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Restrepo Pearanda*
RELIGION Y POLITICA: NI JUNTOS NI REVUELTOS.
Cuando se habla de religin y poltica, no vale el dicho de juntos pero no
revueltos, en Colombia no hemos entendido eso, y aun nos preguntamos por
qu somos un pas tan violento y atrasado?
No es un secreto para nadie que aunque nuestra constitucin promulgue una
separacin entre iglesia y estado, esto simplemente sea una fachada para que
sea agradable, el nivel de intervencin de la iglesia catlica por excelencia en
las decisiones en poltica que adopta el estado es alarmante, y lo ms
preocupante aun, el apoyo que recibe esta prctica por parte del pueblo, que
es el soberano.
En los ltimos aos se ha evidenciado que las decisiones de diversas
instituciones del estado en materia poltica han estado fuertemente
influenciadas por lo que predica la religin catlica, que muy lejos de ser una
religin que promueve el amor con el prjimo, promueve la pobreza, la
sublevacin, el adormecimiento de las masas y el machismo, si usted no piensa
de esta manera probablemente no sea tan culpable, puesto que desde
pequeo ha sido adoctrinado e inhibido para que piense algo diferente. Nuestra
educacin, hasta nuestra constitucin est cimentada en Dios y en sus
preceptos, es de esperarse que el lector ya haya tildado este artculo de ateo,
satnico.
En Colombia, si bien ciertos personajes de nuestro gobierno tienen ms talento
para hablar de moral y religin que un cura, ms aun, cuentan con poder para
legislar, decidir y privar de derechos a los dems, creo yo que el mayor
problema radica en el pueblo colombiano, no solo porque es quien decide
quien est en el poder, sino porque es el que enardecido y cegado justifica a
estas personas que libremente hacen aseveraciones contra lo que no est con
Dios, y es aqu cuando toco el tema del que se habla mucho por estos das: La
adopcin por parejas del mismo sexo, que horror dira mi abuela, o que DIOS
LOS LIBRE DEL INFIERNO!, o seguramente han escuchado frases como, la biblia
dice: mujer y hombre, pues claro yo tambin, porque a m tambin me dieron
religin en el colegio, y me ensearon que el sexo prematrimonial, el