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Tercera Parte | CONOCIENDO A DIOS

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TERCERA PARTE: CONOCIENDO A DIOS

Día 21
LA NATURALEZA DE DIOS
Solo lo mejor

"Si ustedes llaman "Padre" a Dios, que juzga, a cada uno según sus hechos y sin
parcialidad, deben mostrarle reverencia durante todo el tiempo que vivan en este mundo. Pues
Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados; y
ustedes saben muy bien que el costo de rescate no se pago con cosas corruptibles, como el oro o
la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin
defecto ni mancha. (1 Pedro 1:1719)

“Hay que dejarse llevar por la naturaleza. Hay que hacer lo que no nos nace naturalmente.
Tenemos que saber quiénes somos realmente. Si se siente, hazlo. Se fiel a ti mismo.”
¿Has escuchado estas ideas alguna vez? ¿Te has sentido tentado a seguirlas? Pero
¿adónde nos llevan estos dichos modernos? ¿Realmente cambian nuestras vidas? ¿Qué te parece
si utilizas una estrategia más radical? ¿Qué tal si buscas la naturaleza de Dios y entender lo que es
natural para ‘El?

Cuando la sangre de Jesús fue derramada en la cruz, Dios nos estaba retando a
reconsiderar lo vacio de nuestras filosofías y nuestras formas de vivir. El estaba abriendo su
corazón y revelando su naturaleza. Nos estaba implorando que fuéramos como El, que lo
imitáramos en todo.

Lo que una persona está dispuesta a dar revela mucho acerca de si misma. Lo que Dios
revela mucho es de quien es El. El apóstol Pedro estaba en la cima de la montaña con Jesús
cuando escucho la voz de Dios, del Padre, expresando la profundidad de su amor PATERNAL: “Este
es mi hijo amado, a quien he elegido” (2 Pedro 1:17). ¡Qué experiencia! Todos hemos visto como
se iluminan los ojos de un padre cuando sostiene a su hijo por primera vez o cuando lo muestra a
“su mejor amigo”, a sus amigos o familiares. Jesús era el hijo perfecto, la imagen de su Padre, “…El
es el resplandor glorioso, la imagen misma de lo que Dios es…” (Hebreos 1:3). Él era el hijo
preciado, el Hijo único.

El sacrificio de su Hijo, voluntario y planeado por Dios, nos provee de una poderosa idea
de la naturaleza de Dios: El está dispuesto a darnos lo mejor de sí mismo. En la cruz, clamaba, “Por
favor, entiendan cuanto los amo y que cada uno de ustedes se merece mi mejor esfuerzo”. El
problema del pecado era tan grande que nada menor podría destruirlo. Su compromiso era tan
grande y su corazón era tan generoso que Dios no se detuvo ante el enorme precio que tuvo que
pagar

El costoso y precioso sacrificio de Dios exige una respuesta. Por eso Pedro escribe: “Y por
esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta; a la buena conducta, el
entendimiento; al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la
paciencia, la devoción; a la devoción el afecto fraternal y al afecto fraternal, el amor”
(2 Pedro 1: 5-7)

“¡Cerca de ti, mi Dios, más cerca de ti! Aunque sea una cruz que me eleve,
Toda mi canción estará cerca, mi Dios de ti.”
SARAH F. ADAMS
TERCERA PARTE: CONOCIENDO A DIOS

“Deben esforzarse”. Esta es la única respuesta apropiada ante un Dios cuya naturaleza es
siempre dar lo mejor de si mismo. Pero ¿Cuál es tu respuesta? ¿Son tus momentos personales de
meditación y oración con El soñolientos o enérgicos? ¿Estás buscando honestamente su reino?
¿Estás luchando por vivir con rectitud? En esos momentos de encrucijada en tu vida, ¿es su
voluntad lo más importante en tu mente?

Escoge una o dos áreas especificas mencionadas en 2 Pedro 1:5-7 y decídete a luchar por
ser excelente en ellas hoy. Motivado por el ejemplo y el sacrificio de Dios, cada día podemos
aumentar nuestra fe y nuestro dominio propio. El producto de esa búsqueda diaria de la
excelencia se traduce en un carácter con el reflejo de la naturaleza de Dios.

Ahora que tu mente y corazón están preparados para buscar la excelencia, es tiempo de
identificar que te hará tambalear y evitara que des lo mejor de ti mismo. ¿Cuáles son los pecados
que te acosan? Al reconocer ciertas actividades y actitudes como “pecaminosas2, Dios nos
advierte de las cosas que debilitarían nuestro carácter, robarían nuestra energía y apagarían
nuestra determinación. Pedro concluye, “Por eso estén preparados y usen de su buen juicio.
Pongan toda su esperanza en lo que Dios en su bondad les va a dar cuando Jesucristo aparezca.
Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. Al
contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamo, es santo…”
(1 Pedro 1: 13-15).

¿Estás imitando a Dios en su actitud hacia el pecado? ¿Quieres hacer desaparecer esos
patrones pecaminosos, inútiles, que te cansan y roban tu gozo y tu poder como cristiano? Al
enfrentar a Dios hoy al pie de la cruz, toma la decisión de tener un odio santo y celoso hacia el
pecado en tu vida. Escoge una o dos áreas especificas en las que quieres arrepentirte. En
respuesta a Dios por dar lo mejor de si mismo, decídete a dar lo mejor de ti mismo.

“La naturaleza de Dios. Hacer lo que no es natural para nosotros. Conocer lo que podemos
llegar a ser realmente. Si es excelente, hazlo. Se fiel a Dios” Una nueva filosofía. Una filosofía
comprada con sangre.

ADRIENNE SCANLON
Paris, Francia

Para mas estudio.


Marcos 14:1-9
Romanos 5:12-21;
6:23; 14:19;
Efesios 4:1-6;
Filipenses 4:8-9

“¡Cerca de ti, mi Dios, más cerca de ti! Aunque sea una cruz que me eleve,
Toda mi canción estará cerca, mi Dios de ti.”
SARAH F. ADAMS
TERCERA PARTE: CONOCIENDO A DIOS

Día 22
FE
Confiando en tiempos de pruebas

“Cristo no cometió ningún pecado ni engaño jamás a nadie. Cuando lo insultaban, no


contestaba con insultos; cuando lo hacían sufrir, no amenazaba, sino que se encomendaba a
Dios, que juzga con rectitud". (1 Pedro 2:22-23)

Vivir por fe no es fácil. Nos asaltaban preguntas y nos gustaría tener respuestas: ¿Que
pasara? ¿Qué voy a obtener? ¿Seré feliz? Planeamos cuidadosamente y hacemos lo posible por
tener bajo control. Nos sentimos seguros a través de nuestra investigación y nuestros
conocimientos.

Para seguir a Jesucristo tenemos que vivir por fe (Romanos 1: 17). Pero eso suena
arriesgado y por naturaleza la mayoría de nosotros no corremos riesgos. Tener fe es tener la
seguridad y certidumbre de recibir las cosas que nos vemos, pero nos gusta vivir basados en lo que
si podemos ver.

La cruz fue una prueba de fe para Jesús. Cuando el clamo en el jardín de Getsemaní y
experimento el silencio de Dios, fue una prueba de fe. Cuando fue golpeado y colgado de la cruz,
fue una prueba de fe. Jesús creyó en el plan de Dios. El creyó en la resurrección, aunque no la
podía ver. El solo pudo ver la sangre, el dolor, las caras de los que se burlaban de él y el abandono
de sus “fieles” seguidores. Su fe fue puesta a prueba a través de la angustia, la agonía y la soledad.
Cuando el repitió el salmo 22, “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?”, tuvo que
sentir lo que David dijo más adelante en esa escritura: “Pero yo no soy un hombre, sino un
gusano; ¡soy el hazmerreír de la gente!”.Cuando vemos a Jesús en la cruz, vemos una fe bajo
fuego. Sin embargo, también vemos una fe que resistió el acoso. Vemos una fe que permaneció
fuerte y no fue defraudada (Salmo 22:5).

La cruz fue difícil de enfrentar, pero la fe que llevo Jesús a la cruz fue bendecida por Dios.
En la cruz Jesús pago el precio por nuestros pecados. En la resurrección Dios sostuvo todo lo que
Jesús declaro y todo los que los profetas habían predicho. La cruz y la resurrección nos dan las
razones para tener fe en todas las promesas de Dios. En la cruz Jesús nos muestra que la fe que
tenemos en los momentos más difíciles será recompensada.

Cuando reflexiono sobre la vida, puedo ver tres tipos de situaciones en las cuales podemos
encontrarnos: positiva, retante y trágica. Es curioso como mi fe parece crecer rápidamente en
circunstancias positivas. Es fácil atribuirle las cosas buenas a Dios en esos momentos. Es ahí
cuando no tengo problemas e creer que “...Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes
lo aman…” (Romanos 8:28)

Sin embargo, cuando las circunstancias son más difíciles, las preguntas salen a la
superficie. Me encuentro a Dios : ¿ Por qué está pasando esto?. Pero estos son los momentos
propicios para que la fe madure en su más alto grado y logre el mayor impacto. Estos son los
momentos de poner nuestra mirada en la fe que llevo a Jesús a la cruz y lo ayudo durante su
muerte en ella.

“¡Cerca de ti, mi Dios, más cerca de ti! Aunque sea una cruz que me eleve,
Toda mi canción estará cerca, mi Dios de ti.”
SARAH F. ADAMS
TERCERA PARTE: CONOCIENDO A DIOS

Cuando estamos pasando por momentos de retos, problemas financieros, la pérdida de un


trabajo una relación, o por una enfermedad, la reacción de fe debe ser el preguntarse: “¿Qué bien
puede Dios tener a través de esto?”.

Quizás nuestra fe es puesta a prueba de una manera más fuerte durante las situaciones
trágicas en nuestras vidas. Cuando perdí a mi bebe supe que estaba pasando por la prueba de fe
mas difícil para mí. Fue el momento emocional más intenso de mi vida. Durante esa época
recuerdo que tuve que cuidar mucho mi corazón, y tuve que enfocarme cuidadosamente en lo que
Dios estaba tratando de enseñarme. En especial durante esos momentos, quería que mi fe fuera
una inspiración para otros. Constantemente me recordaba a mi misma que sería tan fácil
disgustarme con Dios, pero sería tan errado. La fe acepta la situación, pide ayuda a Dios y cree que
el poder de Dios será Suficiente. Cuando otros ven la fuerza de nuestra fe, se sienten inspirados a
tener más fe en Dios. Cuando Jesús pasó por el momento más difícil de su vida, clavado en la cruz,
inspiro a otros a tener fe, incluyendo al ladrón que murió a su lado y al centurión que lo
condenaba a muerte. La forma como murió dio a otros la oportunidad de tener vida.

Al reflexionar acerca de la cruz, vemos la fe inquebrantable de Jesús. Al reflexionar aun


más acerca de la resurrección, vemos la recompensa y la materialización de esa fe. ¿Por cuales
situaciones estas pasando en estos momentos que requieren que imites la fe de Jesús? ¿Estas
enfrentando situaciones imposibles de solucionar? ¿Ves tus dificultades como cargas que Dios no
debería permitir o como una tremenda oportunidad para demostrar tu fe?

JOANNE WEBBER
Los Ángeles, EE.UU

Para mas estudio:


2 Timoteo 1:8-12;
2 Timoteo 4:6-8;
Hebreos 4:11-12;
14-16;
1 Pedro 1: 3-9

“¡Cerca de ti, mi Dios, más cerca de ti! Aunque sea una cruz que me eleve,
Toda mi canción estará cerca, mi Dios de ti.”
SARAH F. ADAMS
TERCERA PARTE: CONOCIENDO A DIOS

Día 23
AMANDO A LOS PERDIDOS
¡No te desanimes!

"Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Tu ibas a derribar el
templo y construirlo en tres días! ¡Si eres el hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz!
De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley,
junto con los ancianos. Decían: Salvo a otros, pero a sí mismos no puede salvarse. Es el rey de
Israel: ¡Pues que baje de la cruz y creeremos en el!” (Mateo 27:39-42).

Jesús comprometió su vida entera para “…buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas
19.10). Lucho contra toda tentación por cerca de treinta años para no tener pecado y darles un
significado a estas horas finales que, de otro modo, carecerían de sentido. El único hombre que
nunca peco estaba muriendo por todos los hombres que habían pecado horriblemente. La
redención eterna de toda la humanidad estaba en juego. Solo era cuestión de horas. Sin embargo,
al elevarse los gritos de la multitud que rodeaba la cruz, algunas palabras debieron resonar:
“Sálvate a ti mismo…bájate de la cruz…”. Palabras humillantes. Palabras cortantes. Palabras
tentadoras. Y Jesús escucho cada una de ellas. Si hubiera habido entre la multitud algún hombre
que entendiera el significado eterno de ese momento habría respondido: “¡No, Jesús! ¡No te
bajes! ¡No te bajes!”.

Jesús no se bajo, pero ¿y si lo hubiera hecho? No hay duda de que estamos equivocados si
pensamos que Jesús no se sintió tentado a hacerlo. De hecho, pudo haber sido el ataque final y
mas furioso de Satanás, quien desde hacía mucho tiempo esperaba esa oportunidad (Lucas 4:13)
Jesús pudo haberse salvado a sí mismo. Tanto el cómo Satanás lo sabían. El todavía pudo haber
llamado a esos doce ejércitos de ángeles (Mateo 26:53) para que gloriosamente lo levantaran de
la cruz y pusieran a todo el mundo en su lugar. Quizás fue tentado simplemente a salvarse y dejar
que todos los demás se defendieran por sí mismos. Después de todo, ¿realmente vale la pena dar
la vida por tantos que parecían no estar dispuestos a responder? O quizás la verdadera tentación
fue bajarse de la cruz con la esperanza de que creerían, como habían dicho que harían.
Pongámoslo de esta manera, independientemente de la razón, si Jesús se hubiera bajado de la
cruz todo habría acabado, sin ninguna esperanza de salvación a la vista. El cielo grito “¡No te
bajes!” Y él no lo hizo.

La pregunta había sido definida la noche anterior en un jardín (Mateo 26:36-46). Aun
cuando sabia con anticipación lo que le esperaba, y había comenzado a hablar abiertamente sobre
eso, este momento fue inevitable. Solo en el jardín. Lo que les dijo a sus discípulos era cierto
también para él: “Ustedes tienen buena voluntad pero son débiles”. En su cuerpo, Jesús no quería
morir, no así. La lucha duro por horas durante toda la noche. Solo en el jardín. Fuertes gritos y
muchas lagrimas (Hebreos 5.7). El sudor se convirtió en sangre (Lucas 22:44). El sabía que tenía
que suceder. No podía salvarse a si mismo y salvar a otros al mismo tiempo. La cruz era la manera
“Padre, que no se ha lo que yo quiero, si no lo que tú quieres.”De seguro otras tentaciones
vendrían antes que todo terminara, pero él estaba listo. El había decidido. “No bajare hasta que
todo haya terminado.” Y así lo hizo.

“¡Cerca de ti, mi Dios, más cerca de ti! Aunque sea una cruz que me eleve,
Toda mi canción estará cerca, mi Dios de ti.”
SARAH F. ADAMS
TERCERA PARTE: CONOCIENDO A DIOS

Pero ¿que lo mantuvo allí? En primer lugar, ¿Qué lo hizo decidir ir a la cruz? Por supuesto,
Jesús amaba a su Padre. Nada podía detenerlo de hacer su voluntad y agradarlo. Pero ¿por qué
era esta la voluntad del Padre? Si es cierto que Dios amo tanto al mundo que estuvo dispuesto a
dar a su propio y único Hijo (Juan 3:16), entonces podemos decir que Jesús amo tanto al mundo
que dio su propia vida. Eso es. Esa es la razón. Amor. A Jesús le importaba profundamente la vida
de otros. Amor compasivo. El vio nuestra necesidad y respondió. Amor incondicional. El respondió
a pesar del dolor, sin saber cómo íbamos a responder nosotros. Mientras estaba en la cruz. Jesús
sabia que traía la esperanza de la salvación a las multitudes que había enseñado, a los enfermos
que había curado y a los niños que se había acercado a él. A ti y a mí. No fue suficiente mejorar
nuestras vidas. Teníamos que ser salvados. Teníamos que ser amados. Amor que salva. Gracias,
Jesús, por no bajarte de la cruz.

Ahora tenemos que saber donde nos encontramos. Ahora mismo. No se esperaba que
fuera diferente para nosotros a como lo fue para Jesús. El nos llama a que continuemos en la
búsqueda de los perdidos por quienes murió para que fueran salvos, diciendo, “Después les dijo a
todos: Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de si mismo, cargue con su cruz cada día y
sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá...” (Lucas 9:23). La misión es la misma. La
cruz es nuestra. Las tentaciones vendrán, pero nunca debemos bajarnos de la cruz. No podemos
salvarnos a nosotros mismos y a otros a la vez. No hay otra manera.

Si no está convencido de esto, pasa la noche en un jardín y lucha por amar. Debemos dejar
de buscar el camino fácil y tomar la decisión de amar. Es mejor que tomemos esa decisión a diario
porque el mundo nos dice a diario todo lo opuesto- ¿No te sientes tentado con frecuencia a no
decir nada a la persona que está cerca de ti, que sabe poco o nada del amor de Dios? ¿Estás
tentado a ceder frente a la esperanza de influir en amigos y familiares que critican tu compromiso
con Dios? Cuando estudias la BIBLIA con alguna persona “difícil”, ¿te sientes tentado a atacarlo y
ponerlo en su lugar? ¿Alguna vez has sentido que nadie está abierto y que estás perdiendo el
tiempo tratando de compartir, o esperas a estar seguro de que la persona se haría cristiana para
entregarte a ella?

El mundo está gritando “¡Sálvate a ti mismo! ¡Bájate de la cruz!”. Jesús también esta
clamando. “¡No te bajes!”

¿Qué vas a hacer? Lo que decidas determinara el destino eterno de muchos. Tú amas
bastante a la gente como para bajarte de la cruz. Toma la decisión que Jesús tomo. Hazlo otra vez
mañana y al día siguiente. Y algún día, pronto, alguien te agradecerá el que no te hayas bajado de
la cruz.

BRIAN SCANLON
Paris, Francia

Para más estudio:


Lucas 19:1-10;
Romanos 9:1-4;
10:1-3;
1 Corintios 9:12-22;
Hebreos 12: 4-14,
13:11-14.
“¡Cerca de ti, mi Dios, más cerca de ti! Aunque sea una cruz que me eleve,
Toda mi canción estará cerca, mi Dios de ti.”
SARAH F. ADAMS

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