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L
El desafío moral profundo de nuestro ser realmente no
Número 25
uando la verdad viviente de deseamos obedecer como se debe.
Dios toca al hombre. la marca Realmente no queremos morir:
que deja sobre él es la de la cruz. queremos vivir "para nosotros mis-
Nadie ha comprendido el Evangelio OS".^ Las palabras de Cristo: "Si b'
mento, todas las expresiones clásicas obediencia "en lo íntimo del ser", y
de consagración y discipulado s e dan esto nos obliga a considerar cuál es la
en ténninos de sacrificio, y la nota de verdadera naturaleza de la esclavitud
sufi-imiento se pone de relieve: mortifi- bajo la que estamos condenados como
cación. ' crucifixión n e g a ~ i ó ntomar
,~ pecadores. En vista del concepto tan
.
la cruz4 En una de s u s más carac- generaüzado como erróneo de lo que
terísticas expresiones Pablo dice: "Así la Escritura quiere decir por "pecado".
que, hermanos míos, les ruego por la es necesario que tratemos en detalle
misericordia de Dios, que s e entreguen esta cuestión.
ustedes mismos como ofrenda viva. Lo primero que debe notarse es que
consagrada y agradable a dio^",^ no basta como diagnóstico del proble-
sentimiento éste que 61 toma muy en ma señalar algún pecado particular.
serio en s u propia experiencia, como Es verdad, desde luego. que un
se ve en las siguientes palabras: "Todo pecado particular puede constituir un
lo que pudiera yo tener lo cuento como serio problema ... Algún hábito o
pérdida. en comparación con la gran relación puede dominar la vida
kventaja de conocer a Cristo JesGs mi espiritual, haciéndola estéril e inefi-
Señor. Por causa de Cristo lo he caz. Las cosas mundanas. las con-
perdido todo y todo lo considero basu- sideraciones mundanas, los intereses
ra, a cambio de ganar a Cristo mundanos y la gente mundana
Nada podría haber demostrado más batalian por la lealtad de nuestros
claramente que es en la obediencia corazones día a día, y no hay nada
que ofrecemos al llamado del Evan- tan triste como ver la sombra del
gelio donde se prueba la realidad de la mundo venir sobre la vida de un
fe. donde experimentamos el poder cristiano, a quien gradual, constante Parte 1 (de 11)
liberador del Epíritu Santo en nues- e imperceptiblemente, lo conduce más
tras vidas personales y el llamamiento allá de la sencillez de Cristo, hasta Exlractado de La lucha de
al servicio. hacerle perder el celo de su consa-
Ink NCapítudoáe
Es aquí, entonces, donde radica la La Madurez Cristiana,
gración. hmes Philip, Ediciones
clave del problema, porque en lo Certezal Buenos Aires,
1974.
Tlt 2.12 Ro 12.1 'Véase 2 Co 5.15
Mc 8.34 Ff13.8 " Mt 16.24
Es evidente que las demandas voluntad." Es cierto que para algunos
competitivas de la vida. las lo dicho asumiría la forma de munda-
consideraciones mundanas. las malas naiidad; para otros conduciria a la
'
pasiones, constituyen una grave y inmoraildad y el libertinaje; pero para
- urgente preocupación en la vida del otros podría ser mucho más sutil y
creyente. Pero ninguna de estas cosas. menos evidente, espedalmente si.
S&individual o conjuntamente. nos como en el caso del fariseo, tiene una
lleva al corazón de la comprensión apariencia de religión. Pero al fin y al
bíblica de la naturaleza del pecado, y cabo, sea que estemos acosados por
el peligro radica en detenernos antes un pecado particular u otro. esto llega
de tiempo sin darnos cuenta de que la a perder su importancia ante ese
situación real es aún más critica y terrible apetito devorador que hay en
urgente, ya que éstos son síntomas. y nosotros que es raíz y causa de todos
solamente síntomas, de algo que yace los pecados.
mucho más profundo. Mientras no lo William Temple, quien fuera
admitamos así, podemos caer en el arzobispo de Canterbury. dijo: "Se h a
error de cambiar un conjunto de concedido demasiada atención a los C,
pecados por otro, y confundir esto con pecados en comparación con el
la liberación. Es una tragedia cuando pecado. Y así. si sucede que no puedo
una persona bajo la impresión de que
se está salvando del pecado, mera-
pensar en un mal particular que he ?W '7
hecho. o en un bien particular que he-- --so
mente cambia el modelo de pecado dejado de hacer, con todo debo pedirle
para s u vida. y pasa de lo menos a Dios que sea propicio a mí pecador,
respetable y más evidente a lo menos puesto que comparto el pecado
evidente y más respetable. El maligno común de la humanidad, y hago de
siente gran satisfacción cuando logra mil maneras de mi ego el centro del
mundo. Pienso como hombre y no
como Dios".