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El documento describe los cuatro tiempos del complejo de castración en el niño varón según el psicoanálisis: 1) El niño cree que todos tienen un pene; 2) Surgirán amenazas de castración que lo llevarán a renunciar a su madre; 3) Verá que las niñas no tienen pene y entrará en angustia; 4) Se dará cuenta que su madre tampoco tiene pene y aceptará la ley paterna, marcando el fin del complejo de Edipo.
El documento describe los cuatro tiempos del complejo de castración en el niño varón según el psicoanálisis: 1) El niño cree que todos tienen un pene; 2) Surgirán amenazas de castración que lo llevarán a renunciar a su madre; 3) Verá que las niñas no tienen pene y entrará en angustia; 4) Se dará cuenta que su madre tampoco tiene pene y aceptará la ley paterna, marcando el fin del complejo de Edipo.
El documento describe los cuatro tiempos del complejo de castración en el niño varón según el psicoanálisis: 1) El niño cree que todos tienen un pene; 2) Surgirán amenazas de castración que lo llevarán a renunciar a su madre; 3) Verá que las niñas no tienen pene y entrará en angustia; 4) Se dará cuenta que su madre tampoco tiene pene y aceptará la ley paterna, marcando el fin del complejo de Edipo.
El concepto de castracin: Los cuatro tiempos del complejo de
castracin en el Nio
Juan David Nasio
Enseanza de 7 conceptos cruciales del psicoanlisis
Dentro del psicoanlisis la castracin no responde a la mutilacin literal de los
rganos sexuales masculinos, sino que designa una experiencia psquica compleja que es vivida de forma inconsciente por el nio a los cinco aos aproximadamente y es decisiva para la asuncin de una nueva identidad sexual. Lo esencial de este proceso es la diferencia anatmica de los sexos,. Hasta ese momento, el nio viva en la ilusin de la omnipotencia; con la experiencia de la castracin podr aceptar que el universo est compuesto por hombre sy mujeres y que el cuerpo tiene lmites; es decir que el nio tiene que aceptar que su pene de nio jams le permitir concretar sus intensos deseos sexuales dirigidos a la madre. Sin embargo esto no se reduce a un simple momento cronolgico, es una experiencia que se ve renovada a lo largo de la trayectoria vital y es puesta en juego nuevamente de un podo particular en la cura analtica del paciente adulto. Uno de los fines de la experiencia analtica es reactivar en la vida adulta la experiencia por la que atravesamos en la infancia: admitir con dolor que los lmites del cuerpo son ms estrechos que los lmites del deseo. Freud a causa del trabajo de con un nio de cinco aos Juanito y la experiencia con pacientes adultos y sus recuerdos infantiles, descubre lo que denominar el complejo de castracin. Este complejo lo describe por primera vez en 1908 y se puede esquematizar en cuatro tiempos en el nio varn:
Primer tiempo: todo nio tiene un pene.
Esta fisin del nio segn la cual todo el mundo posee un pene semejante al suyo, ayuda a comprender que es lo que est puesto en juego en la castracin. Este tiempo es preliminar de las creencias infantiles segn las cuales no hay diferencia anatmicas en los rganos de ambos sexos. Esta creencia constituye la premisa necesaria del proceso de castracin. EL descubrimiento de la realidad de un ser cercano que no posee este atributo (pene) que el supone universal, pondr en un cuestionamiento la creencia del nio y abre la via a la angustia de que el algn da tambin ser privado de igual manera. En sntesis, la condicin previa para la experiencia psquica de la castracin es la ficcin de la posesin universal del pene. Segundo tiempo: el pene est amenazado Es el tiempo de las amenazas verbales que apuntan a prohibir al nio sus prcticas autoeroticas y a obligarlo a renunciar a sus fantasmas incestuosos, las advertencias parentales (que el nio internaliza y posteriormente hacen surgir al sper yo) hacen abandonar al nio toda esperanza de ocupar un da el lugar del padre en el comercio con la mare. La amenaza de castracin apunta al pene pero sus efectos recaen sobre el fantasma del nio de poseer un da su objeto amado: la madre, por lo tanto debe renunciar a eso.
Tercer tiempo: Hay seres sin pene, la amenaza es real
Este tiempo da lugar a la amenaza visual de la zona genital femenina, este momento la zona que el nio ve no es la vagina sino la zona pubiana del cuerpo de la mujer. Lo que el nio descubre de forma visual no es la vagina sino la falta de pene. En un primer momento el nio parece no prestar inters a esta falta, peor el recuerdo de las amenazas verbales odas en el segundo tiempo conferir ahora su plena significacin a la percepcin visual de un peligro hasta entonces desestimado. El nio por su adhesin afectiva narcisista que carga su pene, no puede admitir que existen seres semejantes a l que estn desprovistos de ese miembro. El valor afectivo que acuerda a su cuerpo es tan intenso que no puede concebir un ser semejante sin este elemento
primordial. En lugar de reconocer la ausencia total de pene en la mujer el nio
le atribuir un rgano genital al que asocia el comentario: La nia tiene un pene todava chiquitito, pero que le va a crecer.
Cuarto tiempo: La madre tambin est castrada; emergencia de la angustia
A pesar de la percepcin visual del cuerpo de la nia, el nio mantendr su creencia segn la cual las mujeres mayores y respetables estn dotadas de un pene. Cuando el nio ms tarde descubre que las mujeres pueden parir, llegara a la idea de que su madre tambin est desprovista de un pene. Ver un cuerpo femenino abre la va a la angustia de perder el rgano peniano, pero todava no se trata de la angustia de castracin. La visin de la ausencia de pene en la mujer por una parte y la evocacin auditiva de las amenazas verbales parentales por otra, definen las dos condiciones principales del complejo de castracin. La angustia de castracin no es sentida por nio, es inconsciente. No se debe confundir esta angustia con los miedos comunes de los nios. Bajo el efecto de la angustia de castracin, el nio acepta la ley de la interdiccin y elige salvar su pene a costa de renunciar a la madre como pareja sexual. Con la renuncia de la madre y el reconocimiento de la leu paterna finaliza la fase del amor Edipico y se hace posible la afirmacin de la identidad masculina. Esta crisis que el nio tuvo que atravesar fue de carcter fecunda y estructurante, ya que lo capacit para asumir su falta y producir su propio limite El final del complejo de castracin es tambin el final del complejo de Edipo. La desaparicin del complejo de castracin para el nio es especialmente violenta y definitiva, en palabras de Freud: el complejo de Edipo no es solamente reprimido en el varn, sino que se desintegra literalmente bajo el impacto de la amenaza de castracin () en el caso ideal ya no subsiste entonces el complejo Edipo alguno, ni aun en el inconsciente.