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Periodista brasileño, mestre en Cinema, Radio y Televisión por la USP – Universidade de São Paulo;
doctorando en Ciências de la Comunicación por la Unisinos; Profesor de la Universidade Federal do
Paraná/Brasil; Editor y director de documental de la TV Paraná Educativa/Brasil.
Por lo tanto, el saber, la creencia, el arte, la moral, el derecho, las formas de
organización, de alimentación, la familia, la costumbre, los hábitos, los rituales
construyedos por el hombre en la sociedad forman su cultura. Como se percibe, cultura
aquí no es tratada de forma restricta a las manifestaciones artísticas, mas como todo
aquello que se refiere al cotidiano de un determinado grupo; su forma de vivir, de sentir,
sus rutinas, sus gustos etc. Si cultura es todo eso, ella es una obra de comunicación
sagrada para el humano. No se puede deshechar la cultura de la gente porque es como
deshechar la propia gente portadora de esa cultura. Y aquí está una de las cosas más
graves que la comunicación actual, en su conjunto, ha hecho. La grande midia comercial
ha trabajado a partir de la legitimación de una cultura vertical, pertenenciente a la élite -
que también ha dominado los medios de producción y, casi siempre, los gobiernos - y la
cultura que viene de otros países del capitalismo central, y botando al la basura la
cultura propia de nuestra gente, de nuestros países. Martín-Barbero nos alerta para tres
formas de deslegitimación cultural presentes especialmente en América Latina:
“deslegitimación del gusto popular, de la cultura de gêneros y de los modos populares
de recepción, de desfrutar de las cosas. Esos son modos de deslegitimación y de
descualificación del gusto popular a través de la pecha de ausencia de gusto o de mal
gusto” (1995: 52). El problema es que cuando se deslegitima la cultura de una
comunidad se está deslegitimando ella propia. Cuando se impone sobre esa cultura una
clasificación de inferioridad, se está inferiorizando la propia comunidad portadora de
esa cultura. Se trata, por lo tanto, de una posición ideológica que veninos teniendo casi
sin dársenos cuenta, en nombre del desarrollo, de la libertad.
Creo mismo que hoy muchísimos de nosotros que actuamos en el amplio campo
de la comunicación, pero también muchos que actuam en los gobiernos, más o menos,
de izquierda que latinoamerica ha generado en los últimos años, tenemos presente la
cultura en nosso quehacer diario. La gran midia comercial, incluyendo el periodismo
practicado por ella em varios países, también ha tenido esa pareocupación de explorar
las temáticas culturales. Creo, incluso, que muchos medios privados ha tenido más
preocupación con el tema de lo que nosotros que actuamos en los medios publicos.
Pero, hay formas de tratamiento de la cultura que deben nos preocupar. Y la discusión
que ha sido efectuada en el campo de la comunicación, pero antes en la antropologia,
puede nos ayudar a empezar a entender el problema. Es la diferencia entre
Multiculturalidad y Interculturalidad.
Multiculturalidad y Interculturalidad
La Multiculturalidad es un concepto practicado hoy por gran parte de la midia y
se constituye en una conquista de la propia sociedad civil que es obtener el respeto de
una cultura por otra; está en el plan de la convivialidad entre los diferentes. Está bien,
ya es una conquista, pero es poco para una sociedad como la nuestra, cada vez más
interfacciada por valores y modos de vida de todos los lados. No raro nos deparamos,
incluso, con una persona de muy buena voluntad que habla así: “Miren, nosostros
respetamos la cultura “X” como una cultura buena, y ellos tienen su derecho a
expresarse”. Claro que eso ya es un avance, pero la afirmación parece esconder algo
muy peligroso, algo como se dijera: “Miren como nuestra cultura és fantástica, nosotros
respetamos la otra y convivemos con ella”. Eso los medios privados, unos más otros
menos, ya buscan hacer, promoviendo la igualdad social, la eliminación de las formas
de discriminación y opresión, muchos más individuales, menos quando son
institucionales.
Pero, la Interculturalidad es más radical, y necesita de una radicalidad también
de los medios, y ese es el reto de los medios públicos. La Interculturalidad presupone el
intercambio de valores, de formas de vivir, de vestirse, de creer de las culturas. La
Interculturalidad implica la ideia de inter-relaciones y de truecas entre culturas
diferentes, desarrollando una dinâmica de creaciones de lo nuevo a partir de un
enriquecimiento recíproco de las culturas en intercambio. La interculturalidad visa así la
integración de los grupos en el todo social, pero un todo formado a partir de los distintos
saberes, sistemas de valores, de representaciones y de interpretación de la realidad. Por
eso, para se tener una actitud, una práctica intercultural hay que tener muchísima coraje,
muchísimo valor.
La Interculturalidad se propone como condición de aceptación del momento
actual de desarrollo da sociedad cosmopolita, pero que necesita respetar las culturas que
se construyeron a lo largo de la historia de la humanidad, así como las culturas que se
fueron formando en este nuevo momento, clasificado por muchos de pós-moderno,
incluuyendo las culturas mediadas por las tecnologías. Tratase de un momento en que
ya no se puede más entender culturas aisladas, pero en permanente contacto e
interferencias múltiplas. Se trata de garantizar un desarrollo democrático de la cultura,
formada a partir de las culturas hibridizadas, como afirma Néstor García Canclini. Para
él, la hibridación sería el término adecuado para traducir los procesos derivados de la
interculturalidad, no solo las fusiones raciales o el sincretismo religioso, mas también
las mezclas modernas del artesanal con lo industrial, del culto con lo popular y del
escrito con lo visual, o sea, se trata de un concepto de mayor amplitud y actualidad que
explicaría mejor los complejos procesos combinatorios contemporaneos, “no solo las
combinaciones de elementos étnicos o religiosos, mas también la de productos de
tecnologías avançadas y procesos sociales modernos o pós-modernos” (CANCLINI,
2003: 29).
En ese contexto de culturas cada vez más hibridizadas, la Multiculturalidad
mantiene la posibilidad de culturas más representativas, dominantes, mientras la
Interculturalidad pone todas en condiciones de igualdad en el proceso de construción
del nuevo. Por lo tanto, cuando trabajamos con comunicación y con gobierno nos es
mucho más facil practicar la Multiculturalidad. Ella mantiene, para el Estado moderno,
hecho a partir de la democracia burguesa, la posibilidad de cultura dominante, y para la
Comunicación las posibilidades de peleas, de conflictos y aun más de hechos
fantásticos, novedosos, enedócticos, bizarros, que tanto les gustan y facilitan la vida de
los hacedores de mídia, en la forma como estamos acostumbrados.
Mientras la Interculturalidad exige una crítica poderosa ao Estado liberal, porque
no acepta la idea de cultura dominante. Y para la comunicación ella excluye la
competencia, el deseo de arrivismo, de ascención social, la superioridad... no
ofreciendo, por lo tanto, materiales básicos para el mercado midiático actual. Cómo
crear necesidades para proponer satisfaciones si no tengo que competir con el otro, ni
siquer en la apariencia? Por eso lo afirmo que la Interculturalidad solo puede se dar en
los medios que se desean públicos, comandados por gobiernos realmente democráticos,
o mismo por lo privado, pero aquél que no pone la ganancia como la finalidad última de
sua hacer comunicativo.
Pero, para que los medios públicos trabajen con la Interculturalidad deseada son
necesarios enfrentar algunos desafíos. Veamos cuales:
Conclusión
Sea cual fuera el modelo que debemos defender, lo fundamental es garantizar
que la sociedad esté representada en la programación del medio público/estatal. Que
tenga allí la presencia del espírito propio de la interculturalidad. Debemos tener siempre
presente que cuando un grupo social no tiene sú cultura reconocida por la midia, en esta
sociedad cada vez más mediatizada, es él que no si siente reconocido. Debenos también
comprender que pasa necesariamente por el reconocimiento cultural la formación de
una nación, la autonomía de los grupos y sujetos sociales. Sin hablar de nosotros
mismos, sin que nos guste de lo que somos, de lo que pensamos, de lo que hacemos, y
tengamos incluso la capacidad de criticarlo, jamás seremos un pueblo libre. Nuestra
libertad pasa, primero, por la liberación de nuestra cultura. Y la cultura es el principío
organizador de experiencia, mediante la cual ordenamos y estructuramos nuestro
presente, a partir del lugar que ocupamos en las redes de relacionamientos sociales,
afirma Jorger Gonzáles. Para él, cultura es
nuestro sentido práctico de la vida. Mas la cultura no solo permite domesticar
nuestra situación presente, ella es también constitutivamente sueño y fantasía,
que transgride los cercos delo sentido práctico: fantasía y proyecto que
sobrepasa los duros e estrechos límites de la pesada y serísima realidad. La
cultura es escape, evasión y destruición de la cruda realidad que nos permite –
a ‘sueñar’, a jugar, a reir – abrir las comportas de la utopia y, a partir de esta,
nos deja proyectar otras formas de organización, distintas de lo vivido y – a la
vez – en el momento irealizables. (1987: 8)
Y eso es aún más fuerte hoy, en el tiempo de la retribalización, del que hablava
McLuhan, y en el tiempo de las tribus, que nos habla Maffesoli. Es el retorno de la
imagen como punto deflagrador de la cognición. Y no hablamos de imagen de forma
restricta a la fotografía, mas la imagen como forma de ver, de sentir, de comprender.
Me agrada decir que hace muchos siglos un libro sagrado postuló que “el verbo se hizo
carne”, y nosotros estamos hace algunos siglos intentando hacer la carne transformarse
en verbo. El verbo es el discurso de orden de lo racional, la carne es la imagen, del
orden de la empatia, de la emoción. El discurso racional é autoritario, es la búsqueda de
que el otro sea convencido de mis ideas, de mis valores; mientras la imagen es
democrática, porque permite que yo construya mi comprensión de las cosas, del mundo,
a partir de mi repertorio propio.
Estamos en un tiempo que contiene una nueva vestimenta, y que nos podrá
permitir ver la sociedad en sua complejidad. Para Canclini, vivemos en un momento de
la historia en que la cultura urbana es re-estructurada al ceder el protagonismo del
espacio público a las tecnologías electrónicas. Como todo en la ciudad “ocurre” porque
la midia lo dice y como la midia quiere, acentúase la mediatización social, el peso de las
encenaciones, las acciones políticas se constituyen como imágenes de la política. (...) lo
real es producido por las imágenes generadas en la midia (CANCLINI, 1998, p. 290).
Canclini afirma aún que estamos viviendo en sociedades complejas, y compreender ese
momento é “desafiante para el pensamiento moderno de tipo analítico, acostumbrado a
separar binariamente lo civilizado de lo salvaje, lo nacional de lo extranjero, lo anglo de
lo latino (2000, p. 10).
De hecho, trabajar con la cultura se nos presenta diversas riquezas, pero también
desafíos. Uno de ellos para los medios públicos, que estamos llegando más tarde, es que
estamos en el marco de los medios privados que acostumbraron a serializar la cultura,
de forma a dar a ella una matriz de manifestaciones culturales, de expresiones de vida,
de modelos de comportamiento. Y nosotros tenemos que proponer menos lo inventivo y
investigar más para proponer los propósitos de varias culturas. Eso lleva un tiempo que
se consolidar, incluso como gusto de la gente.
La comunicación masiva, del mercado, enseñó a la gente o recibir pronto todo,
incluso las certezas sobre la vida, la política, la economia, el desarrollo, hasta la
religión. Es una audiencia construida en la certeza, en la verdad, y la certeza y la verdad
son enimigas del conocimiento. Debemos, más bien, esparramar dudas; es de la duda
que surge lo nuevo, el conocimiento, la libertad, la autonomía. Cumpre a los medios
públicos complejizar esa facilidad, proponiendo múltiplas ideas, formas de comprensión
de las cosas para que la propia sociedad se coloque en búsqueda de sus verdades.
Nosotros tenemos que propagar la duda y pluralizar la verdade. Es así que vamos a
incorporar la interculturalidad como forma de convivencia cultural.
Eso se nos impone a incorporar lo intercultural en nuestras programaciones sea
de radio, de televisión, de los impresos o de otros medios que van surgiendo en la
dinámica social, con algunos criterios:
1. Que los espacios dedicados a las manifestaciones artísticas contenga con más fuerza
el arte del pueblo, con la misma dedicación y espacio que ponemos en las
manifestaciones de la élite.
2. Que nuestras narrativas periodísticas sean renovada por las narrativas populares, y
que aprendamos a ver noticias en el cotidiano de la gente; en los gestos de solidaridad,
en las manifestaciones de ciudadanía, en las formas de organización popular sean
culturales, de mercado ou la forma de hacer política.
3. Que los acientos y las expresiones de cada pueblo, de cada grupo social esteén
presentes en nuestros medios con normalidad, como forma legítima de expresión, que
haga parte de nuestras expresiones.
4. Que nuestra gente esté en nuestros medios con sus propios rostros, con sus
vestimientas, con sus expresiones artísticas, con sus historias de vida, con sus formas de
narrar.
5. Que volvamos a invertir en la dramaturgía, que es una narrativa muy latinoamericana.
6. Que tengamos calidad técnica y competencia estética. Para eso, hace falta que
dominemos las formas de expresión propia de cada medio, y que tengamos poesia de
texto, de narración, de imagen, de sonidos.
7. Que tengamos algunos criterios para elegir o que debe ocupar más nuestras fuerzas:
a) Si ya está en los medios privados, por que dedicar tiempo a eso?
b) Lo que producimos no debe ser un producto a servicio del mercado o del
poder, mas de la solidaridad y de la ciudadanía;
c) Lo que pertenence a un grupo tiene prioridad a lo que pertenence a una
persona, a un creativo;
e) Producir para la gente, desde la vida de la gente y cuanto posible con la gente.
Porque el más grande desafío nuestro hoy es descomplicar la comunicación para
incluyer a la gente, comunicadores naturales. Eso no significa hacer cualquier
cosa. Al contrario, si es para el pueblo, hay que ser lo mejor; pero lo mejor con
la gente, y para eso hay que tener una metodología, una capacitación tecnológica
y discursiva.