(COLOR) - Pub: CULTURA_Y_NACION Doc: 00495D Red: 60% Ed: Primera EDICION Cb: 00 Enviado por:
Dia: 29/09/2005 - Hora: 20:31
ñ. 4 galeria
Una lenta
en qué anda Federico León
química
orgánica
El autor de “Cachetazo de campo”, uno de los mejores
dramaturgos de la joven generación, acaba de publicar el
inquietante volumen de “Teatro reunido y otros textos”.
RUBEN A. ARRIBAS
A
Federico León le cuesta
arrancar con sus obras de
teatro. Siente que necesita
disponer de muchos puntos de
partida y que sucedan grandes
cambios en su vida antes de em-
prender un proyecto nuevo. A di-
ferencia de otros dramaturgos,
para León el punto de partida no
tiene por qué ser el texto. Un ac-
tor, una imagen que da vueltas
en la cabeza o un estado emocio-
nal también pueden ser detonan-
tes. El hecho de comenzar los en-
sayos y lanzarse a escribir con el
cuerpo de los actores mientras se
prueban ideas sin rumbo fijo re-
quiere mucha energía y supone
un proceso muy complejo que
sólo sucede cada tanto.
Es por esto que León se consi-
dera poco prolífico y confía en las
composiciones lentas, orgánicas,
donde el tiempo y las personas
construyen sobre las ruinas de
sus primeras y segundas ideas.
Así, la consigna como director es
sumergirse a diario en el mate-
rial humano con que cada cual va
al ensayo, y encontrar a partir de
la interacción un lenguaje teatral
que pertenezca al grupo, y no
sólo al director o a los actores. El
fin último del trabajo es que la
obra sea un soporte para que
quienes participan en ella cons-
truyan su propio relato personal.
Recientemente León ha publi-
cado en Adriana Hidalgo Regis-
tros. Teatro reunido y otros tex-
tos, un libro que compila toda su
escritura relativa a las artes
escénicas. Junto a las obras de
teatro Cachetazo en el campo,
Mil quinientos metros sobre el
nivel de Jack o El adolescente,
León ha incluido textos de otros
ámbitos, como el guión de la
película Todo juntos, la investiga-
ción Museo Miguel Angel Boez-
zio o el texto de Ex Antuán, una
obra de teatro que nunca llevó al
escenario. El volumen incluye
LEON BASICO
BS. AS., 1975. DRAMATURGO
León es uno de los dramaturgos
jóvenes más destacados y origina-
les del teatro argentino. Obtuvo,
entre otros premios, el del Institu-
to Nacional de Teatro, el del Fon-
do Nacional de las Artes y el Pre-
mio Nacional de Dramaturgia
1996-1999. Escribió para teatro
“Cachetazo en el campo” (1997),
“Mil quinientos metros sobre el ni-
vel de Jack” (1999) y “El adoles-
cente” (2003). En cine, fue guio-
nista, actor y director de la contro-
vertida “Todo juntos” (2001).
PROYECTOS
Estrellas de cine
En estos momentos, Federico
León está rodando, junto a
Marcos Martínez, el documen-
tal-ficción “Estrellas”, sobre la
figura de Julio Arrieta, produc-
tor y representante de actores
de la villa 21 de Barracas,
además de actor y escritor.
Aunque el rodaje no ha con-
cluido, León presentó reciente-
mente en Berlín parte del ma-
terial ya producido. La recep-
ción fue buena. El objetivo
principal de León es terminar
el rodaje de esta película, que
por cuestiones de financia-
miento está resultando más
lento de lo previsto: “Ahora es-
toy produciendo la película y
eso me demanda muchísimo
tiempo”, explica cuando se le
pregunta por futuros pla-
nes. “Aún me queda al menos
un año con ‘Estrellas’, y me
gusta hacer una cosa por vez”.
GERARDO DELL’ORO
flora y fauna
además reflexiones del autor, re-
señas de la crítica, fragmentos de
algunas entrevistas y fotografías
de las puestas.
En todo caso, el libro funciona
sólo como una llave más. La es-
critura teatral de Federico León
está muy ligada a la dirección y a
la puesta en escena; para él un
texto es una capa más en la obra,
como el actor, y ambos son igual
de importantes. Por eso, pa-
radójicamente, quizá éste no sea
un “libro de teatro” al uso, según
el autor: “No escribo mis obras
para que sean leídas. El libro sir-
ve como un registro y funciona
para entender determinados pro-
cesos creativos. Leerlo sin haber
visto las puestas es como ver un
video de una obra de teatro”.
El libro es sobre todo una refle-
xión en voz alta sobre la expe-
riencia con el adentro del teatro
en cada puesta, y no tanto la lec-
tura de los textos de las obras:
“Intenté atrapar una voz desorde-
nada, como la de los ensayos,
que mostrara cuál es mi manera
de asociar. Sobre todo quería ba-
jar mis ideas sobre la actuación,
la dirección, la escritura, la recep-
ción o las dinámicas internas que
se establecen entre quienes parti-
cipan en la obra”.
En la última reflexión de Teatro
reunido, León dice que en los
tiempos que corren, tan llenos de
vacío, lo rebelde es creer en algo
y sostenerlo. Durante la charla
con Ñ, retomó el tema para expo-
ner una de sus pocas certezas so-
bre el teatro: “Creo en un grupo
de personas capaces de crear un
sentimiento, un estado, una per-
turbación en un espectador, y en
que el público –con su tos, su ri-
sa, su incomodidad y otras reac-
ciones– ilumina repentinamente
fragmentos de la obra y la modi-
fica. Busco que mis obras hagan
atravesar una experiencia, que
acompañen al espectador, como
cuando éste lee un buen libro”.
5
cartas de lectores
POR LAURA GENTILE
EN EL CICLO
LETRAS + MUSICA,
DEL C.C. ROJAS
Sensibilidades
en composé
Mariana Chaud se abochorna
de mentiritas al leer su cuento
de mujer sola y patito feo. En
el ciclo Letras + Música –efi-
ciente idea de la escritora Ce-
cilia Szperling– los autores su-
ben al escenario para hacerse
cargo personalmente de sus
textos.
La chica del cuento de
Chaud habla del vacío. “Pare-
ce perdida”, comenta una
señora sentada en la cuarta fila
de la sala Batato Barea del
Centro Cultural Rojas. La chi-
ca dice que se siente menos
que sus amigas. Siempre fuera
de eje. Claro que todo en tono
de risa. Mucho humor para ta-
par la pena. La distancia para
mirar todo de afuera, incluso la
propia alma. Algo que cierta
ala de la generación sub
27/35 aprendió perfectamente
en noches palermitanas y cóc-
teles en el bar del MALBA.
Una actitud en composé con
la música que vendrá en ins-
tantes.
Acompañado por Manu
Schaller en el mágico instru-
mento que se toca en el aire,
el theremin, sube al escenario
el talentoso Axel Krygier y su
música de extracto. Una estéti-
ca del pedacito, como si sólo
mostrara guardas y nunca el
dibujo completo. Buenas ideas
que no se animan a desarro-
llar. La idea, el genio, por so-
bre la emoción, algunos co-
queteos con la melancolía cari-
beña de los años 50, eludien-
do siempre la tristeza extrema.
La velada transita el tono
ameno de la modernidad hasta
que llega la tromba hormonal
de Pablo Pérez a leer dos
capítulos de su próximo libro:
“El mendigo chupapijas”, ba-
sado en el cuento homónimo.
Las guarradas más atroces na-
rradas en el tono barrial más
distraído. La historia de un
apasionado de la fellatio. Texto
sólido y nada distanciado. De
jeans ajustados y campera ne-
gra, algo rellenito, Pablo Pérez
luce como un chabón de Ave-
llaneda desgranando alta lite-
ratura. Erotómano de barrio.
Por último, suben unas chi-
cas a leer-actuar un texto de
Corín Tellado, en el que des-
lumbra el tono exageradamen-
te dramático de la narradora.
Como al pasar, aporta una pis-
ta que bien le podría servir a la
protagonista del cuento de
Mariana Chaud: “Isabel empe-
zaba a pensar que sabía muy
poco de la vida”.