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FUNDAMENTOS DEL DISEÑO

Cartel diseñado por Marta Antelo, para la Feria del


Libro de Valencia 2009.
Analiza el género de diseño, su estructura
constituyente y sus dimensiones formales, funcionales
y semánticas.

“Del 22 d’abril al 3 de maig 2009


JARDÍ DE VIVERS”

El cartel que vamos a comentar, tiene como función difundir un evento de orden
cultural y comercial. El objetivo final es impulsar el consumo de libros en un entorno
multitudinario y social como es una feria. Este tipo de actividad suele congregar un
público heterogéneo compuesto por personas de todos los estratos sociales y culturales,
desde los más intelectuales y cultos hasta los que acuden por disfrutar de un ambiente
diferente y animado en la ciudad dejando en segundo lugar, la compra de libros. No
debemos olvidar el carácter comercial de toda feria que promociona y da a conocer
establecimientos especializados en la venta de libros.
La estructura del cartel es rígida, clara y limpia, lo cual facilita su lectura y vistosidad.
El cartel se adapta a un formato rectangular de orientación vertical que podríamos
dividir en 3 partes:
La zona superior contiene el texto informativo, con la denominación del evento. Una
tipografía de palo seco se distribuye en un párrafo alineado a la izquierda sin justificar.
A la izquierda del párrafo y con un cuerpo tipográfico mayor escribe el número “40”
que indica la periodicidad del evento. Siguiendo una jerarquía de importancia de los
contenidos percibimos a la izquierda con la misma familia tipográfica pero en
minúscula 2 líneas centradas que informan sobre las fechas y el lugar del evento. El
cuerpo de la letra disminuye notablemente en estas indicaciones aproximadamente a la
1/5 parte de la letra principal generando diferentes niveles de lectura.
La zona central e inferior del cartel está ocupada por una ilustración. Ésta representa el
torso de una figura humana en posición de perfil, que levantando un brazo alcanza el
interruptor de una lámpara que se encuentra arriba de su cabeza. Esta lámpara que
proyecta una luz sobre la figura es realmente un libro abierto que pende de un cable.
La ilustración presenta un lenguaje muy simple y esquemático, todas son formas han
sido reducidas a elementos geométricos básicos, líneas rectas y curvas elementales. El
nivel de iconicidad se acerca a una representación “naïf” e ingenua del cuerpo humano.
La representación simbólica del cuerpo humano fuerza a que el ojo y la gafa ovalada
que lo enmarca se dispongan de forma frontal a diferencia del conjunto de la cara que se
representa de perfil. Este convencionalismo en la representación lo encontramos en
culturas arcaicas como la egipcia. La mano es cambio asume otro tipo esquema
representativo más próximo a la formas modernistas no sin renunciar a cierta coherencia
estilística del conjunto. Si bien el personaje mira al espectador, el recorrido visual nos
hace elevar la mirada hasta el libro-lámpara.
La autora atribuye una función de otro objeto diferente al libro. Este cambio es un
elemento desconcertante y a su vez atractivo para el espectador. Realmente la autora
está jugando con el sentido metafórico la luz. La doble semántica de la luz, que por un
lado se presenta como elemento de iluminación física que permite la percepción visual
de lo que se encuentra en nuestro entorno. Y por otro lado, la luz con el sentido de
conocimiento, de saber y de descubrimiento intelectual por parte del ser humano. Lo
que claramente quiere indicar con esta figura retórica es que la lectura es una manera de
alcanzar ese conocimiento, de “alumbrar” al ser humano extrayéndolo de la ignorancia.
La clave del cartel reside en este juego retórico.
Es juego conceptual está apoyado por recursos formales:
La simplicidad de las formas, no deja lugar para la distracción y concentra al espectador
en el concepto.
También simple es el cromatismo, el cual ciñe a tres gamas de colores: anaranjados,
azules y blanco. Los colores están tratados mediante tintas planas, tan sólo un ligero
degradado en el haz de luz que emite el foco, permite restarle corporeidad a un elemento
que no es sólido.
Sobre el fondo plano anaranjado resaltan las letras blancas del texto principal, las hojas
del libro abierto, la mano, y el perfil del rostro, realizando así un recorrido visual que la
autora ha deliberadamente trazado para captar en poco tiempo la esencia de la
información. La alternancia cromática y tonal entre las zonas iluminadas y en penumbra
permite generar un ritmo visual a la hora del escudriñamiento del cartel enriqueciendo
así, nuestra percepción. Apoyando esa idea de ritmo para romper con la monotonía, la
temperatura del color dominantemente alta, genera contraste con ciertas zonas de
colores fríos estratégicamente colocados para compensar la composición. A saber,
cubierta del libro, gafa, atuendo del personaje. Podríamos señalar el posible aspecto
simbólico del cromatismo utilizado que remite a los colores de la bandera de Valencia,
ciudad donde precisamente tiene lugar el evento.
La simetría axial del cartel se ve ligeramente trastocada por el brazo y la parte del
cuerpo humano que sobresale del haz de luz así como el texto pequeño con los datos del
evento. Estas pequeñas “irregularidades” permiten enriquecer la percepción del cartel y
dando sutileza y matizando una composición excesivamente rígida.
Finalmente, superpuestos a la ilustración, encontramos en la parte inferior y de forma
centrada una línea con los 6 logotipos de las entidades que colaboran, promocionan y
hacen posible la realización del evento.

Formalmente impecable, este cartel presenta una información jerarquizada y simple que
proporciona al espectador lo necesario para poder acudir a la feria del libro. En el juego
conceptual de la lámpara-libro reside el germen de la idea de este cartel, que por su
desconcierto inicial invita a mirarlo y a reflexionar sobre él.

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