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cul fue el instrumento legal que sirvi de soporte para que este procedimiento
sumario, por rpido y fulminante, se concretara. Tiene que existir una pauta
procesal para ello, de lo contrario lucira el TSJ como un lugar donde
se hace justicia a conveniencia de un grupo poltico y no como una Sede
donde esa justicia se administra adecuadamente.
Este caso debe ser visto y analizado como una pena que impuso el TSJ. Si
observamos bien, la predicha sancin no tiene un asidero legal que la sustente,
pues el principio de legalidad, insoslayable a la hora de documentar sanciones,
supone que para ello deba haber una ley preexistente y vigente, que describa
inequvocamente la conducta transgresora, as como deben estar tambin
previamente predeterminadas las sanciones que deban imponerse por la
vulneracin de la norma. Por otra parte, al buscar un ley que prev y describe
la conducta de la diputada Machado como un ilcito con la consecuencia de la
destitucin de su cargo de diputada, como sancin predeterminada en una
norma concreta y simplemente, no existen y aunque existiera esa norma, no es
posible concebir en un Estado democrtico, ley alguna que favorezca como
principio jurdico-procesal laprohibicin de defenderse la persona. Ese
derecho de defensa, que desde el comienzo de todo proceso, supone en
primer trmino la verificacin del llamado principio de audiencia. Ser odas, es
garanta bsica de las personas, para que los procesos que contra ellas se
instauren puedan
la
formulacin clsica
del principio de audiencia, nadie puede ser sancionado ni ser sometido a una
resolucin que le pueda perjudicar, sin que se le haya dado oportunidad de ser
odo en cualquier proceso, sea este judicial, administrativo o disciplinario. Si
ello ocurriese, como pareciera que en este caso sucedi, el acto que imponga
la sancin ser inequvocamente nulo de pleno derecho.