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INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN COMUNITARIA

Urrego, Ana Jacqueline

RESUMEN

El presente ensayo es producto de la reflexión en torno al desempeño de los alumnos


en actividades de intervención comunitaria, pues se percibe como el estudiante trata
de involucrarse con la comunidad para identificar una problemática específica;
valiéndose para esto de la observación participante. Sin embargo, se realiza el
diagnóstico de necesidades basado en la perspectiva del alumno, sin que exista para
ello un intercambio de información y alternativas de soluciones que vengan de los
propios afectados. Así, se hace necesaria la dimensión social de la aplicación de
proyectos a través del intercambio de saberes de la comunidad en general, hecho que
persigue generar estrategias que surjan del propio medio educativo en el marco de la
corresponsabilidad y cooperación, creando espacios de discusión y acción con una
visión de equipo. En este sentido, recae en las instituciones educativas la orientación
de profesionales sensibilizados para solucionar problemáticas del entorno, vinculando
la acción docente y la realidad social.

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INVESTIGACIÓN E INTERVENCIÓN COMUNITARIA

En la formación del futuro docente, y en general de cualquier recurso


humano, es necesaria una interrelación de los conocimientos teóricos construidos en
las aulas de clase y la puesta en práctica de los mismos en la realidad social. En tal
sentido, se hace preciso la reflexión en torno al desempeño de los alumnos en su
intervención comunitaria, pues éstos en su mayoría generalmente se insertan en el
contexto seleccionado y realizan el diagnóstico de necesidades tomando en cuenta los
problemas que desde su óptica consideran como prioritarios; sin que exista para ello
un intercambio de información que venga de los mismos involucrados, dando como
resultado una intervención que solventa la necesidad del alumno en cumplir un
requisito de la asignatura, pero no el de realizar una verdadera labor comunitaria
donde se involucre a las personas del contexto con la actividad realizada.
En efecto, la educación se concibe como un proceso integrado al desarrollo
económico y social de los pueblos, donde la escuela se erige como espacio que
propicia la participación de la familia y la comunidad en el proceso del desarrollo
integral de todos los sectores vinculados a la misma. En consecuencia, se requieren
acciones para una sociedad en constante transformación, con un rol protagónico en la
toma de decisiones sobre su destino histórico. (Ministerio de Educación y Deportes,
2005)
Así mismo, este Ministerio establece que la verdadera razón de ser de la
escuela está en la acción pedagógica desde un enfoque humanista social, donde se
creen las condiciones y situaciones que van a permitir el desarrollo integral de la
comunidad educativa y con la comunidad en general. Desde esta perspectiva, el
componente de Formación Pedagógica en concordancia con lo dispuesto en la
Resolución N° 1 del Ministerio de Educación (1996) y con los actuales cambios en el
ámbito educativo, debe proporcionar las bases teóricas y científicas para formar al
alumno desde una visión holística, pues éste requerirá habilidades que le permitan
afrontar problemas de la vida social y profesional.

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Por consiguiente, recae en el docente la orientación de profesionales
sensibilizados para solucionar problemáticas del entorno social, en las cuales ejercerá
funciones educativas. Es por ello que según Morles, Medina y Álvarez (2003) las
instituciones educativas deben tener una proyección hacia la sociedad,
específicamente, en el caso de las instituciones de educación superior en Venezuela,
se realiza dicha proyección a través de las coordinaciones de extensión; desde donde
se favorece la cooperación y el intercambio con organismos académicos y entes
gubernamentales o privados.
A juicio de McKernan (2001), “Se requiere de un profesionalismo y una
actitud nuevos que imbuirán a los profesores de una mentalidad de investigación”
(p.56). Es decir, el docente debe cambiar su actividad pasiva en el aula por una
actividad indagatoria, en la que además de reflexionar en cuanto a su práctica
pedagógica, se actualiza y está al tanto de los cambios ocurridos en la sociedad.
En otras palabras, la labor docente tiene que propiciar la construcción del
conocimiento a partir de estrategias didácticas que lleven al aprendiz a generar sus
propios significados, producto de la experiencia cotidiana y del conocimiento
comunitario.
Según Lanz (1994), es necesario utilizar estrategias metodológicas que
permitan la activación de contenido académico, para lograr en la práctica
aprendizajes cónsonos con las necesidades sociales. No obstante, la preparación de
los futuros profesores, en la actualidad, se ve afectada, ya que los egresados, en su
mayoría, no se constituyen en agentes de cambio para la solución de los problemas
que afectan al campo educativo y social.
En consecuencia, los estudiantes de las instituciones universitarias tienen que
prepararse para cumplir con la función social, mediante la integración institución-
comunidad, hecho que se evidencia en la reforma curricular del sistema educativo
venezolano en busca de la estructuración de un currículo adecuado con el contexto y
las demandas políticas, económicas y culturales del país. Pues en la recién
promulgada Ley del Servicio Comunitario se establece en el capítulo II, artículo 4
que: “los estudiantes de educación superior tienen que desarrollar actividades en las

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comunidades de manera que apliquen los conocimientos científicos, técnicos,
culturales, deportivos y humanísticos adquiridos durante su formación académica en
beneficio de la comunidad, para cooperar con su participación al cumplimiento de los
fines del bienestar social”.
En lo antes expuesto se evidencia una de las funciones que debe cumplir la
educación superior como es la extensión, y, en referencia a ello, Polo (2006) expone
que: “… el servicio comunitario se recrea en el conocimiento como un
sentido/significado relacional entre el estudiante y su entorno sociocultural y físico a
la vez, lo que lleva a entender esta acción curricular (servicio comunitario) como una
construcción integradora docencia-investigación-extensión”(s/p)
En esa intervención comunitaria se pueden aplicar diversos enfoques de
investigación, pero por la naturaleza y características del contexto social resulta
adecuada la utilización de la metodología cualitativa. Metodología que tiene como
centro de estudio al hombre y su comportamiento actitudinal ante la vida cotidiana.
Además, en ésta se enfatiza que las personas son sujetos de la acción, quienes pueden
cambiar su realidad.
Desde tal perspectiva Lanz (1998), expresa que el proceso pedagógico se
enmarca en el paradigma cualitativo, por medio del uso de estrategias didácticas
flexibles sustentadas en la interacción social: por lo cual se requiere de nuevas
maneras de planificar y evaluar. Esto quiere decir que las instituciones educativas,
como parte de la comunidad, deben integrarse a su acervo cultural y debe estar
reflejado, según lo estipulado en la planificación por proyectos., a través del
diagnóstico de necesidades e intereses de los participantes y de su entorno.
Así, la dimensión social de la aplicación de proyectos se logra a través del
intercambio de saberes de la comunidad en general, con lo que se persigue generar
estrategias que surjan del propio medio educativo en el marco de la
corresponsabilidad y cooperación, creando espacios de discusión con una visión de
equipo.
Por tanto, en la intervención social el estudiante debe identificar una
problemática real que requiera cambios y el compromiso de las personas afectadas

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para la búsqueda de solución a la misma. En tal sentido, éste tiene que integrarse en
las comunidades, describir su vida cotidiana y desde allí, palpar necesidades factibles
para su transformación. Pues de otra manera, tal como lo afirma McKenan (ob.cit) si
a los alumnos no se les proporciona la oportunidad de aprender a indagar y a pensar
críticamente, es probable que en su desempeño profesional no sean generadores de
cambios para el bien común.
En la actualidad, la sociedad tiene que participar en todas aquellas áreas garantes para
una mejor calidad de vida, sin esperar que la solución a sus problemas le venga de
afuera. Por el contrario, se hace necesaria la participación conjunta de diversos
sectores en la búsqueda del progreso comunitario.
Ahora bien, en los cambios que se viven dentro de la sociedad venezolana, la
acción educativa juega un papel protagónico como elemento para formar valores,
entre los que se encuentran la sensibilidad social y la cooperación. Por eso, las
instituciones educativas deben incluir en su planificación el entorno de la misma,
capaz de integrar lo educativo y social, dando la posibilidad de solucionar problemas
tanto de la praxis pedagógica como del entorno.
Así, puede encontrarse en la investigación social la herramienta básica para
interactuar en el aula y el entorno inmediato a ésta, con el propósito de orientar la
formación holística del individuo. Especialmente en la formación de docentes,
quienes se encuentran vinculados con educandos, representantes y demás miembros
de la comunidad. De allí, la reflexión en cuanto a la preparación de los profesionales,
cuya actuación ha de estar en consonancia con la máxima aspiración de formar
hombres integrales, con una concepción social humanista y una actitud responsable y
comprometida con los demás y con su patria.

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REFERENCIAS

Lanz, C. (1994). El poder en la escuela. Barquisimeto: Ayoturas.

(1998). Reforma Curricular y Autoformación del Docente Investigador.


Barquisimeto: Red Nacional de Investigación-acción Simón Rodríguez

Ley de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior. (Nº.


3827),(2005, Septiembre 14). [Documento en línea]. Disponible en: http://
www.ujap.edu.ve/Universitas/html/Serv_Comunitario/serv_comunitario3.htm.
[Consulta:2006, Octubre 12]

McKernan, J. (2001). Investigación-acción y currículum. Métodos y recursos para


profesionales reflexivos. Madrid: Ediciones Morata.

Ministerio de Educación y Deportes.(2005). El Proyecto educativo Integral


Comunitario. [Documento en línea]. Disponible en:
http://www.me.gov.ve/modules.php. [Consulta:2006, Septiembre 18]

Morles, V., Medina, E. y Álvarez, N. (2003). La Educación Superior en Venezuela.


Caracas. Editorial Volumen, S.R.L

Polo, M. (2006). Ley de servicio comunitario del estudiante de educación superior-


Reflexiones desde el currículo. Extraído de Boletín Vicerrectorado UCV
(31/01/2006) Venezuela. [Documento en línea]. Disponible en:
http://www.educredito.org.ve/detalle_noticia.asp?ID=23.[Consulta:2006, Octubre
11]

Resolución N° 1 del Ministerio de Educación (Comisión Nacional de formación


Docente.) (1996, Enero 15)

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