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LA VIRTUD DE LA

PACIENCIA

“Capacidad de padecer o
soportar algo sin alterarse”
CADA COSA TIENE SU
RITMO
A todos nos gustaría que las cosas siguieran el ritmo que queremos: progresar rápido en
cualquier actividad, reunir fácilmente el dinero para comprar algo que nos gusta,
 
aprender al instante a usar el trompo y el yoyó y resolver de golpe los problemas de
nuestra familia. Sin embargo, cada proceso que ocurre en el mundo tiene su propio ritmo
y debemos aprender a reconocerlo. Si no esperas el tiempo indicado para sacar las
galletas del horno, van a quedar crudas; si no te cuidas de la gripa el tiempo necesario,
se convertirá en una enfermedad más delicada. ¡Las plantas no crecen porque a ti te urja!
 

La paciencia, en un sentido, consiste en comprender ese ritmo y aguardar, simplemente,


a que los procesos se completen. En otros casos, lo que requiere de ti es que la combines
con la constancia, sobre todo cuando se trata de una habilidad que quieres adquirir o de
un objetivo que deseas alcanzar. Por ejemplo, aprender a nadar requiere que durante un
buen número de meses entrenes frecuentemente hasta que sepas hacerlo bien. Otro
valor relacionado con ella es el esfuerzo. Para conseguir objetivos importantes no basta
con un instante, sino el paciente esfuerzo de muchos años.
REFLEXIONA: LA
 
CAPACIDAD DE RESISTIR
La paciencia también significa soportar con
autodominio y serenidad las situaciones que no nos
gustan. Puedes tratarse de casos muy sencillos: el
radio que tus vecinos ponen a todo volumen, las
clases de una materia que te choca o las dificultades
para transportarte desde tu casa a la escuela por el
tráfico, el calor y la incomodidad de los vehículos.
Pero también te sirve para soportar situaciones
mucho más difíciles: la carencia de dinero en tu
hogar, la enfermedad o los pleitos de tu familia.
Muchas personas reaccionan a esas circunstancias
con ira o enojo, porque en realidad son débiles, se
desesperan y no logran nada. Quienes son pacientes
responden con calma e integridad que les permiten
pensar en soluciones y tomar mejores decisiones.
No pienses que ser paciente consiste en cruzarte de brazos.
Se trata, más bien, de aceptar con valor las pruebas que te
pone la vida y tratar de aprovecharlas para progresar y crecer,
de ver en cada obstáculo una oportunidad. El ritmo de las
cosas no siempre favorece lo que nosotros queremos o
planeamos. Las demás personas tienen sus propios planes y
problemas y sólo en ciertos casos cooperan con los nuestros. A
veces parece que hasta los objetos están contra nosotros: el
plato que se rompe, las llaves que se pierden, la tele que se
descompone… La paciencia nos permite soportar y, hasta
donde es posible, controlar todos esos problemas. También
nos ayuda para salir adelante en casos donde no queda nada
por hacer, como cuando muere un ser querido. En otras
palabras ¡nunca te desesperes! Resiste con calma, piensa
estrategias y soluciones, ten paciencia contigo mismo y
recuerda que, de esta forma, a cada minuto te estás volviendo
más fuerte.
MINI-RELATO: EL TRAVIESO
AGRICULTOR
 
• Rubén era hijo de dos floricultores. Una vez
los acompañó a plantar girasoles. Los
padres iban por delante plantando, pero
cuando avanzaban un poco, Rubén sacaba
las semillas de la tierra y las guardaba. Al
terminar la jornada, había retirado todas.
Unos vecinos del lugar se acercaron a los
padres: “Rubén fue quitando todas las
semillas. Merece una paliza.” El padre
respondió: “¿Qué ganamos con enojarnos?
Nos dimos cuenta de que lo hacía y
esperamos a que se aburriera. Pero como no
se aburrió, sabemos que si tuvo paciencia
para sacarlas todas, mañana tendrá
paciencia para plantarlas de nuevo.
Pasaremos juntos el día labrando la tierra.” 
 
PROBLEMAS PARA
 
PENSAR
• El valor contrario a la paciencia es la impaciencia, cuando la gente se siente intranquila porque
algo que espera no acaba de llegar o porque no soporta una situación. Generalmente las
consecuencias son perjudiciales. Ponte en las siguientes situaciones y compara lo que ocurre si
eres paciente, con lo que ocurre si eres impaciente.
 
• Estás lastimado de un pie y el doctor te indica que guardes reposo dos semanas…
• Llegas a una cita con tu maestro, pasan diez minutos y no aparece…
• Quieres ser el mejor jugador del equipo, pero hace un mes que formas parte de él…
• Te gustaría aprender a hablar inglés, pero no avanzaste mucho en tres semanas…
• Ya no aguantas el tiradero que hace tu hermano y estás a punto de gritar…
• Quieres comprar unas papas en la tiendita, pero hay una larga fila antes de ti…
• Te molestan los problemas de tu familia y quieres hacer algo para resolverlos…
• Faltan dos meses para que acabe el curso y no estás a gusto en la escuela…
• Un compañero que te cae mal te ofende y te propone pelar a golpes…
• Faltan diez meses para Navidad y quieres un regalo que viste…
 
• Después de comparar las dos opciones (paciente / impaciente) diseña una estrategia de la
paciencia para cada caso, es decir, un plan que te permita esperar y hacer lo necesario para
alcanzar tu objetivo sin desesperarte.
LA PACIENCIA EN
SÍMBOLOS
No existe un símbolo especial para la
paciencia, pero podemos proponer éste: una
semilla que empieza a germinar y dos manos
que la sostienen. Quien la puso a germinar
sabe que tendrá que esperar mucho para que
brote una planta, crezca y se convierta en
árbol. Habrá que esperar aún más para que
el árbol dé frutos. Durante toda esa espera
tendrá que cuidarlo y regarlo con constancia.
Otro símbolo relacionado con la paciencia es
el reloj de arena que nos hace observar
detalladamente cómo pasa el tiempo.
UN LABORATORIO PARA LA
PACIENCIA
 
En la vida diaria tenemos que aguantar muchas
situaciones comunes que a veces nos desesperan.
Aprende a ver en cada una de ellas una oportunidad de
poner a prueba y acrecentar tu paciencia:
– No te quejes del clima. Basta con abrigarte si hace frío y
con descubrirte si hace calor.
– Si una persona no entiende algo que explicaste, comienza
de nuevo con más cuidado.
– Si recibes un poco de dinero, haz una alcancía para
comprarte algo que te gusta.
– Colecciona las estampas de un álbum, es divertido y
requiere una atención prolongada.
– No abuses de la paciencia ajena: llega a tiempo a tus
compromisos, cumple con las tareas que te encargan y no
hagas “repelar” a tus amigos o hermanos.
ORANDO EL VALOR
 
Señor, en el silencio de este nuevo día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor,
ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias a tus hijos
como lo ves Tu mismo. para apreciar la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración
guarda mi lengua de toda maledicencia
que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi.
Quiero ser tan bien intencionado y justo
que todos los que se acerquen a mi sientan Tu presencia
Revísteme de tu bondad, Señor,
y haz que durante este día, yo te refleje. Amén.

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