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INTRODUCCIÓN
este trabajo. 2a Con la de exponer mejor y más explícitamente No menciono otros dogmas católicos de igual o mayor
lo que en él haya quedado impreciso o poco palmario. 3a Y con importancia, tan hondamente vividos como los enumerados,
el objeto de que el texto mismo, tal como fue pronunciado, porque ellos no son lo que específicamente constituyen la fuer-
sea releído sin alteraciones transitorias ni interlineaciones que za de la fe en el territorio antioqueño.
oscurecen el pensamiento original. En cambio, los que dejo enunciados permiten explicar dos
Un día alguien me preguntó: "¿Es usted católico?" Y atributos del carácter de los habitantes de esa región del país:
ante mi respuesta afirmativa, me expresó su extrañeza de cómo su optimismo y su seriedad ante la vida. En otras partes el op-
podía seguir siendo católico un hombre que leía y comentaba timismo hace a las gentes frivolas, superficiales y vanas. En
(mal que bien, era obvio) a gentes como Kant y Husserl. Re- otras partes la seriedad de la vida conduce al pesimismo, la neu-
cuerdo que no mencionó más que estos dos nombres. rosis y la angustia vital. Sólo por la vigorosa presencia de estos
La pregunta me llevó a meditaciones de orden sociológi- dogmas católicos con todas sus tensiones internas, ha sido po-
co. Encontré cómo en realidad, dentro de mí, no había sufrido sible que Antioquia conjugue esas dos opuestas virtudes ano-
tadas.
vacilación ninguna mi fe católica, ni la conmovía la reflexión
que realizaba en torno de la filosofía moderna. Pude darme
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cuenta que todo ello quizás provenía de haber nacido y cre-
cido en el ambiente antioqueño, en que la fe era todavía viva,
en que la concepción del mundo total giraba en torno de la
verdad católica. Mi casa, como la totalidad de los hogares an- Es difícil que alguien dotado de esa forma de fe, pueda
tioqueños que nos rodeaban vivía, por así decirlo, en la edad sentirla socavada por la filosofía. La fe se tiene entonces como
media, en materia de creencias religiosas y conducta moral. un hecho, por sobrenatural que él sea, y se convive con los
Industriales, gentes de letras, de banca o de negocios, con un datos de la fe como con las demás cosas que nos depara el mun-
do. La filosofía nunca puede negar éstas: están allí, inconmo-
muy moderno sentido del dinamismo de la vida actual, sin em-
vibles, desafiantes. La filosofía tiene por misión interpretar-
bargo, mantenían una fe incólume, y toda su conducta se teñía
las, explicarlas, decir qué son. Y así, cuando más nos entu-
de esa fe. siasma el solipsismo filosófico, es un hecho que esta mesa en
Los rasgos generales de esa fe, y que todavía persisten en que escribo no me deja prescindir de ella y pasar a través de
Antioquia, son: la creencia en Dios vivo, como providente, en ella como si no existiera. De la misma manera, para el hombre
quien el hombre deposita tanto su próspera como su adversa de fe, por más que Kant convenza que las pruebas tradiciona-
fortuna; como dispensador de bienes y de males, a excepción les de la existencia de Dios son falaces, allí está la fe en Dios,
de aquellos que provienen de nuestra voluntad pecadora. Por y el afán filosófico seguirá en la búsqueda de una razón que lo
tanto, la concepción de un reino de Dios que se realiza en este muestre o demuestre.
mundo, a pesar de la malicia de los hombres, y para cuya exal- Retornando al tema de la pregunta que un día se me hi-
tación ha de recibirse con sumisa reverencia todo lo que tran- ciera, pensé siempre que había que mostrar otra posible forma
sitoriamente puede ser un mal. Por ello, la entrega confiada de conciliación entre la fe y la filosofía. No trataba yo de ha-
a la voluntad de Dios, haciendo, con todo, enérgicamente, el cer fideísmo, pues el fideísmo desprecia la filosofía. No quería
deber que a cada uno incumbe. La presencia permanente de tampoco defender los fueros de la filosofía, porque en los innu-
Dios en su Iglesia y el asentimiento a ella como la expresión merables sistemas filosóficos, y en uno solo también, podía en
misma de la palabra divina. La aceptación firme y segura de un momento dado, periclitar la fe. Quería darle a la fe su
la divinidad de la Iglesia, a despecho de todos los escándalos que propia autonomía. Esto no significa:
puedan dar sus ministros o sus fieles. Y, finalmente, la creen-
cia en la caída del hombre por el pecado, y la necesidad de la Primero: Negar que existan motivos racionales de credi-
elevación por la gracia. bilidad, para el que tiene fe.
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Segundo: Afirmar, por tanto, que la fe es contraria a la ¿Por qué? Porque la fe tiene su propio piso, está en mí, como
razón. don gracioso de Dios, como un hecho que no quiero ni puedo
La doctrina católica no dice que el que tiene fe tenga que negar. Si no lo quiero negar, no lo puedo negar por más que
buscar, para tenerla, motivos racionales, de credibilidad. Lo una filosofía determinada me lleve a negarlo.
que la Iglesia afirma es que esos motivos existen, mas no que La gnosis absorbió la fe en la filosofía. El fideísmo absor-
sólo puede tener fe quien los conoce y asiente a ellos. Si la Igle- bió la filosofía en la fe. Las teorías tradicionales de la conci-
sia dijera cuáles son ellos, entonces los motivos mismos se vol- liación han sostenido que "la" fe se conciba con "su" filosofía.
verían cuestión de fe, y no precisamente, sus preámbulos, lo Lo que aquí se sostiene es que "la" fe, tarde o temprano, se
anterior a la fe. concilia con "la" filosofía, y que este esfuerzo de conciliación
Quien conociendo determinados motivos de credibilidad es una labor incesante para el que la busque, porque la filoso-
no los acepta, pero persiste en su fe, no creo en sana lógica que fía es tanto mejor filosofía en cuanto se acerque a los hechos
pueda estar fuera de la unidad dogmática. y no en cuanto los niegue o los deforme. Y entre esos hechos
Lo estaría sí, aquel que a priori rechazara todo posible están los hechos de la fe.
motivo de credibilidad y afirmara que el dato de la fe es, en
sí, lo antirracional, lo absurdo, lo arbitrario, lo negador de todo EL CRISTIANISMO A N T E LA FILOSOFÍA ACTUAL
orden del ser, y con todo pretendiera permanecer en esa fe.
Esto es en lo que consiste el fideísmo. La filosofía, tanto como el arte, la ciencia, la política,
En cambio, quien aceptando la inconmovilidad de su fe, pueden ser en sí indiferentes para un cierto tipo de cristianis-
y rechazando a la vez unos determinados motivos de credibi- mo. Un cristianismo escatológico, que sólo piense en las pos-
lidad, busca afanosamente otros, lo que está haciendo es con- trimerías, que tome en un sentido extremadamente literal aque-
fiar precisamente en la filosofía, en la capacidad de su pro- llo de que este mundo es un valle de lágrimas, en realidad poco
greso, de su afinamiento, incluso de nuevas vías inéditas para tiene que hacer con la filosofía ni con ninguna otra de las co-
que ese dato inconmovible de la fe reciba una nueva luz. sas con que el hombre trabaja en este mundo, pero ni tampoco
Pero esta nueva luz, no sería una luz ni necesaria ni su- con el mundo mismo.
ficiente para que la fe se dé. No necesaria, porque sin ella la Sin embargo, no es esta la única forma posible de cristia-
fe puede subsistir como don gratuito que es; ni suficiente, por- nismo. No es el cristianismo escatológico por sí rechazable, ya
que con ella sola, con la sola luz de filosofía, no tendremos ja- que en él se han distinguido grandes santos en todas las épocas
más acceso a las verdades de fe, en sentido estricto. de la cristiandad. El vivir de espaldas al mundo y de frente a
Por tanto, lejos de subestimar las fuerzas de la razón para las ultimidades es una actitud auténticamente religiosa. Em-
el tratamiento de las verdades de fe, lo que he creído poder es- pero, no es la única actitud religiosa posible.
tablecer es que, si una sola es la fe, son múltiples los caminos de Al lado de ella y marchando paralela con ella en la vía
la filosofía para acercarse a ella. Y si una determinada filosofía de la santidad, la historia ha destacado otras ilustres figuras de
falla, allí están las fuerzas del espíritu humano para que bus- santos que nunca perdieron de vista este escenario que Dios
que otras vías de motivación, otras filosofías, si es que quiere otorgó al hombre para desplegarse justamente como hombre,
entrever con luz filosófica lo que ya tiene muy seguro en el para afirmarse en él como ser que conoce, quiere, ama, siente,
acto de fe. apetece, imagina y desea, actúa, modifica, destruye y constru-
Como se ha dicho, "la mejor apologética es la dogmática ye en la naturaleza.
misma". Yo he creído con mi trabajo asegurar el mundo de la Y es este último tipo de cristianismo el que hoy atraviesa
fe, porque este es el mundo de la mayoría de los creyentes, que por grave crisis, tan extrema como no la viviera en ninguno
no se preocupan de motivos de credibilidad. Y he defendido de los siglos pasados, ni siquiera en las primeras épocas en que
que en este mismo mundo puede permanecer el filósofo, aun abundaron los cenobiarcas y anacoretas. Y aquí cabe señalar
cuando sus investigaciones filosóficas no le dan piso a su fe. una alentadora característica que emerge de la propia crisis,
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