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Reducción de Emisiones de gases con efecto invernadero causadas por la


Deforestación y la Degradación Forestal (REDD): ¿Herramienta de Mitigación?
Ricardo O. Russo
Universidad EARTH
Material de lectura para discusión en el Curso de Silvicultura Tropical
Diciembre de 2009

Introducción

Con motivo de mi participación como integrante de la delegación de Costa Rica en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP15), llevada a cabo en Copenhagen, Dinamarca del 7 al
18 de diciembre de 2009, pude participar en las sesiones de negociación, plenarias y grupos de trabajo
relacionados con REDD (Reducción de Emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) causadas por la
Deforestación y la Degradación Forestal). En este contexto, surgió la idea de preparar esta revisión
conceptual como material de lectura para discutir en el Curso de Silvicultura Tropical del próximo año.
Considerando que los bosques naturales, primarios y secundarios, proporcionan un buen número de
bienes y servicios ecosistémicos (ambientales) valiosos a la sociedad y dado que la falta de
remuneración de los servicios ambientales de los bosques, en muchos países de América Latina,
suponen una desventaja para la protección de los ecosistemas boscosos, es que este tema REDD cobra
importancia para la población estudiantil de nuestra universidad con representación multinacional.

Antecedentes históricos

El uso de la tierra, los cambios en los usos de la tierra y la silvicultura (UTCUTS, también conocidas como
“LULUCF” por sus siglas en inglés) son en conjunto una fuente primordial de emisiones de dióxido de
carbono y la deforestación es parte de estas actividades. El Panel Intergubernamental para el Cambio
Climático (IPCC) estima que 1,6 billones de toneladas de carbono son emitidas anualmente por estos
procesos, de los cuales la mayor parte son debidas a la deforestación. Esto representa alrededor del 20%
de las emisiones de carbono actuales en el mundo. Es por esto que comprender los motivos que
provocan la deforestación y degradación de los bosques ha adquirido una importancia renovada ya que
la atención de los gobiernos y la opinión pública se ha reenfocado sobre los bosques como consecuencia
de la apreciación de su renovado papel en la mitigación y adaptación al cambio climático (CC). El informe
Stern (2006), publicado por el Gobierno del Reino Unido, que analiza la economía del CC, enfatiza la
prevención de la deforestación como uno de los cuatro elementos clave para los futuros marcos
internacionales de CC. El argumento esgrimido para la inclusión de los bosques en un acuerdo futuro
sobre el clima es doble: los bosques son los mayores emisores no incluidos en el actual acuerdo de
Kyoto, y el costo de reducir las emisiones es comparativamente favorable comparado con otros
sectores.

De acuerdo con lo visto, la conservación de los bosques existentes, o deforestación evitada es una
forma de reducir las emisiones. Ya en Kyoto en el año 1997, durante la COP 5 (Conferencia de las
Partes) se propuso que RED (con una D) fuese considerado como uno de los mecanismos de mitigación
aplicables al primer periodo de compromisos (2008-2012) asumidos en el marco del Protocolo de Kyoto
(PK). Pero en el año 2000 se rechaza dicha posibilidad en la COP 7 (Marakesh) cuando se definieron los

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mecanismos aplicables al primer periodo de compromisos asumidos en el marco del PK. De manera que
RED desde entonces siguió desarrollándose como una idea para ser aplicada en el mercado voluntario
de carbono.

Más tarde, la historia continúa con una nueva denominación: REDD (con doble D), que además de la
deforestación, incluye la degradación de los bosques y se propone nuevamente como una de las
maneras de mitigar el cambio climático. Esta nueva etapa, se puede decir que comienza con la
introducción del concepto REDD en las negociaciones de la COP 11 en Montreal en el año 2005. En el
desarrollo del concepto se resalta el papel de los bosques naturales como agentes de mitigación y se
enfatiza que los bosques tropicales tienen mayor potencial (porque tienen más biomasa) y son los que
más se pierden. En esta Convención, a solicitud de 10 países liderados por Papúa Nueva Guinea y Costa
Rica, se acordó iniciar un proceso de dos años de revisión de experiencias y asuntos técnicos, científicos
y metodológicos relacionados con diferentes enfoques de política e incentivos positivos para reducir las
emisiones de gases de efecto de invernadero por deforestación para países en desarrollo. El órgano
científico de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) trató el
tema de la “Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación” (RED) en su “Conferencia de las
Partes” realizada en Bali, Indonesia, en diciembre de 2007 (COP13). Allí, los proponentes de RED querían
incentivos a la conservación de los bosques como parte de los instrumentos de comercialización del PK
en su próxima fase (a partir de 2012). Seguidamente, el Banco Mundial (BM) buscó convertirse en el
principal organismo internacional encabezando las iniciativas mundiales de RED. A mediados de 2007, el
BM solicitó al Grupo de los 8 países industrializados (G8) que brinden apoyo político y financiero a su
propuesta Forest Carbon Partnership Facility (FCPF) que pondría a prueba los programas para reducir las
emisiones derivadas de la deforestación en cinco países tropicales.

A partir de entonces se reconoce a nivel internacional el papel de los bosques en el cambio climático y
se comienzan programas de incentivos para estimular la conservación de los bosques. De manera que se
reafirma el concepto de la “deforestación evitada”, que se refiere a la prevención o reducción de la
pérdida de los bosques con el fin de reducir las emisiones de GEI y se ha convertido en un tema clave en
los debates sobre las políticas en materia de cambio climático.

La idea detrás del concepto RED era que los países del Norte paguen a los países del Sur para reducir la
deforestación dentro de sus fronteras nacionales. Una de las propuestas era darles ayuda monetaria
para tal fin y otra era que los países del Sur vendan el carbono almacenado en sus bosques al Norte para
permitir que las industrias del Norte pudiesen mitigar sus emisiones, dentro de un sistema mundial de
comercio de carbono. Además, el órgano apoyo subsidiario de asistencia técnica (OASAT) – también
referido como SBSTA por sus siglas en inglés -recomendó incluir también a la degradación como una
fuente de emisiones de GEI a reducir. Y es así como aparece la sigla REDD con dos “D”. Como resultado,
REDD está en un proceso de emergencia como un posible componente más del régimen de mitigación
contra el cambio climático que se negocia para reemplazar al PK, que finaliza el año 2012. En resumen
REDD se refiere a un conjunto de mecanismos (aun en consolidación) para compensar por la reducción
de emisiones de GEI provenientes de la deforestación y la degradación de bosques al no deforestar ni
permitir la degradación de los bosques.

La institucionalidad internacional para REDD+ está siendo acordada entre las naciones partes de la
Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). En respuesta a solicitudes de
varios estados parte, para incluir la deforestación en la agenda del cambio climático, la Undécima Sesión
de la Conferencia de las Partes (COP11), en diciembre de 2005, se inició un proceso de dos años de
duración para considerar una normativa para reducción de emisiones por deforestación en países en

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vías de desarrollo. Este proceso se ha centrado en la documentación e intercambio de consideraciones


científicas, técnicas y metodológicas y experiencias, incluyendo aproximaciones políticas e incentivos
positivos. En la COP 13 (Bali) se incluyó a REDD en la “Hoja de Ruta” como mecanismos a ser estudiados
para ser considerados en el segundo periodo de compromisos (a partir del 2012).

¿Cómo surge el término REDD + (REDD plus)?

REDD+ significa Reducciones de Degradación, Deforestación, Conservación, Manejo Sostenible del


Bosque y Aumento en los reservorios de carbono del Bosque. Los elementos iniciales que se incorporan
son el manejo forestal sostenible y el incremento en las reservas de C, pero conlleva implicaciones
sociales para las comunidades aledañas a los sistemas boscosos que se pretenden conservar y de
biodiversidad de dichos sistemas. Por ello, podría afirmarse que REDD + surge como un proceso con un
valor agregado, que incluye al menos tres tipos de beneficios adicionales (Clarke y Haskins, 2009; Kapos
et al., 2007; Karousakis, 2007): 1) Beneficio climático: porque reduciría hasta un 20% de las emisiones
globales; 2) Beneficio de biodiversidad: porque prevendría pérdida de los hábitats más ricos; y 3)
Beneficio social: porque brindaría ganancias y otros beneficios. REDD + se aplica principalmente en
bosques naturales y se refiere a las emisiones que no se liberan a la atmósfera al evitar que un bosque
se deforeste o degrade. No es simplemente una compensación por un bosque. Además, también puede
ser una herramienta de mitigación de la pobreza, dado que los bosques pueden ser una fuente
importante de ingreso, empleo y subsistencia para la población que vive en pobreza en las zonas rurales,
dado que los recursos forestales contribuyen directamente al sustento de mil doscientos millones de
personas que viven en condiciones de desventaja económico-social y favorecen de manera indirecta al
ambiente donde se lleva a cabo la producción agrícola de casi la mitad de la población del mundo en
desarrollo (FONAFIFO, 2009).

Oportunidades y Fortalezas de REDD+

La reducción potencial de emisiones que se pueden alcanzar por medio de este instrumento es variable
en función de varios factores y se visualiza como una oportunidad de mitigación con potenciales
fortalezas empresariales. En los inventarios de emisiones de algunos países, constituye más del 50% del
total. De manera que la introducción del concepto REDD a una estrategia nacional de mitigación del
cambio climático puede ser una herramienta para lograr resultados significativos de la reducción de
emisiones.

Si se considera al carbono retenido en la biomasa forestal, que no se deforesta y que no se degrada,


como un activo natural y se da una valoración económica del mismo los beneficios del secuestro de C en
los bosques naturales, plantaciones y sistemas agropecuarios son múltiples.

También, si se aumenta el almacenamiento de C en la vegetación y los suelos, además del servicio de


mitigación, se obtienen otros servicios ambientales, tales como: a) mejores suelos y calidad de agua, b)
menos pérdida de nutrientes, c) reducción de la erosión, d) mejores hábitats para la vida silvestre, e)
más conservación de agua, y f) más productos de la biomasa.

Algunos estudios argumentan que REDD es una opción de bajo costo, comparada con las medidas de
mitigación realizadas en países Anexo I y que su inclusión permitiría alcanzar metas globales con más
eficiencia y rapidez.

Ricardo Russo, REDD+


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Además, REDD+ representa una oportunidad para alcanzar otras metas globales como la reducción de la
pobreza, adaptación al cambio climático y la conservación de la biodiversidad (Karousakis, 2009). Así
mismo, en los países en vías de desarrollo y actualmente con altas tasas de deforestación, tiene el
potencial de contribuir a lograr metas locales de desarrollo y ayudar a combatir la pobreza.

En un informe de consultoría preparado para el gobierno de Nicaragua, Angelsen et. al. (2009) señalan
que hay enormes oportunidades de progresar con REDD+ en el corto plazo si se presta atención a las
múltiples causas de la deforestación y se abordan en forma apropiada, es decir tratándolas en conjunto
con otros sectores, ya que en el pasado muchos esfuerzos de reformas forestales se han centrado sólo
en el sector forestal. Asimismo, opinan que existen oportunidades para un progreso relativamente
rápido a través de ajustes a las políticas de energía, como subsidios para estufas baratas y de consumo
eficiente de combustible, que reduzcan la demanda de leña, otro agente principal para la pérdida de
carbono de los bosques. La comunidad del CC también está de acuerdo que un diseño adecuado REDD+
tiene el potencial de catalizar las reformas necesarias, mientras se protege a las comunidades más
vulnerables.

Estado actual de las negociaciones REDD+ en los foros internacionales

El órgano principal en las negociaciones de REDD+, es el Grupo de trabajo ad hoc sobre acción
cooperativa a largo plazo bajo la Convención (AWG-LCA) y tiene el mandato de alcanzar un "resultado
acordado" (legalmente vinculante o no) sobre la consolidación de la implementación de REDD+. El AWG-
LCA trata problemas relacionados con el UNFCCC, no con el Protocolo de Kyoto.

La base de las negociaciones del AWG-LCA es el "Plan de acción de Bali", adoptado en diciembre de 2007
como decisión 1/CP.13 de la Conferencia de las Partes (COP). El Párrafo 1(b)(iii) trata sobre REDD+:
“enfoques de política e incentivos positivos sobre problemas relacionados con reducir las emisiones
derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques en países en vías de desarrollo, y la
función de conservación, la gestión sostenible de los bosques y la mejora de las reservas de carbono
forestales de los países en vías de desarrollo.”

La Decisión 2/CP.13, adoptada también en diciembre de 2007, trata de forma específica sobre REDD+,
incluyendo la solicitud de que el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico
(OSACTT) acometa el trabajo acerca de los problemas metodológicos. El OSACTT estuvo trabajando en
un borrador para adoptar al finalizar la COP15.

Los asuntos tratados en el AWG-LCA tienen repercusión en las negociaciones relacionadas con el PK y
viceversa, pero varios países en vías de desarrollo han demostrado su interés en mantener separados
ambos procesos de negociación, que tienen mandatos diferentes. Esto se relaciona con las
preocupaciones acerca de las propuestas expresadas por países desarrollados, que exponen que los
países en vías de desarrollo deben adoptar nuevos compromisos de limitación de emisiones.

El Grupo de trabajo ad hoc sobre futuros compromisos para las Partes del Anexo I bajo el Protocolo de
Kyoto (AWG-KP) se ocupa de los nuevos objetivos de reducción de emisiones para países desarrollados,
pero las negociaciones están vinculadas con las negociaciones de REDD+. El AWG-KP también está
estudiando nuevas reglas para UTCUTS (LULUCF), que podrían tener repercusión en REDD+ (por
ejemplo, en cuanto a definiciones de términos).

Ricardo Russo, REDD+


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Existe un gran interés por alcanzar un acuerdo sobre REDD+, pero aún quedan muchas cuestiones por
resolver. Por ejemplo: el ámbito (¿debería REDD-plus estar limitado a los bosques?) y escala (¿nacional o
subnacional?); la conveniencia o no de que las acciones de REDD-plus formen parte de las NAMA (ver a
continuación); la conveniencia de que la financiación de REDD+ dependa de los mercados o de fondos
públicos; cómo implicar a los grupos indígenas y a las comunidades locales; y cuestiones relativas a
niveles de emisión de referencia y niveles de referencia, permanencia y fugas.

La propuesta para un acuerdo después del año 2012 en los países no incluidos en el Anexo-I, está siendo
también discutida actualmente en el marco del Grupo de Trabajo Ad-hoc, sobre acciones cooperativas
de largo plazo, y se espera que haya una resolución al finalizar la COP15 que se está llevando a cabo,
pero la implementación efectiva de REDD+ a nivel global es todavía un desafío importante.

Las estrategias para detener o disminuir significativamente la deforestación en el largo plazo serán las
que ataquen sus causas. Y estas no son controlables netamente por los gobiernos nacionales porque se
generan a nivel global dentro del modelo económico neoliberal. Adicionalmente, muchas causas de
carácter nacional respecto a la deforestación provienen de otros sectores, como del sector
agropecuario, de infraestructura o de energía. Por lo tanto se requiere diseñar estrategias trans-
sectoriales con componentes de compromisos y responsabilidades internacionales y nacionales
mutuamente. Entender estas causas resulta crucial para identificar incentivos apropiados para controlar
la deforestación, a la vez que se beneficie a personas cuyas existencias dependan del bosque.

Consecuentemente en Costa Rica se implementa una estrategia REDD+ para la conservación, manejo y
recuperación de los bosques que permitirá consolidar la experiencia histórica de más de una década de
mitigación de impactos ambientales, sociales y económicos ante el cambio climático. La misma
comprende el desarrollo de los elementos necesarios, que posibiliten el funcionamiento de un futuro
mecanismo REDD+, en los que se está contemplado desarrollar los recursos humanos que entiendan
este complicado fenómeno y usar sus capacidades y competencias para trabajar en la meta última de
mejorar la vida de los medios rurales y conservar los ecosistemas (FONAFIFO, 2009).

Bibliografía

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conservación, manejo y recuperación de los Bosques para la consolidación de más de 10 años de
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