásticos donde se desarrollaron carbonatos
representados por la base de la unidad palustres. Sin embargo, los carbonatos
III. bioclásticos con ostrácodos, carofitas
diatomeas y gasterópodos se consideran
2.1.3 Unidad III. Facies detríticas y ligados a depósitos lacustres de agua
calcáreas dulce de mayor profundidad relativa. La
similitud de características observada en
Los resultados mineralógicos los rellenos sedimentarios sugiere que
obtenidos indican que en la unidad III las condiciones paleoambientales eran
predominan los carbonatos (calcita similares. La existencia en las facies
LMC) y los filosilicatos, con texturas siliciclásticas de los rellenos de contactos
similares a las observadas en el relleno netos y de sedimentación gradada indica
de los yacimientos paleontológicos. La un depósito rápido en aguas someras.
mineralogía de la arcilla en las muestras Los resultados obtenidos del análisis
de lutitas y margas presenta las siguientes isotópico (δ13C y δ18O) de los carbonatos
asociaciones: de la Unidad III y de los rellenos de los
yacimientos ponen de manifiesto algunas
Unidad III (Esmectita alumínica - illita diferencias significativas que se relacio-
± sepiolita ± palygorskita ± caolinita). nan con las variaciones en la salinidad y
productividad orgánica de las aguas en
Rellenos: las que se formaron los carbonatos, ob-
1- Facies clásticas finas (Sepiolita - servándose la menor variabilidad en los
esmectita ± illita ± palygorskita). rellenos, lo que se interpreta como una
2- Facies clásticas gruesas (Esmectita mayor homogeneidad en sus condiciones
alumínica - illita ± caolinita). de formación.

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 3. Figura 1. Primeros días de excavación en el yacimiento de Batallones-1, durante julio de


1991, antes del comienzo de la explotación de la cantera. Figura 2. Modo interpretativo del relleno de Ba-
tallones-1. En él se indican la influencia de los vertisuelos en la generación de las cavidades y el efecto de
disolución en profundidad. Figura 3. Modo interpretativo del relleno de Batallones-5. Figura 4. Yacimiento
de Batallones-6 durante la explotación de la cantera.

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Recientemente (Pozo et al. 2007b) compleja de los propios rellenos. Los re-
han estudiado el tránsito entre las facies llenos han podido ser clasificados en dos
sepiolíticas y los depósitos de carbonatos tipologías (Morales et al. 2004; Pozo et
de la unidad III. Se ha observado que a al. 2004): 1.- yacimientos profundos con
techo del depósito sepiolítico (unidad II), morfología de copa invertida en los que
se dispone en contacto erosivo un episo- existe una acumulación preferente de car-
dio de aportes en el que se desarrollan nívoros (BAT-1 y BAT-6) y 2.- yacimien-
calcretas y palygorskita, que a su vez, tos superficiales con morfología de copa
también en contacto erosivo, pasa supe- sin invertir, en las que se generan am-
riormente a depósitos clásticos donde son bientes de tipo palustre y lacustre siendo
frecuentes los intraclastos, los minerales característico la aparición de fósiles per-
heredados y la carbonatación en diverso tenecientes a grandes herbívoros (BAT-
grado, para dar paso finalmente a las fa- 3, BAT-5 y BAT-10). Otros yacimientos
cies de carbonatos bioclásticos. Todo ello (BAT-2 y BAT-4) tienen geometrías mas
corrobora un cambio sustancial en las complicadas, en algunos casos asimi-
condiciones paleoambientales, de ma- lables a grandes grietas subverticales.
nera que en el control de las reacciones En la actualidad se han identificado en
mineralogenéticas, el papel de la sílice, el Cerro de los Batallones 11 cavidades
importante en la formación de sepiolita y con rellenos de los que 9 se consideran
ópalo, deja paso a la acción de las aguas como yacimientos paleontológicos. De
bicarbonatadas cálcicas que favorecen el éstos se han excavado o están en excava-
desarrollo de paleosuelos calcáreos con ción BAT-1, 2, 3, 4, 5 y 10. El resto están
palygorskita-sepiolita primero y la sedi- convenientemente aislados y protegidos
mentación de carbonatos palustres-lacus- para su conservación. Por otra parte, es
tres después. de destacar que las prospecciones pa-
leontológicas en el entorno del Cerro de
2.2 Las trampas de vertebrados y sus los Batallones, en la zona sur, ya dentro
rellenos de la provincia de Toledo, han dado lugar
al descubrimiento de cuatro nuevos ya-
Todos los yacimientos del Cerro de cimientos de vertebrados (Valdeinfierno,
los Batallones (abreviados como BAT de El Hornillo y Malcovadeso 1 y 2). En to-
aquí en adelante) participan de las mis- dos estos yacimientos la edad de las aso-
mas características: acumulaciones pa- ciaciones de mamíferos (macro y micro)
leontológicas excepcionales en rellenos indica edades muy similares entre ellos,
discordantes con los sedimentos estrati- atribuibles al Vallesiense superior.
ficados de la sucesión sedimentaria ge- En la identificación de los rellenos se-
neral del cerro (Lámina 3). No obstante, dimentarios, asociados a los yacimientos,
desde un punto de vista paleontológico, ha sido especialmente relevante el reco-
existen diferencias significativas en su nocimiento de estructuras de deforma-
composición faunística, e indicios funda- ción similares en los yacimientos BAT-5,
dos de la existencia de diferentes niveles BAT-7, BAT-9 y BAT-10. Todos ellos tie-
fosilíferos, que indicarían una historia nen en común que se han detectado en su

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

zona más próxima a la superficie, afec- son similares, en primera aproximación,


tando a las facies detríticas y carbonáti- a yacimientos de tipo trampa desarro-
cas de la unidad III. La geometría de las llados en sistemas netamente cársticos
capas deformadas presenta una estructura (Simms 1994; Simon-Coinçon et al.
monoclinal de escala métrica dispuesta 1997). Este proceso, también conocido
en direcciones perpendiculares entre sí como “karst de arcillas”, “subfusión” o
lo que provoca morfologías deprimidas “erosión en túnel”, se utiliza para la des-
que actuarían como sumidero. En algu- cripción de formas seudocársticas, cuyas
nos casos asociados a estas flexuras se dimensiones pueden ser variables y que
han reconocido fallas de pequeño salto no están restringidas a un ámbito climá-
que sugieren varios episodios de colapso tico concreto, salvo la existencia de fuer-
a lo largo del tiempo de evolución de las tes contrastes estacionales. El proceso de
cavidades. “piping”, posiblemente asociado también
Es necesario destacar que una de las con procesos de “cambering” (sosteni-
principales dificultades en la identifica- miento de cavidades por la presencia de
ción de las cavidades y sus rellenos ra- niveles resistentes) resulta, desde este
dica en que con frecuencia sus colores se punto de vista, adecuado para explicar la
confunden con los de la sucesión sedi- generación de los huecos que condujeron
mentaria general, siendo solo fácilmente al entrampamiento de vertebrados obser-
reconocibles cuando son cortados brusca- vado en los yacimientos del Cerro de los
mente por otro material de distinto color, Batallones (Halliday 2004). De forma
textura o compacidad. De aquí la impor- general, se ha considerado que la inicia-
tancia de los datos aportados por la pros- ción y desarrollo del “piping” resulta de
pección geofísica y la disponibilidad de una compleja combinación de diferentes
palas excavadoras que facilitan enorme- factores, litológicos, mineralógicos, edá-
mente la apertura de frentes en cualquier ficos e hidrogeológicos favorables (Br-
dirección. Otra dificultad añadida ha sido yan & Yair 1982): 1) presencia de discon-
la constatación de que los rellenos son tinuidades verticales; 2) suelos o arcillas
polifásicos de manera que hay diversas expansivas; 3) gradiente topográfico su-
fases de relleno, lo que complica aún más ficiente; 4) alternancia de materiales per-
la geometría interna de los mismos. meables e impermeables; y 5) presencia
Se han realizado propuestas tentativas de niveles muy resistentes a la erosión.
sobre los mecanismos que han podido in- Aunque todos estos factores favorecen el
fluir en la formación de las trampas (Pozo desarrollo de “piping” los dos indispen-
et al. 2003a, 2003b). Sin dar por cerradas sables parecen ser: la existencia de un
las hipótesis sobre los procesos que con- gradiente hidraúlico suficiente y la pre-
dujeron a la formación de los yacimien- sencia de una alta capacidad de infiltra-
tos, Pozo et al. (2004) proponen un mode- ción en materiales de baja permeabilidad
lo basado en la ocurrencia de fenómenos intrínseca (Gutiérrez Elorza 2001). Este
seudocársticos de tipo “piping” como el último requisito permite que se produzca
principal factor, teniendo en cuenta que una inusual concentración de la infiltra-
la geometría y morfología de los huecos ción, hecho que no se da en materiales

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Morales, J. et al. (41-117)

más permeables (Bryan & Jones 1997) 2.3 Paleosurgencias


lo que implica la existencia de materiales
intensamente agrietados o fisurados. El papel jugado por las aguas subte-
El modelo propuesto se desarrolló en rráneas como paleosurgencias en la de-
un contexto ciertamente particular dentro formación de depósitos sedimentarios ha
de la evolución geológica de la Cuenca sido recientemente puesta de manifiesto
de Madrid: el cambio paleogeográfico en la zona de Valdeinfierno, próxima
acaecido durante el Mioceno superior al Cerro de los Batallones (Pozo et al.
(episodio de karstificación intra-Valle- 2006). Se han estudiado cuerpos carbo-
siense; Calvo et al. 1988, Cañaveras et náticos dómicos y travertínicos en los
al. 1996). El nuevo marco geomorfo- que el análisis petrográfico, mineralógico
lógico generado durante el Vallesiense y la geoquímica isotópica ponen de ma-
podría explicar de una forma consistente nifiesto que los carbonatos se depositaron
los requisitos de gradiente topográfico a partir de aguas con hidroquímicas dis-
e hidráulico necesarios para la genera- tintas pero ambas formando paleosurgen-
ción de los procesos de “piping” apun- cias de aguas subterráneas en un ambien-
tados. Estos serían el descenso del nivel te lacustre marginal. Las acumulaciones
de base relacionado con el mencionado dómicas se interpretan como “seepage
episodio de karstificación generalizado, mounds” donde una hidroquímica rica en
y el desarrollo de un valle sinclinal den- Mg2+ favorece la formación de dolomi-
tro del cual Batallones ocuparía uno de ta, sepiolita y esmectitas magnésicas. El
sus flancos. En este sentido es necesario episodio posterior de acumulación carbo-
apuntar que al menos existen dos casos nática tiene características morfológicas
citados en la literatura geológica simila- travertínicas y composición calcítica, lo
res al aquí expuesto. Son casos que tra- que se interpreta como el paso a condi-
tan sobre la formación de cavidades, en ciones más diluidas que se manifiesta en
relación con episodios generalizados de la señal isotópica de los carbonatos. Los
paleoalteración de cuencas sedimentarias aportes de estas aguas justifican que el
afectadas a su vez por importantes proce- episodio a techo de la serie esté consti-
sos de silicificación. El más similar es el tuido por calizas bioclásticas que indican
relacionado con el Paleokarst de Querçy condiciones de expansión lacustre en la
desarrollado durante el Eoceno y Mioce- zona.
no inferior en la Cuenca de Aquitania que Un aspecto importante de estas acu-
también funcionó como trampa de verte- mulaciones de carbonatos es el hecho de
brados (Simon-Coinçon et al. 1997). El que durante su formación provocan la de-
segundo, relacionado con la generación formación de los materiales suprayacen-
de cavidades en perfiles de alteración de tes lo que, al menos en parte, podría favo-
lateritas y silcretas en materiales Cretá- recer la inestabilidad de los materiales y
cicos y Eocenos en la parte Septentrio- el desarrollo de las cavidades que actua-
nal del Continente Australiano (Twidale rían como trampas para los vertebrados.
1987). Depósitos carbonáticos similares habían

52
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 4. Figura 1. Esquema topográfico de el Cerro de los Batallones mostrando los perfiles realizados
por tomografía eléctrica de resistividades (ERT) durante las campañas de campo desde el 2002 al 2007.
Figura 2 y 3. Prospecciones geofísicas (ERT) durante el verano de 2007 en el área sur del Cerro de los Bata-
llones. Figura 4. A) Modelo inverso 2D del perfil eléctrico (ERT) realizado en la pared norte del yacimiento
de Batallones-1. B) Interpretación geológica de la muralla norte del yacimiento de Batallones-1.

53
Morales, J. et al. (41-117)

sido estudiados algo más al sur en la zona cimientos se encuentran interconectados


de Malcovadeso (Calvo et al. 1995) in- por chimeneas verticales adoptando un
terpretándose como resultado del flujo y dispositivo de tipo “reloj de arena”, aun-
descarga de aguas subterráneas (seepage que todavía no se ha podido constatar en
mounds), con rasgos morfológicos simi- ninguno de los yacimientos. En particular
lares a los de los montículos de la sección las tomografías eléctricas realizadas en
de Valdeinfierno. los yacimientos, BAT-7, BAT-5 y BAT-
10, los dos últimos en proceso de excava-
3. Prospección geofísica en Ba- ción de su zona superior, permiten deli-
tallones near la existencia de geometrías “reloj de
arena”. También, los datos procedentes
Nueve yacimientos diferentes de ver- del comienzo de la excavación del yaci-
tebrados se han identificado en el Cerro miento BAT-1 (el único de los profundos
de Los Batallones. Todos ellos han sido que se ha excavado) sugieren la existen-
excavados o están en proceso de excava- cia de una chimenea vertical, aunque en
ción. Los yacimientos aparecen en dife- este caso el posible yacimiento superfi-
rentes niveles estratigráficos, ya que en cial fuera removido por los trabajos de la
realidad son discordantes y generalmente mina, o no existiera.
responden a cavidades desarrolladas en Hasta la fecha se han realizado 32
los materiales carbonatados y siliciclás- perfiles de Tomografía Eléctrica de Re-
ticos del techo de la Unidad Intermedia sistividades 4 (perfiles ERT) utilizando
Miocena (Vallesiense). Las menciona- dos tipos de dispositivos polo-polo y di-
das cavidades poseen diferente geome- polo-dipolo (Lámina 4). La mayor parte
tría y contenido fósil en función de su de los perfiles realizados están compues-
profundidad. Los yacimientos a mayor tos por un sistema multicanal de 32 a 24
profundidad aparecen a unos 6-7 metros electrodos de espaciados variables de 1,
por debajo de la superficie actual del 2 y 3 metros, completándose longitudes
cerro, presentando una anómala y rica de investigación de 24, 48 y 96 metros
concentración de carnívoros excelente- respectivamente para cada tipo de espa-
mente conservada. Su geometría parece ciado. El dispositivo de investigación
aproximarse a cavidades campaniformes utilizado en cada caso permite una pene-
en sección vertical de diámetro decamé- tración en el subsuelo de mayor o menor
trico. Por el contrario, los yacimientos profundidad inversamente relacionada
superficiales poseen geometrías en for- con la resolución de la información del
ma de copa, de diámetro superior a los subsuelo que se obtiene. Así se puede de-
profundos pero que se va reduciendo en cir que a menor espaciado, mayor resolu-
profundidad, y su contenido fósil está ción de la información, pero menor pro-
caracterizado por la presencia de herbí- fundidad de investigación. Espaciados de
voros de gran tamaño (mastodontes, jira- 1 metro permiten penetran hasta unos 4
fas, rinocerontes, entre otros). Los datos metros máximo. Los espaciados de 2 me-
procedentes de las tomografías eléctricas tros lo hacen hasta 8 metros, y los de 3
permiten inferir que ambos tipos de ya- metros alcanzan profundidades de hasta

54
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 5. Figura 1. Modelo inverso 2D del perfil eléctrico (ERT) realizado en el yacimiento de Batallo-
nes-5. Figura 2. Bloque diagrama de la estratigrafía in situ de las paredes del yacimiento de Batallones-5.
Figura 3. Interpretación sobre fotografía del yacimiento de Batallones-5.

55
Morales, J. et al. (41-117)

16 metros pero con muy poca resolución mostrada por espaciados de hasta 2 me-
en la información obtenida. De la misma tros (resolución de objetos 2x2 m: 4 m2)
forma el sistema polo-polo posee mejor ha resultado bastante fiable, mientras que
resolución en la información bajo la ver- las de 3 metros (resolución de objetos
tical del perfil ERT realizado, mientras de 3x3 m: 9m2) identifica estructuras de
que el dipolo-dipolo recoge también in- deformación de gran radio y muy laxas,
formación del entorno adyacente a la ver- pero que no tienen por que tener un ya-
tical del perfil mostrando la existencia de cimiento asociado (como es el caso de
cambios laterales en las resistividades. BAT-8). Por los datos que se tienen hasta
De esta forma cuando se han inves- la actualidad se observa que las zonas de
tigado yacimientos previamente descu- chimenea, al menos en su parte superior
biertos se han utilizado preferentemente (BAT-5, BAT-7, y BAT-9), poseen diáme-
espaciados pequeños (1 y 2 metros) con tros que apenas sobrepasan los 4 metros
dispositivos polo-polo y dipolo-dipo- en el mejor de los casos. Este dato per-
lo conjuntamente con el fin de obtener mite asegurar que los perfiles ERT con
una mayor resolución de la información. espaciado de 2 m están en el límite de
Cuando, por el contrario los perfiles ERT detección de los yacimientos y los de 3
estaban destinados a prospectar una par- m quedan fuera de él. Espaciados de 2 m
cela previa a su excavación por las má- han sido capaces de reconocer disconti-
quinas se han utilizado dispositivos di- nuidades incluso por debajo de capas de
polo-dipolo de mayor espaciado (2 y 3 escombros más o menos potentes (3-4 m)
metros) con el fin de recolectar la mayor procedentes de excavaciones y rellenos
información posible del subsuelo, aún previos de la zona de minas, aunque estas
a costa de la perdida de resolución que finalmente no resultaran contener un ya-
ello lleva implicado. En algunos casos se cimiento (BAT-11, 2007)
realizaron los mismos perfiles con ambos BAT-1 se seleccionó para la pros-
dispositivos dipolo-dipolo y polo-polo pección como ejemplo de yacimiento en
con el fin de comparar los resultados y la profundidad. Dadas las dimensiones de
resolución. la zona de excavación y las limitaciones
La utilidad de la tomografía eléctrica topográficas del yacimiento (actualmen-
de resistividades en la prospección de los te preservado en un agujero casi circular
yacimientos de vertebrados del Cerro de de 8 metros de profundidad y 35 metros
Los Batallones radica en el hecho de la de diámetro), se seleccionó un sistema
existencia de niveles de sílex (muy re- de electrodos de 24 metros de longitud,
sistivos) y materiales siliciclásticos finos con espaciado de un metro, y dispositivo
y rellenos fosilíferos de menor resistivi- dipolo-dipolo. El perfil geoeléctrico (to-
dad. El hecho que la mayoría de los ya- mografía de resistividad eléctrica, ERT)
cimientos se encuentren aparentemente se realizó según la dirección N140º E pa-
perforando los niveles de sílex, la pros- ralelo a la pared Norte de la excavación
pección geoeléctrica busca la existencia (a 2 metros de distancia). La profundidad
de rupturas, flexuras y curvaturas de di- de la excavación durante el año de la
chos niveles resistivos. La información prospección (2002) se encontraba entre

56
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 6. Modelos inversos 2D obtenidos durante la campaña de prospecciones geofísicas de 2003. El


perfil 1/03 se situa a 10 m de la muralla de la trinchera ilustrada en el esquema de la parte inferior de la
figura. La escala vertical del esquema está exagerada con respecto a los modelos 2D. Tanto el perfil 1/03
como el 2/03 muestran claramente el colapso de los estratos, la formación de depresiones superficiales y
de túneles (piping) en profundidad. Las zonas de resistividad eliptica indican la presencia de nódulos de
ópalo de diferente tamaño.

57
Morales, J. et al. (41-117)

1,5 (WNW) y 1,40 m (ESE). El perfil endo con las brechas que contienen los
ERT cubrió toda la zona excavada (elec- fósiles entre los electrodos 4 y 9. Por úl-
trodos 4 al 12) incluyendo una antigua timo, hacia el Oeste entre los electrodos
trinchera de prospección realizada en los 11 y 24 aparece una unidad conductiva
años 90, posteriormente rellena con esté- (similar a la anterior) muy homogénea
riles (electrodos 9 al 12). Los electrodos (<12 Ω/m) que responde al sustrato ar-
1 al 4 se situaron en el borde de la pared cilloso sepiolítico en el que se excavó la
Este del relleno fósil, antiguamente una cavidad.
pared de unos 6 metros de altura exca- El progreso de las excavaciones en
vada sobre un nivel de sílex del mismo BAT-1 entre el 2003 y el 2007 han ex-
espesor. Por otro lado, los electrodos 13 puesto casi en su totalidad la pared inves-
al 24 cubrían la zona oeste (no excavada) tigada en 2002 entre los electrodos 4 y
del yacimiento, previsiblemente forma- 11. Esto ha permitido comprobar que la
da en su mayoría por niveles de sepioli- unidad con geometría de campana cor-
ta correspondientes a la pared Oeste del responde a una brecha basal de origen
relleno fósil. El perfil ERT alcanzó una posiblemente gravitatorio que contiene
profundidad de investigación de 2,7 me- grandes bloques (0.5 –0.7 m de diámet-
tros. En la actualidad la profundidad de ro) de sepiolita, sílex, carbonatos empas-
excavación alcanza más de los 2,5 metros tados por una fina matriz limo-margosa
dándonos la oportunidad de comparar los con un contenido variable de intraclastos
resultados obtenidos y fósiles. Es importante hacer notar que
El modelo inverso de resistividades los bloques de carbonatos procederían de
resultante muestra tres sectores bien di- la parte superior de la cavidad. El patrón
ferenciados, además de un nivel super- 2D casi triangular se puede interpretar
ficial pseudohorizontal muy resistivo como el relleno gravitatorio basal de la
(0,4 a 0,9 m de potencia) resultante de la cavidad fósil (cuña coluvial). Su pro-
compactación del terreno por el paso de longación bajo la pared Este labrada en
maquinaria pesada y personas. En el bor- sílex, probablemente indica la existencia
de Este una unidad resistiva (Max. 150 de un proceso de socavación basal por
Ω/m) testifica la prolongación de la pared debajo del potente paquete de sílex. Los
de sílex mencionada anteriormente, pero procesos de socavación son frecuentes
esta desaparece a los 0,6-0,9 metros de en cuevas y cavidades desarrolladas por
profundidad entre los electrodos 1 y 4. debajo de capas resistentes a la erosión
Adyacente y por debajo de esta unidad (calcretas, silcretas, etc...) por diferentes
resistiva aparece una de mucho menor re- procesos de erosión diferencial sub-
sistividad, con geometría campaniforme, superficial (i.e. piping: Twidale 2002;
y cuya densidad desciende desde su cen- Klimchouck & Andrejchuk 2003). En
tro (55 Ω/m) hasta los bordes (35 Ω/m) cualquier caso, el espectro litológico de
generando un patrón triangular radial en los bloques incluidos en esta brecha ba-
las resistividades. Una tercera unidad, sal representa la secuencia estratigráfica
buzando hacia el Oeste, muestra todavía situada por encima del yacimiento, tes-
menor resistividad (10-15 Ω/m) coincidi- tificando la antigua extensión hacia la

58
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 7. Modelos inversos 2D obtenidos en los yacimientos de Batallones-5, Batallones-7 y Batallo-


nes-10. Estos dos últimos yacimientos fueron detectados mediante estas prospecciones geofísicas previa-
mente a la explotación minera del área en el que se situaban.

superficie de la cavidad fósil. Por otro cia el Oeste tal y como sugería el modelo
lado el relleno de la brecha fosilífera que inverso de resistividades que además van
cubre a la brecha basal muestra la exist- acompañadas por superficies de com-
encia de buzamientos entre 16 y 27º ha- pactación y deslizamiento (tipo slicken-

59
Morales, J. et al. (41-117)

side) que atraviesan la brecha fosilífera y que en profundidad limitan las chime-
y la basal con mayor ángulo y geometría neas (caso claro en BAT-7 y BAT-9). Las
complejas. En la actualidad se puede ob- fallas muestran característicamente una
servar la parte inferior de la pared Oeste tipología inversa hacia las partes cent-
de la cavidad fósil realzada por una su- rales de los yacimientos, y normal hacia
perficie de carbonatación sobre las arcil- su zona perimetral exterior. En todos los
las sepiolíticas. casos los datos de los perfiles ERT han
Los yacimientos BAT-5 (Lámina podido contrastarse con los cortes, bien
5), BAT-7 (Lámina 6), BAT-9 y BAT- de las canteras, o bien de prospección,
10 (Lámina 7), son claros ejemplos de practicados en ellos, para sus zonas más
los yacimientos en superficiales con superficiales 2-4 metros, pero todavía no
desarrollo basal de chimeneas rellenas se ha podido acceder a las zonas de may-
por una brecha detrítica. Los yacimien- or profundidad.
tos BAT-5 y BAT-10, con yacimiento
superficial en proceso de excavación, 4. Paleontología del Cerro de los
muestran claros indicios de la existencia Batallones
de una chimenea vertical asociada a un
relleno inferior, como muestran los per- 4.1 Las excavaciones
files ERT realizados sobre ellos (ambos
con un espaciado de 2m y profundidad de Desde julio de 1991 a septiembre de
investigación máxima de 8 metros). Por 1993 se sucedieron las excavaciones en
otro lado los yacimientos BAT-7 y BAT-9 el yacimiento de Batallones-1 (BAT-1),
sólo han librado fósiles dispersos y frag- con un total de siete meses de excavación
mentarios en las brechas del comienzo y resultados asombrosos, que vinieron a
de las chimeneas, pero ambos han sido confirmar que estábamos ante una rica y
objeto de trincheras de prospección que compleja asociación de mamíferos, cons-
revelan la geometría 3D subcircular en tituida mayoritariamente por carnívoros
forma de copa de los yacimientos super- de todas las tallas (Morales et al. 1995).
ficiales. Estos dos yacimientos son los Sin embargo, a pesar de la excepcio-
que han salido a la luz previa su identi- nalidad de la asociación faunística, atri-
ficación por prospección geoeléctrica. buida a la existencia de una trampa natu-
Ambos se investigaron mediante dis- ral, no existía ninguna explicación con-
positivos dipolo-dipolo con 2m de espa- vincente sobre el origen de una cavidad
ciado y los perfiles ERT correspondientes en estos sedimentos, que habría actuado
muestran la existencia de las chimeneas repetidamente como trampa natural.
verticales asociadas a rellenos de mayor De hecho, desde las excavaciones de
diámetro en profundidad. En ambos ca- 1991 hasta 1999, los trabajos en este ya-
sos, pero también en BAT-5 y BAT-10, cimiento se centraron mayoritariamente
se ha constatado la existencia de fallas en aspectos puramente paleobiológicos,
de geometría curva (incluso circulares) sin que fuésemos capaces de avanzar
que encierran y afectan a la parte per- alguna idea respecto al origen de la su-
imetral de los yacimientos superficiales puesta trampa de carnívoros, fuera de su

60
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 8. Figura 1. Foto aérea (Google Earth) del Cerro de los Batallones mostrando la situación de los
yacimientos paleontológicos, cuadrados marcados como B1, B2, etc. Figura 2. Vista general de la excava-
ción de Batallones-1 durante el verano de 2005. Figura 3. Aspecto de la brecha ósea de Batallones-1, duran-
te la excavación del invierno del 1993. Los huesos se encuentran desde aislados hasta formando conexiones
anatómicas relativamente completas. Figura 4. Batallones-1, durante la excavación del verano de 2002.

61
Morales, J. et al. (41-117)

emplazamiento discordante con respecto ladera del cerro, y cuyo descubrimiento


a la serie estratigráfica del cerro. En de- ha sido ajeno a las labores mineras reali-
finitiva, veíamos que estábamos ante un zadas en la zona. BAT-3 se ha excavado
yacimiento singular, originado por un metódicamente desde el año 2005 hasta
proceso desconocido. el 2007. Durante los últimos días de la
A partir de 1999 se produce una reac- campaña de 2001, durante los trabajos de
tivación de las explotaciones de sepioli- seguimiento paleontológico de la zona
ta del cerro, que en base a la legislación de explotación minera, se descubrió un
existente en la Comunidad de Madrid nuevo yacimiento, denominado Bata-
deben ser objeto de seguimientos paleon- llones-5, realizándose una prospección
tológicos exhaustivos (Fraile et al. 2003). superficial para evaluar preliminarmente
Como consecuencia de estas actuaciones, su potencial paleontológico. Finalmente,
durante el año 2000 se descubrieron tres este yacimiento ha sido excavado durante
nuevos yacimientos (Batallones-2, 3 y 4) las campaña de 2002 a 2006. En noviem-
y durante el 2001 uno más (Batallones- bre de 2002 fue descubierto Batallones-6,
5). Durante el año 2002 Batallones-6, aún sin prospectar. A partir del año 2003
Batallones-7 se localizó en la primavera se comienzan a realizar investigaciones
del año 2004, Batallones 9 en agosto de geofísicas en el área, con el descubri-
2006, y finalmente Batallones-10 en abril miento de tres nuevos yacimientos: Bata-
de 2007. Otro importante tema de inves- llones-7, 9 y 10. Éste último, descubierto
tigación en los yacimientos del Cerro de en abril de 2007, ha sido objeto de una
los Batallones se focaliza en las caracte- campaña de excavación durante el vera-
rísticas de la acumulación de los restos no de 2007.
fósiles, y en esta línea de estudios tafo-
nómicos están los trabajos de Domingo 4.2 Estado actual
et al. (2006) y Martín Escorza & Morales
(2006). En la actualidad la información pa-
Los yacimientos de BAT-2 y BAT-4 leontológica sobre los yacimientos ha
fueron objetos de una primera excava- avanzado notablemente, particularmente
ción durante los meses de junio-agosto en sistemática y evolución, con trabajos
del 2000. Batallones-1 se comenzó a re- sobre carnívoros (Antón et al. 2004a,
excavar durante el verano de 2001 (para 2004b, 2006; Peigné et al. 2005, 2008;
lo que se contó con la colaboración de la Salesa 2002; Salesa et al. 2004, 2005a,
“National Geographic Society”) y pos- 2005b, 2005c, 2006a, 2006b, 2006c,
teriormente con campañas anuales hasta 2008); rinocerontes (Cerdeño & Sánchez
el 2007. El objetivo principal de estas 1998); rumiantes (Sánchez & Morales
campañas era el progreso de los estudios 2004, 2005, 2006; Sánchez & Morales,
tafonómicos y paleobiológicos del yaci- en prensa); aves (Sánchez-Marco 2000)
miento. y trabajos de tipo general (Morales 2004;
Durante la campaña del 2001 tam- Morales & Soria 2000; Morales et al.
bién se prospectó el yacimiento de Ba- 1992, 1993, 1995, 2000, 2004; Antón &
tallones-3, único que se encuentra en la Morales 2000).

62
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 9. Figura 1. Descubrimiento durante la explotación minera del yacimiento de Batallones-2 du-
rante marzo del 2000. Figura 2. Cráneo de mastodonte procedente de Batallones-2 preparado para su tras-
lado al Museo Nacional de Ciencias Naturales, englobado en un bloque de poliuretano. Campaña del 2002.
Figura 3. Huesos de mastodonte de Batallones-2, campaña del 2000.

63
Morales, J. et al. (41-117)

4.3 Los yacimientos de vertebrados en el sitio del yacimiento, fragmentos


de carbonatos y sepiolita (intraclastos),
Las localidades de vertebrados en- granos terrígenos y conchas de gasteró-
contradas en el Cerro de los Batallones podos. Las arcillas intercalan pasadas fi-
(Lámina 8, Figura 1) hasta el presente nas de margas calcáreas y pasan a techo a
muestran un mismo patrón geométrico. bancos potentes de sepiolita con nódulos
Los huesos están incluidos en depósitos de sílex de gran tamaño.
estratificados que se distinguen clara- Localmente, la disposición geométri-
mente de las rocas circundantes. Los se- ca de las capas indicada arriba aparece
dimentos fosilíferos muestran contactos trastocada en el yacimiento, observán-
abruptos con estas rocas, lo que sugiere dose el pinzamiento de niveles de sílex
que están rellenando hoyos. Consecuen- y sepiolita sobre las arcillas verdes que
temente, una morfología de relleno de contienen los restos fósiles. De esta for-
hoyos puede deducirse del estudio de los ma, las arcillas aparecen formando una
yacimientos paleontológicos. El tamaño bolsada, cuyos límites inferiores aún no
de los hoyos que contienen los depósitos son visibles, entre bancos de sílex. La
fosilíferos es variable (Pozo et al. 2004). geometría de los niveles que contienen la
fauna es, por tanto, irregular con respecto
Batallones-1 (Lámina 8, Figuras 2 a a la de las capas circundantes. La fauna
4) determinada en el yacimiento puede con-
sultarse en la Tabla 1.
Los sedimentos rellenan un agujero La asociación de mamíferos deter-
que tenía más de 6 m de potencia y ocu- minada en los niveles inferiores es típi-
pan un área que varía de techo a muro camente Vallesiense (Mioceno superior)
entre los 24 m2 a los más de 80 m2, estos como lo indica la presencia de Hipparion
últimos correspondientes a la superficie sp. (caballo tridáctilo primitivo) asocia-
actualmente excavada. El lado Este del do a los primeros tigres dientes de sable
yacimiento es vertical y está formado por Paramachairodus ogygia y Machairodus
sepiolita y rocas silíceas endurecidas; en aphanistus y a los últimos anficiónidos,
contraste el lado Oeste consiste en se- que probablemente corresponden a un
piolita con niveles de sílex dispersos que género y especie nuevos. Con referencia
recubren los sedimentos fosilíferos defi- a la información aportada por los grandes
niendo una especie de pequeño sifón. mamíferos, y debido a la escasez de yaci-
La acumulación de restos de verte- mientos del Vallesiense, es difícil precisar
brados aparece en niveles de arcillas de más esta edad. Sin embargo, la presencia
tono verdoso a pardo (un análisis de di- de Progonomys sp., uno de los primeros
fracción de rayos X muestra que estas múridos del registro neógeno, indica una
arcillas están compuestas mayoritaria- edad superior a la de los yacimientos del
mente por esmectitas -más del 75%- y Vallesiense inferior conocidos en el área
sepiolita, cuarzo, feldespato y carbonato Norte de la cuenca de Madrid (Sesé et al.
cálcico formando el resto), de aspecto 1990). Asimismo, la mayor abundancia
jabonoso, que incluyen, particularmente de múridos que de cricétidos indica que,

64
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 10. Figura 1. Vista del yacimiento de Batallones-3 durante la campaña del verano de 2007. Figu-
ra 2. Cráneo del oso primitivo Indarctos sp. excavación de Batallones 3, durante el verano de 2007. Figura
3. El yacimiento de Batallones-5 contemplado desde el sur.

probablemente, nos encontramos en los lisis faunístico realizado recientemente


niveles más altos del Vallesiense supe- por Domingo et al. (2007).
rior. Esta datación se confirma en el aná-

65
Morales, J. et al. (41-117)

Batallones-2 ejemplares de mastodonte debieron mo-


rir en el mismo emplazamiento en el que
El yacimiento tiene un área de 25 m2 se encuentra el yacimiento. Una posible
(a techo) con un espesor de los sedimen- trampa para grandes mamíferos podría
tos de relleno de más de 5 m. El borde ser sugerida a la vista de estos datos (Lá-
Oeste del hoyo es vertical y está formado mina 9).
por sepiolita y rocas silíceas endurecidas.
El lado Este, que se ha conservado, mues- Batallones-3
tra cómo los sedimentos de relleno están
limitados por sepiolita y carbonatos. La El yacimiento muestra una clara mor-
fauna determinada en el yacimiento pue- fología de hoyo con lados escalonados.
de consultarse en la Tabla 1. Tiene al menos una potencia de 2 m,
La asociación de mamíferos no per- siendo el único que se sitúa en la ladera
mite precisar la edad con exactitud, pero del cerro, por lo que probablemente una
las especies representadas no contradicen parte importante del yacimiento fue des-
una posible edad Vallesiense superior, truida por la erosión superficial (Lámina
como la determinada para Batallones-1. 10, Figuras 1 y 2). La fauna determinada
Los niveles superiores de este yacimiento puede consultarse en la tabla 1.
son los únicos excavados. Dos tipos de La composición del yacimiento, en
facies diferentes se aprecian con claridad, la que predominan mayoritariamente los
una formada por arcillas verdes com- carnívoros, es semejante a la de Batallo-
pactas que contienen la fauna de peces, nes-1 con dos notables excepciones, la
mientras que la segunda está formada por presencia de un oso, Indarctos sp. y la
sedimentos detríticos más gruesos, con escasa representación de anficiónidos.
clastos de carbonatos y sílex y contiene La evaluación de estas diferencias no es
la macrofauna. La asociación de mamí- sencilla. El género Indarctos está presen-
feros está dominada por 2 ejemplares de te en las faunas europeas durante todo el
mastodontes, de los que se han recupera- Mioceno superior y sólo con una deter-
do más de 250 piezas esqueléticas, inclu- minación precisa podría aportarse algún
yendo los dos cráneos. Estos dos ejem- dato adicional. Mientras que la familia
plares se encuentran semidesarticulados, Amphicyonidae es en BAT-1 donde en-
habiéndose conservado articulaciones cuentra su último registro en España, su
parciales, manos y pies, extremidades, rareza en este yacimiento podría expli-
columna vertebral de uno de los dos, y carse en términos de edad, pero al igual
cráneo y mandíbula articulados entre sí que no podemos explicar la ausencia de
y a las vértebras cervicales en uno de los osos en Batallones-1, invocar una edad
ejemplares. El resto de las especies de más moderna para Batallones-3 por el
mamíferos están representadas por esca- momento parece arriesgado.
sos huesos. Estos hechos evidencian que
mientras que rinocerontes, jirafas y otros Batallones-4
vertebrados pudieron ser transportados
al yacimiento desde el entorno, los dos El yacimiento muestra una geometría

66
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

puntiaguda asimétrica. La parte basal del sedimentos sobrepasa los 4 m. (Lámina


hoyo descubierta es de unos 10 m2, es- 10, Figura 3) La fauna determinada en
trechándose rápidamente hacia el techo. el yacimiento es, por el momento, la si-
Los lados Este y Oeste del hoyo están guiente:
formados por sepiolita y rocas silíceas Los restos fósiles de macrofauna (Ta-
endurecidas, estando el lado Oeste esca- bla 1) recuperados en este yacimiento
lonado, mientras que el Este muestra un nos permiten suponer que la asociación
buzamiento de cerca de 45º . faunística se asemeja a la de los niveles
Los fósiles de vertebrados de Batallo- superiores de Batallones-1, con la pre-
nes-4 (Tabla 1) son muy escasos: algunos sencia de Hipparion sp. y Tetralophodon
huesos de Hipparion, rinoceronte, etc. longirostris. Esta especie de mastodonte
Sin embargo, es notable el hallazgo de también está presente en el nivel superior
un ejemplar totalmente articulado (a ex- de Batallones-2, donde es predominante.
cepción de una extremidad posterior) de Al igual que en BAT-2, BAT-5 presenta
un gran jiráfido. La conservación de este en menores cantidades restos del rinoce-
ejemplar es notable y destaca la columna ronte Aceratherium incisivum. También
vertebrada con las costillas articuladas a son destacables los hallazgos de algunos
las vértebras sin indicios de deformación restos pertenecientes a una especie de
o desplazamiento. Aquí no hay duda, el jiráfido que, en principio, sería similar a
animal fue enterrado en el mismo empla- la hallada en Batallones-4. En resumen,
zamiento en el que murió. La sugerencia los datos obtenidos hasta el momento pa-
de una trampa natural está por lo tanto recen indicar la existencia de una corre-
muy fundada. Este jiráfido representa una lación temporal, a nivel de composición
especie aún no descrita en el registro neó- faunística, entre los niveles superiores de
geno de España y pertenece a la subfa- Batallones-5 y los niveles superiores de
milia Sivatheriinae, caracterizada por un los demás yacimientos del cerro.
esqueleto postcraneal robusto, con ex- La conservación de los restos y su
tremidades cortas y cráneo provisto con composición anatómica son indicativas
cuatro osiconos (cuernos sin estuche). La de una breve exposición subaérea. La
asociación faunística es muy escasa para presencia y conservación de elementos
determinar con precisión la edad del ya- frágiles como las apófisis y/o espinas de
cimiento, pero por lo dicho anteriormen- las vértebras parece indicar que la eta-
te le suponemos de la misma edad que el pa previa al enterramiento, así como su
resto de los encontrados en el cerro. transporte, debieron ser breves. Por otra
parte, la alteración debida a procesos dia-
Batallones-5 genéticos sí parece haber tenido un efec-
to importante, con dos posibles activida-
El yacimiento está lateralmente en- des: la carbonatación por percolación de
cajado por sepiolita y rocas silíceas en- aguas desde la superficie y la actividad de
durecidas. El relleno sedimentario puede plantas y animales sobre los restos fósiles
seguirse lateralmente aproximadamente dada la proximidad a la superficie de los
unos 10 m, y la potencia visible de estos restos.

67
Morales, J. et al. (41-117)

Batallones-6, Batallones-7 Y Batallo- materiales en las zonas centrales de las


nes-9 cavidades y la evidencia de estructuras
monoclinales y fallas en los materiales
Los yacimientos BAT-6, 7, 9 y 10 tie- encajantes ponen de manifiesto la exis-
nen en común que sus rellenos cortan a tencia de fenómenos de colapso.
las facies detríticas y carbonáticas de la Estos yacimientos, excepto Batallo-
Unidad III diferenciada en el sector de nes-10 del que hablaremos a continua-
Batallones. El contacto vertical entre el ción, no han sido excavados. Desde su
relleno y la serie estratigráfica general es descubrimiento los únicos trabajos reali-
neto y erosivo, generalmente de superfi- zados en ellos han sido aquellos relacio-
cie irregular en una de las paredes, pero nados con su delimitación y protección.
rectilínea en la opuesta. La estructura de En todos estos yacimientos se han des-
los rellenos es variable según el yacimien- cubierto restos de grandes vertebrados, y
to considerado, así en BAT-7 son predo- al menos en Batallones-7 también se han
minantemente de grano fino y calcáreos recuperado restos de microvertebrados
(margas), en general de aspecto masivo, (Tabla 1).
sólo en las paredes se detecta la presen-
cia de facies clásticas de granulometría Batallones-10
mayor (Lámina 11, Figura 1). En BAT-9,
por el contrario, predominan las facies de El último yacimiento paleontológico
grano grueso de conglomerados y arenas, descubierto en el Cerro de los Batallo-
alternando y pasando lateralmente hacia nes ha sido denominado Batallones-10
el centro de la cavidad a facies de grano (Lámina 11, Figuras 3 a 5). Se sitúa en
más fino (limos, arcillas, margas), mos- la parte Sur del cerro, casi enfrentado a
trando estratificación bien definida (Lá- Batallones-9. Dentro del plan de sondeos
mina 11, Figura 2). Finalmente en BAT- eléctricos el área del yacimiento quedó
10 el relleno presenta una geometría más en el límite de los realizados en el año
compleja con predominio de las facies de 2006, y aunque se hicieron en la zona
grano fino (margas, arcillas) en su zona prospecciones mecánicas, el yacimiento
central pasando hacia techo y hacia los sólo fue encontrado al comenzarse a ex-
bordes a facies de mayor granulometría. plotar la cantera.
En todos ellos, la deformación de los Durante julio y agosto de 2007 se de-

LÁMINA 11 Figura 1. El yacimiento de Batallones-7 visto desde el este. Figura 2. El yacimiento de Ba-
tallones-9 visto desde el este. Figura 3. El yacimiento de Batallones-10 visto desde el oeste. Campaña de
campo de 2007. Figura 4. Caparazón de tortuga gigante en el yacimiento de Batallones-10, durante la cam-
paña de campo de 2007. Figura 5. Panorámica de parte del yacimiento de Batallones-10 durante su primera
campaña de excavación en 2007; en esta zona se concentran gran cantidad de restos de macroherbívoros,
sobre todo jiráfidos y équidos. Se observa en primer plano el cráneo y la serie vertebral cervical de un jirá-
fido sivaterino, casi con toda seguridad de la misma especie que aparece en Batallones-4 y Batallones-5. Se
pueden apreciar los dos osiconos frontales del cráneo de la jirafa, situados entre el cráneo y las vértebras;
muy posiblemente estos dos elementos esqueléticos, cráneo y vértebras, pertenecieron al mismo individuo.
El conjunto de fósiles que se observa en la esquina superior derecha de la fotografía contenía elementos
apendiculares articulados y mandíbulas de équidos tridáctilos del género Hipparion.

68
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

69
Morales, J. et al. (41-117)

BAT-1 S

BAT-2 S

BAT-2 I

BAT-10
BAT- 3

BAT- 4
BAT-1

BAT-5

BAT-6

BAT-7

BAT-9
TELEOSTEI
Rutilus sp. X X
AMPHIBIA
Amphibia indet. X X
Rana sp. X
REPTILIA
Chelonia indet. X X X X X X
Squamata indet. X X X
Anguidae indet. X X X
AVES
Aves indet. X X X X
ACCIPITRIFORMES
Accipitriformes indet. X
Haliaeetus sp. X X
PASSERIFORMES
Passeriformes indet. X X
Garrulus sp. X
MAMMALIA
INSECTIVORA
Postpaleoerinaceus vireti X X
Parasorex ibericus X X
cf. Miosorex sp. X X
LAGOMORPHA
Prolagus sp. cf. P. crusafonti X X X X X X
RODENTIA
Chalicomys sp. X
Spermophilinus sp. X
Hispanomys sp. X X X X
Rotundomys sp. X X X
Progonomys sp. X X X X
Xerini indet. X
Eliomys sp. X
PROBOSCIDEA
Tetralophodon longirostris X X X X
(Continúa en página siguiente)

70
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

BAT-1 S

BAT-2 S

BAT-2 I

BAT-10
BAT- 3

BAT- 4
BAT-1

BAT-5

BAT-6

BAT-7

BAT-9
MAMMALIA
CARNIVORA
Martes sp. X
Sabadellictis sp. X
Proputorius sp. X X X
Simocyon batalleri X
Amphicyon sp. aff. A.
X X
castellanus
Indarctos sp. X
Protictitherium crassum X X X X
Hyaenidae indet. X
Felinae indet. sp. I X X
Felinae indet. sp. II X
Paramachairodus ogygia X X X
Machairodus aphanistus X X X
PERISSODACTYLA
Hipparion sp. X X X X X X X X
Rhinocerotidae indet. X X X X X X X X X
Aceratherium incisivum X X
ARTIODACTYLA
Microstonyx sp. X X
Micromeryx sp. X X X
Hispanomeryx sp. X
Giraffidae indet. X X X X
Cervidae indet. X
Bovidae indet. X X

Tabla 1. Lista faunística (vertebrados) determinados para cada uno de los yacimientos del Cerro de los
Batallones. BAT= Batallones, S= Niveles superiors, I= Niveles inferiors.

limitó parte de la zona fosilífera, que es los sedimentos encajantes, coincidiendo


notablemente más extensa de lo habitual este límite parcialmente en el borde Oes-
(cuando se comparan los niveles superio- te con una falla, mientras que en el borde
res con fósiles de los distintos yacimien- Este está menos marcado. La existencia
tos). de una chimenea de al menos 7 metros
En el sondeo eléctrico realizado en el de profundidad es el rasgo morfológico
propio yacimiento se aprecia la discon- más destacado que se desprende de la
tinuidad entre el relleno sedimentario y interpretación del sondeo. Pero también

71
Morales, J. et al. (41-117)

destaca, como hemos señalado, la ex- Uno de ellos es una gran jirafa del grupo
tensión de los sedimentos del techo de de los sivaterinos (jirafas de cuerpo ro-
la chimenea, con una rica concentración busto y cráneo provisto de cuatro cuer-
de vertebrados fósiles. Una de las razo- nos) y el segundo es Hipparion, équido
nes para excavar este yacimiento ha sido primitivo que podría estar representado
precisamente la gran extensión de los se- en el yacimiento por dos especies, una
dimentos superiores con fósiles. Estos ni- de ellas de talla notablemente grande.
veles superiores sólo se habían encontra- También existen otras formas como rino-
do con una cierta entidad en Batallones-5 cerontes, mastodontes, tigres dientes de
y en Batallones-2, este último yacimiento sable, etc., pero con menor abundancia.
también interpretado como una trampa El yacimiento es extraordinariamente
de mastodontes. prometedor, y está claro que va a comple-
Por el momento en BAT-10 se han mentar de forma notable el conocimiento
registrado 966 fósiles, entre ellos piezas sobre la Paleontología de este extraordi-
muy completas, lo que sin lugar a duda nario entorno del Cerro de los Batallo-
nos suministra una idea de la riqueza del nes.
yacimiento. La metodología empleada es
la tradicional usada en otros yacimientos 5. Los fósiles de Batallones
del Cerro de los Batallones, y no merece
la pena especificarla. En los yacimientos del Cerro de los
Por el momento poco más podemos Batallones existe una asociación fósil
añadir, ya que por una parte los materiales muy diversa, que principalmente inclu-
extraídos están actualmente restaurándo- ye vertebrados de todo tipo, pero tam-
se y por otra parte, nuestros primeros da- bién restos de otros organismos, como
tos nos están indicando que estamos ante plantas, en general pequeños fragmentos
una concentración de fósiles diferente de con escaso valor sistemático (los análisis
las encontradas hasta el momento en el palinológicos realizados han dado re-
Cerro de los Batallones. sultados negativos), diatomeas, algunos
En cualquier caso de forma prelimi- invertebrados, en particular moluscos de
nar podemos afirmar que el yacimiento agua dulce, crustáceos (cangrejos de río)
(sólo referido a los niveles superiores del y ostrácodos.
mismo) es bastante complejo, con una Pero sin duda son los vertebrados los
concentración caótica en las cuadrículas fósiles más característicos y representati-
Norte y una distribución horizontal en las vos en los yacimientos de Batallones. El
cuadrículas Sur. En las cuadrículas Norte nivel de conocimiento de estos diferentes
los fósiles tienen una conservación muy grupos de vertebrados es por el momento
desigual, desde completamente alterados muy desigual. Se ha avanzado mucho en
hasta relativamente bien conservados. En el estudio de la asociación de carnívoros
las cuadrículas Sur la conservación es y algo menos en los demás grupos. No
más homogénea, en general muy buena. obstante, la formación de un nutrido gru-
La fauna es bastante variada, pero en po de investigación está paulatinamente
la asociación predominan dos herbívoros. cambiando este desequilibrio. A conti-

72
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

nuación repasaremos someramente lo morpha, que son los lagartos comunes


que sabemos de los diferentes grupos de europeos tales como el Lagarto ocelado
vertebrados. (Timon lepidus) y de Anguimorpha, con
Los peces están representados con una forma próxima al actual lagarto de
cierta abundancia en los niveles supe- cristal (Ophisaurus apodus). Ambas es-
riores de Batallones-2 en sedimentos di- pecies están actualmente representadas
ferentes de los que han suministrado los en España.
restos de mastodontes, formados por ar- Finalmente la presencia de serpientes
cillas y margas de color verde. En gene- (Ophidia) está registrada en varios yaci-
ral son esqueletos completos articulados mientos, pero por el momento desconoce-
pertenecientes a formas de talla relativa- mos cuántas especies están registradas.
mente pequeña. En Batallones-1 hay al-
gún ejemplar completo, pero en general 5.1 Aves de Batallones
los restos de peces se han obtenido en el
lavado de los sedimentos para la obten- El yacimiento que ha ofrecido hasta
ción de microvertebrados. el presente un mayor número de restos
La herpetofauna del Cerro de Bata- de aves es Batallones-1. Aquí se han ha-
llones está compuesta por macrorrestos llado varios fósiles (algunos procedentes
encontrados durante el proceso de exca- de un único individuo) pertenecientes
vación y microrrestos que como hemos a una accipitriforme de talla grande del
señalado para el caso de los peces se ob- grupo Gypaetinae. Hay otra especie de
tienen por el lavado de los sedimentos. rapaz diurna, de talla menor que la an-
Por el momento tenemos evidencia terior, que probablemente también forme
de la presencia de anfibios, al menos de parte de la subfamilia Gypaetinae. Otras
una especie cercana, sino idéntica, a la dos especies de rapaces diurnas, o estre-
rana verde común de Europa. chamente relacionadas con éstas, están
Entre los reptiles (en sentido amplio) representadas por restos fragmentarios y
los más abundantes son los quelonios, re- escasos. Finalmente, se encontraron dos
presentados mayoritariamente por capa- huesos del ala de una paseriforme, pro-
razones de tortuga y algunas placas y os- bablemente un córvido, de talla similar
teodermos aislados. En Batallones-3, 5, 7 a los géneros actuales Garrulus y Pica
y 10 existe presencia de tortugas gigantes (arrendajos y urracas).
terrestres, similares en tamaño a las co-
munes del Mioceno medio de Madrid, 5.2 Los mamíferos de Batallones
que son habitualmente clasificadas como
Geochelone bolivari. En Batallones-1 y 2 5.2.1 Micromamíferos
hay tortugas más pequeñas representadas
por una especie cercana a la tortuga me- La Paleontología de micromamíferos
diterránea (Eurotestudo hermanni) que se ocupa del estudio de los restos fósiles
todavía se encuentra en la actualidad en de los órdenes Insectivora (musarañas,
España. erizos, topos, desmanes, etc), Chiropte-
También hay presencia de Scinco- ra (murciélagos), Lagomorpha (conejos,

73
Morales, J. et al. (41-117)

liebres y pikas) y Rodentia (ratones, ardi- cuencas mencionadas anteriormente.


llas, hámsters, lirones, castores, etc). La Además de su utilidad biocronológi-
preservación de los restos de microma- ca, y biocronoestratigráfica, los micro-
míferos está generalmente relacionada mamíferos tienen gran importancia en la
con acumulaciones realizadas por peque- propuesta de reconstrucciones paleoam-
ños predadores (aves rapaces y pequeños bientales y paleobiogeográficas, y como
carnívoros); los restos obtenidos y por fuente de información paleoecológica,
tanto objeto de estudio son, principal- ya que presentan una buena correlación
mente, huesos y dientes aislados. Este entre morfología y ambiente, y tienen la
especial tipo de concentración de los res- ventaja de ser fósiles muy abundantes,
tos explica por qué, comparado con los por lo que es más fácil obtener los datos
restos de macromamíferos, los fósiles de necesarios para realizar dichos análisis.
micromamíferos presentan una mayor La técnica de obtención de restos fó-
abundancia relativa. siles de micromamíferos en yacimientos
Durante las últimas décadas se han comienza con la recogida de sedimento
producido importantes avances en el del nivel fosilífero. La cantidad de sedi-
conocimiento del registro fósil de los mento recolectada dependerá tanto de la
micromamíferos. Son de destacar los concentración de restos fósiles en el es-
esfuerzos realizados en el Mioceno de trato como de la información que quera-
varias cuencas españolas como Calata- mos obtener de ellos. El siguiente paso
yud-Montalbán, Teruel, Madrid, Loran- en el proceso, en caso de ser sedimentos
ca, Valles-Penedés y que en su conjunto consolidados (como es habitual) consiste
han propiciado que el registro de micro- en la disgregación de la muestra, para lo
mamíferos del Mioceno español pueda cual se seca y posteriormente se rehidrata
ser considerado, por el momento, como sumergiéndola en barreños con agua. A
el mejor del mundo. Gracias a todos estos continuación se hace pasar el sedimento
esfuerzos, particularmente en el estudio disgregado por una mesa de lavado, que
del registro fósil de roedores, se ha podi- consiste en una batería de tamices con
do proponer una escala biocronológica de distinta luz de malla (entre 2 cm y 0,7
alta resolución, ampliamente contrastada mm) situados escalonadamente. Se hace
mediante el estudio de numerosas escalas circular el agua por los tamices median-
bioestratigráficas locales. La importancia te un sistema de mangueras conectadas
de estos trabajos queda patente cuando a una motobomba de forma que se pro-
se tiene en cuenta que han sido definidos duce el tamizado de la muestra. De esta
cuatro pisos continentales para sedimen- manera, la mayor parte del sedimento se
tos miocenos (Rambliense, Aragoniense, elimina, al ser menor que la luz de malla
Vallesiense y Turoliense), cuyos estrato- más pequeña (0,7mm), mientras que los
tipos han sido definidos en algunas de las restos fósiles que nos interesan (dientes

LÁMINA 12 Micromamíferos del yacimiento de Batallones-1. Fotografías tomadas con microscopio elec-
trónico. 1. Hispanomys sp. 1A. Maxilar con M1-M3; 1B. Fragmento de mandíbula con m1-m2; 1C. m3; 2
Rotundomys sp. 2A. Maxilar con M1-M3; 2B. Mandíbula con m1-m3; 3 Progonomys sp. 3A. Mandíbula
con m1-m3 3B. Maxilar con M1-M3.

74
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

75
Morales, J. et al. (41-117)

y huesos de micromamíferos), que tienen López Martínez, 1975. Es de destacar


tamaños superiores a 0,7 mm, se van con- que este taxón presenta un grado de pre-
centrando y permanecen en el residuo de servación similar al de los grandes mamí-
los tamices. Este concentrado será triado feros, siendo frecuente encontrar cráneos
posteriormente con la ayuda de una lupa completos asociados a su mandíbula, y
binocular. Los elementos conservados asociaciones de huesos postcraneales in-
de micromamíferos más interesantes cluso en conexión anatómica.
corresponden a las piezas dentales, es-
pecialmente los dientes yugales (molares Orden Rodentia Bowdich, 1821
y premolares), ya que su morfología y Familia Sciuridae Carus, 1868
tamaño son diagnósticos para la clasifi- Tribu Xerini
cación sistemática. El estudio de la den- Xerini indet.
tición de los roedores no sólo permite
realizar una clasificación sistemática, Dentro de esta familia se incluyen re-
sino también realizar inferencias sobre presentantes de las ardillas, marmotas y
su paleobiología: dieta, biomecánica del perrillos de las praderas. Los Xerini, uno
aparato masticador, relaciones tróficas en de los grupos de ardillas terrestres, tienen
términos de metabolismo, condiciones en la actualidad distribución principal-
de temperatura-humedad del ambiente, mente africana. Sus representantes actua-
entre otras. les ocupan hábitats diversos aunque, en
A continuación se describen los di- general, pueden relacionarse con espa-
ferentes taxa de micromamíferos deter- cios más o menos abiertos. En Batallo-
minados hasta la fecha en Batallones-1 nes-1 se han encontrado restos aislados
(Lámina 12): que, según las tallas que presentan, perte-
necen al menos a dos especies distintas.
Orden Lagomorpha Brandt, 1855
Prolagus crusafonti López Martí- Superfamilia Muroidea Illiger, 1811
nez, 1975 Familia Cricetidae Rochebrune,
1883
Los restos de lagomorfos obtenidos Hispanomys sp.
en Batallones-1 pertenecen a la familia Rotundomys sp.
Ochotonidae, denominadas comúnmente
pikas. Se conocen 26 especies actuales, Familia Muridae Gray, 1821
todas ellas incluidas en el género Ochoto- Progonomys sp.
na. Son animales de pequeña talla (entre
125 y 400 gramos de peso) que ocupan Los hámsters (e.g. Hispanomys) son
gran variedad de hábitats, desde áreas ro- roedores típicos de hábitats más o menos
cosas a zonas de estepa. A pesar de ser el abiertos, como praderas y estepas, no
grupo de micromamíferos más abundante apareciendo nunca en bosques densos.
en la asociación de Batallones-1, todo el Progonomys pertenece a la misma fami-
material es asignado por el momento a lia (Muridae) que las ratas y los ratones
una única especie: Prolagus crusafonti actuales. Este grupo es cosmopolita y sus

76
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

representantes se distribuyen por toda alimentándose de cortezas de árbol, ho-


clase de hábitats. La presencia en Bata- jas y raíces.
llones-1 de gran cantidad de dientes de
Progonomys asociada con una menor Orden Insectivora Bowdich, 1821
proporción de Rotundomys, indicaría una Erinaceomorpha
edad Vallesiense superior (MN10). La Parasorex ibericus (Mein & Mar-
presencia habitual de múridos en faunas tín Suárez, 1993)
de la Península no se produce hasta el Postpalerinaceus vireti (Crusafont
Vallesiense superior y, además, el género & Villalta, 1947)
Rotundomys es un marcador biocronoló- Soricidomorpha
gico de este piso. cf. Miosorex sp.

Familia Gliridae Thomas, 1897 El género Parasorex se incluye en la


Eliomys sp. subfamilia Galericinae, insectívoros per-
tenecientes al grupo de las llamadas “ratas
Los Gliridae incluyen a los lirones. lunares”. Este género está presente en la
Representan un grupo de origen proba- mayoría de las localidades del Vallesien-
blemente europeo, que tiene sus máximos se y Turoliense de la Península Ibérica.
de biodiversidad durante el Mioceno. En Los representantes actuales de este grupo
la actualidad, el grupo está poco diversi- (género Echinosorex) poseen un pelaje
ficado (se reconocen menos de 30 espe- formado por pelos cortos y queratiniza-
cies) y su distribución es euroasiática y dos, muy duros y afilados, similares a los
africana. Es un taxón muy poco frecuente de los erizos, aunque sin llegar a formar
en la fauna de Batallones, habiéndose de- la coraza de espinas que exhiben éstos úl-
terminado únicamente algún resto de mo- timos. Viven en selvas y bosques tropica-
lar en mal estado de preservación. les del sudeste asiático. En Batallones-1
es frecuente, al igual que en el caso de los
Familia Castoridae Hemprich, 1820 lagomorfos, encontrar cráneos completos
Chalicomys sp. y mandíbulas de insectívoros, e incluso
se han hallado elementos postcraneales
La presencia de castores en Batallo- articulados.
nes-1 (género Chalicomys) podría indicar
la existencia en la zona de masas de agua 5.2.2 Proboscídeos
más o menos permanentes, ya que estos
animales poseen hábitos semiacuáticos El orden Proboscidea está represen-
y construyen diques de hasta 600 m de tado hoy en día por dos especies, el ele-
longitud, con ramas y troncos. Su presen- fante africano (Loxodonta africana) y el
cia también indicaría la existencia de un elefante indio (Elephas maximus). Estas
bosque en las cercanías de la trampa, ya especies son las únicas supervivientes
que, además de para la construcción de de una gran diversidad de formas fósi-
los diques, estos animales explotan las les, muchas de las cuales corresponden
zonas forestales como recurso trófico, al grupo conocido popularmente como

77
Morales, J. et al. (41-117)

mastodontes. El término mastodonte EL MASTODONTE DE Batallones


hace referencia a la forma de mama que
tienen las cúspides de los molares de es- Tetralophodon longirostris (Kaup,
tos proboscídeos fósiles, a diferencia de 1835)
las características crestas transversales de
los molares de los elefantes propiamente Aunque se han identificado restos de
dichos. Esa morfología de los molares de mastodontes en Batallones-1, Batallo-
los mastodontes refleja sus hábitos esen- nes 5 y Batallones-10, la representación
cialmente ramoneadores. más importante de proboscídeos en los
Los mastodontes llegaron a Europa yacimientos de Batallones es la acumu-
procedentes de África durante el Mioce- lación de Batallones-2, consistente en los
no inferior, y a lo largo del Terciario su- esqueletos parciales asociados de dos in-
cesivas oleadas migratorias propiciaron dividuos adultos. Se han recuperado más
la sustitución de las especies establecidas de 250 elementos esqueléticos, incluyen-
por otras recién llegadas del continente do los dos cráneos. Los individuos están
africano. Por esta razón la presencia de parcialmente articulados, y se conservan
una u otra especie de proboscídeos en un asociaciones en conexión anatómica de
yacimiento contribuye a determinar la manos y pies, extremidades, columna
edad del mismo. vertebral, cráneo y mandíbula. La pre-
Los proboscídeos tienen un gran im- servación de estos ejemplares indica que
pacto sobre los ecosistemas, por lo cual ambos mastodontes debieron morir en el
la presencia continuada de los mismos en mismo lugar en que se han encontrado
Europa desde el Mioceno inferior hasta (Lámina 13), mientras que otros fósiles
el final del Pleistoceno tiene una enorme de Batallones-2, correspondientes a ri-
relevancia ecológica. La capacidad de es- nocerontes, jiráfidos y otros vertebrados,
tos animales para afectar a la vegetación habrían sido transportados al yacimiento
y modificar el equilibrio entre bosques, desde el entorno.
claros y praderas, sin duda ha repercutido Tetralophodon longirostris es la es-
en la distribución de los recursos disponi- pecie dominante de mastodontes del
bles para otros vertebrados, y las conse- Mioceno superior en Europa, donde llega
cuencias de su desaparición de gran parte procedente de África hace aproximada-
de las zonas templadas del planeta al final mente 12 millones de años y sustituye a
del Cuaternario son difíciles de sobreesti- Gomphotherium angustidens, la especie
mar. El conocimiento de la evolución de típica del Mioceno medio. Ambas espe-
los proboscídeos es esencial para poder cies de proboscídeos eran vagamente si-
evaluar su papel en los ecosistemas y de- milares a los elefantes actuales, pero con
sarrollar criterios realistas para la gestión las patas algo más cortas en proporción
de las especies actuales. a la longitud del cuerpo. Tenían la cabe-

78
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 13 Reconstrucción de la apariencia en vida de Tetralophodon longirostris, reconstrucción idea-


lizada de la zona de Batallones-2 en la que quedaron atrapados dos ejemplares adultos. Ilustraciones de
Mauricio Antón.

79
Morales, J. et al. (41-117)

za baja y alargada, y estaban dotados de Familia Felidae Fischer, 1817


cuatro defensas, dos en el maxilar y dos Machairodus aphanistus (Kaup,
en la mandíbula. Las defensas inferiores 1832) Kaup, 1833
eran más cortas que las superiores, y sur- Paramachairodus ogygia (Kaup,
gían al final de una sínfisis mandibular 1833) Pilgrim, 1913
muy alargada. Felinae indet. sp. 1
A pesar de sus similitud general, T. Felinae indet. sp. 2
longirostris se diferencia G. angustidens
por su talla algo mayor, por la tendencia Familia Hyaenidae Gray, 1821
al acortamiento de la sínfisis mandibular, Protictitherium crassum (Depéret,
por tener unos molares algo más hip- 1892) Schmidt-Kittler, 1976
sodontos, por la tendencia a aumentar
el número de colinas en las cúspides de Familia Amphicyonidae Haeckel,
los molares, y por la pérdida de la ban- 1866
da de esmalte en las defensas superiores Amphicyon sp. aff. A. castellanus
(Göhlich 1999). (especie recientemente descrita, en pu-
Los mastodontes de Batallones mues- blicación)
tran las características típicas de la espe-
cie T. longirostris, y constituyen la mejor Familia Ursidae Fischer, 1817
muestra de esta especie conocida hasta la Indarctos sp.
fecha en la Península Ibérica, sólo compa-
rable al esqueleto descubierto en Polinya, Familia Ailuridae Gray, 1843
Barcelona (Alberdi 1971). Los esquele- Simocyon batalleri (Viret, 1929)
tos de Batallones corresponden a indivi-
duos adultos pero relativamente jóvenes, Familia Mustelidae Fischer, 1817
lo que implica un desgaste moderado de Martes sp.
la dentición y la posibilidad de realizar Sabadellictis sp.
estudios detallados de su morfología den- Proputorius sp.
taria. La preservación de la práctica tota- Mustelidae indet.
lidad del esqueleto permitirá estudios de
anatomía funcional que arrojen luz sobre 5.2.2.1 Félidos
la evolución del aparato locomotor en los
proboscídeos. La comunidad de félidos de Bata-
llones está compuesta por 4 especies:
5.2.2 Los carnívoros de Batallones Machairodus aphanistus, de la talla de
un tigre, Paramachairodus ogygia, del
La fauna de carnívoros del conjunto tamaño de un leopardo y dos especies in-
de yacimientos del Cerro de los Batallo- determinadas de felinos, una de la talla
nes (Láminas 14 a 17) está formada por de un gato montés y otra de la talla de un
los siguientes taxa: caracal (Antón & Morales 2000; Antón et

80
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 14 Vista lateral de cráneos completos de Félidos macairodontinos de Batallones-1. Figura 1.


B-4778, cráneo y mandíbula de Paramachairodus ogygia. Figura 2. B-5445, cráneo y mandíbula de Ma-
chairodus aphanistus.

al. 2004a). Se han recuperado restos de al uno de ellos juvenil (Salesa 2002; Salesa
menos 14 individuos de M. aphanistus (2 et al. 2005b, 2006a).
de ellos juveniles) y tan sólo 4 de las dos La presencia de dos especies de gran-
especies de felinos (Antón & Morales des félidos tiene importantes implicacio-
2000). Pero el félido más abundante es P. nes paleoecológicas. En los ecosistemas
ogygia, del cual se han recuperado restos actuales, la convivencia de dos especies
pertenecientes al menos a 24 individuos, de grandes félidos suele producirse en

81
Morales, J. et al. (41-117)

hábitats con cierta cobertura vegetal, zonas más abiertas (Antón & Morales
lo que permite a la especie más peque- 2000). De esta forma, el predominio de
ña refugiarse en los árboles para evitar P. ogygia en Batallones-1 podría indicar
perder su presa o incluso ser depredado que la trampa estaría situada cerca de
por la especie mayor (Morse 1974). Así una zona arbolada, o por lo menos con
ocurre en África con leones y leopardos la suficiente cobertura vegetal como para
(Bailey 1993) y en Asia con tigres y leo- que esta especie pudiera ocultarse de M.
pardos (Seidensticker 1976). En el caso aphanistus (Antón & Morales 2000).
de guepardos y leones, que comparten El estudio de los félidos “dientes de
áreas abiertas, con escasa cobertura ve- sable” de Batallones-1 ha permitido de-
getal, la simpatría se produce porque los sarrollar una nueva hipótesis sobre el
guepardos están continuamente evitando origen de este modelo tan especializado
los encuentros con los leones, y realizan de carnívoros. Tradicionalmente se había
las labores de caza durante las horas de explicado el conjunto de adaptaciones
más calor, cuando las hienas y los gran- macairodontinas (caninos comprimidos,
des felinos permanecen inactivos (Hanby potentes extremidades anteriores, sínfisis
& Bygott 1979; Durant 2000). También mandibular verticalizada, modificaciones
existen casos de simpatría entre felinos en el basicráneo, etc) como la respues-
de tamaño similar, como el jaguar y el ta a la caza de grandes presas, a las que
puma, en gran parte del continente ame- se mataba con un certero mordisco en
ricano (Núñez et al. 2000); estos casos se el cuello gracias a los grandes caninos
producen cuando los recursos permiten comprimidos (Gonyea 1976; Emerson &
el sostenimiento de ambas especies, de- Radinsky 1980; Akersten 1985; Rawn-
sarrollándose una marcada segregación Schatzinger 1992). Aunque estaba claro
ecológica entre ellas con un claro com- que un mordisco de este tipo aplicado en
portamiento de elusión de encuentros la garganta cortaría el paso de sangre al
entre adultos (Rabinowitz & Nottingham cerebro y de aire a los pulmones, consi-
1986; Núñez et al. 2000). Por ello, la guiendo la muerte rápida de la presa, no
densa cobertura vegetal no sería suficien- estaba claro que tuviera relación con la
te para explicar esta simpatría, sino que caza de presas grandes, dado que algunas
también sería fundamental la presencia de las especies de macairodontinos más
de una elevada biomasa de presas y que primitivas tenían una talla moderada. En
de ella un alto porcentaje se identifique base a la anatomía craneal de P. ogygia
con ungulados de tamaño pequeño (Sei- y M. aphanistus, Salesa et al. (2005b,
densticker 1976). En el caso del leopardo 2006a) proponen que la combinación de
y el león se ha relacionado esta segrega- unos caninos comprimidos y alargados,
ción con el uso por parte del primero de junto con unas extremidades anteriores
hábitats cerrados, menos favorables para muy potentes contribuyeron a minimizar
los leones (Bailey 1993). De esta forma, el tiempo empleado en dominar y matar
los leopardos establecen sus territorios a la presa, y por ello los riesgos de su-
en parches de bosque, cerca de cursos frir heridas durante la lucha y la energía
de agua, mientras que los leones ocupan empleada en ella, convirtiendo a los féli-

82
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 15 Vista lateral de cráneos completos de pequeños carnívoros de Batallones-1. Figura 1. B-


2800, cráneo y mandíbula de Protictitherium crassum. Figura 2. B-2075, cráneo y mandíbula de Martes sp.
Figura 3. B-5446, cráneo y mandíbula de un individuo juvenil de Felinae indet.

83
Morales, J. et al. (41-117)

dos “dientes de sable” en los carnívoros Poco más se conocía de este raro carnívo-
dominantes en las faunas de mamíferos ro hasta el descubrimiento en Batallones-
durante todo el Mioceno superior y Plio- 1 de restos, prácticamente completos, de
ceno. al menos 2 individuos. Este nuevo ma-
terial ha desvelado numerosas incógnitas
5.2.2.2 Otros carnívoros acerca de la anatomía post-craneal, modo
de vida y adaptaciones locomotoras de Si-
Entre los mustélidos, las formas ac- mocyon batalleri, revelándolo como uno
tuales del género Martes suelen estar aso- de los carnívoros más extraños de todo
ciadas a masas forestales (Nowak & Pa- el Mioceno superior. Poseía una serie de
radiso 1983) y, aunque algunas especies adaptaciones que indican altas capacida-
pueden ocupar zonas rocosas, praderas y des arborícolas, entre ellos la posesión
áreas ribereñas, evitan siempre las zonas de un “falso pulgar”, un sesamoideo del
abiertas (Powell 1981; Clark et al. 1987). carpo que se hiperdesarrolló para adoptar
Su presencia en Batallones-1 indicaría la una función prensora. Este rasgo, com-
presencia de una cobertura vegetal bien partido con A. fulgens y el panda gigan-
desarrollada. Los Mephitinae (mofetas) te (Ailuropoda melanoleuca) había sido
actuales ocupan gran variedad de hábi- considerado tradicionalmente como una
tats, salvo el bosque cerrado y los desier- prueba de cierta relación filogenética en-
tos (Nowak & Paradiso 1983; Antón & tre ambos pandas, aunque finalmente los
Morales 2000) por lo que la presencia en estudios moleculares establecieron clara-
los yacimientos de Sabadellictis y Propu- mente su separación en 2 familias: Ursi-
torius no aportaría datos sobre el tipo de dae (panda gigante) y Ailuridae (panda
hábitat que existió en Batallones-1. rojo) (Bininda-Emonds et al. 1999; Flynn
Los ailúridos actuales se reducen a & Nedbal 1998; Flynn et al. 2000, 2005;
una única especie, Ailurus fulgens, habi- Ginsburg 1999). Ambas especies utilizan
tante de los bosques mixtos de coníferas el “falso pulgar” para sujetar las ramas de
y planifolios de China, Nepal y Birma- bambú de las que se alimentan, por lo que
nia (Nowak & Paradiso 1983; Roberts su presencia en S. batalleri, un carnívoro
& Gittleman 1984). Su alimentación se de dentición generalista, debía explicar-
basa principalmente en varias especies se en otro contexto funcional. El análisis
de bambú, aunque también incluye en su profundo de la morfología de este hueso
dieta insectos, aves, pequeños mamíferos, en los pandas (Salesa et al. 2006b) y de la
huevos, frutas y hojas (Nowak & Paradi- anatomía muscular de la extremidad an-
so 1983; Roberts & Gittleman 1984). Sin terior de A. fulgens (Antón et al. 2006) ha
embargo Simocyon batalleri, a pesar de servido para establecer un diferente ori-
estar estrechamente emparentado con A. gen para esta estructura tan especializada,
fulgens (Wang 1997), poseyó una denti- que se habría así desarrollado de manera
ción muy diferente, indicativa de una die- independiente en úrsidos y ailúridos. De
ta generalista a base de caza y carroñeo esta forma, mientras que en los úrsidos el
(Baskin 1998; Antón & Morales 2000; “falso pulgar” habría estado ligado a una
Peigné et al. 2005; Salesa & Fraile 2000). función trófica desde su desarrollo, en los

84
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 16 Vista ventral de cráneos de carnívoros de Batallones-1. Figura 1. B-3620, cráneo of Simocyon
batalleri. Figura 2. B-4071, cráneo de Amphicyon sp. aff. A.castellanus.

ailúridos primitivos como S. batalleri, su al mecanismo de pinza generado por el


función habría estado ligada a la locomo- “falso pulgar” puede enmarcarse en un
ción arborícola, y sólo secundariamente, modelo muy especializado de carnívoro
en formas más derivadas adaptadas a un arborícola de gran tamaño. En este esce-
régimen herbívoro, habría adquirido una nario, S. batalleri ocuparía zonas más o
nueva función como ayuda en la alimen- menos arboladas, trepando a los árboles
tación. El reciente estudio del esqueleto para buscar alimento y escapar del ataque
post-craneal de S. batalleri (Salesa et de otros carnívoros, alcanzando las ramas
al. 2008) ha revelado unas adaptaciones más finas gracias a su “falso pulgar” (Sa-
extraordinarias para producir grandes lesa et al. 2006b, 2008).
fuerzas de flexión-extensión en antebra- La población de anficiónidos de Bata-
zo, hombro y zona lumbar, lo que junto llones fue provisionalmente determinada

85
Morales, J. et al. (41-117)

como Amphicyon sp. aff. A. castellanus trada en Batallones-1, pero en 2001 se


debido a su similitud con la forma de Los descubrieron restos de al menos 2 indivi-
Valles de Fuentidueña (Segovia), pero duos en el nuevo yacimiento de Batallo-
también a la existencia de ciertas diferen- nes-3, situado a unos cientos de metros
cias que aconsejaban un estudio sistemá- de Batallones-1 (Morales et al. 2004).
tico profundo (Morales et al. 2000). La Los restos pertenecen al género Indarc-
población de Batallones-1 está formada tos, úrsido típico del Vallesiense y Turo-
por al menos 12 individuos, de los cuales liense de Europa. Su presencia en BAT-3
5 son juveniles, y es la mejor representa- y ausencia en BAT-1 podría reflejar algún
da de este género en toda Europa y una de tipo de diferencia de hábitat entre ambas
las últimas conocidas del registro fósil. trampas, o la existencia de un lapso tem-
Presenta una dentición más hipercarní- poral entre ellas, pero por el momento,
vora, sin perder su capacidad trituradora, la muestra de Batallones-3 es demasiado
con reducción de piezas postcarniceras, y escasa como para poder realizar este tipo
un esqueleto post-craneal más grácil que de inferencias.
las especies anteriores de anficiónidos,
por lo que puede inferirse que, aparte de 5.2.3 Perisodáctilos
incluir carroña en su dieta, se compor-
taría como un cazador activo. Este car- Este grupo de grandes herbívoros está
nívoro se halla actualmente en estudio, representado en la asociación faunística
pero puede adelantarse que constituye un de Batallones por especies de dos fami-
género y especie nueva (Peigné et al. en lias: Equidae y Rhinocerotidae (Láminas
prensa). 18 y 19), ambas muy importantes a lo
Protictitherium crassum, hiénido pri- largo del registro fósil del Terciario de
mitivo, constituye la cuarta especie más España.
abundante en la comunidad de Batallo- Todos los restos de équidos recu-
nes-1, con al menos 14 individuos (An- perados pertenecen a especies aún sin
tón & Morales 2000). Este pequeño car- clasificar del género Hipparion, caballo
nívoro, del tamaño de un zorro, tendría primitivo, típico del Mioceno superior al
un aspecto muy similar al del vivérrido Plioceno medio. Al menos dos especies
actual Civettictis civetta, y probablemen- diferentes se encuentran registradas, una
te, al igual que éste (Nowak & Paradiso de ellas de talla grande se ha encontra-
1983; Ray 1995), tendría una dieta opor- do en la excavación del último verano en
tunista y ocuparía tanto zonas boscosas Batallones-10.
como praderas herbáceas arboladas más El segundo grupo presente en Bata-
o menos abiertas, aunque siempre con la llones son los rinocerontes, representados
suficiente cobertura vegetal como para por Aceratherium incisivum. El cráneo
poder encontrar refugio. de este rinoceronte de gran talla mues-
La familia Ursidae no ha sido regis- tra los nasales planos, indicación de la

LÁMINA 17. Simocyon batalleri, Ailuridae emparentando con el oso panda rojo del yacimiento de Bata-
llones-1. 1) Reconstrucción del esqueleto. 2) Anatomía de la mano mostrando la posición del sesamoideo
radial. 3) Reconstrucción en vida. Ilustraciones de Mauricio Antón.

86
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

87
Morales, J. et al. (41-117)

inexistencia de cuernos en esta especie. y de un clado denominado Pecora (Janis


Una segunda especie, de la cual también 1984; Scott & Janis 1993), y se caracte-
existe un cráneo, muestra los nasales con rizan por presentar el cuboides fusionado
una protuberancia sobre la que se asen- con el navicular en el tarso y un canino
taba un cuerno (su naturaleza córnea im- inferior incisiviforme, separado de la se-
pide que fosilice), por lo que se trataría rie yugal por un diastema. Ruminantia se
de una especie más cercana a las actuales puede definir como un grupo de artiodác-
que la anterior, cuyo grupo de extinguió tilos que incluyen a Archaeomeryx, Tra-
a finales del Mioceno. gulidae, Moschidae, Bovidae, Cervidae,
Antilocapridae y Giraffidae, su último an-
5.2.3 Artiodáctilos tecesor común y todos los descendientes
de éste (ver Sánchez 2006). La expansión
Otro grupo de mamíferos que está del grupo fue muy rápida durante el Oli-
aportando datos muy interesantes acerca goceno, mientras que es al comienzo del
de la fauna que habitaba las cuencas cen- Mioceno cuando se comienzan a prefigu-
trales de la Península Ibérica hace unos 9 rar los grupos existentes en la actualidad,
millones de años son los artiodáctilos, re- salvo los tragúlidos, verdaderas reliquias
presentados en los yacimientos de Bata- vivas que han perdurado desde el Eoceno
llones por una especie de suido (Micros- superior hasta hoy (Metáis et al. 2001). A
tonyx sp.) y varias especies de los grupos comienzos del Mioceno medio se desa-
más importantes de rumiantes. rrollan de forma independiente los distin-
Los rumiantes son artiodáctilos que tos taxones con apéndices craneales, y es
pueden considerarse los mamíferos ma- en esta época cuando se pueden recono-
croherbívoros que más éxito evolutivo cer ya a grupos que nos serían familiares
han tenido, ya que en la actualidad se dis- en la biosfera actual, como los cérvidos,
tribuyen de forma global, han colonizado mósquidos, bóvidos, jiráfidos y antilo-
gran variedad de ambientes, desde los cápridos. Fósiles de todos ellos, salvo los
desiertos hasta las tundras, y cuentan con antilocápridos, nativos de Norteamérica,
una gran cantidad de especies. Asimis- han sido hallados en los yacimientos del
mo, muchos de estos grupos han tenido Cerro de los Batallones.
o tienen una gran importancia en las acti-
vidades tróficas y económicas humanas. Los rumiantes de Batallones (Lámina
El registro fósil indica que los rumiantes 20) pertenecen a los siguientes grupos:
aparecieron durante el Eoceno medio/su-
perior, muy probablemente en Asia, y los Ruminantia Scopoli, 1777
distintos grupos se extendieron rápida- Moschidae Gray, 1821
mente por el Hemisferio norte (Webb & Género Micromeryx Lartet 1851
Taylor 1980; Metáis et al. 2001, 2007). Género Hispanomeryx Morales,
Filogenéticamente hablando, Ru- Moyà-Solà y Soria, 1981
minantia consta de una serie de taxones
basales (que se han venido conociendo Cervidae Gray, 1821
como el grupo parafilético ‘Tragulina’) Cervidae indet.

88
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 18 Figura 1. Esqueleto casi completo (excepto la mandíbula) de Aceratherium incisivum de Ba-
tallones-1. Figura 2 y 3. Reconstrucción del esqueleto y de la apariencia en vida de Aceratherium incisivum.
Ilustraciones de Mauricio Antón.

89
Morales, J. et al. (41-117)

Giraffidae Gray, 1821 mósquidos, dominadas por Micromeryx


Girafidae indet. azanzae (Sánchez & Morales en prensa),
y en las que llegó a haber hasta 4 espe-
Bovidae Gray, 1821 cies de forma simultánea en la Península
Bovidae indet. (2 especies) Ibérica, colapsaron y desaparecieron a
mediados de la zona local H, en el Va-
5.2.3.1 Moschidae llesiense inferior. Las nuevas comuni-
dades de mósquidos que aparecen en el
Los mósquidos o ciervos almizcleros Vallesiense superior están caracterizadas
son un grupo de rumiantes pécora inermes por la presencia de Micromeryx sp. nov.
de pequeña talla que sólo tienen un repre- 4 (Sánchez & Morales 2006) como la es-
sentante actual, Moschus spp., distribuido pecie más conspicua, taxón que aparece
por Asia desde Siberia a Vietnam por el en tres yacimientos del cerro y que está a
este y a Afganistán por el oeste (Nowak punto de ser descrito formalmente (Sán-
1999). Sin embargo, fueron muy diversos chez et al., en revisión). Es en el Cerro de
y abundantes durante el Mioceno medio los Batallones donde mejor están repre-
y superior en Europa occidental, siendo sentadas estas comunidades de mósqui-
sus fósiles bastante comunes en los yaci- dos ibéricos vallesienses, ya que, además
mientos de esta edad (Gentry et al. 1999; de Micromeryx sp. nov. 4, aparecen las
Sánchez 2006; Sánchez & Morales 2006; otras dos formas identificadas en España
Sánchez & Morales en prensa); estos para esta época: un Micromeryx aún no
mósquidos miocenos están representa- descrito, de dentición primitiva y gran ta-
dos por los géneros Micromeryx e His- lla, superviviente de las comunidades del
panomeryx y constituyen los rumiantes Aragoniense superior-Vallesiense infe-
por ahora mejor estudiados de la muestra rior (Sánchez & Morales 2006; Domingo
fósil del Cerro de los Batallones, ya que et al. 2007b) y un Hispanomeryx sp. cf.
han sido incluidos en una revisión mayor H. duriensis (Sánchez 2006; Domingo et
del grupo que se está llevando a cabo a al. 2007b), de talla más pequeña que la
través del estudio de los mósquidos ibé- especie nominal del Vallesiense inferior.
ricos (Sánchez 2006; Sánchez & Morales Los fósiles de mósquido se concentran
2006; Domingo et al. 2007b; Sánchez & en el Cerro en los yacimientos en Bata-
Morales en prensa). llones-1, Batallones-5 y Batallones-10,
Los mósquidos de la Península Ibé- y aunque no son demasiado abundantes,
rica se distribuyen biocronológicamente sí demuestran una característica que se
desde la zona D (Aragoniense medio) repite a lo largo de toda la distribución
hasta la zona K (Turoliense), y tuvieron biocronológica del grupo en la Península
una época de apogeo que se extendió en- Ibérica: la presencia de distintas especies
tre el Aragoniense superior y la parte in- de mósquido, hasta tres, en el mismo ya-
ferior del Vallesiense, durante 2,5 millo- cimiento (Sánchez 2006; Sánchez & Mo-
nes de años, y en la que contaron con una rales 2006). La especie más abundante de
máxima diversidad de especies (Sánchez las representadas en Batallones es Micro-
& Morales 2006). Estas comunidades de meryx sp. nov. 4., habiendo resultado los

90
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 19 Figura 1. Mandibula de Hipparion sp. procedente de Batallones-5. Figura 2. Calcáneo de


Hipparion sp. procedente de Batallones-5. Figura 3. Asociación con conexiones anatómicas de Hipparion
sp. del yacimiento de Batallones-10.

91
Morales, J. et al. (41-117)

fósiles del cerro muy importantes para 5.2.3.3 Giraffidae


describir, sobre todo, su anatomía post-
craneal. Además, una parte significativa Los restos de jirafas de los yacimien-
de los fósiles de Moschidae de Batallones tos del Cerro de los Batallones son sin
presenta trazas de digestión por carnívo- duda los más espectaculares de aquéllos
ros, lo que constituye una de las primeras pertenecientes a los rumiantes, y de los
evidencias publicadas de actividad trófi- más impresionantes de toda la muestra
ca de carnívoros en los yacimientos del fósil de los yacimientos del cerro. El tipo
cerro, y la prueba de que algunos de éstos de jirafas representado en Batallones co-
ingerían porciones completas del esque- rresponde a una especie aún no descrita
leto apendicular de los mósquidos, inclu- del grupo de los Sivatheriinae; éstas eran
yendo el hueso (Domingo et al. 2007b). unas jirafas de cuello corto y gran talla
que presentan cuatro apéndices craneales
5.2.3.2 Cervidae frontales, dos posteriores enormes, simi-
lares a cuernos, y dos fronto-nasales an-
Los ciervos son rumiantes con apén- teriores, mucho más pequeños. Los apén-
dices craneales de tipo apofisiario de dices craneales de las jirafas, denomina-
tipo asta o protoasta (Sánchez & Azanza dos osiconos, son apéndices de tipo epi-
2000), que presentan además doble orifi- fisiario (Sánchez & Azanza 2000), y en
cio lacrimal en el borde anterior de la ór- el caso de las jirafas de Batallones, están
bita. Este tipo de rumiantes son escasísi- ornamentados con canales y mamelones.
mos en la muestra fósil de Batallones, ya Fósiles de estas jirafas han aparecido en
que aparecen representados únicamente Batallones-4, Batallones-5 y Batallones-
por un molar fragmentado en Batallones- 10. Los más espectaculares pertenecen al
1. primero y al último de estos yacimientos,

LÁMINA 20. Figura 1. Sucesión biocronológica de las especies de mósquidos ibéricos. En algunos
casos están marcadas las formas determinadas como “cf”. Además, aparece la situación estratigráfica
del yacimiento de Sansan (Francia, localidad tipo de M. flourensianus) y la distribución cronológica del
género Moschus (Pleistoceno medio-actualidad). Tomado de Sánchez & Morales, 2006. Figura 2. A, B-
4058, astrágalo de Micromeryx sp (talla grande). B, B-5093, fragmento distal de metatarsiano III-IV de
Hispanomeryx sp. cf. H. duriensis, mostrando el sulcus metatarsal distalmente abierto. Ambos fósiles
provienen de Batallones-1. Figura 3. Reconstrucción anatómica del mósquido mioceno Micromeryx. Se
representa un macho, mostrando los caninos superiores en forma de daga. Ilustración de Mauricio Antón.
Figura 4. BAT-1’03. D5-81, hemimandíbula derecha del bóvido indeterminado de Batallones-1 en el
momento de ser excavada en la campaña de 2003. Se trataba de un animal de gran talla a pesar de ser
un ejemplar juvenil (observar la escala encima de la brújula). Figura 5. Esqueleto completo y articulado
del ejemplar de jiráfido sivaterino de especie aún no descrita que fue descubierto en el yacimiento de
Batallones-4 durante la campaña de 2000. El esqueleto fue extraído fuera de la campaña de verano, durante
el mes de octubre de ese mismo año. Se puede observar en la fotografía el cráneo situado entre los dos
miembros anteriores, con la columna vertebral y las costillas en un segundo plano. En el momento de hacer
la fotografía los huesos estaban engasados para protegerlos antes de la extracción. Figura 6. Cráneo y serie
vertebral cervical de un jiráfido sivaterino, casi con toda seguridad de la misma especie que aparece en
Batallones-4 y Batallones-5. Se pueden apreciar los dos osiconos frontales del cráneo de la jirafa, situados
entre el cráneo y las vértebras; muy posiblemente estos dos elementos esqueléticos, cráneo y vértebras,
pertenecieron al mismo individuo.

92
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

ya que en Batallones-4 se ha excavado rado gran cantidad de restos, entre ellos


un ejemplar completo y articulado, mien- un cráneo y 8 hemimandíbulas sólo en
tras que en Batallones-10 se han recupe- la primera campaña de excavación del

93
Morales, J. et al. (41-117)

yacimiento (verano de 2007), así como 6. Aspectos tafonómicos de Ba-


gran cantidad de elementos del esquele- tallones-1 (niveles inferiores)
to postcraneal. Dos características muy
conspicuas del sivaterino de Batallones Uno de los aspectos más relevantes
son su rostro muy desarrollado, con una de la investigación de los yacimientos del
sínfisis mandibular de gran longitud, y Cerro de los Batallones es la búsqueda de
un esqueleto postcraneal comparable en una hipótesis que explique la singulari-
talla al de una jirafa actual (Giraffa ca- dad de los conjuntos fósiles allí encontra-
melopardalis). Los restos de sivaterinos dos. Hasta el presente sólo se han realiza-
del Cerro de los Batallones constituyen do trabajos parciales o preliminares sobre
sin duda la mejor colección que existe de los procesos tafonómicos implicados en
estos animales en Europa. la formación de estas extraordinarias
acumulaciones de fósiles (Morales et al.
5.2.3.4 Bovidae 2000; Alcalá et al. 2002; Martín Escor-
za & Morales 2006; Merino & Morales
Los bóvidos son el grupo de rumian- 2006; Domingo et al. 2006, 2007b). En
tes más extendido en la actualidad, y el la actualidad uno de nosotros (M. S. Do-
más importante en cuanto a diversidad mingo) se está ocupando de dicha labor,
específica se refiere. Dotados de apén- dentro de su proyecto de Tesis doctoral,
dices craneales de tipo epifisiario deno- por ello, los datos que aquí presentamos
minados cuernos (Sánchez & Azanza intentan ser sólo una puesta al día de lo
2000), habían aparecido en el Mioceno que conocemos sobre la Tafonomía de
inferior, con formas como Eotragus y Batallones.
Namacerus, siendo un grupo en clara ex- La metodología de trabajo que se si-
pansión durante el Mioceno superior. Los gue en campo es similar a la que se sigue
restos de bóvidos del cerro no son muy en excavaciones arqueológicas, lo cual
abundantes, y corresponden sobre todo a hace posible que se conserve información
una especie indeterminada de gran talla muy valiosa para la determinación del
y molares inferiores hipsodontos, cuyos origen de un yacimiento (Alcalá 1994).
restos mandibulares han sido hallados en Esta metodología consiste en la excava-
Batallones-1. Asimismo, en la campaña ción en extensión mediante un sistema
de 2007, han aparecido en Batallones-10 de coordenadas tridimensionales que nos
elementos autopodiales de una especie permiten localizar de modo preciso cada
indeterminada de talla media. La falta de resto respecto a un origen de referencia
núcleos óseos de cuernos tanto en Bata- (Lámina 21). Los datos recogidos en
llones-1 como en Batallones-10 impide campo son:
conocer con claridad qué tipo de bóvidos
son los del cerro, pero esperamos que - Yacimiento y cuadrícula
este enigma sea respondido en futuras - Número de orden o sigla del hueso
campañas de excavación. - Determinación anatómica y taxonó-

94
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 21 Distintas etapas de la excavación de los yacimientos del cerro de los Batallones. 1.- excava-
ción de los fósiles. 2.- Ubicación y orientación de los fósiles. 3.- Determinación anatómica. 4.- Lavado de
los sedimentos para la obtención de microvertebrados.

mica orientativa de cada uno de los ele- croscopio Electrónico de Barrido (MEB).
mentos La superficie de un hueso consolidado no
- Coordenadas “x”, “y” “z” respecto puede ser observada bajo el MEB porque
a un origen fijado los componentes orgánicos de los conso-
- Orientación e inclinación de los ele- lidantes impiden el paso de los electro-
mentos que mostraron una de sus dimen- nes, de forma que estas áreas aparecen
siones claramente mayor respecto a las en las imágenes como cubiertas por una
otras dos. pátina negra.
- Longitud de los restos En la Figura 2 de la Lámina 22 mos-
- Observaciones realizadas en campo tramos la cuadrícula base actualmente
como la asociación o articulación de los utilizada en Batallones-1. Hemos repre-
restos. sentado la zona excavada entre los años
- En los últimos años se registra un 2001 y 2007. En este yacimiento cada
apartado en el que se indica si el resto cuadro tiene 2 metros de lado, luego la
está o no consolidado con productos quí- superficie que se ha excavado ocupa un
micos. Esta es una información valiosa total de unos 112 m2.
a la hora de observar los restos bajo Mi- Parte del estudio tafonómico se basa

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en la observación, bajo lupa binocular, de los restos en el yacimiento, Martín Escor-


una serie de características relacionadas za & Morales (2006), indican que en un
con la preservación de los fósiles en 6706 corte XZ, es decir, uno de los ejes de la
restos de macromamíferos del yacimien- cuadrícula (X) respecto a la profundidad
to de Batallones-1. (Z), se observa que existe una inclinación
Los vertebrados fósiles en los niveles general de los restos fósiles de unos 15º
inferiores de Batallones-1 se encuentran hacia el Norte. La observación del corte
formando una brecha ósea de aproxima- YZ muestra capas subhorizontales pero
damente 20-30 cm de potencia, que cu- con irregularidades en áreas de mayor
bría prácticamente la totalidad del área concentración en bolsadas o núcleos.
excavada. Partes de está brecha fueron Los huesos largos muestran una
extraídas en bloques, que más tarde se orientación preferente NW, con una in-
prepararon en el Laboratorio de Restau- clinación media de aproximadamente
ración del MNCN. La preparación de la 15º. Esta orientación no responde a los
brecha ósea mostró que estaba formada tipos más comunes (Lyman 1994), y po-
por una mezcla de huesos y dientes ais- dría ser debida, bien a la existencia de
lados, asociaciones óseas de una misma un paleorrelieve sobre el que los huesos
especie y conexiones anatómicas de di- se han depositado, o al desplazamiento
ferente tipo. Durante la excavación de postsedimentario de los sedimentos del
Batallones-1 sólo hemos podido docu- relleno.
mentar la presencia de un esqueleto de Una selección de tamaños en la cua-
rinoceronte completamente articulado, a drícula podría estar indicando un aporte
excepción de la mandíbula, y de un es- hidráulico de los elementos ya desarti-
queleto juvenil de Machairodus. culados desde el exterior de la trampa
En cuanto a la disposición espacial de (Domingo et al. 2006). Sin embargo, un

LÁMINA 22. Figura 1. Porcentaje en el que aparecen los carnívoros, los perisodáctilos, los artiodáctilos
y los restos indeterminados en el yacimiento de Batallones-1 para los índices NEIT (A), MNE (B), MNI
(C). Estos porcentajes se han calculado a partir de la muestra estudiada para tafonomía (N especímenes =
6706). Figura 2. Cuadrícula empleada en Batallones-1. Cada cuadro presenta 2 m de lado. La superficie
excavada en las campañas 2001-2007 aparece sombreada. Figura 3. Cráneos de Amphicyon aff. castellanus
con claras evidencias de compresión. Figura 4. Fotografías de microscopio electrónico de barrido (MEB)
en las que se aprecia diferentes características típicas de huesos que han sufrido digestión. Todas las foto-
grafías corresponden a huesos de mósquidos. A,B,C) Aspecto pulido y el redondeamiento y suavizamiento
de los bordes de fractura en B-3223, BAT-105F5-211 y B- 1756; D, E, F) Digestión intrusiva con pérdida
de tejido en las superficies articulares en B-3223, B-2260 y B-4058; G, H, I) Agrietamiento de la superficie
del hueso similar al efecto que produce la meteorización pero observable a más pequeña escala en B-3223,
B- 2260 y B-456. Figura 5. Abundancia relativa (Ri), expresada en porcentaje, con la que aparecen los
diferentes elementos anatómicos de los tres taxones de mósquidos en el yacimiento de Batallones-1. Si
los restos conformaran esqueletos completos, obtendríamos una línea recta en 100 %. Podemos apreciar,
por tanto, la ausencia de un gran número de elementos. Crán: Cráneo; Mand: Mandíbula; Inci: Incisivo;
Can: Canino; Premol+Molsup: Premolares y Molares superiores; Premol+Molinf: Premolares y Molares
inferiores; Vért: Vértebra; Cost: Costilla; Escáp: Escápula; Pel: Pelvis; Húm: Húmero; Rad: Radio; Uln:
Ulna; Fém: Fémur; Tib: Tibia; Fíb: Fíbula; Rót: Rótula; Carp: Elementos del Carpo; Tars: Elementos del
Tarso; Mtc: Metacarpianos; Mtt: Metatarsianos; 1ª F: 1ª Falange; 2ª F: 2ª Falange; 3ª F: 3ª Falange; Sesa:
Sesamoideo; Ester: Esternito; Male: Maleolar.

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

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análisis preliminar de la distribución de gos significativos en las especies mejor


las longitudes mayores de los restos en el representadas, caso de los dos macai-
interior del yacimiento no parece sugerir rodontinos, y de otros carnívoros como
una selección de los elementos por tama- Protictitherium crassum (Hyaenidae) y
ño en el área del mismo. Amphicyonidae. Se han calculado los
En cuanto a la presencia de elementos porcentajes de carnívoros, artiodáctilos,
asociados pertenecientes a un mismo in- perisodáctilos y restos indeterminados de
dividuo refuerza la hipótesis de transpor- la muestra tafonómica estudiada para los
te limitado de los restos en Batallones-1. índices NEIT (Número de Especímenes
Los elementos asociados se encuentran Identificados por Taxón), MNE (Mínimo
en un 10,99 % de la muestra tafonómica Número de Elementos) y MNI (Mínimo
estudiada, los elementos articulados en Número de Individuos) (M. S. Domingo,
un 9,31 % y los elementos aislados en un datos sin publicar). Esta predominancia
79,70 % (M. S. Domingo, datos sin pu- de los carnívoros frente a los herbívo-
blicar). Las conexiones anatómicas más ros muestra que estamos ante un yaci-
frecuentes son las de cráneo+mandíbula, miento único. Los estudios ecológicos
fragmentos de columna vertebral, ex- indican que, en la pirámide trófica, los
tremidades incompletas (húmero-radio, herbívoros sobrepasan a los carnívoros
fémur-tibia,) y carpo/tarso-metacarpo/ en una proporción de 10 a 1 (Eisenberg
metarso (muy pocas veces incluyen las 1981; Stock & Harris 1992) con lo que
falanges). en Batallones-1 está relación está inver-
Los huesos rotos o fragmentados son tida. Según Klein & Cruz-Uribe (1984),
extraordinariamente raros, pero es fre- los restos de carnívoros normalmente
cuente encontrar dientes aislados y partes se encuentran representados en los yaci-
óseas aisladas de cráneos de animales ju- mientos en menos de un 10 % de NEIT
veniles, epífisis y diáfisis aisladas también y MNI (como hecho excepcional indican
de animales juveniles. Diversos agentes que en las asociaciones producidas por
pueden causar la presencia de elementos hienas, este porcentaje puede ser mayor,
aislados, asociados y articulados, como pero no sobrepasa el 50 %). El porcenta-
por ejemplo, pisoteo, movimientos del je en el que aparecen los carnívoros en
sedimento, crecimiento vegetal, depre- Batallones-1 hace inevitable su compa-
dación, carroñeo, tasas de sedimentación ración con yacimientos como Rancho La
variables; el estudio tafonómico comple- Brea. En este último caso, la presencia de
to nos llevará a distinguir el agente o los “piscinas” de asfalto producirían un atra-
agentes causantes de este hecho. pamiento de animales que atraerían a car-
En cuanto a la composición faunísti- nívoros y que al mismo tiempo quedarían
ca del yacimiento de Batallones-1 (Lá- atrapados (Spencer et al. 2003; Friscia et
mina 22, Figura 1), la gran abundancia al. 2008). En Batallones-1 no existía tal
de restos pertenecientes a carnívoros es atrapamiento por asfalto pero algún fac-
quizá la característica más llamativa del tor debía atraer a los carnívoros al área
yacimiento. La composición anatómica del actual yacimiento y posteriormente
de los restos recuperados no posee ses- quedarían atrapados. La geología de los

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

yacimientos indica que todos ellos par- (Domingo et al. 2007b) según las catego-
ticipan de una característica en común: rías establecidas por Andrews (1990). El
los restos de vertebrados se encuentran 100% de los huesos largos de mósquido
en depósitos netamente distintos que los se encuentra fracturado. Esta fractura-
materiales en los que aparecen encajados ción está acorde con el proceso digestivo
y el contacto lateral es brusco; por esto que estos restos sufrieron, puesto que es
parece ser que los sedimentos que en los muy probable que el depredador rompie-
que se encuentran los restos de vertebra- se los huesos largos antes de engullirlos.
dos rellenan cavidades adquiriendo una Debido a la presencia de estas evidencias
geometría de tipo sinkhole. Por esto, la de corrosión por digestión en estos hue-
hipótesis de un eventual atrapamiento de sos, a que la cantidad de especímenes de
los animales parece altamente probable. mósquidos no era excesivamente elevada
En este escenario, la presencia de ani- y a que la muestra estaba bien localizada
males vivos atrapados o de carroña es- en las colecciones, decidimos emprender
taría entre los factores que atraían a los la observación del total de la muestra de
carnívoros a esta zona. Posteriormente, Moschidae en Batallones-1 (es decir, el
los carnívoros quedarían atrapados tam- total de restos de mósquidos recuperados
bién. Sin embargo, no podemos aceptar desde el año 1991 hasta la pasada campa-
un gran procesamiento de los huesos de ña de excavación en el verano de 2007).
Batallones-1 por parte de los carnívoros. El cálculo de la Abundancia Relativa (Ri;
Efectivamente, las marcas dejadas por índice propuesto por Andrews 1990, para
la dentición de los carnívoros son su- comprobar cómo de completos se hallan
mamente escasas. La depredación o un los esqueletos en los yacimientos) nos
carroñeo poco intensivo, en el que tan lleva a concluir que los esqueletos de los
sólo la carne sea utilizada no pueden ser taxones pertenecientes a esta familia no
descartados. se encuentran completos en Batallones-1.
La presencia de restos digeridos es La ausencia de algunos elementos anató-
también anecdótica, sin embargo, se da micos y las evidencias de digestión nos
una característica llamativa y es que de llevan a pensar que los mósquidos fueron
los 20 huesos digeridos que hemos en- introducidos por el depredador en el área
contrado, 18 pertenecen a la familia que hoy constituye Batallones-1.
Moschidae (Lámina 22, Figuras 4 y 5). Los fragmentos indeterminados y las
Estos huesos presentan un aspecto pu- esquirlas se encuentran en Batallones-1
lido y brillante, redondeamiento de los en proporciones sumamente escasas (del
salientes y de los bordes de fractura del total de 6706 restos analizados, 216 co-
hueso, digestión intrusiva con pérdida rresponden a esquirlas). El bajo número
del tejido quedando al descubierto la de esquirlas recuperado no se debe a un
porción esponjosa y el agrietamiento de sesgo metodológico que podría haber
la superficie del hueso sólo observable a sido introducido por una preferencia del
pequeña escala nos llevó a concluir que excavador por recuperar los restos iden-
el responsable de la ingestión y digestión tificables frente a los no identificables.
de estos huesos es un carnívoro mamífero Los restos identificables y los no identi-

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ficables fueron recogidos por igual en las indicaría que los animales no caminaban
campañas de excavación. Por tanto, este por encima de otros huesos previamen-
bajo porcentaje de esquirlas estaría más te depositados. Sin embargo, se hace
bien indicando una baja fracturación de de nuevo necesario tener en cuenta que
los restos en Batallones-1. una lámina de agua habría podido actuar
Otras alteraciones causadas por agen- como agente protector.
tes tafonómicos en etapas biostratinó- Las marcas dejadas por raíces son
micas están aún siendo estudiadas. A la también sumamente escasas en la mues-
espera de cuantificaciones absolutas, po- tra de Batallones-1, indicando la prácti-
demos adelantar que la casi totalidad de ca inexistencia de una cobertera vegetal.
los restos presentan un estadio de meteo- Cabe destacar la abundancia de la im-
rización 0 según las categorías estableci- pronta dejada por las raíces en los fósiles
das por Behrensmeyer (1978), con la su- de Batallones-3. Este yacimiento se en-
perficie del hueso intacta, sin evidencias cuentra situado en una de las laderas del
de agrietamiento ni exfoliación. En prin- cerro y se ve fuertemente afectado por
cipio, esto indicaría que el tiempo de ex- procesos edáficos, entre ellos la acción
posición no fue muy largo, sin embargo, de la vegetación actual.
la protección de los restos por una lámina Se han encontrado restos de roedores
de agua, y esto es probable en Batallo- en Batallones-1, sin embargo, sólo un
nes-1 donde existe fauna dulceacuícola hueso parece mostrar marcas similares a
y depósitos autóctonos de carbonato, no las dejadas por estos animales. Pesquero
debe ser descartada. (2006) indica que los roedores mordis-
La mayor parte de la muestra presen- quean huesos secos que no están reblan-
ta estadio de abrasión 1 según lo definió decidos ni por un elevado contenido de
Alcalá (1994), es decir, el hueso se en- materia orgánica ni por estar en ambien-
cuentra intacto y no presenta ninguna tes saturados en agua. La escasez de esta
evidencia de suavización de sus aristas alteración podría ser indicativa de que los
o vértices. Esto apunta, de nuevo, a un huesos no se encontraban ni secos ni en-
transporte limitado tanto en el espacio durecidos.
como en el tiempo de los restos de Ba- En cuanto a las alteraciones causadas
tallones-1. por agentes tafonómicos en etapas fosil-
Las marcas de pisoteo o trampling diagenéticas, son frecuentes los proce-
son inexistentes en Batallones-1. Esto sos de deformación y diaclasado de los

LÁMINA 23 Figura 1.- Imagen de M.E.B. de cristales de calcita en un poro de costilla de Tetralophodon
longirostris del yacimiento Batallones-1. Figura 2.- Vista general de un canal de Havers de T. longirostris
relleno de calcita (Batallones-1). Figura 3.- Cristales de calcita rellenando totalmente un poro de costilla
de T. longirostris (Batallones-5). Figura 4.- Detalle de un canal de Havers de T. longirostris relleno par-
cialmente de calcita (Batallones-5). Figura-5.- Difractogramas de RX, correspondientes a costillas de mas-
todontes de los yacimientos Batallones-1 (1BA3C) y 5 (5BA2C). La francolita es el componente mineral
mayoritario, aunque también aparecen picos de calcita (CAL). Figura 6. Diagrama que muestra los patrones
de Tierras Raras para las medias de las muestras de nivel superior, nivel inferior, caso 1, caso 2, caso 3 y
el hueso B-75. Se aprecia que los patrones son prácticamente idénticos con la excepción del hueso B-75 al
que le asignamos un origen diferente al resto de la muestra de Batallones-1.

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huesos debido a la presión ejercida por ne un comportamiento distinto ante los


el sedimento. Es común que los huesos procesos diagenéticos. Así, las costillas
pierdan su morfología original por esta y dentinas son más susceptibles a estos
compresión, y este hecho se hace muy cambios que los esmaltes, aunque éstos
evidente en los cráneos recuperados en también los sufren significativamente.
Batallones-1 (Lámina 22, Figura 3). Pa- Los elementos mayoritarios P, Al, Cl
rece ser que la fracturación de los huesos y K acusan una pérdida respecto a las
en etapas fosildiagenéticas predomina muestras actuales. El Si se mantiene en la
frente a fragmentaciones durante la etapa composición de los esmaltes y dentinas,
biostratinómica en Batallones-1. Próxi- pero en las costillas presenta un enrique-
mamente se procederá al análisis de la cimiento generalizado. Por el contrario,
muestra completa y se caracterizarán las los elementos traza muestran en general
modificaciones que produce la presión una ganancia, salvo el Ni, Cu y Zn que
del sedimento en el hueso. manifiestan una pérdida generalizada y el
El análisis geoquímico y mineralógi- Ti en esmaltes y dentinas.
co de restos óseos de mastodontes de los Un estudio estadístico, basado en el
yacimientos de Batallones-1, 2 y 5, (Me- cálculo de componentes principales, en
rino & Morales 2006) pone de manifiesto el que se han considerado los principales
que estos huesos han sufrido importantes elementos constitutivos de las muestras,
cambios mineralógicos y geoquímicos confirma que desde una perspectiva mi-
en su composición desde de su enterra- neralógica y geoquímica los tres yaci-
miento (Lámina 23, Figuras 1 a 5). En los mientos analizados han tenido una mis-
tres yacimientos se ha preservado bien ma historia diagenética.
la estructura histológica original de los Además y por primera vez hemos lle-
dientes y huesos fósiles. La fase mineral vado a cabo un estudio de Tierras Raras
tanto en las muestras actuales como en (M. S. Domingo, datos sin publicar). Las
los esmaltes fósiles es el hidroxiapatito, Tierras Raras son elementos que se en-
pero éste ha sido sustituido por francolita cuentran en la tabla periódica del Lantano
(carbonato fluorapatito) en las dentinas y (La; Z = 57) al Lutecio (Lu; Z = 71). Al
costillas fósiles. La calcita es el principal tener sus iones un tamaño similar al Ca+2
mineral autigénico que rellena los poros sustituyen fácilmente a este elemento
de los huesos de los mastodontes. durante la fosilización. Se ha demostra-
El índice de cristalinidad (IC) de las do que la incorporación de Tierras Raras
muestras fósiles es mayor que el de las en el hueso se produce en la diagénesis
actuales, por lo que se deduce que en el más temprana y que la impronta que és-
proceso de fosilización se produce un tas dejan es estable y resistente a cambios
incremento en el tamaño del cristal del diagenéticos posteriores (Trueman 1999;
apatito (Merino & Morales 2008). Los Trueman et al., 2004). Es por ello que los
contenidos de los elementos químicos análisis de Tierras Raras permiten desve-
de las muestras actuales y fósiles de los lar algunas cuestiones tafonómicas como
yacimientos de Batallones son signifi- el grado de mezcla o reelaboración de la
cativamente diferentes. Cada tejido tie- asociación de huesos fósiles estudiada, el

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

área madre del que proceden los huesos podría estar indicando un origen diferen-
o las condiciones ambientales existentes te y, por tanto, mezcla de elementos de
durante el enterramiento o la diagénesis diferentes procedencias en Batallones-1.
temprana (Lámina 23, Figura 6). Las concentraciones en Tierras Raras
Varias son las cuestiones que se pre- fueron analizadas en un total de 73 mues-
tenden responder mediante el estudio tras de hueso y 5 de sedimento. Hemos
de las concentraciones de Tierras Raras. podido comprobar que la mayoría de las
Desde el punto de vista taxonómico, Ba- muestras presentan un patrón muy homo-
tallones-1 parece estar formado por dos géneo de Tierras Raras, es decir, los per-
niveles diferentes. Los restos de herbívo- files de la Lámina 23, Figura 6 son muy
ros, y también los restos indeterminados, similares. En esta figura incluimos el
predominan en el nivel superior frente a perfil medio que dibujan las 29 muestras
los restos de carnívoros. En el nivel in- analizadas en el nivel superior, el perfil
ferior es donde encontramos los restos medio que dibujan las 28 muestras anali-
de carnívoros en las proporciones que zadas en el nivel inferior y el perfil medio
hemos comentado. Desde un punto de que presentan los tres casos diferenciados
vista geológico, las actividades mineras (además del hueso B-75).
de explotación de sepiolita que se llevan Esta homogeneidad es sugestiva de
a cabo en el área del Cerro de los Bata- un aporte estable de Tierras Raras duran-
llones desafortunadamente acabaron con te la deposición señalando que los dos
la mayor parte de este nivel superior de supuestos niveles forman un continuo al
Batallones-1, por lo que es difícil esta- menos desde el punto de vista de las Tie-
blecer una posible distinción entre estos rras Raras.
dos niveles. Por tanto, mediante el análi- Por otro lado, los casos separados
sis de Tierras Raras en los pocos huesos presentan también un patrón de Tierras
recuperados in situ en el nivel superior y Raras muy similar al resto de la muestra,
en huesos del nivel inferior, pretendemos por lo que a pesar de sus diferencias en
comprobar si es posible establecer tal la preservación, un origen similar para
distinción. Esta diferencia estaría indi- el total de la muestra de Batallones-1
cando un cambio en las condiciones de es muy probable. El hueso B-75 es una
enterramiento o de diagénesis temprana excepción y muestra un patrón algo dife-
entre los dos niveles. rente. Esta evidencia, junto a su aspecto
Otro objetivo que nos planteamos una claramente diferente, nos lleva a pensar
vez analizamos toda la muestra tafonómi- en un origen diferente para este hueso.
ca, fue la búsqueda de diferencias en los Más conclusiones pueden ser extraí-
patrones de Tierras Raras entre huesos das del estudio de las Tierras Raras en los
con una preservación diferente o un ori- huesos de Batallones-1 y serán comenta-
gen dudoso (hemos separado tres casos das en trabajos posteriores (Domingo et
que incluyen huesos con características al., en preparación). Sin embargo, lo co-
preservacionales semejantes) y huesos mentado hasta aquí tiene implicaciones
“tipo” de Batallones-1. La preservación interesantes. La casi total falta de mezcla
diferente de los huesos analizados nos de elementos de diferente procedencia,

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deducida de la gran homogeneidad en los centración de huesos; sin embargo, en los


patrones de Tierras Raras de Batallones- yacimientos de mamíferos fósiles asocia-
1, nos lleva a considerar que la asocia- dos a sedimentos estratificados no cársti-
ción es restringida y autóctona. Trueman cos, los huesos suelen estar mucho más
(1999) indica que aquellos huesos que dispersos en los sedimentos, mostrando
han estado en una variedad de ambientes por tanto una menor concentración.
deposicionales arrojan patrones muy di-
ferentes de Tierras Raras. Por ello, pode- 2. La acumulación de huesos se origi-
mos también admitir que esta escasa va- nó después de un corto proceso postmor-
riación en los patrones de Tierras Raras ten durante el cual tuvo lugar un trans-
en Batallones-1 es indicativa de que los porte escaso o nulo. Así, la existencia de
huesos se encontraban en una ambiente conexiones anatómicas, la buena conser-
de deposición similar. vación de los huesos, sin señales de ex-
En el campo de los análisis geoquí- posición a la intemperie, la ausencia de
micos, además de la línea de los análisis sesgos en la composición anatómica, la
de las Tierras Raras, hemos abierto una carencia de direcciones preferentes, etc.
línea nueva de investigación: los análisis indican que los agentes externos, fuesen
de isótopos estables en esmalte de diente bióticos o abióticos, apenas pudieron ac-
(Domingo, en preparación). Los isóto- tuar. El transporte por corrientes de ca-
pos estables del C y el O procedentes del dáveres puede dar características tafonó-
carbonato estructural del esmalte pueden micas similares a las aquí señaladas. Sin
aportar información valiosa sobre la pa- embargo, la composición cuantitativa
leoecología y el paleoambiente existentes nos indica claramente que si existió este
en el Cerro de los Batallones hace 10 mi- proceso, fue insignificante comparado
llones de años. con otros.
Esto constituye tan sólo una presen-
tación preliminar de los aspectos tafonó- 3. Existe un sesgo drástico en la
micos de los restos fósiles de los yaci- composición de la fauna, cuyo 98%
mientos del Cerro de los Batallones y, en de los restos pertenece a carnívoros.
especial, de Batallones-1. El análisis en Como se ha señalado los carnívoros en
profundidad de todas las características las biocenosis actuales constituyen una
tafonómicas de la muestra nos conduci- mínima parte de la biomasa. Siendo su
rá a una mejor comprensión del modo de número por unidad de superficie muy
formación de estos yacimientos. pequeño, este hecho provoca que en los
yacimientos paleontológicos formados
6.1 Interpretación preliminar sin intervención humana, la proporción
de sus restos no sean nunca superior al
1. Existió un área de concentración de 10% (que es un porcentaje notablemente
huesos, responsable de la formación de la mayor que su porcentaje de biomasa en
brecha ósea. Es evidente que la propia na- los medios naturales). La explicación de
turaleza de un yacimiento de vertebrados este sesgo sólo es posible si postulamos
implica la existencia de un área de con- la existencia de algún fenómeno natural

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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

que concentró selectivamente carnívoros podrían sugerir que la masa original de


en un área determinada, por ejemplo, la sedimentos sufrió una fuerte compresión
concentración de carnívoros de varias es- con desplazamiento cuando el sedimento
pecies en el carroñeo. aún conservaba propiedades plásticas.
En nuestra opinión pensamos que es-
tos tres hechos básicos sólo pueden darse 7. Nuevas ideas sobre el origen
asociados en trampas naturales (arenas de los yacimientos
movedizas, charcas de fangos, etc.) en las
que los animales pudiesen quedar atrapa- Con el descubrimiento en el mismo
dos y cuya agonía atrajese a carnívoros, cerro de nuevos yacimientos de vertebra-
que a su vez quedaban también prisione- dos fósiles, en total 9 en un área no mayor
ros, actuando la trampa como un meca- a 10 Ha, el escenario interpretativo cam-
nismo autoalimentado. Esto explicaría la bia radicalmente. Todos los yacimientos
existencia del área de concentración, de participan de las mismas características:
un proceso postmorten de corta duración son acumulaciones fósiles en rellenos
y también el sesgo cuantitativo a favor de discordantes con los sedimentos estratifi-
los carnívoros. cados de la sucesión sedimentaria general
En definitiva para Batallones-1 po- del cerro. No obstante, desde un punto de
demos inferir que nos encontramos ante vista paleontológico, existen diferencias
una acumulación pasiva en el sentido de significativas en su composición faunís-
Lyman (1994), que podría cumplir los tica, e indicios fundados de la existencia
tres requisitos señalados por este autor: de diferentes niveles fosilíferos, que in-
1) algún factor que atraiga a los anima- dicarían una historia compleja de los pro-
les año tras año; 2) la posibilidad de que pios rellenos.
morir en este lugar sea más atractiva que Así, como hemos mencionado, la
en otro y 3) los animales se acumularon asociación faunística de Batallones-1
a sí mismos. está mayoritariamente formada por car-
Se puede concluir que la existencia nívoros, pero en los niveles superiores
de cavidades funcionando como hoyos (casi totalmente destruidos por las má-
con agua explicaría la atracción de los quinas durante las labores mineras pre-
animales a lo largo de un determinado vias al descubrimiento del yacimiento) se
tiempo, la propia necesidad de agua de recuperaron abundantes restos de masto-
los carnívoros o la posibilidad de carro- dontes, Hipparion, rinocerontes, y otros
ñear sobre algún animal atrapado en la grandes herbívoros, lo que sugiere la
cavidad, explicaría la acumulación selec- existencia de dos niveles fosilíferos dis-
tiva de carnívoros. No obstante, es nece- tintos. En Batallones-2, el nivel superior,
sario pensar en la existencia de procesos totalmente excavado, posee una com-
posteriores a la acumulación primaria de posición faunística en la que los masto-
huesos que expliquen la orientación e dontes (Tetralophodon longirostris) son
inclinación de los huesos. La existencia mayoritarios; varios metros más abajo
de fracturaciones, desplazamientos y su- existen indicios de concentraciones de
perficies de compactación en las arcillas carnívoros. Batallones-3 posee una aso-

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Morales, J. et al. (41-117)

ciación faunística con neto predominio encontrar la causa del inicio de los proce-
de carnívoros, pero la presencia de osos sos de piping, o incluso la causa primaria
(Indarctos sp.) marca una importante di- de la formación de las fisuras. Tampoco
ferencia con la asociación de Batallones- puede desecharse que simplemente se
1. En Batallones-4, los niveles superiores hayan desarrollado con posterioridad a
estaban prácticamente ocupados por un la formación de las cavidades, superpo-
único ejemplar de jirafa (perteneciente al niéndose un fenómeno al otro. Excava-
grupo de los sivaterinos), con los huesos ciones adicionales y la continuación de
en conexión anatómica, desconociéndo- las múltiples investigaciones geológicas
se cualquier otra información referente a y paleontológicas en la zona nos darán
niveles más profundos. Del resto de los evidencias nuevas en apoyo de alguna de
yacimientos todavía tenemos poca infor- estas hipótesis.
mación procesada, los fósiles recupera- Los resultados obtenidos permiten es-
dos corresponden a herbívoros de talla tablecer que, de cara a la interpretación
grande (mastodonte, jirafa, rinoceronte, del desarrollo de las trampas, la unidad
etc.), lo que es concordante con el regis- más interesante es la III y techo de la II,
tro conocido para los niveles superiores por una parte, y por otra el comporta-
de los otros yacimientos del cerro. miento mecánico de la potente unidad de
La existencia de un sistema de yaci- sepiolita (unidad II) y del sustrato sobre
mientos, probablemente desarrollados el que se asienta el cerro (unidad I). En
durante el mismo tiempo (Vallesiense relación con el tramo sepiolítico es im-
superior), da lugar a nuevas hipótesis so- portante indicar que se han reconocido
bre la formación de los mismos; hipótesis diversos episodios de paleosuelos con es-
que necesariamente tienen que explicar pecialmente relevancia a techo de la uni-
este fenómeno repetitivo, que no puede dad II. El análisis de la geometría de las
relacionarse con los procesos típicamen- capas ligadas a los yacimientos ha puesto
te kársticos que se encuentran en otros de manifiesto el desarrollo de estructuras
sectores de la cuenca de Madrid. No obs- monoclinales en direcciones perpendi-
tante, otros procesos de “erosión subsu- culares entre sí, que definen depresiones
perficial” han podido ser los responsables que actuarían como un sumidero. Asocia-
de la formación de las cavidades en las do a estas flexuras se desarrollan, sobre
que se encuentran los yacimientos. Uno todo en los carbonatos, familias de fallas
de estos posibles procesos es el “piping”, de pequeño salto que marcan diversos
también conocido como Karst de arcillas, episodios en el desarrollo de la cavidad
subfusión o erosión en túnel (Pozo et al. conforme se abre y agranda. Las carac-
2004). terísticas composicionales y texturales
La evidencia en el área del Cerro de de los rellenos guardan similitud con al-
Batallones de fracturas y episodios de de- gunas facies pertenecientes a la unidad
formación podría también indicar que las III establecida, siendo especialmente
fuerzas tectónicas habrían contribuido a relevante el predominio de calcita como
la formación de estas fisuras o cavidades. carbonato y la presencia de restos de gas-
En estos episodios tectónicos se podría terópodos, ostrácodos, carofitas y diato-

106
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

LÁMINA 24 Reconstrucción idealizada de la trampa natural de Batallones 1. Figura 1. Ilustración de


Mauricio Antón. Figura 2. Ilustración de Israel M. Sánchez. Figura 3. Idealización del paisaje del cerro de
los Batallones durante el Vallesiense superior.

107
Morales, J. et al. (41-117)

meas, que parecen correlacionarse con y sistemáticos. También algunos yaci-


facies de expansión lacustre como las mientos están suministrando restos muy
reconocidas unos kilómetros más al sur, completos de otras especies de mamífe-
en la zona de Malcovadeso, en las que ros, como mastodontes en Batallones-2 y
se llegan a desarrollar auténticas facies jirafas en Batallones-4 y Batallones-10.
biosilíceas (Bellanca et al. 1992; Pozo Seguramente, si se continúan las excava-
& López 2004). Entre los resultados ciones como nosotros esperamos, podrán
previos más relevantes destaca la confir- ser encontradas otras formas de herbívo-
mación de un nuevo tipo de yacimiento ros, junto a restos de tortugas y aves. En
no estratificado que aparece rellenando definitiva, podremos acceder a conocer
cavidades decamétricas en el interior de de manera precisa una variada fauna de
series lutíticas, habiéndose propuesto un hace 10 millones de años, cuyos restos se
modelo que explica el desarrollo de las encuentran excepcionalmente bien con-
cavidades como resultado de procesos servados.
seudocársticos en un contexto paleomor- Con todo, la importancia de estos ya-
fológico y paleoambiental muy específi- cimientos aumenta al encontrarnos ante
co, coincidente con un notable cambio en un proceso de formación que no respon-
las condiciones fisiográficas de la cuenca de a los procesos normales causantes
de Madrid durante el Mioceno superior. de la acumulación de vertebrados fósi-
(Morales et al. 2004; Pozo et al., 2004). les. Así, como ocurre en casi todas las
Es de destacar también la existencia en ciencias, los acontecimientos inusuales
las proximidades del Cerro de los Bata- nos permiten acceder a informaciones
llones de acumulaciones carbonáticas in- únicas e irrepetibles, que contribuyen a
terpretadas como paleosurgencias (Pozo mejorar el conocimiento de los procesos
et al. 2006), que provocan las deforma- generales. En nuestro caso, a entender
ción de las series sedimentarias a las que mejor los procesos de formación de los
afectan, entre éstas a facies de carbonatos yacimientos de vertebrados y por lo tanto
lacustres similares a los identificados en al conocimiento de procesos geológicos
la unidad III diferenciada en la sección del pasado que todavía no han sido docu-
general del cerro. mentados (Lámina 24).
Hasta el presente en estos yacimien-
tos se ha extraído la mejor colección de Agradecimientos
carnívoros terciarios de España y, po-
siblemente, una de las mejores a nivel Nuestro sincero agradecimiento a la
mundial. La importancia del hallazgo de Comunidad de Madrid (Dirección Ge-
la mayor parte de los elementos anató- neral de Patrimonio Histórico Artístico)
micos, incluidos los cráneos, es de gran por su apoyo a lo largo de todos estos
relevancia para los estudios paleobioló- años. A la empresa TOLSA, SA por su
gicos, pues permite acceder a una docu- inapreciable ayuda en todas las circuns-
mentación única, que raras veces existe tancias. National Geographic Society
en el registro paleontológico, posibili- financió la campaña de Batallones-1 del
tando estudios anatómicos, funcionales año 2001. Son muchos los compañeros

108
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones

y amigos que han participado en las ex- del Tajo. En: Geología de España (J.A.
cavaciones, y en los diferentes proyectos Vera, Ed.) Sociedad Geológica de Espa-
de investigación de estos yacimientos, a ña-IGME, Madrid, 555-561.
todos ellos nuestro más sincero agrade- Álvarez Sierra, M. A., Calvo, J. P.,
cimiento y nuestros mejores deseos, con Morales, J., Alonso-Zarza, A., Azanza,
la esperanza de seguir contando con su B., García Paredes, I., Hernández Fernán-
valiosa colaboración. Este trabajo se ha dez, M., van der Meulen, A. J., Peláez-
realizado en el marco de los proyectos Campomanes, P., Quiralte, V., Salesa, M.
de investigación MEC 2005-03900/BTE J., Sánchez, I. M. & Soria, D. 2003. El
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