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22 :ev 24 al 30 de enero de 2010 por las diócesis PONCE

Eucaristía por Haití


Agradezco y aplaudo la iniciativa de la honorable Al- decimientos del hombre, pues de alguna manera, dice,
caldesa de Ponce, Dra. María (Mayita) Meléndez Altieri, ha quedado esclavizada la creación, no por propio deseo
de invitarme a presidir una Eucaristía para orar y expre- de la creación, sino por culpa del que la sometió, es decir,
sar la solidaridad del pueblo ponceño con Haití, en mo- por culpa del hombre.
mentos críticos por los que está atravesando el pueblo La creación es parte de la historia del ser humano, y
haitiano. su suerte está relacionada con la culpa cometida por el
He dicho presente, a pesar del compromiso que te- hombre. La creación sufre las consecuencias del pecado
nía de acudir a la concentración de sacerdotes de toda del hombre. De ahí que la creación anhele la liberación y
la Isla con motivo del Año Sacerdotal, en Schoenstatt de gima y sufra dolores de parto.
Cabo Rojo. Estoy seguro que mis compañeros y herma- Ésta constituye la clave con la que podemos descodi-
nos sacerdotes sabrán disculpar mi ausencia, a la vez que ficar los misterios de la historia.

(ARCHIVO EV / ERIC O. QUIÑONES)


les he pedido se unan, en oración, desde el santuario de
Schoenstatt, a esta Eucaristía. Por otro lado, Jesús, quien sufrió los más horribles
dolores físicos, psicológicos y espirituales, es la mejor
Yo más bien diría que la celebración de esta Eucaris- prueba de que en medio de los sufrimientos de la hu-
tía congrega, no sólo a la ciudad de Ponce que, solidaria, manidad Dios está presente. No podremos saber con
abre sus brazos y el corazón al pueblo haitiano atribula- certeza por qué Dios permite calamidades como la que
do e inconsolable por el devastador terremoto sufrido en estamos presenciando estos días, gracias a la televisión,
sus más íntimas entrañas, de catastróficas consecuencias, en vivo y a todo color. Pero no debemos dudar, como
sino también a todo un pueblo unido, Borinquen, que creyentes, aunque no lo entendamos del todo, que Dios
comparte el dolor y la desgracia del pueblo hermano ca- está presente y nos ama, en Jesucristo nuestro hermano
ribeño haitiano; dolor y desgracia que hace propios, por- mayor, enviado por el Padre, y del que Pablo afirma que
que todo Puerto Rico se siente unido e identificado con fue en todo semejante a nosotros, menos en el pecado.
el país vecino, ante la angustia indescriptible que sufre. mundo entero, que abre la puerta a la esperanza de un
Estamos aquí, como ponceños y como puertorrique-
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué ha mundo más solidario y comprometido.
ños, unidos, para acompañar y compartir el sufrimien-
tenido que suceder esta desgracia dantesca a un pueblo to de nuestros hermanos del País vecino, Haití, y elevar - Podemos aprender que levantar al caído, es res-
que ya ha experimentado en repetidas ocasiones la fu- nuestra plegaria por el eterno descanso de los miles de ponsabilidad de todos. Pero responsabilidad de todos es
ria de los huracanes e inundaciones? Y posiblemente no hombres y mujeres, jóvenes y niños fallecidos, por las preservar la caída.
encontremos respuesta humana adecuada. Lo que nadie personas desaparecidas, por los heridos, por los más ne-
esperaba, ocurrió. Y la desgracia se cebó en el pueblo - Podemos aprender que Haití nos golpea duramen-
cesitados, por los que lo han perdido todo, por los niños, te la conciencia, a nivel individual y a nivel mundial, al
haitiano. Lo que no deja de ser un misterio, el misterio y por todo el pueblo haitiano.
del mal y del sufrimiento, sobre todo del inocente, uno desvelar la cara menos amable de la humanidad: la po-
de los enigmas más angustiosos que atormentan la men- Como padre y pastor de la Iglesia católica de esta breza, la miseria, el dolor, en que viven millones de seres
te humana, y cuya respuesta sólo la podemos encontrar querida ciudad de Ponce, y en comunión con los herma- humanos, ignorados y abandonados a su propia suerte,
en Cristo, a la luz de la fe, basada en la aceptación de los nos y hermanas de otras denominaciones, me atrevo a fruto, hay que decirlo, del mal reparto de la riqueza, de
designios divinos, muchas veces desconcertantes. recoger los sentimientos unánimes de la honorable Alcal- la injusticia y de la explotación. Ha tenido que suceder
desa de Ponce, Dra. María (Mayita) Meléndez Altieri y de un terremoto de grandes magnitudes para que el mundo
Es San Pablo el que puede ayudarnos a encontrar y todos los ponceños, de todas las autoridades presentes, y despertara y se enterase de que en el mapa existía Haití.
vislumbrar la respuesta. Cito de la Carta a los Romanos, de todos los puertorriqueños, y expresar la más sincera
8, 18 - 24: - Podemos aprender que hay muchos Haití en el
y profunda solidaridad, a través de la Eucaristía, el sacra- mundo, que esperan por nosotros.
“En verdad, me parece que lo que sufrimos en la vida mento del amor fraterno, acompañada de nuestro afecto
presente no se puede comparar con la gloria que se ma- y ayuda espiritual y material, al pueblo haitiano. Desde - Podemos aprender que los egoísmos, las envidias,
nifestará después de nosotros. aquí me permito hacer también un llamamiento a todos las codicias, las injusticias, las mentiras, las ambiciones,
los ponceños y a todo el pueblo de Puerto Rico a ser ge- son el obstáculo principal de la convivencia humana, y
Y toda la creación espera ansiosamente que los hijos terreno propicio y antesala de muchas calamidades que
de Dios reciban esa gloria que les corresponde. Pues si nerosos, y a abrir los brazos, los corazones y los bolsillos
en solidaridad con nuestros hermanos de Haití. nos aquejan.
la creación está al servicio de vanas ambiciones, no es
porque ella hubiese deseado esa suerte, sino que le vino Quiero citar una frase, muy oportuna, que he leído - Podemos aprender a ser más solidarios y más jus-
del que la sometió. Por eso tiene que esperar hasta que en un “power point”, enviado desde España, de fotogra- tos; a compartir más y mejor, a nivel individual y a nivel
ella misma sea liberada del destino de muerte que pesa fías referentes a la inauguración de una escuela, la escue- comunitario.
sobre ella y pueda así compartir la libertad y la gloria de la San Gerardo, en Puerto Príncipe, que tuvo lugar el día - Podemos aprender a no confundir la justicia con la
los hijos de Dios. 13 de diciembre, que, con 300 niños dentro, fue uno de limosna, a no esconder tras la limosna la injusticia.
Vemos cómo todavía el universo gime y sufre dolores los edificios que se desplomó el martes 12 de enero de
- Podemos aprender… lo dejo a la consideración de
de parto. Y no sólo el universo, sino nosotros mismos, 2010, en el que murieron todos los niños y sus maestros.
cada uno…
aunque se nos dio el Espíritu como un anticipo de lo que La frase que acompaña una de las fotografías dice: “La
mayor carencia espiritual es creer que se puede servir a Que nuestra Madre de Guadalupe, Madre de los
tendremos, gemimos, esperando el día en que Dios nos
Dios olvidándose del sufrimiento humano”. ponceños y Reina de las Américas, ante la que nos pos-
adopte y libere nuestro cuerpo”.
tramos los desterrados hijos de Eva, y a quien suspiramos
San Pablo habla del destino futuro al que está llama- Desde la Catedral de Ponce, elevamos nuestra ora-
gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, abogue e
do el hombre, la plena manifestación de la gloria de Dios, ción y plegaria al Señor, para que después de la tormenta
interceda por todos nosotros, y por el hermano pueblo
aunque, advierte, esta perspectiva no elimina el dolor de siga la calma, tras la noche aciaga brille la luz de un nue-
haitiano, por el que, con amor, ofrecemos esta Eucaristía,
la peregrinación terrena. En otras palabras, dice que el vo día y al final de la prueba renazca la esperanza.
al mismo tiempo que nos unimos a la oración de la Igle-
hombre vive de la esperanza de alcanzar un día la plena Pero hay algo que podemos aprender de la tragedia sia en Haití: “Dios, nuestra esperanza, te confiamos todas
manifestación de la gloria de Dios, pero mientras tanto haitiana: las víctimas del grave temblor de tierra en Haití. Cuando
está sujeto a los padecimientos de este mundo. Aunque, - Podemos aprender a valorar y agradecer a Dios nos desconcierta el sufrimiento incomprensible de los
añade, lo que padecemos en este mundo no puede com- todo lo que somos y tenemos, a la vista de lo que estos inocentes, danos ser testigos de tu compasión”.
pararse con la gloria que nos espera. días han contemplado nuestros ojos.
Asocia, además, la creación a la suerte del hombre. - Podemos aprender a reconocer la respuesta del (Homilía pronunciada por Mons. Félix Lázaro, Sch. P.
Según San Pablo, la creación entera participa de los pa- Obispo de Ponce, en la Catedral, el 18 de enero de 2010)

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