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Asociación Civil THĒMIS

Segundo piso de la Facultad de Derecho de la


Pontificia Universidad Católica del Perú.
Av. Universitaria 1801, San Miguel.

Primera Edición, 300 ejemplares


Lima, noviembre del 2009

Hecho el depósito legal Nro. 2009-13790

“THEMIS autoriza la reproducción parcial o total del contenido


de esta publicación, siempre que se cite la fuente y se utilice para
fines académicos”
Asociación Civil THEMIS

Consejo Directivo
Guillermo Alarcón Andrea Morelli
Marketing Cursos y Capacitación

Carolina Chipollini María Teresa Marroquín


Financiamiento Proyección Académica

Alberto de Belaunde Pilar Oliva


Desarrollo Social Administración

Claudia Lazarte Xavier Palao


Contenido Actualidad Jurídica

Miembros activos
Contenido Administración
Jorge Luis Morelli Juan Manuel Casalino
Mariano Peró Camila de Lasa
Rodrigo Rabines Edison Tito
Gloria Zubizarreta

Desarrollo Social Marketing


Nicolás de la Flor Chantal Delleplanque
María del Carmen Bedoya Alexandra Lelouch
Juan Luis Balarezo Kiana Maggiolo
Manuel Nuñez

Actualidad Jurídica Proyección Académica


Patricio Ato del Avellanal Javier Albán
Cristina Arizmendi Alonso Barreda
Francisco Lira Javier Echecopar
Manuel Privat Cindy Quispe
Diego Ocampo

Financiamiento Cursos y Capacitación


Diego Castro José María de la Jara
Claudio Cruces Sebastián León
Alejandra Llosa Fabio Nuñez del Prado
Flavia Queirolo Diana Roig
Pía Olea Sofía Zavala

Asociación Civil THEMIS


Segundo piso de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Teléfono: 626-2000 anexo 5391
Correo electrónico: themis@pucp.edu.pe
Página web: http://www.themisderecho.org
Integrantes de la Comisión de Desarrollo Social
(2006-2009)

2006-2 2008-2
Fernando del Mastro (Director) Sebastián Soltau (Director)
Aarón Verona Juan Luis Balarezo
Daniel Gonzales Gabriela García
Carlos Glave Francisco Lira
Manuel Núñez
2007-1 Rocío Yepez
Carlos Glave (Director)
Costanza Borea 2009-1
Martín Sotero Sebastián Soltau (Director)
Aarón Verona Juan Luis Balarezo
María del Carmen Bedoya
2007-2 Gabriela García
Aarón Verona (Director) Rocío Yepez
Evelyn Castro Deborah Woll
Andrea Dominguez
Martín Sotero 2009-2
Alberto de Belaunde (Director)
2008-1 Juan Luis Balarezo
Aarón Verona (Director) María del Carmen Bedoya
Andrea Dominguez Nicolás de la Flor
Sebastián Soltau
Martín Sotero
Presentación

E l texto que presentamos a continuación es el resultado de una


iniciativa de Responsabilidad Social que congrega a estudian-
tes y docentes universitarios, a la población del asentamiento
humano “José Botterín”, en el Callao, y a otros actores como la
Iglesia Católica y el Estado.

Las distintas unidades de la Pontificia Universidad Católica


del Perú -y en especial la Facultad de Derecho- tienen una
larga tradición de compromiso con el desarrollo del país. La
propuesta de la Asociación Civil THEMIS es un ejemplo claro
de la apuesta institucional por un conocimiento socialmente
pertinente; es decir, que responda a demandas y necesidades
concretas de poblaciones específicas en la búsqueda del De-
sarrollo Humano.

La problemática que el proyecto “Defensorías Urbanas: una


solución democrática frente a la violencia familiar” enfrenta
está muy extendida en nuestro país. Asimismo, tiene diferen-
tes dimensiones. Muchas veces, al maltrato a las mujeres por
parte de los cónyuges y familiares se le suma el maltrato del
Estado en el momento en que se realiza una denuncia. Ahora
bien, desde las especialidades de Derecho y Psicología, este
proyecto propone una estrategia para generar las condiciones
y capacidades que permitan a las afectadas enfrentar esta
situación. La propuesta contempla, además de la información
legal, un acompañamiento psicológico y humano tanto indivi-
dual como colectivo.
Son muchas las cualidades que destacan en este proyecto. En
primer lugar, se trata de una iniciativa concreta, que busca
hacer frente a una problemática local pero generalizada en el
país: la violencia familiar. En segundo lugar, ésta se apoya en la
investigación, lo que permite una intervención que responde a
las particularidades de la población y el espacio con los que se
trabaja. En tercer lugar, el proyecto incluye la perspectiva de
la gestión. La iniciativa contempla una serie de indicadores que
permiten el monitoreo y evaluación de resultados, apostán-
dose por identificar los beneficios concretos para la población
involucrada.

Finalmente, se trata de un proyecto interdisciplinario e inte-


rinstitucional. Incluye a las especialidades de Derecho y Psi-
cología. Asimismo, supone la articulación entre la Universidad,
la población organizada, la Iglesia y el Ministerio de la Mujer y
Desarrollo Social. Estas dos últimas características son centra-
les en iniciativas universitarias de Responsabilidad Social. Los
problemas sociales suponen medidas complejas que trascien-
dan las disciplinas e instituciones. Se trata de abordarlos desde
sus diferentes dimensiones.

Felicitamos esta iniciativa de la Asociación Civil THEMIS. Se


trata de una propuesta importante que nos invita a pensar y
ejecutar estrategias para enfrentar las diferentes formas de
injusticia e inequidad que marcan a nuestro país. El reto es
sumar esfuerzos, perspectivas, enfoques y energías.

Dra. Patricia Ruiz-Bravo López


Directora Académica de Responsabilidad Social
Pontificia Universidad Católica del Perú
Introducción

D ebe resultar curioso, por decir lo menos, tomar entre manos


una publicación relacionada a la problemática de la violencia
familiar en nuestro país, editada por una asociación de estu-
diantes de Derecho. Y es cierto, pues la tarea de THEMIS a lo
largo de sus más de 40 años de trabajo no se suele relacionar
al desarrollo de proyectos sociales, sino más bien a la edición
de distintas publicaciones jurídicas o a la realización de diver-
sos eventos del mismo ámbito, que día a día contribuyen a la
difusión de la cultura jurídica.

Sin embargo, hoy queremos que usted descubra una nueva


faceta de la asociación. Aquella que representa su apertura
a una concepción más amplia del Derecho, entendido como
instrumento de cambio, como herramienta de esperanza.

La presente publicación plasma el esfuerzo de distintas gene-


raciones de THEMIS, las mismas que a través de su Comisión
de Desarrollo Social, creada en el año 2006, se han preocupa-
do por emplear los conocimientos adquiridos en las aulas, para
la generación de un cambio en la realidad.

El proyecto “Defensorías Urbanas: una solución democrática a


la violencia familiar” se constituye en nuestro primer esfuerzo
por generar tal cambio, habiendo implicado además un cons-
tante aprendizaje de aquellos que, en teoría, necesitaban de
nuestra ayuda.
La capacitación de estas ocho mujeres líderes de “José Bot-
terín” y su innegable compromiso por mejorar la situación de
violencia en su comunidad, no puede ser más que una motiva-
ción para el reforzamiento de los programas de lucha contra la
violencia familiar, promovidos tanto por las instancias estatales
competentes, como por las organizaciones no gubernamenta-
les vinculadas a esta problemática.

No podemos dejar de agradecer a aquellas instituciones y per-


sonas sin cuya constante colaboración y aliento no hubiéramos
podido seguir adelante con esta iniciativa. Entre ellas se en-
cuentran la organización internacional Catholic Relief Services
(CRS), la Partnerschaft de Friburgo, el Ministerio de la Mujer y
Desarrollo Social (MIMDES), Demus – Estudio para la defensa
y los derechos de la mujer, la Dra. Jennie Dador, la Dra. Soledad
Alegre y la Dra. Marisol Fernández.

Queremos agradecer especialmente a Ana Cecilia Gutiérrez,


en quien encontramos el reflejo de nuestra motivación, una ex-
celente profesional y una gran amiga, así como al padre Felipe
Zegarra, quien en todo momento nos ayudó y motivó a seguir
adelante.

Sebastián Soltau
Ex Director de la Comisión de Desarrollo Social
Asociación Civil THEMIS
Primera Parte
Contexto
Contexto

El asentamiento humano “José Botterín”*


R.P Felipe Zegarra

El asentamiento humano “José Botterín” (en adelante, Botte-


rín), antes llamado “14.6 Hectáreas”, es el más grande de los
ocho que forman la parroquia “El Buen Pastor”. Se ubica en el
Cercado del Callao, cerca del Paseo Alfredo Palacios –antes
Avenida Centenario- y de la parte posterior de los cementerios
(Baquíjano, Israelita y Británico), y a corta distancia del Esta-
dio “Miguel Grau”. Según datos recientes, en los ocho barrios
hay unos 14,000 pobladores.

Botterín empezó a constituirse hace unos 28 años, en sus dos


primeros sectores. Después se formó el tercer sector, a partir
de los desplazados de la Avenida Argentina (entre el Óvalo
y el Obelisco). Es evidente la presencia de padres y madres
procedentes de diversas provincias del país. La gente joven per-
tenece, en su gran mayoría, a una segunda generación; y los
adolescentes y niños, a una tercera generación, a veces muy
distante culturalmente de sus abuelos.

Como en todos los barrios urbanos que conozco, la población


quiere progresar. Un vals habla de “las locas ilusiones” que los
atrajeron a la gran ciudad. De hecho, todos esperan una me-
joría de sus condiciones de vida. Sobre todo, esperan para sus
descendientes un futuro mejor, y también –por qué no- una
vejez tranquila para sí mismos. Pero, por muy diversas razones,
no todos han tenido o tienen los recursos materiales e inmate-
riales para lograrlo. Es claro que un porcentaje no desdeñable
ha tenido una vida tan golpeada, que vive en la amargura y el
resentimiento.

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Asociación Civil THEMIS

Los que llegaron, al posesionarse de lotes, empezaron a levan-


tar sus casas. Algunos lo hicieron con madera, cartón, etc.;
otros, con materiales más sólidos, y pocos con cemento y la-
drillos. Poco a poco, al paso del tiempo, quienes pudieron am-
pliaron los espacios construidos y después un segundo, tercer y
hasta cuarto piso; en no pocos casos, los pisos más altos están
inacabados y desocupados, pero los propietarios esperan seguir
avanzando; por ejemplo, en algunos hay hasta ventanas con
vidrios y nada más. Como las condiciones económicas de las
familias varían mucho, es perceptible la miseria en casas con
material deleznable, pero más aún en la desnutrición infantil
y el abandono de niñas y niños de corta edad que deambulan
hasta altas horas por las calles.

Paulatinamente, las pistas y veredas que separaban los terrenos


alineados, fueron pavimentadas, no muy bien, por cierto. Toda-
vía hoy la gente de toda edad camina por las pistas, hasta que
alguna bocina los mueve hacia uno de los costados. También
fueron conectados los servicios públicos: agua, desagüe y elec-
tricidad. El templo parroquial, por ejemplo, comenzó a cons-
truirse hace unos 20 años y la actual casa cural hace 11 ó 12.

Los pocos espacios libres, que muchos llaman “parques”, son


utilizados para jugar “partidos”, es decir, fútbol. Naturalmente,
están en muy mal estado. Y en ellos, frecuentemente, se cons-
tata el consumo de bebidas alcohólicas y de marihuana.

Hay un porcentaje muy alto de mujeres y varones menores de


treinta años. En horas muy tempranas y tarde en las noches,
los vehículos colectivos transportan a muchas y muchos jóvenes
que estudian y trabajan con gran empeño. Se puede ver que,
tras ese esfuerzo, se encuentra el estímulo que reciben de sus
mayores.

Como se ha dicho ya, la pobreza extrema afecta a un sector


significativo de la población; y se evidencia que muchos niños,
adolescentes y jóvenes no han llegado o no llegan a concluir los
estudios básicos, y tienen por eso gran dificultad para conse-
guir trabajo, o bien lo logran en condiciones muy precarias: la
pobreza suele reproducirse.

18
Contexto

Lo anterior se relaciona con un alto porcentaje de familias


encabezadas de hecho por mujeres, muchas sin estudios de
secundaria y frecuentemente sometidas a maltratos por sus
parejas ocasionales, lo que deja huellas en hijos e hijas. No
extraña, por tanto, que exista una violencia a flor de piel.

Esta violencia se manifiesta en el hablar a gritos, en la rudeza


de los deportes, en el “patear latas” durante muchas horas en
las esquinas, en el uso de gorras y vestimentas imitadas de los
barrios pobres de los países desarrollados. Las fiestas de viernes
y sábados, y también en otros días de la semana, empiezan no
muy tarde y duran, por lo general, hasta las seis de la mañana,
aunque algunas se prolongan hasta las siete y más; el volumen
de los parlantes, colocados habitualmente en las aceras, excede
los decibeles tolerables por el oído humano, sobre todo en horas
de la noche, en las que resulta muy difícil conciliar el sueño.

La violencia se da sobre todo en peleas a pedradas entre los


habitantes de diferentes barrios o zonas de un mismo barrio
(tales altercados fueron casi diarios durante unos 18 meses,
hasta enero del 2006), y recientemente en la compra, a pre-
cios muy bajos, de armas de fuego y de proyectiles, “tomados”
previamente por los ocasionales vendedores. Entre principios
de enero del 2006 y fines de diciembre del 2008, en seis epi-
sodios, ha habido sólo en el barrio de Botterín ocho asesinados,
uno de ellos con claros indicios de haber sido torturado; la ma-
yoría de las víctimas fueron jóvenes.

Ya he señalado que la violencia tiene su caldo de cultivo en


las casas, ejercida sobre todo por los “fuertes” –generalmente
varones - y contra los “débiles” –mujeres e hijos aún peque-
ños-, así como en la pobreza y la vagancia. He dicho también
que eso contrasta con el empeño de otros; pero lamentable-
mente, las condiciones de vida en la metrópoli hacen que la
mayoría de éstos estén largas horas ausentes del barrio y de
sus dinámicas, pues suelen llegar muy cansados; ellos, si bien
son ajenos a las varias modalidades de violencia que hay en el
barrio, sufren directa o indirectamente sus consecuencias. La
violencia es, en opinión de muchos, el principal problema de
Botterín y sobre ella he intentado señalar algunas causas.

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Asociación Civil THEMIS

La parroquia “El Buen Pastor” intenta hacer de la “misión” un


trabajo permanente. En el año 2004 se vio que un problema
fundamental en el barrio para acoger el Evangelio o “Buena
Noticia” es la violencia, tanto la doméstica como la que se
da entre pandillas de zonas de la parroquia. Por eso, entre
los meses de junio y julio del 2005 se realizaron tres convoca-
torias, en las que participaron unas 20 personas, incluyendo
los dirigentes de Botterín, para reflexionar sobre el tema, y se
constató que la situación familiar estaba en la base de esta
problemática.

Cuando Fernando del Mastro, miembro de THEMIS, llegó en


octubre del mismo año para prestar servicios jurídicos, encon-
tró el problema y algo del camino avanzado. En el 2006, se
constituyó un pequeño equipo de trabajo de THEMIS –con
Aarón Verona, Andrea Domínguez y Martín Sotero–, y apoya-
dos por otros miembros de su asociación, realizaron un taller
abierto sobre la violencia, con buena asistencia. Fue así como
surgió el intento de aprovechar la experiencia acumulada y
formar un grupo de “Defensoras” contra la violencia a todo lo
largo del 2007; sin embargo, la financiación para este proyecto
se obtuvo recién a inicios del 2008. Empezó entonces el largo
y muy valioso proceso de formación que se detalla en esta
publicación.

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Contexto

¿Cómo así surge el proyecto en THEMIS?


Fernando del Mastro

Contar una historia siempre supone un riesgo para el pasado.


“Era una mañana corriente”, le quita lo corriente a la mañana;
“estábamos todos tranquilos”, desaparece la tranquilidad del
momento y “pensábamos que nada ocurriría”, hace que un
misterio que no existía en ese instante aparezca en escena.
Ya sea un matiz de misterio, expectativa o temor, al narrar un
hecho, corremos el riesgo de traicionar el pasado.

El primer caso

El primer caso fue de una señora de unos sesenta años. No


hablaba bien el castellano y ciertamente no comprendía sus
derechos y menos aún el modo de ejercerlos. Su hijo y nuera le
habían hecho poner su huella digital y una firma en un contrato
de crédito para comprar artefactos eléctricos en una tienda. La
empresa le había enviado una carta diciendo que embargarían
su casa de no pagar en una fecha bastante cercana. No sabía
lo que era un embargo, no sabía si estaba bien lo que ocurría,
no sabía nada con relación al tema jurídico y estaba asustada
porque su casa era lo único que tenía. Había sido engañada,
maltratada, amenazada y no podía hacer nada.

En ese momento yo estaba cansado, sudando y preocupado por


un trabajo que tenía que hacer. La señora me pareció insoportable
durante la mayor cantidad de tiempo de la hora que duró la en-
trevista. Sin duda, menos interesante que los casos de contratos,
constitucional o competencia. Era clarísimo lo que había pasado.
No había duda interesante respecto del vicio contractual, no había
que definir el mercado relevante, no había que analizar o interpretar
una norma compleja o identificar nebulosos conceptos jurídicos.

Sin que pueda recordar el momento exacto, la situación co-


menzó a cambiar en las siguientes reuniones. La señora estaba
triste y cansada, y yo ya no tenía que entregar ningún trabajo.
Es difícil comprender lo que siente una persona cuando nues-
tro enfoque está en nosotros mismos. Dedicado a escucharla,
pude, al menos en parte, comprenderla. Sufría por el proble-

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Asociación Civil THEMIS

ma que tenía, por la impotencia y la soledad. Sentí tristeza,


sorpresa y rabia, en ese orden. Tristeza con ella, sorpresa por
experimentar un sistema jurídico diferente y rabia con una rea-
lidad que no se cambiaba con frenar y multar a una empresa.

La parroquia

En esos primeros casos, THEMIS aún no estaba presente. Yo le


había propuesto a Felipe Zegarra, profesor de teología y amigo
mío, ir a la parroquia “El Buen Pastor”, donde él trabajaba,
para ayudar absolviendo consultas legales. Luego de algunos
arreglos, el consultorio comenzó a funcionar. Solía ir con Felipe,
al menos las primeras veces, quien también me acompañaba
hasta que estuviera encaminado de regreso. La parroquia, en
“José Botterín”, quedaba en un lugar, sin duda, peligroso. Las
pandillas convertían el lugar en una bomba de tiempo. Balas,
muerte, violencia y droga fueron palabras que quedaron en mi
mente luego de una inducción que tuve con Felipe y personas
que vivían en el barrio. Llegaba asustando y salía con rabia y
triste, aunque también con una sensación de satisfacción y
preocupación. En el medio, habían casos y, poco a poco, con-
versaciones con las personas que trabajaban en la parroquia.

“José Botterín” se encontraba solo a quince minutos de mi Fa-


cultad de Derecho.

THEMIS

Pronto tuve un problema de tiempos y de estabilidad emocional.


Los sábados no bastaban para atender los casos y, junto con el
trabajo y la universidad, estaba en riesgo de colapsar. Llegaba
también cansado emocionalmente después de todos los sába-
dos. En ese escenario, se me ocurrió que THEMIS podía interve-
nir. Si trato de ser fiel con el principio de la idea, debo decir, en-
tonces, que fue un instinto de autoconservación y quizá un deseo
de figurar, lo que me hizo pensar en involucrar a THEMIS.

Hablé con muchos de mis amigos miembros de THEMIS:


Aarón, Carlos, Daniel Flores, Inti, Inés, Nicolás, Óscar, Viviana,
Isabel. Todas las opiniones fueron favorables. En ese entonces,

22
Contexto

yo estaba en la Comisión de Enfoque, con Daniel Flores, Laura,


Aarón, Viviana, Carlos e Inti. En ella, nos encargábamos de
publicar un boletín mensual sobre actualidad jurídica llamado
“Enfoque Derecho”. La idea fue comenzar con un nuevo pro-
yecto en nuestra comisión: el “Proyecto Enfoque Social”. Pre-
paramos entre siete y diez páginas para sustentar el proyecto
e indicar en qué consistiría. Lamentablemente, la tecnología
y mi desorden me han quitado esas páginas. A pesar de ello,
recuerdo que entre los objetivos figuraban el mostrar a los es-
tudiantes una posible opción de vida desde el Derecho y el
colaborar con el acceso a la justicia de la población.

THEMIS ha sido vista por mucho tiempo como un centro de jóvenes


yuppies despreocupados de la realidad. Para quienes miraban o se
miraban de ese modo, la aprobación del proyecto pudo significar
un cambio de paradigma. Yo había pensado en someter el tema a
la asamblea general de miembros (compuesta por unas cuarenta
personas) y habíamos preparado una pequeña exposición de los
motivos por los que debía aprobarse nuestra propuesta. Antes de
comenzar, le hice un comentario a Oscar, quien era director de la
comisión encargada de editar nuestra revista semestral THEMIS,
respecto de cómo plantear el tema. Oscar me dijo “es un proyecto
de tu comisión, no tiene que aprobarlo la asamblea. Además, la
gente ha visto el documento y todos están de acuerdo”. La asam-
blea comenzó al instante siguiente. Cuando le tocó el turno a mi
comisión, expliqué las razones de nuestra propuesta. Me imagino
que el tiempo que me tardó hizo que mi pregunta por opiniones
fuera hasta ridícula. De todas maneras, Oscar tenía razón y la
mayoría de miembros estaba de acuerdo.

El Proyecto

El consultorio jurídico iba bastante bien. Todos los sábados un


grupo de la comisión se dirigía, con cierto temor, al Callao a
lidiar con la realidad. Nos reuníamos en la Facultad y viajába-
mos mucho tiempo… durante quince minutos. Miedo e impo-
tencia en “José Botterín”, indiferencia en la mayoría de clases y
prácticas. Para ese entonces, conocíamos bien a las personas
de la parroquia, muchos habíamos creado, a nuestra manera,
lazos emocionales, de amistad y respeto. Creo que en esos la-

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Asociación Civil THEMIS

zos hicieron que, en muchos de nosotros, la rabia se matizara


con esperanza y luego con acción.

El de la idea fue Aarón. El plan era simple: participar en un


concurso organizado por una entidad del Estado para ganar S/.
10,000. Teníamos que hacer un proyecto de desarrollo social,
competir con otras 300 organizaciones, clasificar cada etapa,
llegar a la final y ganar.

No todos estuvieron de acuerdo. Muchos nos sentimos inse-


guros. Ya había sido una osadía añadir al trabajo de la comi-
sión de Enfoque las responsabilidades que teníamos en “José
Botterín”. Estaba el consultorio y desarrollábamos cada cierto
tiempo algunos talleres de difusión jurídica, pero sobre todo no
teníamos ningún tipo de conocimiento ni destreza para plan-
tear un cambio desde el Derecho. Nuestro paradigma de pro-
blema en Derecho era el de un caso o una pregunta en torno
a un marco normativo, no un problema social.

¿Qué significaba para nosotros hacer un proyecto? Sin duda,


una gran responsabilidad y también, aunque inconcientemen-
te, miedo a no ganar. Además, no teníamos ni la menor idea
de cómo plantear un proyecto y asumir su implementación.

No recuerdo a quién se le ocurrió la idea. Sin duda, la inspi-


ración fueron las Defensorías Comunitarias contra la violencia
familiar que el Instituto de Defensa Legal había implementado
exitosamente en el Cusco. Habíamos hecho algunos talleres
sobre el tema, tarea que en sí misma había sido un reto por-
que teníamos que preparar exposiciones claras, entretenidas y
con información adecuada. Nuestra experiencia en los talleres
nos permitió saber que el tema estaba vinculado, en general,
con la violencia en “José Botterín” y que el Estado no podía
brindar una solución completa al problema. Fue una buena
idea y bien acogida en el barrio. Cuando presentamos lo que
habíamos pensado en la parroquia, el proyecto se convirtió,
de inmediato, en nuestro. Todos teníamos ideas, opiniones,
estrategias y expectativas. Las personas que vivían en “José
Botterín”, además, tenían muchos ejemplos de la realidad que
queríamos cambiar.

24
Contexto

Es difícil describir la sensación que se tiene cuando puedes com-


partir una meta de este tipo con tantas personas diferentes, con
amigos de THEMIS, con gente de “José Botterín”, con uno mismo.

La reforma desde el Derecho

Las preguntas, sin embargo, no tardaron en llegar y, en ellas, el


entusiasmo se tiñó de ansiedad y preocupación.

¿Cómo darle solución al problema en un contexto tan com-


plejo? ¿Cómo hacer un proyecto para aplicar la idea de las
defensorías en un barrio en el Callao? ¿Cuáles serían los ob-
jetivos y las metas? ¿Cuál es la diferencia entre un objetivo y
una meta o un indicador? ¿Entre causas y problema? ¿Cómo
hacer un cronograma o un presupuesto? ¿Es legalmente válido
que un grupo de mujeres ayudaran a solucionar los problemas
de las personas que sufrían de violencia? Ninguno de nosotros
tenía esas respuestas ni las destrezas necesarias, y los plazos
ya habían comenzado a correr.

Luego de conversaciones con algunos especialistas, logramos


cumplir con los plazos del concurso para mandar un formato
con las ideas generales del proyecto. Si lográbamos pasar a la
siguiente etapa, dos de nosotros recibiríamos una capacitación
en la elaboración de proyectos. Los resultados llegaron luego
de una semana por correo electrónico. Era una lista de los
proyectos que habían pasado a la siguiente etapa, ordenados
alfabéticamente. El título del nuestro era “Defensorías Urba-
nas: Una Solución Democrática Frente a la Violencia Familiar”,
por lo que no hubo mucho suspenso. Estábamos en la lista.

La capacitación y la casa de Inti

Aarón y yo iríamos a la capacitación. No recuerdo con exac-


titud cuántas horas y cuántos días duró, pero sí tengo muy
presente en mi memoria nuestra expectativa por saber cómo
se hacía un proyecto de desarrollo social. Llevamos grabadora
a todas las sesiones, tomamos nota de todo lo que nos decían.
No había nada conocido en lo que escuchábamos.

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Asociación Civil THEMIS

¿Cómo plantear el problema y sus causas? ¿Cómo elaborar


un diagnóstico? ¿Qué era un objetivo general y uno específico?
Estábamos aprendiendo lo que queríamos aprender. Muchas
ideas se venían a nuestra mente: hacer encuestas, buscar ci-
fras, identificar con claridad el problema y sus causas y nues-
tros objetivos específicos. En cada rubro, además, teníamos
que pensar en cómo se relacionaba cada etapa con el Dere-
cho. ¿Cuál era el papel del Derecho en el problema y en los ob-
jetivos? ¿Qué otras disciplinas nos podían ayudar a entenderlo
mejor? Sin duda, era un trabajo desafiante y muy motivador.

Las sesiones continuaban. ¿Cómo desarrollar una estrategia


con actividades para conseguir cada uno de los objetivos es-
pecíficos? ¿Separar la implementación por etapas? ¿Qué inte-
racción íbamos a tener con gente de psicología o sociología e
incluso de informática? Teníamos que tener en cuenta que el
papel estaba en blanco, dependía de nosotros pensar cómo
podíamos diseñar actividades para llegar desde un diagnóstico
del problema hasta el objetivo del proyecto.

Luego de las capacitaciones y de muchas horas invertidas en


discusiones con los miembros de la comisión de Enfoque y de
la parroquia, pudimos comenzar a esbozar la estructura del
proyecto. Hasta ese entonces, creo que ninguno había senti-
do tanta exigencia para su capacidad creativa. Eso era: ir al
campo, descubrir, leer, sentarnos a hacer lluvia de ideas, ob-
jetar, preguntar, aprender de psicología y de otras disciplinas,
revisar experiencias, volver al campo, hacer una encuesta, un
cronograma en Excel, averiguar costos, hacer un presupuesto,
pensar en las actividades y muchas cosas más. Todo en con-
junto con las personas que sufrían el problema, con quienes
teníamos un compromiso auténtico y común.

Si trato de asociar todas estas preguntas, retos y energía con un


momento, tendría que ser los últimos días antes de presentar
el proyecto final, en la antigua casa de Inti, miembro de la co-
misión, que fue el bastión de la vida nocturna de THEMIS por
mucho tiempo. Cada uno había cumplido con algunas tareas y
tocaba llegar a acuerdos, y desarrollar muchas de las partes del
proyecto. La justificación, los objetivos y metas, las etapas, el

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Contexto

presupuesto, entre otros. Fue un momento que tengo grabado


en la memoria. Era nuestro y se comenzaba a ver bastante
bien. Desde establecer en qué materias se debían capacitar
las defensoras hasta colocar el costo de los muebles que imple-
mentaríamos en el local, cada pregunta era desafiante.

Toda la elaboración del proyecto fue un reto indescriptible,


cuyo recuerdo no puede olvidar la nostalgia.

Desarrollo Social

La comisión de Enfoque ya no podía con el trabajo en el con-


sultorio jurídico, con los talleres, el proyecto y el boletín mensual.
Remedando su surgimiento y con la aprobación unánime de la
asamblea de miembros de THEMIS, la comisión de Enfoque dio
nacimiento a la comisión de Desarrollo Social. Éramos solo cuatro:
Aarón Verona, Daniel Gonzáles, Carlos Glave y yo, pero ya para
ese momento muchos de la asamblea nos solían dar una mano,
principalmente en la parroquia, aunque también con el proyecto.

La creación de Desarrollo Social se dio en algún momento en-


tre la presentación del proyecto y la elección de los finalistas.
Recuerdo con claridad el momento en que vimos la lista: eran
cerca de cuarenta finalistas en el concurso. Esta vez no dejaría
escapar a la intriga de saber si habíamos clasificado y cubrí la
pantalla con mi mano, bajando de título en título. Estaba en la
letra C, aún tranquilo pensando que quedaban algunos antes
que nuestra D, pero no fue así. Éramos el único título que co-
menzaba con esa letra y estábamos en la lista. Fue una sensa-
ción que justificó todo el trabajo y más. De inmediato, llamé a
todos los que estábamos juntos en esto, había sido un logro.

El ganador iba a ser declarado en una feria en la Universidad


Católica, frente a la Facultad de Derecho. Se nos abrió otro
reto: teníamos que hacer trípticos, carteles, folletos y un video
de 10 minutos para presentar el proyecto en la feria. El herma-
no de Daniel Flores nos ayudó con esto último porque nosotros
no sabíamos nada sobre cómo hacer que una imagen pase a
un televisor. Fuimos dos veces a “José Botterín” con cámaras,
paneles… y riesgo. Filmamos la cancha de fulbito, entrevistas,

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Asociación THEMIS

un taller y dos situaciones simuladas. Una de atención en una


defensoría y otra de violencia familiar. La edición del video la hi-
cimos con un amigo mío, Gabriel, y entre “Lucha de Gigantes”,
“Stairway to Heaven” y otras canciones, el video quedó listo,
fue colgado en nuestra página web, mostrado a la asamblea de
THEMIS y, finalmente, exhibido en la Feria.

No ganamos. Es difícil recordar, al menos para mí, qué sentí en


ese momento, quizá fue un poco de desilusión mezclada con
orgullo y tristeza. Al comienzo, eran cerca de 300 proyectos y
éramos uno de los diez mejores, pero lo cierto es que no había
premio de consuelo, al menos no monetario, por lo que el pro-
yecto quedaría por un tiempo en el papel.

Pese a ello, la experiencia de los casos, los talleres y la creación


del proyecto, se justificó en sí misma y creo aún acompaña a mu-
chos de nosotros, con menos o más dudas, con mayor o menor
intensidad, y hasta que el tiempo nos haga un poco más libres.

El presente futuro

Carlos Glave, Aarón Verona, Sebastián Soltau y, ahora, Alber-


to de Belaunde han sido los siguientes directores de Desarrollo
Social por lo que les toca a ellos contar cómo fueron los días si-
guientes. Pese a ello, siento que he seguido vinculado a THEMIS.
Es un vínculo como el que hizo que todo nazca en nosotros, un
vínculo emocional. Cuando me contaron que el Proyecto iba a
ser financiado por la fundación Catholic Relief Services, cuando
me enteré que las capacitaciones planeadas en la casa de Inti se
estaban llevando a cabo, cuando supe de problemas y de logros,
cuando luego de cada entrevista para elegir nuevos miembros
de THEMIS me entero que la gran mayoría pide entrar a Desa-
rrollo, cuando recuerdo que una persona que traté de convencer
de que entre a THEMIS para trabajar en Desarrollo es hoy su
director, cuando veo que los miembros actuales están sacando
todo adelante con creatividad, cuando encuentro en quienes
estuvieron de alguna manera vinculados a Desarrollo un deseo
inquebrantable de seguir apoyando, cuando pienso en todo lo
que se logrará en el tiempo, siento un irrenunciable orgullo y una
especial esperanza que me recuerdan, en la lucha interna por
encontrar mi sentido de vida, por qué hago lo que hago.

28
Segunda Parte
Misión, Visión y Valores
Misión, Visión y Valores

Visión, misión, finalidad y valores del proyecto


Gabriela García

Visión

Como asociación, THEMIS considera que es necesario que el


profesional entienda que se encuentra empoderado para desa-
rrollar proyectos de esta índole, que puedan contribuir en la ge-
neración de un cambio en algún espacio social. La participación
ciudadana y la democratización de espacios públicos que viabili-
cen el acceso a oportunidades y servicios de justicia son factores
que van a permitir el fortalecimiento de un desarrollo sostenible.
Nuestra visión parte de considerarnos dentro de un grupo social
y, como parte de este, lograr que la ciudadanía (en particular,
las mujeres) sean sujetos efectivos de derechos y deberes a par-
tir del conocimiento de las funciones que cumple el Estado, las
mismas que deben estar dirigidas a garantizar el respeto de los
derechos fundamentales de la persona y a promover un clima
de paz en las relaciones humanas y familiares. Estas a su vez
deberán estar basadas en vínculos sustentados en principios de-
mocráticos, de diálogo y concertación entre sus miembros.

Misión

Las mujeres líderes capacitadas para cumplir el rol de Defen-


soras se vuelven sujetos protagónicos en la erradicación de la
violencia familiar y sexual de su comunidad, e implementarán
mecanismos dirigidos a orientar el desarrollo de demandas con-
tra la violación del derecho a una vida sin violencia. Asimismo,
promoverán el diálogo, el consenso y la construcción de relacio-
nes basadas en la igualdad entre hombres y mujeres, los cua-
les deberán tener un igual acceso a oportunidades. Para ello,

31
Asociación Civil THEMIS

comprometerán el esfuerzo de ellas mismas, de instituciones


públicas afines, así como de organizaciones de la sociedad civil
dispuestas a colaborar en el cumplimiento de este objetivo.

Finalidad

El proyecto tiene por finalidad propiciar espacios para reflexio-


nar sobre el tema de la violencia familiar y sexual, sus causas
e implicancias en la vida de las personas. Este espacio servi-
rá, además, para impulsar mecanismos de orientación para la
realización de trámites referentes a la denuncia de casos de
violencia familiar y sexual, para lo cual se incentivará que las
Defensoras se percaten de la importancia del Estado y el rol
que el mismo cumple como garante del respeto a los derechos
fundamentales de la persona. En este sentido, su tarea será
informar a las usuarias de los derechos que les son reconocidos
por nuestra Constitución y las leyes, planteándoles alternativas
de solución a la situación de violencia que experimentan.

Por otra parte, el proyecto busca fortalecer liderazgos de estas


mujeres comprometidas en la lucha contra la violencia familiar
y sexual en su comunidad, desarrollando sus capacidades en
la orientación de personas sobre las distintas alternativas de
solución de una situación de violencia o maltrato.

Valores

1. Promover el análisis del impacto de la violencia en la


vida familiar y comunal, a partir de la lectura asistida
de las principales leyes y convenios al respecto.

2. Fortalecimiento Institucional, a través del impulso de


procedimientos orientados a que las Defensoras hagan
seguimiento a las normas y políticas de Estado referi-
das a la erradicación de la violencia familiar y sexual.

32
Misión, Visión y Valores

3. Desarrollo de habilidades y adecuación según el con-


texto socio económico de impacto, lo que implica
propiciar iniciativas de información y sensibilización
(nuevas metodologías) sobre violencia familiar y sexual
dirigidas a las Defensoras, para lograr así un mayor ac-
ceso a este conocimiento.

4. Incentivar la participación de un mayor número de mu-


jeres, propiciando el fortalecimiento y sostenibilidad de
la Defensoría.

5. Impulsar el diálogo entre las mujeres líderes de este


asentamiento humano con los distintos sectores e ins-
tituciones del Estado comprometidos con esta proble-
mática, a fin de acercar la labor que realiza la Defen-
soría a otras instancias de decisión.

6. Concretar vínculos de coordinación y de diálogo con


otras instancias de gobierno, para el intercambio de
avances en políticas, planes y programas emprendidos
vinculados a la violencia familiar y sexual.

7. Promover encuentros de diálogo y de articulación de


esfuerzos con diferentes instancias del Estado, socie-
dad civil y universidades, en aras de recoger iniciativas
para el mejoramiento de este trabajo favorable a las
mujeres, así como para conocer los avances en nuevas
metodologías de intervención.

8. Propiciar el desarrollo de acuerdos con instituciones


públicas y privadas, organizaciones de la sociedad civil
y universidades, para lograr apoyo en el desarrollo del
trabajo de la Defensoría.

33
Tercera Parte
Marco Teórico
Marco Teórico

Marco teórico
Aarón Verona

Debido a la naturaleza del contenido de la presente publica-


ción, es necesario tomar unas cuantas líneas para establecer
qué es lo que se entiende, para efectos del proyecto descrito
en este texto, por Defensoría Urbana, así como describir algu-
nas características y funciones de la misma.

¿Qué es una Defensoría Urbana?

Esta idea es una afortunada adaptación de una experiencia


previa realizada en Cusco desde 1999, por el Instituto de
Defensa Legal, y que a la fecha se ha expandido, reproduci-
do y desarrollado, llegando incluso a crear una asociación de
defensorías (CODECC), cuyo nivel de incidencia se ha vuelto
equiparable al de cualquier entidad estatal, sea de gobierno o
administración de justicia. Existen alrededor de 70 defensorías
en la zona rural sur de nuestro territorio.

Las Defensorías Comunitarias creadas en el Cusco, surgieron


como una respuesta al problema de la violencia familiar y de
género en esa zona. La escasa preocupación estatal, así como
la sesgada perspectiva machista de nuestra sociedad, mani-
fiesta en nuestras instituciones, exigía la búsqueda de una sa-
lida alternativa para atender esta problemática.

En ese sentido, fue la sociedad civil la que tomó la iniciativa de


crear un espacio, mediante el cual fuesen los propios miembros
de la comunidad afectada, quienes formen parte de la solución
del problema. Se pensó en capacitar a los miembros de dicha
comunidad en temas jurídicos, teóricos, psicológicos, etc., re-

37
Asociación Civil THEMIS

lacionados con la violencia familiar, para que estos formasen


un grupo de atención y protección de derechos de las víctimas
en estos casos.

Ahora bien, este planteamiento resulta en sus fundamentos


fácilmente acoplable, no solo a zonas rurales, sino en principio,
a cualquier grupo humano que sufra este problema, insertando
en su desarrollo particularidades de cada zona en la que se
implementa.

Fue bajo esta lógica que se buscó establecer una adaptación


de esta experiencia a zonas urbanas que sufrían de este fla-
gelo. En este caso, el asentamiento humano “José Botterín”.
Si bien el acercamiento y tipo de discurso fue en correspon-
dencia con la realidad del grupo, el principio de Defensoría
fue básicamente el mismo: la capacitación (jurídica, metodo-
lógica, teórica, psicológica, etc.) y el empoderamiento de un
grupo institucionalizado de miembros de la propia comunidad
(prioritariamente femenino debido a las características de la
violencia), que se encarga de atender, apoyar y hacer un segui-
miento a las víctimas (casos y trámites en general) de violencia
familiar, con el objetivo de disminuir progresivamente el índice
de violencia en la zona.

Las ventajas de esta iniciativa son evidentes. Entre otras, te-


nemos las siguientes:

o El empoderamiento de un pequeño grupo de la comu-


nidad, lo que permite que en la comunidad se tome
conciencia del problema que los aqueja, adquiriendo
progresivamente el conocimiento necesario para en-
frentarlo.
o Por extensión, tanto este conocimiento como la con-
fianza que genera se extienden a la comunidad bene-
ficiaria.

38
Marco Teórico

o Al ser miembros de la propia comunidad quienes


atienden este problema, la relación, abordaje y enten-
dimiento de este fenómeno son mucho más cercanos
para cada sector en donde se implemente.

o Se salvan deficiencias estatales para la atención de este


problema, y a su vez se motiva su adecuada atención
por parte de estas autoridades, mediante la coopera-
ción directa, intercambio de información, experiencias
y perspectivas; o incluso, a través de la presión social.
Esto garantiza una mejor y más adecuada atención de
las víctimas.

o Se difunde una conciencia social respecto a este pro-


blema, cuyos focos de difusión funcionan de forma es-
pecífica para cada zona, en tanto los actores pertene-
cen a dicha comunidad.

¿Cuáles son las funciones básicas de una Defensoría


Urbana?

Entre las principales funciones que tiene una Defensoría, tene-


mos las siguientes:

o Recepción y atención de casos de violencia familiar.


Para esto la capacitación jurídica, psicológica y teórica
son esenciales; cómo tratar a una víctima y/o agresor
en estos casos es fundamental para llegar a buen tér-
mino.

o Planteamiento alternativo de soluciones para las vícti-


mas, además de la simple denuncia. Recordemos que
ante la ineficiencia de las instituciones estatales, es
necesario plantear nuevas salidas.

39
Asociación Civil THEMIS

o Seguimiento de los casos derivados en denuncias y


acompañamiento de la víctima en los trámites corres-
pondientes. El contacto directo de las Defensoras con
sus víctimas y con los funcionarios públicos es esencial
para el mejoramiento de la situación de violencia en
nuestro país.

o Asesoramiento sobre casos de violencia familiar.

o Difusión del problema de violencia familiar en su comu-


nidad a través de charlas, conversatorios y actividades.
Esta función de concientización se funda no sólo en
el trabajo individual con cada agente de los casos de
violencia, sino con el entorno social en el que se en-
cuentran.

o Establecimiento de convenios de cooperación interins-


titucional tanto con entidades del Estado como con
instituciones de la sociedad civil avocadas al tema de
la violencia familiar.

De forma muy breve se ha intentado dar un acercamiento al


concepto de Defensoría en general, que, como puede ser fá-
cilmente deducido, sea urbana o rural, siempre debe referirse
a ciertas ideas base para la creación de una institución de
este tipo; las características particulares saldrán del trabajo en
cada caso concreto.

40
Cuarta Parte
Actividades Realizadas
Actividades Realizadas

Capacitación de las Defensoras


Manuel Nuñez

Para la realización del proyecto, se decidió que la capacita-


ción sea dividida en una serie de cuatro bloques de talleres los
cuales fueron:

1. Un bloque de talleres teóricos sobre violencia familiar.


2. Un bloque de talleres jurídicos.
3. Un bloque de talleres psicológicos.
4. Un bloque de talleres organizacionales.

Con esta división se buscó que las Defensoras no sólo fueran


capacitadas en temas estrictamente jurídicos o teóricos, sino
que a su vez también fueran capacitadas en aspectos psico-
lógicos y organizacionales. Esto con el fin que se vean en la
capacidad de poder reconocer el perfil de una víctima de vio-
lencia familiar, así como de velar por un orden dentro de la
Defensoría, lo cual las llevará a ejecutar un trabajo ordenado
dentro de su propia organización.

Si bien este esquema teórico de talleres fue llevado a la prácti-


ca de manera exitosa con la realización de los cuatro bloques
de talleres que habíamos planeado (cada uno será detallado
más adelante), existía, como siempre, una primera incógnita
al momento de iniciar la capacitación: no sabíamos de qué
manera serían recibidos los talleres de capacitación por las
mismas Defensoras que deseábamos preparar.

Fue entonces una gran satisfacción el poder comprobar desde


un inicio que cualquier duda que pudiéramos tener acerca de
las mismas Defensoras era infundada debido a que ellas se

43
Asociación Civil THEMIS

dedicaron a darnos más de una agradable sorpresa durante


todo el periodo de dictado de los talleres.

De esta forma, pasamos a relatar cómo fue nuestra expe-


riencia desde el inicio. Desde las expectativas y temores que
teníamos antes de tomar contacto con las que serían en un
futuro Defensoras de “José Botterín”, hasta el recorrido por las
actividades que realizamos, que no sólo estuvieron limitadas a
los talleres programados al inicio del proyecto, sino también a
la serie de eventos y actividades que realizamos para pulir y
perfeccionar la correcta preparación de las Defensoras.

El perfil de nuestras las Defensoras

Como suele suceder, cuando uno toma conocimiento de que


va a realizar una actividad que no ha realizado antes, dibuja
dentro de sí una idea de cómo será la misma, a la vez que
genera una idea de cómo serán las personas con las que to-
mará contacto en esta actividad. Esta misma situación vivimos
nosotros antes de ponernos en contacto con las Defensoras. Si
bien teníamos el proyecto claramente establecido y la teoría
bien aprendida, no habíamos tenido contacto alguno con las
señoras con las que realizaríamos el proyecto por lo que las
mismas eran una incógnita para nosotros.

En un primer momento, se pensó que estaríamos ante perso-


nas que tendrían algunas dificultades al momento de afrontar
los ciertos temas jurídicos toda vez que, al no tener estudios
en la materia, los temas técnicos podrían resultar difíciles de
aprender. No sólo eso, también se pensó que estaríamos ante
personas que no manejarían conocimientos acerca de la co-
yuntura actual, no solo acerca de la materia de la que tratá-
bamos (es decir, el tema de violencia familiar) sino también de
la coyuntura general que se vive en el país.

Estas inquietudes nos hacían imaginar que habría dificultades


al momento del dictado del taller y que tal vez se tendría que
reforzar de manera reiterada algunos conceptos y temas espe-
cíficos que no quedaran claros. Pero todo esto resultó siendo un
temor infundado una vez que conocimos a las Defensoras.

44
Actividades Realizadas

Desde un inicio, ellas nos demostraron que no tenían ningún


problema para comprender los conceptos más complicados,
incluidos los que pertenecían al bloque jurídico y que a simple
vista resultaban ser realmente técnicos. La comprensión del
contenido de los talleres fue tan clara que incluso se gene-
raron, en más de una oportunidad, interrogantes que servían
para analizar en grupo y desarrollar más allá de lo inicialmente
planteado del tema que se discutía.

Asimismo, las Defensoras en todo momento nos relataban


experiencias personales acerca de situaciones que se habían
presentado en el barrio y cómo de una u otra manera todas
ellas habían tenido que enfrentar, siempre mostrando un claro
interés de llevar a la práctica cada conocimiento que se lleva-
ban de los talleres. Fue de esta manera paulatina que fuimos
descubriendo que el grupo de mujeres que se formaba no era
un grupo común, sino que estaba formado por mujeres que
eran verdaderas líderes dentro de su comunidad.

Las ocho señoras mostraban evidentes signos de liderazgo ya


que siempre habían estado involucradas en actividades dentro
de su barrio y eran promotoras en la búsqueda por lograr un
cambio dentro de su comunidad. El pertenecer a éste proyecto
simplemente demostraba esto último, en vista que las ocho
manifestaban siempre su intención de erradicar la violencia de
“José Botterín”. Por esta razón, habían creído en el proyecto, y
de la mano de la parroquia “El Buen Pastor” deseaban formar
la Defensoría y comenzar de esta manera el cambio que tanto
se proponían alcanzar.

No podemos negar que durante todo momento las Defensoras


se dedicaron a sorprendernos. Nunca faltó alguna pregunta
que nos puso en aprietos al no poder creer la complejidad y
claridad con la que todas manejaban los conceptos y cómo
podían aplicarlos a casos prácticos que ellas mismas habían
vivido o sobre los que tenían conocimiento. Para el final de los
talleres, ya en todos sólo quedaba una idea clara, era más lo
que habíamos aprendido de las Defensoras, de lo que ellas
habían aprendido de nosotros.

45
Asociación Civil THEMIS

Testimonio de las Defensoras

Así como nosotros desarrollamos una impresión de las Defen-


soras a lo largo del proyecto, ellas también tenían una opi-
nión de la labor que iban a realizar y cómo sería la dinámica
de trabajo. Por esta razón, decidimos preguntarle a algunas
Defensoras cuáles habían sido sus impresiones a lo largo del
desarrollo de los talleres.

Amada Ávila forma parte del grupo de catequesis de la parro-


quia “El Buen Pastor” de “José Botterín”, al igual que lo hacen
otras Defensoras. Fue a partir de este primer grupo organizado
que se intentó encontrar una solución a los temas de violencia
familiar que se daban en el barrio. Como nos cuenta, ya existía
una identificación del problema: “Aparte de la desintegración
familiar (muchos niños viven con la madre, con la abuela o con
algún pariente cercano), encontramos que la violencia fami-
liar afecta a muchos hogares. Con la ayuda de los temas de
catequesis tratamos de alguna manera de ayudar a nuestra
comunidad, pero no era suficiente y buscamos otra forma que
nos permita enfocar el problema”.

Por otro lado, Raquel Páucar también nos comentó de la poca


información con que se contaba acerca de temas de violencia
familiar hasta antes del inicio de los talleres: “Al comienzo no
tenía conocimientos de cómo desenvolverme en casos de vio-
lencia familiar, como muchas personas sólo conocía de lo básico,
de lo que se aprende mediante los medios de comunicación”.
Así, como podemos observar, había una imperiosa necesidad de
iniciar el proyecto, además de que ya existía una tremenda ex-
pectativa por parte de las señoras de iniciar los talleres debido al
serio interés de cambiar la realidad de “José Botterin”.

El inicio de los talleres marcó una nueva etapa en la vida de


todos; tanto para las Defensoras como para nosotros signi-
ficó el inicio de los primeros pasos de nuestro proyecto. La
etapa de los talleres fue larga, extendiéndose la misma por
casi siete meses de duración, mientras recorríamos los cuatro
bloques de talleres que habíamos programado antes del inicio
del proyecto.

46
Actividades Realizadas

Esta fue una nueva etapa para todos nosotros, y lo fue en es-
pecial para las Defensoras que, mediante los talleres, daban su
primer paso en la lucha por cambiar la situación de “José Bot-
terín”. Raquel nos comentó que: “Ahora tengo conocimientos
de las funciones del Estado, tales como denunciar y hacer valer
mis derechos como ciudadana, información que antes no co-
nocía”. Al igual que Raquel, Amada nos comentó que: “La eta-
pa de los talleres, en forma personal, me ha permitido conocer
e informarme sobre el sistema jurídico, de las formas cómo
atender a una víctima, el tipo de información que se le puede
dar y las instancias que tiene para sustentar una denuncia.
Hemos discutido algunas leyes que se han dado últimamente,
todo esto sustentado en los tipos de violencia familiar que exis-
ten y que no sabíamos reconocer hasta ese entonces”.

Tal y como ellas nos lo mencionaron, todos nosotros fuimos


testigos de la evolución de cada una de las Defensoras. Vimos
cómo poco a poco fueron interiorizando los conocimientos que
compartíamos y cómo fueron siempre un poco más allá de lo
que se les pedía con todo lo que iban aprendiendo.

Hacia el final de los talleres, ya podíamos ver en ellas la se-


guridad de conocer todo lo relacionado acerca de temas de
violencia familiar, así como también la capacidad de poder
resolver casos reales o los propuestos durante la etapa de los
talleres psicológicos. En pocas palabras, vimos cómo maneja-
ban sin dificultad (e incluso tal vez mejor que nosotros mismos)
los temas jurídicos que rodean a todo lo relacionado con la
violencia familiar.

En ese sentido, queda pendiente el último paso, la última ta-


rea; el poner en marcha la Defensoría. Amada lo resume en
estas pocas palabras: “Espero que todo este esfuerzo me per-
mita estar preparada para poder ser parte de la Defensoría;
soy conciente que la práctica puede, en algunos casos, ser
diferente a la vida real, pero los chicos nos han asegurado que
en caso de ser necesario, podemos contar con ellos. Así, espero
poder contribuir a que esta situación de violencia familiar en
José Botterín cambie, mejorando de esta manera la calidad de
vida de nuestras familias”.

47
Asociación Civil THEMIS

Los cuatro bloques de capacitación: paso a paso, sá-


bado a sábado
Juan Luis Balarezo

Como ya se ha hecho evidente, el centro de gravedad del pro-


yecto se encuentra en el conjunto de emprendedoras señoras
que lideran el mismo: las que en su momento fueron llamadas
“futuras Defensoras” y hoy son, gracias a su esfuerzo y dedica-
ción, las Defensoras de “José Botterín”. Esta “transformación”,
por así decirlo, no ha sido gratuita en lo absoluto.

Para aprovechar al máximo la calidad del material humano


con el que cuenta esta comunidad del Callao, el proyecto pre-
vió el dictado de una serie de talleres para capacitar a todas
las participantes. Para la elaboración de los mismos se tuvieron
en cuenta los siguientes ejes: transmisión de conocimientos,
entendidos como información relevante a ser empleada en la
atención de consultas; desarrollo de capacidades preexisten-
tes como el análisis y la empatía, pues las participantes eran
curtidas y sagaces lideresas de su comunidad; y, finalmente, el
uso de un lenguaje sencillo y directo al momento de dictar los
talleres, evitando los tecnicismos innecesarios.

El dictado de los talleres, de una duración de tres horas cada


uno, se llevó a cabo en la propia parroquia “El Buen Pastor”,
gracias al apoyo incondicional de nuestro amigo Felipe Zega-
rra. Así, las Defensoras asistieron a 48 horas de dictado en el
período entre junio y diciembre del 2008.

Ahora bien, ¿qué enseñar?, ¿qué es lo que debe saber un grupo


de personas que recibirá a gente de su comunidad para que
le cuente casos de violencia familiar y que se deberá orga-
nizar a sí mismo? Ciertamente, las Defensoras no son, ni se
estuvo pensado que fueran, psicólogas ni abogadas. El objetivo
es distinto, más sencillo, si se quiere. Los talleres de capa-
citación, entonces, debían responder a eso, pero no por ello
dejar de lado la seriedad con la que se debe tratar el tema
de la violencia familiar, que es bastante complejo por tener
diversas causas y consecuencias severas que deben tratarse
con delicadeza.

48
Actividades Realizadas

Por ello, se decidió dictar cuatro bloques de talleres de distinto


contenido. En primer lugar, una aproximación general al pro-
blema de la violencia familiar. Luego, un segundo bloque que
brinde conocimientos generales sobre los temas jurídicos invo-
lucrados en la violencia familiar. Posteriormente, talleres que
aborden dicho problema desde la perspectiva de la psicología.
Por último, un bloque de talleres que se ocupe de los asuntos
de organización y administración propios de un grupo humano.
De esa manera, sábado a sábado, las Defensoras de “José
Botterín” fueron desarrollando capacidades que les servirán
para atender los casos que lleguen a sus manos: desde las ra-
zones por las cuales una persona puede sufrir violencia familiar,
hasta la manera de gestionar una Defensoría, pasando por una
aproximación a los problemas jurídicos y psicológicos que se
involucran en cada situación.

Primer bloque
Talleres teóricos sobre violencia familiar:
¿cómo y por qué?

La primera aproximación al problema fue la más esencial.


Todos, intuitivamente, podemos entender, más o menos, a
qué nos referimos cuando hablamos de violencia familiar. Sin
embargo, si se desea escuchar casos de violencia para poder
orientar a las personas involucradas, es necesario algo más que
un conocimiento intuitivo.

En buena cuenta, se trató de consensuar una definición de


violencia, lo que pasa por identificar los tipos de violencia: no
solo por acción, sino también por omisión; no solo física, sino
también psicológica. Además de ello, era elemental ahondar
en los mitos, las causas y los efectos de la violencia. Se trataba
de esclarecer el horizonte respecto de un problema, en reali-
dad, tan cotidiano como incomprendido e incluso ignorado.

Para ello, se introdujeron conceptos como el ciclo de la vio-


lencia, que puede entenderse como las etapas por las cuales
atraviesan víctimas y victimarios en hogares con violencia: las
amenazas, los golpes, las “reconciliaciones” y vuelta a empe-
zar. En ese sentido, el enfoque de género, entendido como una

49
Asociación Civil THEMIS

perspectiva fundada en las diferencias existentes entre los roles


del hombre y la mujer reproducidos por la sociedad, fue útil
para abordar las relaciones de desigualdad que pueden domi-
nar la dinámica de una familia en particular y, por otro lado, la
incidencia del machismo en la violencia familiar.

Este bloque fue enteramente dictado por los miembros de la


Comisión de Desarrollo Social de THEMIS, quienes fueron aseso-
rados por especialistas para preparar el material de dictado. Las
5 sesiones de capacitación implicaron 15 horas lectivas respecto
de este tema. En estas, se privilegió un método participativo, a
través del cual las Defensoras aportaban a la discusión luego de
una breve introducción teórica. Con esa perspectiva es que se
realizaron diversas “recreaciones” de casos de violencia familiar,
donde los miembros de la Comisión pulieron sus dotes histrióni-
cas y las Defensoras debían identificar los hechos de violencia y
ensayar hipótesis respecto de sus causas. Así, se logró que las
Defensoras estuvieran capacitadas para identificar y reconocer
las características de diversos casos de violencia familiar.

Segundo bloque
Talleres jurídicos: el Derecho en acción

Una de las dimensiones de la violencia familiar es la jurídica.


La violencia, en general, y la violencia familiar, en particular,
son situaciones que no solo están prohibidas en un Estado de-
mocrático que se precie de serlo, sino que también cuentan
con canales de prevención y solución propios de una sociedad
interesada en reprimir tales conductas. Por ello, se invirtieron 6
sesiones de capacitación, lo que significó 18 horas de talleres
de capacitación en los aspectos jurídicos del problema.

Así como una definición del concepto de violencia familiar re-


quiere indagar sobre el contexto en el que ocurre, sus cau-
sas y sus consecuencias, la dimensión jurídica necesita de un
marco teórico insoslayable: ¿qué es el Estado?, ¿cómo está
organizado?, ¿qué hace un fiscal y qué hace un juez?, y ¿qué
es un derecho? son algunas de las preguntas a las cuales se
respondieron utilizando mapas conceptuales, gráficos y casos
prácticos para ilustrar el funcionamiento del Estado peruano.

50
Actividades Realizadas

Sin embargo, dicha aproximación es claramente insuficiente,


pues al momento de sentar una denuncia en una comisaría,
poco o nada sirve si las Defensoras conocen un organigrama y
no saben cómo regulan las leyes peruanas las consecuencias
de la violencia familiar. Por ello, se optó por explicar paso a
paso los principios y los principales procedimientos a seguir en
caso de ocurrir violencia familiar. Tanto las competencias de los
jueces, de los fiscales y de los policías, así como las opciones de
defensa de la víctima.

De esta manera, se forjó en las Defensoras la capacidad de


reconocer los medios que ofrece el Estado para hacer frente a
diversos casos de violencia familiar y la de poder desenvolverse
adecuadamente ante los funcionarios públicos involucrados.
Esto era indispensable por el consabido mal funcionamiento de
muchas de las instituciones del sistema de justicia: una ciuda-
dana desinformada puede padecer los designios de un juez o
un policía negligente, por lo que urgía otorgar herramientas que
contrarresten las falencias del sistema.

Tercer bloque
Talleres psicológicos:
las heridas (impalpables) de la violencia

Decir que las Defensoras atenderán casos de violencia fami-


liar es correcto, pero incompleto. En realidad, las Defensoras
atenderán personas: seres humanos inmersos en una delicada
situación emocional y con probabilidades de sufrir severos daños
psicológicos. Efectivamente, las Defensoras no se enfrentarán,
en modo alguno, a una fría enumeración de hechos jurídicamen-
te relevantes. Ellas, por el contrario, deberán estar preparadas
para lidiar cara a cara con lesiones a flor de piel, narraciones con
voz quebrada, miedos, angustias, inseguridades, odios y lágri-
mas. Por ello, cierta orientación profesional, además de coraje y
empatía, es indispensable para atender a personas que hayan
sufrido violencia o que deseen denunciarla.

Por ello, se dictaron 9 horas de talleres psicológicos en 3 se-


siones distintas, en donde se abordaron los problemas psico-
lógicos tanto de de la víctima como del victimario. Esto es, el

51
Asociación Civil THEMIS

sentimiento de culpa, la autoestima dañada, el miedo a de-


nunciar, etc. Asimismo, se discutió sobre la manera de tratar y
acercarse a una persona que ha sufrido violencia familiar, pues
luego de una experiencia como esa, las personas se encuen-
tran en un estado emocional sumamente delicado.

El dictado de este bloque de talleres estuvo completamente a


cargo de Ana Cecilia Gutiérrez, miembro del equipo de psicó-
logas de la asociación DEMUS - Estudio para la Defensa de
los Derechos de la Mujer, institución con amplia experiencia en
temas de violencia familiar y líder en la lucha por la defensa y re-
conocimiento de los derechos de las mujeres. A través de breves
exposiciones teóricas, que daban paso a ejercicios grupales, dra-
matizaciones, lluvia de ideas y simulacros de atención de casos
de violencia familiar, Ana Cecilia, con paciencia y sagacidad, lo-
gró aflorar y pulir en las Defensoras habilidades de empatía para
que ayuden a las víctimas de violencia a iniciar el camino hacia
la recuperación de su autoestima y a emprender las acciones
necesarias para cesar la violencia de la que son objetos.

Cuarto Bloque
Talleres organizacionales: los recursos humanos de la
Defensoría

Todo grupo humano es complejo y toda actividad que este rea-


lice requiere de planificación y adecuada gestión, pues de otra
manera está condenado al fracaso. Mantener en funciona-
miento el pequeño local de la Defensoría, organizar los horarios
de atención, administrar el día a día del equipo de trabajo,
entre otras labores propias de gestión, son elementales para
hacer sostenibles y eficientes las labores de la Defensoría.

Así, los miembros de la Comisión de Desarrollo Social de


THEMIS, con el perseverante apoyo de Ana Cecilia, estu-
vieron a cargo de las dos sesiones, que implicaron 6 horas
lectivas respecto del tema organizacional. En este espacio, se
eligió discutir sobre las funciones de las Defensoras, los recur-
sos humanos y la administración de su espacio de atención
para potenciar en las Defensoras la capacidad de conducir
por ellas mismas el trabajo en la Defensoría.

52
Actividades Realizadas

Actividades adicionales
Rocío Yepez

Los talleres de difusión

Muchos de los barrios marginales en de nuestra capital son luga-


res en los que se producen innumerables problemas de violencia
y maltratos, propiciados principalmente por el desconocimiento
del qué hacer y a quién acudir ante tales situaciones.

He aquí un gran ejemplo de lo explicado anteriormente; “José


Botterín”, una pequeña comunidad localizada en el Callao, la
cual es escenario de un gran índice de atropellos y abusos,
tales como la delincuencia, el pandillaje, la drogadicción y el
maltrato familiar, entre otros.

Se ha intentado repetidas veces localizar el origen de estos


problemas sociales, concluyendo que una de sus principales
causas es la presencia de violencia en el foco familiar, la cual
se desarrolla y se ve influenciada en gran medida por la si-
tuación económica, así como por correlativa falta de trabajo,
incentivando en los integrantes de las familias el uso de la vio-
lencia, concretando así los problemas de machismo, soberbia
masculina y celos.

Sabemos que la violencia no puede desaparecer del todo, pero


sí se puede contribuir a que los índices de maltrato disminuyan
informando a la población; es por ello que THEMIS consideró
importante educar no sólo a las Defensoras, sino a todas las per-
sonas de “José Botterín” que tuvieran la intención de informarse
para generar un cambio, mediante los talleres de difusión.

Las acciones de organismos de defensa locales, como la po-


licía, no son suficientes para poder atender una denuncia de
casos de violencia familiar. Si bien la población apoya su trabajo
en cuanto a captura de cabecillas y desarrollo de operativos,
este no es suficiente, pues se necesita del apoyo de personas
proactivas de la comunidad, que eviten la consagración de la
injusticia y el apañamiento de los agresores, con motivo del
temor a posible ataques o represalias.

53
Asociación Civil THEMIS

En los talleres de difusión, se informó a los asistentes de la existen-


cia de una ley de protección contra la violencia familiar, cuyo fin
no es únicamente defender al agraviado por la violencia física, sino
también a aquel que sufre de violencia psicológica y sexual. Se ex-
plicó, además, qué pasos debían seguir para sentar una denuncia,
no siendo necesario que cuenten con la presencia de un abogado,
y se les indicó que la denuncia no se tenía que hacer necesaria-
mente por escrito, pues ésta puede ser formulada verbalmente.

Asimismo, los talleres de difusión nos permitieron informar a los


asistentes de la creación de una Defensoría en el barrio, expli-
cándoles que no basta con la difusión de conceptos teóricos,
sino que es necesario ponerlos en práctica mediante asesorías,
las mismas que serán brindadas por las Defensoras, personas
que se encuentran dentro de la comunidad, a las cuales po-
drán acudir en busca de orientación

Visita a la Pontificia Universidad Católica del Perú

Siempre pensamos en las Defensoras como parte fundamental


de THEMIS. Por ello, planeamos una visita a la PUCP para que
pudieran acercarse a nuestro medio, así como nosotros nos
acercábamos al suyo.

Se logró así una interacción entre los miembros vinculados al


proyecto y la asamblea de miembros de THEMIS, pues lo que
se buscó desde un principio fue que las señoras conocieran
de cerca al grupo del cual ellas son parte. Se realizó una pre-
sentación de THEMIS y se informó a las Defensoras acerca
del trabajo que la asociación realiza, así como de las distintas
comisiones que la integran y sus respectivas funciones. De igual
forma, paseamos por el campus para que puedan conocer un
poco más sobre el lugar donde THEMIS nació.

El punto central de la visita fue el de integrar a las Defensoras


a nuestro espacio, darles una oportunidad de conocer nuestra
realidad, permitiéndoles así sentirse parte de un proyecto que
excede a la Defensoría que pretendemos crear y dándoles la
oportunidad de conocernos como estudiantes y amigos, y no
sólo como sus capacitadores.

54
Actividades Realizadas

Visita al “Centro de Emergencia Mujer” del Callao

Transmitir y enseñar cuáles son las medidas a tomar y los lu-


gares a los cuales se puede acudir de presentarse un caso de
violencia familiar, son ejes fundamentales dentro de la capaci-
tación elaborada por THEMIS. Usualmente, nos encontramos
con un panorama poco informado con relación a qué hacer y
a quiénes pedir consejo u orientación en estos casos; si acudir
a un abogado, que muchas veces es imposible por falta de
recursos o acudir directamente a las autoridades policiales, las
cuales en muchas oportunidades no se dan abasto para resol-
ver de forma idónea los casos denunciados.

Como parte de algunos de nuestros talleres jurídicos sobre la


violencia familiar, hicimos referencia a la labor de centros de
ayuda denominados “Centros de Emergencia Mujer” (CEM),
cuyas funciones muy pocas personas conocen a cabalidad y
que, no obstante, se constituyen en espacios a los cuales se
puede asistir en caso se necesite orientación en casos de vio-
lencia familiar.

De acuerdo con su página web institucional, dentro de las fun-


ciones de estos centros, se encuentran las siguientes:

1. Planear, organizar, dirigir, coordinar, supervisar y con-


trolar las acciones necesarias para evitar la violencia
familiar.
2. Prevenir, recepcionar, investigar y denunciar los casos
de violencia familiar, así como los casos en donde se
encuentran implicados niños y adolescentes.
3. Promover actividades de orientación y protección a
favor de la familia en especial de la mujer, el niño y
adolescente, así como de los adultos mayores.
4. Colaborar con las Fiscalías y Juzgados de Familia en las
medidas tutelares aplicables a niños y adolescentes
5. Con la visita del CEM del Callao, logramos que las De-
fensoras se introduzcan en la realidad del procedimiento
de denuncia, con el cual deberán estar familiarizadas,
al ser parte del trabajo que realizarán al ayudar a las
personas agraviadas que acudan a la Defensoría.

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Asociación Civil THEMIS

Defensorías Urbanas y espacio público: por una solu-


ción democrática a la violencia familiar*

El jueves 18 de setiembre del 2008, la Comisión de Desa-


rrollo Social de THEMIS tuvo la oportunidad de participar en
el “IV Encuentro de Derechos Humanos”, organizado por el
“Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia
Universidad Católica del Perú” (IDEHPUCP).

En dicha oportunidad, se procuró presentar el proyecto que se


venía desarrollando en “José Botterín” mediante un conversato-
rio titulado “Defensorías Urbanas y espacio público: por una
solución democrática a la violencia familiar”. El mismo contó
con la participación de la Dra. Marisol Fernández, profesora
de Derecho de Familia de la facultad de Derecho de la PUCP,
así como del padre Felipe Zegarra.

La actividad consistió en la presentación y análisis de la proble-


mática de la violencia familiar en las zonas urbanas de nuestro
país, enfatizando en la importancia de espacios como la parro-
quia “El Buen Pastor” de José Botterín, para la generación de
conciencia en la población.

Aquel día, un auditorio conformado por alumnos de distin-


tas facultades de la PUCP, miembros de la asociación civil
THEMIS, estudiantes de primaria de “José Botterín” y por
las propias defensoras, tuvo la oportunidad de escuchar el
testimonio de la Sra. Carmen Suni, quien desde su particular
perspectiva, pudo dar ciertos alcances sobre la trascendencia
de la violencia familiar en su comunidad y sobre sus expec-
tativas a futuro con la instalación de una Defensoría Urbana
contra la violencia familiar en “José Botterín”.

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Actividades Realizadas

Implementación de la Defensoría
María del Carmen Bedoya

El proyecto de Defensorías Urbanas estaba llegando a una


de las etapas culminantes de su formación. Las charlas sobre
violencia familiar, visitas dirigidas a instituciones vinculadas al
tema y talleres de difusión ya se habían llevado a cabo, y sola-
mente faltaba encontrar el lugar adecuado en el que las defen-
soras, ya capacitadas, pondrían en práctica todo lo aprendido,
tomando contacto con víctimas de violencia familiar.

Pero, ¿cuál sería el mejor lugar para desarrollar esta labor? Las
defensoras y los miembros de la Comisión no tuvimos duda en
que dicho lugar sería la Parroquia del “Buen Pastor”, dentro
de la cual se nos permitió utilizar un espacio propio para ins-
talar la Defensoría. Dicha parroquia, como se desprende de lo
relatado anteriormente, fue el centro de operaciones para la
formación del proyecto, punto de encuentro de todas aquellas
personas que, en su momento, intervinieron en el desarrollo del
mismo, y que ahora nos ofrecía el lugar ideal para concretar
la obra realizada.

Luego de tomar la decisión acerca de la ubicación de la defen-


soría, los miembros de la Comisión nos reunimos para planificar
qué necesitaría este espacio para servir a los fines propuestos.
Lo primero a llevar a cabo fue la habilitación del lugar. Pro-
pusimos un día para adquirir los elementos necesarios e ir a
Botterin para realizar esta actividad. Con escobas en mano,
trapos, pintura, brochas y un poco de agua iniciamos la lim-
pieza, retirando los muebles y objetos propios de la parroquia,
dejando el ambiente listo para ser implementado.

Con la finalidad de implementar el lugar, elaboramos una lista


de todos aquellos muebles que serían necesarios y la distribu-
ción de los mismos. Para la atención de casos, se necesitaría
básicamente, como en toda oficina de consultoría, de un es-
critorio y sillas para la atención de los visitantes y su espera;
además, se pensó implementar un lugar en el que las defen-
soras y nosotros, como coordinadores de su labor, pudiésemos
reunirnos para comentar los casos que se presentasen.

57
Asociación Civil THEMIS

Asimismo, pensamos que la capacitación y aprendizaje de las


defensoras no debía quedar solo en las charlas y otras activi-
dades realizadas, sino que se debía contar con una pequeña
pero variada biblioteca en la cual pudiesen encontrar libros y
textos sobre temas de Derecho de Familia y Violencia Fami-
liar, además de las normas correspondientes a estos temas,
los cuales estarían a su disposición en un librero dentro de la
defensoría. Esto no solo les permitiría adquirir mayores conoci-
mientos con la finalidad de llevar a cabo una mejor atención a
los visitantes, sino que facilitaría su labor ante cualquier duda
que se les presentase.

Teniendo como modelo las actividades de otras instituciones


con similares fines, se elaboraron fichas de información, en
las cuales las defensoras debían anotar los datos personales
básicos de las personas que fuesen atendidas y también una
pequeña reseña del caso relatado. Luego, esto sería digitado
para ser archivado en la computadora implementada en la de-
fensoría, todo ello con la finalidad de contar con un medio que
haga posible el seguimiento de los casos y la familiarización
con los mismos.

Con el apoyo de la Comisión de Marketing de THEMIS, pu-


dimos elaborar el logo de la Defensoría, para así otorgarle un
signo distintivo y propio de la misma. En esa misma línea, se
mandó elaborar un banner en el cual figura dicho logo, para
que este se encuentre dentro de la Defensoría, o sea utiliza-
do como una forma de identificación del proyecto tanto en
charlas, talleres de difusión, u otras actividades que pudiesen
surgir.

Finalmente, nos comunicamos con cada una de las defensoras


para programar sus horarios de atención en la Defensoría, de
tal manera que les fuera posible cumplir a cabalidad con la
labor planteada sin dejar de cumplir con sus obligaciones per-
sonales. Concluido esto, la defensoría había quedado instalada
y lista para su funcionamiento.

58
Actividades Realizadas

Inauguración de la Defensoría

Después de un largo camino, lleno de nuevas experiencias, de-


dicación y grandes expectativas, había llegado el momento de
traer al mundo el resultado final. Lo que en un principio fue un
pequeño ideal, producto de la mente de jóvenes estudiantes
de la Facultad de Derecho de nuestra casa de estudios, em-
pezaría a dar sus primeros pasos en la realidad.

Conocemos las falencias propias de nuestra sociedad. Muchas ve-


ces nos cuestionamos acerca de qué acciones podríamos realizar
para cambiar aquella realidad plasmada de indiferencia, injusticia,
pobreza, corrupción y violencia, sin encontrar, en la mayoría de
casos, otro camino distinto al de la inacción. Si bien el estudiar una
carrera profesional principalmente tiene como objetivo el poder in-
troducirse en el mercado laboral y obtener un medio de subsisten-
cia, este no debe ser el único motivo. Las carreras profesionales, y
en especial, el Derecho, pueden ser instrumentos muy poderosos
para combatir los grandes problemas que la sociedad enfrenta,
quedando esto plenamente demostrado con la puesta en marcha
del Proyecto de Defensorías en Botterin.

Llegado el momento de planificar la inauguración, surgió un


sentimiento de nostalgia, puesto que se estaba dejando atrás
el proceso de formación del proyecto para dar inicio a su funcio-
namiento, durante el cual, tanto los miembros pasados como
los presentes de la Comisión de Desarrollo, partícipes del pro-
yecto, verían los efectos que podría generar dicha iniciativa al
problema de la violencia familiar en Botterin. Serían ahora las
Defensoras quienes aplicarían todos los conocimientos adquiri-
dos en la etapa de capacitación para absolver dudas y ser un
apoyo constante en cada caso que se les presentase. Nuestro
apoyo continuaría, seguiríamos monitoreando el progreso del
proyecto y los casos atendidos por ellas, sin embargo, sabíamos
que sería una vivencia muy distinta a la anterior, había llegado
el momento de observar como este proyecto podía cambiar la
vida de muchas personas.

La fecha y hora de la inauguración habían quedado estableci-


das. Con anterioridad a la realización de dicho evento, se llevó

59
Asociación Civil THEMIS

a cabo un taller de difusión, con la finalidad de informar a los


habitantes del asentamiento sobre la instalación de la Defen-
soría en la Parroquia del “Buen Pastor”, la cual próximamente
empezaría a brindar sus servicios a dicha comunidad. Las de-
fensoras se encargaron de distribuir volantes en las calles del
lugar e informaron a sus vecinos, amigos y familiares sobre el
evento, invitándolos a asistir.

Para la inauguración de la Defensoría se pensó invitar a todas


aquellas personas que habían apoyado al proyecto a lo largo
del tiempo, convirtiéndose en una ocasión de reencuentro.
Por su parte, las defensoras invitaron a diversas autoridades de
Botterin, a fin de transmitirles un mensaje y mostrarles cómo,
en muchas ocasiones, los ciudadanos tenemos que buscar ma-
neras de suplir la inactividad del Estado ante las necesidades
que se presentan, convirtiéndose en un modelo para otros gru-
pos humanos, los cuales serían testigos de cómo un pequeño
grupo de mujeres, con un poco de apoyo externo, podían rea-
lizar un gran cambio en su comunidad.

La Congresista de la República, Rosario Sasieta Morales, fue


una de nuestras invitadas. Ella brindó un mensaje positivo a las
defensoras, con el cual se buscó infundir en ellas la fortaleza y
confianza para emprender este prometedor camino, reconoció
su labor y las felicitó por la iniciativa y dedicación demostra-
da, asimismo, conversó con ellas sobre la situación actual de
Botterin y sobre los casos típicos de la vida cotidiana, entre
ellos los relacionados con violencia familiar. En reconocimiento
a su labor, se les hizo entrega de una beca para participar en
el Tercer Taller de Capacitación “Vístase con la Ley”, que sería
llevado a cabo en la Universidad Norbert Wiener, la cual busca
dar orientación en el área de Derecho de Familia.

Principalmente, por medio de la inauguración, se buscó expli-


car a los asistentes en qué consistía el Proyecto de Defensorías
Urbanas, mostrarles el espacio de la Defensoría dentro de la
Parroquia y generar en ellos la iniciativa de difundir este nue-
vo servicio dirigido a todas aquellas personas víctimas de la
violencia familiar para orientarlas y buscar una solución a su
problema.

60
Quinta Parte
Mirando hacia el futuro
Asociación Civil THEMIS

62
Actividades Realizadas

Lecciones aprendidas
Francisco Lira

Como en toda actividad grupal, siempre se van adquiriendo


lecciones en el camino. Esta vez, con el desarrollo de los módu-
los que forman parte de la capacitación de las defensoras, no
se ha producido una excepción. Si bien desde el principio nos
preocupamos por no improvisar, sino más por tener todo plani-
ficado, preparado y evaluado, no por ello dejamos de aprender
muchísimo durante el proceso mismo de capacitación.

Esto en ningún sentido puede considerarse negativo. Muy por


el contrario, ningún proceso bien llevado prescinde de la eva-
luación y mejora de las mismas propuestas y premisas que en
un primer momento fueron tomadas como ciertas e infran-
queables. La mejora de estas premisas es necesaria para que
el futuro desarrollo de trabajos más certeros y beneficiosos.

En el caso concreto de la capacitación de las Defensoras Ur-


banas de “José Botterín”, pudimos recoger, con el paso del
tiempo, nuevos aspectos a tomar en consideración y que nos
permitieron mejorar progresivamente otros a lo largo de todo el
proceso de capacitación. Esto fue posible debido al ambiente
de confianza en el que ésta fue desarrollada; un contexto de
amistad y, en definitiva, de mutua incertidumbre.

63
Asociación Civil THEMIS

64
Actividades Realizadas

¿Qué lecciones aprendieron las Defensoras?

Aprendieron el contenido de diversos e importantes derechos


tales como el derecho a la vida, a la integridad, a la dignidad,
a la igualdad, al honor y a la reputación. A su vez, reafirmamos
la idea, alguna vez enunciada por una de las Defensoras, en
el sentido que “es importante conocer mis derechos y deberes,
respetarme como persona y respetar a los demás”.

Conocieron todo lo relativo a la Ley de Violencia Familiar, y


ahondaron en aspectos como sus alcances y las distintas vías
de denuncia de un caso de violencia familiar. Como esclarecie-
ra una de las Defensoras en alusión a las vías de denuncia: “…
antes pensaba que sólo en las comisarías se podía hacer una
denuncia de maltrato, pero ahora sé que hay otras instancias
como la fiscalía o el juzgado de familia”.

Además de adquirir nuevos conocimientos, la puesta en prác-


tica de valores sobresalió más de una vez. La paciencia, el
respeto por el otro y el valorarse uno mismo, así como a los
demás, son algunos de los valores que incidieron positivamente
en el desarrollo de las actividades.

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Asociación Civil THEMIS

¿Qué lecciones aprendió THEMIS?

La primera y más importante lección aprendida por los miem-


bros de la asociación es la relativa al rol social del Derecho. En
las aulas, mucho se habla acerca del Derecho como regulador
de comportamiento, pero nunca se ahonda en sus capacidades
para sobrellevar o mitigar situaciones injustas. Con motivo de
los talleres desarrollados en el proyecto, pudimos darnos cuen-
ta que el Derecho es una herramienta que, utilizada correcta-
mente, permite disminuir la injusticia.

La importancia de la comunicación de forma horizontal es otro


aspecto que sobresalió en más de una ocasión. Un diálogo ver-
tical disminuía la oportunidad de alimentar recíprocamente el
tema que se ha abarcado cada día con motivo del dictado de
alguno de los talleres. Por el contrario, cuando las conversacio-
nes se mantenían de forma natural y espontánea, el resultado
terminaba siendo mucho más satisfactorio, tanto a nivel teórico
como práctico.

66
Actividades Realizadas

Expectativas del proyecto

La realización de una actividad de esta índole lleva necesaria-


mente aparejada la expectativa de lograr un objetivo con ella.
De lo contrario, ¿cuál sería la finalidad del esfuerzo conjunto de
THEMIS y las Defensoras?

La ejecución del proyecto descrito en esta publicación es un


claro ejemplo de las muchas expectativas que una actividad
puede generar. Tanto los miembros de THEMIS como las De-
fensoras de “José Botterín” tenemos grandes ilusiones respecto
a lo que se logrará con la Defensoría Urbana. Nuestras prin-
cipales expectativas, pueden ser resumidas de la siguiente
manera:

La principal expectativa gira en torno de la continuidad de la


Defensoría Urbana. Tanto los miembros de THEMIS como las
Defensoras somos conscientes que, sin continuidad, nuestro
trabajo en la preparación y ejecución del proyecto no habrá
resultado alguno. Para lograr la tan ansiada continuidad y

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Asociación Civil THEMIS

sostenibilidad, las Defensoras son concientes de la necesidad


de no sólo transmitir el conocimiento acerca de la violencia
familiar que han adquirido, sino también de la importancia de
compartir lo que un espacio como la Defensoría significa para
ellas, con el fin de motivar a otras mujeres de la comunidad a
unirse a este proyecto de cambio.

Como se desprende de lo anterior, la transmisión de todo el


conocimiento relativo a la violencia familiar es otra de las prin-
cipales expectativas que recae sobre la Defensoría. No busca-
mos que las Defensoras manejen esos temas a la perfección y
que el grado de difusión de esta información sea mínimo, limi-
tándose al universo de personas capacitadas. Por el contrario,
creemos fundamental que las Defensoras puedan proyectar
dicho conocimiento al resto de la comunidad.

Por último, buscamos que la Defensoría por medio de sus diver-


sas actividades, consultoría, charlas y talleres, logre disminuir
los casos de violencia familiar o por lo menos generar mayor
conciencia sobre este problema en la comunidad. Es necesario,
como primer paso, que la comunidad esté informada sobre el
problema y sea plenamente conciente del mismo, para luego
asumir el reto de mejorar y, eventualmente, erradicar el uso de
la fuerza como costumbre arraigada en el foco familiar.

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