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Este documento del Concilio Vaticano II describe el papel de la Virgen María en la historia de la salvación y su relación con la Iglesia. Resume que María cooperó con su obediencia, fe y amor en la encarnación de Cristo y en la restauración de la vida sobrenatural de los fieles. Por esto, es modelo de la Iglesia y madre de los creyentes. El culto a María en la Iglesia ha crecido a través de la veneración, invocación e imitación de sus virtudes como la fe, esperanza y caridad.
Este documento del Concilio Vaticano II describe el papel de la Virgen María en la historia de la salvación y su relación con la Iglesia. Resume que María cooperó con su obediencia, fe y amor en la encarnación de Cristo y en la restauración de la vida sobrenatural de los fieles. Por esto, es modelo de la Iglesia y madre de los creyentes. El culto a María en la Iglesia ha crecido a través de la veneración, invocación e imitación de sus virtudes como la fe, esperanza y caridad.
Este documento del Concilio Vaticano II describe el papel de la Virgen María en la historia de la salvación y su relación con la Iglesia. Resume que María cooperó con su obediencia, fe y amor en la encarnación de Cristo y en la restauración de la vida sobrenatural de los fieles. Por esto, es modelo de la Iglesia y madre de los creyentes. El culto a María en la Iglesia ha crecido a través de la veneración, invocación e imitación de sus virtudes como la fe, esperanza y caridad.
EN EL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA I. INTRODUCCIN 52. La Santsima Virgen Mara en el misterio de Cristo: Dios, envi a su Hijo hecho de mujer... para que recibisemos la adopcin de hijos". "El cual por nosotros, los hombres, y por nuestra salvacin, se encarn por obra del Espritu Santo de Mara Virgen". 53. La Santsima Virgen y la Iglesia: La Virgen Mara, es verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza. 54. Intencin del Concilio: Aclarar cuidadosamente tanto la misin de la Bienaventurada Virgen Mara en el misterio del Verbo Encarnado y del Cuerpo Mstico, como los deberes de los hombres redimidos hacia la Madre de Dios.
II. OFICIO DE LA SANTSIMA VIRGEN EN LA ECONOMA DE LA SALVACIN 55. La Madre del Mesas en el Antiguo Testamento: La Sagrada Escritura del Antiguo y del Nuevo Testamento y la venerable Tradicin, muestran en forma cada vez ms clara el oficio de la Madre del Salvador en la economa de la salvacin. Los libros del Antiguo Testamento iluminan la figura de la mujer Madre del Redentor. Con ella, excelsa Hija de Sin, se cumple la plenitud de los tiempos y se inaugura la nueva economa, cuando el Hijo de Dios asumi de ella la naturaleza humana. 56. Mara en la Anunciacin: El Padre de las Misericordias quiso que precediera a la Encarnacin la aceptacin de parte de la Madre predestinada, para que as como la mujer contribuy a la muerte, as tambin contribuir a la vida. La Virgen Nazarena es saludada por el ngel por mandato de Dios como "llena de gracia", y ella responde al enviado celestial: "He aqu la esclava del Seor, hgase en m segn tu palabra". As Mara, hija de Adn, aceptando la palabra divina, fue hecha Madre de Jess. 57. La Santsima Virgen y el Nio Jess: La unin de la Madre con el Hijo en la obra de la salvacin se manifiesta desde el momento de la concepcin virginal de Cristo hasta su muerte; Mara, contempla el misterio de Cristo, y guarda todo en su corazn. 58. La Santsima Virgen en el ministerio pblico de Jess: En la vida pblica de Jess, su Madre aparece significativamente: en las nupcias de Can de Galilea, en el decurso de su predicacin recibi las palabras con las que el Hijo proclam bienaventurados a los que oan y observaban la palabra de Dios como ella lo haca fielmente; Mara, avanz en la peregrinacin de la fe y mantuvo fielmente la unin con su Hijo hasta la Cruz; por fin, fue dada como Madre al discpulo por el mismo Cristo Jess, moribundo en la Cruz con estas palabras: "Mujer, he ah a tu hijo!". 59. La Santsima Virgen despus de la Ascensin de Jess: la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el curso de la vida terrena, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial y enaltecida por el Seor como Reina del Universo, para que se asemejar ms plenamente a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte.
III. LA SANTSIMA VIRGEN Y LA IGLESIA 60. Mara, esclava del Seor, en la obra de la redencin y de la santificacin: Todo el influjo salvfico de la Santsima Virgen en favor de los hombres no es exigido por ninguna ley, sino que nace del Divino beneplcito y de la superabundancia de los mritos de Cristo, se apoya en su mediacin, de ella depende totalmente y de la misma saca toda su virtud; y lejos de impedirla, fomenta la unin inmediata de los creyentes con Cristo. 61. Maternidad espiritual de Mara: La Santsima Virgen, Concibiendo a Cristo, cooper en forma del todo singular, por la obediencia, la fe, la esperanza y la encendida caridad en la restauracin de la vida sobrenatural de las almas. por tal motivo es nuestra Madre en el orden de la gracia. 62. Mara, Mediadora: Una vez recibida en los cielos, no dej su oficio salvador, sino que contina alcanzndonos por su mltiple intercesin los dones de la eterna salvacin. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. 63. Mara, como Virgen y Madre, tipo de la Iglesia: La Virgen Santsima, por el don y la prerrogativa de la maternidad divina, con la que est unida al Hijo Redentor, y por sus singulares gracias y dones, est unida tambin ntimamente a la Iglesia. la Madre de Dios es tipo de la Iglesia, orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unin con Cristo. 64. Fecundidad de la Virgen y de la Iglesia: La Iglesia, contemplando su arcana santidad e imitando su caridad, y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, tambin ella es hecha Madre por la palabra de Dios fielmente recibida: Y tambin ella es virgen que custodia pura e ntegramente la fe prometida al Esposo, e imitando a la Madre de su Seor, por la virtud del Espritu Santo conserva virginalmente la fe ntegra, la slida esperanza, la sincera caridad. 65. Virtudes de Mara que debe imitar la Iglesia: La Iglesia, a su vez, buscando la gloria de Cristo, se hace ms semejante a su excelso tipo, progresando continuamente en la fe, la esperanza y la caridad, buscando y bendiciendo en todas las cosas la divina voluntad. La Iglesia mira hacia aquella que engendr a Cristo, concebido por el Espritu Santo y nacido de la Virgen, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca tambin en los corazones de los fieles, y posea en la evangelizacin estas entraas de madre en favor de los hombres.
IV. CULTO DE LA SANTSIMA VIRGEN EN LA IGLESIA 66. Naturaleza y fundamento del culto: El culto del Pueblo de Dios hacia Mara creci admirablemente en la veneracin y en el amor, en la invocacin e imitacin, segn palabras profticas de ella misma: "Me llamarn bienaventurada todas las generaciones, porque hizo en m cosas grandes el que es poderoso. 67. Espritu de la predicacin y del culto: El Sacrosanto Snodo ensea en particular y exhorta al mismo tiempo a todos los hijos de la Iglesia a que cultiven generosamente el culto, sobre todo litrgico, hacia la Santsima Virgen, como tambin estimen mucho las prcticas y ejercicios de piedad hacia ella.
V. MARA, SIGNO DE ESPERANZA CIERTA Y CONSUELO PARA EL PUEBLO DE DIOS PEREGRINANTE 68. Mara, signo del pueblo de Dios: Entre tanto, la Madre de Jess, de la misma manera que ya glorificada en los cielos en cuerpo y alma es la imagen y principio de la Iglesia que ha de ser consumada en el futuro siglo, as en esta tierra, hasta que llegue el da del Seor, antecede con su luz al Pueblo de Dios peregrinante como signo de esperanza y de consuelo. 69. Mara interceda por la unin de los cristianos: Ofrezcan todos los fieles splicas insistentes a la Madre de Dios y Madre de los hombres, para que ella, que asisti con sus oraciones a la naciente Iglesia, ahora tambin, interceda ante su Hijo para que las familias de todos los pueblos, sean felizmente congregados con paz y concordia en un solo Pueblo de Dios, para gloria de la Santsima e indivisible Trinidad.