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Vals criollo
Introducción
Piano
7
13
Canto
20
27
34
Publicado originalmente alrededor del 1930 - Editado por Ney Borba - Toronto 2009 - neyborba@rogers.com calaveraviejo@yahoo.ca
2 Mala suerte - Vals criollo
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1.
63
2.
D.C. tutto
rit - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
JOSÉ MARÍA AGUILAR nació en Montevideo, Uruguay el 3 de mayo de 1891 y falleció en Buenos Aires, Argentina el 21 de diciembre de 1951.
Guitarrista, cantor y compositor, fué tal vez uno de los más grandes guitarristas de su generación. Acompañante de los grandes cantantes de su época
como por ejemplo Agustín Magaldi, Ignacio Corsini, Rosita Quiroga, Ada Falcón y sobre todo Carlos Gardel con quien colaboró por varios años y
a quien sobrevivió en el accidente aéreo de Medellín del 24 de junio de 1935.
EUGENIO CÁRDENAS es el nombre artístico del poeta Asencio Eugenio Rodríguez nacido en Carmen de Areco, Buenos Aires, Argentina el
6 de setiembre de 1891 y fallecido en Buenos Aires el primero de enero de 1952. Autor de centenares de poemas musicalisados en distintos géneros
pero principalmente tangos.
Este vals fué grabado por Carlos Gardel en Buenos Aires el 17-9-1930 acompañado en guitarras por Guillermo Barbieri, Ángel Domingo Riverol y
el propio autor José María Aguilar.
Publicado originalmente alrededor del 1930 - Editado por Ney Borba - Toronto 2009 - neyborba@rogers.com calaveraviejo@yahoo.ca
MALA SUERTE
Vals criollo
I
Hicieron mis manos, muy cerca a una loma,
un rancho bien grande de paja y terrón
y por las ventanas entraba el aroma
de los trebolares y el suave cedrón...
Debajo un viejo sauce corpulento
puse en mi guitarra mi acento triunfal
y mientras llevaba mis versos el viento,
me daba la luna su brillo lunar.
II
Todo fué un soplo, pues quiso el destino
que amara a una criolla más linda que el sol,
pero hubo otro gaucho del pago vecino
que la idolatraba lo mismo que yo.
De más, uno estaba, bien lo comprendimos
echamos la suerte para definir,
el alma en la taba con ansias pusimos;
yo estuve en la mala del juego y perdí.
I (bis)
Aquella derrota mató mi alegría;
me hundió el desencanto su fuerte aguijón
y fueron de entonces más grises los días,
las noches más llenas de amargo dolor.
De noche ya casi ni cierro los ojos,
me paso pensando, ni sé lo que hacer.
Y es que son mis penas como los abrojos,
las llevo prendidas dentro de mi ser.