con lupa Roberto Ramos
comentarios
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pregunta Un conduc-
tor emplea,
después de
trabajar, su
vehículo
para regre-
sar a casa. Lleva un male-
tín, de unos 5 kilogramos
de masa, un libro, de unos
2 kilogramos y realiza el
trayecto hacia su domicilio
por vías urbanas, es decir,
alrededor de 50 kilómetros
por hora.
Al llegar a su casa aprove-
cha, antes de sacar el libro y el maletín,
para subir a bordo a su mascota, un perro
de unos 10 kilogramos de masa, para lle-
varlo a pasear a un parque cercano…
Todo podría parecer muy natural y normal,
pero esconde una conducta de riesgo muy
elevada. Los objetos que vayan sueltos en
el vehículo, en caso de accidente, conti-
nuarán con su estado de movimiento, mer-
ced a lo postulado por Newton (ley de iner-
cia), es decir, continuarán a la misma velo-
cidad que llevaban en el preciso instante
del accidente y continuarán con las trayec-
torias que dictamine su vector de posición.
En otras palabras, la energía cinética que
cada uno de estos objetos adquiere al
moverse, Ec = _ m v2, no desaparece de
golpe, sino que los distintos objetos que el
vehículo lleve sueltos en su interior conti-
nuarán moviéndose y disipando dicha
energía golpeando en el interior del vehícu-
lo.
Quizá pudiéramos pensar, erróneamente,
que un objeto de 2 kg, o uno de 10 kg,
poseen poca masa para poder provocar
daños en caso de accidente.
A velocidades aproximadas de 50-55 km/h,
que es la empleada en los crash test, estos
objetos golpearán a los ocupantes del vehí-
culo como si tuvieran una masa de más de
100 kg (en el caso del libro de 2 kg), de
más de 280 (en el caso del maletín de 5
kg) y de más de 560 kg (en el caso de la
mascota). Masa suficiente para producir
daños considerables y quizá algo más.
Esta conducta de riesgo tiene muy fácil
corrección, el conductor no tiene más que
meter los objetos sueltos (incluido el teléfo-
no móvil) en el interior de la guantera, en el
maletero, o en cualquier cofre o cajón de
los situados en el interior del vehículo.
Para objetos más grandes, no es ninguna
estupidez utilizar el cinturón de seguridad,
por ejemplo, para transportar una caja, una
bicicleta, una maleta, etc., aunque en estos
casos, si podemos utilizar el maletero pues
mucho mejor.
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pregunta Curiosamente los conduc-
tores, generalizando, no
aplican lo recogido en el
artículo 54 del
Reglamento
General de
Circulación a la hora de pre-
parar un adelantamiento. Se
sitúan muy cerca del vehículo
al que pretenden adelantar
con la idea equivocada de
que desde esa posición es
todo más seguro, correcto,
perfecto, etc.
Situarse muy cerca del vehí-
culo a adelantar, además de
no permitir demasiada visibili-
dad para iniciar la citada
maniobra (salvo que saque-
mos medio vehículo al sentido
contrario, con el correspon-
diente sobresalto del que circula en este
sobre
algunas
de las
preguntas
del test
sentido contrario), tampoco permite adquirir
algo de velocidad antes de invadir el senti-
do contrario, es decir, el vehículo que ade-
lanta, aunque posea más de 200 cv, sale a
la misma velocidad que el vehículo que
sitúa delante de él ya que no ha tenido
espacio para “coger carrerilla” antes de
realizar el desplazamiento lateral.
Además, está la mencionada peligrosidad
de que, en caso de frenado brusco del
vehículo adelantado, el vehículo que está
situado inmediatamente detrás colisionaría
inevitablemente con él ya que, probable-
mente, esté dentro de espacio de reacción.
Adquirir algo de velocidad antes de iniciar
el adelantamiento permite reducir, conside-
rablemente, el espacio y el tiempo que está
en el sentido contrario. Para ello, y con un
poco de entrenamiento y voluntad por parte
del conductor que adelanta, es muy útil
observar la señalización de la vía, para
anticipar cuándo comenzar a acelerar el
vehículo, en el momento de ver las señales
R-500 o R-502 que nos indicarán que a
partir de su vertical existirá, en mayor o
menor longitud, un tramo para adelantar.
Esperar a pasar estas señales y después
tomar la decisión de acelerar y ganar velo-
cidad emplea unos segundos valiosos que
se traducen en muchos metros desperdi-
ciados de un tramo, quizá idóneo, para
adelantar.
(continúa en la pág. 38)
1
con lupa
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pregunta No utilizar correctamente el
cinturón de seguridad pro-
voca que este dispositivo
de seguridad pasiva no
funcione de manera ade-
cuada y que, incluso, pueda provocar gra-
ves daños y lesiones a los ocupantes que
lo estén utilizando incorrectamente.
En otra de nuestras lupas, en revistas
anteriores, comentamos cómo había que
colocarse el cinturón de seguridad pero
nos centramos solamente en su banda
abdominal. Recordando un poco lo publica-
do, mencionamos que la pelvis, más con-
cretamente las espinas ilíacas (huesos de
la cadera), es la única parte de nuestro
cuerpo que puede soportar la fuerza con la
que el cuerpo empujará hacia delante en
Si desea que nuestra redacción comente alguna pregunta en concreto, aparecida en examen, envíenosla al e-mail testcnae@cnae.com o al
fax 91- 715 00 19. (Y recuerde que la solución de este test la encontrará en la plantilla de correcciones que publicamos en noviembre y que
puede consultar en www.cnae.com. Es la misma solución que la del test número 6.)
los errores más comunes del conductor
¿Es correcto conducir muy pegado al volante?
La posición del conductor al volante
debe permitirle llegar a todos los man-
dos del vehículo, accionar los pedales,
girar el volante con comodidad, etc.
Tener una colocación del asiento que haga
que debamos estirar mucho las piernas, o
los brazos, que tengamos que separarnos
del volante para poderlo girar de lado a
lado completamente, que no lleguemos a
poder accionar alguno de los mandos, que
no podamos regular los espejos adecuada-
mente por nuestra posición en el asiento
del conductor, etc., son signos de que no
estamos a una distancia correcta en nues-
tra posición de conductor.
Existen algunas reglas informales para
describir si estamos bien o mal sentados
para conducir, que utilizan muchos textos
de ayuda a la enseñanza de la conducción.
Nos referimos a expresiones como “estare-
caso de accidente. Por este motivo, indicá-
bamos que no era correcto, ni mucho
menos seguro, que la cinta abdominal
pasase por el abdomen, ya que produciría
aplastamiento del organismo y de los órga-
nos internos.
Asimismo, la banda torácica del cinturón
debe cumplir una ubicación correcta para
que pueda realizar su función sin proble-
mas para los ocupantes. De no ser así,
podría salirse de su ubicación por el
hombro (si está demasiado cerca de
éste) y no retendría al ocupante; también
podría producir laceraciones y cortes en
el cuello (si está muy cerca de éste)
pudiendo dañar la arteria carótida.
Para su correcta colocación, la banda
torácica deberá pasar sobre la clavícula,
mos a una distancia correcta del volante
cuando, estirando por completo los brazos,
podamos apoyar las muñecas en la parte
más alta del volante”.
Con independencia de estas expresiones,
debemos pensar que el conductor estará a
una distancia correcta cuando, como indi-
cábamos al comienzo, pueda accionar con
comodidad todos y cada uno de los man-
dos que para él están diseñados y que no
corresponda a colocaciones al volante
extremas, es decir, o muy pegado (que no
podamos girar con comodidad el volante) o
muy alejados (que no nos permita llegar a
la parte alta del volante, o bien, a los peda-
les).
Además de lo incómodo, es fácil entender
que el manejo de los mandos del vehículo
y, por tanto de su trayectoria, no será el
adecuado para una conducción segura ni
anticipada.
a medio camino entre el hombro y el cue-
llo, y debe descender por el centro del
pecho, evitando situarse sobre un pecho
en las mujeres ya que podría producir
lesiones y hematomas de distinta conside-
ración, siendo muy peligroso y doloroso.
Roberto Ramos
Existe también el riesgo, al estar demasia-
do cerca del volante, de que el airbag
pueda golpear al conductor produciéndole
daños importantes. No debemos olvidar
que el airbag sale a una velocidad de,
aproximadamente, 80 metros por segundo
(depende del fabricante), velocidad que
puede romper los huesos faciales, los glo-
bos oculares, transmitir una aceleración al
cerebro que golpearía en el interior del crá-
neo, etc.
Como corolario final, no debemos olvidar la
correcta colocación del asiento para evitar
el denominado efecto submarino que tam-
bién comentamos en revistas anteriores.
La distancia apropiada y el correcto reglaje
de la banqueta y del respaldo del asiento
son dos pilares básicos para una conduc-
ción más cómoda y, lo que es más impor-
tante, más segura desde el punto de vista
de seguridad activa y pasiva.