CONFERENCIA DICTADA EN EL COLEGIO NACIONAL DE GUERRA Asunción, 21 de mayo de 1997 Al hablar sobre este tema, mantenido en incomprensible silencio por todos los académicos y politólogos me siento como un personaje de teleteatro barato, de esos que en el capítulo cincuenta o cien el personaje llama a uno de sus hijos y le dice: “Voy a contarte un secreto : tu, hijo mío, no eres mi hijo sino hijo del tío del cura y tu madre no es mi esposa, sino la esposa de tu hermano mayor”!. Y mi desconcierto aumenta cuando constato que tengo que ser yo, un Ministro de la Corte Suprema de Justicia, quien tenga que tocarles el tema que debería ser de interés fundamental de los políticos. Pero en este punto me consuelo: si fuera político no podría hablarles hoy sobre este tema, porque todos los políticos se hallan en carrera electoral y este es un TEMA TIPICAMENTE POST ELECTORAL, como podrán constatarlo mas adelante y como podrán imaginarse recordando los casos de Menem, en la Argentina, y Cardozo en el Brasil . Nadie nos habla de los riesgos de la democracia, salvo por supuesto para salirnos con el “cuco” del “golpe de estado”. Y ese peligro existe, pero es un peligro que amenaza a cualquier tipo de gobierno. En realidad según las estadísticas actuales, citadas por Huntington en un trabajo sobre las relaciones cívico militares, los golpes de estado sólo tienen éxito en los países con un ingreso per cápita menor a 1000 dólares por persona por año, se realizan pero fracasan en la franja de 1000 a 2500 dólares (en la cual se halla nuestro país) y casi nunca se habla de ellos en los países de mas de 2500 dólares per cápita. A veces somos tan cándidos como para creer que el periodo de Rodríguez, fue de transición, el de Wasmosy de consolidación y en el próximo periodo seremos una democracia rancia y estable como la norteamericana. Esto está lejos de ser realidad. Pero ese no es el tema de esta conferencia: todas las democracias, incluso la norteamericana tienen un problema intrínseco, inseparable de sistema democrático y que es necesario enfocar con realismo si se quiere salvar este sistema. En realidad salió a la vista , primero, en los países pos industriales , luego que en año 1968 se presentaran las crisis estudiantiles de Paris y de Mexico y que aumentaran el activismo judicial para defender los derechos de las minorías en los Estados Unidos y las grandes manifestaciones pacíficas de protesta de los años 60 y 70. En ese clima , en 1975 Michel Crozier, Samuel Huntington y Joji Watanuki elaboraron un informe para los gobiernos de tres países occidentales (Japón, Estados Unidos y Francia), en el cual se hacía un diagnóstico de los problemas y causas que desde su perspectiva se constituían como centrales para el desempeño eficaz del gobierno y de la economía en las sociedades occidentales postindustriales con regímenes políticos democráticos. Esta posición fue inmediatamente etiquetada como la visión "neoconservadora" y por tanto anatemizada y no estudiada. En este reporte, Croizier, Huntington y Watanuki, concluían que después de un periodo relativamente "exitoso" de consolidación democrática y desarrollo económico (que coincidió con el ascenso y desarrollo del Estado de Bienestar que surgió de las políticas iniciadas por Franklin Delano Roosvelt y las medidas de política económica basadas en las doctrinas de Keynes ), las sociedades occidentales postindustriales enfrentaban problemas que impedían el funcionamiento eficaz de los gobiernos democráticos. Dichos problemas eran, en síntesis: 1) La búsqueda de las virtudes democráticas de igualdad e individualismo han llevado a la ilegitimación de la autoridad en general y a la pérdida de confianza en el liderazgo. 2) La expansión democrática de la participación y compromiso políticos han creado una `sobrecarga' en el gobierno y una expansión desbalanceada de las actividades del gobierno, exacerbando las tendencias inflacionarias en la economía. 3) La competencia política, esencial a la democracia, se ha intensificado, llevando a una disgregación de intereses y a una declinación y fragmentación de los partidos políticos. 4) Las respuestas del gobierno democrático al electorado y a las presiones sociales han llevado a un provincialismo nacionalista en la forma en que las sociedades democráticas conducen sus relaciones exteriores. De manera más específica, Huntington relaciona, para el caso estadounidense, la crisis de gobernabilidad con el grado de participación. Para él, estas relaciones llevan a una suerte de círculo vicioso donde, a) El incremento de la participación política lleva hacia una mayor polarización de la sociedad; b) El aumento de la polarización produce desconfianza en las instituciones y la sensación entre los individuos de una creciente ineficacia política; y c) Esta sensación conduce a su vez a una baja en la participación. Para los autores, el corazón del problema radica en las contradicciones inherentes relacionadas con la gobernabilidad de la democracia. Afirmaban que "gobernable" y "democracia" son conceptos en conflicto. "Un exceso de democracia significa un déficit en la gobernabilidad; una gobernabilidad fácil sugiere una democracia diferente". Para ellos, en consecuencia, era necesario restablecer el equilibrio entre el ejercicio del poder y la distribución de responsabilidades, en el marco de la preservación de un régimen democrático: La restauración de este equilibrio requiere medidas que alinearán la distribución del poder con la distribución de la responsabilidad. Aquéllos que han adquirido nuevo poder, como son los medios de comunicación, los sindicatos, los intelectuales y los tecnócratas, deben ser inducidos a usar ese poder en una forma responsable. Aquéllos que han tenido la responsabilidad de la toma de decisiones en gabinetes, parlamentos y partidos políticos deben tener un poder proporcional a su responsabilidad. Las demandas constantemente crecientes sobre el gobierno por grupos de la sociedad y la necesidad del gobierno constantemente creciente de manejar las interrelaciones de una sociedad compleja, requieren de un incremento de los recursos materiales y de la autoridad política a disposición del gobierno. El informe de Croizier, Huntintong y Watanuki, sacó a luz unos problemas verdaderamente escandalosos alrededor del sistema democrático: ¿son compatibles los múltiples desafíos de una sociedad cada vez más compleja y diferenciada con las formas democráticas de gobierno? ¿Qué relación existe entre el grado de gobernabilidad y el grado de democracia en la sociedad moderna? Más aún: ¿sigue siendo la democracia liberal una forma adecuada y suficiente para resolver las tensiones entre eficacia y legitimidad gubernamental, y métodos democráticos de participación? Por otro lado, la experiencia de los países latinoamericanos y de las nuevas repúblicas del este de Europa demostró que no se trata de un problema reducido a los regímenes democráticos postindustriales, sino que surge también ligado a las nociones de la democracia liberal (o liberal-democracia) asociadas al desarrollo y crisis del modelo del Estado benefactor o incluso con independencia de este último como se puede ver en países pobres africanos o Haití. En tal sentido, las tensiones entre dos conceptos conflictivos, como son "gobernabilidad" y "democracia", no han desaparecido del debate público sino que se han precisado sus alcances e implicaciones al filo del siglo XXI. Varios problemas señalan este fenómeno en la América Latina de los últimos años: El caso del ineficaz manejo gubernamental de la economía argentina de Alfonsín a partir de las elecciones de l987, que desembocó en la debacle hiperinflacionaria de mediados de l989, con sus secuelas de crisis y protesta social, asalto a comercios y violencia callejera. Un segundo ejemplo, cercano al anterior y que se ha venido reiterando con diferente intensidad en varias sociedades latinoamericanas es el del llamado "caracazo" de l989, cuando numerosos contingentes de pobres urbanos, habitantes de la periferia de la capital venezolana protagonizaron episodios de violencia social en protesta por largos rezagos y desoídos reclamos de trabajo, seguridad y servicios sociales mínimos a lo que deben agregarse repeticiones del mismo tema en varias provincias argentina. Otro caso agravado por la violencia guerrillera de Sendero Luminoso y otras fuerzas sediciosas, fue el de Perú; en este caso, desde fines de l99l y principios de l992, la tensión entre el poder ejecutivo, a cargo de Alberto Fujimori, y el parlamento, dominado por los partidos de oposición, desembocó el 4 de abril de l992 en una acción en la que el presidente Fujimori, con apoyo de las fuerzas armadas, disolvió el Congreso. Tambien se debe citar, porque no se trata de condenar moralmente sino de calificar los hechos que constituyeron situaciones de ingobernabilidad nos lo proporcionan los casos de derrocamiento de los presidentes constitucionales de Brasil, Fernando Color de Melo (Septiembre de l992) y de Venezuela, Carlos Andrés Pérez (Mayo de l993) quienes fueron separados de sus cargos en medio de denuncias generalizadas de corrupción y tráfico de influencias, las cuales acabaron minando su poder político. Por supuesto , tambien debemos citar la destitución de Bucaram , sea o no loco, pues ya lo era al hacer su campaña . De este modo, el manejo ineficaz de los asuntos económicos, la incapacidad o la desatención para responder a elementales necesidades sociales, las tensiones institucionales en el interior de los poderes de la democracia, la irrupción de la violencia (ya sea social y desorganizada, con base en estructuras o movimientos rebeldes, o animada por los poderes invisibles del crimen organizado), y la erosión de la legitimidad democrática debida a episodios reiterados y manifiestos de corrupción política y enriquecimiento ilícito de funcionarios gubernamentales, han sido algunos factores típicos que provocaron situaciones de "ingobernabilidad" en los países latinoamericanos en los últimos años. Así pues no se trata de un problema de los países pos industriales de los años setenta. Se trata de una endemia que aqueja a muchas democracias. Y ya que hablamos del tema: no eludamos la pregunta de fondo: ¿Se trata de un problema propio de la democracia? Así es según Norberto Bobbio, y otros autores modernos. La autocracia o dictadura tiene otros problemas, más serios que el de la gobernabilidad, pero el peligro de “ingobernabilidad” es propio de las democracias. Eso sucede porque la democracia aumenta vertical y horizontalmente la participación política de un número crecientemente mayor de ciudadanos en organizaciones múltiples que representan intereses variados, lo que desafía constantemente la capacidad gubernamental para dar respuesta a tan variados y muchas veces contrapuestos intereses. Los regímenes autocráticos, en contraste, no requieren de participación intensa, sino que reducen al mínimo los procesos de intervención ciudadana en las decisiones públicas. En esto no debemos confundir DEMOCRACIA CON LIBERALISMO. La democracia aumenta la PARTICIPACION EN EL PODER. En ese sentido el corporativismo y el justicialismo fueron parte histórica del crecimiento de la participación popular a pesar de ser movimientos autoritarios. El liberalismo en cambio LIMITA EL PODER DE LA GENERALIDAD para proteger al individuo. Los dictadores del siglo XX se opusieron férreamente al LIBERALISMO y recogieron –paradójicamente – la tradición democrática al incorporar (aunque sea para beneficio propio) a los sindicatos, las corporaciones y los campesinos antiguamente marginados a la esfera de decisión de sus intereses. Mientras hacían esto violaban toda clase de derechos humanos y reducían al mínimo el ámbito de la libertad individual. Por eso algunos autores señalan que nuestro sistema, llamado democracia liberal, está compuesto de dos elementos que pueden ser considerados contrapuestos o contradictorios. Lo que Huntington y otros neoconservadores hacen no es discutir el ámbito de la libertad individual sino, por el contrario, discutir el efecto positivo del exceso de pluralismo y de participación. Es decir (usaron esta expresión expresamente) el “exceso de democracia”. Desde esta perspectiva, Bobbio señala tres grandes problemas de la gobernabilidad democrática: 1) Desproporción entre las demandas sociales y respuestas gubernamentales; 2) Relación entre complejidad social y conflictualidad; y 3) Distribución, dispersión y difusión del poder en las sociedades pluralistas.
El primero de ellos tiene que ver, a la vez, con la CANTIDAD de demandas
sociales y la capacidad de respuesta estatal, y con LA VELOCIDAD con que
esos procesos se articulan. Es claro que la acumulación y velocidad de las demandas de la sociedad superan las capacidades y la velocidad de respuesta del aparato político-administrativo del Estado democrático. Es imposible satisfacer ya y completamente a los campesinos, los consumidores, los obreros y los empresarios al mismo tiempo. Es un problema que podemos comprender con una metáfora: el embudo. . También se puede usar directamente la metáfora de la botella (frecuentemente utilizada, como “embotellamiento”, “cuello de botella” etc.). Todo referido a la CAPACIDAD DE RESPUESTA DEL ESTADO. El embudo tiene una boca de entrada y un cuello de salida. Si se aumenta desproporcionada mente la boca de entrada, el líquido que se desea introducir en el frasco se atora y sobrepasa la capacidad DE SALIDA. Este enfoque, el de la SOBRE CARGA DE LA DEMANDA SOCIAL sobre la escasa capacidad de respuesta del estado, en el espacio y en el tiempo, ha hecho que coincidan en nuestra época, EL NEO CONSERVADURISMO Y EL NEO LIBERALISMO. Concretamente : ¿cómo es posible que el sistema económico y social de Pinochet sea el mismo que el de las democracias que lo siguieron? . Pues bien: la idea básica es que el ESTADO DE BIENESTAR (como se llama al sistema estatista en materia económica y social) se atora (siguiendo con la imagen del embudo y la de la botella) cuando se lo hace responsable de mas y más peticiones del pueblo. Entonces, no se necesita ser democrático para comprender que suprimiendo la obligación del estado de dar mano de obra en empresas deficitarias y dirigiendo esta actividad hacia el sistema de mercado disminuye convenientemente la CANTIDAD DE ENTRADA DE LA DEMANDA SOCIAL DIRIGIDA AL ESTADO. Pinochet llegó a algo más: a privatizar la parte social (la carga social de los seguros de asistencia médica y jubilación). En su caso por supuesto , no pensó en absoluto en el interés de los trabajadores ( aunque se pueda demostrar que el sistema funcionó ) , se trata nuevamente de disminuir la SOBRECARGA DE ENTRADA de para evitar el “embotellamiento” , el “cuello de botella” pasando a otras instituciones esta pesada parte de la demanda . Es importante que sepamos también que cuando los Estados Unidos o algún país europeo presionan a favor de las privatizaciones pueden estar, en algunos casos, defendiendo intereses de sus empresas, pero también está detrás, tácitamente , el temor de que la poca capacidad de respuesta del estado en los países subdesarrollados , produzca , por exceso ,una saturación y un desequilibrio que lo lleve a un retorno autoritario. COMPLEJIDAD Y CONFLICTUALIDAD El otro tema arrimado por Bobbio es el de “ la relación entre complejidad social y conflictualidad” que yo llamaría mas claramente el aumento de conflictos producido por la mayor complejidad del sistema democrático participativo. Por supuesto es mucho mas simple que el “leca” lo resuelva todo. Y un problema resuelto bien o mal suena en los no afectados como una solución. Un problema abierto, no resuelto, molesta a la conciencia pública y desprestigia a las autoridades encargadas de solucionar los problemas. Nuevos actores demandan satisfacción de nuevas necesidades, ya sea por los canales tradicionales de negociación política)partidos, sindicatos, organizaciones empresariales) o por la vía de nuevos movimientos sociales, lo que aumenta el riesgo de los conflictos y la formación de disensos que no encuentran salida en las fronteras del sistema político. Esto agravado por la situación real de los países. Durante la segunda mitad del siglo XX se mantiene un descomunal crecimiento de la población, y aumenta desmesuradamente la expansión de las necesidades y demandas básicas como son: empleo, alimentación, vivienda, educación y salud; en algunos países, el crecimiento se desacelera y amenaza volverse en estancamiento o regresión. La situación de extrema pobreza afecta hoy a la tercera parte de la población latinoamericana, que subsiste con ingresos inferiores a un dólar por día por persona. El 20% más pobre de la población recibe menos del 4% del ingreso, en tanto que el 10% más rico recibe más del 30%. Por ello, uno de los grandes retos que enfrentan los países latinoamericanos radica, precisamente, en alcanzar la justicia Social, para lo cual es indispensable crear riqueza y que esta sea bien y equitativamente distribuida. Imperativa es la elevación del nivel de vida de millones y millones de latinoamericanos. ¿De que sirven la democracia y la libertad si se está hambriento y se es ignorante? Este es un argumento indiscutible y el problema se hace complejo cuando, debido a la mayor participación en poder, todos tienen oportunidad de peticionar y exigir la solución de sus problemas. Finalmente, Bobbio señala que el tercer factor tiene que ver con la difusión y dispersión del poder en los sistemas políticos democráticos. Merced a la dinámica participativa y de representación que exige la democracia liberal, el poder se encuentra distribuido de manera horizontal y vertical en la sociedad y el régimen político. Si bien es cierto que el gobierno centraliza una gran cantidad de poder, sólo lo hace por tiempos específicos y bajo reglas determinadas. En última instancia, la sociedad puede revocar ese mandato por la vía electoral y redistribuir el poder en otro gobierno y con otros actores sociales. Desde una perspectiva semejante, Sartori afirma que es un hecho que "todos los gobiernos democráticos se encuentran sometidos a un proceso de pérdida de autoridad y trabas por causa de las múltiples demandas a las que no se puede dar cauce". Ello explica que vivamos una suerte de "democracia embotellada", acosada por presiones de diversa índole, caracterizada por la escasa capacidad de gobierno, es decir, "por la poca resistencia ante las demandas y por la insuficiente capacidad para adoptar decisiones y llevarlas a cabo". REACCIONES ANTE LAS TEORIAS DE LA GOBERNABILIDAD
La teoria de la gobernabilidad propuesta por la Comisión Trilateral fue
rápidamente combatida desde las posiciones del liberalismo democrático y de la nueva izquierda. Los primeros, reconociendo el problema del desempeño estatal y la sobrecarga de demandas al sistema político, se orientaron a fortalecer las virtudes pluralistas-representativas de la democracia y a repensar el concepto de la autoridad política democrática operando en el seno de un sistema económico de mercado. En el otro caso, desde la izquierda, el neomarxismo atribuyó a la crisis de legitimidad del sistema político del capitalismo la causa principal de los problemas de ingobernabilidad que se presentaron desde la década de los sesenta. A raíz del informe, las posiciones se expresaron en dos dimensiones: la teórica y la política. En la primera, se pueden distinguir las que se orientan a una visión "sobrecargada" del Estado y las que se orientan a argumentar la crisis de legitimidad estatal y del sistema político: Los teóricos del Estado sobrecargado argumentan que la forma y el funcionamiento de las instituciones democráticas son en la actualidad disfuncionales para una regulación eficiente de las cuestiones económicas y sociales. Por el contrario, los teóricos de la crisis de la legitimidad sostienen que hay que centrarse en las relaciones de clase y en las limitaciones que impone el capital a la política para poder establecer unas bases adecuadas para la comprensión de las actuales tendencias de la crisis. En lo que respecta a la dimensión política, también se proponían, en general, dos tipos de soluciones: la neoconservadora, y la liberal-socialista. La primera sugiere que, dado el exceso de cargas y tensión en el gobierno, lo que se requiere es disminuir las expectativas de los ciudadanos, que haya menos participación política y que se desmantelen, al menos parcialmente, los servicios sociales del gobierno. Los liberal-socialistas, por su parte, concluían que la solución radica en una mayor participación, una mayor compenetración del gobierno en los servicios sociales y su suministro, y una mayor centralización gubernamental. QUE POSICION DEBEMOS TOMAR NOSOTROS ANTE ESTAS DOCTRINAS Primero, por supuesto, conocerlas y no asustarnos , porque si observamos lo que ha ocurrido en el mundo durante los últimos veinte años, resulta paradójico que los riesgos advertidos por los autores del informe se hayan materializado abrupta y dramáticamente en el sector no capitalista y no democrático del globo: el del socialismo real. Ahí, a fines de la década de los ochenta, se materializaron todos los demonios y fantasmas de la ingobernabilidad política y el desastre económico que los autores del informe auguraban sombríamente a las democracias occidentales. Éstas, por el contrario, han fortalecido su posición en el mundo. La democracia es hoy un valor en sí mismo y una forma deseable o perfectible de gobierno, y la gobernabilidad se ha vuelto un problema de grado, no un problema dicotómico. La creciente y acelerada diferenciación y complejidad social sigue constituyendo, sin embargo, una cuestión que desafía constantemente la regulación estatal o gubernamental de los conflictos. El riesgo de la ingobernabilidad, sin embargo, sigue estando presente en el horizonte de la democracia. Aunque se han acotado los límites del riesgo vía mecanismos sistémicos, vía negociaciones y mediaciones entre los gobiernos y la sociedad, o vía la reglamentación del pluralismo), lo cierto es que sigue siendo un fenómeno perfectamente posible en la medida en que la conflictualidad se ha consolidado como un rasgo inherente a las sociedades democráticas. El alcance de sus efectos, ) PERO AL REVES DE LOS SOMBRIOS PRONOSTICOS perfilados por el reporte de Crozier, Huntington y Watanuki , parece ser también un problema manejable y limitado dado la enorme difusión y distribución del poder político en las sociedades occidentales contemporáneas. Pero la conclusión tal vez más importante que se puede extraer del debate posterior al reporte a la Comisión Trilateral, tiene que ver con los paradigmas de gobernabilidad en las democracias occidentales. Visto a distancia, el mérito mayor de ese reporte fue el de atestiguar el fin de un paradigma de gobernabilidad asociado a un modelo de funcionamiento estatal y del sistema político (el ESTADO DE BIENESTAR). Los años subsiguientes han sido de búsqueda de un nuevo paradigma de orden político y de gobierno en la sociedad, que permita construir los consensos y disensos básicos en una sociedad de mercado conflictiva, compleja y plural. Incluso en nuestros pequeños países en transicion democrática . No me refiero , por supuesto , a esta época electoral .Lo que estoy diciendo es que todos los partidos y alianzas tienen que saber que cuando tomen el poder , como gobierno o como oposición , necesitarán NO SOLO UN PLAN DE GOBIERNO SINO DE UN PLAN Y UNA AGENDA DE GOBERNABILIDAD manejada con persistencia y flexibilidad. Ese PLAN DE GOBERNABILIDAD no puede rechazar la teoría del alivianamiento de la sobrecarga producida por las EMPRESAS ESTATALES (sean o no deficitarias ) . No se pueden invocar principios doctrinarios para oponerse a las privatizaciones referidas a empresas como Vallemí y Acepar que en nada se relacionan con las funciones subsidiarias del Estado (salvo, por supuesto, para las elecciones como les pasó a Menem y a Cardozo). Es muy posible que si se estudia con la cabeza fría se llegará a soluciones similares con respecto a ANTELCO y de ANDE y CORPOSANA aunque, por supuesto, ello no implica que se acepte un modelo único de privatización y que este modelo tenga que ser siempre favorable al bolsillo de “ los amigos”. Cuando hablo de la ANDE por ejemplo, no me refiero necesariamente a la privatización de la producción ( Itaipu y Yacyretá ) sino a la distribución que bien podría ser realizada por cooperativas o incluso sociedades anónimas regionales, o sociedades mixtas con participación de las Gobernaciones o municipios. Un Estado liberado de la sobrecarga innecesaria, deberá en cambio crecer para hacer cargo a sus funciones propias como las relacionadas con la salud y la educación y calificación de la mano de obra. Esto no es NEOLIBERALISMO, es sentido común. Es como un hogar en el cual el Padre, a punto de ir al manicomio, los reúne a todos y dice lo siguiente: yo no puedo aguantar más. En esta casa todo el mundo trabaja y todos tienen que tomar parte de la responsabilidad. Mamá tiene todo el derecho de comprarse ropas pero deberá colaborar también para las ropas de los demás.Pepito, que ya es abogado, si quiere seguir viviendo en casa , tiene que contribuir para la comida y la limpieza . Etc. Una solución relacionada también con los problemas DE ENTRADA es una mayor y mas efectiva DESCENTRALIZACIÓN y el consiguiente otorgamiento de responsabilidades a los GOBIERNOS LOCALES. Luego están los métodos de SALIDA. Repasando, los de ENTRADA, son los que alivian la sobrecarga de demandas al Estado en proporción a su capacidad de respuesta en el tiempo y en el espacio. Los de SALIDA son los que se relacionan con un MEJORAMIENTO DE LA CAPACIDAD DE RESPUESTA DEL ESTADO, SU MAYOR EFICIENCIA Y MEJOR ORGANIZAN Y PLANIFICACION ESTRATÉGICA. Si no nos planteamos seriamente estos problemas y no les damos solución podremos decir sin dudas que nuestra democracia corre peligro. Y en eso corremos peligro todos. Y por supuesto también las fuerzas armadas.