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LA PATRIA:
CONCEPTO Y PERSPECTIVA
FUTURA
Sevilla
4 de Marzo de 2.006
INDICE
MATERIAS PÁGINA
1.- Nación……………………………………………………………………………1
3.- La Corona………………………………………………………………………...5
BIBLIOGRAFÍA…...…………………………………………………………………12
LA PATRIA: CONCEPTO Y PERSPECTIVA FUTURA.
1.- NACIÓN:
Para que exista la Patria es necesario que primero exista lo que se llama una
Nación.
La Familia católica es Sagrada desde el punto y hora que está bendecida por el
Amor de Dios para con quienes la conforman. Dentro de ella, y gracias a los valores
morales y espirituales, el hombre y la mujer se dignifican como personas sociables.
Cuando las familias se agrupan para vivir en un mismo lugar se forman los
barrios, que en muchas ocasiones tienen un origen gremial dependiendo de las
profesiones ú oficios de los cabezas de familia que los constituyen.
Las Asociaciones de Vecinos, las Peñas y las Tertulias tienen su nacimiento
dentro de la propia vida social de los barrios.
Así pues, la afinidad natural entre Municipios viene determinada más por la
COMARCA que por la Provincia.
La vida comarcal viene determinada no sólo por el aspecto económico del que
parte su origen, (como por ejemplo la constitución de Comunidades de Regantes), sino
que homogeneiza a su vez otra serie de aspectos de diversa índole como pueden ser la
creación de Partidos Judiciales, el Patronazgo de una determinada devoción popular
sobre la zona, etc.
Este no es el único carácter que la define ya que para que exista realmente la
Nación se necesita que esa confederación fructifique en el tiempo, creando una
Historia común que funda los espíritus regionales en un cierto decálogo y en un cierto
símbolo que impere sobre las voluntades individuales, estableciéndose así una
comunión espiritual que refuerce la unión. (2)
Una vez dado el primer paso que no es otro que la definición del término
NACIÓN, a continuación pasaremos a esbozar brevemente los antecedentes históricos
que dieron lugar al nacimiento de España como tal.
Así, Isabel I de Castilla, por el hecho de ser reina de Castilla, lo era a su vez de
León (reino que abarcaba todo el noroeste peninsular), de los llamados reinos de taifas
(Sevilla, Córdoba, Málaga, Almería y Jaén), del Principado de Asturias y de Canarias.
Por su parte, Fernando V de Aragón, por el hecho de ser rey de Aragón, lo era a
su vez de Navarra, Valencia, Cataluña, Rosellón, Cerdaña, Baleares, Córcega, Sicilia y
Nápoles, del Condado de Barcelona y del Señorío de Vizcaya.
3.- LA CORONA:
Hemos visto que el Rey de la Nación lo es a su vez por ser Rey de los reinos que
después devinieron en Regiones, y lo era tanto de la una como de las otras por Derecho
propio.
Este Derecho indubitable fue aceptado por las regiones por lo evidente de su
origen de forma que, a pesar de que no todos los pueblos de la península ibérica
tuvieron el mismo origen, ni la misma historia, ni la misma lengua, ni las mismas
costumbres; a partir de la unificación de España como Nación, sí tuvieron en común la
misma Monarquía porque, además de ser la Monarquía de la nueva Nación, era también
la propia de cada región considerada de manera aislada.
Hasta este momento hemos visto el nacimiento de España como Nación debido a
la confederación de regiones que buscan un fin común y al abrigo de una Monarquía
común a todas ellas aglutinante de la autoridad política y administrativa.
Es por eso que la Tradición obliga en cierto modo al mantenimiento del carácter
histórico de cada nación con las mejoras evolutivas que la ciencia y el conocimiento
humano logre con el transcurso del tiempo, siempre que estas mejoras vayan en
consonancia y respeten la Ley Natural y la Ley de Dios.
Estos dos lazos hacen que la PATRIA no sea sólo el lugar donde nace y vive el
cuerpo, sino la atmósfera de la religión y moral en que respira el alma; no sólo la tierra
que pisamos, sino los recuerdos, las glorias, las tradiciones, las grandezas y desventuras
que han llegado a formar de todos los españoles una gran familia. El espíritu común,
basado en la unidad de creencias y revelado en una historia general independiente,
constituye la Nación. Y la conciencia y el sentimiento de la Nación es la Patria. (3)
PATRIOTISMO es otra cosa. Es sentir todos y cada uno de los valores físicos y
espirituales que conforman la Patria, haciéndolos propios de manera que sean una cosa
indivisible con la propia naturaleza humana.
El Patriota debe conocer sus orígenes, su Historia, sus tradiciones, sus glorias y
sus infortunios; debe formarse hasta el fin de su vida y estudiar todo cuanto concierne a
su Patria porque tiene la obligación de conocerla. Debe conocerla para poder llegar a
amarla y debe llegar a amarla porque sólo así podrá honrarla; y honrando a su Patria
honrará a su padre, a su madre, a sus antepasados, al suelo que pisa, a su tradición, a su
Religión y a todos aquellos que fueron mártires, de una forma u otra, para hacernos
llegar el legado histórico, territorial y religioso que hemos heredado.
El Patriota tiene que tener presente que el más puro de los amores, después de
Dios, es el de la Patria. (6)
Todo esto atenta contra la Patria porque no sólo atenta contra los cuatro
conceptos que componen el espíritu patrio, sino que además atenta contra la Tradición y
ahora se están perdiendo nuevamente muchas guerras que considerábamos ganadas
porque las principales armas de la Masonería y el Liberalismo son la constancia en sus
métodos y la falta de prisa en sus acciones.
Esta acción del Ministro Bono, amparado lógicamente por la totalidad del
Gobierno y el beneplácito de la práctica totalidad de los partidos políticos, es una acción
radical propia del sistema Liberal. Mena hacía unas declaraciones de forma individual,
el Ministro lo destituía de forma personal, el Gobierno amparó la destitución por
unanimidad y los partidos políticos, de manera independiente aplaudieron la decisión.
Los Carlistas, que tenemos en nuestro trilema de Dios, Patria y Rey el santo y
seña de nuestra identidad vemos cómo constantemente se está atacando a la Patria con
la globalización, con la Unión Europea, con los nacionalismos radicales, con el ataque a
la familia, con la deformación educativa y con el escarnio y burla de nuestra Religión.
Al menos los Carlistas, como patriotas, tenemos no sólo el deber y la obligación, sino la
necesidad histórica y tradicional de defender a la Patria que heredamos de nuestros
mayores y que tantos mártires defendieron con su sangre. Y esa defensa tenemos que
comenzar a llevarla a cabo ya: desde nuestras casas educando y reeducando a nuestros
hijos, desde nuestros trabajos, nuestros círculos de amistades, nuestras Hermandades,
con formación, sin miedos y sin complejos porque nuestra mayor responsabilidad es
ofrecer a nuestros hijos el legado histórico de la Patria que hemos recibido.
¡ Viva España !
(7).- Antología de Ramón Nocedal y Romea. (Preparada por Jaime de Carlos Gómez-
Rodulfo. Colección Covadonga. Editorial Tradicionalista. –Madrid, 1.952).
(10).- Carta a Alfonso XII. (S.M. Carlos VII. –Durango, 9 de Noviembre de 1.875).