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Un Dios agradado un Dios comprometido I

Números 14:6

Debemos arrebatar las bendiciones, hay gente que está velando cuando usted se descuida para
arrebatar lo que usted tiene y no le hablo que sean actitudes malas, sino actitudes violentas en el
reino, necesarias para poder poseerlo. Desde los días de Juan el Bautista, el reino de los cielos sufre
violencia y solo los valientes (o violentos) lo arrebatan. Dice Apocalipsis, “retén lo que tienes para que
nadie tome tu corona”. Quiere decir que hay otros que están velando las coronas. Entonces tenemos
que aprender a conservar, a cuidar, a entregarnos, a meternos bajo la nube de gloria, meternos
donde está el agua de vida, meternos a vivir, a disfrutar, a enriquecernos con la bendición de la
Palabra, que es espíritu y vida, para que nada pueda caer a tierra, sino que a pesar de que no
entendamos lo que Dios nos está hablando, podamos creer que a su tiempo vamos a comprender. Lo
que es de Dios permanece y tendrá su fiel cumplimiento.

El Señor le dijo a Moisés, vas a ir a Egipto y le vas a decir a Faraón que deje ir a mi pueblo. Moisés le
dice, Señor soy tartamudo. ¿A quién se le ocurre seleccionar a un tartamudo para semejante misión?
Sólo a Dios. Porque Dios escoge lo que no era, lo vil, lo menospreciado, lo insensato para avergonzar
a lo sabio y lo que se dice ser. Si usted se siente menos, es el candidato número uno, porque
entonces no será usted, sino el poder de Dios que opere en usted. Donde se perfecciona el poder de
Dios es en su debilidad”. 2 Cor. 12:9

Números 14:6. Josué hijo de Num y Caleb hijo de Jephone que eran los que habían reconocido la
tierra, rompieron sus vestidos, hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel diciendo: “La
tierra donde pasamos para reconocerla es tierra en gran manera buena, si Jehová se agradara de
nosotros, Él nos llevará a esta tierra”. La clave es agradar. Usted agrada a Dios, cuando hace lo que
Él le ha mandado a hacer, cuando posee algo que es suyo a pesar de los gigantes, a pesar de las
adversidades, a pesar de obstáculos. Si Él determinó darle algo y se agrada de usted, con todo y
gigantes le entregará la tierra. Josué es figura de aquellos que se mueven en fe, de los que están
creyéndole a Dios, obrando en fe, creyendo que van a poseer territorios. Pero tome en cuenta que la
única forma es que Dios esté agradado de nosotros. Cuando el Señor Jesús está en el monte de la
Transfiguración y están Pedro, Juan y Jacob, planificando hacer una enramada para Él, Elías y
Moisés, viene la voz del Padre desde el cielo y dice: “Este es mi Hijo amado a El oíd”. Mt. 17:5 Allá en
el Jordán, cuando el Señor Jesús está a punto de ser bautizado, viene la voz del Padre que dice:
“Este es mi Hijo amado en el cual yo tengo contentamiento”. Mt. 3:17

Entonces la clave es agradar a Dios. Cuando Dios está agradado, Dios se ve comprometido. Dios no
siempre le va a dar sólo lo necesario, le va a dar en abundancia, va a multiplicar sus bendiciones.
Donde a veces fallamos es en pensar que únicamente tenemos que cumplir con los principios, reglas
o leyes en el Reino, estamos equivocados, “porque hay que hacer esto sin dejar de hacer lo otro”. Mt.
23:23

Hay personas que piensan que con ayunar o estar orando ya Dios está agradado, no solamente
basta con eso. Porque hay personas que se pueden poner a ayunar y orar con resentimiento en
contra del prójimo y por más que ayunen u oren, sus oraciones no pasan del techo. Hay esposos,
hermanos, siervos que están en discordia y esa situación les lleva a una crisis espiritual, porque por
más que estén orando, (uno en una esquina y el otro en la otra esquina), si no hay una buena
relación, si hay problema, dice Pedro que las oraciones son estorbadas por causa de una mala
comunión, una mala relación. 1 Ped. 3:7. Entonces hay que hacer lo uno pero sin dejar de hacer lo
otro, hay que orar pero también perdonar y pedir perdón.

Siempre debemos entender que en la Biblia las bendiciones van enlazadas, pero así también las
responsabilidades y las demandas. No se trata solamente que estoy haciendo esto y lo otro, pero vivo
como sea. Un Dios agradado en todo, es un Dios comprometido en todo.
¿Cómo podemos agradar a Dios? Hebreos 10:38 dice: “Mas el justo por su fe vivirá, si retrocediere no
agradará a mi alma”. Si el justo vive por su fe, tiene todavía la sentencia que no puede retroceder en
lo que ha creído y está haciendo porque creer no es solamente, decir “lo creo en mi corazón”. Su fe
se tiene que ver con su obra, se tiene que escuchar con su voz, se tiene que ver. “Muéstrame tu fe
por tus palabras y yo te mostraré mi fe por mis obras” Stgo. 2:16. Has estado agrando a Dios
¿Deseas agradarlo para que el se comprometa en suplir toda necesidad espiritual, en tu alma, en tu
cuerpo, en bendiciones materiales? Si, oremos…

¿Cómo podemos agradar a Dios? Pongámosle atención a estos versículos: Hebreos 10:38 dice “Mas
el justo por su fe vivirá, si retrocediere no agradará a mi alma”. Si el justo vive por su fe, tiene todavía
la sentencia que no puede retroceder en lo que ha creído y está haciendo porque creer no es
solamente, decir “lo creo en mi corazón”. Su fe se tiene que ver con su obra, se tiene que escuchar
con su voz, se tiene que ver. “Muéstrame tu fe por tus palabras y yo te mostraré mi fe por mis obras”.
Stgo. 2:18

Si unimos los versículos que hemos estado sacando a luz. Lo que dice Josué en Números 14:6, lo
que dice Hebreos 10:38 y Hebreos 11:6; realmente tenemos que prestarles mucho cuidado, porque la
fe es realmente lo que va a impresionar a Dios, porque si usted cree lo que dice su Palabra, usted va
a vivir lo que dice y va a vivir conforme a ella.

Note también lo que dice en Heb. 12:14, “Seguid la paz con todos y la santidad porque sin santidad
nadie verá al Señor”. Si usted tiene fe y cree, usted tiene que vivir en santidad, tiene que estar en paz
con todos. Alguien no puede decir que Dios está agradado de él, si está peleando con su prójimo, si
está en discordia con su hermano, si está peleando con el ministro, con su misión. Tenemos que
entender que necesitamos hacer lo uno sin dejar de hacer lo otro. Si soy un hombre de fe, voy a
seguir ese principio, voy a seguir la paz con todos, voy a practicar la santidad. Santidad es apartado,
¿apartado para qué? Para el uso exclusivo de Dios. Es cortar con el pecado y vivir para Dios. Un Dios
agradado es un Dios comprometido con usted, es un Dios que va a bendecirle porque sencillamente
usted le está agradando. Si ya nos dimos cuenta que nuestra fe, agrada a Dios miremos como opera.
La fe opera en 4 facetas importantes. Primero, la fe llega como un pensamiento. Segundo, la fe se
vuelve en una intención. Tercero, la fe se torna en una declaración o confesión y cuarto, la fe se
muestra en una acción.

Cada una de esas facetas es anticipada. Porque la fe es anticiparse a algo. La fe es la que se


anticipa, la fe comienza cuando termina la razón. Cuando su lógica y su razón ya no cuadran con lo
que Dios le dice en Su Palabra, crece la fe. Algunos incentivos de la fe son los desiertos, su
necesidad, las puertas cerradas, el valle de sombra y de muerte. Es paradójico, pero ahí es donde
crece la fe. Incentivo de la fe, cuando está pisando el océano y usted se comienza a hundir, le quedan
dos cosas, o se hunde o le cree a Dios. Pedro cuando se estaba hundiendo gritó sálvame que
perezco. Le creyó a Dios y ahí aumentó su fe. A veces criticamos a Pedro diciendo que era carnal.
Pero los que estaban peor eran los que se quedaron en la barca acomodados, porque no hicieron
nada. Pedro por lo menos dejó de ser del montón y accionó, comenzó a hundirse, pero sabía que ahí
estaba el salvavidas, Cristo, y no lo dejó abandonado, lo salvó.

La fe es lo que va a agradar a Dios. A Abraham se le conoce como el padre de la fe, fue un hombre
que impresionó tremendamente a Dios. A Dios no le va a impresionar nuestro griterío, ni siquiera una
alabanza jubilosa o postrarse carente de fe, ni un ayuno incrédulo, ni un tiempo de vigilia incrédula.
Lo que realmente va a llamar la atención de Dios es cuando usted le está creyendo. Cuando llegó
aquella mujer, el Señor preguntó: ¿Quién me ha tocado? Y Pedro le dijo: Señor, pero todos te
apretujan aquí ¿y preguntas quién te ha tocado? El Señor dijo, pero salió virtud de mí, alguien me
tocó. Tóquelo creyendo, con fe, acérquese creyendo. Cuando pasa al altar, no crea que es solo por
venir, ni lo haga como religioso, hágalo creyendo, es un acto de fe. Cuando usted traiga sus diezmos,
sus ofrendas al alfolí, cuando levante sus manos, cuando dance en la alabanza o se postre en
adoración, hágalo en fe, porque sin fe es imposible agradar a Dios.

¿Tiene algún monte frente a usted, tiene alguna batalla? Si usted le dijere a ese conflicto desarráigate
y échate en lo profundo de la mar, y no dudare en su razón sino creyere que será hecho, lo que diga
le será hecho. Dios, cuando mira su accionar sobre la palabra que ha creído, va a honrar su fe.

Oremos creyendo que podemos recibir fortaleza, salvación y vida eterna, si te has alejado, hoy
puedes reconciliar con El…

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