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“Cuestionario Global Filosofía”

3. Consideraciones y ejemplos sobre amalgama y sinergia.


Cuando dos o más concepciones tienen una gran afinidad se amalgaman, se unen, y
producen efectos sinérgicos, es decir, se potencian o reafirman la una a la otra, incluso
llegando a generar una nueva concepción. Podemos mencionar la amalgama entre el
animal racional, el hombre como centro y el hombre activo, la cual es considerada la
amalgama más potente de la historia ya que ha producido efectos sinérgicos
poderosos. Por otro lado, hay amalgamas que no producen efectos tan fuertes como el
antes mencionado, tal es el caso de la amalgama entre el Homo Sacer y el Homo
Viator. A pesar de que son bastante afines – ambos tienen como base el mito y los
arquetipos – y tienen un efecto sinérgico de potenciación, no surge nada radicalmente
nuevo de ellas.

4. Consideraciones y ejemplos sobre relación contestataria.


Cada concepción antropológica cuando surge tiene una relación de confrontación,
cuestiona la concepción inmediatamente anterior, con algunas de ellas o con todas las
anteriores. La concepción nueva se opone, en parte, a lo planteado de lo anterior,
pero además, propone una nueva visión. Cada concepción vale como modelo para una
época, y lo que posibilita que se forje una nueva concepción es que el modelo se
convierte paulatinamente en anti-modelo. Por ejemplo, el Homo Viator, típico de la
Edad Media, viene a reestablecer lo divino como parte de la vida del hombre, dado
que el Animal Racional sacó el mito de las explicaciones del mundo, por lo que se
produjo una desacralización del cosmos. Entonces, el Homo Viator aparte de
contradecir lo que propone el Animal Racional, viene a corregir la visión anterior
diciendo de que efectivamente el mundo dejó de ser sagrado (considera pagano al que
vea el mundo como sagrado), pero la divinidad vuelve regir su vida, desde fuera de este
mundo (Cristianismo). Como vemos, el Homo Viator se opone tanto a la concepción
anterior, como al Homo Sacer, y creando un nuevo modelo epocal.

6. Concepción del Ser en Parménides.


Parménides estaba interesado, al igual que los griegos de su época en entender la
generación y corrupción de las cosas, es decir, en el ser y el no ser. El ser, de acuerdo
a Parménides, es presente, ‘es’, no fue ni será. Lo que es debe ser pensado como
eterno, no engendrado e inmortal, inalterable, único e inmóvil. Parménides concluye
que el ser es uno, lo que es tiene la forma de una esfera vuelta hacia su centro, sin
‘huecos de no-ser’. Es inmóvil, pues llegar a ser o dejar de ser supone una dualidad de
seres, y el ser es uno, por lo tanto es homogéneo e indivisible. Parménides habla de que
existe una contraposición entre nuestro mundo sensible y el mundo inteligible, decisivo
para el futuro pensamiento griego. Los objetos muestran a los sentidos un gran
número de propiedades, como el color. Parménides piensa que los entes antes de ser
rojos, son. Aparece el ser como una propiedad común y esencial que sólo se aparece al
pensamiento. El pensador debe reprimir la información que recibe de los sentidos a fin
de que el pensamiento no encuentre obstáculos en la expresión de la verdad, verdad
que habita en aquel mundo inteligible, único, inmóvil, descubierto por el pensamiento.

*11.- Correlato existencial del eterno presente del ser con el “ahora”.

12.- Caracterización del Homo Sacer.


El Homo arcaico u Homo Sacer, es un hombre de mentalidad arquetípica. Esto quiere
decir que su manera de actuar está regida por arquetipos, que no son otra cosa que
modelos, que, en este caso, remiten a actos que ya realizó otro que no es humano, por
lo que todo lo que hacía el Homo Sacer no es original, sino una continua
rememoración de actos pasados.
Por lo mismo, toda explicación de orden fenomenológico está basada en mitos, y el por
excelencia de dicho hombre es el llamado “mito del eterno retorno”, con lo que quiere
decir que se tiene una concepción cíclica del tiempo, es decir, que todo pasa por un
ciclo y vuelve a empezar una infinidad de veces.
Todo para él está vivo, desde las piedras al viento; por lo mismo uno de los grandes
enigmas es el de la muerte. No le es posible concebir que luego de “esta vida” se
presente el fin, por su concepción cíclica. Todo lo que acaba comienza de nuevo. Eso lo
hace vivir una existencia abierta, configurada en dos planos; lo humano y lo
transhumano, que es donde se aspira a llegar. Cabe decir que para él la muerte es
cambio, no fin.
Como ya se ha dicho, al creer que todo está vivo, vive en una situación teórica
denominada pan-vitalismo.
Este hombre no tiene ética, sino que presenta un moral basada en costumbres
(fundamento mítico) y en la observancia de reglas, es decir, en el acatamiento
inconsciente y acrítico de normas – a diferencia de la obediencia de la ley. Aún no está
diferenciado el mal físico (catástrofe – enfermedad) del mal ético (por una mala
acción) porque no se piensa que el hombre sea el causante del mal, sino que le es
externo, simbolizado como mancha (ente casi físico que infecta por contagio,
generando temor casi ético). Ésta infecta desde fuera al hombre, siendo causa del mal,
por lo que éste se remite a la trasgresión de lo sagrado, el tabú, que viene con la
intuición de la fatalidad, del desencadenamiento de la cólera vengadora de lo vedado.
La manera de hacerle frente es a través de la aceptación colectiva de la culpa y un
posterior rito expiatorio, que limpie la impureza de la mancha, tan típico de la
conducta rememorativa del Homo Sacer.

14.- Estadio de externalidad del mal en Ricoeur y sus diferentes fases.


Ricoeur plantea que la vivencia de la culpa a lo largo de la historia ha tenido 2
estadios: el mal como externalidad y el mal como introyección. El primer estadio
consta, a su vez, de 2 fases: (a) ausencia de culpa y (b) culpa colectiva.
El mal visto como externalidad quiere decir que el hombre no es el causante de él, solo
lo continúa. Éste es inocente de mal que pueda provocar por lo que no siente culpa,
entendida como la emoción de pesar y angustia causada por la conciencia (en el
sentido de ‘darse cuenta’) de que se pudo no haber hecho lo que la causa provoca, ya
que se es libre de optar.
(a) Partiendo de ahí, el hombre arcaico, el del estadio de externalidad del mal no
puede sentir culpa, ya que considera que no tuvo opción alguna; si no que la desgracia
fue obra de un dios molesto o el destino mismo que ‘arrojaron’ el mal sobre él y por
ello ahora está manchado. La mancha es la representación del mal, ya que simboliza a
un ente externo casi material que infecta por contagio y que solo puede ser extirpado
gracias a un rito expiatorio específico. Posee un simbolismo poderoso que ha
transcendido hasta la actualidad, debido al carácter ambivalente que posee su
condición: no mancha literalmente, pero tampoco se atiene al plano meramente
abstracto. De hecho, hay una asociación con manchas concretas, tal es el caso del
derramamiento de sangre. La mancha se asocia con lo impuro, sucio, valoraciones que
se definen en el plano de las palabras, y que, a su vez, definen el simbolismo (concepto)
que ha trascendido hasta hoy.
Pero no es solo eso. Existe un miedo que no es netamente físico (dolor físico, etc.) que
provoca la posibilidad de contagio. Se podría decir que es casi ético en el sentido que
se alcanza a intuir la fatalidad venidera si se adquiere la mancha. Por lo mismo, llega
un momento que la desgracia se transforma en un síntoma de mancha (1er indicio de
causalidad), es decir, si tú estás pasándolo mal, es porque algo hiciste y por ellos estás
manchado.

(b) Cuando se da este cambio, al asociar malacción-mancha se pasa a la segunda fase,


la de la culpa colectiva (el cambio mal externo a malacción-mancha estaría dado
según la teología implícita en la 1era concepción: Dios es malo, ya que esto es
insostenible – la religión da sentido a la vida de algunos – se pasó a creer que si Dios
te hacía algo era porque te lo merecías, dando lugar al Dios clásico que conocemos,
bondadoso y justo).
En este tipo de sociedad primitiva (hombre arcaico) no existe la distinción individual,
son todos iguales, por lo que sería incomprensible que, a pesar de identificar a un
supuesto agente responsable del mal, este se llevara toda la responsabilidad.
Cabe decir que esta fase está a medio camino entre el mal totalmente externo y el
pecado, donde ya es personal, por lo que es un especie de híbrido, donde el mal sigue
siendo externo, mas si ocurre es por culpa de alguien, que en este caso es concebido
como ‘algunos’.
Esto es por la misma indiferenciación e incapacidad del mal como proyecto personal
8eso creen) que si hay sequía (Dios castiga) es porque no ofrendamos (nosotros) lo
suficiente; por lo que la culpa es asumida colectivamente, por lo que como colectivo se
busca expiar la mancha en algún rito comunitario.

16.- Explicar la maldición de la ley. (*)


De la maldición de la ley se dice es que la norma al constituirse como tal, ya que
establece lo que sigue esa norma y lo contrario a seguir. Sin norma, o mejor dicho sin
ley, las cosas son simplemente y no tienen ningún atributo, ni negativo ni positivo.
Pero, al legislarse, el acto se vuelve a favor de la ley o en contra, si se asume hacer el
bien como seguir un conjunto de normas y cumplir sus condiciones pero sin embargo
quebrantarlas constituye obrar mal. Por ello se dice a la maldición de la ley ya que
seria la ley la que crearía las buenas y las malas conductas.

18.- El mal como externalidad en la actualidad y en especial en el ámbito sexual.


En la actualidad racionalmente somos capaces de darnos cuenta de que la mancha en
si no es mal, pero a pesar de esto continuamos con vestigios del Homo Sacer que nos
impulsan a asociar determinados eventos físicos a el mal, por ejemplo el considerarnos
sucios como si algo casi físico nos impregnara cuando violamos una prohibición. Uno
de estos vestigios es la mancha de la sexualidad. La asociación mancilla-sexualidad se
estableció desde tiempos remotos y ha sido una de las mas resistentes a la critica. En el
hombre arcaico lo puro esta ligado a la bondad y lo impuro a la mancha, en este
sentido hay un simbolismo muy fuerte que se manifiesta en forma de estigma en la
actualidad. El estigma supone algo irracional porque la sexualidad es una actividad
natural humana que no significa nada en si, es decir, es neutra. Así, la sexualidad está
ligada irracionalmente a lo impuro porque implica derramamiento de sangre, al igual
que el homicidio. De esta forma, sexualidad y mancha se asocian a las virtudes
maléficas de la sangre vertida y reforzada por una mancha material. La mancilla de la
sexualidad se vuelve de carácter ético cuando afecta la reciprocidad del vinculo
humano, pero previo a esto esta la asociación maléfica a la sangre. Esta asociación es
debido a algo físico que infecta. Siguiendo esta misma lógica ideas como la del pecado
original, donde los individuos nacen manchados se produce por que esta infectado con
la genitalidad paterna, materna y la sangre del parto. Además, en las culturas arcaicas
la sexualidad esta ligada a lo divino por lo que la “desfloración” se asocia a la
impureza. Y es así, que como rito de purificación a esta mancilla se establece el
vinculo del matrimonio que establece un espacio- tiempo donde las relaciones sexuales
no implican pecado, rito que además es legitimado con nuestras leyes.

21.- El mito teogónico y en qué medida anticipa posteriores concepciones filosóficas,


como Nietzsche.
El mito teogónico es el mito de la creación, del principio de las cosas. En el comienzo
existía el caos, el principio del mal es anterior a lo divino. El origen está sobre el bien
y el mal, es ciego, ya que es capaz de engendrar ambos, simultáneamente. Por lo tanto,
el mal es el pasado del ser y debe ser derrotado por lo que el dios es el porvenir del
ser. El principio ordenador va ligado a un acto criminal; deicidio. Las nuevas
divinidades vienen a imponer el orden, a hacer la creación; en este sentido, la creación
es la liberación, la salvación. Es la victoria del orden sobre el caos por medio de los
dioses. Para imponer el orden los nuevos dioses deben eliminar a los anteriores, por
eso el deicidio. Esto claramente no es una cosmovisión cristiana ya que la creación es
la salvación, como se mencionó antes. En el Cristianismo, la salvación es la vida
eterna.
Nietzsche cree que la razón es un elemento que ha domesticado al ser humano y no es
lo que él es en esencia. La razón y Dios, en un momento necesarios para organizarnos
como sociedad, cuando el orden ya está establecido, se transforman en valores en sí
mismos, pues ya no son necesarios. Luego el hombre se da cuenta de ello y se deshace
de ellos, ‘Dios ha muerto’. En este punto, éste pierde lo que le había dado sentido
desde siempre y lo suple con otros ‘dioses’, deposita su fe en las figuras de la
modernidad (progreso, negocios, libertad, conciencia y la razón), pero lo dejan a
medio camino. Esto es lo que Nietzsche llama nihilismo, o más específicamente,
nihilismo incompleto. El filósofo dice que la vida se repite exactamente igual infinitas
veces, por lo que hay que amarla y amarse uno mismo. Hace referencia al tiempo
cíclico y al mito del eterno retorno, lo que es el nexo para el mito teogónico. Crítica la
metafísica Socrática-Platónica-Cristiana, pues dice que ésta concepción tiene voluntad
de nada; la figura está y no actúa, la vida es un tránsito hacia algo más. En el
cristianismo sería la vida eterna, por ejemplo. Para solucionar eso, Nietzsche propone
que no hay nada más allá, por lo que lo importante es el ahora, esta vida. Tener
voluntad de poder, querer más y más, revindicar los instintos. Plantea que la razón es
un error que limita al hombre. Para fundamentar eso, es necesario que la vida se repita
infinitamente; de no ser así llega un punto en el que la voluntad de poder queda
satisfecha y pasaría a ser voluntad de nada. De esta forma, hay que aprender a amar la
vida puesto que se repetirá exactamente igual, para siempre.

*25.- Explique la concepción Tomasiana del mal.

27.- El Cándido como sátira de Leibniz.

“Cándido” es una obra literaria que escribió Voltaire. Ella trata acerca de un hombre
llamado Cándido que vivía en un castillo junto a su maestro Pangloss. Allí la vida era
ideal mientras Cándido aprendía filosofía de su maestro Pangloss quien creía que por
la teodicea (el mundo es perfecto puesto que Dios es perfecto) todo sucede por algún
motivo, y este es que todo sea mejor o sino Dios no hubiera creado los fenómenos
destructores ni permitiría que pasaran desgracias. Las cosas no pueden suceder de
otro modo, porque estando todo hecho para un fin, todo lleva necesariamente hacia el
fin mejor. Un tiempo después por un malentendido, Cándido abandona el castillo
donde vivía y en su viaje le ocurren una serie de desgracias que hacen parecer a este
excesivo optimismo como algo absurdo. En medio de su viaje conoce a una vieja, quien
llega a la conclusión de que lo normal es la desgracia, por lo que no hay que quejarse
de ser desgraciado. A medida que avanza la historia, se va debatiendo cada vez con
más vehemencia, entre el idealismo que le enseñaron y la despiadada realidad que le
golpea y lo deja sin esperanzas. Finalmente, descubre que el mundo tiene muy poco de
bondad y el futuro muy poco de predecible y se impone el instinto de supervivencia que
tan desarrollado tenía la vieja haciendo cosas malas e indebidas para sobrevivir.
Cándido acaba encontrando la tranquilidad de espíritu (no la felicidad) en la
austeridad, en la sencillez y en el trabajo.

Este libro es una crítica a la filosofía optimista de Leibniz, cuyas ideas son expuestas
en la obra por medio del maestro Pangloss. Leibniz creía que el mundo en el que
vivimos es siempre el mejor de los mundos posibles, y si una desgracia nos sucede es
solo para mejor y nosotros no somos capaces de darnos cuenta de ello, esto es el
llamado optimismo metafísico. Leibniz afirma que todo lo existente esta en forma de
‘Monada’, que es un universo en si mismo, incomunicado, no puede corromperse y es
creado por Dios. Si ellas están incomunicadas la única manera de que el mundo
funcione es por medio de un orden preestablecido, este orden es hecho por Dios. En
este mundo ideal el mal es permitido por el bien del conjunto, el mal físico porque nos
hace más fuertes, el mal moral porque es condición para otros valores como la
libertad, que hacen mejor al mundo y el mal metafísico que es originado por la
desigualdad de las criaturas con el creador. La libertad es permitida porque siempre
existe el mejor de los mundos posibles y un mundo con libertad es mejor que uno sin
ella. Voltaire al observar que el mundo bajo ningún punto de vista es armónico (hay
maldad por doquier, guerras, mentiras, etc.) critica a Leibniz por medio de esta obra
donde concluye que el mundo es muy poco bondadoso y la única forma de vivir
tranquilo, no necesariamente feliz, es por medio del trabajo y la simplicidad.

31.- ¿Cómo Schopenhauer fundamenta la moral?


Para empezar, debemos comprender qué es el pensamiento capital; el ser es voluntad.
En ese sentido, el ser quiere permanecer como querer, quiere ser siempre voluntad. En
este aspecto podemos caracterizar el modo de ser de esta voluntad en un continuo
devenir en el que se afirma el querer vivir. Este modo de ser, por tanto, disuelve a los
seres en una voluntad única en el devenir, o sea, este modo de ser de la voluntad es
totalmente irracional. En este aspecto podemos decir que es ciega y actúa sin
inteligencia, explicamos este punto en la base de que no le tiene amor ni odio a lo que
crea. Como esta voluntad se fragmenta en la individualidades de cada uno de nosotros,
estas se contraponen entre sí objetivando, haciendo patente, el querer vivir.
A medida que la voluntad se individualiza, nos vamos haciendo egoístas. Egoísmo al
cual Schopenhauer demuestra un pleno rechazo. Para este punto, analicemos pues, al
hombre perverso o egoísta. Este hombre, que no está contenido por fuerza alguna, no
se limita a manifestar su voluntad de vivir en su propio cuerpo, sino que además va
donde los otros hombres y les niega su voluntad de vivir. Este individuo está preso en el
principio de individuación, el cual reconoce o distingue un abismo entre la
corporalidad propia y la de los demás, presentándonos como diferentes y radicalmente
separados. Esto quiere decir que reconoce una multiplicidad en el conocimiento del
mundo llevando al sujeto a buscar su propio bienestar sin importarle el de los demás.
Este principio de individuación comprende según S, en relación a la multiplicidad, al
tiempo y al espacio porque son lo único por lo que aquello es igual y una misma cosa
según la esencia y el concepto aparece como diferente. Como el mal radica en la
voluntad de vivir y sus manifestaciones de egoísmo, somos por tanto una mala bestia al
asecho que busca saciar sus instintos atacando a los demás.
El autor concibe que esta bestia, este mal, al radicar en la voluntad de vivir, debe ser
erradicado o mitigado por una moral que implique un rechazo a la voluntad de vivir.
Tras entender que el fenómeno de la multiplicidad es un evento ilusorio que no alcanza
más que al fenómeno, y un solo y mismo ser es el que se manifiesta en todo lo que vive.
Si entendemos esto, seríamos capaces de sentir dolor por el dolor ajeno y por ello ser
piadosos. Este hecho, de reconocernos a nosotros mismos en otros, supondría entonces
el encuentro en concordancia, sabiduría práctica, justicia, bondad y doctrinas
profundas, donde ha llegado la sabiduría teórica adelantada.
Todo esto en su conjunto fundamenta la moral.
*34.- ¿En qué consiste la introversión del instinto? Explicar este fenómeno según cuatro
perspectivas: rebelión, cristianismo, Sócrates, voluntad fuerte/débil

35.- ¿Por qué con la muerte de Dios comenzaría la historia?


Con el aforismo 125 de la ciencia feliz dice que ‘Dios ha muerto’. El loco no encuentra
a Dios y éste agrega aterrado diciendo que desde entonces camina en la nada. El olor
de putrefacción divina es un grito de alarma. La muerte divina se ve como la pérdida
de una estructura suprasensible y sobrenatural que históricamente le ha dado una
decidida orientación al hombre. Lo suprasensible se refiere al ‘trasmundo’ que se
habría constituido como la estructura dadora de sentido.
El loco del mercado dice que Dios murió, pero que nosotros lo asesinamos y esta ha
sido la más grande hazaña de la historia, por lo tanto, le entrega el comienzo a la
nueva historia (no hay historia si no es hecha por el hombre, y el Homo Viator es el
primero que conforma la historia, por la concepción lineal de tiempo).
Nietzsche usa el concepto de ‘Dios’, haciendo referencia al Dios cristiano, para darle
nombre al dominio de las ideas e ideales. Heidegger dice que con la muerte de Dios
caen ideales, normas, principios, reglas, fines y valores que se han erigido para darle a
los entes en conjunto, una finalidad y un orden, es decir, un sentido. Con esto el
nihilismo se presenta a la puerta como un inquietante huésped. Según Nietzsche, el
nihilismo partió con la autonegación del hombre y la negación de ‘este mundo’, lo que
él llama nihilismo pasivo. En cambio, el nihilismo activo es la negación de aquel
trasmundo, comienza con la caída de ese trasmundo dador de sentido. Por lo tanto, con
este último surge la ‘nadidad del todo’.
Con la muerte de Dios, el hombre busca llenar el vacío que ella deja, llenándolo con
creencias que lo reemplazan, es decir, intenta a toda costa mantener un orden
jerárquico de lo que existe (ordo). El lugar vacío invita a que se lo ocupe de nuevo y
sustituir con otro el dios desaparecido. Se erigen nuevos ideales (nihilismo
incompleto). El trasmundo cae por su debilidad intrínseca, pero se hace presente por el
vacío mismo que deja, es como las estrellas que brillan aún, incluso ya muertas, por la
distancia a la que se encuentran.
Heidegger dice que todo devenir no alcanza nada, nada en el sentido de una
realización pura de aquellos valores incondicionados, que aparecen de este mundo de
ideales como proyecciones humanas, como proyección de ‘trasmundo’. Tras esa
proyección actúa a su vez la voluntad de poder, induciendo a una negación del mundo
y hombre. Pero, en aras de la superación del nihilismo pasivo, que va cayendo por su
propia debilidad, no es la reordenación de los valores estipulados, si no que tomar
conciencia de que el hombre es el que pone los valores. A consecuencia de lo anterior,
Nietzsche ve como está todo en manos del hombre mismo, es decir, que ya no se
enajene proyectando algo otro, sino que se proyecte él ahora a sí mismo y a la Tierra
como su propia finalidad. Esta proyección del hombre mismo, implica así que lo
proyectado es el super-hombre, la esencia del hombre, albergada en él como la
posibilidad más radical y la más grande de todas. Con la proyección de sí del hombre a
partir del hecho de la muerte de Dios, la humanidad es capaz de hacer lo
verdaderamente grande. Por decirlo así, ahí comienza una nueva historia, o, tal vez, la
historia misma.
La historia tiene un rumbo donde todo los acontecimientos van en la misma dirección,
y el Homo Viator logra darle ese rumbo a la historia. Lo que hay ahora, desde la
modernidad, es historia porque no hay nada independiente del hombre y es por ello que
lo que supera al hombre es el superhombre, acercándonos a lo imposible.

39.- ¿Qué es el nihilismo incompleto?


Para definir el nihilismo incompleto, hay que partir definiendo qué es el nihilismo en sí.
Podemos decir que es la desvalorización de los valores supremos relacionados a Dios.
La nada tiene más peso que el ser y esa nada se asocia, a su vez, con una cuestión de
pérdida de sentido (sin-sentido).
Debe entenderse nihilismo como una pérdida de sentido, a lo que se le debe agregar
que no solamente alude a una doctrina filosófica, sino a un fenómeno concreto
cotidiano, alguna experiencia de la vida carece de sentido.
Como nihilismo significa una desvalorización de los sentidos, contiene rasgos éticos-
negativos.
Existen distintos tipos de nihilismo, explicaremos secuencialmente 2 para llegar al
nihilismo incompleto.
El nihilismo pasivo es la negación de este mundo. Nietszche dice que es la negación de
este mundo. El hombre existe bajo el peso de un trasmundo; mundo de ideas, vida
eterna, cielo. Esto se traduce en una negación o depreciación de este mundo. Por lo
tanto, el hombre se somete al trasmundo, al trasmundo que equivale a la nada.
Por otro lado, el nihilismo activo consiste en la negación del trasmundo, el hombre
comienza a desmantelar ese trasmundo, dejando un vacío de sentido, ya que el sentido
estaba dado por el trasmundo, o sea, Dios.
El nihilismo activo se puede transformar en nihilismo incompleto porque tras el vacío
que queda tras la pérdida del trasmundo y la muerte de Dios, el hombre busca aferrar
su fe a distintas figuras, muy representativas de la modernidad; razón, libertad,
conciencia, progreso y negocio (buisness como Nietzsche mismo decía). Pero todas
éstas figuras tienen en común que dejan al hombre a medio camino, puesto que
mediante éste tipo de nihilismo no se llega a la supremacía del hombre, el super-
hombre. Es el nihilismo activo el que hace al hombre rugirle ‘no’ al trasmundo y
convertirse en el medio, en el puente para superar a este hombre, al último hombre. el
super-hombre es aquel que recién conduce la esencia del hombre anterior a su verdad
y la asume.

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