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Nosotros y nosotras hombres y mujeres con Orientación Sexual Gay, Lesbianas, Bisexuales,
e identidades de género Transexuales, Transgénero, orgullosos y orgullosas de aportar en
todos los ámbitos de la vida nacional e internacional desde los diferentes campos
económicos, sociales, políticos y culturales, reivindicamos nuestro derecho al
reconocimiento como ciudadanos y ciudadanas, tal como lo manda la Constitución de la
República de El Salvador en su Artículo 3 “todas las personas son iguales ante la ley y para
el goce de los derechos civiles no podrán establecerse restricciones que se basen en
diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión”. Igualmente el artículo 1 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas hace un llamado a
reconocer que “todos los seres humanos nacen libres é iguales en dignidad y derechos”.
1. Derecho a la vida
2. Derecho a la salud
3. Derecho a la educación
El Estado empleará todos los recursos que estén a su alcance para proporcionar
ocupación al trabajador, manual o intelectual, y para asegurar a él y a su familia las
condiciones económicas de una existencia digna. De igual forma promoverá el
trabajo y empleo de las personas con limitaciones o incapacidades físicas, mentales
o sociales. “
A todos los miembros de la comunidad LGBT les es negado el derecho a formar una
familia, a que la relación o unión formal sea reconocida legalmente y por lo tanto a
gozar de todos los beneficios que esto implica. La actual modificación de la
Constitución en sus artículos 32, 33 y 34 transgrede a este derecho garantizado en
la Constitución, derecho que es reconocido en muchos países y que se encuentra
plasmado en la declaración de principios de Yogyakarta, también contemplado en el
decreto aprobado por la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2008 y por la
declaración de la OEA en su Asamblea número 37.
Entre los actores que violentan los derechos humanos antes mencionados se
encuentran: la sociedad en general, el gobierno, la Policía Nacional Civil, el Cuerpo
de Agentes Metropolitanos, el sistema legislativo del país, el sistema educativo y de
salud.
Es por estas razones que consideramos que las reformas a los artículos 32, 33 y 34
son violatorios al goce de nuestros derechos humanos ya que contradicen el
espíritu de la Constitución de igualdad ante la ley y que toda persona es el fin
último de la protección del Estado.