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TALLER SOBRE LATRANSFERENCIA

POSTFREUDIANOS I

HOLMES GUILLERMO GUTIERREZ VALOYES CC 1077430410


YENNY URREA COSME CC 44007091

1. Cuál es la importancia de la transferencia para la cura analítica?

El concepto de transferencia ha hecho un recorrido histórico a través de la clínica


analítica, desde que fue introducido por Freud. A partir de allí ha variado en ese
recorrido teórico, no solo dentro de las teorías freudianas, sino también ha sufrido
cambios que le han hecho otros autores, y en donde se le ha dado diferentes
acepciones y usos dentro de las diferentes experiencias analíticas.
La comprensión y el análisis de los fenómenos transferenciales son considerados por
los psicoanalistas como el punto central de su técnica terapéutica y el concepto es
aplicado ampliamente incluso por fuera del psicoanálisis mismo.

La transferencia es una manifestación clínica específica de los muchos y diversos


aspectos de las relaciones normales. También los autores destacan que el carácter
especial de la situación psicoanalítica puede facilitar el surgimiento de aspectos
particulares de las relaciones, especialmente aspectos de relaciones pasadas, pero
ponen de relieve que es de mayor importancia, distinguir entre los varios elementos
que componen estas relaciones y no considerar todos los aspectos de la relación del
paciente con el analista como si fuesen una repetición de relaciones con figuras
importantes del pasado.

Inicialmente Freud consideró que la transferencia podría obstaculizar fuertemente el


proceso terapéutico, sin embargo más adelante notó que esta podría traer convicción
al paciente y al médico para continuar el tratamiento. Es decir comenzó a percibir la
transferencia como un agente terapéutico.
Freud consideró que la transferencia se encuentra desde el inicio mismo del
tratamiento y en general puede ser una de las razones (al menos por un tiempo) del
progreso del paciente.

La transferencia de esta manera constituye rasgos específicos de la neurosis de los


pacientes. A esto el autor le adicionó el concepto de neurosis de transferencia que
permitía entender como las relaciones tempranas podrían moldear el patrón dominante
de los sentimientos del paciente para con el analista.
De esta manera la neurosis de transferencia implica que el paciente reproduzca en
consulta todo aquel material pasado que fue reprimido, vivenciandolo como tal, en
lugar de recordarlo como algo concerniente al pasado.

Parece importante distinguir entre una tendencia general a repetir en el presente


relaciones pasadas y un proceso caracterizado por el desarrollo de sentimientos y
actitudes hacia otra persona que representa el arquetipo de una actitud o sentimiento
pasado, inapropiado para el presente y dirigido específicamente hacia otra persona o
institución. Es preciso destacar que esto es vivenciado por el sujeto, no como una
mera repetición del pasado, sino más bien como algo que hace parte del presente y
que refiere a la persona en cuestión que es en este caso el analista.
Un análisis apropiado de la transferencia que incluya tanto el análisis de aspectos
pasados del paciente como de la actualidad logrará permitir un avance importante
hacia la cura analítica, en pro de la resolución de la neurosis de transferencia que se
hace evidente dentro del campo del tratamiento.

2. ¿Cuáles son los inconvenientes de la transferencia en la cura analítica?

Freud logró distinguir entre transferencias negativas y positivas más que por su
funcionalidad al interior del trabajo terapéutico por su manifestación emocional, es
decir si se ponía del lado de la hostilidad o el amor.
La transferencia puede obstaculizar el proceso terapéutico tanto en los casos en los
que las manifestaciones amorosas (erotomanía) como en aquellos en los cuales se
movilizan una serie de emociones hostiles hacia el analista. En ambos casos la
transferencia puede tomar el papel de resistencia, impidiendo en gran medida un
avance hacia la cura.

De esta manera, Freud manifestó que también se podría considerarse como


transferencia todo el contenido resistido; es decir el ello logra canalizar
transferencialmente sus impulsos hacia el terapeuta y el yo repetiría las defensas que
ocupó en la infancia para protegerse de éstos, oponiéndose ambas instancias y
reviviendo el conflicto que causó la neurosis.
La transferencia en Freud se hace esencial pues sin esta no se avanzaría en el
proceso terapéutico de manera óptima, sin embargo, en ocasiones esta se vale de la
resistencia entorpeciendo este mismo fin.
La transferencia se opone, como resistencia, en el tratamiento psicoanalítico ya que
toda adquisición de una psiconeurosis tiene como premisa regular e indispensable el
proceso consistente en la disminución de la parte de libido capaz de conciencia y
orientada hacia la realidad, y el aumento correlativo de la parte inconsciente, apartada
de la realidad confinada en lo inconsciente a alimentar las fantasías del sujeto.
La libido de esta forma emprende una regresión y no ha reanimado las imágenes
infantiles. Se supone que en este camino fácilmente se puede llegar a la cura analítica,
que quiere descubrir la libido, hacerla de nuevo asequible a la conciencia y ponerla al
servicio de la realidad. Allí donde la investigación analítica tropieza con la libido,
encastillada en sus escondites, tiene que surgir el inconveniente.

Todas las fuerzas que han motivado la regresión de la libido se alzarán, en calidad de
resistencias, contra la labor analítica, para conservar la nueva situación, pues si la
introversión o regresión de la libido no hubiese estado justificada por una determinada
relación con el mundo exterior (generalmente por la ausencia de satisfacción), no
hubiese podido tener efecto. Pero las resistencias que aquí tienen su origen no son las
únicas, ni siquiera las más intensas.
El análisis tiene que luchar con las resistencias emanadas. Cada una de las
ocurrencias del sujeto y cada uno de sus actos tiene que contar con la resistencia y se
presenta como una transacción entre las fuerzas favorables a la curación y las
opuestas a ella.

3. ¿A QUE SE REFIEREN LOS POSTFREUDIANOS CON LA NOCIÓN DE ALIANZA


TERAPEUTICA O DE TRABAJO?

La noción de la alianza terapéutica inicialmente ha sido definida como la relación


racional que establece el paciente con su analista y que permite que se desarrolle de
manera adecuada el proceso terapéutico.
En algunos aspectos, la alianza terapéutica es considerada como punto de anclaje de
lo real, es decir a este tipo de relación “no transferencial” que establece el paciente
con el terapeuta.
La capacidad de que el paciente desarrolle una buena alianza terapéutica dependerá
tanto de sus patrones individuales de comportamiento como del modo en el que
estableció sus relaciones tempranas.
La alianza terapéutica se encuentra basada en el deseo conciente o inconciente de
cooperación, además de la disposición del paciente de aceptar la ayuda que le brinda
el terapeuta para superar sus dificultades. En la alianza terapéutica hay una
aceptación de la necesidad de intervenir las problemáticas internas y realizar un
trabajo analítico.
Para algunos postfreudianos como Erikson, la alianza terapéutica depende en gran
medida de la confianza básica, la cual se basa en las experiencias tempranas de
seguridad en el niño. En los casos en que ésta seguridad ha sido escasa se propende
por fomentar y reestablecer este estado de confianza.
Pese a todo esto es importante destacar que la alianza terapéutica no es equivalente
al deseo de mejora del paciente, pues en muchas ocasiones este hecho no es más
que un engaño ya que es común que algunos pacientes si bien asisten a consulta
con la convicción de liberarse de los síntomas, cuando esto comienza a hacerse
evidente abandonan el tratamiento. Por esta razón la alianza terapéutica debería
incluir a parte del deseo de mejorar, la objetividad, la capacidad de auto-observación y
la capacidad de tolerar cierto grado de frustración de parte del paciente que inicia un
tratamiento.
En ocasiones puede suceder que no se pueda distinguir entre la capacidad del
paciente para mantener una alianza terapéutica y los sentimientos positivos
presentados por este debido a otras razones. En realidad puede darse inicio a un
tratamiento con pacientes que no posean de entrada una óptima alianza terapéutica,
pero en estos casos será necesario determinar si es posible que el paciente desarrolle
tal alianza que le posibilite resistir las tensiones del tratamiento.
La alianza terapéutica como tal no es la misma en el desarrollo del tratamiento esta en
ocasiones puede disminuir a medida que aparecen las resistencias del paciente o
aumentar en los casos en los que los sentimientos positivos se hacen evidentes.

A continuación propendemos por ampliar el concepto de alianza terapéutica y cómo


este se ha evidenciado en algunos postfreudianos:

Anna Freud propuso una diferenciación de los fenómenos transferenciales en la


que la transferencia, tal como la describió Freud, representa una categoría
principal. Un segundo tipo de transferencia fue descrito como "transferencia de
defensas". Incluyó en este segundo grupo la repetición de medidas que el paciente
había tomado para protegerse contra las dolorosas consecuencias de deseos
sexuales y agresivos de la infancia. Esta formulación amplía la más temprana y
simple de Freud, en la que la hostilidad defensiva seria vista como el uso de
sentimientos hostiles existentes para proteger al individuo contra las
consecuencias del surgimiento de la transferencia positiva.
Prosiguió diferenciando el actuar en la transferencia, en el que ésta se intensifica y
se desborda hacia la vida diaria del paciente. Agregó otra subespecie de la
transferencia que consiste en la exteriorización, ejemplificada por el paciente que
se siente culpable y que en vez de sentir remordimientos de conciencia, espera los
reproches del analista.

James Strachey sugirió que las únicas interpretaciones eficientes en el


tratamiento psicoanalítico eran las transferenciales.

Melanie Klein quien a consecuencia de su trabajo analítico con niños llegó a la


conclusión de que todo comportamiento posterior era, en su mayor parte, una
repetición de las relaciones que ella consideraba se obtenían en el primer año de
vida.

La combinación de los autores anteriores desembocó en la tendencia de algunos


analistas a considerar todas las comunicaciones traídas por el paciente como
indicación de la transferencia de relaciones infantiles tempranas y a abstenerse de
todo comentario que no se refiriera a los rasgos transferenciales en la relación entre el
paciente y el analista:

Edward Glover plantea que el paciente desplaza hacia el analista no solamente


afectos e ideas, sino todo lo que alguna vez ha aprendido u olvidado a través de su
desarrollo mental.

Otros siguiendo la línea de un comentario de Freud sobre la ubicuidad de la


transferencia han tomado el punto de vista de que ésta debiera ser considerada como
un fenómeno psicológico general:

Greenson plantea: "transferencia es el experimentar sentimientos, impulsos,


actitudes, fantasías y defensas hacia una persona en el presente, que son
inapropiadas para ella y son una repetición, un desplazamiento de reacciones
originadas con respecto a personas significativas en la temprana infancia.

Para considerar una reacción como transferencial, ésta debe tener dos características:
"debe ser una repetición del pasado y debe ser inapropiada en el presente".
Otros autores se han pronunciado por la vuelta a una concepción más restringida de la
transferencia:

Waelder "La transferencia puede considerarse como un intento del paciente por
revivir y reactualizar dentro de la situación analítica y en relación con el analista,
situaciones y fantasías de su infancia. Por lo tanto, es un proceso regresivo”
Loewenstein concluyó que "la transferencia fuera del análisis obviamente no
puede ser descripta en idénticos términos que la transferencia que aparece
durante y debido al proceso analítico". La resistencia y el vehículo para el
descubrimiento y la cura, existen exclusivamente en la situación analítica y no
pueden ser observados fuera de ella.

A partir del recorrido histórico anterior se da cuenta de cómo es que diferentes


autores psicoanalíticos han desarrollado y han sostenido diferentes definiciones de
transferencia. Esto muestra que el significado de transferencia varía de acuerdo con
el contexto en el que es usado, y por tanto se distinguen diferentes subcategorías.

El término transferencia es usado por diferentes psicoanalistas en algunos de los


siguientes sentidos:
Para describir lo que hemos analizado como la alianza de tratamiento.
Para denotar el surgimiento de sentimientos y actitudes infantiles en una nueva
forma, dirigidos hacia la persona del analista.
Para incluir la "transferencia de defensas" y la "exteriorización".
Para incluir todos los pensamientos, actitudes, fantasías y emociones
"inapropiadas" que son reactualizaciones del pasado y que el paciente puede
desplegar en relación con el analista.
Para incluir todos los aspectos de la relación del paciente hacia su analista.
Esta forma de ver la transferencia considera todos los aspectos de la relación
del paciente con su analista como una repetición de relaciones pasadas.
Sandler y sus colaboradores estos autores rechazan la noción de que todo el
material del paciente analítico puede ser considerado como transferencia y
subrayan, por el contrario, que el concepto de la transferencia como un fenómeno
unitario o "unidimensional", puede impedir la comprensión de lo que está
ocurriendo en la relación entre el paciente y su analista. Ellos sugieren examinar
los diversos aspectos de las relaciones que emergen durante el análisis y los que
se dirigen a la persona del analista.
4. ¿Que propone freud como aproximación a la transferencia?

Freud fue el primero en emplear el término transferencia. Este lo observó cuando


empezó a utilizar la técnica de la asociación libre, con esto se buscaba que el paciente
descubriera a través de sus asociaciones el vínculo entre sus síntomas y sentimientos
presentes además sus experiencias pasadas por el otro.

Freud notó que muchas de las actitudes de los pacientes iban cambiando, todas éstas
llenas de componentes emocionales importantes, que podían obstaculizar o posibilitar
de una mejor manera el desarrollo del análisis. Tales sentimientos fueron vistos como
"transferencia" a consecuencia de lo que Freud llamó una "falsa conexión" entre una
persona que era el objeto de tempranos deseos y el médico. Los sentimientos
conectados con deseos pasados emergen y son vividos en el presente como
consecuencia de esta "falsa conexión".

Transferencias para Freud son nuevas ediciones o facsímiles de los impulsos y


fantasías que surgen durante el curso del análisis; éstas tienen una peculiaridad,
característica de su especie, y es la de reemplazar a una persona anterior por la
persona del médico. Estas no serán reimpresiones sino nuevas ediciones revisadas.

La trasferencia había sido vista como un fenómeno clínico que podía actuar a guisa de
obstáculo o "resistencia" al trabajo analítico, pero más tarde Freud señaló que la
transferencia no siempre era un obstáculo al análisis sino que podía desempeñar una
parte decisiva en la relación terapéutica y en la convicción de continuar con el trabajo
terapéutico. Esta es la primera mención que realiza Freud al determinar que la
transferencia podría actuar como un agente terapéutico.

Hay que hacer notar que Freud distinguió claramente entre el análisis de la
transferencia como una medida técnica y la así llamada "cura por transferencia" en la
cual el paciente aparentemente pierde todos sus síntomas a consecuencia de sus
sentimientos de amor para con el analista y su deseo de agradarlo. Más tarde Freud
señaló que "la transferencia está presente en el paciente desde el comienzo del
tratamiento, y por un tiempo es el más poderoso motivo de su progreso”.

Freud trato de clasificar las transferencias en "negativas” en oposición a las "positivas",


y había además subdividió éstas ultimas en aquellas que ayudaban al trabajo
terapéutico y las que lo obstaculizaban. Las transferencias negativas eran vistas como
el traslado de sentimientos hostiles hacia el terapeuta en su forma más extrema. Esta
coexistencia permite al paciente usar un sentimiento para protegerse contra el
surgimiento de otro. Freud sugirió que las características particulares de la
transferencia de un paciente emanan de los rasgos específicos de su neurosis y no
son simplemente el resultado del proceso analítico e iguales en todos ellos.

Al introducir Freud el concepto de "neurosis de transferencia” la transferencia del


paciente recibió un sentido adicional. Con esto puso de relieve la forma en la cual las
relaciones tempranas que eran componentes de la neurosis misma moldeaban
también el patrón dominante de los sentimientos del paciente hacia el psicoanalista.

Posteriormente este concepto fue ampliado cuando Freud comentó que el paciente en
análisis tiene la compulsión a repetir el material reprimido y vivirlo con actualidad
contemporánea en vez de recordarlo como algo perteneciente al pasado. Estas
reproducciones siempre tienen como objeto alguna porción de vida sexual infantil y
son actuadas invariablemente en la esfera de la transferencia del paciente en relación
con el médico. Cuando las cosas han alcanzado esta etapa se puede decir que la
neurosis anterior ha sido reemplazada ahora por una nueva "neurosis de
transferencia”
Finalmente Freud completó y amplio el concepto de la transferencia al relacionarlo con
la libido, concediéndola como un desplazamiento de la libido de la memoria del objeto
original hacia la persona del analista que llegaba a ser nuevo objeto de los deseos
sexuales del paciente, mientras éste ignoraba el proceso de desplazamiento del
pasado.

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