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X JORNADAS GEOTÉCNICAS DE LA INGENIERIA COLOMBIANA

RESISTENCIA DE LOS SUELOS A LA LICUACIÓN:


COMENTARIOS A LA NORMA NSR-98

CARLOS ARTURO CORONADO R., IC


Profesor Pontificia Universidad Javeriana, Cali.

GERMAN A. VILLAFAÑE R, IC, ME.


Profesor Universidad del Valle, Cali

LUIS CARLOS RÍOS G., IC.


Gerente de SAYA Ltda, Cali
.

RESUMEN:
En este documento se hace una descripción de los fenómenos relacionados con la licuación y
de la susceptibilidad de los depósitos de suelos, se presentan las recomendaciones recientes
para la aplicación del Procedimiento Simplificado, y una metodología simple para la
determinación de zonas potencialmente licuables. Adicionalmente, se muestran los resultados
de la evaluación del potencial de licuación de un sitio de la llanura de inundación del río Cauca,
para el cual se calcula el incremento y disipación de la presión poros que se espera durante el
sismo de diseño.

1. INTRODUCCIÓN
La licuación es un proceso que generalmente ocurre en arenas saturadas que tienden a
densificarse cuando son sometidas a cargas cíclicas o monotónicas. Si el drenaje es lento o
inexistente la presión de poros se puede incrementar hasta anular el esfuerzo efectivo, con lo
cual sobreviene la flotación de las partículas y la perdida de la resistencia al esfuerzo cortante.
En el suelo licuado se producen grandes deformaciones para muy bajos esfuerzos de corte, las
cuales causan daños a los edificios, puentes, líneas vitales y obras de infraestructura en
general.
En el occidente Colombiano los terrenos susceptibles a licuarse están constituidos de suelos
aluviales de las llanuras de inundación de los ríos principales como el Cauca y los afluentes de
la vertiente del Pacífico y del Atrato, así como las formaciones deltaicas, intermareales, litorales
y pantanosas (Velásquez y otros, 1996). Resulta entonces de gran importancia evaluar la
resistencia de los suelos a la licuación, para lo cual en el ámbito mundial se ha usado
ampliamente una metodología denominada procedimiento simplificado. Este procedimiento fue
adoptado por las Normas Colombianas de Diseño y Construcción Sismo Resistente (NSR-98).
Si bien el procedimiento simplificado ha marcado el estado de la práctica, también es cierto que
muchas investigaciones han permitido desarrollar modelos numéricos basados en el método de
los elementos finitos (FEM), que permiten realizar mejores predicciones del comportamiento de
las capas de suelos potencialmente licuables, facilitando la elección de soluciones de mitigación
más adecuadas. Todo esto ha ido acompañado del avance de la tecnología computacional, lo
que ha permitido el uso de software sofisticado para lograr un mejor análisis geotécnico de las
soluciones planteadas.
2. FENÓMENOS RELACIONADOS CON LA LICUACIÓN
El fenómeno de la licuación en sí mismo no es particularmente destructivo o peligroso. Solo
cuando la licuación es acompañada por algún tipo de desplazamiento o falla del terreno, resulta
destructivo para las edificaciones. Para los fines de ingeniería, la ocurrencia de la licuación no
es el factor de primera importancia, sino la severidad o la capacidad destructiva de ésta. Los
efectos destructivos de la licuación pueden tomar muchas formas, entre otras: falla de flujo,
corrimiento lateral, oscilación del terreno, pérdida de capacidad portante, asentamientos, e
incrementos en las presiones laterales sobre muros de contención.

Falla de Flujo
La falla de flujo es el tipo de falla más catastrófico causado por la licuación pues comúnmente
desplaza decenas de metros grandes masas del terreno. En unos pocos casos las grandes
masas de suelo han viajado decenas de kilómetros, a través de largos taludes, a velocidades
por encima de los diez kilómetros por hora. Los flujos pueden estar compuestos de suelo
completamente licuado o por bloques intactos de material flotando sobre la capa de suelos
licuados. Los flujos se presentan en arenas y limos sueltos y saturados, en taludes
relativamente empinados con pendientes superiores a los 3 grados (Figura 1).

Figura 1. Falla de flujo causada por licuación (Youd, 1992)

Corrimiento Lateral
El corrimiento lateral involucra el desplazamiento de grandes bloques de suelo como resultado
de la licuación. El desplazamiento ocurre en respuesta a la combinación de las fuerzas de la
gravedad y las inerciales generadas por el sismo. Los corrimientos laterales se presentan por lo
general en pendientes suaves (comúnmente menores a los 3 grados) y se incrementan en las
cercanías a un canal o un río, tal como lo indican las dimensiones de las flechas de la Figura 2.
La magnitud de los desplazamientos horizontales generalmente varia en el orden de los metros.
Las capas de suelos desplazados en general presentan fisuras, fracturas, escarpes y
hundimientos de bloques (graben). Los desplazamientos laterales generalmente afectan las
fundaciones de edificios, puentes y líneas vitales.
Un ejemplo muy claro de corrimiento lateral del terreno ocurrido en Colombia se presentó en la
población de Murindó, en el Urabá Antioqueño, ubicada en la llanura de inundación del río
Murindó, durante los sismos del 17 y 18 octubre de 1992, el cual destruyó casi todas las
edificaciones en mampostería (hospital, alcaldía, iglesia), así como las redes de acueducto,
alcantarillado y energía (Velásquez y otros, 1996).
Figura 2. Corrimiento lateral debido a licuación (Youd, 1992)

Oscilaciones del Terreno


Donde el terreno es plano o la pendiente demasiado suave para permitir corrimientos laterales,
la licuación de estratos subyacentes puede causar oscilaciones que no dependen de las capas
superficiales, la cual se manifiesta hacia los lados, arriba y abajo en la forma de ondas de
terreno. En general, dichas oscilaciones son acompañadas por la apertura y cerramiento de
fisuras en el suelo, y la fractura de estructuras rígidas como los pavimentos y tuberías (Figura
3).
Las manifestaciones de oscilaciones del terreno han sido evidentes en muchos sismos. En el de
Loma Prieta-USA (1989), en el Distrito Marina en San Francisco en extensas áreas se
presentaron roturas en las tuberías, pavimentos y aceras peatonales debido a las oscilaciones
del terreno.

Figura 3. Oscilación horizontal del terreno causada por licuación (Youd, 1992).

Pérdida de la Resistencia del Suelo de Soporte


Cuando el suelo que soporta un edificio u otra estructura se licúa y pierde su resistencia, se
pueden presentar grandes deformaciones en su interior, las cuales hacen que las estructuras
superficiales se asienten y se inclinen. Las fallas más espectaculares que se conocen por éste
fenómeno ocurrieron en el sismo de Niigata-Japón (1964), cuando algunos de los edificios de 4
pisos del Condominio Kawangishicho se giraron hasta unos 60º. Por el contrario los tanques
enterrados y pilotes pueden flotar en el suelo licuado (Figura 4).
Figura 4. Pérdida de la resistencia del suelo de soporte por licuación (Youd, 1992).

Asentamientos
En muchos casos el peso de la estructura puede ser insuficientemente para causar los grandes
asentamientos asociados con las perdidas de capacidad portante descritas anteriormente. Sin
embargo, pueden ocurrir pequeños asentamientos cuando la presión de poros se disipa y el
suelo se consolida después de un sismo. Estos asentamientos pueden causar daños aunque
menores a los producidos por fallas de flujo, corrimientos laterales o perdidas de capacidad
portante. La erupción de volcanes de arena, o mezclas de sedimentos que emanan a partir de
las capas licuadas, son una manifestación de la licuación que puede conducir también a
asentamientos diferenciales localizados.

Incrementos de la Presión Lateral sobre Muros de Contención


Si el suelo de relleno de un muro de retención se licúa, las presiones laterales sobre dicho muro
se pueden incrementar enormemente. Como un resultado de esto, el muro puede desplazarse
en el sentido lateral, cabecear o fallar estructuralmente como se ha observado en un gran
numero de rompeolas e islas artificiales durante varios sismos.

3. SUSCEPTIBILILIDAD A LA LICUACIÓN
Es importante reconocer que la licuación no ocurre de manera aleatoria y que por el contrario se
requieren ciertos ambientes geológicos e hidrológicos, y que ocurre principalmente en depósitos
recientes de arena y limo con altos niveles freáticos. Los más susceptibles están constituidos
por los depósitos del Holoceno (con una edad inferior a los 10.000 años), pero es muy raro que
se presente en depósitos de suelos de edad anterior a los del Pleistoceno. Los depósitos
recientes ubicados en deltas de canales y ríos, llanuras de inundación, depósitos eólicos y
rellenos pobremente compactados son los más susceptibles a la licuación.
Entre más reciente, suelto y saturado sea un depósito de suelos granulares, será mucho más
susceptible a la licuación. Son más susceptibles las arenas finas relativamente uniformes. Son
menos susceptibles los depósitos bien gradados con tamaños hasta de gravas, aunque éstas
últimas ocasionalmente se licúan. Son más susceptibles los suelos con partículas redondeadas
que aquellos con partículas angulares. Así mismo, los suelos volcánicos con partículas
micáceas. El contenido de finos y su plasticidad reducen la susceptibilidad a la licuación.
La licuación se ha presentado con mayor frecuencia en áreas con niveles freáticos superficiales,
a profundidades menores que 10 m. En muy pocos casos se han registrado fenómenos de
licuación en zonas con niveles freáticos a profundidades superiores a los 20 m. Igualmente los
suelos densos, incluyendo los rellenos bien compactados, tienen baja susceptibilidad a la
licuación.
Una vez se identifican las áreas más susceptibles a la licuación es posible realizar
investigaciones geotécnicas detalladas para evaluar la resistencia de los suelos a la licuación
como se indica a continuación.

4. RESISTENCIA DE LOS SUELOS A LA LICUACIÓN.


La resistencia de los suelos a la licuación se expresa comúnmente en términos de un factor de
seguridad. Este factor se define como la relación entre la resistencia disponible a la licuación,
expresada en términos del esfuerzo cíclico requerido para alcanzar la licuación, y el esfuerzo
cíclico generado por el sismo de diseño. Generalmente ambos esfuerzos se normalizan con
respecto al esfuerzo efectivo existente a la profundidad en consideración. En la mayoría de los
diseños se utilizan factores de seguridad entre 1.2 y 1.5 (FEMA 223 y 223A, 1995). El factor de
seguridad deberá tener en cuenta el tipo e importancia de la estructura y el potencial de
deformación del terreno.
A continuación se hacen algunos comentarios sobre los modelos físicos, procedimientos
empíricos y métodos analíticos que se utilizan para evaluar la resistencia de los suelos a la
licuación.

Modelos Físicos
Estos métodos requieren del uso de centrífugas o tablas vibradoras para simular la carga
sísmica bajo condiciones de contorno bien definidas. El suelo utilizado en el modelo es
remoldeado para representar diferentes densidades y condiciones geométricas. A causa de las
dificultades en conseguir un modelo con las mismas condiciones del sitio, los modelos físicos
rara vez se utilizan para estudiar la resistencia a la licuación de un sitio específico. Sin embargo,
los modelos físicos son valiosos para analizar y entender el comportamiento generalizado del
suelo y para evaluar la validez de modelos constitutivos bajo condiciones de contorno bien
definidas, como se indica en los comentarios relativos a los métodos analíticos.

Procedimientos Empíricos
A causa de las dificultades para modelar físicamente o analíticamente las condiciones del suelo
potencialmente licuable, los métodos empíricos se han convertido en el procedimiento estándar
para determinar la resistencia a la licuación. El Procedimiento Simplificado requiere calcular
dos variables sísmicas primarias que son: a) la excitación sísmica de la capa de suelo,
expresada en términos de la relación de esfuerzos cíclicos promedios (CSR = τpro / σ’vo); y b) la
capacidad de la capa de suelo para resistir la licuación, en términos de la relación de resistencia
cíclica (CRR).
En la mayoría de los procedimientos empíricos, el valor promedio de la relación de esfuerzos
cortantes cíclicos (CSR ) inducidos por el sismo se estima de los análisis de la respuesta
dinámica del subsuelo, o mediante la Ecuación 1 recomendada por Seed e Idriss (1971) y
adoptada por las NSR-98 (Ecuación H.5-14):

τ pro a σ
= 0.65 max v rd
σ 'vo g σ 'vo (Ecuación 1.)
Donde: a max es la máxima aceleración que se espera en el lugar según las leyes de atenuación,
amplificada por el efecto de sitio, considerando que los suelos no se licúan y que las presiones
de poros no se incrementan en el proceso; g es la aceleración de la gravedad; σv o y σ’v o son los
esfuerzos verticales total y efectivo; y rd es el factor de reducción de esfuerzos, el cual varía
ampliamente con la profundidad dependiendo del perfil de suelos, tal como se indica en la
Figura 5, la cual no fue adoptada por las NSR-98. Para proyectos de poca importancia, Youd e
Idriss (1997) recomiendan la Ecuación 2 para calcular los valores promedio de rd, la cual se
muestra en la Figura 5 con líneas rectas:

1 - 0.00765z z ≤ 9.2 m
1.174 - 0.0267z 9.2< z ≤ 23 m
rd = 0.744 - 0.008z 23< z ≤ 9.2 m
0.50 z > 30.0 m

(Ecuación 2.)

0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
0

3
Valores Promedio
6
Valores Promedio de rd calculados
usando la ecuación (2)
9

12 Rango para Diferentes


Perfiles de Suelo

15

18 El Procedimiento
Simplificado na ha
sido verificado con
21 datos historicos en
esta región
24

27

30
Figura 5. Factor rd vs profundidad (Seed e Idriss, 1971; modificado por Youd e Idriss, 1997).

Dadas las dificultades ya enunciadas para obtener muestras inalteradas de los depósitos de
suelos licuables, en la práctica se utilizan los siguientes procedimientos in situ para evaluar la
capacidad de los suelos arenosos para resistir la licuación: a) penetración estándar (SPT); b)
penetración con cono (CPT); c) velocidad de ondas de corte (vs ); y c) penetración Becker en
gravas (BPT). Para asegurar una adecuada definición de la estratigrafía y una evaluación
consistente de la resistencia a la licuación, en cada sitio se debe llevar a cabo dos o más de los
procedimientos indicados. Por varias ventajas, los procedimientos que más se llevan a cabo en
el occidente Colombiano son el SPT y algunas veces las mediciones de vs .
Para determinar la resistencia a la licuación de los suelos arenosos, la relación CSR se
compara con la relación CRR. Esta última se obtiene de correlaciones empíricas entre la
relación de esfuerzos cíclicos requeridos para causar licuación y los valores de N (SPT)
normalizados por profundidad y energía de los golpes del martillo (valores de (N1)6 0). En la
Figura 6 se muestran las modificaciones que Youd e Idriss (1997) recomiendan para las curvas
empíricas propuestas por Seed y otros (1985) para calcular la relación CRR, para valores bajos
de (N1)60, en un sismo de magnitud de momento Mw = 7.5. La Figura 6 es la base de la Figura
H.5-2 de las NSR-98, pero sin las modificaciones mencionadas.

Figura 6. Curvas de la relación CRR para diferentes contenidos de finos y Mw = 7.5 (Seed y otros,
1985; modificada por Youd e Idriss, 1997).
Es importante anotar que además del contenido de finos y la plasticidad del suelo, uno de los
factores que más influye en los valores de (N1)60 es la energía que le llega a la cuchara
muestreadora. Por lo tanto, además de medir la energía del SPT y calibrar los equipos para
medir la razón de energía entregada por el martillo (ER), tal como lo recomiendan Villafañe y
otros (1998), resulta indispensable corregir los valores medidos de N mediante la Ecuación 3,
con los factores indicados en la Tabla 1, recomendados por Youd e Idriss (1997).
(N1)60 = Nm CN CE CB CR CS (Ecuación 3.)
Donde Nm es el valor de N registrado en los ensayos; CN es el factor de corrección por presión
de sobrecarga; CE es la corrección por la energía que entrega el martillo (CE = ER/60%); CB es
la corrección por el diámetro de la perforación; y CR es el factor de corrección por longitud del
varillaje de perforación.

Factor Variable Símbolo Corrección

Presión de sobrecarga. CN = (Pa/σ’v o)0.5 *


CN menor o
igual que 2
Relación de energía Martillo cilíndrico CE = 0.5-1.0
Martillo de seguridad 0.7-1.2
Martillo automático - 0.8-1.3
Cilíndrico
Diámetro de la perforación 65 – 115 mm CB = 1.0
150 mm 1.05
200 mm 1.15
Longitud del varillaje 3–4m CR = 0.75
4–6m 0.85
6 – 10 m 0.95
10 – 30 m 1.0
>30 m <1.0
Tipo de muestreador Cuchara partida estándar CS = 1.0
Cuchara partida sin liners 1.1 – 1.3
*Pa = Presión atmosférica.
Tabla 1. Factores de Corrección para los Valores de N medidos en el SPT (Youd e Idriss, 1997)
Adicionalmente, para aplicar el procedimiento simplificado se requieren factores de escala por la
magnitud del sismo (MSF) y correcciones por presiones de sobrecarga, esfuerzos cortantes
estáticos y edad del depósito.
Youd e Idriss (1997) concluyen que para magnitudes de los sismos (M) mayores que 7.5, debe
usarse el factor de escala de Idriss (MSF = 102.24/M2.56). Para magnitudes menores que 7.5,
recomiendan escoger el MSF de un rango entre MSF = 102.24/M2.56 y MSF = (M/7.5)-3.3, rango
que corresponde a los factores de escala recomendados por Idriss y Andrus and Stoke (Figura
7). Recomiendan también utilizar la escala de magnitud de momento (Mw) para la
caracterización del sismo.
5

4.5 Seed and Idriss (1982)


Idriss
4
Ambraseys (1988)
Andrus and Stroke
3.5

Youd and Noble PL<20%


Factor de Escala

3 Youd and Noble PL<30%


Youd and Noble PL<50%
2.5

1.5

0.5

0
5 5.5 6 6.5 7 7.5 8 8.5 9

Magnitud del Sismo, Mw

Figura 7. Factores de Escala por Magnitud del Sismo.

Métodos Analíticos
Estos métodos se basan en resultados de ensayos de laboratorio para determinar la resistencia
a la licuación, o las propiedades del suelo que pueden ser utilizadas para predecir el proceso de
la licuación, mediante programas de computador para condiciones de comportamiento lineal y
no lineal. A causa de lo difícil que es obtener muestras inalteradas de los depósitos de suelos
potencialmente licuables para evaluar sus propiedades dinámicas, los métodos analíticos
generalmente se usan en proyectos especiales o en trabajos de investigación.
Durante los últimos años se han realizado avances importantes en los métodos analíticos
aplicados al proceso de la licuación. Este progreso ha sido posible gracias al aumento de los
datos experimentales y a la información de campo recopilada durante diferentes eventos
sísmicos. En este trabajo no se pretende hacer una revisión completa de las diferentes
metodologías disponibles en el ambito mundial, sino analizar algunas de ellas con el fin de
mejorar nuestro conocimiento de la licuación y el estado de la práctica regional.
El proyecto VELACS (Verificación del Análisis de Licuación por Estudios de Centrífuga), llevado
a cabo en los Estados Unidos de Norteamérica en el año de 1993, permitió comprobar la
confiabilidad de varios métodos analíticos, confrontando sus resultados con las mediciones
realizadas del exceso de presión de poros y la historia de aceleración y desplazamientos en
diferentes puntos de los modelos ensayados en centrífugas (Figura 8). Estos ensayos fueron
realizados en cinco (5) laboratorios para minimizar el error humano y experimental, y siete (7)
de los nueve (9) modelos fueron duplicados. Los modelos duplicados se realizaron bajo
condiciones idénticas a las del experimento primario (el mismo tipo de equipo e idénticas
especificaciones para la preparación de la muestra). Del análisis de la confiabilidad de los
resultados obtenidos se concluyo: a) cuatro (4) de los siete experimentos duplicados
suministraron resultados confiables del exceso de presión de poros; y b) los registros
experimentales en términos de desplazamientos y aceleraciones son poco confiables si se
comparan con los registros de presión de poros. Por estas razones, se decidió comparar
solamente los registros experimentales de la presión de poros con las predicciones de los
métodos analíticos.

NF NF

Arena de Nevada 10 m Arena de Nevada


10 m
Dr = 40% Dr = 40%
(1) (2)

22.86 m 22.86 m
NF
NF
Arena de Nevada Limo
11 m
Dr = 40% Dr = 70% 6m
Arena de Nevada
(3) Dr = 60% (4a)
17.8 m 19.04 m

NF NF
Limo
6m Limo
Arena de Nevada
(4b)
Dr = 60% Arena de Nevada (6)
29.20 m 28.0 m

NF NF
Arena de Nevada Limo
8.20 m Dr = 60% (7) 7m Arena de Nevada (12)
Limo Dr = 60%
52.5 m 29.20 m

Figura 8. Modelos para Ensayos en Centrífuga del Proyecto VELACS.


La comparación entre los resultados de los métodos analíticos y los registros experimentales,
hecha por Popescu y Prevost (1993), se muestra en la Figura 9. Como se puede observar,
algunas de las mejores predicciones fueron realizadas por los métodos o modelos DYNAFLOW
y DYSAC2. A continuación se presenta una síntesis de las conclusiones:
a) Para calibrar los modelos debe tenerse en cuenta que la variabilidad de las
propiedades dinámicas de los estratos geológicamente distintos, aunque constituidos de
capas uniformes, afecta el comportamiento del suelo durante la licuación, el flujo del
agua subterránea y los asentamientos.
b) Las consecuencias de la variabilidad espacial no son aún bien entendidas y su
exploración requiere el uso de técnicas estocásticas para el análisis de los datos, debido
a: 1) el alto grado de variabilidad exhibido por las propiedades del suelos (coeficientes
de variación entre 20% y 60%, Phoon y Kulhaway, 1996); y 2) el comportamiento
fuertemente no lineal del suelo.
c) La variación aleatoria de las propiedades del suelo parece que afecta particularmente
el proceso de licuación. Popescu (1995) ha mostrado que tanto la extensión como la
generación de la presión de poros, en depósitos sujetos a cargas sísmicas, son
diferentes si se predicen mediante modelos determinísticos o con simulaciones que
consideran la variabilidad inherente de las propiedades del suelo.
0.7

DYNAFLOW (Multi - Fluencia)


DYNAFLOW (Plasticidad)
0.6 SWANDYNE4 (Genralizado)
DYANA-SWAN (Plasticity)
SUMDES (Surface)
DYSAC2
0.5
DYSAC2 (Bounding)
QUAD4 (Esfuerzos Totales)
Error Normalizado

0.4

0.3

0.2

0.1

2 4a 4b 12 1 3 7 6 11
Modelo

Figura 9. Comportamiento de Varios Modelos Analíticos para la Predicción del Exceso de Presión
de Poros durante la Aplicación de Cargas Cíclicas (Popescu y Prevost, 1993).
De las observaciones en el Distrito de Marina, San Francisco, donde se presentó licuación
durante el sismo de Loma Prieta (1989), y de experimentos de modelos en centrifuga,
Arunlandan y otros (1997) comparan las predicciones de DYSAC2 y SHAKE y llegan a las
siguientes conclusiones:
a) Dado que la degradación de las propiedades del suelo ocasionada por el incremento
en la presión de poros no se considera directamente en el SHAKE, su aplicación es
limitada a sistemas donde se generan presiones de poros significativas durante el
movimiento sísmico. Sin embargo, el SHAKE es el de mayor uso en los análisis de
dinámica de suelos.
b) Las aceleraciones máximas calculadas con DYSAC2 o SHAKE en general coinciden
razonablemente bien con las medidas en el Distrito de Marina durante el sismo de Loma
Prieta (1989). Por lo tanto, para calcular la aceleración máxima en superficie a partir de
aceleraciones pico en roca menores que 0.3 g, se puede usar el análisis por esfuerzos
efectivos o esfuerzos totales y los resultados serán similares. Con la aceleración máxima
calculada con el SHAKE y mediante el Procedimiento Simplificado se puede determinar
la susceptibilidad a la licuación de un sitio determinado.
c) El análisis por esfuerzos totales realizado por el SHAKE no presenta distinción de la
respuesta frecuencial entre un sitio licuable y otro no licuable. Por lo tanto, es importante
tener en cuenta que los espectros de respuesta en superficie obtenidos a partir del
SHAKE, en sitios potencialmente licuables, deben usarse con extremo cuidado, o
preferiblemente no deberían usarse.
d) En los diferentes sitios analizados para el Distrito de Marina se encontró que las
aceleraciones espectrales máximas calculadas mediante el SHAKE son mayores a las
medidas y obtenidas mediante DYSAC2. Adicionalmente, los periodos para los cuales el
SHAKE indica las aceleraciones espectrales máximas no corresponden a lo observado
en campo.
e) Cuando se modela el comportamiento del perfil de suelos saturados ante diferentes
incrementos en la aceleración del movimiento de la base, un procedimiento basado en
esfuerzos efectivos dará progresivamente aceleraciones superficiales menores
comparadas con otro basado en esfuerzos totales (Figura 10). La razón de dicho
comportamiento es que para movimientos sucesivamente mayores la extensión de las
capas licuables se incrementa, lo cual conduce a mayores amortiguamientos del
movimiento superficial.

0.4

0.35

0.3
ACELERACIÓN EN SUPERFICIE

0.25

0.2

Esfuerzos Efectivos
0.15
Esfuerzos Totales

0.1

0.05

0
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7
ACELERACIÓN EN LA BASE

Figura 10. Variación de la Aceleración Superficial Máxima en Función de la Máxima Aceleración de


la Base Calculada con DYSAC2 (esfuerzos efectivos) y SHAKE (esfuerzos totales); Arunlandan y
otros (1997).

5. LLANURA DE INUNDACIÓN DEL RÍO CAUCA


La llanura de inundación del río Cauca (LLIRC) se caracteriza por una secuencia de mantos
cuaternarios de origen fluvial y considerable espesor (profundidades mayores de 250 m según
perforaciones realizadas para pozos de abastecimiento de agua), depositados en un ambiente
continental. Los registros de perforaciones muestran que las capas de suelos más superficiales
(3.0 m a 5.0 m) están constituidas por materiales finos, cohesivos y muy impermeables, bajo los
cuales subyacen arenas finas susceptibles a licuarse durante el sismo de diseño de las NSR-
98. Las partículas de arena aumentan de tamaño gradualmente con la profundidad, y se
vuelven, sobre todo, más densas y permeables (Figura 11).
Figura 11. Estratigrafía Simplificada de la LLanura de Inundación del Río Cauca (Villafañe, 1988).

El agua subterránea se presenta colgada y atrapada a poca profundidad en los estratos


cohesivos superficiales, o confinada entre estratos cohesivos impermeables en los acuíferos
granulares, bajo presiones artesianas resultantes de la diferencia de niveles entre el terreno, por
un lado, y el río Cauca y los canales de drenaje, por el otro. El nivel freático se encuentra en
promedio a 3.0 m por debajo del nivel del terreno. En algunas depresiones naturales esta
diferencia disminuye hasta menos de 1.0 metro.
Los suelos cohesivos clasifican como limos, arcillas y mezclas de limo, arcilla y a veces algo de
arena (MH, CH, ML, CL, OH en el sistema USCS). La consistencia disminuye a medida que se
avanza de la superficie del terreno a los estratos granulares, indicando preconsolidación en los
estratos superiores debida probablemente a desecación.
Los depósitos de suelos granulares están conformados por sedimentos que clasifican como
arenas con algo de limo, arenas limosas, mezclas de arena y grava limpia (SW, SP, SW-SM,
SM). Hasta profundidades cercanas a los 10 m, su densidad es suelta a medianamente densa (
valores de N (SPT) en el rango entre 2 y 30). A niveles más bajos estos depósitos son
generalmente muy densos y su contenido de grava aumenta. En la Figura 12 se muestran las
curvas límite de gradación de estos materiales (Villafañe, 1988).
Los depósitos de suelos cohesivos pueden considerarse casi impermeables (coeficiente de
permeabilidad, k, menor de 10- 6 cm/s). El coeficiente de permeabilidad, k, de los estratos de
arena oscila entre 10-2 y 10-3 cm/s. Los mantos de arena presentan lentes y capas de limos y
arcillas que hacen que su permeabilidad sea mucho menor en la dirección vertical que en la
horizontal (marcada anisotropía).
Para un sismo de magnitud Mw = 7.5 y aceleración máxima en superficie = 0.3 g, en la Figura
13 se indican la relación de esfuerzos cíclicos promedios (CSR = τpro / σ’vo) y la relación de
resistencia cíclica (CRR), para varios sitios de la LLIRC, calculadas según el procedimiento
simplificado de las NSR-98 pero teniendo en cuenta las modificaciones de Youd e Idriss (1997).
Como puede observarse, hay muchos sitios en que CSR es mayor que CRR (FS < 1.0), lo que
indica que ocurrirá la licuación de las capas de arena.
100

90

80

70
Porcentaje que Pasa

60

50

40

30

20

10

0
1000 100 10 1 0.1 0.01 0.001

Tamaño de Grano mm

Figura 12. Límites de la Granulometría de los Suelos Granulares del Sector.

Para predecir la generación y disipación de la presión de poros, los autores están familiarizados
con el FEQdrain, el cual modela el subsuelo como un conjunto de capas horizontales y
homogéneas que se dividen en un determinado número de elementos de tipo cuadrilátero o
simétricos, según las características del sitio. Adicionalmente se pueden incluir elementos
drenantes de diversos tipos, desde drenes de grava hasta prefabricados, según los
requerimientos y/o necesidades del diseño.
La Ecuación 4 relaciona la excitación sísmica y el cambio en la presión intersticial para un
determinado instante de tiempo y un punto en particular de la masa de suelo.

∂  k h ∂u  ∂  k h ∂u  ∂  k v ∂u   ∂u ∂u 
 ⋅  +  ⋅  +  ⋅  = mv  − g 
∂x  γ w ∂x  ∂y  γ w ∂y  ∂z  γ w ∂z   ∂t ∂t 
(Ecuación 4.a)

Para condiciones de simetría axial:

∂  k h 1 ∂u  ∂  k v ∂u   ∂u ∂u 
 ⋅  +  ⋅  = mv  − g 
∂r  γ w r ∂r  ∂z  γ w ∂z   ∂t ∂t 
(Ecuación 4.b)

En la Figura se muestran los parámetros del suelo utilizados en el modelo del FEQdrain para la
LLIRC.
Figura 13. Relación de Esfuerzos Cíclicos vs Resistencia Cíclica de la Arena para Diferentes
Sitios de la Llanura de Inundación del Río Cauca.
USCS N1(60) kx (m/s) k y (m/s) mv (m2 /kN)
0.0

2.0

4.0 MH 1 1E-8 1E-8 4E-6

6.0

8.0
SW 2 1E-4 1E-5 4E-5
10.0 MH 19 1E-8 1E-8 4E-5

SW 11 1E-3 1E-4 4E-6


12.0

SM 45 1E-4 1E-5 2E-5


14.0

16.0

Figura 14. Parámetros Geotécnicos para la LLIRC.

Los resultados del análisis realizado indican que transcurridos 20 s del inicio del sismo (Mw =
7.5; amax = 0.3 g), el proceso de licuación es general en las capas 2 y 3, mientras que la capa 3
con permeabilidad muy baja solo sufre un leve incremento de la presión de poros hacia sus
fronteras. Se observa de igual manera como el proceso de disipación de la presión de poros es
muy lento, debido a la baja permeabilidad de las capas 1 y 2, las cuales restringen el drenaje
(Figura 15).
1.2
10 s
RELACIÓN DEL EXCESO DE PRESIÓN DE POROS (ru)

20 s
30 s
1
150 s

0.8

0.6

0.4

0.2

0
4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
PROFUNDIDAD (m)

Figura 15. Variación de la Relación de Presión de Poros del Subsuelo con la Profundidad y el
Tiempo (Mw = 7.5; a max= 0.30 g).
Si se amplía la ventana de tiempo analizada, se puede observar el proceso de drenaje y en
consecuencia de consolidación de la arena, lo que implica la disminución del volumen y los
respectivos asentamientos de licuación.
Si se construyen drenes de 0.70 m de diámetro espaciados cada 2.2 m, se logra reducir el
incremento de presión de poros y evitar la licuación en las capas 2 y 4. Sin embargo, las
relaciones de exceso de presión de poros máximas alcanzarán valores hasta 0.41 como se
observa en la Figura Esto se debe tener presente para el diseño de cualquier tipo de
cimentación en suelos granulares sometidos a carga cíclica, con o sin drenaje.

1.2
EXCESO DE PRESIÓN DE POROS SIN DRENAJE
EXCESO DE PRESIÓN DE POROS CON DRENES CADA 2.4 m
Relación de Presión de Poros (ru)

0.8

0.6

0.4

0.2

0
0 1 2 3 4 5 6
CAPA

Figura 16. Variación de la Relación de Presión de Poros con la Profundidad y el Tiempo,


Construyendo Columnas de Grava de 0.70 m de Diámetro Espaciadas 2.20 m c-c.

6. GUÍA PARA EVALUAR LA AMENAZA DE LICUACIÓN


Youd (1999) propuso recientemente la guía que se muestra en la Figura 11 para evaluar la
amenaza de licuación en las cimentaciones de puentes de carreteras, pero aclaró que puede
utilizarse en cualquier otro proyecto. La guía presenta una aplicación sistemática del
procedimiento simplificado para la valoración de la susceptibilidad a la licuación y el corrimiento
lateral del terreno, lo cual es importante al momento de valorar los posibles daños a las
estructuras.
Figura 17. Guía para Evaluar la Amenaza Potencial de Licuación (Youd, 1999)
La metodología parte de lo básico hacia los procedimientos más complejos requeridos en los
análisis rigurosos. Así rápidamente se pueden clasificar zonas de amenaza baja, y solo los
sitios con amenaza alta requieren ser evaluados mediante procedimientos más sofisticados que
toman más tiempo. Se debe tener presente que esta guía es conservadora, es decir que todas
las incertidumbres se ponderan considerando la posibilidad de licuación y falla del terreno. Por
lo tanto, si la guía concluye que la licuación y falla del terreno son poco probables, dicha
conclusión es más confiable que si concluye que existe la probabilidad de que la licuación y falla
del terreno puedan ocurrir.

7. MITIGACIÓN DE LA AMENAZA DE LICUACIÓN


Existen varías formas de mitigar los daños que puede ocasionar la licuación del terreno:
a) Reforzando las estructuras para soportar los movimientos del suelo, cuando se
estima que estos serían pequeños;
b) Seleccionando un tipo apropiado de cimentación y una profundidad adecuada
(incluyendo modificaciones a las cimentaciones de estructuras existentes), de tal manera
que los movimientos del terreno no afecten negativamente la estructura (p.e.: mediante
losas de cimentación y pilotes o caissons que se extiendan por debajo de la capa
licuable);
c) Estabilizando el suelo para eliminar la amenaza de licuación, o controlando sus
efectos (p.e: retirando y reemplazando la capa de suelos licuables, estabilizando el sitio
usando inyecciones de compactación, vibro densificación, abatimiento del nivel freático;
apuntalamiento de la zonas de corrimiento lateral).
La selección de una o varias medidas de mitigación depende mucho de las características
particulares del sitio. Si no hay una amenaza significativa de corrimientos laterales, la medida
de mitigación para una nueva construcción es cuestión de encontrar la mejor relación costo
beneficio que garantice soporte vertical y controle los asentamientos. Para obras existentes, la
medidas de mitigación son en general más complicadas y costosas debido a la presencia de la
estructura. Técnicas que involucren la vibro densificación pueden quedar excluidas debido a los
posibles asentamientos que causarían a la estructura.
Cuando existe alta amenaza de corrimientos laterales, para que las medidas de mitigación sean
efectivas puede que se requiera que se extiendan mas allá de las fronteras del sitio especifico.
Esto puede salirse de los predios de la obra y requerir la acción de las entidades publicas o
grupos de propietarios.

8. CONCLUSIONES
Las modificaciones propuestas por Youd e Idriss (1997) al procedimiento simplificado, se
pueden resumir de la siguiente forma: a) la curva de resistencia a la licuación (CRR) se modifica
para ganar consistencia entre las diferentes metodologías de cálculo, especialmente entre las
basadas en el SPT, CPT y BPT; b) los factores de escala por sismo se reducen
considerablemente en el rango de magnitudes Mw mayores que 7.5 y se incrementan para
magnitudes Mw menores que 7.5, lo cual conduce una determinación confiable de la CRR pero
menos conservadora.
Aunque el procedimiento simplificado ha marcado el estado de la práctica, muchas
investigaciones de campo y laboratorio han permitido el desarrollo de diferentes modelos
constitutivos para el suelo, los cuales se han resuelto por diferentes métodos numéricos, que
permiten realizar mejores predicciones del comportamiento de las capas de suelos
potencialmente licuables, facilitando la elección de soluciones de mitigación producto de un
análisis geotécnico más confiable.
Cuando se modela el comportamiento del perfil de suelos saturados ante diferentes
incrementos en la aceleración del movimiento de la base, con los procedimientos basados en
análisis por esfuerzos efectivos se obtienen progresivamente aceleraciones superficiales
menores comparadas con los basados en esfuerzos totales. La razón de dicho comportamiento
es que para movimientos sucesivamente mayores la extensión de las capas licuables se
incrementa, lo cual conduce a mayores amortiguamientos del movimiento superficial.
La selección de una o varias medidas de mitigación depende en gran medida de las
características particulares del sitio. Por ejemplo, si no hay una amenaza significativa de
corrimientos laterales, la elección de la solución de mitigación para una nueva obra depende de
la mejor relación costo beneficio que garantice soporte vertical y controle los asentamientos.
Para obras existentes, la selección de medidas de mitigación es en general más complicada,
debido a las complicaciones por la presencia de la estructura. Por ejemplo, técnicas que
involucren la vibro densificación del suelo pueden quedar excluidas debido a los posibles
asentamientos que causarían a la estructura y a las edificaciones existentes.

9. AGRADECIMIENTO
Los autores agradecen a las Universidades Javeriana y del Valle, y a la firma SAYA Ltda por el
apoyo durante la realización de este trabajo.

10. REFERENCIAS
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