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Revisitando algunos conceptos
| continua dels acontecnienos”
“tha de las frctones de los conceptos
logra poseerios”
| Mana Zaseonano
idea de revisitar algunas categorfas de
‘que solemos hacer cuando procuramos enten-
jonamiento de las excuetas
Bn este capitulo, en este revisitar,intentaremos tetomar recorsidos
bechos por otros, pare agregar, y no como mera suma, algunas hip6tesis,
que nos permiten volver a mirar estos conceptos, intentando acercarnos a
Ja complejidad de las cuestiones que son su objeto.
‘Sabemos que, en muchas ocasi6né8,' a pesar de los miiltiples intenios
{que se realizan para abondonar principios araigados en nuestros modes de
pensor lo que nos rodea, siguen primando formas de pensamiento organi.
zadas en tomo a una légica instrumental. No hacemos un juicio negativo
sobre tz misma; entendemos, por el cont
tipo de comprensin necesaria a la hota de volver a mirar la escuela y su
‘cotidianeidad, En todo caso, la advertencia esté en que no puede abusarse
de ella, en el sentido de que no todo lo que ocurre en la escuela forma parte
del mundo objetivo, no todo obedeve a la ligica de medios y fines, ni alas“oot? eveang issn) 810 "9561
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variable.
En algunos casos, podremos encontrar un tratamiento de un tipo 0 de
‘otro 0, simplemente, simultaneos. Quizas dependers del
co, de las personas que allftrabajan, del contexto y proyecto
qué posicisn se adopte al respect.
Cuando tratamos al espacio como un objeto exterior a uno, que cada
las opera-
ciones habituales que se ponen en marcha son: la medicidn, el ediculo, la
los pasillos de cor
les, Ia emit -y Cantidad de luz, etc., y de este modo se diera por
idad, sobre todo teniendo en cuenta, como
lo por los sentidos y como si slo implicara el reconocimien-
tod un fenémeno.
Por ejemplo: la proximidad o distancia de algunos ambientes con ottos,
de algunas posiciones con otras, la superposicién de soles y tareas en
ambientes com: privacidad, la comunicabilidad que favorece 0 0
a
vez uta ditectora, al referice al espacio de su eecuela, comentaba
que ol edificio de su escuela, a diferencia de otros, fan ventaja,
4 pesar de no haber sido pensado para ser una escuela y tratarse de una
’ba en Ja distribucién de los salones alrededor
rada a un hall que, a cada lado,
arfa pri
mer grado y en la otra Ia Direccién. Asf, cuando los padres de los més
pequetios intentarun deambular por le escuela con sus hijo, esta situacién
pouifa controlarse fécilmente. También, cuando fuera necesario que estu-
vieran en la escuela o en el aula, tampoco sera diffi cor
das y salidas de las familias y cuando no mediaca
‘cuidar que eada uno dejara a su hijo en el lugar indicado y lo
stumpir el desarrollo de otras actividades de Ia
jeran llevando a cabo en otros espacins.
spacio de Ia escuela puede ir
nando menor 0 mayor funcionalided. C
wee .s pueden aparecer desde sus relatos a merced de los
és, como stmermara su capacidad de isponer de ellos.
.y més allé de un juicio apresurado al respecto,
instane
zados en tomo a una T2261
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no como un objeto recortable que
‘como un espacio en el cual se
Es decir que en este caso el espacio es mucho
ims que algo para vivenciar.Sl ace
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problemas de comunicacién entre los adultos: etc, entre tanto
Es posible pensar que esos espacios-lugares, en tanto pantalla o depé-
sitos, adquieten Ia cualidad de adversos*, pero no en el sentido de lo que
cesté mal, ni de lo que se asocia a una dificultad o a una imposibilidad
se trata de ura cuatidad o atributo que asume ese lugar, que puede
asociarse con la respuesta a algo que ocurre en lo cotidiana de lo escolar y
se opone o contrarfa lo esperado, lo conocido, Jo establecido, Para algunos,
Ja adversidad como atributo en el espacio se vive como algo erénico: fue,
sy serd siempte de 1a misma manera, al modo de un destino inexorable.
ara otros, la adversidad, en tanto fuerza que contrarfa Jo‘esperado, puede
‘aleanaar a cada uno y al es:ablecimiento en algiin momento de la historia
de cada organizacién como resultado no de su decadencia, sino, justamen-
te, de su finitad y contingencia’ to cual ya sefialamos en otro eapttulo,
Los ejemplos presentados también pueden recibir una lectura desde
otra el al espacio como un lugar en el
‘que cada un ‘cuir desde las historias com
partidas. desde vas. desde la experiencia cosechada,
desde Ias novelas institucionales. Esta inscripeién en un relato comparti-
do, este estar alojado en una dinémica de funcionamieito contextual
es i ace de wn espacio, un lugar,
de lugares requiere de
nes que responden a algo dado neturalemen-
te, Unas fuerzas se enfrentan a otras, porque, precisamente, el lugar puede
146,
espacios y lugares como operacién
nb
“Tal como lo seftala Mundo (2003:58), desde los planteos que se derivan
de la obra de Heidegger; el habitar es un problema que atraviess a las
sociedades y @los grupos,
el desaffo de poner
jende la relacién enue medios y
ineales.
indo, volver a mirar el espa-
cio escolar en tanto Iugar impl convergencia de varias,
hipstesis. No supondrfa caracterizar el est la escuela para
Juego pregumtarse pot las relaciones que allf se tejen, plantearia mis bien
a necesidad de advertir que esas relaciones pueden leerse también de otro
modo. :
‘Si bien esa lectura no seria incorrecta en algtin sentido, es
ademés, pensar como el mismo habiter y el tejido de esas relaciones son
cen si mismos maneras de hacer ese espacio. Desde aqui, porque hay escue-
Ja, hay lugar; a escuela misma es un lugar.
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