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ARTEA
MIRADAS
AL ESENCIAL
LEGADO
DE MIREN
ERASO
Responsable del Centro de Documentación de Arteleku, prin-
cipal impulsora de su mediateca, directora de «Zehar» y, más
tarde, del propio centro... Era la parte más visible de la labor
de Miren Eraso, una labor que, trasladada a cualquier ámbito,
era «constante, serena, modesta, inapelable, duradera, fiel»,
Memoria de un regalo
Gabriel VILLOTA TOYOS Profesor en el Departamento de Comunicación Audiovisual de la EHU
Q
ué decir. Las palabras se que-
dan cortas. Palabras mudas,
paradójicamente mudas. So-
bre lo que no se puede ha-
blar, mejor callar. Así que ha-
blemos sobre lo que sí podemos decir
algo: sobre algunos hechos. Por ejemplo,
sobre el trabajo de Miren Eraso como edi-
tora. Entendiendo la tremenda expan-
sión que este trabajo ha conocido en las
últimas décadas. Pero también, como
principal impulsora de la mediateca de
Arteleku: gracias a ella, un lugar poliva-
lente, interdisciplinar y diáfano, en todos
los sentidos del término.
Demos cuenta, pues, de lo que fue una
labor constante, serena, modesta, inape-
lable, duradera, fiel: la memoria de un re-
galo.
“Zehar” antes del paso de Miren a su
dirección (1995) era apenas nada, un sim-
ple periódico de arte: con ella (y la com-
plicidad de Santi Eraso, huelga decirlo)
comenzó, sin embargo, un proyecto que
se convertiría en referente único entre
las publicaciones artísticas de todo el Es-
tado español.
“Zehar” era mucho más que una reco-
pilación variada de artículos sobre arte:
comenzó a haber enseguida una planifi-
cación conceptual y temática por núme-
ro, que se traduciría de inmediato en una
conexión con la actualidad del entorno
artístico, local e internacional. Además,
su trabajo estaba basado en la creación
de una auténtica red, no sólo mediante
su nómina habitual de colaboradores (to-
talmente flexible y heterogénea), sino
también mediante la aparición perma-
nente en sus páginas de artistas, produc-
tores culturales y proyectos surgidos del
entorno más próximo: en un perfecto
entendimiento de la lógica de lo “glocal”,
como conexión entre lo que sucedía en
nuestra pequeña aldea y lo que venía de
un supuesto afuera que en realidad ya
nunca más estaba “allí”: pues la lógica
del “dentro” y del “afuera” quedaba de
hecho rota, y ya todo transcurría en cada
nuevo número de la revista con una ab-
soluta fluidez transcultural, transnacio-
nal, transidentitaria.
En este sentido de cuestionamiento
permanente de las nociones de identidad
tiene también especial relevancia, por po-
ner otro ejemplo, que desde fecha muy
temprana Miren se preocupara por refle-
jar e impulsar en la revista la visibilidad
de artistas, críticas, comisarias y colecti-
vos de mujeres que estaban renovando la
idea del feminismo y del arte feminista; y
en consecuencia, enseguida encontraron
también cabida las reflexiones post-iden-
titarias que en el ámbito de los estudios
de género estaban surgiendo alrededor
de las culturas queer, trans, etc.
2009 12 24 osteguna
Miren Eraso en una imagen tomada el pasado año en Gijón.
como recuerda Gabriel Villota. Sin sobreponerse todavía al
impacto por su repentino fallecimiento, amigos y compañe-
ros hablan, desde su particular experiencia, del legado de Mi-
ren Eraso, cuya capacidad para generar redes de trabajo ya se
estaba traduciendo en un nuevo proyecto, «Trepeta».
Además, hay que subrayar también
que “Zehar” ha sido un espacio de refle-
xión en el que el arte se ha mostrado en
su conexión hoy en día natural con otros
ámbitos de producción cultural como
son la literatura, el cine, la televisión, la
arquitectura, el urbanismo, la música o
la danza contemporánea, entre otras.
Por otro lado, no creo exagerado decir
que durante un buen tiempo la mediate-
ca de Arteleku fue un caso excepcional
en el Estado español, merced también al
trabajo de Miren: si bien Arteleku ya dis-
ponía desde finales de los ochenta de
una colección única de videoarte (proce-
dente de las sucesivas ediciones del Bide-
oaldia tolosarra, y cedida por el Bosga-
rren Kolektiboa), esto no pasaba de ser
una recopilación variada de cintas, hasta
que Miren tuvo la visión de catalogarla,
colocarla en contexto, y ampliarla me-
diante una política de compras modesta
pero sostenida (que paradójicamente ha-
bría de verse interrumpida en el momen-
to de mayor visibilidad de los productos
videográficos en el sistema del arte:
cuestión de mercado). Y sobre todo, más
allá de eso, fue fundamental a partir de
ahí su capacidad de generar una auténti-
ca mediateca contemporánea, dotando a
la antigua biblioteca del centro de una
colección permanentemente actualizada
de revistas de arte y otras publicaciones
GARA GARA
Maider ZILBETI
culturales periódicas, a las que se irían
sumando después la colección de fanzi-
nes, de músicas y otros registros sonoros,
de dvds, etc. Y, por supuesto, también a la
apertura en los últimos tiempos al espa-
cio virtual de la red como ámbito de ar-
chivo, así como de debate, discusión y
producción artística e intelectual: han si-
do muchos los pasos que desde la mirada
suave pero tenaz de Miren han ido dán-
dose en este sentido, y que han posibili-
tado que hoy todos tengamos otro con-
cepto y hagamos otro uso de las
posibilidades del espacio web en páginas
como las de Arteleku, hasta hoy uno de
los archivos más complejos de arte con-
temporáneo en nuestro entorno, a través
del registro y la catalogación informática
de las diversas prácticas artísticas en las
que el centro ha estado involucrado.
Y había, claro, proyectos nuevos, frescos,
a punto de brotar: de los que quizás poco
a poco vayamos todavía teniendo algunas
noticias, y que sin duda nos han dejado a
todos aún más perplejos, pues en poco
tiempo había hablado con tantos y tantos
de nosotros para empezar más cosas, con
esa ya citada increíble capacidad de gene-
rar red… sin duda serán los últimos coleta-
zos de un regalo inmenso, el de Miren, cu-
ya verdadera dimensión tardaremos
todavía mucho tiempo en calibrar.
Gracias, Miren.
2009 12 24 osteguna
Mila esker, zure lekua
gurea ere egiteagatik
Mikel ALBERDI, Maider ZILBETI, Goretti ARRILLAGA Arteleku
E
Estatu mailan eredu izan da Artelekuko Dokumentazio Zentroa
eta zalantzarik gabe Miren Erasoren eraginkortasun profesiona-
laren adierazgarri dugu. Besteak beste, azpimarragarria da
1980ko hamarkadako bideo-artegintzari buruzko bilduma abera-
tsa, inguruan parekorik ez duena eta Mirenen ahalegin bereziari
zor dioguna.
Pepe Espaliu artistaren liburutegi pertsonala Artelekuk jasotzean, haren
testamentuari jarraiki, Artelekuko Dokumentazio Zentroaren erabiltzaileen
eskura lehenbailehen jartzeko ardura hartu zuen Mirenek. Egun Kordobako
artistaren nortasuna islatzen duen 4.000 liburutik gorako bilduma bitxi hau,
ikertzaile, aditu nahiz zale ororen eskura dugu, Mirenen kudeaketa ereduga-
rriari esker.
Artelekuko Dokumentazio Zentroa euskal artista garaikideei buruzko infor-
mazioan aberatsena dugu, bereziki artista gazteenei dagokienez. Baina Miren
Eraso ez zen artista hauei buruzko dokumentazioa biltzera mugatu. Arteleku
inguruan mugitu diren hainbat eta hainbat artistekin konplizitatea lortu
zuen, bere laguntza eta aholkuak eskuzabalki eskainiz. Horrela, bere kudeake-
ta lanean ezaugarri bat azpimarratzekotan, esan beharra dago lankidetza bi-
deratzen maisuki jakin duela.
Artelekuko zenbait argitalpenen editorea ere izan zen Miren, besteak beste
“Zehar” aldizkariarena 1995etik 2007ra bitartean. Dokumentazio Zentroaren
arduradun izateak sortzen zizkion lanekin tartekatzen zituen “Zehar”en lanak
eta Artelekuren zuzendaritzatik delegaturikoak.
Webgunea ere bere sorreratik eta hainbat urtez Dokumentazio Zentrotik bi-
deratu zen, informazioaren kudeaketa eta difusioaren ardura bere gain har-
tuz. Lantalde bat sortzeko gai izan zen, lankideei konfiantza eman, lanean utzi
eta lantaldeko kide sentiaraztea lortu zuen, hau da ingurukoak norberaren la-
narekin gustura sentiaraztea eta gogoz jardutea.
Santi Eraso Artelekuko zuzendari zen bitartean Mirenen eskutik babes eta
laguntza handia jaso zituen, Santik zioen bezala, bere eskuineko eskua zen
Miren. Beraz, Santik zuzendari postua utzi zuenean honen ordezko sartu zen
Miren, Artelekuren buru jarriz. Momentu hartan, Santik irekitako ibilbideari
jarrai ziezaiokeen pertsona egokienetakoa zen. Artelekun ia hasieratik zegoe-
nez, bertan burututako ekintza guztien jakitun zen eta bertatik pasatako ar-
tista, tailerretako parte-hartzaile, arduradun, hizlari, langile… ezagutzen zi-
tuen eta askorekin harremanetan eta elkarlanean jarraitzen zuen. Baina
zenbait arazo medio ez zuen postu honetan urtebete besterik iraun.
Bai Artelekurentzat, bai Dokumentazio Zentroarentzat langile bezala galera
handia izan da, baina handiagoa dudarik gabe galera pertsonala. Profesional-
ki Mirenek egin duen ibilbidea ezin ezaba daitekeen moduan, berak bultza-
tzen eta aurrera eramaten zituen lan egiteko moduak ere aipatu nahi genituz-
ke. Lehenengoa ezin baita bigarrena gabe ulertu. Dokumentazio Zentroa
eredugarri izaten jarraitzea gustatuko litzaiguke, beraz, berak irekitako bidea-
ri jarraitzen saiatuko gara ahal dugun heinean, berak erakutsitako moduan,
lan eginez, ea gai garen!
Miren, mila esker zure lekua gurea ere egiteagatik.
mugalar i556
Irri bat
gogoratzeko oharrak
Ana ARREGI Doctora en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada
L
a noticia de la muerte tiene a me-
nudo la estructura de un sueño,
de un mal sueño. Recibes el men-
saje y pones en duda la realidad
que estás viviendo. Quieres inme-
diatamente despertar del sueño, de la pesa-
dilla, volver al cómodo y disfrazado pre-
sente y olvidar ese no-lugar que es la
muerte. El día más frío del año, mientras la
nieve borraba las líneas de la carretera, la
sonrisa de Miren Eraso se congeló. Y la rea-
lidad volvió a ser un mal sueño del que no
había posibilidad de despertarse.
Estos “Apuntes para recordar una sonri-
sa” sólo pueden tratar de Miren Eraso des-
de los márgenes, desde la periferia que su-
pone el cruce transversal, absolutamente
necesario y fértil, de la crítica de cultura y
las prácticas culturales con la teoría de la li-
teratura. Y sólo desde el relato autobiográ-
fico puedo abordar en este momento, a tra-
vés de la urgenc ia de la esc r itura, el
significado que para mí y, tengo constan-
cia, para otros como yo, ha tenido el traba-
jo de Miren Eraso.
Era el año 1995, y cursaba el doctorado en
Lengua y Literatura en la facultad de Filolo-
gía de la UPV. Conocía Arteleku y aunque
seguía atentamente sus actividades me pa-
recía, erróneamente, que en aquellos talle-
res no había sitio para mi ámbito de estu-
dio. Los veía dirigidos fundamentalmente
a gente vinculada con las artes plásticas y
no encontraba el modo de participar en
ninguno de ellos. Sin embargo, me parecía
que la revista “Zehar”, aunque servía como
plataforma para dar a conocer lo que Arte-
leku ofrecía, iba un poco más allá y lograba
cruzar, de alguna manera, la frontera entre
las prácticas estéticas. A través de su lectu-
ra, y sin ser consciente de ello, fui dando
forma al deseo de abordar de un modo dis-
tinto la práctica y crítica literaria. Pero la
facultad, al menos el departamento de His-
pánicas al que estaba adscrita, era un ce-
menterio de estudios literarios. La literatu-
ra era allí un coto privado y las formas de
leer los textos seguían pendientes del con-
cepto de autoridad. Aunque es verdad que
entonces empezaban a circular nombres
como los de Derrida o Lacan, y que autores
como Barthes se repetían en las bibliografí-
as, siempre se elegían las perspectivas más
asépticas, más estructuralistas. Y a los au-
tores mencionados, a menudo, se los redu-
cía a una jerga ininteligible a fin de deside-
ologizarlos.
En 1997 tuve la oportunidad de ir por un
curso a la universidad de Trento. Elegí esta
pequeña ciudad del norte italiano, periféri-
ca también, porque allí su departamento
de Literatura a cargo de Carla Locatelli se
había convertido en referente europeo en
los estudios dedicados a la Teoría de la Lite-
ratura y la Literatura Comparada. Por allí
pasaron, en persona o a través de semina-
rio intensivos de análisis de sus textos, Ga-
yatri Spivak, Frederic Jameson, Edward
Said, Teresa de Lauretis, Barbara Johnson,
Stanley Fish... Y fue allí donde esa forma de
leer los textos que silenciosamente se ha-
bía ido formando en mi deseo a partir de la
lectura de “Zehar” cobró su forma. Recuer-
do que cuando tras el primer cuatrimestre
volví a casa, una de las cosas que hice fue
volver a sacar los “Zehar” que tenía guarda-
dos. Aquí, en nuestro pequeño país, había
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A RTE A
un lugar y una gente cuyo discurso dialo-
gaba con estas nuevas voces. “Zehar” esta-
ba, desde mi perspectiva tangencial y lite-
raria, al mismo nivel que “Critical Inquiry”
o “Poetics Today”, con la salvedad de que
“Zehar” era, desde mi punto de vista, aún
más abierto, más transversal. Supongo que
de ahí, de esa apertura y transversalidad,
tomaría su nombre. De esta manera fue co-
mo “Zehar” y, ahora sí, Arteleku se convir-
tieron en parte de mi propia formación co-
mo lectora de la cultura, ofrec iendo
siempre nuevas perspectivas desde las que
interrogar a los textos.
Sabía que la voz de Miren Eraso, como di-
rectora, estaba detrás de “Zehar”. Pero no la
conocí personalmente hasta muchos años
después. Un día se puso en contacto con-
migo para pedirme un texto y a partir de
ahí colaboré en unas cuantas ocasiones en
“Zehar”. Además, la geografía de nuestro
pequeño país hacía posible un mapa de en-
cuentros. Me impresionaron de ella sus in-
quietos y a la vez serenos ojos, el perfil de
su nariz, la inflexión de su voz y su sonrisa.
Estos rasgos marcados y únicos eran el ros-
tro de una persona cuya generosidad inte-
lectual imprimía su huella a la vez. Miren
Eraso ofrecía en su voz y su mirada una red
de contactos. Los ámbitos de su interés no
tenían fronteras, y la apertura y transversa-
lidad que he mencionado como puntos
fuertes de “Zehar”, eran también rasgos de
su persona, sin saberse muy bien si “Zehar”
era una prolongación de su persona o ella
de la de “Zehar”.
En las últimas semanas se puso en con-
tacto conmigo para que colaborara en un
nuevo proyecto, “Trepeta”. Artium la había
elegido a ella para que gestionara este nue-
vo modo de interrogar a la cultura. Su ca-
pacidad de generar redes de trabajo iba to-
mando forma y la ilusión que había puesto
en el proyecto nos había contagiado a mu-
chos. El euskera para ella no debía ser nun-
ca una traducción y, desde este punto de
vista, en “Trepeta” esta lengua, al igual que
el inglés o el castellano por su parte, iba a
generar un discurso otro, en el que la dife-
rencia estaría asociada a los universos y
horizontes de cada lengua y sus contextos.
Un criterio a años luz de lo que desgracia-
damente conocemos.
“Trepeta” egitasmoa azaltzerakoan Ada
Lovelaceren kasua aipatu zigun Miren Era-
sok. Ada Lovelacek, Lord Byron-en alaba,
Charles Babbage matematikariak asmaturi-
ko makina-analitika baten erabiltzeko-oha-
rrak idatzi zituen. Izan ere, Babbageren ma-
kinak porrot egin bazuen ere, Ada
Lovelaceren oharrak gaur egun erabiltzen
den hizkuntza analitikoa garatzeko fun-
tsezkoak izan ziren. Mirenek gogorazten zi-
gun Ada Lovelacek analista hitza erabiltzen
zuela bere burua aurkezteko. Eta XXI. men-
deko analista lan-talde bat bezala ikusten
zuela “Trepeta” egistasmoa.
Analista bat bezala, Miren Erasoren herio-
tzak ere haren oharrak idatzi ditu. W.H. Au-
denen ahotsean, bere azkenengo poeman
heriotzak zioen bezala: «But I beg to remind
you that, despite all that, / I, Death, still am
and will always be Cosmocrat». Eskerrik as-
ko, Miren, eskuzabaltasunez eman diguzun
guztiagatik. Gutariko askoren paisaian ezin-
bestekoa izan da zure lana. Zure ilusioa
zaintzen zuen irria gogoratuko dugu.