Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Visitas : 2703
Favoritos : Ninguno
El cine africano empieza a brillar con luz propia, aunque no puede competir -ni lo pretende- con
las grandes producciones norteamericanas y europeas. Algunas películas han sido
galardonadas en festivales internacionales. Ofrecemos una aproximación al cine africano y a
los directores más prestigiosos.
Dice el ex presidente de Zambia, Kenneth D. Kaunda, en su Carta a mis hijos que "la
música y el arte juegan un importante papel a la hora de ayudar a derribar prejuicios y
arrogancias, exclusivismos y sentimientos viejos de nacionalismos". El cine africano no
escapa a esta lógica. Desde que el cine empezó a considerarse séptimo arte, el
continente africano ha sido y es inspiración y escenario de muchas películas de origen
europeo y norteamericano. En sus paisajes exóticos se rodaron filmes de grandes
aventuras y de acción. La mayoría de ellos fueron dirigidos por directores no africanos y
proganonizados por actores de renombre internacional, con los actores nativos siempre
en un papel secundario.
Paralelamente a este proceso, se iniciaban también las primeras películas africanas con
directores y actores nativos. El primer filme conocido es Laila, de 1927, dirigido por el
egipcio Ahmed Galal. Después siguieron la bella Sahara, Zeinab y otras. Tuvieron éxito
en Egipto y en otras naciones árabes y magrebíes, de tal manera que permanecieron
mucho tiempo en cartel y llegaron a influir en el público joven con los giros y acentos
lingüísticos del árabe egipcio.
Los países del Magreb han estado durante años en la órbita del melodrama musical, de
estilo holliwoodiano y solamente en los años 50, durante la lucha por la independencia,
las películas han reflejado su propia historia y su identidad cultural. Tras la
independencia de Argelia, Túnez y Marruecos, este cine tomó distintos caminos.
En el África subsahariana el cine se empieza a desarrollar entre los años 50 y 60, con las
independencias. Los temas reflejaban el proceso de emancipación y la actividad laboral
cotidiana de los africanos y sus adaptaciones al ambiente urbano. En esta fase se
producirán películas como La pirámide humana, Yo negro y otras. En su mayoría,
coproducciones con Francia. La primera película autónoma del África negra es Borom
Sarret, dirigida por el patriarca de los directores africanos, el senegalés Ousmane
Sembène, en 1963. Así comenzaba el largo parto del cine subsahariano con argumentos
y matices propios, principalmente en las ex colonias francesas, ya que los países
anglófonos y lusófonos apostaron en primera instancia por los documentales.
El nacimiento del cine africano no ha sido visto con buenos ojos por las grandes
compañías cinematográficas occidentales que habitualmente controlaban el mercado
africano, porque no les interesaban unos competidores locales. De hecho, el cine
africano empezó a sufrir un boicot silencioso y una marginación en el ámbito
internacional. Por eso, los cineastas africanos crean, en 1970, la Federación Panafricana
de Cineastas para incitar a los gobiernos a tomar medidas de protección del cine y crear
un mercado común de monopolio africano. Esta iniciativa se vino abajo por diversas
razones, principalmente por las divergencias existentes entre varias ideologías y
escuelas donde los africanos habían estudiado: la francesa y la rusa. También las
nacionalizaciones y la instrumentalización del cine como elemento de propaganda, el
gran control gubernamental y la falta de libertad para escoger los argumentos, fueron
otros factores que provocaron un impacto negativo en el crecimiento del cine africano
en esta época.
-Muna moto, producida en 1974 por el director camerunés Jean-Pierre Dikongue Pipa,
que fue ganador de una edición del FESPACO.
-Touki Bouki, dirigida por el senegalés Djibril Diop Mambèty. Esta película aborda el
problema de los jóvenes africanos que intentan huir de sus tierras fascinados por la
cultura occidental. Con esta película, África participa por primera vez en el festival de
Cannes.
-Xala, de Ousmane Sembène, de 1974, trata de la nueva burguesía africana que vive en
la dicotomía de lo tradicional y de imitar a Occidente.
A finales de los 80 e inicios de los 90, la luz comienza a brillar de nuevo para el cine
africano. Entra en su fase de oro, dejando de lado la dependencia que tenía de los
Estados y poniendo más énfasis en lo artístico y en la identidad propia. Algunas
películas destacadas son:
IDENTIDAD PROPIA
No hay duda de que, en el panorama internacional, el cine africano tiene una identidad
propia y supone una alternativa a las películas de Hollywood y de Bollywood (la
industria cinematográfica india) que tanto abundan en el continente. Los filmes
africanos ya cuentan con espacios en los grandes festivales, filmotecas y cineclubes
occidentales. En su mayoría, tratan temas cotidianos de las sociedades africanas,
intentando huir siempre del sensacionalismo y del mercantilismo. Como suele decir el
patriarca de los cineastas africanos, Ousmane Sembene, "cuando una pareja africana
entra en una habitación se cierra la puerta y ya está, es decir, todo el acto sexual es
sagrado, y es grave mostrar la desnudez de la mujer o del hombre".
En el cine africano predomina el realismo, teñido de una filosofía vitalista. Todo gira en
torno a la vida. La vida diaria es fuente de inspiración. Esta línea es seguida por los
realizadores O. Ganda, de Níger, con su película Saïtane; G: Kaboré e I. Ouedraogo,
con El don de Dios y La elección, respectivamente; La boda de Mariamu, del tanzano
N. Ngoge.
También se encuentran filmes históricos, que reflejan las luchas por las independencias,
y de tipo sociopolítico, que muestran las realidad de las sociedades africanas tras la
descolonización. Los más representativos son los de Ousmane Sembène y los de Cheik
Omar Sissoko (Lección de basura). También los de S. Faye (Carta aldeana), M. Hondo
(O sol), B. Ramampy (El accidente) y E. Sanon y P. Zoumbara (El día de las
tormentas).
Hay películas de tipo moral y psicológico que resaltan la dicotomía entre la modernidad
de los grandes centros urbanos y los valores tradicionales de la vida rural. En esta
dirección están los gaboneses Cheik Mensah y P. M. Dong, con películas como
Identidad y Obali. Por último, hay películas que crítican la tendencia actual de los
jóvenes a huir de sus raíces para refugiarse en un materialismo sin identidad cultural: La
estrella negra, del nigerino D. Maïga, Los tamtanes han muerto, del gabonés P. H.
Mory, o Rostros de mujeres, del costamarfileño D. Ecaré.
La comedia es un género muy utilizado por algunos cineastas africanos como K. Touré
(Comedia exótica), G. M´bala (Amanie), D. Kamwa (Nuestra hija), Si Bita (Los
cooperantes), y S. Aryetey (No llores por Ananses), que forman parte de la filosofía
cultural africana de dramatizar las realidades vivenciales, sean trágicas o no. Todo
africano entiende este género con facilidad porque reírse de sí mismo es un valor de la
mayoría de las culturas africanas, en cuyas grandes fiestas siempre está presente el
humor.
Uno de los grandes retos del cine africano es alcanzar a un público más amplio. Como
asegura David Pierre Fila, cineasta de Congo Brazzaville, "el cine africano tiene que
dejar de ser cine para los festivales, sean en África o fuera del continente, y tiene que ir
a la salas comerciales para enfrentarse a un público más amplio. Los directores
africanos deben hacerse conocer en su propio continente, porque hasta ahora son
extraños a sus propios pueblos".
A pesar de todo, el cine africano está contribuyendo a reflexionar sobre la dignidad del
continente, a recuperar los valores tradicionales, a la integración de los propios
africanos -de dentro o fuera del continente-, a combatir la corrupción, a acabar con los
prejuicios sobre África y a consolidar la paz y la reconciliación. El cine africano se está
constituyendo en un faro de esperanza para la generación actual, que vive a caballo
entre el pasado tradicional y la modernidad del presente.
Bartolomeo, Mariano
Chahine, Youssef
Cissé, Souleymane
Nació en abril de 1940, en Bamako (Malí). Empezó como fotógrafo, más tarde
consiguió una beca para estudiar Cámara y Dirección en Moscú. Ha dirigido ya 21
películas. Entre ellas, Yeelen (1987) y Waati (1995).
Kinyanjui, Wanjiru
Nació en 1958 en Kiambu (Kenia). Trabajó como editor de libros, director de teatro, y
periodista de radio y televisión en Berlín. Es uno de los fundadores de la Agrupación de
Escritores Internacionales, en Berlín. Principales películas: The bird with the brooken
wing (1990), Clara has two countries (1992) y The battle of the sacred tree (1995).
Duparc, Henri
Kaboré, Gaston
Nacido en Burkina Faso, fue a París, donde estudió Historia y Cine. Como presidente de
la Federación Africana de Directores de Cine (Fepaci) impulsó la identidad de cine
africano. En su filmografía hay películas como Rabi (1992), La vie en fumée (1992),
Buud Yam (1996).
Ouedraogo, Idrissa
Sembene, Ousmane
Faye, Safi
La primera mujer africana que trabajó como directora de cine. Nació en 1943 en Dakar.
Jean Rouch la contrató para trabajar como actriz en la película Madame l´au. En 1972
hizo su primer corto, La passante. Otros filmes importantes son: Moi, ta mère (1980) y
Mossane (1996).
Gomes, Flora
Nació en Guinea-Bissau. Sus películas más importantes son: Regresso de Cabral (1976),
La reconstruction (1977), Anos no oca luta (1978), Mortu nega (1987), Udju azul di
yonta (1992), Po di sangui (1996).
Mungai, Anna