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Guatemala, Guatemala, C. A.
Esta guía es la única que pueden y deben llevar impresa los catequistas. El catequista debe
tener presente los objetivos de la Catequesis y cumplirlos, mientras planifica y da la
Catequesis.
(0) Repaso breve de semana anterior o bloque dado, comentarios tarea vivencial.
(4) Reflexiono (Puede ir después de cada subtema y debe ir al final de la Catequesis - antes
del taller)
(5) Taller
Nota1: Durante la Catequesis de deben incluir las citas de “ilumina con la palabra” y se
puede complementar con las frases sugeridas a utilizar. Es obligatorio que el charlista lea
y se auxilie del YOUCAT.
Reconocer la Iglesia como la comunidad de todos los que creen en Jesús, unidos por una misma
fe, una misma esperanza y en un mismo amor y quieren vivir y testimoniar esta fe en común.
Objetivos específicos
Cognoscitivo
Que el confirmando adquiera el conocimiento de que conlleva ser un católico comprometido en
la Iglesia. Que comprendan que si es posible ser un Católico activo en la sociedad y en su vida
junto a su trabajo y estudios.
Afectivo
Que el confirmando quiera pertenecer a la Iglesia de forma activa.
Psicomotriz
Que los confirmandos entiendan y quieran pertenecer a la Iglesia con más amor hacia ella y en
su vida diaria transmitan esa convicción el Credo y todas sus convicciones. Que sean ejemplo
de vida para todos a su alrededor.
Citas Bíblicas
Frases
“Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres…, procuramos evitar todos los
comportamientos negativos que roban la paz del corazón…; siento un gran deseo y la necesidad
de hacerme santo, yo no pensaba que fuese tan fácil, pero ahora que he comprendido que se
puede conseguir incluso estando alegre, lo deseo con todas mis fuerzas, y tengo necesidad
absoluta de conseguirlo”. (Domingo Savio)
“Los grandes ideales no están reservados a unos pocos, al grupo seleccionado, a los “elegidos”,
sino a todos, porque para todos hay una vocación y una misión, un sueño que realizar, una causa
que llevar adelante, una meta que alcanzar”. (P. Pascual Cháves SDB)
“Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”. (San Juan Bosco)
“Confía en Dios como si el éxito de las cosas dependiese únicamente de él y en nada de ti; y,
con todo, aplícate enteramente a ellas como si Dios no fuera a hacer nada y tú todo”. (San Ignacio
de Loyola)
“EL Señor no nos exige grandes obras sino únicamente entrega y agradecimiento. No necesita
nuestras obras, sino únicamente nuestro amor”. (Santa Teresa del niño Jesús)
“La santidad no es el lujo de unas pocas personas, sino sencillamente una obligación para ti y
para mí“. (Beata teresa de Calcuta)
“Ser santo no es oficio de pocos ni una pieza de museo. La santidad ha sido en todo tiempo la
sustancia de La vida cristiana”. (Don Luigigiussani)
“¿Quiere usted alcanzar la fe y no sabe cuál es el camino? Aprenda de aquellos que antes de
usted estuvieron llenos de dudas. Imite usted su modo de actuar, haga todo lo que exige la fe,
como si ya fuera creyente. Asista a la misa, tome el agua bendita, etc. Sin duda esto le hará
sencillo y le conducirá a la fe”. (Blaise Pascal)
“Aún hoy la Iglesia me da a Jesús. Esto lo dice todo. ¿Qué sabría yo de él, qué relación existiría
entre él y yo sin la Iglesia?“. (Cardenal Henri de Lubac)
“El camino del Señor es sencillo como el de Juan y Andrés, de Simón y Felipe, que comenzaron
a ir detrás de Cristo por curiosidad y deseo. No hay otra vía, en el fondo, que no sea esta
curiosidad deseosa suscitada por el presentimiento de lo verdadero”. (Don Luigigiussani)
“¿Han tenido algún deseo de ser apóstoles de Jesús? La juventud hay que “meterla en juego” en
pos de nobles ideales. ¿Piensan en esto? ¿Están de acuerdo? Pregúntale a Jesús lo que quiere
de ti ¡y sé valiente! ¡Pregúntale!” (Papa Francisco)
“Quisiera decir una cosa. […] Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber […], pero
quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle,
quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo
que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros
mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en
una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”. (Papa Francisco)
“Por favor, ¡no licúen la fe en Jesucristo!, hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay
licuado de banana pero, por favor, ¡no tomen licuado de fe! ¡La fe es entera, no se licúa, es la fe
en Jesús!, es la fe en el hijo de Dios hecho hombre que me amó y murió por mí”. (Papa
Francisco)
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Evoco
Alguna experiencia de vida (Propia o de alguien más que quieran compartir) que él/los
catequistas a cargo de la Catequesis. Dicha experiencia para mostrar con un ejemplo concreto
con respecto al tema/subtema que se esté presentando. Siempre deben haber experiencias (por
muy sencillas que sean) que vayan con la Catequesis dada.
Todos queremos ser felices. Los cristianos creemos que la felicidad máxima está en Dios. A esa
felicidad perfecta le llamamos santidad. Todos estamos llamados a ser felices, a ser santos no
importa nuestra edad.
Muchas veces imaginamos a los santos muy lejanos de nuestra realidad, como seres
superdotados y tan distintos, que quizá no creamos en la verdadera posibilidad de ser santos y
de alcanzar lo que ellos alcanzaron. Por supuesto que esta manera de pensar indica que no
sabemos lo que significa “ser santos”.
El cuerpo humano de la Iglesia está formado por muchos miembros. La sociedad también. Cada
uno tiene en ella un papel protagónico al que no puede renunciar. Lo mismo sucede en la Iglesia,
cuya misión es evangelizar. Todos los bautizados somos corresponsables en la misión
evangelizadora de la Iglesia. Cada cristiano realiza esta misión, de acuerdo con la vocación
específica a la que ha sido llamado, y poniendo los dones que ha recibido de Dios al servicio de
la comunidad cristiana, buscando la santidad.
Provocó
¿Qué significa ser santo? ¿Quiénes pueden ser santos? ¿Cuál es la finalidad de la Iglesia, que
hace en el mundo? ¿De qué manera el Bautizo y Confirmación nos impulsa a ser santos? ¿En
qué forma las personas que nos rodean pueden darse cuenta de que caminamos hacia la
santidad? ¿Cómo podemos ayudar para que los demás sean santos? ¿Qué me falta para asumir
el compromiso que me corresponde en la Iglesia y en el mundo? ¿Claridad en las opciones?
¿Decisión? ¿Generosidad? ¿Apertura a Dios y a los demás? ¿Desprendimiento de los bienes y
comodidades? ¿Resolver antes algún problema que llevo oculto en mi interior? ¿Qué es, en
concreto, lo que Dios me pide, cual es mi vocación?
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(4) Contenido
Estructura de Contenido
Los puntos clave a tratar dentro de cada Catequesis.
• Matices de la Iglesia
o ¿Qué es y paraqué?
• La Iglesia, comunidad de amor
o Mandamientos de la Iglesia
o Comunidad de amor
• Las bienaventuranzas
o El deseo de felicidad
o La bienaventuranza cristiana
• “Quiero ser santo” (Santo Domingo Savio)
• La confirmación, nos hace santos y evangelizadores
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En la Iglesia hay laicos3y clérigos (clero4). Como hijos de Dios tienen la misma dignidad. Tienen
misiones de igual valor, pero diferentes. En ambos estados de vida hay cristianos que, en
castidad, pobreza y obediencia, se ponen de modo especial al servicio de Dios (por ejemplo, los
religiosos).
Todo cristiano tiene la misión de testimoniar el evangelio con la propia vida. Pero Dios traza
un camino propio para cada persona. A unos los envía como laicos, para que construyan el reino
de Dios en medio del mundo, en la familia y en el trabajo. Para ello cuentan con los dones
necesarios del Espíritu Santo en el bautismo y la confirmación.
La misión de los laicos es orientar el mundo entero hacia el reino de Dios. Son enviados para
comprometerse en la sociedad, para que el reino de Dios pueda crecer entre los hombres.
El laico se ocupa de que las personas de su entorno (en el colegio, la formación, la familia y el
trabajo) conozcan el Evangelio y aprendan a amar a Cristo. Mediante su fe influye en la
sociedad, la economía y la política.
Respalda la vida eclesial, asumiendo por ejemplo servicios de acólito o lector, se ofrece como
responsable de grupos, participa en consejos y comisiones eclesiales (por ejemplo el consejo
pastoral parroquial o el consejo económico)5.
Los jóvenes deben reflexionar especialmente sobre el lugar que Dios quiere que ocupen,
puede ser siendo laico, religioso o parte del Clero.
La libertad es el poder que Dios nos ha regalado para poder actuar por nosotros mismos;
quien es libre ya no actúa determinado por otro.
3
(del griego laos = pueblo): Estado general en la Iglesia: los cristianos bautizados que son miembros del
Pueblo de Dios y no están consagrados. (YOUCAT)
z4 (del griego kleroi= parte, herencia): Estado de Los ministros ordenados en la Iglesia. (YOUCAT)
5 Ver anexo 1.
6 Las respuestas de las preguntas del YOUCAT presentadas en este documento están sintetizadas y/o
Dios nos ha creado como seres libres y quiere nuestra libertad para que podamos optar
de corazón por el bien, también por el supremo «bien», es decir, Dios. Cuanto más
hacemos el bien tanto más libres nos volvemos.
• Matices de la Iglesia7, Unión en la diversidad
(Ver nota)
Dios es amor, Él quiere que nuestra vida sea la de una comunidad unida en el amor.
El cristiano no vive sólo. Está llamado a vivir en comunidad. La comunidad es el lugar en el que
Dios manifiesta su amor a todos y cada uno. Por eso, una comunidad cristiana reunida en el
nombre del Señor, es una comunidad reunida en el amor.
“Una diversidad, rica y hermosa. Pero, al mismo tiempo, el Espíritu Santo crea la unidad y así la
Iglesia es una en la diversidad. Y para emplear una bella frase de un evangélico que me gusta mucho,
una ‘diversidad reconciliada’ por el Espíritu Santo, que crea las dos cosas: la diversidad de carismas
y después la armonía de los carismas” (Papa Francisco)
“A partir del acontecimiento de Pentecostés se manifiesta plenamente esta unión entre el Espíritu
de Cristo y su Cuerpo místico, es decir, la Iglesia. […]
Un aspecto peculiar de la acción del Espíritu Santo, es decir, la relación entre multiplicidad y
unidad. Tratando de la armonía de los diversos carismas en la comunión del mismo Espíritu. […]
La Iglesia que nace en Pentecostés, ante todo, no es una comunidad particular —la Iglesia de
Jerusalén—, sino la Iglesia universal, que habla las lenguas de todos los pueblos. De ella
nacerán luego otras comunidades en todas las partes del mundo,
Iglesias particulares que son todas y siempre actuaciones de una sola y única Iglesia de
Cristo.
Por tanto, la Iglesia católica no es una federación de Iglesias, sino una única realidad: la
prioridad ontológica corresponde a la Iglesia universal. Una comunidad que no fuera católica en
este sentido (universal), ni siquiera sería Iglesia.” (Benedicto XVI)
Dios nos llama a cada uno a una misión o servicio especial en la comunidad, cada uno debe
descubrirlo y tratar de realizarlo de la mejor manera posible.
7 Este es un recordatorio del tema que ya se dio, es importante recordarlo en esta Catequesis.
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Uno puede encontrar los diversos carismas en grupos Juveniles de las diferentes
congregaciones, grupo de oración, de formación, de catequesis, de servicio, etc. Uno puede y
debe buscar ese carisma con el que se identifica dentro de la Iglesia.89
Cabe resaltar que en la sociedad transmite que media vez uno entra a la el Bachiller o
Diversificado o bien a la universidad uno debe dejar todo por los estudios, porque no se puede
hacer todo a la vez. Pero si se puede, es algo que toda persona debe tener claro, si se puede
trabajar o estudiar y tener una vida activa en la Iglesia en la mayoría de ocasiones y de no
poderse involucrar de una forma más activa siempre está el ejemplo de vida en nuestro día a
día, requiere de nuestra voluntad.10
o Mandamientos de la Iglesia
Los cinco «mandamientos de la Iglesia» con sus exigencias de mínimos quieren recordar que no
hay vida cristiana sin esfuerzo moral, sin participación concreta en la vida sacramental de la
Iglesia y sin la vinculación solidaría con ella. Son obligatorios para todo cristiano católico.
2) Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, y si se ha
de comulgar.
¿Por qué la «doble moral» es un reproche tan grave contra los cristianos?
(YOUCAT # 347)
San Pablo fue el primero que recordó a la comunidad de Corinto: «Es evidente
que sois carta de Cristo [...] escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo;
no entablas de piedra, sino en las tablas de corazones de carne» (2 Cor 3,3).
o Comunidad de amor
Según la comparación de San Pablo, la Iglesia es un cuerpo humano formado por muchos
miembros. Cada miembro de la Iglesia se encuentra en relación con los demás.
La misión fundamental de la Iglesia es evangelizar, es decir, llevar la Buena Nueva a todos los
ambientes de la humanidad y transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad.
La evangelización se realiza mediante la Palabra que se proclama, las obras que se realizan en
cumplimiento del Evangelio y, de manera especial, mediante el testimonio de la propia vida. Junto
con las virtudes teologales (Fe, esperanza y caridad), debemos ser ejemplo de vida para las
personas a nuestro alrededor.
La Iglesia es llamada en la Biblia como “edificación” no como edificio material sino como tarea
por realizar, una edificación en permanente construcción, en la que todos estamos llamados
a participar.
11
Se refiere a una moral practicada en público o también tácitamente, que mide «con doble vara de
medir». Hacia fuera la persona de doble moral defiende metas y valores que no observa en su vida
privada. «Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras» (1 Jn 3,18).
(YOUCAT)
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¿Se puede ganar el cielo mediante tas buenas obras? (YOUCAT #341)
No. Ningún hombre puede alcanzar el cielo simplemente por sus propias fuerzas.
Ser redimidos es pura gracia de Dios que, sin embargo, exige la cooperación libre
del hombre, que es meritoria por gracia.
Por más que seamos salvados por la gracia y por la fe, tanto más debe mostrarse
en nuestras buenas obras el amor que hace brotar la acción de Dios en nosotros.
Dios es amor, Él quiere que nuestra vida sea la de una comunidad unida en el amor.
El cristiano no vive sólo. Está llamado a vivir en comunidad. La comunidad es el lugar en el que
Dios manifiesta su amor a todos y cada uno. Por eso, una comunidad cristiana reunida en el
nombre del Señor, es una comunidad reunida en el amor. Con todos los diversos “matices” de la
iglesia, en esta comunidad de amor estamos invitados a participar.
Recordar:
La tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión, el compromiso esencial
de la Iglesia y de todo cristiano. Evangelizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia.
Ella existe para evangelizar. (Papa Pablo VI)
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• Las bienaventuranzas
o El deseo de felicidad
Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino:
Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede
satisfacer
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o La bienaventuranza cristiana
Dios nos ha puesto en el mundo para conocerle, servirle y amarle, y así ir al cielo. Las
bienaventuranzas nos hacen participar de la naturaleza divina y de la Vida eterna.
Las bienaventuranzas nos enseñan el fin último al que Dios nos llama:
▪ El Reino
▪ La visión de Dios (“Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”)
▪ La participación en la naturaleza divina
▪ La vida eterna
▪ La filiación
▪ La descanso en Dios
Las bienaventuranzas nos colocan ante opciones decisivas con respecto a los bienes terrenos;
purifican nuestro corazón para enseñarnos a amar a Dios sobre todas las cosas.
La bienaventuranza del cielo determina los criterios de discernimiento en el uso de los bienes
terrenos en conformidad a la Ley de Dios.
Recordar:
“El Decálogo (los 10 mandamientos), el Sermón de la Montaña (Bienaventuranzas) y la
catequesis apostólica nos describen los caminos que conducen al Reino de los cielos. Por ellos
avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día, sostenidos por la gracia del Espíritu
Santo. Fecundados por la Palabra de Cristo, damos lentamente frutos en la Iglesia para la
gloria de Dios.” (CIC #1724)
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Como Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, también nos ha hecho partícipes de su
santidad. Eso, precisamente, es ser santos; es lo primero y lo más importante que Dios nos pide.
Todos debemos ser «santos». El sentido de nuestra vida es unirnos a Dios en el amor,
corresponder totalmente a los deseos de Dios. Debemos permitir a Dios «que viva su vida
en nosotros» (beata Teresa de Calcuta). Esto significa ser «santo».
Sólo en la santidad encuentra el hombre la verdadera armonía consigo mismo y con su Creador.
No podemos ser santos por nosotros mismos, necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para
cumplir siempre la voluntad de Dios. Dios es amor, el Espíritu de Dios es amor, por lo tanto ser
santo es amar.
La base fundamental para alcanzar la santidad es la práctica del amor, conforme amemos como
Jesús lo hizo, sabremos que estamos avanzando en el camino de la santidad. Todos tenemos la
misión de amar, todos tenemos la misión de ser santos.
Sin embargo, la lucha es dura: no podemos ser santos sin renuncia y sin combate espiritual. El
mundo nos ofrece caminos fáciles que entusiasman, pero muchos de esos caminos nos alejan
de Dios, por lo tanto tenemos que aprender a elegir bien.
Aunque los caminos puedan ser distintos y diferentes los esfuerzos que Dios nos pida a
cada uno: a la madre de familia en su hogar, al administrador o al ejecutivo en la empresa,
al obrero en su trabajo, al político o al abogado en su gestión, al estudiante en el Colegio
o en la Universidad, trabajo, etc.
“Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres” (San Juan Bosco)
Es decir, para ser santos no se necesita hacer cosas extraordinarias sino cumplir con el deber
de cada día.
Si tengo que estudiar trato de hacerlo bien, si tengo que jugar trato de jugar bien (de
manera limpia), si estoy en una fiesta trato de disfrutar la fiesta no ser un “aguafiestas”12,
12Es decir con buen ánimo, muy diferente es decir no a cosas que no nos convienen en fiestas y
similares.
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Jesús nos ha indicado un camino para la santidad: su Evangelio, que está resumido en las
Bienaventuranzas (Mateo 5, 1-11).
Las bienaventuranzas expresan quiénes son las personas realmente felices porque viven
el auténtico amor a Dios y a los demás con los más altos valores del evangelio.
La Iglesia ha tenido santos en todos los tiempos y lugares. Unos lo han sido humilde y
calladamente, y por eso tal vez nadie los recuerda. Otros, han sido reconocidos oficialmente por
la Iglesia como tales y, por eso, son más conocidos.
Pero unos y otros han hecho de diferente manera una misma opción: responder al llamado que
Dios nos hace a ser santos. Todos ellos han tenido que pasar por las mismas luchas de todo
cristiano. Nosotros los recordamos para imitarlos y para intentar hacer más.
“Si estas y estos santos han podido serlo, ¿por qué yo no?”. (San Agustín)
Nuestra veneración a los santos es efectiva en la medida en que sus vidas nos ayuden a
delinear nuestro propio camino de santidad. No está de más recordar que los cristianos
veneramos a María y al resto de santos, es decir les tenemos un cariño especial y tratamos de
imitarlos.
Nuestra respuesta es determinante para que Dios pueda actuar en nuestro interior, pero toda
ella sin la fuerza santificadora del Espíritu, sería infructuosa.
La Confirmación es un sacramento que, de una manera particular nos da la fuerza del Espíritu
para que seamos testigos de Jesús, para que seamos santos. Una fuerza para difundir y
defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar
valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz.
La Confirmación es un don y una tarea, una gracia del Espíritu y un serio compromiso de
edificar la Iglesia en el mundo, dando testimonio de Cristo ante todas las personas. Uno de los
compromisos del sacramento es el testimonio cristiano:
“Por esa donación del Espíritu Santo, los fieles se configuran más perfectamente con Cristo y se
fortalecen con su poder, para dar testimonio de Cristo y edificar su Cuerpo en la fe y la caridad
[…]
Así, la recepción del Espíritu Santo por el ministerio del obispo, demuestra más estrechamente
el vínculo que une a los confirmados con la Iglesia y el mandato recibido de dar testimonio de
Cristo entre los hombres.” (Constitución apostólica “Divinae consortium Naturae”, sobre el
sacramento de la confirmación)
“Cumple, Señor, en nosotros tu promesa: derrama tu Espíritu Santo, para que nos haga ante el
mundo Testigos valientes del evangelio de Jesucristo”. (Rito de la Confirmación)
No hay una doble verdad. Lo que es correcto desde el punto de vista humano, no puede
ser falso desde el punto de vista cristiano. Y lo que es correcto para el cristiano no puede
ser falso humanamente. Por eso la Iglesia debe pronunciarse acerca de todas las
cuestiones morales.
Recordar:
Las siguientes palabras del Papa Pablo VI se deberían poder aplicar a todos aquellos cristianos
que han recibido el sacramento de la Confirmación, y que con su sola presencia “hablan”,
“predican”, “enseñan” a los demás:
“A través de este testimonio sin palabras, estos cristianos hacen plantearse, a quienes
contemplan su vida, interrogantes irresistibles: ¿Por qué son así? ¿Por qué viven de esa
manera? ¿Qué es o quién es el que los inspira? ¿Por qué están con nosotros? Pues bien, este
13Denominación del oficio de la Iglesia católica de exponer la fe, de interpretarla bajo el auxilio del Espíritu
Santo y de protegerla de falsificaciones. (YOUCAT)
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testimonio constituye ya de por sí una proclamación silenciosa, pero también muy clara y eficaz,
de la Buena Nueva. Hay en ello un gesto inicial de evangelización.” (Pablo VI)
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(5) Reflexiono
(Todas las respuestas de preferencia siempre buscar un ejemplo de vida para complementar la
respuesta)
Preguntas y Respuestas
Los siguientes puntos siempre se deben de realizar.
• Se pregunta a los confirmandos si hay dudas del tema/subtema dado.
• Plantear preguntas con compañeros.
• Y se les pregunta esta pregunta siempre (después de explicar un subtema y al final
de la Catequesis):
o ¿Qué piensan? ¿Están de acuerdo o no? ¿por qué?
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Reflexión final
Se debe cerrar el tema de cómo aplicar dicho tema en nuestra vida. Deberán hacer un
compromiso (los jóvenes) y que digan el por qué de ese compromiso (de forma profunda, no
superficial). Y que indiquen la importancia del tema dado. Orientarlo siempre en Fe.
Señor, enséñame a ser generoso, a dar sin calcular, a devolver bien por mal, a servir sin esperar
recompensa, a acercarme al que menos me agrada, a hacer el bien al que nada puede
retribuirme, a amar siempre gratuitamente, a trabajar sin preocuparme del reposo. Y, al no tener
otra cosa que dar, a donarme en todo y cada vez más a aquel que necesita de mí esperando
sólo de Ti la recompensa. O mejor: esperando que Tú mismo seas mi recompensa. Amén.
14 Estas preguntas el catequista debe hacerlas de forma directa al confirmando siempre, Todas las
preguntas se deben resolver en la reunión de catequistas previa a esta Catequesis.
15 Esta oración personal, puede ser un momento de reflexión guiada por el catequista en relación al
Oración 1:
Respondemos todos: Señor, haz que seamos santos.
1. Padre celestial suscita en nuestros padres y educadores la fuerza para guiarnos por el
camino del bien.
2. Danos la gracia de ofrecerte con alegría toda nuestra vida.
3. Que participemos con gozo en el don de tu amor.
4. Ayúdanos a encontrar la felicidad en la comunión contigo y en el servicio al prójimo.
5. Que vivamos siempre en amistad contigo.
6. Que no nos falte la protección de tu madre, María.
Oración 2:
Señor Jesús, Tu eres nuestro amigo y quieres que todos seamos felices: Guíanos por tus
caminos has que encontremos en ti el verdadero sentido de nuestras visa, danos un corazón
generoso para interesarnos por las necesidades de todos y danos la firme esperanza de la vida
eterna y feliz. Permítenos cultivar y aumentar nuestra Fe, Esperanza y Caridad. Queremos ser
seguidores tuyos para anunciar y construir el Reino en comunidad. Ayúdanos. Amen
16 Esta tarea es a criterio del catequista, pero si se debe dejar en toda Catequesis.
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(11) Anexos