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el generoso ofrecimiento que hizo a la familia de la niña nicaragüense embarazada para que
viniera a España.(*)
Precisamente, una encuesta reciente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
revela que cuatro de cada diez adolescentes españolas de entre 15 y 19 años que estaban
embarazadas optaron por el aborto durante el año 2000.
--Pilar Muñoz: En España cada vez hay más adolescentes embarazadas, esto
demuestra que lamentablemente los medios de comunicación informan pero no
forman. Los medios hablan constantemente de métodos anticonceptivos, sin
embargo el número de embarazadas entre adolescentes sigue creciendo.
Muchas mujeres que abortan tienen esa opción porque sus padres dijeron sí a
sus vidas, pero esa anticipación en el tiempo no les da derecho a negar la
existencia de sus hijos. No podemos negar a nadie la posibilidad de vivir. Ningún
hombre tiene poder para decidir sobre la vida de los demás.
--Pilar Muñoz: En el caso del aborto esto es una mentira. La mano sí pertenece
al cuerpo de la madre, pero no el niño. El cuerpo de la nave es como la
incubadora o la nave que acoge a un astronauta y que les resultan necesarias
para vivir. A nadie se le ocurriría decir una nave o una incubadora son
propietarias de los seres que acogen.
--¿Ha hablado con las residentes de la Casa Cuna del caso de la niña
nicaragüense?
--Pilar Muñoz: Sí, les he trasladado todos los interrogantes que me han hecho a
mí, y les he dicho que ellas tenían que contestar, que ellas eran las
protagonistas. La mayoría cree que la adopción era una opción clarísima al
aborto, que podía hacer felices a otros madres y padres. Una de ellas conocía el
caso de una adolescente colombiana que había tenido a su hijo, y nos decía que
el nacimiento había traído una gran alegría a ella y a sus amigas de la misma
edad. Para muchas el aborto es un pensamiento inconcebible.
El otro día una chica rusa de 18 años, sin creencias religiosas y que ha había
abortado una vez me confesaba que la hija que había tenido era «un regalo de
Dios». Le habían dicho que no podría volver a tener hijos después del aborto, por
eso insistía «ha nacido porque Dios ha querido». Muchas veces los embarazos
inesperados o no queridos se convierten en hijos queridos que son el motor para
madurar. Algunas chicas que antes sólo se preocupaban por ir a bailar, están
ahora buscando un trabajo para poder criar a sus hijos. Muchas dicen después
de tener el niño: «me ha ayudado a serenarme».
--Pilar Muñoz: Tengo tres hijos, sufrí un aborto espontáneo con el cuarto.