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Para entender por qué los movimientos fascistas pudieron tener éxito en los años de
entreguerras es importante considerar que desde fines del siglo XIX las sociedades
liberales habían generado en su interior diversas corrientes críticas que apuntaban
fundamentalmente a cuestionar el materialismo, el determinismo económico, el
racionalismo positivista, el igualitarismo democrático y el internacionalismo socialista.
Postulaban, en cambio, un radical voluntarismo de corte nacionalista, que exaltaba la
voluntad de poder, el vigor de la juventud y lo que se suele llamar “el principio masculino”,
entendiendo por ello la decisión de imponer los propios términos. Así como los
movimientos fascistas eran anti liberales también desafiaban a los conservadores, a
quienes acusaban de debilidad, mediocridad y conformismo. Los fascistas postulaban la
construcción de una nueva sociedad en la que ciertos elementos del tradicionalismo,
como la sangre y la tierra, eran reinterpretados; sus elementos irracionales legitimaron el
egoísmo nacionalista. El que los fascistas se presentaran como decididos custodios de la
propiedad privada, no fue obstáculo para que apelaran a las masas, utilizando lenguajes y
retóricas propagandísticas que exaltaban tanto a las mismas masas como al líder, su
conductor. Con la propaganda y los actos de masas mostraban detentar un poder
imbatible, y de este modo imprimieron una sensación de seguridad a aquellos sectores
medios vulnerables frente a las desestabilizadoras condiciones sociales y económicas de
la primera postguerra. También resultaron atractivos para amplios sectores sociales que
añoraban orden y seguridad, valores que sentían amenazados por los brotes
revolucionarios provenientes de la izquierda. Además, siguiendo al líder carismático,
decidido, voluntarista, irracional, las masas lograban sentirse protagonistas de la historia.
En conjunto, todos estos elementos hicieron posible que, en un mundo inestable, el
fascismo, que se ofrecía moderno y con la voluntad necesaria para imponer un orden
nuevo, resultara atractivo.
Como fuentes primarias, se pueden leer extractos de Hitler o de Mussolini, como los
siguientes:
Como fuente secundaria, se puede recurrir a un extracto del libro “Y Mussolini creó el
fascismo”, de El “estilo fascista”
“La realidad es que en Italia ha empezado una nueva existencia para todos, de la que el
fascismo es el único, previsor y meticuloso empresario. En cuanto el italiano cruza el
portal de su casa, se encuentra con el vecino que le saluda con el brazo en alto,
romanamente (el saludo romano ha sido una de las primeras reglas del “estilo fascista”, y
Mussolini se sintió muy satisfecho con esta nueva moda porque
“el apretón de manos ha desaparecido entre nosotros -le decía a Emil Ludwig, con la
gravedad que solía usar al tratar de cosas tan nimias como ésta-, el saludo romano es
más higiénico, más estético y más rápido”). Los hijos de los italianos, desde que nacen ya
son fascistas: Figli della Lupa, Balilla, Avanguardisti, y sus hijas son Figlie della Lupa,
Píccole Italiane y Giovani Italiane. Cada dos por tres el italiano tiene que vestir camisa
negra. El ciudadano vive rodeado por los símbolos de la nueva Era. Aparecen el licor
“Fascio”, el tren “Littorina”, el gasógeno “Dux”... En las fachadas, en las estaciones, en los
carteles de las carreteras están escritas las frases más inteligentes y programáticas del
fascismo: Mussolini ha sempre ragione (Mussolini siempre tiene razón), Credere, ubbidire,
combattere (Creer, obedecer, combatir), Noi andremo sempre diritti (Iremos siempre
derechos, frase de un cartel gigantesco en la carretera de Roma a Nápoles, situado antes
de una curva...).Néstor Luján y Luis Bettonica.
Los italianos no se aburren. El Régimen fascista se preocupa para que ningún ciudadano
se quede sin saber qué hacer. La semana de la nueva existencia de los italianos termina
siempre con desfiles, inauguraciones, concentraciones de masas: la folla oceanica, la
muchedumbre oceánica, tiene siempre una cita con Mussolini que les habla de la Italia
que “por tercera vez será guía de la civilización humana”, o le lanza un mensaje tan
sensato como éste: Meglio vivere un giorno da leone che cent’anni da pecora (Es mejor
vivir como un león un día, que cien años como cordero). Mussolini no pierde ocasión para
alimentar la vanidad de cada categoría, de cada clase social, de
cada grupo, de cada maestro de escuela, de cada maníaco, de cualquier ciudadano...
Para divertir al pueblo organiza los plebiscitos de 1929 y 1931, con votos no secretos y
cuyo resultado se daba por más que supuesto”.
Como una propuesta diferente para encarar con documentos el estudio del ascenso
del nazismo al poder, proponemos analizar, a continuación, algunos ejemplos de la
propaganda política y el discurso electoral que el Partido Nacional Socialista difundía con
motivo de las elecciones parlamentarias de finales de la década del ´20 y comienzos de la
década del ’30.
Con enorme descaro, los principales dirigentes del partido publicaban en la prensa
partidaria su desprecio por la democracia parlamentaria. No obstante, reconocían que
participaban en las elecciones para destruir al sistema desde adentro, para utilizar las
armas de la democracia contra la propia democracia. Afirmaba J.Goebbels, en un artículo
publicado el 30 de abril de 1928, en Der Angriff, órgano de prensa del Nacional
Socialismo:
Por ello, pronto el nazismo comenzó a participar en las elecciones, con una propaganda
política que hacía fundamental hincapié en la crisis socioeconómica y en el desempleo.
No obstante, los aspectos más perversos de la ideología nacional-socialista, como el
antisemitismo, la violencia como herramienta política, el odio patológico hacia las
manifestaciones políticas de izquierda, etc. se pueden percibir con claridad, velados
detrás de las consignas publicitarias propias de cualquier campaña electoral. Aunque el
nazismo no proponía en sus carteles, panfletos y discursos el cierre del Parlamento, la
prohibición de los partidos políticos opositores, la anexión de los estados vecinos, la
instalación de campos de concentración o el genocidio del pueblo judío, es posible
reconstruir, a partir de dichos textos, los elementos fundamentales de la ideología
nacional-socialista. Al mismo tiempo, es posible captar las técnicas y estrategias
publicitarias propiciadas por los seguidores de Hitler. En cualquier caso, la concepción del
marketing electoral que caracterizaba al líder nazi dejaba escaso espacio para las
sutilezas. En un párrafo de su brutal manifiesto autobiográfico, Mein Kampf, redactado
luego del fracaso del Putsch de 1923, afirmaba Adolf Hitler:
1. Cartel electoral del Partido Nacional Socialista para las elecciones del
Landtag de Prusia, 24 de abril de 1932:
Y tú tienes cada vez más compañeros. Desde que el gobierno Brüning está en el
poder, el número de desocupados ha aumentado en cuatro millones. ¿Tú crees que
ese número bajará si no se cambian los métodos ?
En los campos, habría con qué hacer pan, pero el campesino no puede vender su
grano. Se ha vuelto pobre y su campo se convierte en erial. ¿Por qué? ¿Con qué
objetivo? A ti te gustaría tener ese pan, esa carne, esa leche...
Y sin embargo, la tierra alemana da casi todo lo que necesitamos. Se podrían arreglar
las cosas para que en pocos años las cosechas alemanas fueran suficientes para
satisfacer a la población y para que los recursos destinados a adquirir productos
alimenticios no se los llevara el extrenjero.
Tenemos todo lo necesario: la tierra que produce el pan, las manos que trabajan, las
máquinas que podrían fabricar en abundancia todo lo que nos hace falta.
Pero si te queda aunque sea un vislumbre de esperanza, ¡ entonces vota por los
nacional-socialistas !, puesto que piensan que se puede cambiar todo esto.
¿Qué dice Hitler de esta situación? ¡Nada dice! ¡Adolfo Hitler haría algo! No se
quedaría mudo esperando que el extranjero tenga ganas de succionarnos todavía
más dinero!
Lo que haría Adolfo Hitler está todo preparado y a punto. Hitler sólo espera el día en
que tú te decidas por él para poder ayudarte.
(...) Puedes haber sido todo lo que quieras hasta ahora. En nuestras filas, serás un
hermano y un compañero.
B. Ideología y objetivos:
C. Estilo y organización: