Cuando imaginamos que esto es una confrontación de reinos, pensamos
acertadamente, de esto se trata una guerra en el universo espiritual, Y hacernos la idea que nos vamos a enfrentar a los demonios, es así y no es lo único. Lo que Jesús nos enseña es que: 1, Dar paz, 2, Dar compañerismo, 3, Dar señal, 4, Dar a conocer el Reino. Y es aquí donde entramos en guerra contra las potestades de las tinieblas. Y esto se comprueba que es así: Luc. 10: 17-18. Jesús había quedado fuera de las casas, Luc. 10:1, Él envía a sus discípulos a las ciudades a donde Él había de ir, de manera que Él llega cuando los que había enviado hubieran hecho lo que les enseñó. Los setenta vinieron con gozo a contarle a Jesús que hasta los demonios se sujetaban en su Nombre. Esto ocurre en el plano horizontal, es decir una confrontación en el mismo plano. Lo que Jesús les señala, que era lo de menos, que los demonios son los seres espirituales de menor jerarquía, que lo importante estaba sucediendo arriba en el gobierno espiritual de Satanás, que este mismo caía como rayo, Luc. 10:18, los hombres veían lo que sucedía en la tierra, pero la lucha también tiene su efecto en el cielo y eso es a lo que se refiere: Ef. 6:12: Satanás, principados, potestades, gobernadores, huestes y demonios. Todos sabemos lo que sucede cuando cae un imperio: el caos reina. Lo que nos relatan las escrituras Luc. 10:17-18, que Satanás cayó y con ello todo su imperio, por ello hoy hay que actuar y presentar guerra al enemigo y esta hay que hacerlo en el terreno que Jesús nos enseña, en las casas, debemos ejercer los cuatros pasos que Jesús describe: EL REINO DE DIOS SE ESTABLESE CASA POR CASA.
Cuando hablamos de potestades superiores, quiero recordarles quien tiene
el dominio de las ciudades, Luc. 4:5-7. Nadie duda que las ciudades está bajo el enemigo viendo lo que sucede en estas, y por ello la gente no puede creer, 2Cor. 4:3-6. Tampoco nos damos cuenta que esto es una cuestión territorial, que el diablo es el que tiene el dominio, la guerra es desigual, por que nosotros no tenemos el dominio en todo el territorio en el que Dios nos a puesto, solo hemos llegado a algunos barrios. Estamos acostumbrados solo a enfrentar los demonios de vez en cuado, pero ¿cuando nos vamos a enfrentar a las potestades superiores?, ¿Cuándo vamos ha hacerle guerra al diablo?, ¿Cuándo veremos a Cristo reinar?, ¿Acaso estamos en el equipo perdedor? No con Cristo somos más que vencedores. Entonces es hora de mostrarnos que hemos creído en Jesucristo y conquistemos nuestra ciudad quitándosela al diablo, peleándole casa por casa. Hay que tener presente que en toda guerra espiritual suceden tres cosas: 1- Confrontación espiritual. 2- Conquista espiritual. 3- Control espiritual. Lo que sucede con los demonios, es que primero entramos en confrontación, se establece un choque de fuerzas. Estas fuerzas son contrarias y uno debe vencer sobre la otra y sabemos que las tinieblas tienen que retroceder ante la presencia de la luz. Luego sigue la conquista para que la persona quede totalmente libre de la influencia del diablo o sus demonios, esa conquista se realiza en el Nombre de Jesús. Finalmente tenemos que asegurarnos que esa persona se aferre a Jesús, para ello nesecitamos ejercer control espiritual para que no vuelva a caer de nuevo en las manos del diablo, y que el estado postrero venga a ser peor de lo que era. Por ello hoy debemos declararle guerra al enemigo