Sei sulla pagina 1di 14

1NTRODUCCION : INSTRUCCIONES PARA

LLEGAR A GENERAL DEL CLUB


DISNEYLANDIA

"Mi perro llega a ser un salvavidas famoso y mis sobri-


nos serán brigadieres-generales. i A qué mayor honor
puede aspirar un hombre?".
Pato Donald, en Disneylandia, NQ 422.

"Ranitas bebés, algún día serán Uds. ranas grandes que


se venderán muy caras en el mercado. Voy a preparar
un alimento especial para apresurar SLI desarrollo".
'
Pato Donald, en Disneylandin, NQ 451.

Sería falso afirmar que Walt Disney es uri mero comerciante.


No se trata d e negar la industrialización masiva de sus produc-
tos: películas, relojes, paraguas, discos, jabones, mecedoras, cor-
batas, lámparas, etc., inundan el mercado. Historietas en cinco
mil diarios, traducciones en más d e treinta idiomas, leído en
cien paises. Sólo en Chile, según el propio auto-bombo d e la
revista, estas emisiones culturales reclutan y satisfacen cada se-
mana más d e un millón d e lectores y, ahora convertida fantás-
ticamente en la Empresa Editoria Pirisel (Publicaciones Infanti-
les Sociedad Editora Ltdn.), Zig-Zag abastece todo el continente
latinoamericano con las publicaciones del sello Walt Disney. En
esta base de operación nacional, donde tanto se vocifera acerca
del atropello ( y sus sinónimos: amedrentar, coartar, reprimir,
amenazar, pisotear, etc.) d e la libertad d e prensa, este grupo
económico, en manos de financistas y filántropos del régi-
xnen anterior (1964-1970), hace menos de un mes se ha dado
el lujo d e elevar varios de sus productos quincenales al rango
d e semanarios.
Más allá de la cotización bursátil, sus creaciones y símbolos
se han transformado en una reserva incuestionable del acervo
12 P A R 4 LEER A L PATO DOKALB INTRODUCCIÓN 13

cultural del hombre contemporáneo: los personajes han sido in- "Por lo consiguiente, en reemplazo del Tío Mc Pato, d e
corporados a cada hogar, se cuelgan en cada pared, se abrazan Donald y de sus sobrinos, de Tríbilín y el Ratón Mickey, los
en los plásticos y las almohadas, y a su vez ellos han retribuido grandes y pequeños tendremos, en lo sucesivo, que habituarnos
invitando a los seres humanos a pertenecer a la gran familia a leer y seguir las historietas que describan nuestra realidad
universal disney, más allá d e las fronteras y las ideologías, más nacional, la que de ser como la pintan los escritores y panegi-
acá de los odios y ias diferencias y los dialectos. Con este pasa- r i s t a ~de la época que estamos viviendo, es ruda, es amarga, es
porte se omiten las nacionalidades, y los personajes pasan a cruel, es odiosa. La magia de Walt Disney consistió, precisa-
constituirse en el puente supranacioilal por medio del cual se mente, en mostrar en sus creaciones el lado alegre de la vida.
comunican entre sí los seres humanos. Y entre tanto entusiasmo Siempre hay, entre los seres humanos, personajes que se pare-
y dulzura, se nos nubla su marca d e fábrica registrada. cen o asemejan a aquellos d e las historietas de Disney.
Disney, entonces, es parte -al parecer inmortalmente- de "Rico Mc Pato es el millonario avaro d e cualquier país del
nuestra habitual representación colectiva. En más de un país se mundo que atesora dinero y se infarta cada vez que alguien in-
ha averiguado que el Ratón Mickc;y supera en popularidad al tenta pellizcarle un centavo; pero quien a pesar de todo suele
héroe nacional de turno. En Centroamérica, las pelíciilas pro- mostrar rasgos de humanidad que lo redimen ante sus sobrinos-
gramadas por la AID para introducir los anticonceptivos son nietos.
protagonizadas por los monos del "Mago de la Fantasía". En "Donald es el eterno enemigo del trabajo y vive en función
nuestro país, a raíz del sismo de julio (1971), los niños d e San del familiar poderoso. Tribilín no es más que el inocente y poco
Bernardo mandaron revistas disneylandia y caramelos a sus avisado hombre común que es siempre víctima de sus propias
amiguitos terremoteados de San Antonio. Y un magazine feme- torpezas que a nadie dañan, pero que hacen reír.
nino chileno proponía, el año pasado, que se le otorgara a Dis- "Lobo y Lobito es una obra maestra para enseñar a los niños
ney el premio Nobel de la Paz. a diferenciar el bien del mal, con simpatía, sin odio. Porque el
No debe extrañar, por lo tanto, que cualquiera insinuación mismo Lobo Feroz, llegada la oportunidad de engullir a los tres
sobre el mundo de Disney sea recibida como una afrenta a la chanchitos, tiene cargos de conciencia que le impiden consumar
moralidad y a la civilización toda. Siquiera susurrar en contra sus tropelías.
d e Walt es socavar el alegre e inocente mundo d e la niñez de
, "El Ratón Mickey, por último, es el personaje por antono-
cuyo palacio él es guardián y guía.
masia de Disney. 2Qiiién que no se considere ser humano no ha
A raíz de la aparición de la primera revista infantil de la
sentido calar hondo en su corazón durante los últimos cuarenta
Editorial del Estado, de inmediato salieron a la palestra los de-
fensores. Una muestra (del tabloide La Scgundu, 20 d e julio, años con la sola presencia de Mickey? No le vimos hasta una
1971) ': vez de "aprendiz de brujo" en una inolvidable cinta que hizo
"La voz d e un periodista golpeó hondo en un micrófono de delicias d e chicos y grandes, sin que se perdiera una nota de la
una emisora capitalina. En medio del asombro d e sus auditores magistral míisica de Prokofiev (NOTA: se refiere sin duda al mú-
anunció que Walt Disney sería proscrito de Chile. Señaló que sico Paul Dirkar). Y qué decir de Fantasía, aquella prodigiosa
los expertas en concientización habían llegado a la conclusión lección de arte llevada al celuloide por Disney, movidos los ar-
d e que los niiios chilenos no podían pensar, ni sentir, ni amar, tistas, las orquestas, los decorados, las flores, y todos los seres
ni sufrir a través d e los animales. animados por la batuta d e Leopoldo Stokowski. Y conste que
allí, para darle mayor realce y realismo a una de las escenas,
1 La Segunda, Santiago, 10 de julio de 1371, p. 3.
correspondió a los elefantes nada menos que ejecutar, de gracio-
sísima manera, "La danza de las libélulas" (NOTA: se refiere sin nistas interpretan eiperta y sabiamente las normas de comporta-
duda n "La danza de las horas"). miento y las ansias de armonía que el ser humalro posee a esa
"2Cómo puede decirse que no es posible enseñar a los niños edad por razones biológicas.
haciendo hablar a los animales? NO se les ha visto a ellos en- ES evidente, por ende, que todo ataque a Disney significa
tablar tiernos diálogos cori sus perros y gatos regalones, mientras repudiar la concepción del niño que se ha recibido como válida,
éstos se adaptan a sus amos, y demuestran, en un movimiento elevada a ley en nombre de la condición humana eterna y sin
d e sus orejas. en un ronroneo, que entienden y asimilan los men- barreras.
sajes y órdenes que se les dan? iAcaso las fábulas no están re- Hay anticuerpos nutonidgicos que enmarcan negativamente
pletas de enseñanzas valiosas en donde son los animales los que a todo agresor en función de ias vivencias que la sociedad ha
nos enseñan cómo debemos d e hacer y comportarnos ante las encarnado en la gente, en sus. gustos, reflejos y opiniones, repro-
más variadas circunstancias? ducidos cotidianamente en todos los niveles de la experiencia, y
"Hay una, por ejemplo, de Tomás de Iriarte que nos pone que Disney no hace sino llevar a su culminación comercial. De
en guardia frente al peligro que se corre cuando se adoptan acti- antemano el posible ofensor es condenado por lo que se ha dado
tudes rectoras y de obligatoriedad para quien trabaja para el en llamar la "opinión pública", un púbIico que opina y da su
público. No siempre la masa acepta a fardo cerrado que le den consenso según las enseñanzas implicitas en el mundo de Disney
lo que le ofrezcan". y que ya ha organizado su vida social y familiar d e acuerdo a
El que dictaminó. estas palabras es el dbcil vocero d e alguna ellas.
de las ideas prevalecientes acerca de la niñez y la literatura in- Es probable que el día después de que este libro salga a la
fantil que transitan por nuestro medio. --- Ante todo,
_ - se implica que venta, se publicará uno que otro artículo estigmatizando a los
en el terreno d e la entretención no dgbe penetrar la
1

autores. Para facilitar la tarea a nuestros contrincantes, y para


menos aún tratándose de tiernos. Los juegos infantiles asumen
-" - ,--. -
uniformizar sus criterios (el: la gran familia de los diarios de la
sus gopias regls_y_c@igo;- es-=a esfera autbnoma y extrasocial burguesía criolla), se sugiere la siguiente pauta, que se ha rea-
(como la familia disneylandia), que se edifica de acuerdo con lizado tomando en cuenta el apego de los señores periodistas a
las necesidades psicólógicas del ser humano que ostenta esa edad la filosofia de esas revistas:
-- En vista de que el niño, dulce, manso, marginado
privilegiada.
de las maldades de la existencia y los odios y rencores de los
votantes, es apolítico y escapa de loc resentimientos ideológicos INSTRUCCIONES
PARA SER EXPULSADO DEL CLUBDICSEYLASDIA
de sus mayores, todo intento por politizar ese espacio sagrado
terminará por introducir la perversidad donde ahora reinan la Los responsables del.libro serán definidos como soeces e iri-
felicidad y la fantasía. Como los animales tampoco toleran las morales (mientras que el mundo de FS7ait Disney es puro), como
vicisitudes de la historia y no pertenecen ni a derecha ni a iz- archicomplicados y enredadísiinos en la sofisticación y refinarnien-
quierda, están pintados para representar ese mundo sin la polu- to (mientras que Walt es franco, abierto y leal), miembros de
cion de los esquemas socioeconómicos. Los personajes son tipos una elite avergonzada (mientras que Disney es el más popular
humanos cotidianos, que se encuentran en todas las clases, países de todos), como agitadores políticos (mientras que el mundo de
y épocas. Por eso, es posible un trasfondo morai: el niño aprende W. Disney es inocente y reúne armoniosamente a todos en torno
el camino ético y estético adecuado. Es cruel e innecesario arran- a planteamientos que nada tienen que ver con los intereses par-
carlo de su recinto mágico, porque éste corresponde a las leyes tidistas), como calculadores y amargados (mientras que WaIt D.
de la madre naturaleza: los niños son así, los dibujantes y guio- es espontáneo y emotivo, hace reír y ríe). como subvertidores de
INTRODUCCIÓN 17
16 PARA LEER AL PATO DONALD

Antc todo, el niii» -para estas publicaciones- suele ser u11


la paz del hogar y de la juventud (mientras q u e W. D. enseña adiilto en miniatiira. Por medio de estos textos, los mayores pro-
a respetar la autoridad superior del padre, amar a sus semejantes yectan una imagen ideal d e la d o i d a infancia, q u e en efecto no
y prc;teger a los más débiles j, como antipatrióticos (porque siendo es otra cosa q u e su propia necesid'id d e fundar iin espacio má-
internacional, el Sr. Disiley representa lo mejor de nuestras más gico alejado d e las asperezas y conflictos diarios. Arquitecturan
caras tradiciones autóctonas) y por último, comó cultivadores del
sii propia salvaci6ii, presuponiendo una primera etapa vital dentro
"marxismo-ficción", teoría importada desde tierras extrañas por de cadd existencia, al margen d e las contradicciones q u e qui-
"facinero*~osforasteros"? y reñidas con el espíritu nacional (por- sieran borrar por medio d e la imaginación evasiva. L a literatura
que el Tío Walt está en contra de la explotación del hombre por
infantil, la inrnaculada espont'meidad, la bondad natural, la au-
el hombre y adelanta la sociedad sin clases del futuro).
sencia del seso y la violencia, la uterina tierra d e jauja, garan-
PERO MAS Q C E NADA, PARA EXPULSAR A ALGUIEN
tizan su propia redención adulta: mientras haya nifíos habrá
DEL CLUB DISNEYLANDIA, ACUSARLO (REITERADA-
pretextos y medios para aitosatisfaceise con el espectáculo d e
MENTEj D E QUERER LAVAR E L CEREBRO D E LOS
sus autosueños. En los textos destinados a los hijos, se teatraliza
NIEOS CON LA DOCTRINA D E L GRIS REALISMO SOCIA-
y se repite I-iasta la saciedad un refugio interior supuestamente
IASTA IMPUESTA POR COMISARIOS.
sin pioblemas..-
Al reghlarse su propia leyerid'i, caen en la tauto-
Y por fin, con esto, encalamos en la peor de las transgresio- logía: se miran a sí mismos en un espejo creyendo que es una
nrs: atreverse a poner en duda lo imaginario infantil, es decir,
veiitiana. Ese fiiño qiie juega ,ihí abajo en el jardín es el adulto
ihorrc~i,cuestionar el derecho d e los niños a consumir una lite-
qile lo está mirando, que se está purificando.
ratura siiya, que los interpreta tan bien, fundada y cultivada para
-. Así, el grande produce la i i t e r a t ~ rinfantil,
~~ el niño la con-
eilob.
sume. La participacicín del aparente actor, rey d e este mundo
N!: cabe duda que la literatura intantil es un género como
no-contaminado, es ser público o marioneta d e su padre ven-
:utiiqium otro, acaparada por subsectores especializados dentro
trílocuo. Este ÚItimo le quita la voz a su progenie, se nrroga
de la división dcl trahajo "cultural". Otros re dedican a las no-
el derccho, corno en toda sociedad autoritdria, a erigirse en su
-,telas d e ccssvboy, a las revistas eróticas, a las d e misterio, etc.
única IritErprete. La forma en que ei clliquitito co1abora es
Pero por I:, :nenos estas últimas se dirigen a un público diver-
prestdndole al acliilto su represeiltatividad.
sificado !. sin rostro. que compra anárqiiicamente. En el caso del
¡Pero, iin momento, sellores! 2Los niños acaso no son así?
género irifantil, por el contrario, el público ha sido adscrito d e
antem'iiio, especit icado biológicamente. E n efecto, los mayores rnuestran a los mlís jóvenes como
una prueba d e que esa literatura es esencial, corresponde a lo
Esta narratiba, p»r lo tanto, es ejecutada por adultos, que
que el mismo nino pide, lo que reclama gustoso. Sin embargo,
~ilstifican siis motivos, estructura y estilo en virtud d e lo que
se trata de iin circilito cerrado: los nillos lian sido gestados por
ellos piensan q i ~ eer; o debe ser un niño. Llegan incluso a citar
esta literatiira y por las i.eprrsentaciones co1cct;vas que la per-
fuentes cientiticas o tradiciones arcaicas ("es la sabiduría po-
miten y fabrican, p ellos -p,lr'i integrarse a 1'1 socied'id, recibir
pular e inmeri~ori~l") para establecer ciiáles son Ids exigencias
recompc-nsa y caiillo, ser aceptados, crecer rcctamelitc-, deben
del destinatario. El adulto difícilmente podría proponer para su
reprodiicir a diario todas las cc~rcicteristic,~s que la literatura in-
descendencia iina ficción que pusiera en jaque el porvenir q u e
fantil jiira q u c ellos poseen. El ciistigo y !'i grCitificoci<jn sos-
él desea q u e ese pequeño construya y herede.
tierlcn este miindo. Detrlis dt.1 i17ucarado Disiley, el 16tigo. Y
conno II(> se les picxst,iitci otra nltcxrnativil ( q ~ i t ,eii el iniilldo d e
10s adiiltos sí c~i:,tt..~ < > I qii('
O por dcfiiiición rio ( % S lnL,teria para
2 Palabras textudles de Lobito Feroz en Disneylandia N* 210.
los pequeños), ellos mismos presienten la naturalid'1d dc su com-
portamiento, acatando felices la canalización de su fantasía en Así, los adultos crean un mundo infantil donde ellos puedan
un ideal ético y estético que se les aparece como el único pro- reconocer y confirmar sus aspiraciones y concepciones angelicales;
yecto posible de humanidad. Esa literatura sc justifica con los segregan esa esfera, fuente de coi~sueloy esperanza, garantía d e
niños que esa literatura ha engendrado: es un círculo vicioso. que mallana todo será mejor ( e ~ g u a l ) ,y al aislar esa realidad,
al darle aiitonomía, traman la apariencia de una división entre lo
1 - -& _e , \ AHORA J S A R E M W A QUE TO- 1 mágico y lo cotidiano. Los valores at:l&-s__~~p,w~w~~~o
si fueran diferentes, en l o s ~ ~ ~ q u ~ z ~ r . _ er&-? ~ s
--
Y ' I , ~ - * - -

plica. Los estratos (adulto y niño) no serían antagónicos: se re-


sumen en un solo abrazo, y la historia se hace biología. Al ser
idénticos los padres y los hijos, se desn~cronael fundamento de
un conflicto generacional verdadero. El niíio-puro reemplazará al
padre corrompido, con los valores de ese progenitor. El porvenir
(el niño) representa el presente (el adulto) que a su vez retra~is-
niite el pasado. La independencia que el padre otorga benévola-
mente a ese pequeño territorio es la forma misma que asegura
su dominación.
Pero hay algo más: esa comarca simple, llana, traslúcida,
hermosa, casta, pacífica, que se ha pron~ovidocomo salvación,
en realidad importa de contrabando e involuntariamente, el mun-
do adulto conflictual y contradictorio. El diseño de este mundo
transparente no hace sino permitir el encubrimiento y la expre-
sión subterránea de sus tensiones reales y fatigosamente vivid'is.
El engendrador sufre esta escisión de su concienci,~sin tener jus-
tamente conciencia de esta desgairadura piel adentro. Se apropia
del "fondo natural" de la infancia, que $1 ha nostalgiado, para
ocultar las fuentes de lo que él presume es sil propia desviacióli
del paraíso perdido, su propia caída en el miindo. Es el precio
que debe pagar para subsistir junto a su depravación castig,ida.
En función de ese modelo divinizado, se juzgii y se halla culpa-
ble: necesita ese espacio encantado-sLilvat1or, pero jamús podr6
imaginárselo con la pureza incli~pciis~ible, jain6s podrá coilvertirse
él mismo en su propio l-iijo. La forma de la evasióil iinpiicn opa-
car, pero al mismo tiempo expresar sus problemiis.
Por
--
eso, --"-"---
la literatura infantil
__ disfrLices
*."
1's qiiizAs cl -= foco
-."-"" y -
M.
.* . . doi-ide inc3jor
L. -i" --*S

se
-- puede estudiar los y \c,rdcidcs dcl Iioinbic contein-
-- -
-_
poráneo, porque es
_ V .- - donde - . -1nCnos
_ _ _ s e los picii\,t cncoiltr,ir. Y rst;,
- I

% -1%+ /

es la misma razón por la cual cl iidiilk. v,irc.oii~icloi,or 1,i ch;i-


tura cotidiana, defiende c~nccgiic~ci(Iiinie11tc esc, fiieiitc. dc ctcinn
20 PARA LEER AL P.4TO 1X)NALD

juventud: penetrar ese mundo es dc.struir sus sueños y revelar chos, tal como el niño no tiene obligaciones. La coerción se hace
su realidad. humo para dar lugar al palacio mágico del reposo y la armonía.
Así concebido, lo inlagit~arioirifnt~tilcs la zitopín l~asatlay Palacio construido y administrado desde !a distancia por el pa-
futura del clclirrlto. Pero precisamente, por constituirse en el reino dre, que se ausenta justamente para no provocar la reacción dc
su prole. Su lejanía es la condición sine qira norz de su invasión
interior de la fantasía, es ahí, en ese modelo de su Origen y de
total, de su omni-presencia. Como la revista es la proyección del
su Sociedad Futiira Ideal, doride se reproducen con libertad to-
padre, su figura se hace innecesaria y hasta contraproducente.
das las características que lo aquejan. El puede, d e esta ma-
El se convierte en tío favorito que regala revistas. La literatura
nera, beber sus prop'fos demonio?, siempre que hayan sido aca-
infantil misma sustituye y representa al pacl:e sin tornar su apa-
ramelado~eri el alniíbar del paraíso, siempre que viajen con el
riencia física. El modelo de autoridad paterna es inmanente a la
pasaporte d e la inocencia, siernpre que sean presentados como
estructura y la existencia misma de esa literatura, subyace im-
ingenuos y sin segundas intencioites adultas. Todo hombre tiene
plícitamente en todo momento. La creatividad natural del niño.
la obligación constante de imaginarse su propia situación, y la
cultura masiva ha concedido al hombre contemporáneo la posi-
bilidad de alimentarse de sus problemas sin tener que pasar por
las dificultades y angustias temáticas y formales del arte y la
literatura dc la elite contemporánea. Es un conocimiento sin com-
niundo infantil y simultáneamente asegurar SU invisible dirección
promiso, la autocolonización de la imaginacibn adulta: por niedio
ejemplar y ejemplarizadora. Las revistas infantiles no escapan,
del dominio del niiío, el grande se domina a sí mismo. Tal como
por lo tanto, a la dominación que funda todas las relacioncr
1'1 relación sado-masoquista de Donald con sus sobrinos, el parro-
sociales verticales en una sociedad: la distanciación refuerza 12
quiano de esta I i t ~ r ~ l t u rsea encuentra atrapado entre su utopía
emisión teleguiada.
1. su infierno, entre su proyecto y su realidad. Pretende evadirse
La primera prueba de que esta visión crítica es acertada :o
a otro rnundo, santificado, y cle heclio sólo viaja cada vez más
constituye el hecho de que dentro d ~ mundo
l imaginado mismo
adentro de sus propios traumas, un giio sin tornillo y un tornillo
se reitera esta relación padre-hijo. En general, como se verá a lo
sin giro.
iatgo de este estudio, en miíltiples ocasiones, la experiencia del
lector (niño) con respecto a la obra que consume, tiene su base
~ I , AIA~AGISACIÓS AL JODER! y su eco en la experiencia de los personajes con su propia rea-
lidad. Así observaremos, tomado el caso, que el niño no sólo sc
Esto se relaciona con toda la problem6tica d e la cultura de va a identificar con el Pato Donald por razones temáticas, co-
m'lsas, que ha democratizado la audiencia y popularizado las te- rrespondencia de situaciones vitales, sino también en cuanto su
máticas, ampliando indudat~iementelos centros de interés del aproximación inmediata a la lectura del Pato Donald, el ,nudo
I-iombre actual, pero que estlí elitizando cacl'i vez más, apartando y las condiciones de su recepción, imita y prefigura el modo en
cada vez mhs, las sol~~ciones, los métodos para estas soluciones que el Pato Donald vive sus problemas. Ea ficción robustece
y las variadas expresiones que logran trasuntar, para un círculo circularmente el modo de acercamiento que el adLilto lia p:o-
reducido, la sofocada complejidad del proceso. puesto.
Es esencial, por lo tanto, que lo imaginario infantil sea de-
Por lo tanto, para iniciarse en el mundo de Disney, empe-
finido como un dominio re~ervado exclusivamente a los niños cemos -ya que se enunció el vínculo padre-Iiijo- con la gran
(mientras el padre exiliado se solaza mirando por el ojo d e la familia de los patos y los ratones.
cerradura). El padre debe estar aiis(~ntc,sin ingerencia ni dere-
NQ 113).

-
Todos los intentos de Disney- se basan en- la- necesidad - -- -- "

-
, u

que su mundo --,-*4,.,


sea aceptado
---,,,,,,,,
como natural es d e G ~ g u % . c o m ~ i t ) i ~ ~ e
i"2?P--%**-----i-A---."~-
l&7rasgoy de normalidad regularidad e, " .-
--_____-,?-,4.2- -." . , . ,.,.
*
, -,-e A,
infantilismo.
,, , ,,,. , ,
La justifi- ,

cación de las figuras de la mujer y del niño es, en efecto, que


así son objetivamente estos personajes, aunque, según hemos visto,
ha torturado implacablemente la naturaleza de cada ser al cual
se acerca.
En esto r&ddR,&hecho --*.-""..-*~-,
de que"". su mundo esté .*- poblado de -
-
"+, -%...qb La- "

nnimdes.
, '
A "
través
4 ""Y
de
.i.,
esto la haturaleza
-"-N-<^.-diClla -,Y<*-
invade
"S. ."?+'==
*&*U
-
Jqdp
- *c*l&iza.
- -'
W1*.l*2-*(6.
el
conjunto de las relaciones sociales animalizándolas y pintándolas
( m -.- c h."á--,n d.%o ~ a - s ~ ~ ~ % o ~ e ~ ~ ~ h ~ " r i ~ ? i e " n " ~ae id&-
a n--.-. irauaxx3'rl+~~r,esaewa
~~d~"fi~ck6,
tzcarse con la juguetona bestialidad de los animales. A medida
que el niño crece va comprendiendo que las características del
animal (maduro) corresponden a algunos de sus propios rasgos
evolutivos psicosoniáticos. El ha sido, de alguna manera, como
ese animal, viviendo en cuatro patas, sin habla, etc. Así, el ani-
mal es el único ser viviente del universo que es inferior al niño 4,
que el niño ya ha superado, que es el muñeco animado del niño.
Constituye además uno d e los sitios donde la imaginación in-
fantil puede desenvolverse con mayor libertad creativa; ya no es
un secreto para nadie que muchas pclíctilas que han utilizado
animales, tienen alto kdlor pedagógico, educando su sensibilidad
y sentidos.

4 Disney, incluso, a p r o ~ e c h a ccta relacióii biológica superior-inferior


para militarizar y regiineiitar la vitla (Ic los :iiiiinalcí bajo la f(.riila np:«-
batoria de los niño? (béace r l trar1:iclo d e loí ide'iles (le loi " ~ o i t ; ~ ~ , ~i,l ~ ' , "
los atiirnales en todas sus hi\tori.i>. E~t,iiiplo 1R. 111))
DEL S I < ~ .4L IiC'EN S 4 L J 4JE 43

en habitaciones cerradas: pero


------éstas enfti'tizan
- - y--.=-- el carácter
- " catas-
- - "-*
--ri___l_l .--
TJMz
-sF^xl * --%-%
~ *" """m- *<-

trófico v a . ,.. -x&ubAa Hay cuentos dedicados al


smog, a las congestiones de tráfico, a los ruidos intempestivos,
a la dificultad d e la vida social (muchas veces las peleas entre
vecinos alcanzan ribetes muy cómicos): a la omnipresencia de la
burocracia y de' los agentes de la pnlicia. En realidad, la urbe
está concebida como un inficrno, donde específicamente el hom-
bre pierde el control de su propia situación. En un episodio tras
otro, el personaje se enreda en los objetos. Por ejemplo, en D. 431,
Empero, el uso que hace Disney de los animales es para
Donald se queda pegado, al llegar de hacer compras, en un
atrapar a los niños y no para liberarlos. Se les invita a un mundo
patín, Va a iniciar una solitaria carrera demente por la ciudad,
en el cual ellos piensan que tendrán libertad de movimiento y
en la cual irá acumulando experiencias traumáticas d e la vida
creación, al cual ellos ingresan confiados y seguros, respaldados
contemporánea: un tarro d e basura, las calles, los trabajos de
por seres tan cariñosos e irresponsables como ellos mismos y d e
obras públicas, los perros sueltos. el cartero, e1 parque público
los cuales no se puede esperar rlinguna traición, con los cuales
lleno de gente (donde, si se nos permite la interrupción, una
ellos podrán jugar y confundirse. Después, una vez adentro de
madre reprime a su retoño: "No te muevas, hijito, para que no
las páginas de la revista no se dan cuenta cuando, al cerrar las
se asusten las palomas"), la reglamentación del tránsito, la po-
puertas tras ellos, los animales se convierten, sin perder su forma
licía, la obstrucción (el Café Airelibre ocupa toda una vereda
física, sin sacarse la máscara simpática y risueña, sin perder su
y Donald, al volcar las mesas, se pregunta, preocupado, pero sin
cuerpo zoológico, en monstruosos seres humanos. El lenguaje de
pcder parar: "Me pregunto si volverán ,i admitirme en este
este tipo de historieta infantil no sería sino una forma d e la
café"), los choques automovilísticos, los negocios, los descarga-
manipulación. El uso de los animales no es bueno o malo en sí.
dores, el alcantarillado y el caos generalizado.
Es el tipo de ser humano que encarnan lo que se debe deter-
minar en cada caso. En otras ocasiones el hilo conductor que induce a recorrer
la ciudad como una inmensa vitrina de desdichas son otros ob-
Pero como si no le bastara con expulsar la verdadera natu-
raleza de los animales y usar sólo su cuerpo impostor (tal como jetos-pulpos: caramelos ( D. 185), 'un billetc perdido ( D. 393),
una motocicleta descontrolada que monta Pillín ( D . 439). En
lo hizo con los niños y mujeres), la obsesión de Disney por la
naturaleza, su nostalgia por seguir eximiendo un mundo que él esta sufrentura (porque d e aventura tiene sólo el ritmo y de des-
siente profundamente perverso y culpable, lo lleva a exagerar gracia todo lo demás), vuelve a acechar la leyenda de Frariken-
esta tendencia aún más. stein, el robot que se escapó de las manos d e su inventor. Donde
este carácter monstruoso alcanza sus rasgos más neurotizantes es
Todos
"- . ----
los personajes
"-"-"-
ansían el ---retorno a la n a t u ~ a & ~ .Al-
gunos viven en el campo o en los bosques (Abuela Pata, ardilli- en D. 165, en el cual Donald, para poder dormir de noche (el
tas, lobitos, etc.), pero la mayoría pertenece a la vida urbana y tráfico pesado pasa por su calle, "aceleran, frenan, tocan la bo-
desde allí sale en viajes incesantes hacia Ids islas, los desiertos, cina"), clausura la vía. Es multado por un policía: "Autorización
el mar, bosques, cielos, estratósfera, montañas, lagqs, en todos los escrita no tengo, pero el derecho a un sueño tranquilo me auto-
continentes (Asia. América, Africa, Oceanía y muy de vez en riza. . . ", interrumpido por el agente: "¡Está equivocado!" Y co-
cuando algún sector no-urbanizado d e Europa). Es cierto que mienzan su enloquecida búsqueda d e permiso: del comando po-
una buena propo licial a la casa del jefe de policía, y de ahí a hablar con el seño;.
re en la ciudad o
--- alcalde, que sólo puede firmar "ordenanzas aprobadas por c.1
la rigidez jerárquica de este mundo dirige, convencida, por unos a la ciudad: "Me alegro de lo
prohibido y aplcizado). Donald debe que Iia pasado. Después de un día ccmo éste, estoy segura de
concejo, firmado por todos los que que soportaré todas las inconvenieil~iasinodeinas d e Id ciud'id".
su exploración por la jungla ve- El ciudadano podrií llegar al campo, sicinpre que abandone
que solidarice con él, que lo antes toda la maldición técllica: naufragan 10s barcos, caen 10s
lucha comunitaria por el si- aviones, les roban el cohete. Hay que pasiir por el purgatorio
patadas, a golpes; le hacen antes del paraíso: y si llega ccn vn objeto coiltemporáneo, sólo
pagar un auto que roza (cincuenta dólares), debe ir a Miami a causará problemas, complicará vengativanlente al hombre que
buscar una firma y, al desmayarse cuando sabe que acaba d e quiere descontaminarse. En ''El Balde Infernal" (nótese la con-
partir sil vecino dc vuelta a Patolandia, recibe la dulce noticia notación religiosa ), las vacaciones d e Donald son destruidas por
del duefio del hotel: "Señor, tengo que comunicarle que por dor- ese objeto. Por eso, cuando los cortapalos ( D . 433) quieren variar
mir sobre la alfombra la tarifa es de treinta dólares". Otro no el curso de la naturaleza, pidiéndole a Giro que les invente algo
firma nada antes d e consult'ir al abogado (veinte dólares paga- para detener la lluvia, la tecnología se muestra como deficiente:
dos por Donald). Un perro lo muerde mientras una viejuja sim- el pequeño claro d e bosque donde no caen gotas se llena de
pática firma. Al p r ó ~ i m oes necesario comprarle anteojos (tres- multitudes, calcando la ciudad en miniatura, trayendo de nuevo
cientos dólares porque eligió unos de marco de oro puro) y al las contradicciones al campo. "Yo creo que no hay que forzar a
final debe perseguirlo hasta las cataratas donde realiza hazañas la naturaleza", dice uno. Otro respolide: "A la larga no com-
de acróbata. Se cae al agu'i y se le borra la tinta. Reconstruye pensa".
la list'i ("el reposo nocturno vale todos los contratiempos que Sería factible pararse en el umbral de una primera explica-
he soportado"), para ser inforiiiado que el concejo se pronunciará ción superficial: se trata de un mero escapismo, la válvula d e
en veinte aíios m6s. Desesperado, compra otra casa. Pero el epi- seguridad corriente en toda cultura masiva que exige un poco de
sodio termina mal: el concejo decidió, en vista d e sus dificulta- reposo y ensoñación, imprescindibles para la salud mental y fí-
des, cambiar el trhi-isito de su viej'i calle a la calle nueva. En la sica. Es el paseo al parque del domingo y las añoranzas después
ciudad, mejor es no movcrse, Iiay qiic conformarse porque si no, del período de vacaciones. Corno el niilo vive un feriado per-
capaz que le vaya peor. petuo, no debería extrañar que los personajes que se le imponen
Retornaremos a este tipo de liistorietas posteriormente, cuan- también busquen la paz campestre.
do veamos, por ejemplo, la necesidad de no einpefiarse contra Esta tesis tendería a ser exhaustiva si esos lugares hacia los
el destino y las formas d e 11' critica social de Disney. Pero valía cuales se aventuran nuestros héroes, estuvieran abandonados y
la pena recalcar la ciudad corno pesadilla y degradación, porque deshabitados, en cuyo caso, la relación sería entre el hombre y
esto motiva cn parte cl retorno a lo natural. La mctró~oli.en- la materia inorgánica, la naturaleza P U ~ ~iiicontaininada.
I Al no
---L-A-,
t~org2?-~5t~~ _e_iis!cla como una basc de operaciones
" .-.--u-- - desde --
1,i cual
.- haber nativos, se imposibilitaría cualquiera relación humana dife-
Ii'iy
--- CiUCiUe-g~Edi~s~~-L1~ ,dgjnitorio mecanizado o _
una
que histcrizcr a Iiuir antes d e qiie los desaitres del universo tecno-
caja
*
fuerte
***M
rente de la que ya hemos analizado en el capitulo anterior. Pero
no es el caso.,, Tomemos un índice: sobie la totalidad de cien
---
1 ó--~ i.-c o 7 e s* c o- n t r ~ ~ ~ J 1'~1 ~e~istcnciii.
*-***-M..

~ r d ~ ~ Taf
c n es así, que para
---d.sm e
revistas que constituían nuestro material de estudio, el 47% d e
qi!e la Abuelii Pata pueda dejar "1ii paz y tranquilidad - del ciiin- las págiiias estaba dedicado a historietas donde los protagonistas
pon, debe pasar por las pliigns de los inosqiiitos, ratones y abe- debían enfrentar seres de otros continentes O razas. Si se agre-
jas, iin incendio, la destriicci6ii clc. sil jardín por iin~ivaca inva- garan las historietas que juegan con la ficción extraterrestre, se
sora, fenómenos provocados aitificialiiicnte por cl ganso Gus. Se alnpliamente el 50%. Estti muestra cubre todos 10s rin-
46 PARA LkEB AL PATO IWSALD DEL AL BVEN S A L V A J E 47

cones, tierras, m'lres e isl'is del glubo. ílustremos ¿,>te todo fiiics-
t r , ~Am¿rica: Inca-Blinca ( , P e r ú ? ) (TB. 104), Los Andes (Perú)
( D. 457), Ecuador ( D . 434), Azteclano, Azatlán y Ixtikl del Sur
(Méjico, D. 432, 455, TB. 107), una isla de Méjico (D. 451),
Brasil ( F . 155), Altiplano chileno y boliviano (incluso se habla
de Antofagasta) (TB. 106), Caribe (TB. 87). América del Norte:
indios de EE. UU. ( D . 4 3 0 , q B 62), s'tlvajes del Gran Cañón
( D . 437), indios de Canad6 ( D . 379-y TR. 117), esquimales del
Artico ( T R . 110), indios d e 1.i antigua California ( D . 357).
Africci: Egipto ( D . 412, donde se llama Esfingelandia, y TR. 109),
algún rincón del continente negro ( D . 431, D. 382, D. 364, F. 170,
F. 106). Oriente: países árabes, uno con el extraño nombre d e
Aridid, uno denominado el archipiélago de Frigi-Frigi, los otros
tres sin nombre (TR. 111 y 123, dos episodios, D. 453, F. 155),
Lejanostán ( D . 455, 2Hong Kong?), Franistán, una mezcla rara
de Afgailistán y Tjbet (TR. ll'i'), Lejana Congolia (ihlongolia?)
( D . 433), Inestablestán (Vietnam o Camboya) (TR. 99). Ocea-
~ ~ i islas
a : habitadas por salvdjes ( D . 376, F. 68, TR. 106, D. 377),
islas deshabitadas ( D . 439, D. 210, TB. 99, TR. 119), a las cuales
cabría agregar la multitud de islas a donde llegan hlickey y Tri-
bilín, pero que por c'irecer d e interés ~limindmosd e la muestra.
Eri estos mundos, lej'tnos d e la metrópoli Patolandia, pistas
de casual aterrizaje de las akenturas de nuestros liéroes, :ividos
d e tesoros y deseosos de fracturar su aburrimiento cotidiano con
una sana y pura entreteilción, espesan I-iabitantes cie caracterís-
ticas poco comunes.
Cualquiera de nuestros pijes se entiisiasmaria aquí y diría
que es como para llevarse esto:, sa1~'ijex a In cds'i.
Le ~iarernos la introducción tuiístic,~ a ~ s t epije pdra que
sepa exactamente lo que \,a a consumir, prics sc trata sin duda
de consumo. Va aquí el retrato-típico extr'lido del i\I;inii,il "Cómo
Viajar y Enriquecerse" de la gran f,in-iili,i noite,iiiiericL~n,ide
Selecciolics de1 Render's D i g ~ s t .

1. IDENT~DAD.Primitivos. Dos cspecícs: iin,i pi1r;lmente bár-


bara (edad de piedra), gen(.r'ilrnentc Afiicn, Polinesi'i, algunos
rincones perdidos d e Brasil, Ec.ii,idor o EE. VV.: 1,i otr'i, iiiucllo
más evolueio~iadapero eri t í,cs dc cxtincióri si iio d e dcgenernc~ión,
DEL NINO AL B'LTEN SALVAJE 49

y que alguna vez cobijó una civiliznción antigua con muchos misioneros que están haitiados de los delincuentes juveniles, Po-
monumentos y comidas específicas. Sin embargo, ninguna d e las dráil solazarse con estos cristianos primitivos nunca evangeliza-
dos especies ha incursionado en la era tecnológica. dos. Y sin embargo son capaces de entregarlo todo. TODO,
2, RESIDENCIA. El primer grupo no tiene ciudades. A veces TODO. Así, son una fuente permanente d e riquezas y tesoros
logra levantar cabañas. El segundo tiene ciudades, en ruinas O que h ellos para nada les sirven. Son supersticiosos e imagina-
inservibles. Se sugiere llevar cámara fotográfica, porque todo, tivos. Por sobre todo, podríamos calificarlos, sin ponernos eru-
absolutamente todo, es folklórico y exótico. ditos, como el típico buen saleaje de que hablan Cristóbal Colón,
3. RAZA. Todas menoc la blanca. Es menester comprar Jean-Jacqiiei Rousseau, Marco Polo. Richard Nixon, WiIliarn
Kodakchrom porque existen todos los tonos: desde el negro más Shakespeare y la Reina Victoria.
oscuro hasta el amarillo, pasando por el café crema, el ocre y 8. ENTRETENCIOXES. Este primitivo canta, baila, y a veces,
un cierto ligero matiz de naranja para los pieles rojas. por divertirse, hace revoluciones. Tiende a utilizar cualquier arte-
4. TALLA.Debe llevar una escalera o un microscopio. Ge- facto que usted lleve como un juguete (teléfonos, pelucas, ca-
neralmente scn enormes, gigantescos, brutos, macizos, pura ma- ñones ) .
teria prima, puro músculo. De vez en cuando, en cambio, se 9. IDIOMA.NO necesita intérprete o diccionario bilingüe.
encuentran pigmeos. Por favor, no pisarlos. Son inofensivos. Casi todos hablan patolandés fluidamente. Pero no se preocupe:
5. VESTIMENTA.En pafiales, a menos que se vistan como si iisted tiene un hijito, puede entenderse con los cleniás sin difi-
su más lejano antepasado de sangre real. Nuestro amigo Disney, cultad, puesto que hablan el mismo lengitaje que niños dt: inuy
que hablaba del "Desierto Viviente", sin duda que aquí habría corta edad, con preferencia por las guturales.
acuñado la feliz frase: Museo Viviente. 10. BASEECONÓXIICA. Economía d e subsistencia. Pastbreo,
6. COST~SMBRES SEXUALES. Por extraño azar, en estas tierras pesca, recolección de frutas. A veces, \endedores. En una que
sólo hay hombres. No se pudo hallar rastro de mujer. Aun en otra ocasión fabrican objetos turísticos: no los compre; priedr:
Polinesia, el famoso baile tamuré es desempeñado por el sexo conseguir eso mismo, y más, gratis, mediante algún truca, De-
fuerte. No se entiende todavía muy bien cómo se reproducen muestran un extraordinario apego a la tierra, lo que les hace m;is
estos salvajes. Sin embargo, en nuestra próxima edición, les in- naturales aún. Hay abundancia. No necesitan producir. Son coil-
fo;maremos, ya que el Fondo Monetario Internacional está fi- sumidores modelos. Tal vez su felicidad se deba a que no tr'l-
iíanciando una investigación sobre la explosión demográfica y bajan.
quieren sabek cuál es la tan eficaz fórmula contraceptiva. En 11. E S ~ U C ~ UPRO A
L ~ I C A . El turista se va a ericontrai 1 1 1 1 1 ~ ~
Franestán se localizó una princesa cuya cara no se ha podido a gusto, ya que 10s paleolíticos viven tina dernocracia rtatiir,il,
ver, porque los hombres n o pueden acercarse a ella. Todos son iguales, menos el rey qirc es niis igual que los d,>iiiiis.
7. CUALIDADES MORALES. Son como niños. Afables, despreo- Esto significa qiie son irinecesarii~slas libertades cívic.ib: el p ~ d t , ~
cupados, ingenuos, alegres, confiados, felices. Les dan pataletas ejecutivo, legislativo y judicial se entrecruzan. Tainpoco cs ncce-
de rabia cuando son contrariaclos. Pero es muy fácil aplacarlos y sario votar o expresarse por medio d t ~la prcnsii, Coinp,~itentotlh,
hasta diríase engañarlos. El turista cauto llevará algunas bara- como en iin club Disneylandia, si se nos concede la conip,ir,ic*ior:.
tijas y seguramente podrá traer más de alguna joya nativa. Ex- y en realidad el rey no tiene aiitoridiid iii dcrcclios, fut,ra dc
traordinariamente receptivos: aceptan cualquier dádiva, sean ar- título, tal como iin general d e iin cliil-, Disiieylrindi,i, si se 110s
tefactos traídos desde la ci\liIización', sea dinero o, en último concede otra comparacion. Es lo que los clifc,renci;i tlt.1 scgiind«
térmiiio, reciben sus propios tesoros, siempre que sea bajo la grupo, de las ciiltiiras antigtins degencr'iclus, cloncle el tiene
forma de un regalo. Son desiiiteres'idos y adem6s generosos. Los poder ilimitado, pero tcimi.Pí.~idebe vivir un const,irite derroca-
miento. Sin embargo, padecen d e una afección un tanto curiosa:
siempre desean restaurar a su rey. rante 8 c'lL15¿1de sil edad? 230 comparten acaso magia, inocencia,
12. RELXGIÓN.No tienen, porque habitan un po~flíso per- ingeiliiid.~d, este fondo natural de una humanidad perdida, cas-
dido, un verdadero jardín del Edén antes de la expulsión de tigrldd, generosa? 2x0 se liallan los dos igualmente indefensos
Adán. fieiite a Id fuerza y al subterfugio de los adultos?
13. EMBLEMANACIOKAL. El molusco, de la familia de los LA re lresentacibn que este tipo de revista ----.,.-- infantil, elabo-
..-- -. -- -
invertebrados. rada por ----y--*-=- para el padre en su juego narcisista,.-hace del niño- ---*--.-*-%-- *--"--,S

iector5ncuerda -- -"-'.-*.- can la i s q u e construye , '..>


=te
-- sector - --
14. COLORNACIOXAL,. F1 blanco inmaculado.
15. ANIMAL NACIONAL. La oveja, siempre que no sea des-
carriada o negra.
^- . " . "&- , , ,

- -.- .
"'"-h- i
"---a""-

---
- -

adulto marginado e inferior Si así fuera, este buen salvaje re-


sultciría el único nifio que no tiene agregado como una sombra
" -> +
- =+

simLilt;ínea los valores paternos: al carecer de inteligencia, as-


16. VIRTUDES NÁGICAS. Este acápite es acaso el más impor-
tucia, conocimiento enciclopédico, capacidad de maniobra, dis-
tante y el más difícil de explicar para quien no ha padecido la
cipllna, saber tecnológico, todas cualidades que evidencian 10s
gloriosa experiencia, pero es la base del buen salvaje y la razón
pequefi~sde la ciudad ( y también las ardillas, el lobito, Bongo,
por la cual se le frecuenta tan asiduamente. Se explica también
lldbitaflteS de los bosques metropolitanos de Patolandia), el na-
por qué se ha preferido dejarlo en un estado relativamente atra-
tivo carga con las características de la niñez, tal como ha sido
sado y sin las contradicciones de la sociedad contemporáne'~.
por la revista, sin tener las llaves y puertas y escaleras
Al estar en tan estrecha comunión con 11i naturaleza física, ésta
que conducen a la entrada del murido adulto.
le presta sus cualidades morales, su bondad, y el salvaje se con-
vierte en esencia ética que irradia pureza. Sin saberlo, consti- Aquí parece ponerse pesada la pista. Confuso el ambiente.
tuye una fuente d e permanente santidad, siempre renovable y En este baile de disfiaces, ya es posible tener la impresión de
renovada. Tal coino existen reservas de indios y de bosques, no que no se sabe quiGn es nino, quién es adulto, quién es quién.
debe extrañarnos que haya también reservas de moralidad y de Sí se acepta que el auténtico nino es el salvaje, entonces
inocencia. Sin alterar el mundo tecnológico, ellos lograrán, por iqué representa el chicuelo de Patolandia? hay diferencias en-
quién sabe qué recónditas rutas, salkar la humanidad. Son 1'1 tre ellos? 2Hay semejanzas?
redención. LOS nifíos de la ciudad son nifios sólo en apariencia. Tienen
/-.u 7 -- . y la -* estatura,
.-m---- *- - & -* m m*.,-

17. RITOSF ~ N E R R E S . Nunca mueren. de n i f i o ~la forma


< ---física
--.-" --..--- -------
la c o n s t a n t e ~ & i c j kd e -.^-

pendiei~te
,
res
r*-&----
inicial, la --
supuesta
*" L.F.
buena
- -" fe, las activid~des
a veces los juguetes. Pero, segun s e x a visto, representan
-^-.-escola-
- "C"-IZ"- ni-l-. " - L .-.",L
.

~ , (?), prroliibidu ln reprodzlcción sin


(Copyright ~ e n d e r ,1971 -.llllll*"l" a-,"w- + %

indicar In fzrcnte). w z a que P z g a rectifica cadi desliz de su5 malores con


.r- .Il-l---_-l-YI --XL^-IUUI.L17 -ImI ._11-4L.*-a---- --X-UYI

los as~~e'!!?:~,~aG~nalidad~,
-M P ~ L ~ J J ~ ~ ~ J . . , ~ ~7%~sbu_ $~J~!?
A cualquier lector perspicaz le debe haber llamado la aten- re, d e los mismos adultos. En 42 episodios de Donald y sus
--h "W.> rrl_m-+,-
( _ _ _"--
*I
_U -C_

ción las semejanzas y paralelismos entre estos buenos salvajes y estos tienen razón en 38. En cambio, sólo en 4 (ej.
esos otros salvajes que se denominan niíios. Burladores burlados), los pequeños son los que han transgredido
,:Es que por fin -y es legítimo que se h'iga la pregunta- se las leyes del 'comportamiento adulto y son verdaderamente cas-
ha encontrado al verdadero niílo dentro d e las revistas de Disiley, tigados por haber adoptado la conducta de los niños. El lobito
el inocente y subdesarrolliido bárbaro? 2dcaso en las vastas islas feroz (30 episodios) no admite variación ya que su padre es ne-
y altiplanos de los incultos, no se darían la mano el pueblo igno- gro, feo, grande y malo: siempre vence el niño que alecciona a
rante a causa d e su condición socjcd el niño igualmente igno-
T.r
su padre que ha descendido por la inocente pendiente d e la
flojera Y el delito. La aparición de esta figura paterna física, ra-
DEL NI%O AL BUEN SALVAJE 53

tifica una vez más nuestra tesis: el único padre d e esta litera- Ahora poden-ios entender la aliogante presencia de los sal-
tura es el vagabundo, cuyo poder, al no estar legitimado por \ a j , ~ c ticntro de rsie mundo. Ellos vienen a reemplazar el hueco
los valores adultos, será siempre burlado. Sugestivamente, el c l i ~ c dg~jai10% peqiicños niiiomorfos (forma de niños) urbanos
nombre del padre (alimenticic) d e Pillín es Vagabundo (Tramp), t ~ i .i1 ~SI 1 ez sustiti~!~enconstantemente a los a d u l t m r f o s (for-
y es criado por una jauría de tíos, entre los cuales se confunde ma (le ad~iltos).
su propio padre. El verdadero padre d e Pillín es el amo huma- rI-iy [los tipos de niiios. Afientras los metropolitanos son
no, es el dueño. Las ardillitas burlan las torpezas y deshonesti- inteligíjntcs, calciiladores, cargados de maxias y estratagemas,
dades d e todos los adultos (Donald, Lobo Feroz, el oso Quija- superiortJs !co~.c,boys) ; los periféricos son cándidos, tontos, irra-
da, e1 hermano zorro y el hermano asno, etc,) en 18 de las 20 ciu~iciltbi.(lesorganizddos 1 fáciles d e engaii'tr (indios). Los pri-
aventuras. En las otras dos, al comportarse traviesamente, reci- nlfros 5011 t,spíritii y se mueven eii la esfera de las ideas bri-
ben palizas. Gus y Jacques, Bongo, Peter Pan: 100 por ciento Ilalitr-, los segundos son cuerpo, materialidad, peso. Unos re.
de razón. Tribilín es fuente eterna y culminante d e lecciones preseiit;in el fiituro, los otros el pasado.
adultas en bocas infantiles: él nunca tiene razón, porque carece Por eso, los cliicos urbanos están en constante movimiento,
d e la madurez intelectual del adulto. Y es en el ratón Mickey, dcrrocqi~doal grande cadd \.ez que éste revierte al infantilismo.
el primer personaje de Disney, donde mejor se concilian los ras- EI rce~np!"zo es licito y hasta necesario, porque de esto manera
gos maduros e infantiles. Este perfecto adulto en modelo redu- :lo Iin! cambio. Todo s i g ~ eigual. No importa que unos tengan
cido, este niño detectivesco, este paladín de la ley y la simpatía, la r,izí,ii y otros se equi~oqiien,siempre que la regla se manten-
ordenado en sus juicios y desordenado en sus costumbres (re- ya in:iliciable. E:,to siilo puede ocurrir en el territorio céntrico
cordemos a Pepe Grillo, el torpe guardián d e la conciencia d e t l ~T'.itolniicli,i.
Piriocchio), ejemplifica la síntesis y simbiosis que Disney quería L,I iinidad f4rrea (le ehtos tiiiios y adultos metropolitarios
transmitir inconscienten~ente,y que después, al poblar su mundo, to:iis ;I los irlealcs de 1,i civilizaci6n, 1;i madurez y la habili-
fue escindiéndose y dando lugar, al dividirse, a la rotatoria susti- dad te(i?ica cada ~ r qiie z se enfrcntan i i i mundo natural, es la
tutiva ixy!el).i la ~xeeniineiicia dc estos valorcs adultos dentro de
Esta
-""
estructura
"-'-'-._ no
_-_ Ia inventó Disney: tiene su raíz en los
&-XI.-.i*l*..ii--. --IX----w"--i i--
Patolnndia. Los salvajes-niiios. no pueden criticar, ni por lo tan-
cuentos y leyendas llamados populares, y más .de - un investiga- to sir~tit!ris,,il 1,loqric monolitico d e afuerinos de la ciudad. Sólo
~ ~ ~ ~ ñ o__ ____ -.____
t" folklóricos
i v o s ha 1141.1
descubierto
..-
-1>1411 esta simetría
*.-11114,,.*-
,*,
central
" .-*e-

,
I
-
~xicvlcri rc.cil)ir sus lil~cr~ilidadrs y entregarles sus riquezas. LOS
-
S " - " X

e m .r e y - $ ñ ~ ~ d e ~ t ; o > ~ ! ~ a c & ó ~ ~ ~ j ~ J j ~ ~ ~narraciones.


a, de-lasY,
prchornbrcs deljcn permdnccer en sus islas, en el estado eterno
El chiquitito d e la familia, por ejemplo, o el pequeño hechicero de la infancia piira, niño q u e no es pretexto para una proyec-
o lefiador, está sujeto a Ia autoridad paterna, pero dispone de cibn del mundo :~diilto.El biien natural constituye el sustrato
un poder d e desquite y regulación, que se vincula invariable- indifcrciiciado, pe~petrio,cl principio y fin de los tiempos, el
mente a su capacidad d e generar ideas, es decir, su astucia. Véa- paraíso oiiginal ). el cielo íiltimo, la fuente de l~ondad,pacieri-
se Perraiilt, Andersen, Grimm e. ciii, nlrgría c> ii~occncia.Gclr'intiza que sienipre habra niiios, que
los so1)ririos poclr,iii crecer. pero que el nacimiento y la rege-
5 Esto $e r e p í t ~ en las películas Disney con actores juveniles. Por
ejcrriplo las d e Hayley Mills.
ncr'ic.iOri, \in qiic 1i'iyii intcrveiiido iin agente sexuiil, continuar&
6 Para tina v i ~ i ó nque escapa al formalismo de 10s anilisis estr~icturales Jiist;irncntc los nifios de la metrópoli, al asimilar valores "supe-
d e Viadirnii Prspp (Morphologie du conte, Seuil, Paris, 1970), véase entre riores", pivitleii ai!tomiíticciincntt. v,ii.ias de 1'1s cualidddeS que
otras las investigaciones de Marc Soriano, Les Cmtes de Perruult: kirlture
sauunte et tr~h'tionspovuZuires, Editiolls Gallimard, Paris, 19o8; "Tdble
!os adultos buscan 1 :idorcin cn el niíío. Dcsde ya, la inteligeii-
ronde sur les contes de Perrault", Annules, mayo-junio, 1970. cia v la astucia ciiestion,in la irnagrn tradicional del nifio con-
54: PARA LEER AL PATO DONALD

fiado e inmune, que purifica y perfuma sus pesadillas transfor- mundo satisfactoriamente inmutable: sus propios valores y sus
mándolas en sueños. Los trucos de los pequeños, aunqiie estén buenos salvajes que los aceptarán sin chistar.
despachados como travesuras, empañan la imagen de perfección Pero parecería que los autores mismos fuéramos víctimas
originaria, imposibilitan un mundo ( y por ende una salvación) de esta circularidad: nos paseamos adentro de la estructura fa-
más allá del pecado sexual y el dinero. Si bien el padre quiere miliar y no hemos asomado afuera todavía.
que el niño sea igual a él, que sea su reflejo, hecho a imagen Detrás de esta relación padre buen-salvaje ;no se escon-
y semejanza suya, prolongarse eternamente a través de un hijo derá otra?
que nunca lo contradiga, que asegure su inmortalidad (tal co-
mo Disney lo trata de mono-polizar a través de sus monos), el
padre tambi6n desea que haya seres que respondan siempre a
su imagen de la niñez transparente y totalmente sumisa, inmó-
viles, congelados en la fotografía del living. El adulto quiere
un niño que sea adulto en su futuro, pero que nunca deje de
ser dependiente, que nunca abandone el pasado.
Así, al niño lector se le abren dos alternativas, dos proyectos
de infancia en qué modelar su comportamiento: puede elegir
imitar a los sobrinos y otros pequeños y astutos, elegir las ar-
timañas, y por lo tanto vencer adultamente, ganar la compe-
tencia, salir primeros, obtener recompensas, escalar; o bien, pue-
de seguir al niño buen-salvaje, que jamás se mueve ni gana na-
da. El único camino para emerger de la puerilidad es el camino
que el adulto ha trazado disfrazándolo de inocencia y de na-
turalidad. Es un camino normal, m'hijo.
Esta escisión no obedece a razones místicas o metafísicas.
Los anhelos de la pureza no surgen de la necesidad de una sal-
vación que pudiéramos denominar religiosa. Es como si el pa-
dre no quisiera continuar dominando su propia carne, su propia
ramificación. Al sentir que sil hijo es él mismo, él se percibe a
la vez como dominante y dominado, traslación de su perpetua
represión interna. Tratando de alejarse de este círculo infernal,
huyendo de sí mismo, busca otro ser al cual dominar y con el
cual puede haber una polarización no-culpable y una definición
nítida de quién es el dominado y quién el dominante. Su here-
dero puede tranquilamente crecer, adoptar sus valores y seguir
reprimiendo al otro, que nunca varía ni protesta. Para escapar
del conflicto sado-masoquista con su propio hijo y con su pro-
pio ser, busca una relación únicamente sidica con ese otro ser
il-ierme, ingenuo, que es el buen salvaje. El lega n su hijo un

Potrebbero piacerti anche