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Los cannabinoides y el sistema endocannabinoide

Franjo Grotenhermen
nova-Institut, Goldenbergstraße 2, D-50354 Hürth, Germany
Resumen
El cuerpo humano posee sitios específicos de acople para los cannabinoides en la
superficie de muchos tipos de células y nuestro organismo produce varios
endocannabinoides, derivados de ácidos grasos, que se acoplan a estos receptores
cannabinoides (CB) activándolos. Juntos, receptores CB y endocannabinoides,
constituyen el sistema endocannabinoide. Algunos fitocannabinoides (cannabinoides
de la planta de cannabis) y muchos cannabinoides sintéticos dan lugar, en el
laboratorio, a efectos similares al de los endocannabinoides. El Δ9-THC (o dronabinol),
el cannabinoide farmacologicamente más activo de la planta de cannabis, se acopla a
ambos tipos de receptores cannabinoide identificados hasta la fecha, el CB1 y el CB2,
los cuales se han localizado en el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal)
así como en muchos tejidos y órganos periféricos. Dependiendo del tipo de célula, la
dosis y la situación del cuerpo, la activación de los receptores CB da lugar a múltiples
efectos entre los que se encuentra euforia, ansiedad, sequedad de boca, relajación
muscular, hambre y reducción del dolor. Además de la activación de los receptores
CB, se investiga otras formas de manipulación del sistema cannabinoide con fines
terapéuticos, como es el bloqueo de los receptores CB (o antagonismo) y la
modulación de la concentración de endocannabinoides mediante la inhibición de su
degradación. Actualmente se están utilizando con fines médicos varios preparados
que estimulan los receptores cannabinoides (el dronabinol, la nabilona
y el cannabis) y un compuesto que bloquea el receptor CB1 (el rimonabant).
Palabras claves. Cannabis, THC, cannabinoide, receptor cannabinoide,
endocannabinoide, uso terapéutico.
Este artículo puede ser descargado, imprimido y distribuido de forma gratuita con fines
no lucrativos, siempre que el trabajo original
sea correctamente citado (ver información sobre copyright más abajo). Disponible on-
line en www.cannabis-med.org
Dirección del autor: Franjo Grotenhermen, franjo.grotenhermen@nova-institut.de
Introducción
Se cree que el Δ9-tetrahidrocannabinol (THC) es el cannabinoide farmacologicamente
más activo de la planta de cannabis, tanto en su forma herbal (marihuana o cannabis
en bruto) como en el hashish (resina de cannabis). La mayoría de los efectos del THC
están mediados por sus acciones como agonista sobre los receptores cannabinoides
del cuerpo, tanto en humanos como en animales. La acción agonista significa que los
receptores se activan, en contraste con la antagonista que es cuando se produce el
bloqueo de los efectos de los mismos. Los receptores junto con los
endocannabinoides, sustancias sintetizadas por el propio cuerpo y que se acoplan a
los primeros, constituyen el sistema endocannabinoide. Es de gran importancia para la
función normal del cuerpo y tiene millones de años de antigüedad, habiéndose
identificado en mamíferos, pájaros, anfibios, peces, erizos de mar, moluscos y
sanguijuelas. El mecanismo de acción del THC y otros cannabinoides que se acoplan
a los receptores cannabinoides conocidos ha sido bien investigado, mientras que el
modo de actuación de otros cannabinoides con interés terapéutico, entre ellos el
cannabidiol (CBD), está menos establecido. Las referencias [2,4,5,7,9] son extensas
revisiones sobre el tema utilizadas en la elaboración de éste corto artículo. Hay más
información actualizada disponible en los Boletines de la IACM [8].
Los cannabinoides
Los cannabinoides fueron considerados al principio
como uno más de los típicos compuestos del tipo C21
presentes en el Cannabis sativa L.. La definición actual
Figura 1. Estructura química
del THC (dronabinol), principal
cannabinoide de la planta de
cannabis, según el sistema
monoterpenoide (Δ1-THC) y el
dibenzopirano (Δ9-THC).
empleada pone más énfasis en su estructura química y
en la farmacología, y engloba otros compuestos con
formas parecidas y cualquiera que actúe sobre los
receptores cannabinoides. Esto ha dado lugar a varias
subcategorías químicas, según sus distintas estructuras,
de compuestos naturales y sintéticos.
Se ha propuesto utilizar el término fitocannabinoide
para los componentes naturales de la planta y endocannabinoide
para los sintetizados en el interior de los
animales, que serían los ligandos endógenos de los
receptores cannabinoides. Los agonistas sintéticos de
estos receptores se han clasificado según su grado de
parentesco (p.e. “clásico” vs. “no-clásico”) con los
fitocannabinoides.
Los cannabinoides naturales de la planta contienen
hidrocarburos aromáticos oxigenados. A diferencia de
la mayoría de las demás drogas, incluyendo narcóticos,
cocaína, nicotina y cafeína, no contienen nitrógeno y
por lo tanto no son alcaloides. Al principio se creía que
los fitocannabinoides sólo estaban presentes en la
planta de cannabis (Cannabis sativa L.), pero también
se ha encontrado recientemente cierto tipo de cannabinoides
bibencilos en la hierba hepática (Radula perrottetii
y Radula marginata).
Se han identificado más de 60 cannabinoides en el
cannabis, la mayoría pertenecen a una de las 10 subclases
o tipos principales [3], de los cuales los más abundantes
son los de los tipos cannabigerol (CBG), cannabicromeno
(CBC), cannabidiol (CBD), Δ9-THC y cannabinol
(CBN). La presencia de cannabinoides varía
según la variedad del cannabis y por lo general se
encuentran en una planta solamente tres o cuatro cannabinoides
en concentraciones superiores al 0’1%. El
Δ9-THC es el mayor responsable de los efectos farmacológicos
del cannabis, incluyendo sus consecuencias
psicoactivas, aunque otros compuestos de la planta
también contribuyen a estos resultados, especialmente
el CBD, un fitocannabinoide no-psicoactivo común en
algunas variedades de cannabis y que tiene propiedades
antiinflamatorias, analgésicas, ansiolíticas y antipsicóticas.
El 11-OH-Δ9-tetrahydrocannabinol (11-OH-THC) es el
metabolito psicotrópico más importante del Δ9-THC
con similar espectro de acción y perfil cinético que su
molécula madre. El 11 nor-9-carboxi-THC (THCCOOH)
es el metabolito no-psicotrópico más importante
del Δ9-THC.
Los receptores cannabinoides
Hasta la fecha se han identificado dos tipos de receptores
cannabinoides, los CB1 y los CB2. Se diferencian en
el modo de transmitir la señal y en su distribución en
los diferentes tejidos. La activación de los receptores
cannabinoides da lugar a una inhibición de la adenil
ciclasa, lo que impide la conversión del ATP a AMP
cíclico (AMPc). También se han observado otros,
como por ejemplo la interacción con ciertos canales de
iones.
Ambos, CB1 y CB2, pertenecen a la extensa familia de
receptores acoplados a una proteína G (G-proteincoupled
receptors, GPCR). Son los mas comunes,
existiendo de 1.000 a 2.000 en los vertebrados. Los
receptores cannabinoides CB1 son los GPCR más
abundantes y extensamente distribuidos del cerebro.
La activación de los receptores CB1 da lugar a los
típicos efectos sobre la circulación y la psique conocidos
tras el consumo de cannabis, mientras que la de los
CB2 no los produce. Los CB1 se encuentran principalmente
en las neuronas del cerebro, la médula espinal y
el sistema nervioso periférico, aunque también están
presentes en ciertos órganos y tejidos periféricos, como
glándulas endocrinas, glándulas salivales, leucocitos,
bazo, corazón y en determinadas zonas de los aparatos
reproductor, urinario y gastrointestinal. Hay muchos
receptores CB1 en las terminaciones de los nervios,
tanto centrales como periféricos, e inhiben la liberación
de otros neurotransmisores. De ésta manera, la activación
de los receptores CB1 protege al sistema nervioso
contra la sobre-activación o la sobre-inhibición provocada
por los neurotransmisores. Los receptores CB1 se
hallan en abundancia en las regiones del cerebro
responsables del movimiento (ganglios basales, cere-
H
O
OH
Figura 2. Cannabidiol
Mini-revisión
12 Cannabinoids � Vol 1, No 1 � 17 de Septiembre de 2006
N
O
H OH
Figura 3. Araquidonil-etanolamida (AEA, anandamida)
O
O
OH
CH 2 OH
Figura 4. 2-Araquidonil-glicerol (2-AG)
belo), del procesamiento de la memoria (hipocampo,
corteza cerebral) y de la modulación del dolor (ciertas
partes de la médula espinal, sustancia gris periacueductal),
mientras que su presencia en el tronco cerebral
es baja, lo que puede explicar la falta de adversidades
agudas relacionadas con el consumo de cannabis. El
tronco cerebral, entre otras funciones, controla la respiración
y la circulación.
Los receptores CB2 se encuentran principalmente en las
células inmunitarias, entre ellas los leucocitos, el bazo
y las amígdalas. Una de las funciones de los receptores
CB en el sistema inmunitario es la modulación de la
liberación de las citoquinas, responsables de la inflamación
y la regulación del sistema inmunológico.
Puesto que los compuestos que activan selectivamente
los receptores CB2 (los agonistas de los receptores
CB2) no causan efectos psicológicos, se está convertido
cada vez más en blanco de la investigación de las aplicaciones
terapéuticas de los cannabinoides, como por
ejemplo como analgésico, antiinflamatorio y antineoplásico.
Aumenta la evidencia de la existencia de más subtipos
de receptores cannabinoides en el cerebro y la periferia.
Uno de estos puede ser el GPR55 [1], GPCR huérfano.
Otros receptores pueden relacionarse sólo funcionalmente
con los conocidos receptores cannabinoide, con
una estructura similar a los CB1 y CB2.
Los endocannabinoides
Tras la identificación de los receptores cannabinoides
se descubrió los ligandos endógenos para los mismos,
conocidos como endocannabinoides. En el cerebro
actúan como neuromoduladores. Todos los endocannabinoides
son derivados de ácidos grasos poli-insaturados,
lo que los diferencia en estructura química de los
fitocannabinoides de la planta de cannabis. Entre los
endocannabinoides identificados hasta ahora se encuentran
la anandamida (N-araquidonil-etanolamida,
AEA), el 2-araquidonil-glicerol (2-AG), el éter del 2-
araquidonil-glicerol (éter de noladín), el O-araquidoniletanolamina
(virodhamina), y la N-araquidonil-dopamina
(NADA). La anandamida y la NADA no sólo se
acoplan a los receptores cannabinoides sino que también
comparten la habilidad de la capsaicina, componente
de los pimientos picantes de Chile, para activar
los receptores vanilloides (TRPV1).
Los primeros dos endocannabinoides descubiertos, la
anandamida y el 2-AG, han sido los más estudiados. A
diferencia de otras señales químicas del cerebro, no se
van sintetizando y almacenando en las células nerviosas
sino que son generadas a partir de sus precursores y
liberadas “a demanda” (solo cuando es necesario). Una
vez ocurrida su liberación, los endocannabinoides son
rápidamente desactivados mediante recaptación celular
y metabolización. El metabolismo de la anandamida y
del 2-AG ocurre principalmente por hidrólisis enzimática
por parte de la amido-hidrolasa de ácidos grasos
(FAAH) y de la monoacilglicerol-lipasa (sólo en el
caso del 2-AG).
Afinidad por los receptores cannabinoides
Los cannabinoides muestran distinto grado de afinidad
por los receptores CB1 y CB2. Se han desarrollado
cannabinoides sintéticos que actúan como agonistas o
antagonistas selectivos a uno u otro receptor. El Δ9-
THC tiene aproximadamente igual afinidad tanto para
el receptor CB1 como para el CB2, mientras que la
anandamida tiene muy poca selectividad para los CB1.
Sin embargo, la eficacia del THC y de la anandamida
es menor en los receptores CB2 que en los CB1.
Actividad tónica del sistema endocannabinoide
Cuando son administrados, los antagonistas por sí
mismo pueden comportarse como agonistas inversos
sobre los receptores cannabinoides en estudios con
tejidos vivos. Esto significa que no sólo bloquean los
efectos de los endocannabinoides sino que producen
los opuestos a los producidos por los agonistas de los
receptor cannabinoides, por ejemplo aumento de la
sensibilidad al dolor y náusea, lo que sugiere que el
sistema cannabinoide está tónicamente activo. Esta
actividad tónica puede ser debida a una liberación
constante de endocannabinoides o a que una parte de
los receptores cannabinoides se encuentran de manera
natural en un estado activado.
La actividad tónica del sistema cannabinoide se ha demostrado
de varias maneras. Se ha evidenciado que los
niveles de endocannabinoides son mayores en las zonas
del cerebro relacionadas con el dolor (sustancia gris
periacueductal). El control tónico de la espasticidad por
parte del sistema endocannabinoide se ha observado en
la encefalomielitis autoinmune experimental crónica
recidivante de los ratones, un modelo animal de la
esclerosis múltiple. Se demostró que se produce un aumento
de receptores cannabinoides en un modelo de
neuralgia crónica provocado por daño neuronal en ratas
y en un modelo de inflamación intestinal en ratones.
Esto puede que haga que aumente la potencia de los
agonistas cannabinoides usados para el tratamiento de
Grotenhermen
Cannabinoids � Vol 1, No 1 � 17 de Septiembre de 2006 13
O
O
OH
Figura 5. Nabilona
O
OH
COOH
Figura 6. CT3 (ácido ajulémico, IP751)
OH
O
O
HOOC O
Figura 7. Cannabinor
N
N
Cl
Cl
Cl
H-N
N
O
Figura 8. Rimonabant (SR 141716A), Aclompia®
dichas situaciones. La actividad tónica también se ha
demostrado con respecto al control del apetito y los
vómitos en los circuitos eméticos del cerebro.
Perspectivas terapéuticas
El mecanismo de acción de los cannabinoides es
complejo, no sólo está implicando su activación e
interacción sobre los receptores cannabinoides sino
también la activación de los vanilloides, el aumento de
la concentración de endocannabinoides, su actividad
antioxidante y su interacción metabólica con otros
compuestos, entre otros. Los antagonistas de los receptor
CB (bloqueadores) ya se usan en medicina para
el tratamiento de la obesidad y bajo investigación para
la adicción a distintas sustancias, entre ellas la nicotina.
En investigación clínica, además de los fitocannabinoides
y de las preparaciones de cannabis, hay interés por
los análogos cannabinoides que no se acoplen, o que lo
hagan débilmente, a los receptores CB1. Así mismo, los
intentos de separar los efectos terapéuticos buscados de
la acción psicoactiva abarcan desde la administración
conjunta de THC y CBD, el diseño de agonistas de los
receptores CB1 que no cruzan la barrera hemato-encefálica,
hasta el desarrollo de compuestos que aumentan
los niveles de endocannabinoides mediante el bloqueo
de su transporte a través de la membrana (los conocidos
como inhibidores del transporte) o de la hidrólisis
(p.e. los inhibidores de la FAAH). Por ejemplo, en
pruebas animales los bloqueadores de la hidrólisis de la
anandamida han demostrado reducir, entre otros, la
ansiedad, el dolor, el crecimiento del cáncer y la colitis.
Los fármacos que aumentan la respuesta de los receptores
CB1 a los endocannabinoides acoplándose a los
conocidos como sitios alostéricos de dichos receptores
parecen ser también más selectivos que los que activan
este receptor directamente [10].
Moduladores del sistema cannabinoide en uso
clínico o bajo investigación
Actualmente están en uso médico dos agonistas de los
receptores cannabinoides (el dronabinol y la nabilona),
un extracto de cannabis (el Sativex®) y un antagonista
de los receptores cannabinoides (el rimonabant).
Además, en los Países Bajos está disponible cannabis
en bruto en las farmacias, producido siguiendo los
estándares farmacéuticos oportunos y supervisado por
la Oficina para el Cannabis Medicinal dependiente del
Ministerio de Sanidad Holandés [4]. En algunos países
la posesión de pequeñas cantidades de cannabis para
uso recreativo o medicinal está permitido o tolerado,
como por ejemplo en los Países Bajos, España, Bélgica
y algunas regiones de Suiza. Once estados de los
EE.UU. (Alaska, California, Colorado, Hawaii, Maine,
Montana, Nevada, Oregon, Rhode Island, Vermont,
Washington) han legalizado el uso médico del cannabis
según sus leyes estatales, mientras que continúa siendo
ilegal bajo las federales. En Canadá es posible solicitar
un certificado de exención para consumir cannabis por
motivos médicos, lo que de otra forma resultaría ilegal,
y el ministerio de sanidad (Health Canada) vende cannabis
en forma vegetal a estos pacientes si no quieren
cultivarlo ellos mismos.
Dronabinol es el nombre genérico internacional del Δ9-
THC, el principal componente psicoactivo del cannabis.
En 1985 la agencia norteamericana encargada de la
Mini-revisión
14 Cannabinoids � Vol 1, No 1 � 17 de Septiembre de 2006
supervisión de los medicamentos y la comida (la Food
and Drug Administration, FDA) aprobó las cápsulas de
Marinol®, que contienen dronabinol sintético (2’5 mg,
5 mg y 10 mg), para las náuseas y vómitos secundarios
a la quimioterapia del cáncer en los pacientes sin
respuesta a los tratamientos antieméticos convencionales.
El Marinol® está fabricado por Unimed Pharmaceuticals,
dependiente de Solvay Pharmaceuticals, y se
encuentra disponible en el mercado norteamericano
desde 1987. En 1992 la FDA aprobó las cápsulas de
Marinol® para el tratamiento de la anorexia asociada a
la pérdida de peso en pacientes con SIDA. También
está disponible bajo prescripción en otros países, incluyendo
Canadá y varios europeos. En Alemania y
Austria el dronabinol, que está fabricado por dos compañías
alemanas (THC Pharm y Delta 9 Pharma),
puede ser adquirido por las farmacias para la elaboración
de cápsulas o soluciones con dicho principio.
En 1985 la FDA también aprobó las cápsulas de Cesamet
® para el tratamiento de las náuseas y los vómitos
asociados a la quimioterapia. El Cesamet®, elaborado
por Eli Lilly and Company, contiene un derivado sintético
del dronabinol conocido como nabilona. Sin
embargo no llegó a comercializarse en los EE.UU. y
Lilly dejó de fabricarlo en 1989. El Cesamet® está
también disponible en el Reino Unido y en varios otros
países europeos elaborado por Cambridge Laboratories.
En 2006 la nabilona (el Cesamet®) consiguió de
nuevo su aprobación por la FDA para poder ser recetado
para el tratamiento de las náuseas y vómitos asociados
a la quimioterapia. Lo fabrica Valeant Pharmaceuticals
International, que compró el fármaco a Eli
Lilly en 2004, y también lo distribuye en Canadá. En
2005 el Sativex® recibido la aprobación en Canadá
para el tratamiento sintomático del dolor neurológico
en la esclerosis múltiple. Elaborado por GW Pharmaceuticals
y comercializado en Canadá por Bayer Health
Care, el Sativex® es un extracto de cannabis que se
aplica en la mucosa de la boca y que contiene cantidades
aproximadamente iguales de dronabinol (THC) y
cannabidiol (CBD). Hay también un acceso limitado al
Sativex® en el Reino Unido y España. El Sativex está
actualmente en estudio para su aprobación como medicamento
bajo prescripción para el tratamiento de la
espasticidad de la esclerosis múltiple en el Reino
Unido, España, Dinamarca y los Países Bajos.
En 2006 el rimonabant, antagonista de los receptores
cannabinoides, recibió el visto bueno para su aprobación
por parte de la Agencia Europea del Medicamento.
Está disponible en el Reino Unido bajo el
nombre comercial de Acomplia® para el tratamiento
de la obesidad. Las tabletas de Acomplia® contienen
20 mg de rimonabant, y está elaborado por Sanofi
Aventis.
Actualmente se llevan a cabo estudios clínicos en Fase
II y III con otros muchos preparados, entre ellos el
extracto de cannabis en cápsulas Cannador® con dronabinol
y otros cannabinoides en un ratio de 2/1 e
investigado por el Instituto para la Investigación
Clínica de Berlín e la compañía farmacéutica Weleda,
el derivado sintético del THC-COOH ácido ajulémico
(también conocido como CT3 o IP751) estudiado por
Indevus Pharmaceuticals, y el cannabinoide sintético
cannabinor que se acopla selectivamente a los receptores
CB2 bajo investigación por Pharmos Corporation.
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CB1 receptor. Mol Pharmacol

2005;68(5):1484-95.En varones humanos, fumar cannabis disminuye los niveles en


sangre de las hormonas LH, FSH, y testosterona. Por otra parte, se ha detectado un
menor número de espermatozoides en usuarios de grandes dosis de marihuana. Otros
estudios no encontraron diferencias mensurables entre los moderados y los grandes
consumidores. Una dosis aguda de THC produce una disminución significativa y dosis
dependiente de la LH y la testosterona, según un estudio realizado en roedores
machos. En otro llevado a cabo con monos macaco de la India, una dosis aguda de
THC produjo una reducción 65% en niveles de la testosterona en sangre a los 60
minutos, durando aproximadamente 24 horas.
En los varones, el consumo de marihuana, reduce los niveles de testosterona, por lo
tanto se reduce el número y la movilidad de espermatozoides, así como aumenta la
presencia de anomalía en estos, ya que pueden verse alterados los cromosomas.

En las mujeres, puede provocar discontinuidad en la ovulación e irregularidades


menstruales.

Muchas personas se suscriben al pensamiento de que estar bajo los efectos de


sustancias químicas tiene el poder de enaltecer y mejorar de forma drástica la calidad
de la actividad sexual humana. ¿Cuántas veces no has escuchado a alguien decir que
“luego de un par de vinitos...” o “con unos tragos encima” disfrutan más de su intimidad
sexual? O quizás tú misma seas una de esas personas que ha pensado que el sexo
se beneficia del consumo de alcohol o drogas... ¡incluso otorgándoles cualidades
afrodisíacas! Salgamos de dudas y miremos qué es lo que pasa cuando el alcohol, las
drogas y el sexo se mezclan.

Ciertamente, el alcohol y las drogas resultan en sensaciones desinhibitorias para


quienes los consumen. Es de aquí que surge la idea de verlos como agentes
afrodisíacos. Si la persona se siente desinhibida, si se permite ser más agresiva,
tomar la iniciativa y actuar sobre sus impulsos sexuales, es posible que su autoestima
sexual se vea beneficiada, al menos de manera temporal. El sentirse desinhibido
facilita el contacto social, ayudando en especial a las personas tímidas o aquellas que
necesitan liberarse de resistencias morales frente a su sexualidad. De esta
desinhibición surge la idea errónea de que el alcohol o las drogas pueden impulsar la
función sexual. Y aunque es cierto que estas sustancias sí logran apaciguar los
nervios y/o la ansiedad, lo que NO hace es mejorar la respuesta sexual humana –al
contrario, la dificulta–.

Pero exactamente, ¿de qué manera la dificulta? Vayamos por partes. Primero,
hagámosnos cargo del alcohol.

Alcohol
El grado de dificultad sexual que se experimenta, por lo general, tiene que ver con la
cantidad que se consume, pero ésta no es siempre la regla. Aun consumiendo poco
alcohol (1-2 copas), es posible ver disminución de la respuesta sexual tanto en el
hombre como en la mujer. En el caso de los hombres, la ejecución sexual se ve
frustrada en varios aspectos. En primer lugar, se ven efectos de supresión de la
erección debido a que el alcohol inhibe el funcionamiento del sistema nervioso
autónomo (ubicado en el cerebro), implicado en la respuesta al estímulo sexual, que al
reconocerlo debe hacer correr sangre al pene para que se genere la erección. De más
está decir que a falta de una buena erección, la penetración y el coito se ven afectados
negativamente. Una vez un hombre vive este tipo de situación, es usual que se sienta
frustrado e incluso avergonzado por no haber podido “funcionar” como deseaba. La
ansiedad que le sigue a este tipo de situación puede hacerse responsable de nuevos
fallos eréctiles en futuros intentos y, consecuentemente, el comienzo de un círculo
vicioso que desemboque en el desarrollo permanente de disfunción eréctil en el
hombre, quien preocupado por saber si logrará o no su erección, promoverá
frustración en un circuito sin fin.

El alcohol también resulta en problemas eyaculatorios para el hombre. En el caso de


la eyaculación retrasada, que suele ser el caso cuando de alcohol se trata, muchos
hombres tienden a mirarlo como algo bueno, en particular si por lo general sufren del
problema opuesto –eyaculaciones rápidas–. Piensan que con darse unos traguitos
logran su cometido. Lo malo de esto es que la eyaculación retrasada sucede, en
parte, por disminución sensorial, lo que significa que el hombre pierde un poco de
sensibilidad, como si estuviera levemente adormecido. ¿De qué vale poder durar más
tiempo sin eyacular si no lo vas a sentir de la manera más deliciosa posible? Además,
la eyaculación retrasada hace más común el problema eréctil, puesto que a mayor
tiempo sin eyacular, mayor expectativa existe de que la erección se mantenga intacta
durante más tiempo... y sabemos cómo esta historia termina –sin erección y sin
eyaculación... ¡horror para el hombre!–.

El abuso de alcohol puede resultar también en lesiones neurológicas y tróficas a nivel


de los testículos y nervios periféricos. Hay alteraciones hormonales tanto en hombres
como en mujeres, lo cual disminuye el deseo sexual para ambos. También afecta el
sistema motor, la memoria y el juicio de aquellos que lo consumen.

En el caso de las mujeres, en específico vemos pérdida inmediata de la sensibilidad


en todo su cuerpo, particularmente su genitalia. Esta pérdida de sensibilidad resta de
forma considerable a las posibilidades de alcanzar un orgasmo. Por si fuera poco, al
perder sensibilidad, el potencial de placer físico también disminuye de manera
drástica. Fisiológicamente, el consumo de alcohol progresivamente disminuye la
respuesta vaginal de la mujer, en específico la vasocongestión y la lubricación. Sin
embargo, debido a la expectativa afrodisíaca o de liberación moral, la mayor parte de
las mujeres reportan aumento en su libido aun cuando existe evidencia de que su
respuesta fisiológica y hormonal se ve drásticamente afectada. Es un ejemplo claro de
la importancia de nuestras mentes en relación al sexo.

Cabe señalar que las mujeres suelen tener problemas sexuales debido al consumo de
alcohol más fácilmente que los hombres, puesto que pueden absorber hasta un 30 por
ciento más alcohol en la sangre que el hombre. Esto se debe a que las mujeres
tendemos a tener menos fluido corporal y más tejido adiposo (grasa), en el que el
alcohol no es soluble, por lo que alcanza más altas concentraciones. Por lo tanto, la
bebida se mantiene menos diluida y llega con más facilidad al cerebro. Esto se
exacerba cuando la mujer bebe antes de su período menstrual puesto que su cuerpo
tiene más dificultad descomponiendo el alcohol en esta etapa de su ciclo. También se
ha encontrado que el alcohol es uno de los principales factores desencadenantes de
cáncer del seno.

Psicológicamente hablando, el uso de alcohol puede afectar a la mujer al causar


pérdida de autoestima, ansiedad, mayor exposición a abusos físicos y sexuales, y al
contagio de enfermedades de transmisión sexual –por tomar decisiones no
responsables bajo los efectos de la bebida–. La relación de pareja, por su parte,
puede sufrir debido a la dependencia, agravio en la comunicación, aumento en la
probabilidad de agresión y abuso, y falta de atención al vínculo emocional y sexual que
debe compartir la pareja.

Y bueno, para aquellas mujeres que aún no se convencen de los males del alcohol, les
recuerdo que éste disminuye la capacidad del cuerpo para asimilar vitaminas y calcio,
además de que produce acné, caspa y dureza en la piel y el cabello... cositas que no
son para nada sexys.
Todas las circunstancias que hemos mencionado hasta el momento se empeoran a
medida que aumenta el consumo, lo que no quiere decir que con tomar una copa nos
vayan a caer encima todos los problemas a la vez. Se trata, como todo, de buscar un
balance.

Las drogas pueden ocasionar algunas de las mismas dificultades sexuales que el
alcohol. Todo depende, claro está, del tipo de droga que la persona ingiera así como
la frecuencia y cantidad que se esté tomando. Veamos algunas de las más comunes:

Marihuana

La marihuana, al igual que el alcohol, tiene efectos depresores y las consideraciones


sobre sus efectos de relajación física y mental y el sentimiento de bienestar,
probablemente provengan del mismo tipo de desinhibición que la producida por el
alcohol. Es tal vez por esta razón que algunas personas insisten que la marihuana es
útil para enfrentar la ansiedad asociada a situaciones sexuales. Sentirse desinhibido
permite obviar los prejuicios sociales y los tabúes personales.

Existen algunas ventajas relacionadas con su uso ocasional: se estimula el


pensamiento erótico, disminuyen las actitudes agresivas, aumenta sentimientos
sensuales y eróticos, altera la percepción del tacto y el tiempo, aumenta la
receptividad a la actividad sexual y provoca sentimientos de cercanía emocional e
intimidad para personas de ambos sexos. Sin embargo, estudios de laboratorio han
encontrado que la marihuana reduce las sensaciones táctiles y alarga mucho el tiempo
de los reflejos, factores necesarios para generar buena tensión sexual en el cuerpo y
disfrutar a plenitud de la experiencia sexual.

El uso continuo de la marihuana, no obstante, suele resultar en desinterés


generalizado por el sexo. Esto sucede porque se inhibe la producción de hormonas
masculinas (tanto en hombres como en mujeres), entre ellas la testosterona, que son
las que se encargan de impulsar físicamente el deseo sexual.

En el caso de las mujeres, vemos claramente una disminución en la lubricación


vaginal. Cuando una mujer no lubrica lo suficiente, la penetración vaginal se dificulta y
suele ser incómoda o dolorosa para ella. Fisiológicamente puede suprimirse la
ovulación y facilitarse irregularidades en el ciclo menstrual. El hombre puede
presentar dificultades eréctiles y de eyaculación, al igual que con la bebida, y también
ver reducida la producción de esperma, a la vez que se produce un mayor número de
espermatozoides anómalos. En el caso de la mujer embarazada, cabe señalar que
altas dosis de marihuana pueden producir alteraciones en el embrión, retardo del
desarrollo fetal y aumento de la probabilidad de aborto espontáneo. La fertilidad se ve
afectada en ambos sexos.

La cocaína

Seguramente, la cocaína sea una de las sustancias que más fama tiene de ser capaz
de aumentar la excitación y la respuesta sexual. Pero si bien es cierto que muchas
personas la aclaman como estimulante sexual, también sabemos que provoca
disfunciones.

La cocaína estimula el sistema nervioso central, pudiendo facilitar de manera muy


eficiente la transmisión de los mensajes nerviosos. Sus efectos eufóricos,
responsables por la “fama” de provocar el impulso sexual, pueden cambiar la
percepción de uno mismo y de las propias experiencias o interacciones sexuales.
Pero, por otra parte, una vez la euforia pasa, aparece la caída a momentos de
depresión.

Las disfunciones sexuales más comunes como consecuencia del uso de la cocaína
son, en el caso de los hombres, dificultades eréctiles –que pueden ser situacionales–,
disminución marcada en el deseo sexual, y una importante incidencia de priapismo
(erección mantenida y dolorosa) como consecuencia del consumo de la coca. En el
caso de la mujer, la respuesta orgásmica se ve seriamente afectada.

Hay alteraciones hormonales tanto en hombres como en mujeres, lo cual


disminuye el deseo sexual para ambos.

Me pregunto, ¿de qué vale tanto impulso sexual, tanta desinhibición, tantas ganas, si a
la larga no se va a disfrutar el sexo a plenitud? Cuando mezclamos el alcohol, la
marihuana o inclusive la cocaína a nuestro repertorio sexual, nos estamos poniendo
en una posición de frustración sexual. Como ya señalaba el afamado dramaturgo
inglés William Shakespeare, las drogas y el alcohol “provocan el deseo, pero frustran
la ejecución”.

Por: Alessandra M. Rampolla, M.A.


Sexóloga Clínica Certificada

¿Afecta la marihuana al sistema reproductivo?


Algunos estudios han concluido que el uso de la
marihuana durante el embarazo puede resultar en
bebés prematu-ros o de bajo peso. Otros estudios
indican que la marihuana puede influir en los niveles
de algunas hormonas relacionadas con el sexo. Las
mujeres podrían tener ciclosmenstruales irregulares y
tanto ellas como los hombres podrían sufrir de esterilidad
temporal. Estos ha-llazgos han demostrado que
el uso de esta droga puede ser particularmente dañino
en el período de desarrollo físico y sexual de la

Cannabis (droga)

Proceso de liado de un porro de marihuana mezclado con tabaco, que contiene ca.
700 mg.
El cannabis es una sustancia psicoactiva tomada del cáñamo (Cannabis sativa o
‘cáñamo cultivado’; Cannabis indica o cáñamo de la India). A sus flores (o cogollo) se
les llama en la jerga marihuana. No confundir con el hachis.

Contenido

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• 1 Historia
• 2 Consumo
• 3 Síntomas y efectos derivados del consumo
• 4 Cuadro adictivo
• 5 Permanencia en el organismo
• 6 Efectos fisicos del consumo
• 7 Uso médico o terapéutico
• 8 Aspectos sociales y uso recreativo
• 9 Legalidad
• 10 Referencias
• 11 Véase también
• 12 Enlaces externos

o 12.1 Entrevistas audio

Historia [editar]

La marihuana más antigua que se conoce relacionada con los humanos esta datada
en 2700 años de antigüedad. 789 gramos aparecieron en la tumba de una momia
caucásica al oeste de China, en Yanghai, desierto del Gobi, cerca de Turpán. Se
trataba de un chamán de la cultura Gushi, vinculada con los Tocarios. No consta que
en esa zona se utilizara el cáñamo como alimento o para confección. Se cree que era
cultivada y utilizada de modo terapéutico o adivinatorio.1

En la región de Mustang (Nepal) se encontraron semillas de entre 2200 y 2500 años y


en Pazyryk (Siberia) de entre 2400 y 2500 años, desconociendo en ambas el uso que
se las daba.1

De hace 1700 años son otros restos encontrados en Judea, donde se usaba como
sedante en los partos inhalándola.1

Consumo [editar]

Se trata de una sustancia psicoactiva que se suele consumir por vía respiratoria
(fumando), en forma de cigarrillo, aunque también es posible su consumo por vía oral
sazonando con cannabis.

La marihuana o cáñamo se presenta en diferentes formas. La más conocida son las


flores secas y enteras (los cogollos de las plantas femeninas) y en forma de tubo.
Existe también aceite de cannabis, en inglés honey oil (‘aceite de miel’), que es un
concentrado cuya extracción generalmente implica el uso de disolventes como el
alcohol y filtrados con carbón activo, lo cual potencia los efectos, al estar más
concentrado el tetrahidrocannabinol que es la principal sustancia psicoactiva de la
marihuana.
Una variedad manufacturada de la marihuana es la resina, que se llama hachís (que
en árabe significa ‘hierba seca´), que se obtiene mediante la extracción de los
tricomas,[cita requerida] normalmente secada y cortada en bloques de color marrón bastante
oscuro y levemente verdoso y del que también existe una variedad líquida o hash oil
(‘aceite de hachís’).[cita requerida]

Botella conteniendo un extracto líquido de Cánnabis índica

La forma más usual de consumo es en forma de cigarrillo liado a mano: en estos


casos se usan directamente los cogollos, secos y desmenuzados, o bien el hachís
mezclado con tabaco rubio o negro. Otros métodos incluyen el uso de pipas comunes,
también conocidos como one-hitters, y de narguiles o cachimbas (pipas de agua) para
fumar el cannabis mientras se enfría el humo o en el caso de los bongs quitando el
alquitrán o las impurezas no deseadas. Actualmente es común el consumo por
vaporización, el cual consiste en vaporizar los cogollos secos y curados, a una
temperatura tal que solo extrae los cannabinoides y no aquellos productos nocivos que
se generan con la combustion.

El Cannabis se usa también en la cocina, para la preparación de recetas como space


cake ('torta espacial') o hash brownies ('bollos con hachís'). La ingestión por vía oral
debe ser siempre bien medida, ya que de esta forma se ingresa más porcentaje de
THC que fumado o vaporizado. Además, al ser ingerido, el THC pasa por el hígado
antes de llegar al cerebro, teniendo leves cambios en el hígado, que convierten al THC
en otra sustancia distinta, con más poder psicodélico y que puede provocar ataques de
pánico en personas susceptibles a ello. También puede ser tomado disolviéndolo en
copas de café, creando así un bhang (del hindi).[cita requerida]

La posología es variable, como es natural, y depende del género consumido y de la


persona, si bien algunos expertos en su consumo informan que no se registra
intoxicación letal alguna (ni siquiera intoxicación aguda) por vía respiratoria. La
intoxicación aguda por vía digestiva requiere grandes cantidades del producto.2

Síntomas y efectos derivados del consumo [editar]

La literatura acerca de los efectos psicoactivos del cannabis no es unánime, y la


descripción de los síntomas que produce su consumo, así como la valoración de las
consecuencias a corto, medio y largo plazo varía enormemente en función de la
actitud general que se toma ante esta droga. Así mismo, el análisis de tales posiciones
debe inscribirse en la polémica prohibición/legalización (o derogación de la prohibición)
que rodea a esta sustancia psicotrópica y a otras. Desde esta perspectiva, los
supuestos efectos negativos descritos son discutidos por la experiencia cotidiana de
aquellos consumidores que tras largos periodos de consumo habitual no ven su salud
afectada.

Los efectos subjetivos inmediatos varían dependiendo de las expectativas del sujeto,
de la concentración del principio activo y del ambiente en que la sustancia sea
consumida. Los efectos suelen aparecer de manera inmediata, y alcanzan su apogeo
a la media hora y terminando en aproximadamente dos horas.

Según los defensores del consumo de marihuana, no sería una droga solamente
euforizante, si no más bien visionaria, y en ocasiones los sujetos describen estados de
exaltación. Como norma general el sujeto se ve envuelto en un estado de ensoñación
placentero. El tiempo subjetivo se ralentiza y la memoria a corto plazo empeora.
Quienes defienden su consumo recreativo3 afirman que los colores, los sonidos y las
percepciones espaciales pueden distorsionarse y “mostrar aspectos de lo cotidiano
hasta el momento desapercibidos”. El apetito aumenta, los colores pueden parecer
más brillantes, los sonidos más intensos. La marihuana generalmente alivia la tensión
y aporta una sensación de bienestar en muchos de los que la consumen; aunque en
otros casos la experiencia es desagradable, y el sujeto puede padecer náuseas o
reacciona vomitando (sin que por ello se reduzca así el principio activo), en cuyo caso
la experiencia, lejos de ser buena, resulta altamente negativa y el sujeto no vuelve a
probar la sustancia. Otro efecto es la generación de suspicacia hacia uno mismo.
Desde un punto de vista social, produce desinhibición e hilaridad, aunque los estados
de ánimo tienden al contagio y puede provocar silencio general y amodorramiento,
siendo utilizada también para las actividades sexuales o la introspección.

El cannabis es psicoactivo, esto quiere decir que cambia el funcionamiento del


cerebro, dependiendo de la cantidad de THC contenida. Puede inducir a la
sociabilidad, así como al recogimiento; de cualquier manera, puede generar la
sensación de incremento de la percepción visual y auditiva, dependiendo de la
variedad e incluso de la planta en concreto ingresada al organismo. En general se
admite que los efectos de dicha sustancia se adaptan a las expectativas del sujeto.

Los autores críticos con el consumo de esta sustancia afirman que las personas que
consumen grandes cantidades de marihuana pueden volverse confusas y
desorientadas.[cita requerida] Según sus detractores puede desarrollar una psicosis
tóxica[cita requerida], no sabiendo el sujeto quién es, dónde está o qué hora es. Los
esquizofrénicos están especialmente predispuestos a estos efectos, sin embargo no
existe probada evidencia [cita requerida] de que la esquizofrenia puede empeorar con el uso
de marihuana. En este sentido, científicos australianos han investigado la relación
entre la conducta neuropsicológica y el consumo de cannabis en esquizofrénicos, y
han concluido que el uso de cannabis en la esquizofrenia está asociado a una mejoría
del funcionamiento cognoscitivo. Según sus detractores los consumidores de
marihuana son más propensos a presentar anhedonia, desorganización cognitiva e
impulsividad-agresividad, algo que rara vez coincide con la realidad y la experiencia de
los usuarios de esta droga; Ocasionalmente, pueden producirse reacciones de pánico,
sobre todo en los consumidores noveles[cita requerida]. Otros efectos incluyen taquicardia y
boca seca.

Una característica de los efectos del consumo de psicotrópicos como la marihuana es


el conocido como síndrome amotivacional, estudiado primeramente por R. H.
Schwartz,4 caracterizado por abulia, apatía, pasividad, indiferencia o irritabilidad,
dificultad atencional y fatigabilidad fácil.

Es controvertida la afirmación de que el consumo intenso y prolongado de marihuana


pueda tener efectos similares a los del tabaco sobre los pulmones[cita requerida]. También
se discute en qué medida el hábito de fumar cannabis aumenta el riesgo de bronquitis.
Por otro lado, el aumento de la incidencia de enfisemas no ha sido probado en
consumidores de marihuana no mezclada con tabaco, y un estudio reciente de un
laboratorio de la Universidad de California en Los Ángeles concluyó que el hábito de
fumar marihuana no aumenta el riesgo de cáncer de pulmón.5 Otros autores opinan
que, aunque el riesgo de cáncer de pulmón sí se incrementa, al no contener alquitrán
el riesgo es notablemente inferior que el del cigarrillo estándar. Cabe aclarar que estos
riesgos (ya sean reales o supuestos) se refieren exclusivamente al hábito de fumar
cannabis, que es la forma de consumo más habitual, y no se aplican al consumo por
ingestión ni por vaporización.[cita requerida]
Cuadro adictivo [editar]

Museo de la marihuana en Amsterdam

Nuevamente existen discrepancias en los análisis acerca del potencial adictivo de esta
sustancia. Quienes realizan análisis más sombríos afirman que algunas personas
devienen dependientes de la marihuana por razones psicológicas. Los estudios de
Nettler y Hyman (2001) demuestran que la periodicidad y cronicidad del consumo de
substancias psicotrópicas como las presentes en la marihuana provocan una
alteración sobre la neuroplasticidad cerebral, afectando especialmente al circuito de
recompensa y reforzamiento cerebral.

Una periodicidad mensual (el sólo fumar un “cigarrillo de marihuana” por mes) alcanza
para que se ocasionen alteraciones estables y crónicas, muchas veces esto provoca el
aumento de los efectos paradojales ante el suministro de benzodiazepinas. La
abstinencia es un cuadro altamente complejo en el cual se encuentran
intercorrelacionados síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales constituyendo un
registro subjetivo. Este estudio presenta graves deficiencias metodológicas y ha sido
ampliamente criticado.

La postura antiprohibicionista afirma que si bien el consumo de marihuana desarrolla


tolerancia, es decir, que en posteriores tomas inmediatas es necesario aumentar la
dosis para conseguir los mismos efectos, los efectos de la abstinencia son muy leves
en comparación con otras drogas, lo que permite revertir esa tolerancia y hacer que el
consumo de marihuana sea controlable por el sujeto, siendo su potencial adictivo
escaso.6 Desde esta perspectiva también se afirma que la dependencia física de la
marihuana no ha sido demostrada de modo fehaciente, y que al igual que el alcohol, la
marihuana puede ser usada de modo intermitente por muchas personas sin que les
cause una disfunción aparente social o psicológica, ni tampoco adicción, incluso
después de treinta años de consumo diario.

Permanencia en el organismo [editar]

Si bien los efectos de la marihuana duran unas horas, los resultados de la detección
de marihuana en los análisis de orina permanecen positivos durante varios días
después del consumo, incluso en consumidores ocasionales. En los consumidores
habituales, los resultados de los análisis pueden permanecer positivos más tiempo a
medida que el Tetrahidrocannabinol se va eliminando lentamente de la grasa corporal.
El tiempo que tarda es variable, dependiendo del porcentaje de THC y de la frecuencia
del consumo.Cuanto mayor tiempo de consumo más tiempo es detectable. Los
análisis de orina son un medio eficaz de identificar el uso de marihuana, pero una
prueba de orina con resultado positivo sólo indica que la persona ha consumido
marihuana, no prueba que el consumidor esté en ese momento con las facultades
alteradas, es decir, no prueba que el consumidor haya consumido
sustancias(droga)Recientemente. Análisis sofisticados pueden determinar hasta tres
meses después si se ha consumido marihuana.Los cannabinoides son liposolubles (se
almacenan en la grasa corporal), por eso es posible que después de un periodo
prolongado de abstinencia, tras la realización de algún ejercicio físico intenso o tras un
periodo de estrés, se dé positivo sin haber realizado un consumo. Esto se debe a la
"liberación" de los cannabinoides del tejido graso. El THC es soluble en grasa
(liposoluble), por lo que la eliminación del organismo es mucho más lenta que los
componentes solubles en agua (como el alcohol). Estudios realizados por el Dr.
Gabriel G. Nahas en ratas mostraron que el THC podía demorar hasta 2 semanas en
salir del organismo, si bien los efectos fuertes sólo duran un poco mas. Además, al ser
liposoluble, el THC suele depositarse en zonas ricas en grasa, como el cerebro, el
hígado y las gónadas. Algunos estudios indican que un largo consumo de éste
componente pueden ocasionar problemas en dichas zonas (como impotencia, pérdida
de memoria, etc.). Pero, como en casi todo, hay opiniones contrarias sobre el tema.7

Efectos fisicos del consumo [editar]

Un estudio finalizado en 2007 concluyó que el humo de las hojas secas de esta droga
reduce el número de las pequeñas ramificaciones en los pulmones responsables del
transporte de oxígeno a la sangre y evacuación de sustancias nocivas, concluyen que
por esto los fumadores de marihuana suelen poseer más flema, tos y suelen
experimentar la sensación de que se les cierra el pecho.8 9

Un estudio del 2007 departe del gobierno canadiense , descubrió que fumar
marihuana contiene mas sustancias toxicas que fumar tabaco . El estudio determinó
que fumar marihuana contiene 20 veces mas de amoniaco y 5 veces mas de ácido
cianhídrico y óxidos de nitrógeno que fumar tabaco.[cita requerida]

De los efectos secundarios, es el incremento del apetito momentos después de ser


dosificado, incluyendo una necesidad de azúcares y alimentos dulces. Este efecto es
aprovechado, por ejemplo, en los pacientes tratados con quimioterapia, a los que les
retira los vómitos y devuelve el apetito.

Uno de los efectos más conocidos es el incremento de la sensibilidad de las papilas


gustativas por lo cual muchos alimentos (y más los que contienen azucares) suelen
parecer más dulces de lo que realmente son. El aumento en los sentidos no solamente
es en el gusto sino que se ven afectados el tacto, en donde parece que todo el tejido
tegumentario posee sensibilidad, los sonidos se escuchan más claramente y hasta se
identifican algunos que antes parecían apagados. Esto no es más que la simple
alteración del funcionamiento normal de las neuronas, que si bien no es de gran
peligro, cualquier abuso o uso prolongado puede traer consecuencias no deseadas.
(Tellechea. L.)

La marihuana o el hachís (principalmente este último, más aún si es de calidad


mediocre) puede producir efectos no deseados en el consumidor que pueden hacerlo
sentir emocionalmente mal. Los factores que conllevan a que esto ocurra dependen de
la estabilidad emocional del mismo y de las cantidades y calidades de las sustancias
que consuma, así como del tiempo que se tarde en hacerlo.

Otro efecto secundario conocido es una ligera pérdida de la memoria a corto plazo. La
memoria en sí no se ve afectada, horas o días después se recuerda todo lo olvidado
bajo los efectos del Cánnabis. Si se usa en combinación con bebidas alcohólicas
puede producir náuseas. El consumo prolongado e intenso, según algunos estudios,
provoca una pérdida en la capacidad de aprendizaje, memorización y en la capacidad
de fijar la atención.10

Los efectos a largo plazo de la marihuana requieren más estudios, pero algunos
afirman que cuando se fuma en la forma de resina (hachís) mezclada con tabaco, el
alto contenido de alquitrán de éste puede incrementar el riesgo de cáncer de pulmón.
Se afirma que el riesgo de cáncer pulmonar de la marihuana resulta mayor que el
producido por el tabaco, a causa de la mayor retención del humo con componentes
carcinógenos; por supuesto, dicho riesgo de cáncer pulmonar sería solo si se fumase
en las mismas cantidades en que un fumador fuma tabaco, extremo éste difícilmente
alcanzable. Contradiciendo estas afirmaciones, un estudio reciente de un laboratorio
de la Universidad de California en Los Ángeles concluyó que el hábito de fumar
marihuana no aumenta la incidencia de cáncer de pulmón.5

Uso médico o terapéutico [editar]

Actualmente se investigan los usos médicos de la marihuana para diversas


enfermedades, lo que ha generado, de nuevo, cierta polémica. Muchos estudios
afirman que es eficaz frente a las náuseas producida por tratamientos de quimioterapia
o de tratamiento contra el SIDA, su efecto estimulante del apetito ayuda a combatir la
inapetencia, así como la anorexia. También puede ayudar a reducir la presión ocular
asociados a glaucoma. [1]

Debido al papel inmunomodulador, neuroprotectror y antiinflamatorio[2] de la


marihuana se han realizado cientos de estudios sobre enfermedades neurologicas y
autoinmunes asi como se ha demostrado que ayuda en el dolor neurologico[3]

Hay numerosos estudios acerca de la esclerosis múltiple que han demostrado que
puede ayudar a reducir el miedo, los temblores ,el insomnio,la espasticidad[4], relajar
los musculos ,reducir la presion intraocular o mejorar el control de esfinteres. Tambien
se ha demostrado que uno de los componentes de la marihuana (CB2) relentiza el
avance de esta destructiva enfermedad neurologica en animales consiguiendo reducir
la muerte de celulas nerviosas al 50%[5]. Hoy en dia se esta probando en humanos[6].
Existen estudios que hacen suponer que puede relentizar otras enfermedades
neurologicas como el Alzheimer[7]

Una investigación llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid ha


demostrado que el cannabis puede tener efectos muy beneficiosos contra el cáncer. El
principio activo del hachís se ha mostrado capaz de acabar con las células
cancerígenas, de matarlas, y al mismo tiempo mantener vivas las que están sanas.11

Aspectos sociales y uso recreativo [editar]

El consumo de cánnabis está altamente extendido y su uso aumenta y disminuye por


épocas [cita requerida]. La tolerancia social y estatal a su consumo varía también de un lugar
a otro (véase Aspectos legales del cannabis). Desde diversas instancias se viene
reclamando la liberalización del consumo de cánnabis. A una crítica hacia los estudios
que demonizan el cánnabis (argumentando que los informes médicos presentados son
sesgados e inexactos, y que sus efectos son en conjunto beneficiosos) se suma una
corriente de opinión (en la que destaca el escritor español Antonio Escohotado) que
afirma que su prohibición es un atentado contra la libertad de elección del ciudadano
responsable y una forma de control estatal sobre el individuo.12

Legalidad [editar]

Artículo principal: Aspectos legales del cannabis

La marihuana fue criminalizada en casi todo el mundo a comienzos del siglo XX.

En Gran Bretaña, el cánnabis fue ilegalizado en 1928 tras adherirse a la Convención


Internacional del Opio que se acordó en Ginebra (Suiza) en 1925.

En Estados Unidos, el 12 de agosto de 1930 fue creado el Federal Bureau of


Narcotics. El mismo estaba bajo la dirección de Harry J. Anslinger. Este departamento
creó leyes para penalizar la transportación, posesión y consumo de marihuana. Una
de estas leyes fue el “Marihuana Tax Act” en 1937. Para entender el porqué de la
ilegalización, hay que tener en cuenta lo siguiente:

Existe la teoría de que fueron los esclavos africanos quienes trajeron a América la
novedad de fumar Cannabis. No obstante, el señor Schoeder —un padre de familia
que se tomó la molestia de investigar por qué el gobierno de los Estados Unidos le
miente a sus hijos y además; señala: "La explicación más verosímil es también la más
sencilla. La marihuana cobró importancia cuando la enmienda constitucional número
18 y la Ley Volstead prohibieron el alcohol. La mariguana era un sustituto barato y
'satisfactorio' del aguardiente, producía los mismos efectos 'estimulantes' y no era, en
principio, ilegal." (Schroeder, Richard. El mundo de las drogas, Edamex, México,
1993).

Cada vez son más los estadounidenses que reconocen que los mexicanos se
convirtieron en un fastidio en cuanto los trabajos comenzaron a escasear con la
Depresión del 29. "Los políticos, que trataban de complacer a la clase de trabajadores
blancos, aseguraban que los mexicanos eran responsables de una oleada de
crímenes violentos. Las estadísticas policiacas no muestran nada parecido; de hecho,
los mexicanos estaban involucrados en menos crímenes que los blancos..." (General
Information about hemp as a drug, Mind's High).

Durante la Ley Seca "ser oficial de policía era una cosa agradable, recibías un salario
relativamente decente, respeto, impunidad parcial ante la ley, y la oportunidad de
recibir sobornos, si eras esa clase de persona." (General Information about hemp as a
drug, Mind's High). La prohibición del alcohol no sólo deja una década de fracasos
interdictivos sino a un gran número de oficiales desempleados que no están
dispuestos a abandonar su estilo de vida y presionan a su gobierno para que efectúe
un reordenamiento en el Buró Federal de Narcóticos y Drogas Peligrosas (FBNDD).

En cuanto Harry J. Anslinger —sobrino político del Secretario del Tesoro Andrew
Mellon— es designado director, el Buró se da a la tarea de articular una campaña
nacional contra el nuevo enemigo. El mismo Aslinger relata en su libro Los Asesinos:
"Por radio y en foros importantes relaté la historia de esta yerba maligna que crece en
los campos, las márgenes de los ríos y orillas de los caminos. Escribí artículos para
revistas, nuestros agentes dieron cientos de conferencias a padres, educadores y
dirigentes cívicos y sociales. En transmisiones de televisión seguí denunciando el
número cada vez mayor de crímenes cometidos, incluyendo el estupro y el homicidio."
(Ginsberg, Allen. "First manifesto to end the bringdown" en The marihuana papers,
New American Library, 1968) Necesitaban asustar principalmente a los padres de
familia y los maestros para convencer al país de que sus trabajos eran importantes.

Aprovechando la oportunidad no tardan en aparecen grupos como la Patriotic Allied


Society, los Key Men of America y la American Coalition, que a su deseo de mantener
un país 'moralmente limpio' suman consideraciones de orden racial-laboral: "Han
cogido a traficantes mexicanos regalando cigarros a los niños en las escuelas. A
nuestra Nación le sobra mano de obra y la marihuana es consecuencia directa de la
inmigración mexicana." (Cáñamo, "revista oficial de la cultura del cannabis", varios
números, editada en Barcelona, España).

Por si fuera poco, existe otro factor bastante interesante que el Reporte de la NCMDA
no menciona: Durante la primera mitad de los años treinta la industria del papel de
cáñamo comienza a cobrar impulso. A tal grado que diversas revistas especializadas
sostienen que en cuestión de unos años la cosecha nacional de cáñamo alcanzará el
primer lugar, pero justo en esos años la compañía Dupont® patenta el tratamiento
químico de la pulpa de madera y decide asociarse con una cadena de periódicos
propiedad de William R. Hearst para la explotación de un nuevo tipo de papel. Con ello
comienza la época del "periodismo amarillo", llamado así porque, a diferencia del
papel de cáñamo, el papel de pulpa de madera tratada con ácidos químicos se torna
amarillo al cabo de unos meses o años, dependiendo de la concentración. Aunque
este nuevo papel resulta más barato, el de cáñamo es más resistente y duradero, no
exige la tala de árboles y no daña la atmósfera con químicos peligrosos, por lo que
muchos compradores continúan prefiriéndolo.

Al darse cuenta de que para monopolizar el mercado necesita sacar de la competencia


a los productores de cáñamo, Hearst busca el apoyo del banquero y Secretario del
Tesoro Andrew Mellon. Éste otorga su respaldo a la multimillonaria empresa y a partir
de entonces los discursos de su sobrino Anslinger se ven complementados con la
producción de un documental titulado Reefer Madness, algo así como "La Locura del
Porro". "El mensaje fue que la yerba conduce a la demencia, el pillaje, la violación y el
homicidio" (Hemp For Victory Text Version of a film produced by the U.S. Department
of Agriculture to promote hemp production for the war effort). La locura del toque
cumple con su cometido, logra influir en la opinión pública y en 1936, sobre la base de
que la marihuana y sus derivados se habían incluido ya en un convenio internacional,
se eleva al Tesoro un proyecto de normatividad represiva, no sólo contra las partes
psicoactivas del cáñamo, sino contra todo uso de la planta.

Aparte de los productores poco organizados, nadie más protesta. La mayoría de los
americanos no saben que el cáñamo y la marijuana son la misma cosa y nadie pudo
asociar la diabólica hierba de México con las cuerdas con las que se amarraban los
zapatos. Un año después se aprueba por unanimidad la Marihuana Tax Act y queda
estrictamente prohibido consumir cáñamo en territorio estadounidense. Su cultivo e
importación para necesidades industriales y de defensa se someten a partir de
entonces a la licitación del Departamento del Tesoro. "En lo sucesivo, y hasta 1971,
todas las decisiones del Congreso sobre estupefacientes se aprobarían por absoluta
unanimidad... la circunstancia muestra hasta qué punto cualquier gesto distinto al
máximo rigor sería para los diputados y senadores un acto de lesa majestad
electoralista y, por tanto, un suicidio político." (General Information about hemp as a
drug, Mind's High).

Esta ley no estaba dirigida al uso medicinal de la marihuana sino a su uso recreativo.
Pero esta ley hizo difícil el uso medicinal de la marihuana por la gran cantidad de
papeles que se les requería a los médicos que la quisieran recetar a sus pacientes.

En 1942 en plena Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense publicó una


propaganda con el lema "Hemp for victory" ("Cannabis para la victoria") dirigida por
Raymond Evans. Era una campaña para que los agricultores cultivaran cannabis; el
mismo gobierno que años antes la prohibía se encargó de distribuir semillas a los
habitantes agrícolas de esa época con el fin de creación de cáñamo textil.

Las leyes suelen contemplar penas por tráfico, cultivo o posesión para consumo
propio. La dureza de las penas varía según el país. Países Bajos es el único país de la
Unión Europea donde se permite la venta, de una cantidad maxima de 5 gramos, de
marihuana y sus derivados en locales con licencia denominados coffeeshop
(cafetería). Lo paradójico es que los coffeeshops no pueden comprar la marihuana
legalmente, ya que el cultivo de esta no está legalizado en Países Bajos, y tampoco la
venta a los coffeeshops.
En muchos países la policía ejerce su autoridad interceptando o confiscando
cargamentos ilegales que se transportan como contrabando, e incluso pequeñas
cantidades que puedan ser consideradas para consumo propio. No obstante, en
ocasiones son las propias fuerzas policiales las que se ven implicadas de alguna
forma en la venta ilegal y el narcotráfico de sustancias ilegales.

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