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Daniel Medvedov

Zen Latino
Palabras de Plomo para transformarlas en Oro

Madrid
2009
El Amor no tiene complemento. Es total. Se le ha
inventado el vil odio, que no es más que un
mosquito para el elefante. Penetrar el sentido de las
cosas no es fácil, ni difícil. ¡Es así! Basta con que
haya Amor, porque al Amor nada puede opacarlo...
El Amor es como un puro cuya ceniza nunca se
separa...
El espíritu no puede ensuciarse: es puro, no
necesita de limpieza. Es el Ser el que tiene que
alcanzar la pureza.
Basta que haya Amor para que la luz brille clara y
negra, como el día y la noche. Sólo hay días en el
año.
El odio es un invento vil para opacar al Amor.
Ábrete caverna a la luz del día Ábrete noche a la luz
de las estrellas.
En lo natural, lo espontáneo. En lo artificial, lo
automático Intuición y conciencia Sistema y método
Razón e intelecto Cosmos y universo.
Si en el Ser se crean dos singularidades por
grandes que sean el cielo y la tierra, están
destruidos.
¿Por qué las brujas cabalgan una escoba? Porque
la escoba es la imagen de un manojo de
pensamientos unidos en un sólo palo de la
concentración.
La Justicia no tiene complemento, pero se creó un
vil invento: la injusticia.
La felicidad es la exaltación de la alegría, la
desgracia es la exageración de la tristeza. La lucha
entre lo cierto y lo falso, nos eleva hacia la verdad.
La verdad te está buscando ¿Dónde te has perdido?
¿Dónde te has escondido? Si no penetramos en el
origen de las cosas, nuestro Ser no conocerá la
verdad.
La vía y la vida, el amo y el amor, el ansia y la dist-
ancia, son todos lo mismo.
Ayudamos al pez, comiéndolo. Es lo que más desea
el pez: ser comido, no nadar.
Libres somos, no es que la razón tenga la razón.
Rechazar o atraer, es sólo querer.
El dojo soy yo, el doyo soy jo.
Nuestro Ser se expande espontáneamente y puede
llegar a ser tan grande como el cosmos mismo.
El hombre de sal es perturbado y turbado cuando
llega a la orilla del mar.
Tranquila está la mar adentro y movida en mil olas
afuera. Si quieres silencio y paz, penetra en el mar,
adentro, y mira tan sólo a la montaña... Tranquila
está la montaña afuera y moviéndose en mil hojas
adentro.
La cola del dragón no puede ser atrapada por la
puerta del establo que se cierra, puesto que es pura
nube.
El que bebe de la fuente, sentirá el gusto del agua.
Al bien y a lo bueno, en nada se les complementa.
El mal es un vil invento para opacar el bien.
No llegaremos juntos al final si no me amas. Tal vez
tenga yo que amar la parte que a ti te corresponde.
Abraza la esencia y conocerás la existencia. Abraza
la existencia y beberás la esencia.
Salvaje, natural, hombre artificial...
Las palabras dicen todo, pero los que escuchan no
entienden las palabras. Por ello, el todo queda
desconocido.
El monasterio no es necesario en el magisterio y no
encuentras el misterio en el finisterio. Es eso el
misterio, espíritu en el vacío, lo absoluto en las
cosas que tocas.
Retornando a la raíz, no encontrarás la semilla. Eres
semilla. Subiendo a la flor, no encontrarás la flor.
Eres el fruto. Cabeza, corazón, vientre y pies.
Corona, semilla, tronco y raíz.
Todos los círculos son redondos y todos los
cuadrados son cuadrados. Pero hay un círculo
cuadrado que antes fue triángulo. Al abrirse las ocho
puertas somos uno.
Dentro de nosotros no hay nada. Todo está fuera
porque nosotros mismos somos redondos, somos el
centro cuyo círculo está alrededor. Alrededor de la
nada hay un círculo: es el vacío.
“Apóyame, ayúdame, me estoy ahogando”- grita el
nadador cansado. Sí, pero antes te daré un golpe
para desmayarte, para no ahogarme contigo. Así,
los dos nos salvaremos.
El rocío viene desde dentro de la hoja, no cae del
cielo. Busca la verdad y la verdad te encontrará.
El prejuicio anula el juicio.
El fiel de la balanza, piensa: Sin los dos platillos, yo
sería nada. Sin el fiel, ¿qué pudiéramos nosotros
pesar?. A su vez, las pesas piensan, lo siguiente:
Sin el fiel y los platillos nuestro peso sería inútil. El
pesador, sin embargo, pesa, y no piensa nada. El
Zen son tres letras escritas con luz en el este, en el
sur, en el norte y en el oeste.
Todas las existencias son vida, pero la vida no
siempre se manifiesta en la existencia. A ratos
guarda su Ser en la esencia.
¿Por qué el sol no se moja cuando llueve? Porque
el Ser es el ojo del cielo y los ojos no se mojan
jamás en la lluvia sino en el llanto.
Eso no es bueno ni malo, es así. Digo lo que debo
decir y no lo que no debo decir.
Fusión no confusión. Misión no sumisión. Visión no
previsión. Pero sí compasión y no pasión.
Mientras tanto canto y paso por encima de todo
desencanto.
Apégate al uno mientras el dos desaparece.
El espejo desea reflejar y el reflejo añora el espejo.
El tabaco desea ser humo y el humo quiere nacer
de nuevo como puro tabaco. Mientras tanto, yo
fumo.
Las hormigas son la imagen de los pensamientos,
nunca descansan. En cambio, la tortuga es el signo
del Ser: siempre cargando su cuerpo.
¡Si el Ser no se manifestara, jamás conocerías la
luz!.
Sin error no hay ensayo y sin ensayo no hay
creación: Crea, créame... erra y serás.
El águila no mueve las alas mientras las termas
revolotean.
El “suj” quiere el “obj” y los dos desean el “eto”. Pero
el “eto” anhela la erre para ser un reto.
Tantas montañas Tantos ríos El Sol, uno.
Los monos inventaron la armonía al saltar de rama
en rama y por ello, Rama respeta a Hanuman.
Con ser Dios, basta...- dijo Dios. Y él sabe mejor...
Objeto y sujeto son las dos comidas del Ser.
El Ser es y de cuando en cuando, existe.
La esencia es como la sal, que impregna toda el
agua del mar.
Olores, colores, sabores, humores, rumores, todos
son ilusión; no llores.
El son y el sonido son uno, porque el otro se ha ido.
Cara al muro, una puerta en el muro. Ojos perciben
lejos la montaña. Hay que pasar el umbral.
Debajo de la tela está lo sutil (sub-tela). Debajo de
la risa se halla la sutil sonrisa (sub-risa).
La verdad es el siete del dado de seis caras,
mientras revolotea en mi puño antes de lanzarlo
sobre las mesas.
Comer y conocer es lo mismo: Todo se transforma,
en parte, en puro excremento, después del saber y
del sabor. Lo que ocurre en el cuerpo, nadie lo sabe.
La Gran Vía es Real. Un Camino por donde pasar.
Único y tortuoso. Reyes y mendigos caminan juntos.
Pero el Rey viaja en la Osa Mayor, mientras que los
mendigos viajan en “El Carro”.
El lápiz está romo por haber escrito tanto. El lápiz
está afilado por no escribir nada. En la punta del
cálamo duermen todos los poemas.
El Zen es un círculo que aún no ha sido trazado,
pero sigue redondo en el mundo del no existir.
La puerta sin llave tiene un ojo por donde se ve la
llave.
El espíritu es la esencia luminosa del Ser, como la
sal es la esencia salada del agua del mar. Y, no
obstante, hay agua no salada en las fuentes y
manantiales.
Los pinos reverdecen cada primavera sin perder
jamás su verdor en el invierno. Los sabios
rejuvenecen en la vejez sin haber perdido jamás su
juventud.
El mundo, por fuera, mundo. En el centro, armonía.
Si nos aferramos al balcón, nunca veremos la
montaña.
Lo que más desean las flechas es volar, no estar en
el carcaj. Lo que más desea la diana es ser visitada
por las flechas, sólo piensan en el centro del mundo,
volar a porfía, sin diana, sin meta, sin cuerda, sin
arco. A todas estas, el arco no piensa nada, sólo se
curva y se relaja acorde al arquero.
Hay un lugar adonde ir. Es ningunaria, la isla de los
bienaventurados.
El té era virtud en China y llegó a ser bebida en
castellano. El sin era una negación en castellano y
llegó a ser el corazón en China.
La naturaleza, la armonía y la vía son las tres, lo
mismo. Es de día.
En nuestro cuerpo no hay algún lugar adonde ir o
permanecer. Cuando digo que hay que permanecer
en el entrecejo es un modo de hablar. Lo que deseo
expresar es: estar en calma y vivir en el país del
Capítulo 80 del Tao TeChing.
Mañana soleada bajo los cedros del bosque,
crepúsculo sutil bajo los edificios. No hay gran
diferencia.
Si deseo, tener Si meta, llegar Sin buscar nada,
encontrar Sin pensamiento, saber Sin obtener,
recibir Sin rechazar, ahuyentar Sin atrapar, alcanzar
Sin abandonar, ir Sin callar, estar en silencio Se
redondo y por ello, Libre.
Nada puede opacar a la verdad, pero la mentira se
le opone como una cortina de telaraña. Una mosca
sobre la piel del elefante.
Nada escapa a la verdad Ni los escapistas Ni los
tubos de escape Ni los escaparates Ni las capas
Sólo los copos de nieve, que Ya son y ya no son.
Sentarse Tu intelecto: siéntalo Tu cuerpo: siéntalo
Tu alma: siéntala De todos modos, Tu Ser está
parado Ya que jamás se sienta.
Si deseas viajar en la Osa Mayor, cuenta las ocho
estrellas, en cada una de las estrellas de la Osa
Mayor y quédate en Alcor, el entrecejo.
“Fulano es Dios”, dicen de un Santo. Yo digo, todo lo
vivo es Dios y no me oyen. Tampoco oyen la voz de
Dios.
Los ojos son luz Las orejas son sonido La nariz es
viento La lengua es palabra El cuerpo es mar La
mano es rayo El pie es montaña La boca es tierra
Las lágrimas son rocío
Flor de azahar en una rama, a su vez rama en pico
de un pájaro que se dirige hacia las tierras de la
primavera.
El vehículo supremo es la Osa Mayor, Osa quiere
decir luz y Mayor supongo que es grande. Aún así
hay luces pequeñas y siguen siendo luz.
No odies las manchas Huellas, son el recuerdo de lo
que ha pasado ya. Aquí, en este círculo de la mesa,
ha bebido una taza de té el maestro, hace muchos
años.
Un pez dijo: PO.. Un tigre dijo: MO... Un pájaro dijo:
AAA Un lagarto dijo: LAA... Una salamandra dijo:
LO... Un cóndor dijo: HO... Un hombre dijo: YO.
El sabio ama El sabio quiere El erudito conoce El
niño juega Tal vez sea necio, El sabio.
En la ceremonia del té El té no sólo es bebido Sino
también gustado, Palpado, olido, entendido,
escuchado, comprendido En la ceremonia del café,
lo mismo.
Una vez, llovía La lluvia escampó El sol apareció, La
luz brilló ¡Qué lástima que sólo pasa eso, una vez!
Espinas en la cáscara de la castaña, tras la cual, el
sabor dulce del corazón de la nuez.
En el camino no hay ninguna piedra, pero el hombre
se tropieza consigo mismo.
Un meditador meditaba al borde de un lago pero los
peces, saltando, lo molestaban. El meditador los
pescó y los comió. De nuevo, meditando, descubrió
que el canto de los pájaros le molestaba muchísimo.
Los atrapó con lazos y se los comió fritos. De
nuevo, meditando, su cuerpo sentía peces saltando
y pájaros trinando. A la naturaleza, nadie puede
callarla.
La percepción justa parece ignorancia El
pensamiento recto parece torcido y absurdo La
palabra precisa parece balbuceo La acción justa
parece torpeza La vida justa parece un castigo El
esfuerzo justo parece inútil La concentración precisa
parece apatía Y la consciencia, parece un sueño A
todas esas, el Ser Comprende algún día Es más
que seguro.
El Ser es todo y parece nada La persona es nada y
parece todo
Cuando mi ser comprende Todos los seres
comprenden al mismo tiempo Porque el que
comprende Es el Ser y sólo hay un Ser Y una sola
comprensión.
La duda es nada y la fe es todo. Si le agregas la
nada al todo, nada cambia. Si le agregas la duda a
la fe, la duda cambia más no la fe.
Educación no es estudio y estudio no es educación.
Aquí y ahora es como un remolino: debes estar
quieto para que el remolino te expulse.
Consideramos demasiados hechos elementales y
de todos los aspectos sólo vemos lo que está cerca.
¿Por qué, acaso la gente bota la gran semilla del
mango que han comido? Musgo recubriendo la
piedra que quieres tirar en las apacibles aguas del
lago.
Como el sol, el mar, un fuego crepitante así es
nuestra vida. ¿Por qué no intentar disfrutar de todas
esas pequeñas maravillas?
Ven más acá, no vayas más allá. Retorna y llegarás
al Ser. El Ser eres tú y tu nombre es nadie.
He recibido la iluminación al ver como la sombra del
avión que despegó, quedó en tierra y siguió
acompañándolo en el suelo mientras el aparato sin
sombra volaba. El hombre es el Ser eterno que
vuela, a veces con sombra, otras veces alejado de
su sombra. Pero su nombre siempre le acompañará
en el mundo, otras veces fuera del mundo.
Los animales sólo son moradas de la vida, sombras
pasajeras, sin futuro ni eternidad. Más que saber
otras cosas lo único que hay que saber es que eres
el Ser eterno.
Se llena la luna bajo la montaña. No es necesario
ser un monje para ver esto.
El monje citadino percibe la niebla que cubre la
ciudad.
Se desvanecen los sueños nuestros cuando todos
duermen. Entonces, el sueño del que está despierto
se hace realidad.
Demasiado claro, demasiado oscuro. Lo único igual
es demasiado.
Me contó mi maestro que un hombre necesitaba
dinero, le pidió a Dios que le concediera lo que
deseaba. Un día, hacía mucho frío en la ciudad, al
volver a su casa vio en un charco una bolsa
transparente llena de monedas de oro. Decidió que
esa bolsa era el deseo concedido por Dios. Orinó
sobre el hielo para fundirlo con el calor de la orina y
así poder coger la bolsa. La agarró con las dos
manos. En ese momento se despertó en su cama
mojada, agarrado fuertemente de sus testículos,
tirando con fuerza. Nuestra vida es así.
Juego misterioso es el pájaro Belleza profunda es el
elefante Grandioso deseo es la ballena
Eres un punto Eres una línea Eres un triángulo Eres
una cruz Eres una estrella Eres un dado Eres un
sueño Eres ocho cosas Eres un niño Que acaba de
nacer.
La unidad muestra el cosmos que existe en todo.
Las diferencias someten al Ser y lo atan a mil
sueños.
Cuando las palabras dicen lo mismo de atrás y
hacia delante están en la verdad.
Las relaciones todas podemos cortar, pero hay que
dejarlas así y seguir sin ataduras como los caballos
amaestrados. Es mejor amaestrar que domar.
Quien mira es el Ser. Al origen es el retorno,
considéralo. En el origen está el Ser.
El silencio habla, las palabras dicen. Cállate, los dos
modos de actuar son iguales.
Compara el Ser con la nada y verás que es todo.
En ese examen di “si”, también puedes decir “no” y
estarás en lo cierto. El examen jamás termina.
Siempre serás interrogado. Alerta, sólo se te pide
una respuesta, cualquiera que sea tu palabra.
Lotos en un estanque, en la orilla un pato salvaje.
Hojas caídas en un charco en la ciudad. Y yo,
mirando mi reflejo en el agua estancada.
A la inmovilidad hay que dejarla inmóvil. La
inmovilidad se mueve cuando hay movimiento. Hay
que dejar también el movimiento y moverse sin
movimiento.
Uno también es dos y es mucho. Es imposible no
serlo.
En calma o en movimiento, el Ser sigue siendo
dinámico y, a la vez, tranquilo.
Por cierto, no hay reglas para llegar a saber. Sólo
sigue adelante y retrocede al Ser.
Granos de uva en un racimo, hijos de hombre
debajo del árbol en el parque. Un grupo está
hablando con un cisne.
Desaparecen las acciones en los hechos. Por las
huellas del origen, el Ser retorna a su fuente.
¿Cuándo llegarás tú también? ¡Puedes hacerlo, ya!.
Fe, así aparecen de repente los obstáculos y en el
juego de ajedrez nadie gana: sólo se contempla la
posición de las piezas,
Así saltamos en la existencia en el viejo mundo
¡Plop! El Ser parece una rana que salta en el
estanque viejo. ¡Plop! y círculos nacen con un único
centro.
En la memoria hay una huella que ha quedado
desde la última vez que en este mundo he bebido
una taza de café. La mancha que ha quedado en la
madera me recuerda el sabor de este líquido
espiritual: Todavía veo el humo de mi último puro,
fumado en épocas de antaño.
Sólo el fuego conoce sus propias cenizas. Sólo la
leña recuerda la llama del fuego. La ceniza no sabe
qué son las cenizas.
Considerar el hacer no es difícil, es la iluminación lo
que impone respeto.
En el Ser hay un poder que usa y que requiere del
vacío de la luz interior para saber.
La iluminación se ilumina a sí misma. Fuego en
círculo. Luna redonda.
En la cocina vacía me he dormido y soñé que
estaba comiendo. Mientras comía me desperté y
estaba en la cocina vacía.
La diferencia es otra y ninguna. En la persona hay y
no hay realidad, sólo hay mundos. Pero para los
despiertos sólo hay un mundo.
El río corre y sigue para escapar de las olas. El
pájaro es el Ser que se mueve sobre las aguas
hacia el mar... mientras tanto, percibe las montañas
y las ciudades de la orilla y descubre que es el mar
que ha llegado al río, no es el río el que alcanza al
mar.
Esto es esto Esto es eso Eso es eso Eso es esto
Esto es todo Eso es nada
Dos no es posible en la soledad. El uno sabe eso.
En la soledad sólo es posible todos.
Pino debajo de la luna. Poste de luz debajo de su
propia iluminación nocturna. De día ¡qué cosa! ¡el
bombillo ha quedado encendido!
En el silencio está el sí al comienzo. En la palabra
está el no al final y en el sino está todo.
No es necesario usar palabras. Para decir sí, basta;
con el no, sobra. Tolera las contradicciones ya que
parecen idénticas y las cosas todas están en el Ser,
que no es dos sino uno.
Las ocurrencias y lo brusco no deben sorprendernos
–me lo dijo el Maestro. Ni los obstáculos y
dificultades. Ni los peligros deben asustarnos. Yo
repito eso para que tú también lo repitas.
El ruido no debe molestarnos ni hacernos huir.
Nuestro Ser puede volverse amplio y así, nos
hacemos fuertes.
Podemos meter en la misma bolsa del Ser todas las
cosas y, mirando de frente, sin miedo, ni sorpresa,
vamos hacia lo desconocido para descubrirlo y
morar en el silencio lleno de música callada.
El origen de la fuente es la enseñanza y hacia ella
vamos.
La entera humanidad está toda llena de sabios. No
te sorprendas al saber que tu eres uno de ellos, una
de ellos.
Para descansar es mejor cuando se es, lo peor es
cuando no se es.
Veneno lleva el “pero”. Pero, ¡qué bello es hablar y
usar palabras triviales!.
En el año dos mil dos yo tendré la edad de la
eternidad y me voy a morder la cola para chupar la
miel de los días.
La montaña está encima de otra vieja montaña. Su
silencio es un silencio salvaje. El maestro mora en
la sabiduría de otro viejo maestro y su silencio es
civilizado. Es un caballero.
En los ojos todo es existencia y la no existencia no
es, ni es ni está.
Es importante lo manual en el trabajo y la
meditación en el templo, es comer.
Sin un día, el trabajo languidece y el campesino que
soy yo ve al sombrero de paja como simple paja.
De una sola mirada podemos ver el cosmos entero.
En un solo sonido, oírlo. De un solo bocado
saborearlo y con nuestra mano tocarlo.
Baila y se levanta la piedra en la mujer, canta la
madera en el hombre.
En lugares diferentes, las fronteras se borran y
debemos ver lo máximo dentro de lo mínimo y lo
mínimo dentro de todo.
La flor exhala perfume, y sus pétalos ordenan la
fragancia. El Ser emite palabras y los labios
ordenan su sentido.
Los lugares ilimitados pueden verse. El infinito en lo
pequeño es señal de grandeza que hay que leer.
La cruz quiere decir “aquí” y “ahora”.
El bosque en el río, en realidad sólo troncos
flotando. La gente en la calle, en realidad sólo seres
andando.
La existencia misma es y no es existencia. Yo
mismo soy y no soy yo. La existencia no es la
misma existencia. Yo no soy yo mismo y, a la vez,
soy el mismo de antaño.
Clara es, no blanca, la luz. Brilla la noche en la
mitad del día. Como una envoltura el cuerpo
oscurece la luz del Ser, que prosigue su brillo por la
mirada. Hay un príncipe en cada uno de nosotros.
La montaña es como una ciudad lejana en el
paisaje. La ciudad es como una montaña lejana en
el paisaje.
Hay que proteger el estado de contentura con una
cara de ogro.
El viejo maestro no sabe que es viejo, es viejo
porque sabe.
Sigue la señora el llamado del marido. Son dos
cigüeñas volando hacia su nido.
Libertad, no hay libertad sin ataduras Ni esclavitud,
sin mochila Sin alas, sin garras Sólo hay libertad
eterna.
Llena la luna bajo el bambú la ermita, le muestra la
entrada el monje. Llena la luna, y abajo, la ciudad, la
reja de la entrada está cerrada y la luz de la luna no
puede abrirla.
En la ciudad o en el bosque la luz de la luna es la
misma, y el Ser es el mismo en el eremita, como en
el borracho o mendigo.
Uno lo son las cosas todas Todo es uno y lo mismo
Sólo yo soy diferente Puesto que aún no he
despertado.
La montaña en la nieve tiene frío y siente que puede
no tenerlo. El mendigo tiene frío en la plaza y siente
que puede no tenerlo.
La mujer del dragón es la draga, no la dragona. Los
animales no son seres, son almas puras pero
pasajeras.
Lo finito no se puede considerar y es necesario que
esto sea así. Sólo puedes considerar el infinito.
Una rata muerta, se había muerto por haber
engullido una piedra preciosa. Todos huyen de la
rata muerta. Sólo un gato ciego al tropezar con la
rata muerta maulló en señal de victoria. La agarró
entre los dientes y se la llevó como regalo a su amo
que era joyero. El amo la acarició, sacó la piedra
preciosa de la garganta de la rata muerta y le dio la
rata al gato. El gato llevó la rata al desierto y la
cambió por un pescado recién caído del cielo, fresco
y trémulo, delante de una hiena que agradeció
sobremanera el cadáver de la rata, al gato ciego del
joyero. Ha veces, hay que actuar así. Llevar las
cosas a quien conoce su valor. Manjar del cielo es el
cadáver para la hiena, sólo el joyero conoce el valor
de la piedra preciosa. Un gato ciego puede
encontrar el tesoro anhelado por todos los joyeros.
Cotidiana vida Verdad auténtica Contentura No
felicidad
El agua que hierve mucho se vuelve turbia y el té
será amargo. No dejes hervir el agua, sólo hay que
llegar al punto de verla sonreír.
Limitados estamos al dejar el futuro, el presente y el
pasado. Todo se resquebraja y el habla nuestra
arguye hasta el final. Mientras tanto el lenguaje
contempla callado, puesto que el lenguaje no habla.
Muchos no han visto aun la nieve y por ello no hablo
aun de ella.
La vía que viajé la traigo aquí en la mochila. La
mochila que llevé la dejé allí, en la vía.
Morir viviendo, vivir muriendo. Esa es la vida
verdadera.
Saber es saber, no importa si sabes mucho o sabes
poco. Lo que hay que saber es todo, nada más. Un
círculo pequeño es redondo, igual de redondo como
un círculo grande.
La poesía no tiene versos, sólo tiene luz. El poeta
no sabe que es poeta. La luz, tal vez, no sepa que
es luz.
Ninguno de nosotros cambiará en este estado en el
cual, todos, nos encontramos. Hemos llegado así y,
por esta vez, así partiremos. Pero ello no debe ser
motivo de tristeza.
El Ser que todos somos es idéntico en todos
nosotros, perfecto y sabio, y no necesita cambiar.
Tal vez no nos contenta el actual estado de cosas,
en cuanto a nosotros nos concierne. Pues es así, no
hay nada que hacer. Sólo podemos restaurar lo
perdido, no construir un nuevo mundo o llegar a ser
lo que no somos. Al estar contento con lo que eres,
con lo que tienes y con lo que haces, puedes
llamarte un Ser realizado. Has madurado. Ahora, lo
que tienes que esperar es el despertar. ¿Sabes? El
alba es anunciada por la estrella de la mañana. Hay
gente que todavía no ha visto la estrella del
amanecer, por quedarse dormidos hasta el
mediodía. No te desanimes. Pasa algo maravilloso:
la misma estrella de la mañana aparece a veces al
atardecer, después del crepúsculo. Si no la has visto
en la mañana de tu juventud, espera la noche de la
vejez y luego del atardecer verás a hyperion, el
astro de la tarde. Los dos son la misma estrella.
Siempre hay una oportunidad para volver a mirar la
vía láctea. Para ello es necesaria la oscuridad
perfecta, la sombra de la noche sin luna.
La vía láctea es un camino de polvo estelar que
atraviesa la bóveda de la noche de lado a lado. No
obstante, lo más sorprendente del cielo sigue siendo
la presencia del sol, un regalo para cada uno de los
seres. Aun así, nadie se sorprende y cada uno toma
este hecho como una presencia trivial, algo que está
allí iluminando los mundos. Tal vez eso es bueno.
Es bueno que lo más grande sea tan sencillo y
natural que nadie se percate de su presencia.
Pero nosotros, los buscadores de lo que no se ha
perdido, hemos sido encontrados.
De cuando en cuando, retrocedamos al Ser y desde
allí miremos las cosas bajo la auténtica luz de los
acontecimientos.
Yo Ya Eso Así Aquí Cinco palabras de oro para
escapar de las trampas diarias y cuyo poder te
puede recordar que: Yo soy yo, que ya es ya, que
eso es eso, que así es así, y que aquí es aquí. En
ellas está grabada la verdad de todos los milenios
de sabiduría y la medicina de todos los
padecimientos. Repítelas sin perder su sentido y
descubrirás que todo eso es bello, bueno y justo.
Saludos a todos, presentes o ausentes.

ZEN LATINO: Ser genuino en la Ciudad


Por Ta Yi Li, Un Tutor del Zen Latino Independiente:
Z.L.I.
Observa lo siguiente y reflexiona:

1. El Sol en las plazas de la ciudad ilumina igual que en


un claro de bosque o en una planicie de la montaña
2. La fuerte corriente artificial de los pasillos del metro, en
las salidas, parece viento de los bosques
3. Al pasar al lado de un colegio, las voces cristalinas de
los niños jugando, parecen gorjeo de pájaros en las
mañanas
4. El olor del panal pasar al lado de las panaderías es
como fragancia de flores en los campos
5. Los colores de las frutas y de las verduras en los
mercados son como los colores de la naturaleza salvaje
6. El sonido de la campana del reloj de la plaza es como la
música interior del silencio
7. El ruido de la fuente artificial en la ciudad es como el
rumor de las aguas en las grandes cascadas. Sólo hay
que cerrar los ojos . . .
8. Ese largo pasillo subterráneo del metro por el cual
caminan diligentes miles de personas, es como la ida y
la venida de los seres en este mundo
9. Lo visible y lo invisible se encuentran en lo
VISINVISIBLE
10.La soledad del alquimista en la ciudad es
CRISOLEDAD
11.La materia para el hombre realizado es ALMATERIA
12.Los sueños del adepto es vigilia del guardia nocturno,
a quien no le es posible dormir en su puesto
13.Los números de la ciudad son acuerdos y presagios del
gran cambio invisible
14.El cielo azul entre los grandes edificios es parecido a
la salida luminosa de una gran caverna por la cual
hemos viajado toda la noche
15.El crepúsculo es la calma serena después de una
tempestad, en el mar
16.La fragancia del aire en la madrugada es el elixir de los
buscadores
17.La estrella de la mañana es la luz encontrada dentro de
su propia oscuridad
18.La estrella de la tarde, la misma estrella de la mañana,
es, a la vez, la misma luz que otros pueden ver al cerrar
los ojos
19.El arco-iris es el sello secreto de la puerta invisible de
la existencia
20.La luna llena en el cielo y en el reflejo de este charco
en la calle, es la misma luna de los poetas que viven
solos en la montaña
21.La lluvia lavando tu cara, en la ciudad
22.Una mujer embarazada pasando por delante de ti
23.Hojas caídas, sobre las cuales pisas, a cada paso
24.Perros ladrando
25.Gritos de los borrachos, en la noche
26.Las siluetas de los edificios, proyectados en el cielo
del crepúsculo
27.Palabras desconocidas de los extranjeros, en el metro
28.El callado barrendero de la calle
29.Las canciones de los músicos ambulantes, en las
esquinas de la ciudad
30.La calle solitaria, en la noche
31.La plaza solitaria y sucia de botellas y vasos de
plástico, en la mañana
32.Los niños saliendo de sus escuelas, al lado de sus
abuelos
33.Las tiendas y sus vitrinas
34.Los mendigos ambulantes y su palabrería
35.Los mendigos sentados en su lugar de siempre, y su
silencio
36.Los elegantes, tomando un paseo nocturno para
estirarse
37.Los pobres buscando comida en los basureros
38.Los niños de la calle comiendo un pan fresco en la
esquina
39.Las mujeres regresando de sus trabajos
40.Los hombres en los bares
41.Los ancianos en los bancos
42.Los turistas perdidos mirando sus mapas
43.Las frentes de la gente y sus arrugas
44.Las orejas de las personas, al lado tuyo en el metro
45.Idiomas, lenguas, jergas y discursos, mientras esperas
en el semáforo
46.Rostros, de todos los calibres
47.Manos, de todos los tamaños
48.Zapatos, de todos los modelos
49.Bufandas, cargadas de todas las maneras
50.Las tiendas cerradas para siempre
51.Avisos, de un sinnúmero de eventos
52.Pintas y firmas secretas de los jóvenes que protestan en
los muros de la ciudad
53.Anuncios y publicidad, colgados por doquier en los
muros y en las esquinas
54.Carros estacionados desde hace años en el mismo
lugar
55.Carros andando lentamente en las colas y la gente
toreándolos en las avenidas
56.Esa pareja de ancianos que andan por la calle, desde
hace años
57.Ese joven que ostenta su tatuaje
58.Esas ventanas iluminadas en la alta noche
59.Ese papel tirado en la calle

ZEN LATINO
En la Ciudad

Vivo en Barcelona. Sus calles son para mi, senderos


de montaña. Las fuentes artificiales tienen un sonido que
me trae a la memoria el ruido denso de grandes cascadas.
Los carros en la Diagonal, en su pasar incesante,
producen ráfagas de viento que me cubre la cara como
una brisa marina. Si deseo ver mar, voy a la mar, en
Barcelona. Los humanos que encuentro, son para mi,
como bestias salvajes. Andan apurados detrás de un no se
qué y un no se cuanto. Alguno que otro se molesta, por
mil causas, y comienza a ladrar, como los perros que
ladran a quienes desconocen. Los altos edificios son, para
mi, montañas entre las cuales paso, inmutable. El viaje del
poeta Basho, hace unos cuatrocientos años, es un continuo
motivo de reflexión: "el profundo norte", dice el poeta.
"El profundo norte" repito, tratando de imitarlo. Cada
momento especial de la ciudad provoca la aparición de la
poesía. Diría que en la ciudad, como en la montaña, cada
momento es especial: esa cara, esa esquina, ese árbol, esa
hoja en el suelo de cristal, esas cosas tiradas a la basura,
esos niños gritando, ese pájaro en el poste, esa lluvia que
no cesa, el Sol, la Luna, esa gente que está buscando
comida en los contenedores de los desperdicios diarios,
ese pan de las mañanas. Todo es igual que en la montaña.
Oigo voces a las cuales no presto atención: sólo me
importa su tesitura, su eco, su timbre inconfundible. Son
voces de la ciudad. En la noche, nada es distinto de la
noche en la montaña. Los borrachos gritan y sus ruidos
descontrolados parecen cantos de buhos y voces de
animales nocturnos. Considero que la montaña es una
ciudad. No distingo entre los animales y los hombres. A la
vez, para mi, la ciudad es una montaña. No veo diferencia
alguna entre sus plazas y los claros de bosque. Pero hay
una sorprendente diferencia: a cierta hora, en el
crepúsculo, el bosque y la montaña entera CALLAN . . .
Es sólo un momento, un instante sin duración<. Todo
parece congelado en el callar y la calma. Ese es un
momento crucial para todo aquel que vive en los bosques
y montañas. Y ese instante silencioso no ocurre en la
ciudad. ¿Por qué? Porque lo natural tiene un fluir que no
se percibe en el ritmo del movimiento de las cosas
artificiales. Es cierto: dentro de lo natural y lo espontáneo,
se encuentra algo de artificial y programado. Lo artificial
es sistemático y controlado, pero lo natural lo supera con
lo sorprendente y lo energético. El ZEN es un estado de
contemplación y a través del Zen se puede vislumbrar
tanto lo natural, como lo artificial. Por eso, un sujeto
solitario puede deambular en la ciudad como en una
montaña y en la montaña, como en una ciudad. La
diferencia consiste en la poesía. El que vive sin la poesía
no puede subsistir en la ciudad y tampoco aguanta en la
montaña.

Hay que ser una montaña en el medio de la ciudad.


Para subsistir en la montaña, no obstante, tienes que ser la
poesía misma, debes ser el poema. He encontrado una
vez, una ciudad en la montaña. Era un sueño, nada más.
En la montaña, o en la ciudad, el Zen Latino
percibe el flujo del devenir pasando a través de las cosas,
seres, criaturas, hechos y objetos. El Ser que contempla
todo eso no está tocado por la impermanencia. Se queda
callado tras el escenario del mundo, inmerso en el mundo
y, a la vez, fuera de él. ¿Cómo puede ocurrir ese doble
estado? A través del RETORNO, un retorno hacia la
perspectiva del Ser. Retrocede lentamente hasta el Ser.
Desde allí, contempla lo que ocurre alrededor y, sin hacer
juicio alguno, permanece en la calma motora, el
movimiento del Ser. Es Zen Latino. A propósito de ello,
escribí el siguiente poema:

Con el Zen Latino,


Adivino,
El presente.
Vino,
De los poetas, vino,
Embriaga mi Ser.
Soy Nadie,
Un sujeto anodino . . .
Dante Carbonela, apellido de letras mezcladas, en
Barcelona.

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