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IX
Esta inclusión-exclusión tiene una historia tan larga (o tan corta) como la de la historia
del desarrollo de las NTIC. Fundadas en los avances de las matemáticas binarias
-codificadas por Leibniz en el siglo XVII-, la tecnología asociada a ellas por el uso
conmutado de 0 y 1, tras el dominio de la energía eléctrica y las aplicaciones de esos
descubrimientos a la robótica y cibernética, posibilitó el surgimiento de ordenadores y
posteriormente, otros artefactos como la TVDT y satelital, celulares, Iphone, Ipods,
MP3, MP4 y otros nómades.
El propio concepto de “inclusión digital” nos otorga las primeras pistas respecto del
sentido de la proposición: si es necesario “incluir” algo, es que, o ese algo ya está
excluido o potencialmente se aprecia el peligro de que lo esté. Hay pues, en su base,
un sentido de preocupación integradora, que respondería a una inquietud de igualación
de oportunidades, frente al avance de una determinada fuerza productiva, tal como
1 Nuevas en el sentido de Coll y Martí, desarrolladas a partir de los avances en ambos campos desde la
revolución digital para el transporte de datos, pues se pueden incluir como tecnologías de comunicación e
información antiguos artefactos como los libros, la imprenta, radio, teléfonos y TV analógica, “Las NTIC en
la Educación Escolar: Desarrollo Psicológico y Educación, Vol II - Cap 25, César Coll y Eduardo Martí”.
ocurrió con la imprenta, que impulsó en el siglo XV la publicación más amplia de libros
–y por consiguiente la lectoescritura-, medio que hasta ese momento no eran sino
incunables producidos artesanalmente por ordenes eclesiásticas y que se difundían,
intermediados por la Iglesia Católica, según las hermenéuticas oficiales, de viva voz y
presencialmente en los púlpitos de Europa y otras áreas del mundo.
La inclusión así definida apunta recién a una primera fase, cual es la promoción para la
instalación, a nivel mundial, tanto de las redes de comunicación de cables o wireless,
que hacen posible la operación de los millones de nodos que ésta une, como de los
propios artefactos tecnológicos que, en la forma de ordenadores, celulares, E-radios,
Ipods y demás adminículos fijos y nómades, son parte de la malla universal de cables,
parábolas y satélites conectados a la Internet.
Sin embargo, inevitablemente tal infraestructura debe ser “adoptada”, porque los
conocimientos científicos y las técnicas que posibilitaron la fabricación de estos bienes
son legítimamente propiedad de las empresas y naciones que las desarrollaron, tras
realizar ingentes inversiones en recursos financieros y capital humano y, por
4 Segunda acepción de “adopción”, según el Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española,
XIX Edición, 1970
5Okinawa Charter on Global Information Society, Okinawa, July 22, 2000.
http://www.g7.utoronto.ca/summit/2000okinawa/gis.htm
consiguiente, exigen, por racionalidad económica, una renta para la recuperación y
utilidad del esfuerzo realizado. Asimismo, el desarrollo de las ciencias que los hicieron
posibles se encuentra en un punto en el que la ventaja de ser los primeros es
difícilmente equiparable, si las sociedades emergentes realizaran su propio esfuerzo en
tal sentido.
La cruzada tuvo éxito y en menos de una década, en los 80-90, las empresas de
telecomunicaciones, por una parte, y las de hardware y software, por otra, se
transformaron en las industrias más dinámicas del orbe (con crecimientos de sobre el
20% anual), generando un fenómeno económico de proporciones universales que aún
no concluye, pero que para el 2008 había conseguido interconectar a más de 2.5 mil
millones de seres humanos en todos los continentes, creando una nueva economía que
funda y quiebra imperios comerciales multimillonarios y que, a modo de muestra de su
explosión, produjo en pocos años las principales fortunas individuales en ambas ramas
de su quehacer: Bill Gates con Microsoft en la industria del hardware y el software, y
Carlos Slim, con Telmex en la de las telecomunicaciones, entre otros.
Sin embargo, una vez instalada la Internet y las carreteras y rutas de información que
la hacen posible, el verdadero valor de las NTIC fue transmutando desde la producción
de aparatos y conexiones que posibiliten el uso, hacia los contenidos que innoven al
interior y exterior de la red, que mejoren su usabilidad y cree comunidades científicas
y de consumidores a nivel mundial. Esta nueva dimensión del valor en Internet, la
WWW, genera dos corrientes divergentes: empresas de software que, como los
buscadores o comunidades (Google, Yahoo, Altavista, Facebook, Youtube, etc) ofrecen
servicios gratuitos, pero que aprovechan su enorme poder de convocatoria para usos
de sus bases de datos con objetivos comerciales y que llevan a estas marcas a precios
record en las Bolsas; y aquellas firmas que adhieren a la red 2.0 de intercambios y
traspasos gratuitos de softwares libres, como Linux, que generan el concepto de
copyleft y de una red cooperativa y no competitiva.
Se buscó de ese modo estimular a los gobiernos a adoptar planes y políticas que,
juntos al sector privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales, abrieran
las puertas a las nuevas tecnologías, ya no bajo el mero impulso de las fuerzas de
mercado, sino como decisión política que involucra la “solidaridad” para la integración
de las naciones pobres a las NTIC. Como presente homérico, eliminada la traba de los
recursos, el Caballo de Troya de las técnicas de los consorcios internacionales
ingresaría así a las ciudades sitiadas, por propia decisión. Finalmente, abierto el forado
e introducido el regalo, una vez dentro, la dependencia seguiría profundizándose,
porque una vez probadas, las NTIC se transforman en inevitabilidad.
6 http://www.unicttaskforce.org/perl/documents.pl?id=1385
Pero las tecnologías, como es evidente, no son “neutras”. Ellas surgen en
determinados contextos históricos y culturales, con arreglo a los específicos discursos
de construcción de realidades de las que son tributarias, según sus especiales
estructuras de poder. En un contexto de mundialización acelerada, las palabras –que
edifican la res interior de los sujetos- son más que nunca posturas ideológicas. “En
política, como en todas partes, las palabras nunca son neutras: portadoras de sentido,
a veces de contrasentido, las palabras son el vehículo de la historia de la sociedad que
las ha producido y de las representaciones del mundo de aquellos que las utilizan.
Estas representaciones son diversas, contradictorias, hasta se podría decir conflictivas,
según los actores que las formulan, los intereses y las lógicas sociales que reflejan”7.
En la Cumbre del 2003 se consolida además la idea de que las NTIC pueden ser
utilizadas como instrumento de desarrollo y el foco no se reduce solamente a la
Internet y la Web, sino a otras tecnologías de información y comunicación como la
telefonía móvil. Hay que estimular la creación de mercados para los nuevos nodos de
la red de información, por lo que a contar de ese momento “medir la diferencia de
acceso a las TIC es estudiar las divergencias entre los países desarrollados y los países
en desarrollo en lo concerniente a la introducción de diversos servicios de NTIC
(teléfono digital, teléfono celular, Internet) y de computadoras portátiles”. En la última
década. (...) “la diferencia se ha reducido visiblemente, con un progreso
particularmente rápido en el sector de los teléfonos celulares y en el uso de Internet.”
Y el 2004, el encuentro “Building Digital Bridges”8 retoma el concepto de “brecha
digital” a partir de diferencias de conectividad, pero añadiendo las velocidades de
conexión, entre el dial up y el wireless, por ejemplo. En Chile se abre por primera vez
la discusión de un “mejor ancho de banda” entre las empresas que la ofrecen y se
anuncian licitaciones de nuevos espacios de 3G (Tercera Generación) en el espectro
radioeléctrico.
Los rápidos avances de las NTIC percutan nuevas reflexiones sobre el sentido de la
“brecha digital”, en la medida que superada la fase de estar o no en la red, van
surgiendo otras barreras –ahora dentro de ella- que mantienen, o en algunos casos
acrecientan, la sensación de distancia entre la punta del proceso de desarrollo y su
cola integradora.
7Palabras en Juego: Enfoques Multiculturales sobre las Sociedades de la Información. Coordinado por Alain
Ambrosi, Valérie Peugeot y Daniel Pimienta, noviembre de 2005, C & F Éditions.
8 http://www.itu.int/digitalbridges/docs/Abstract-BDB.pdf
El concepto de “brecha digital” se sigue adaptando a los requerimientos de los
promotores de la Revolución Digital y si bien en sus comienzos se asocia a los
problemas de conectividad, muy luego surge la preocupación por el desarrollo de las
competencias y habilidades para utilizar las NTIC (capacitación y educación),
consistente con la fase más “blanda” del proceso. Más recientemente, las apreciaciones
apuntan a su papel paradigmático en la construcción del futuro de la humanidad,
algunas de cuyas dimensiones hemos estado analizando en el presente trabajo.